La necesaria batalla cultural

Soy homófobo, naturalmente“: http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/soy-homofobo-naturalmente-asesinatos-en-masa-6642/  

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Una hora con la Historia entra abiertamente en lo que podríamos llamar “batalla cultural”,  necesaria en toda sociedad algo viva. La ausencia de esa lucha revela por sí sola una sociedad muy decadente, y es lo que venimos comprobando en España, donde el debate se sustituye casi siempre por el insulto o el intento de silenciamiento. Digamos que esta lucha fue ganada desde la transición, y de forma aplastante, por la izquierda y los separatistas, debido a la incomparecencia de la derecha. Desde entonces, tanto el arte, la literatura, el pensamiento o el periodismo han tomado un carácter muy mayoritariamente identificado con los perdedores de  la guerra civil, que de un modo u otro parecen querer revivir, y cuyos rasgos eran la hispanofobia, la cristianofobia y unas concepciones revolucionarias de muy baja calidad intelectual. De ahí la pobreza, la trivialidad y la chabacanería que distinguen a la mayor parte de la cultura española actual, por otra parte cada vez más colonizada por el inglés. Y nos preguntamos si será posible salir de ahí.

   Venimos tratando en el programa cuestiones que, pese a su importancia crucial, han sido desterradas de la vida intelectual y política. Así el problema de nuestra posición en Europa y en general en el mundo, los intereses particulares y las profundas particularidades de España (sí, España es diferente: por poner un caso revelador, no participó en la II Guerra Mundial y no debe su evolución política ni su democracia a la intervención del ejército useño. Dato evidente y clave para orientar nuestra política exterior e interna, pero que no es tenido en cuenta por ningún político, partido ni analista, dato a su vez revelador); hemos tratado asimismo,  y lo seguiremos haciendo, los orígenes históricos de la ideología de género; hemos esbozado la cuestión de los separatismos y la política seguida hacia ellos por los gobiernos centrales; el origen y desvirtuación de la transición posfranquista; la deriva  hacia una democracia fallida; los mesianismos useño y ruso; hemos tratado de popularizar hechos históricos muy mayoritariamente desconocidos en España, como la Contraarmada inglesa. Etc. Creo que basta mencionar estos asuntos para comprobar que se trata de un programa único en España, que ojalá trajera escuela: propiamente lo planteamos como una serie de seminarios informales.

   Sin embargo seguimos semiasfixiados económicamente. En general, la derecha española apenas ha entendido la importancia de este tipo de lucha, uno de cuyos puntos decisivos es precisamente la historia. Pero si no se da la batalla, la situación del país no hará sino empeorar, ya que es en la historia, en la falsificación de ella, donde hunden sus raíces  todos los procesos que hoy sufrimos y  que han desvirtuado por completo la democracia y amenazan la misma subsistencia de España. Procesos como la balcanización o disgregación del país, el rescate y promoción de la ETA cuando ya estaba prácticamente derrotada, la cesión fraudulenta de soberanía, leyes totalitarias como la de memoria histórica o las de género, etc.

Contra todo ello luchamos. La asociación que promueve Una hora con la Historia se llama Taller de Ideas siglo XXI, y este programa debería ser una de las varias actuaciones a realizar, aunque por el momento es la única. Otra es la elaboración de documentales, seminarios, etc., tareas que siguen fuera de nuestro alcance por las mencionadas razones económicas.

   Es casi una tradición que NO apoyen estas empresas culturales  quienes más debieran. Debieran porque están en principio de acuerdo con ellas y  porque tienen recursos sobrados. Muy a menudo ha sido el pueblo el que ha tomado iniciativas frente a la incuria e indiferencia de unas clases rectoras de escasa valía intelectual o moral. Por lo que reiteramos nuestro llamamiento a ellos y a cuantos, en mejor posición económica, entiendan lo que se juega la sociedad. Aunque agradecidos, no es propiamente una petición: quienes tengan conciencia del valor de la batalla cultural, entrarán en ella sin pensárselo dos veces. Quienes carezcan de esa sensibilidad y entiendan la historia y  más en general la cultura como una mera ilustración, seguirán ajenos a este llamamiento, aunque agradecemos también su compañía, que consideramos muy positiva.

