La oposición a Franco en los años 60: su carácter y amplitud. Madrid, ¿capital de España o colonia inglesa?: https://www.youtube.com/watch?v=9f24L_pMW9c
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Rajoy dejó un país en golpe de estado permanente a partir de Cataluña; con dos regiones vaciadas de estado central y otras, gobernadas por el PP, en que las lenguas regionales se usan sin tasa contra la lengua e identidad nacionales; con la soberanía sistemáticamente entregada a la burocracia de Bruselas; con un ejército sometido a intereses ajenos, bajo mando e idioma ajeno; un país con su territorio invadido por una potencia “amiga y aliada, y en pleno proceso de colonización cultural, con peligro creciente por inmigración descontrolada, en especial islámica; con leyes totalitarias como la de memoria histórica o las LGTBI; con la ETA premiada y convertida en una potencia política en dos regiones… Estos son algunos de los logros del fulano, en la estela del gobernante anterior del PSOE.
Luego, el Doctor, como es tradicional en el PSOE, va más allá, y se plantea ya la ofensiva contra la monarquía y la Iglesia mediante la profanación de la tumba de Franco. Esta humillación a la memoria del hombre que trajo la monarquía y salvó a la Iglesia del exterminio es de tal calado que si las instituciones afectadas no reaccionan, quedarán como guiñapos y peleles en la sociedad española. Y la democracia ya liquidada de hecho. Pues es fácil darse cuenta que la profanación de la tumba de Franco no solo vulnera de raíz las leyes y el estado de derecho, sino que solo puede hacerse al modo de las leyes norcoreanas ya aprobadas “democráticamente” por pandillas de delincuentes instaladas en las Cortes. Nada puede ser más demostrativo que el hecho de que para atacar al franquismo, los atacantes necesiten atacar las bases mismas de la democracia.
Observen ustedes a los “expertos” de las tertulias y los medios en general, con muy pocas excepciones: ninguno de los cada vez más graves puntos mencionados entra en sus “análisis”. Con muy pocas excepciones, todo es una mezcla insufrible de charlatanería, cotilleo, suposiciones en torno al “Señor Sánchez”, trufada de insidias o denigración a VOX, para que se pliegue a los acuerdos y conductas corruptas de los otros. ¿Cómo tenemos unos medios intelectuales y periodísticos tan miserables? Porque las izquierdas con la complicidad de las derechas democristianas, han hecho una universidad igualmente miserable, de la que salen los políticos, intelectuales y periodistas actuales.
¿Y cómo se puede luchar contra esto? He hecho una propuesta hace tiempo: mediante asociaciones informales. Lo que también se llaman “grupos de afinidad”. Una especie de guerra de guerrillas. Hoy la defensa de España y la democracia no cuenta con los grandes medios de sus enemigos, pero en este clima viciado pequeños grupos de difusión pueden hacer mucho (siempre que no caigan en pintoresquismo y desahogos pueriles, cosa por desgracia demasiado frecuente). Basta con que las quejas se transformen en acción.
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Critica Seidman que según mi libro “el Caudillo no es «cruel, vulgar» ni «mediocre», sino más bien una persona «humanitaria. Franco sigue siendo una víctima de una prensa occidental obsesionada por la «hispanofobia», tal y como quedó ejemplificado por la cobertura que dieron los medios de comunicación a Guernica ya en 1937.
Por partes: la historiografía anglosajona (con las excepciones de rigor) y la española influida por ella, necesita pintar a Franco como cruel, vulgar y mediocre. Toda guerra es cruel, pero, ¿con quién puede compararse en crueldad a Franco? Consiguió su victoria reduciendo al máximo las pérdidas humanas (no fue una guerra enormemente sangrienta, como se suele pintar, sino mucho menos que otras muchas guerras semejantes, civiles o no civiles. Menos sangrienta que la Guerra de Secesión useña, por ejemplo). Pudo terminar la en un baño de sangre de sus enemigos, dada la superioridad adquirida, y la terminó sin disparar un tiro. El caso de Guernica fue fundamentalmente un mito creado por la prensa anglosajona, ¿y qué es comparado con las matanzas gigantescas y especialmente crueles de los bombardeos anglosajones sobre población civil, que probablemente duplicaron el número total de víctimas de la guerra de España? Así que si comparamos a Franco con Churchill, Roosevelt o Truman, Franco queda como hombre efectivamente humanitario. Porque además salvó a decenas de miles de judíos mientras los gobiernos anglosajones no hacían nada práctico. Por seguir con la comparaciones, única forma de definir la “crueldad”. Y los salvó sin tener ninguna obligación moral o política hacia ellos ni tener conocimiento de su exterminio, como sí tenían los gobiernos inglés y useño.
