Masonería (X) Destrucción del Imperio español
Como vamos a comprobar, la masonería cobró cariz patriótico en algunos países, pero parece claro que no lo hizo en modo alguno con respecto a España. Un libro divulgativo del jesuita filomasón Ferrer Benimeli explica en la contraportada: “La historia de la Masonería en España es, ante todo, la historia de su persecución”. Como veremos, no es lo que se dice una apreciación histórica muy próxima a la realidad.
La orden no aparece en España hasta principios del siglo XIX, aunque a lo largo del anterior algunos ingleses y otros extranjeros fundaron logias, varias militares a partir de Gibraltar, que alcanzarían influencia en Andalucía. Pero en las logias del siglo XVIII apenas entraron españoles. Con cierta despreocupación por el rigor histórico, se ha dicho que el conde de Aranda o el mismo Carlos III eran hijos de la luz, solo por haber expulsado a los jesuitas. Pero no hay la menor prueba de su masonismo, más bien al contrario, y dicha expulsión revela, nuevamente, que no hace falta pertenecer a la orden arquitectural para adoptar determinadas políticas.
El panorama cambió con la Guerra de Independencia, quedando como legado de ella numerosas fraternidades. Entre las tropas británicas y francesas –enfrentadas entre sí– abundaban las logias, las cuales se implantaron también en el ejército español (no deja de ser una ironía que Wellington, un masón, luchara contra ejércitos franceses abundantes en hermanos suyos de fe). El Consejo de Regencia relacionado con las Cortes de Cádiz prohibió la masonería, mientras que el rey José, impuesto por Napoleón, fue el primer Gran Maestre de una masonería de españoles, formada para defenderle de los patriotas.
Entre tanto, el Imperio español fue destruido en su mayor parte, y si el influjo de la Fraternidad en las revoluciones useña e inglesa ha solido ser abultado por encima de la realidad, en cambio no hay duda del carácter masónico que tomó la lucha por la independencia en las posesiones españolas. Los principales próceres de la rebelión, Miranda, San Martín, O´Higgins, Bolívar, Sucre, Santander, Nariño, probablemente Hidalgo, Morelos y otros, fueron iniciados y fundaron nuevas logias volcadas de lleno a promover la rebelión, y lo hicieron seguramente con relaciones y apoyo de las fraternidades inglesa y useña, pues ambos países estaban interesados en aniquilar el Imperio español. Francisco Miranda, el Precursor, entró en la masonería cuando colaboraba en Usa con los insurrectos antibritánicos. Desde entonces dedicó su vida a luchar contra España en América. Viajó por Europa, donde participó en las luchas de la Revolución francesa, para aprender cuanto pudiera serle útil a su objetivo y establecer amplias relaciones internacionales. Ya en 1798 fundó en Londres una logia llamada Gran Reunión Americana o, algo inapropiadamente, De los Caballeros Racionales. Su objetivo era instruir y captar a personajes de algún peso político para encabezar en su momento la revuelta. Para entonces, Miranda estaba pensionado por el gobierno inglés, del que era, por tanto, agente pagado. De sus Caballeros racionales derivó la Logia Lautaro, extendida a Cádiz. El nombre lo propuso el chileno O´Higgins, por un caudillo araucano que luchó contra los conquistadores. A ella pertenecieron la mayoría de los jefes independentistas. Debido a que estas sociedades se centraban en la conspiración política y prestaban menos atención a los rituales, algunos autores les han negado carácter “realmente” masónico, pero se trata de una matización irrelevante. Miranda y otros se habían iniciado antes, y crearon las nuevas logias sobre el mismo modelo, aparte de que la Masonería siempre mostró avidez por la política.
El Precursor tenía ciertas manías de grandeza: unir la América española y portuguesa en un magno imperio hereditario llamado Gran Colombia en honor a Colón y regido por un emperador titulado “inca”, por atraerse a los indios. Pensó también en fórmulas republicanas. En 1806 reclutó algunos mercenarios en los barrios bajos de Nueva York, y con tres barcos y apoyo inglés, intentó sublevar Venezuela. Casi nadie le siguió allí y tuvo que volverse a Londres. En 1808 planeó una nueva expedición, conectada con otra que preparaba Inglaterra al mando de Wellesley, futuro duque de Wellington, para atacar la América hispana. Pero entre tanto los españoles se sublevaron contra Napoleón, y Londres priorizó la ayuda a los sublevados, desviando a Wellesley a la península y frustrando así el proyecto de Miranda.