   Y nos enfrentamos a otro obstáculo, un círculo vicioso: para conseguir medios, y por tanto apoyo y participación es preciso que el programa sea muy ampliamente conocido, y para que sea bien conocido es preciso disponer de grandes medios. Hoy, la opinión pública se forma principalmente por los medios de masas, empezando por la televisión, y por ello nuestra posición sería desesperada, ya que ellos nos son entre indiferentes y hostiles. Pero hoy las redes sociales están cobrando  relevancia creciente, y es ahí, y no en unos grandes medios silenciadores o manipuladores, donde es posible dar la batalla. De ahí nuestra insistencia en que nuestros oyentes difundan el programa, lo den a conocer: mil o dos mil personas que dedicaran todos los días unos minutos a poner en las redes algún comentario, breve o largo, sobre las sesiones de Una hora, y a enlazarlas a partir de YouTube o de podcast, servirían para romper el círculo vicioso, para romper los muros del gueto en que continuamos.

   Hay algo más: en algunos casos será posible montar centros culturales a partir de tertulias o reuniones periódicas de oyentes para comentar los temas tratados u otros cualesquiera de carácter político-cultural. De simples tertulias han surgido muchas veces iniciativas que llegan a tener gran alcance. Y establecer una red de círculos culturales de nuevo tipo en diversas ciudades significaría crear un verdadero movimiento.

    Reiteramos, pues, de manera inmediata, nuestra apelación para asegurar la continuidad económica del programa. En respuesta al anterior llamamiento hemos recibido un total de 800 euros, entre ellos uno de 300 y otro de 150, que no sabemos si serán aportación mensual o donación especial.  Ello revela que podemos conseguir nuestros objetivos, aunque nos queden algo lejos todavía. Un saludo cordial a todos.

  La cuenta para contribuir a Una hora con la Historia es: BBVA ES09 0182 1364 33 020 1543346

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Cómo derrotó España el criminal aislamiento decretado al terminar la guerra mundial por  regímenes comunistas, democracias y dictaduras diversas: https://www.youtube.com/watch?v=dJuWZeoFYPQ

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Ochenta años después, la guerra civil sigue pesando de modo obsesionante sobre la conciencia histórica de España. Parece como si la guerra continuase no solo en el plano de las ideas e interpretaciones, sino, lo que es más grave, de la política actual, generando actuaciones de los partidos y los gobiernos.  La causa de este hecho, que escandaliza a unos, fascina a algunos y hastía a otros, es fácil de descubrir: aquel conflicto no ha sido aún bien comprendido ni asimilado por la sociedad, pese a la imponente bibliografía que ha generado, no solo en español sino también en otros idiomas. Y no lo ha sido porque las tergiversaciones, enfoques  ilógicos y cargados de emocionalidad  han alcanzado un volumen realmente asombroso: se ha dicho que es quizá el suceso de los años 30  sobre el que más falsedades se han contado.

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12 Respuestas a La necesaria batalla cultural

  1. Pablouned dice:

    Compartido 1. 
    Compartido 2. 
    Transferido. 

    Auto Tribunal Supremo sobre la profanación de la tumba de Franco. Ejemplo de manipulación periodística antijudicial e histórica. 

    Estrella Digital. (Luego busco el enlace). 

    Idea que defiende: Franco no fue legítimo jefe de Estado. 
    Argumento: fuentes históricas citadas: Preston, Gibson, Viñas, Moradielos, etc. Nada de por ejemplo Pío Moa, Luis Suárez, Esparza, Miguel Platón, etc. 

    Así vamos… 

  2. Pablouned dice:

    La única forma de que lleguen a provincias, libros como los suyos, es el amazon. 

    Porque librerías nada de nada, y bibliotecas de provincia, menos aún. 

    Por lo demás, lamento que VOX se esté dejando fagocitar por PP y C’s como partido subalterno y de segundo grado, del PP. O como complemento numérico ecuacional. 

    Pero así estamos… 

  3. ramosov dice:

    La guerra civil española es sin duda el suceso de los años 30 sobre el que más se ha mentido, y quizás el suceso de toda la historia de la humanidad sobre el que más se ha mentido. 
    También creo que es el proceso histórico sobre el que más libros se han escrito, probablemente más que sobre la II GM. Ahora he echado un visto a una de mis páginas favoritas con sección de libros -todocolección- y tienen 18.700 libros de temática relacionada directamente o un poco menos que directamente con la guerra civil. De la II GM hay a la venta poco más de 11.000. Es cierto que estamos en España, pero aún así, muchos de los libros de los dos temas son obra de autores extranjeros, y creo que la ingente producción bibliográfica sobre nuestra guerra es enfermiza. Los motivos de la misma son tratar de vencer “moralmente” en el campo de la propaganda lo que no se venció en los campos de batalla. La izquierda nacional e internacional eligió nuestro conflicto como el paradigma del enfrentamiento derecha-izquierda, de la maldad intrínseca frente a la democracia y la bondad. A eso contribuyó lo suyo la komintern en su momento, y después, la izquierda nacional e internacional no ha sabido digerir el resultado de dicha guerra y ha llevado la propaganda comunista de guerra hasta extremos que están incluso influyendo en la política española actual. Esto no ocurre en ningún país. Pensemos en guerras civiles como la de Rusia, o la de Vietnam o Corea, con muchísimos más muertos que en España y una importancia al menos comparable a la guerra de España: pues esas guerras prácticamente no tienen libros de consulta en comparación con la guerra española. Y esto es por algo. Si vamos echando un vistazo a algunos de los que están a la venta, vemos que son bazofia propagandística la inmensa mayoría, o sea, que sobran.