En cuanto a su mediocridad, derrotó a todos sus enemigos, militar y políticamente, durante 40 años. Se ve que sus enemigos eran mucho más mediocres. Y entre ellos hay que incluir a los gobiernos anglosajones, que amenazaron y provocaron abundantemente a España y apoyaron un aislamiento criminal, compinchados con comunistas y regímenes tiránicos diversos. Quizá por eso necesiten pintar a Franco al modo que desea Seidman. Pues bien, ni mediocre ni vulgar, precisamente.
En cuanto a la represión de posguerra, también fue comparativamente mucho más legal y humanitaria que la practicada en Francia, Italia o Alemania por los vencedores al terminar la II Guerra Mundial. El señor Seidman puede investigar el caso, si quiere.
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He expuesto (https://www.piomoa.es/?p=10595) razones por las que mi libro sobre la Reconquista es innovador y puede considerarse la mejor obra de síntesis escrita hasta ahora al respecto. Claro está que esto no es un dogma y cualquiera puede opinar lo contrario. Pero para ello debería dar asimismo razones y no sustituir estas por calificativos, como suele ser tan frecuente en estos “debates
No tiene
ver con su tema, pero se lo pongo por si le pica la curiosidad
https://amp.independent.ie/opinion/analysis/bloodlust-fanatic-should-not-be-put-on-a-pedestal-26238336.html#referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com&_tf=De%20%251%24s
Todos los países cuentan con sus traidores, siempre de parte del yugo extranjero. A estos les molesta mucho cualquier resistencia.
Como excepción: https://www.youtube.com/watch?v=XKhbI2XUob4
Así como para los separatistas vascos la raza era lo primero y la lengua lo segundo, el separatismo catalán invertía la jerarquía: “Con ser la raza un factor importantísimo de la nacionalidad”, explica su fundador Prat de la Riba, lo era un poco menos que la lengua. Asimismo, el separatismo vasco pretendía la secesión total, mientras que el separatismo catalán aspiraba a gobernar desde Barcelona al resto de los “inferiores” españoles, tratando de ilusionarlos con un imperio de Lisboa al Ródano. Siendo así parece inadecuado llamar separatismo a aquel movimiento y sin embargo lo era porque partía de una idea anacrónica basada en una idealización de la llamada Edad Media, cuando España estaba dividida en varios reinos. Por razones bastante evidentes, Castilla, unida a León, había llegado a conformarse como la mayor potencia geográfica, demográfica, económica y cultural, y su lengua había llegado a convertirse en propiamente española. Los separatistas catalanes pensaban que en el siglo XX debían heredar el papel de Castilla hacia el resto de España, cuando hacía mucho tiempo que la Castilla propiamente dicha había pasado a un segundo plano y ya no era posible que ninguna región se erigiese en hegemónica cultural o políticamente sobre el resto. Ante esa imposibilidad los “nacionalistas” tipo Prat de la Riba y Cambó, no tenían más camino que el separatismo, inventando de paso los “països catalans” que se prestaban más, en su designio, a aceptar la dirección de Barcelona.