Pese a estos fracasos, la guerra en España, con el desorden creado y la mayor dificultad de las comunicaciones transatlánticas, favoreció extraordinariamente los proyectos masónico-independentistas. En 1810 comenzaron las intentonas de Bolívar y Miranda en Venezuela y de Hidalgo en Méjico. Ambas fracasaron, y Bolívar no dudó en traicionar a su hermano Miranda y entregarlo a los españoles. No obstante, las rebeliones continuarían durante catorce años, con tres fases. Hasta 1815, España apenas pudo enviar refuerzos, por lo que las luchas opusieron a los independentistas con las pequeñas tropas virreinales y la mayoría de la población, de sentimientos prohispanos. A fin de cavar un foso entre los americanos y los españoles, Bolívar decretó contra estos una guerra de exterminio que estuvo cerca de volverse en su contra cuando el llanero Boves la aplicó a los independentistas. Luego, el Río de la Plata se independizó de hecho. Derrotado Napoleón, desde 1815 se abrió la segunda fase, al permitir el envío de más tropas desde la península. Pero España estaba devastada y no podía hacer mucho. Aun así, Bolívar estuvo muy cerca de la derrota, salvándole el auxilio de unos miles de soldados y oficiales británicos bien adiestrados. En 1819, la rebelión avanzaba, y al año siguiente, España reunió con gran esfuerzo entre 15.000 y 20.000 soldados para enderezar de nuevo la situación. Teniendo en cuenta que en América lucharon por ambas partes contingentes reducidos, pues la batalla mayor no reunió a más de 7.000 hombres por cada parte, y generalmente fueron muchos menos, aquellas tropas podían haber decidido la pugna. Pero entonces otro masón, el coronel Riego, que mandaba parte de los soldados españoles impidió su embarque sublevándose en uno de los primeros pronunciamientos. El golpe dio paso a la tercerta etapa , en la que llevaron las de perder los partidarios de España, incluyendo muchos indios que fueron masacrados por los rebeldes. Y en pocos años la independencia fue un hecho. Aprovechando la situación, Usa se apoderó de la Florida, ofreciendo después su compra por cinco millones de dólares, que Madrid, incapaz de defenderla, aceptó.
Durante estas guerras y después, los independentistas cultivaron un odio frenético a España y a los españoles –sus antecesores–, mientras se proclamaban caprichosamente herederos de las tribus y estados indios. Sobre los hispanos vertían los peores epítetos: “estúpidos, feroces, viciosos, supersticiosos”, “raza maldita” (era la suya propia), “nación inhumana y decrépita”, “la tiranía más cruel jamás infligida a la humanidad”, etc. Según Bolívar, España aspiraba en el Nuevo Mundo a aniquilar a sus habitantes y cualquier vestigio de civilización. Se hablaba de la disolución de la lengua española en otras nuevas sucedió con el latín. En gran parte era la herencia de las demenciales calumnias de Las Casas, base de la Leyenda Negra cultivada con fruición por los protestantes y por Francia, por supuesto también por la masonería de ambos países, de Usa y otros. El objetivo de los independentistas consistiría en “desespañolizarse”, como explicaba el Evangelio Americano de Francisco Bilbao, asimismo masón.
