De una transición a otra.
1. Desde el concilio Vaticano II (1962-65), el régimen franquista estaba en descomposición, culminada con la muerte de Franco. No debe hacer falta argumentarlo a estas alturas. No obstante, el propio franquismo supo evitar un derrumbe y asegurar la continuación histórica de España mediante la transición al régimen de 1978. Régimen hoy también en descomposición desde 2002, culminada en la amnistía de 2024.
2. El régimen del 78 nació de la ley a la ley, desde la legitimidad histórica del franquismo. Y su Constitución, aun con serios defectos, proclamó la unidad nacional, único asiento posible de una democracia, además de la monarquía decidida por Franco.
3. El régimen del 78 pudo haber corregido sus defectos iniciales e impedir la progresiva corrosión de la unidad nacional y la democracia. Posibilidad anulada en 2002 por el PP de Aznar al condenar los fundamentos mismos de la transición, dejando en el aire al régimen de modo similar a como hizo el Vaticano II con el franquismo. Así comenzó una involución política con un tripartito PP, PSOE y separatistas, culminada en el doble golpismo del separatismo catalán y su refrendo en la amnistía anticonstitucional del gobierno del PSOE con apoyo del PP.
4. La descomposición del régimen del 78 se produce en un escenario europeo mucho más peligroso que el de 1975: hoy, las oligarquías de la UE planean alargar la guerra de Ucrania y transformarla en guerra europea, en la que España solo podría servir de carne de cañón al servicio de “valores” woke, lgtbi…
5. Es necesaria, por tanto, una nueva transición, cuyos puntos principales solo pueden ser: reforzamiento de la unidad nacional, recuperación de los principios democráticos y recuperación de la tradición neutralista española ante los conflictos europeos.
6. El franquismo fue capaz de una transición que mantuvo en lo esencial la unidad nacional, la paz y permitió la democracia. ¿Será posible ahora una nueva transición? Todo dependerá de la comprensión del desafío nacional e internacional que se nos plantea. Si no se comprende, no se podrá promover la opinión pública y la movilización necesarias. Está en juego la continuidad nacional, la democracia y la independencia de España.
7. Es, pues, la hora de VOX, si esta es la verdadera alternativa.
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