  4. Pío Moa dice:

     

    Apenas comenzada la contienda se hizo evidente para ambos contendientes la necesidad de aprovisionarse de armas en el exterior. La necesidad era mucho más urgente para los sublevados, por cuanto apenas disponían de industrias, salvo una fábrica de armas de Sevilla. Sus enemigos, en cambio, no solo disponían de fábricas  de armamento (artillería y ligeras) en Asturias y Guipúzcoa, también de la industria pesada de Bilbao y de la potente industria textil de Barcelona y su entorno. En Barcelona estaba también la fábrica de coches de lujo y motores Hispano-Suiza, cuyos motores de aviación habían sido los mejores y vastamente vendidos en la I Guerra Mundial[1]. La mayor parte de estas industrias era susceptible de militarizarse o transformarse para la producción bélica. Sin embargo los experimentos revolucionarios hicieron que la capacidad productiva decayera bruscamente. Por ello la necesidad de adquirir armas modernas en el exterior se volvió casi tan acuciante como para los rebeldes.  

     




    [1] Dada la enorme demanda de dichos motores por los Aliados en la I Guerra Mundial, la empresa vendió licencias de fabricación a otros países. Los Hispano-Suiza fueron los grandes motores de aviación en la Primera Guerra Mundial, como los Rolls-Royce lo serían en la Segunda.

     

  5. Pío Moa dice:

     

    La  I Guerra Mundial (1914-18) se había librado entre potencias básicamente liberales, y de ahí que el liberalismo entrase en una crisis aguda en toda Europa. La lucha había concluido con la derrota de Alemania y Austria-Hungría, firmada en Versalles, y para evitar nuevas guerras se fundó una Sociedad de Naciones, con sede en Suiza, donde debían discutirse los desacuerdos entre países. Pero las fuerzas de la historia seguían otra dirección.  En primer lugar, aquella guerra había dado lugar en Rusia a la primera revolución comunista de la historia, dotada de una tremendo sugestión para millones de personas en todo el mundo y de un impetuoso poder expansivo, manifiesto en insurrecciones o guerras civiles en Finlandia, Alemania, Hungría, una invasión de Polonia por los soviéticos y una subversión a menudo violenta en otros países. Muchos regímenes demoliberales, incapaces ante la agitación comunista, dieron paso a gobiernos autoritarios, y en Italia y Alemania a nuevas ideologías llamadas fascismos, como alternativa  supuesta tanto al capitalismo liberal como al comunismo.  

     

  6. Pío Moa dice:

     

     Por entonces el panorama europeo se enrarecía peligrosamente, debido a las rivalidades entre potencias fascistas (Alemania e Italia sobre todo), las  democracias (las principales Francia e Inglaterra) y la Unión Soviética. Cada uno de estos tres grupos concibió la contienda de modo muy diferente. Francia e Inglaterra, con Usa al fondo, deseaban sobre todo mantener el sistema europeo salido de la I Guerra Mundial, que les favorecía,  y por ello trataron ante todo de hacer que el incendio español se consumiese en la propia España sin extenderse más allá de los Pirineos. Italia y Alemania trataban de ampliar su influencia exterior y neutralizar los avances comunistas, por lo que pronto decidieron apoyar a los sublevados, a riesgo de perder sus préstamos si estos eran derrotados. Y los soviéticos, convencidos de que pronto estallaría otra gran “guerra imperialista” parecida a la Primera, trataban de evitar que la misma estallase entre los fascismos y la Unión Soviética, y lo hiciese en cambio entre las democracias y los fascismos. Por lo tanto  vieron en la guerra de España una oportunidad para que se enzarzasen ambos, lo que dejaría a los soviéticos de árbitros y máximos beneficiarios del conflicto. Por ello su política hacia España consistió en presentar al Frente Popular como una democracia normal, que exigía la solidaridad de Francia e Inglaterra frente a un ataque fascista. Su ayuda a la democracia pintada de tal modo buscaba comprometer a Londres y París en el conflicto, al tiempo que, en la línea de los frentes populares reforzaba la influencia comunista tratando de hacerla dominante.