Naturalmente, sobre la aniquilación del legado español esperaban construir una sociedad esplendorosa, pero no tuvieron suerte. La América hispana de finales del siglo XVIII era quizá más rica que Usa, pero la relación se invirtió pronto desastrosamente. En 1823, el pujante vecino del norte se permitía declarar la Doctrina de Monroe, cuyo sentido real consistía en ejercer una especie de protectorado sobre todo el continente. El plan de la Gran Colombia fracasó enseguida, originando varias naciones mal avenidas entre sí, sometidas a frecuentes golpes de estado y disturbios civiles. El propio Bolívar declaró abiertamente su desconfianza en la moralidad de sus seguidores, si bien él no había sido un modelo de templanza y veracidad. En 1829, pocos años después de su victoria, declaraba: “La América entera es un cuadro espantoso de desorden sanguinario. Nuestra Colombia marcha dando caídas y saltos, todo el país está en guerra civil. En Bolivia, en cinco días ha habido tres presidentes y han matado a dos...”. Y se lamentaba, en carta a un general amigo: «La América es ingobernable para nosotros. El que sirve una revolución ara en el mar. La única cosa que puede hacerse en América es emigrar. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada para después pasar a tiranuelos. Devorados por los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. Llegó a sostener, poco fielmente: Nunca he visto con buenos ojos las insurrecciones, y últimamente he deplorado hasta la que hemos hecho contra los españoles». La proliferación de sociedades secretas masónicas o a imitación de ellas le llevó a prohibirlas, argumentando que “sirven especialmente para preparar los trastornos políticos, turbando la tranquilidad pública y el orden establecido; ocultando ellas todas sus operaciones con el velo del misterio, hacen presumir fundadamente que no son buenas ni útiles a la sociedad”. Como masón, no le faltaba experiencia al respecto.
Otro político e intelectual, Domingo Sarmiento, El educador de la Argentina, también masón, decía en sus Recuerdos de provincia: “Treinta años han transcurrido desde que se inició la revolución americana; y no obstante haberse terminado gloriosamente la guerra de la independencia, vése tanta inconsistencia en las instituciones de los nuevos Estados, tanto desorden, tan poca seguridad individual, tan limitado en unos y tan nulo en otros el progreso intelectual, material y moral de los pueblos, que los europeos (…) miran a la raza española condenada a consumirse en guerras intestinas, a mancharse con todo género de delitos y a ofrecer un país despoblado y exhausto como fácil presa a una nueva colonización europea”. Curiosa mudanza de lo que había sido el Imperio español, uno de los más pacíficos e internamente estables de la historia en sus casi tres siglos de existencia. Y contraste también con el impulso triunfante de Usa, en cuya revolución habían querido inspirarse los independentistas.
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Antes de hacerse las respectivas constituciones, los independentistas ya habían hecho tratados de libre comercio con Gran Bretaña. El canto de libertad no fue más que transformar un Imperio en un abastecedor de materia prima a Gran Bretaña…Dos cuestiones Don Pío: ¿ por qué cree que ha sido tan fácil al anglosajón encontrar tanto traidor en las filas hispanas? Siempre noto que reniega de las conspiraciones, pero entonces cual es la diferencia entre la influencia política y la conspiración….Creo yo que muchos conspiradores ni siquiera saben que conspiran. Lo digo porque parece ser que la autodestrucción parece ser el fin de toda conspiración. Si no creyera en el Maligno, no creo que pudiese encontrarle el sentido…
Es que algunos se quejan de que otros tienen respuesta para todo, y les ponen la etiqueta de conspiranoicos, y desde luego poco académicos. Pero es que ellos no tienen ninguna respuesta, al menos sobre las verdaderas causas. Analizan los efectos muy bien, pero sobre las causas nada…
En realidad, parece ser que es poco probable que Riego llegase de algún modo a América, pues según leí no hace mucho,los barcos rusos que se compraron al respecto, estaban cochambrosos y no podían hacerse a la mar. De hecho, Riego estaba a la espera cuando se dublevo.
Lo de los barcos rusos suena claramente a excusa inventada muy a posteriori. Otros dicen que Riego no era masón… quizá. El efecto de aquella sublevación está claro, y la intención también. Siempre en nombre de la “libertad”.
Como puede verse, la libertad de comercio no enriqueció precisamente a los hispanoamericanos.
¿Por qué encontraban tanto ambiente de traición los anglosajones (y los franceses) en España? Creo que la razón era que la cultura española estaba un tanto anquilosada, mientras que la francesa y la anglosajona estaban en plena eclosión y a muchos les parecía que había que imitarlas y ponerse a sus órdenes. Y no hay que olvidar que en España el siglo XVIII fue un siglo francés, cultural y políticamente. Para España no fue un gran siglo. En el libro sobre la Reconquista aventuro una hipótesis al respecto.
Las conspiraciones existen siempre, son parte muy fundamental de la política. Unas salen bien, otras salen mal; una salen bien al principio y mal al final, y viceversa. Lo que no tiene mucho sentido es pensar en una conspiración universal llevada ocultamente por seres capaces de preverlo todo, de disfrazar sus intenciones y confundir a todo el mundo. Eso es una puerilidad.