Otra diferencia entre los dos separatismos fue el modo como difundieron sus doctrinas: claro y terminante en el PNV, solapado y lleno de ambigüedades en el de Prat de la Riba y los suyos. Prat había fundado la Lliga Regionalista Catalana, utilizando el adjetivo “regionalista” para disimular sus objetivos, pues “no hay cosa más opuesta al nacionalismo que el regionalismo”. Querían hacer de Cataluña una nación, que podía separarse en caso de no obtener preeminencia en la península, pretensión que los catalanes no entendían por entonces. Así, “con calculado oportunismo insinuábamos, en sueltos y artículos, las nuevas doctrinas”. “Pusimos toda la nueva doctrina, omitiendo solo la terminología propia, (…) Bajo los nombres viejos hicimos pasar la mercancía nueva”
El hegemonismo catalán adquiría en Prat tonos grandiosos, mesiánicos, realmente universalistas: “Quisiera que Cataluña (…) comprendiera la gloria eterna que conquistará la nacionalidad que se ponga a la vanguardia de los ejércitos de los pueblos oprimidos. Yo quisiera que esa nacionalidad fuera mi patria (…) Decidle que las naciones esclavas esperan como la humanidad en otro tiempo que venga el Redentor que rompa sus cadenas; haced que sea el genio de Cataluña el Mesías esperado de las naciones”. No debe extrañar que bajo el régimen liberal español de entonces, donde Cataluña se estaba enriqueciendo a mayor ritmo que casi todas las demás regiones, tales grandilocuencias sonaran grotescas a muchos, pero lo cierto es que iban subyugando a bastantes.
En 1918, apenas terminada la guerra europea, los separatistas difundieron masivamente el folleto Nacionalisme, una selección de las ideas de su fundador, muerto un año antes, y que intentaban convertir en “libro de cabecera para todos los catalanes”, “para la educación catalana de nuestras generaciones”. Prat, al igual que Arana, se consideraba profundamente católico, no pretendía que el resto de los españoles no lo fueran, pero tampoco lo consideraba un lazo de unión. Su punto de vista era que España en realidad no existía o era otro nombre para “Castilla”, pues “Son grandes, totales, irreductibles, las diferencias que separan Castilla y Cataluña, Cataluña y Galicia, Andalucía y Vasconia. Las separa, por no buscar más, lo que más separa, lo que hace a los hombres extranjeros unos de otros, lo que, según decía San Agustín, en los tiempos de la gran unidad romana, nos hace preferir a la compañía de un perro la de nuestro perro, que al fin y al cabo, más o menos nos entiende: les separa la lengua”. Así, según la nueva doctrina un catalán debería preferir el contacto con su perro al contacto con un gallego, castellano, vasco o andaluz. Aunque en realidad las lenguas catalana, gallega y castellana están muy emparentadas, se pueden leer mutuamente con un pequeño esfuerzo, y el castellano era entendido y hablado por la gran mayoría.
Para alcanzar sus objetivos, los separatistas aplicaron una tenaz campaña de denigración de todo lo español para “acabar de una vez esa monstruosa bifurcación de nuestra alma, debíamos saber que éramos catalanes y solo catalanes”; lo cual exigía “cultivar el odio” como una virtud: “La fuerza del amor a Cataluña, al chocar con el obstáculo, se transformó en odio, y (…) la musa catalana, con trágico vuelo, maldijo, imprecó, amenazó. (…) Rebajamos y menospreciamos todo lo castellano, a tuertas y a derechas, sin medida”. Estas invocaciones al odio, en una región que por entonces prosperaba más que casi todo el resto de España, suenan a pose, pero no dejaban de ser efectivas. La idea era que “Cataluña, regida por los chiflados y simplones de Madrid, es el pueblo menos pobre y menos atrasado del Estado español; por tanto, si fuera un poco bien gobernado y administrado con inteligencia, sería un pueblo verdaderamente rico”. En la retórica de Prat, los catalanes recordaban a los vascos de Arana como una raza sin par, llamada a realizar hazañas inauditas una vez los separatistas los convenciesen de estar oprimidos por los inferiores a ellos y los liberasen de sus “cadenas”. Una hazaña sería la “plenitud” de un imperio, tarea reservada” a los catalanes y a pocos más: “No todos los pueblos pueden llegar al bello momento de la eclosión imperialista (…) La gradación de naciones hacia el imperialismo triunfal es tan rica y compleja como la gradación de los talentos hacia el genio. Nacionalismo es vida nacional inflamada por un ideal (…) conciencia de un imperio”.
