Primera entrevista sobre Cuatro perros verdes: https://elcorreodeespana.com/libros/871039999/Cuatro-perros-verdes-novela-de-Pio-Moa-en-la-que-recrea-lucidamente-el-ambiente-estudiantil-de-finales-de-los-60-en-Espana-Por-Javier-Navascues.html
https://www.amazon.es/Sonaron-gritos-golpes-puerta-Historica-ebook/dp/B007UQCJNI
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Hombre y animal
Omar Jayam fue un poeta, matemático, astrónomo y pensador persa que vivió a caballo entre los siglos XI y XII, por el tiempo del románico en Europa occidental, y cuando en España avanzaba la Reconquista tras la implosión del califato de Córdoba y su disgregación en taifas. Aquí lo comentaremos a partir de un breve poema de cuatro versos o “rubai”, en el que se enfrenta a la condición humana con especial agudeza: “Vine al mundo sin mi consentimiento/ Después, la vida no ha cesado de asombrarme / Me iré sin desearlo y sin saber / el por qué de mi llegada, mi estancia y mi partida”. Esa perplejidad angustiosa es el núcleo generador de gran parte de la filosofía (“qué somos, de dónde venimos, adónde vamos”, “qué debemos hacer en la vida”, etc.), y la han expresado de muchas formas muchos autores, así Pascal en sus Pensamientos (“como no sé de dónde vengo no puedo saber adónde voy”) y está implícita en la literatura y el arte en general. Pero quizá nadie acertó a expresarla de modo tan sintético, racional y decisivo como Jayam. Una pregunta racional que no admite respuesta racional.
A la objeción obvia de que casi nadie se plantea tales cuestiones en la vida práctica cabe oponer que las religiones e ideologías tienen probablemente su origen en la necesidad de calmar esa angustia esencial. Y esa calma, alcanzada en mayor o menor medida mediante explicaciones-relato basadas en el sentimiento y la imaginación, es precisamente la condición para abordar la vida práctica individual y las relaciones sociales sin necesidad de plantearse dichas cuestiones, que para la mayoría de las personas solo se presentan muy ocasionalmente, por ejemplo ante la muerte de un ser muy querido. Y esa es también la razón por la que, una vez establecida una creencia o fe de ese tipo, las personas se aferran a ella, sienten como una agresión intolerable la presión de otras creencias, y como una herida vital la duda, generadora de “crisis de conciencia” o existenciales.
Puede decirse que esta es la diferencia cualitativa entre la condición animal y la humana. Al animal le ocurre lo que al hombre: no conoce el sentido de su vida, no sabe por qué ni para qué llegó aquí. Y sin embargo eso no le preocupa. A poco que pensemos, nos parece que la causa está en que el animal, por todo lo que sabemos de él, no tiene consciencia de su propia muerte. Por tanto es incapaz de enfocar su vida como un todo que de una manera oscura le exige una conducta. Esta le viene dada al animal por el instinto, casi de modo tan automático como el resto de su funcionamiento orgánico (lo que no excluye los sentimientos), mientras que en el hombre el instinto sigue operando, pero de modo mucho menos determinante.
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Cataluña frente a Castilla
Tengo desde hace años un libro titulado Castilla y Catalunya frente a frente, antología para un debate cultural. La tónica del “debate” se ilustra en la portada por dos naipes de caballo, el jinete castellano con una gran maza y un gorro con la bandera de España, y el catalán con las barras de Aragón (qué se le va a hacer) en la gorra, y una gran cesta: Castilla militar y brutal contra Cataluña trabajadora y productiva, según los mitos, singularmente necios, del separatismo.
La verdad es que tras comprarlo lo arrinconé, porque comparar a Cataluña con Castilla, me pareció de entrada carente de cualquier rigor. Sabemos bien qué es Cataluña, una región con cuatro provincias, pero ¿qué entendemos por Castilla? ¿Castilla la Vieja? ¿Con seis o con ocho provincias? ¿Incluimos a Castilla la Nueva? ¿O a lo que se terminó llamando genéricamente reino o corona de Castilla, que incluía a Galicia, León Vascongadas, Extremadura, Andalucía y Murcia? De modo poco claro, cuando hablan de Castilla se refieren a toda España menos, naturalmente, Cataluña.
La tesis y el método se explican en la contraportada: “Las relaciones entre Catalunya y Castilla han sido conflictivas desde la baja edad media. Desde el siglo XIV han existido más motivos de controversia y de recelo que de todo lo contrario. La tensión provocada por estas difíciles relaciones ha dado lugar a una rica literatura ideológica y ensayística, sobre todo en Catalunya (…) El libro de los profesores Busquets y Bastons es una aportación de gran utilidad para conocer la actitud que (…) han adoptado intelectuales y escritores catalanes en los últimos dos siglos”.