En cuanto a porcentajes y eso, leía la otra vez que la mayor parte de los independentistas gringos más que ser masones y tal eran funcionarios de la corona que, además de traer ganas de los puestos que ocupaban los ingleses, querían tajada sobre los territorios ganados a Francia tras la Guerra de los siete años unas décadas atrás. Por estas y aquellas razones la Corona no les permitía establecer nuevas colonias y esto produjo lo que ya sabemos.
En fin. Tenemos a unos funcionarios con ganas de poder. Francia y España les apoyan con tal de fastidiar a Inglaterra. Y todo sale bien para el nuevo país, Estados Unidos.
Después Inglaterra regresa las ganas de fastidiar. Mete mano en los virreinatos aprovechando las ambiciones políticas locales y sucede lo que sucede. Surgen estos países que no han concocido sino la ruina, a excepción de Argentina a finales del siglo XIX.
Y ahora tenemos cosas como esto: pensaba que el precio de la gasolina se iba a elevar en Venezuela para toda la población. Pues no. Que mantendrán la chapuza de subsidio para aquellos que tienen algo así como el carnet de la patria, pero para mantener el subsidio es necesario registrar tu auto en las “plazas Bolívar”, que son parques (creo). Empezaron el lunes y terminan mañana. Quien alcanzó alcanzó.
Lo de los barcos rusos suena claramente a excusa inventada muy a posteriori. Otros dicen que Riego no era masón… quizá. El efecto de aquella sublevación está claro, y la intención también. Siempre en nombre de la “libertad”.
Lo de los barcos rusos no es ninguna excusa. Los barcos que les habían comprado habían sido una estafa y no estaban en condiciones de partir a América. De hecho, nadie sabía como se iban a parir las fuerzas realistas.
Los barcos fueron reconocidos y examinados por ingenieros navales de la Armada y por los comandantes designados para mandarlos. Se extendió el preceptivo informe de su situación según establecían las Ordenanzas Navales. El informe fue demoledor. Los marinos reseñaron en él que aquellas cosas flotantes tenían cascos podridos en las obras muertas, haciendo sospechar en qué estado estarían las maderas sumergidas; no había pertrechos ni repuestos de cualquier clase (en contra de lo estipulado en el convenio de compra-venta, pues según el cual los barcos debían venir completamente equipados). En tan negativo informe se dudaba de que los barcos rusos pudieran ser utilizados en fecha próxima.
Y no solo eso: el informe también explicaba que las maderas con que estaban construidos los barcos no eran de buena calidad. En lugar de ser de madera de roble, los barcos excepto uno habían sido construidos con madera de pino. Finalmente, todos los barcos son declarados como inútiles, excepto la fragata Patricio. La madera de pino no es apropiada para una flota oceánica como era la española. Los rusos construían sus buques con maderas del Báltico poco curadas, como el pino o el abedul, apropiadas para arboladuras pero no para cascos de aguas cálidas. Los barcos rusos estaban pensados para aguas frías y viajes cortos. Solían durar bastante menos que los navíos de roble para travesías largas y duras construidos en España, Inglaterra y Francia. En el Báltico todo quedaba a mano, cercano, cuando lo normal en la marina española era que un buque permaneciera varios años destacado fuera de su base.
Fue una estafa urdida por unos ministros cómplices. Claro, que no se terminaron de pegar jamas, (aunque si casi la mitad) aunque de hecho, los barcos no sirvieron para mucho y se pasaron el resto de su vida útil en reparaciones en los astilleros.
“Soldados, ( … ) yo no podía consentir, como jefe vuestro, que se os alejase de vuestra patria, en unos buques podridos, para llevaros a hacer una guerra injusta al Nuevo Mundo”.
Acabo de ver que se pagaron por los barcos 37 millones de reales, ( a lo que hay que sumar los gastos de reparaciones y pertrechos) y solo se recaudaron solo 400.000 tras desguazarlos sin prestar casi ninguno servicio.
Con semejantes gobernantes, no hace falta masón ninguno para reventar el imperio.