Una cuarta diferencia entre los dos separatismos, la expresaba Arana ante u una alianza propuesta por los catalanes: “Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbres (…) Ustedes saben perfectamente que Cataluña ha sido y es una región de España (…) Maketania comprende a Cataluña Maketo es el nombre con que aquí se conoce a todo lo español, sea catalán, castellano, gallego o andaluz” Por tanto no podía haber una alianza entre iguales porque no eran iguales, aunque sí un entendimiento “en la acción definitiva”, es decir en la destrucción de España.
Yo diría que el separatismo vasco está inspirado en la chifladura de unos cuantos, y el catalán en el interés de los de siempre. Esas 300 familias de la burguesía catalana que llegan controlando región desde hace siglos…
https://infokrisis.blogia.com/2010/070703-los-300-de-la-burguesia-catalana-corrupcion-estructural-en-la-generalitat.php
En España hace ya tiempo que a las personas de orden, las que creemos en Dios, en la Vida (con mayúsculas), en la Verdad, en el orden natural de las cosas, en el bien y el mal, en la justicia como el derecho supremo del ciudadano, en la persona por encima del Estado, en la Patria, en la tradición, en el valor del esfuerzo, en la honestidad y la integridad, en la igualdad de todos ante la Ley, en el Estado de Derecho y en la libertad individual nos metieron en la marmita y empezaron a calentar el agua, y de todas las formas posibles.
https://fnff.es/actualidad/298355949/Algun-dia-sera-demasiado-tarde-por-Tomas-Garcia-Madrid.html?utm_source=boletin&utm_medium=mail&utm_campaign=boletin&origin=newsletter&id=35&tipo=3&identificador=298355949&id_boletin=531498966&cod_suscriptor=542957898
Lo cual, evidentemente, no convenció a los separatistas catalanes, que pronto descubrieron profundas diferencias raciales. Según Valentí Almirall, la raza catalana, “pirenaica” es “analítica,” “directa al fondo de las cosas”, “basada en la libertad” “confederal”; la raza del centro-sur sería “generalizadora, soñadora, afecta al lujo y la ampulosidad, arbitraria, centralizador y absorbente” Otro, Pompeu Gener, afirmaba: “Nosotros somos indogermánicos (…) no podemos ser mandados por gentes que nos son inferiores”. Los catalanes entroncaban “con los demás pueblos arios de Europa” muy distintos de los del sur del Ebro, “raza bárbara, monótona y atrasada como una tribu de África”, con predominio del “elemento semítico y más aún del presemítico o berber, con todas sus cualidades: morosidad, mala administración, desprecio del tiempo y de la vida, caciquismo…” Por desgracia, las clases adineradas de Cataluña padecían un ingrediente judaico, dificultando que “el elemento indogermánico verdaderamente humano se levante y triunfe de esos neo-moros adoradores del Verbo, raza de gramáticos y sofistas, de esos neo-judíos”. Claro que la reivindicación “indogermánica2 chocaba de entrada con el aspecto físico, por lo que debió elaborarse más. Prat de la Riba prefirió la teoría de los íberos levantinos frente a los celtas del resto, matando dod pájaros de un tiro, pues de paso establecía la ibero-catalanidad del Levante español convertido en Països catalans.