     

      De acuerdo con sus intereses, las democracias decretaron la política de No intervención,  consiguiendo que la firmasen todas las potencias europeas, incluidas las fascistas y la URSS. El acuerdo  prohibía cualquier injerencia en los asuntos españoles  y la exportación, reexportación o tránsito a España de cualquier clase de armas o material de guerra. Sin embargo, los intereses claramente contrarios de Stalin, Hitler y Mussolini iban a romper en la práctica el acuerdo, pretextando sus infracciones mutuas. La preocupación de Londres fue entonces conseguir un equilibrio entre los suministros de unos y otros, mientras que Francia iba a favorecer más o menos subrepticiamente al Frente Popular español.

     

      Asimismo conviene explicar sumariamente cómo se había llegado a tal situación. La  I Guerra Mundial (1914-18) se había librado entre potencias básicamente liberales, y de ahí que el liberalismo entrase en una crisis aguda en toda Europa. La lucha había concluido con la derrota de Alemania y Austria-Hungría, firmada en Versalles, y para evitar nuevas guerras se fundó una Sociedad de Naciones, con sede en Suiza, donde debían discutirse los desacuerdos entre países. Pero las fuerzas de la historia seguían otra dirección.  En primer lugar, aquella guerra había dado lugar en Rusia a la primera revolución comunista de la historia, dotada de una tremenda sugestión para millones de personas en todo el mundo y de un impetuoso empuje expansivo, manifiesto en insurrecciones o guerras civiles en Finlandia, Alemania, Hungría, una invasión de Polonia por los soviéticos y una subversión a menudo violenta en otros países. Muchos regímenes demoliberales, incapaces ante la agitación comunista, dieron paso a gobiernos autoritarios, y en Italia y Alemania a nuevas ideologías llamadas fascismos, como alternativa  supuesta tanto al capitalismo liberal como al comunismo.  

     

        La crisis demoliberal se agravó con motivo de la Gran Depresión posterior al hundimiento de la Bolsa de Nueva York en 1929, la cual marcó los años 30 acentuando la inestabilidad política y social en todo el mundo. Es en este gran escenario donde la guerra de España se convirtió en uno de los acontecimientos mundiales más relevantes, suscitando pasiones y división social en diversos países, notoriamente en Francia,  sometida por esos años a unas tensiones políticas también próximas a la guerra civil. Cuando estalló la de España gobernaba el país un Frente Popular inclinado a solidarizarse con el  español. Sin embargo su jefe de gobierno, Léon Blum, temía  que ese apoyo volviera incontrolable la división interna de Francia, lo cual junto con cierta supeditación a Londres, le hizo firmar el acuerdo de No Intervención, que transgrediría en menor medida.

     

  7. Отава Ё|Ой, Дуся, ой, Маруся/Oh, Dusya! oh, Marusya! (Cosacos de Daguestán)
    https://www.youtube.com/watch?v=0HtvH34CmZY

  8. Pablouned dice:

    El materialismo de la derecha es la gran dificultad en esta batalla. Siempre dirán que en qué nos va a mejorar la vida saber que la guerra la provocó en PSOE con el golpe de 1934. No hace falta decir que quien eso sostiene, es de una cortedad de miras patológica. 

    Por supuesto, eso no debe llevar al desánimo. Claro que la verdad nos hace libres y nos purifica el espíritu. Claro que preferimos saber que no saber, claro que preferimos que la gente conozca la verdad a que se quede en la inopia. Claro que preferimos unos niveles de manipulación tolerables, que no lo que hay ahora. Y en eso estamos: en intentar reducir esos niveles de manipulación. 

  9. NIKITO dice:

    Pues miren ustedes que casualidad….a mi esto no se me había ocurrido…https://www.elmundo.es/internacional/2019/06/09/5cfd3cf1fdddff508a8b45c9.html

  10. Lasperio dice:

     ”la institución más prestigiosa del islam suní”

    jajajajaja

  11. Odiseus dice:

    En 1945 EEUU entregó mas de 150 barcos de guerra a la URSS para invadir Japón

    https://israelnoticias.com/militar/eeuu-buques-guerra-rusia-japon/
     

  12. Pío Moa dice:

    Nuevo hilo