También los convenció a que hicieran la revolucion en lugar de la defensa del imperio, asegurandoles de que en aquellas tierras inhopitas iban a encontrar la muerte los soldados porque había grandes pandemias y padecimientos en los senderos. Riego fue el equivalente hoy día al coletas, a Sánchez al puichjAmón, al toRrado y a todos los traidores que pululan por toda España. A Riego lo enmasonaron en Francia el la prision donde cumplía condena, junto con otros oficiciales los cuales recibían un trato especial.
Bueno, Riego también lucho contra los franceses, así que algo tendría de patriota. Mas que el rey Felón, que se paso la Guerra de Independencia jugando al billar, a la lotería, y felicitando a Napoleón con cartas con cada nueva victoria de las armas francesas, donde morían miles de sus súbditos españoles.
El único mérito de Miranda fue que caló al caprichoso ególatra que era Bolívar.
Lasperio 15.51: Craso error estratégico de Carlos III y su gobierno, que aún están pagando España y la América hispana.
Historiadoradomicilio, ser más patriota Fernando VII no es un mérito, sino algo batsa.te sencillo
Los barcos rusos estaban en malas condiciones. Los barcos españoles supervivientes de Trafalgar también, por abandono (y eso no se debía a Fernando VII). La mayoría de estos barcos podían repararse. Los masones estuvieron constante y permanentemente contra España, fueran los que estaban al servicio de Inglaterra o los que estaban al servicio de Francia. Hubo masones en los dos bandos, pero siempre les distinguió su hispanofobia, su admisión de la Leyenda Negra. Aunque los gobernantes reaccionarios eran muy ineptos, no dejaban de defender a España. Tiene gracia que los que estaban en contra se encubran con esa ineptitud. Riego se sublevó precisamente para impedir que los soldados llegaran a América, invocando para ello la palabra libertad, que en sus labios significaba el caos. Solo hay que dar un repaso al trienio liberal.
Y si dice Moa que es difícil que lo que estamos padeciendo se trate de una maniobra orquestada por un poder mundial de una elite en la sombra, y !como es que en todos los paises se están dando los mismos fenómenos, llámese…deuda pública impagable, manipulación de los medios de difusión promocionando el aborto, la homo y bisexualidad, el estado del bienestar, la invasion de millones de energúmenos cuyo fin es el de reproducirse en masa y apoderar de nuestros países civilizados, obligándonos algún día a aceptar el poder islamico, la violencia de género, el feminazismo, los mocimientos ocupas, gays, antisitemas, antifascistas, buenistas, y en el caso de España, el bodrio izquierdista, que nos arrastra poco a poco a otra guerra civil, cuando el banco central europeo se niegue a comprar más deuda pública y el hambre de nuevo se adueñe de nuestras vidas?i. Que no?
Para Riego y sus pandillas, la defensa de América frente a aquellos fanáticos vendidos a Inglaterra y Usa, era “una guerra injusta”. Ahí está la clave del asunto, no en los barcos.
El episodio de los barcos rusos demuestra que el caos no era algo que existiese con Fernando VII. Este era más de corrupción e ineficacia totales.
Que simplon eres historicida.
Precisamente Fernando VII representaba algo de orden frente al caos de los otros. La bolsa o el museo del prado vienen de él, por ejemplo. Cómplices evidentes de los que estaban destruyendo el Imperio español en beneficio de Usa e Inglaterra y que, casualmente, lograron convertir una de las zonas más pacíficas del mundo durante tres siglos en un caos de guerras civiles, golpes de estado, tiranías y brutalidad. Hasta ahora mismo. No por casualidad las pandilla de Chavez y Maduro se llaman “bolivarianos.
Y tu eres negacionista; aparte de defender que los masones controlan el mundo desde las sombras.
Que pena no tener tu profundidad de análisis…
Riego fue el culpable de que F VII tuviera que aceptar la ‘Pepa’, razon por la que se independizarian los mismos gachupines en Mexico, los cuales ya tenían todo bajo control, pero no estaban dispuestos a aceptar el sistema de igualdad y de concesiones a las clases trabajadoras. Por eso se dio la independencia en Mexico. Y lo que es la vida, al cabo de unos años con la presión que haria Francia, se volvería al sistema absolutista.
Déjese de sarcasmos facilones, patriota historiador.
Nuevo hilo
Tu eres una víctima de la ‘matrix’, y de haber visto demasiada televisión en tu vida. Además de la visión tan corta que tienes de las cosas, no se si lo tuyo es por comodidad o por torpeza.