Las provocaciones racistas menudeaban en la prensa separatista: “Moros, mal que les pese”. “Sí, hay razas” “Contra los semitas”… Y propiciaba una “higiene” que cortara el paso a “las razas inferiores y decadentes” Destruir la “costra” castellana haría surgier “intacta, inmaculada, la piedra indestructible de la raza” Un discípulo suyo declaraba: “La raza constituye la única fuente de cultura y debe mantenerse pura2 En 1934, poco antes de la guerra civil, un Manifiesto para la preservación de la raza catalana alertaba de los peligros de degeneración genética por el roce con los demás españoles, y propugnaba una Societat Catalana d´Eugenesia. Lo firman los intelectuales separatistas más prominentes, como Pompeu Fabra, Pi i Sunyer o Batista i Roca, este último un antropólogo mezclando en asesinatos terroristas en el inmediato franquismo. De modo semejante a Arana, Prat opinaba que su nación era “fruto de las leyes de Dios”
Al revés que el separatismo vasco, que en su rama principal siempre permaneció católico y derechista, el catalán sufrió una escisión en partidos de izquierda muy anticristianos, agrupados más tarde en la Esquerra pero que conservaban toda la idea clave de la superioridad racial y el idioma como factor de separación y odio. Durante la guerra, los demás partidos del Frente Popular debieron pechar con las pretensiones de superioridad y las quejas victimistas de la Esquerra, como del PNV, que urdieron maniobras para imponerse utilizando el estatuto como palanca para la secesión, y contactaron con fascismos y democracias en pro de una paz separada que les permitiese romper con España, convirtiendo la región en protectorado francés o franco-inglés. No tuvieron éxito pero sin duda contribuyeron como los separatistas vascos y del modo más involuntario, a la victoria de Franco.
Precisamente la Esquerra se vinculó mucho a la masonería, y la izquierda en general en Cataluña. Aunque también en CiU habían muchos masones. A ver decir masón, es decir anticristiano. Lo digo solamente por eso. Luego, no empecemos con el tema conspiracionista porque no van por ahí los tiros…
Supongo que la masonería es también un vínculo entre masones catalanes y del resto de España. Cuando oímos hablar de progresismo, o yo soy progresista, por ahí anda la masonería medio escondida…
Naturalmente que la masonería ha tenido gran importancia y que es una organización conspirativa por naturaleza. La cuestión es si se puede entender el desarrollo de la historia reciente atendiendo a sus maniobras, que por lo demás no son únicas y en su mayoría desconocidas en detalle. Son un elemento a tomar en cuenta al analizar la historia, pero no el único ni el principal.
Yo no creo que sea así, pero que la masonería es a ciertas sensibilidades o fuerzas, lo que en el pasado fue la Iglesia para otras fuerzas contrarias. Aquí en España, el progresismo y el separatismo, han estado muy vinculadas a la masonería, y a Gibraltar por cierto. Y en cambio, el conservadurismo se ha apoyado más o ha tenido cierta complicidad con la Iglesia. Por eso, los unos son anticristianos, y más que anticristianos, anticlericales. Y los conservadores normalmente o somos católicos o cristianos, de fe, o culturalmente hablando. El progresismo siempre ha intentado destruir, y lo sigue intentado, destruir nuestras raíces cristianas, o como ellos han expresado algunas veces, acabar con los curas. Lo cuál no quiere decir que esa expresión haya sido siempre literal. Más bien se refieren, a que la gente deje de asistir a misa por sí misma. Ahora gracias, a la propia Iglesia estamos más cerca de conseguirlo…
En fin, la progresía ve a la Iglesia, o la religión, o a los curas, como una superstición. Y para algunos, la masonería no es una religión sino una hermandad en la que ellos comparten sus inquietudes, y se unen, para conseguir ciertos propósitos. El más importante que España deje de ser católica, claro…
Lo que quiero decir es que la izquierda catalana encontró en la Masonería, una alternativa a la Iglesia, pa’que vean que el hombre en general necesita de ritos y dogmas. Y si desecha unos buscará otros. Quizá lo digo en ese plan…
Naturalmente, no todos los hombres necesitan de ese tipo de cuestiones. Los hay que están por encima, o incluso por debajo de misas o tenidas. Y aún así, se toman otras cosas de forma religiosa, incluso el fútbol…
El separatismo y el progresismo actuales en España están mucho más ligados a la democracia cristiana que a la masonería.
Puede que lo estén ambas cosas…
https://www.youtube.com/watch?v=YidWFISmipM
https://elblogdekufisto.blogspot.com/2019/07/la-montana-magica.html
Nuevo hilo
¿”Excepción” a qué?