Me temo que la utilidad no es mucha. Se trata de una recopilación de textos seleccionados de acuerdo con la tesis, método “científico” muy utilizado por todas las ideologías y que suele impresionar a los ingenuos. Es obvio que en la historia se encuentra de todo, pero no todo tiene el mismo valor. Como la vida, incluyendo la política, tiene siempre algo de conflicto y tensión permanente, uno puede recoger todo tipo de textos en una u otra dirección, pero el primer criterio para valorarlos es su relación con la realidad. Por poner un caso tópico, hay una multitud de declaraciones del PSOE a favor de la guerra civil, pero las mismas quedarían en poco más que pintoresquismos si no hubiera sido porque ese partido las puso en práctica. De acuerdo con la visión separatista, Cataluña y “Castilla”, es decir, el resto de España, tendrían que haber andado a la greña desde por lo menos el siglo XIV, pero la historia real nada tiene que ver, si exceptuamos el corto período del siglo XVII en que una oligarquía tiránica entregó la región a Francia (traición saldada con la pérdida del Rosellón y parte de la Cerdaña). Lo cierto es que, mal que les pese a los separatistas, los catalanes se han sentido españoles y han “funcionado” como tales desde que existen en la historia. Y es desde esa perspectiva y no desde los mitos separatistas, como hay que valorar las tensiones políticas, existentes también dentro de cada región, de igual modo que valoramos las excitaciones socialistas a la guerra civil a partir del hecho de esta.
Hay otro punto clave y es que el separatismo se construyó, como ponderaba Prat de la Riba, no sobre un verdadero “hecho diferencial”, sino sobre la denigración y el odio a “Castilla”: “rebajamos y menospreciamos todo lo castellano, a tuertas y derechas, sin medida”, buscando crear la atmósfera que expuso otro separatista “ilustre”, Ventura Gassol: “Nuestro odio contra la vil España es gigantesco, loco, grande y sublime. Hasta odiamos el nombre, el grito y la memoria, sus tradiciones y su sucia historia”. Historia que era la de la propia Cataluña: denigrando lo común pensaban enaltecer lo particular, no tenían otro modo de hacerlo. Las citas podrían multiplicarse y en mis dos libros sobre los separatismos catalán y vasco pueden encontrarse unas cuantas, sin la menor intención de exhaustividad. Tal fue siempre la política práctica del separatismo catalán, si bien, al revés que el vasco, oscilaba entre la idea de la secesión y la de hegemonizar al resto de España.
Lo cierto es que Cataluña y Castilla solo pueden compararse como partes de España y su “sucia historia”. Cabría exponer la cuestión, por otra parte algo infantil, como en el himno valenciano: ¿cuál de las dos regiones ha “ofrendado más glorias a España”? Y sin desdeñar en absoluto las aportaciones culturales catalanas, no cabe duda de que Castilla, la estricta Castilla la Vieja, fue tomando la delantera ya desde la baja edad media o edad de asentamiento, acentuada desde el Renacimiento. Hoy lo más, y probablemente lo mejor de la cultura catalana se hace en el español común, de origen castellano, y al que ha contribuido Cataluña como cualquier otra región. Y digo lo mejor porque, desgraciadamente, la producción literaria, política e historiográfica catalana está hoy muy estragada por los torpes mitos separatistas. Hay en ellos una pueril manía de grandezas combinada con una belicosidad cargada de odio, transformada fácilmente en victimismo al contacto con la realidad.
El libro es una colección curiosa de anécdotas y opiniones más o menos arbitrarias, subtendidas por dos tesis: los separatistas representan automáticamente a Cataluña, y gracias e ellos Cataluña podría ser “uno de los países punteros en desarrollo y nivel de civilización”. Lástima que el separatismo se lleve tan mal con la libertad y la cultura.
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UNA HORA CON LA HISTORIA
Los gloriosos años 40 (1): Franco y Hitler | Entender el 18 de julio
https://youtu.be/RSo6oBjNqhA
El separatismo vasco está trufado de racismo, siendo la suya la que Pío Moa llama en su último libro “la raza sin igual”, y la que supuestamente existiría en el resto de España, una raza inferior. Ese sustrato sigue existiendo aunque hayan querido disimularlo hace décadas. Así se comprueba en terrenos tan corrientes como el fútbol, donde el Athletic de Bilbao o la Real Sociedad eran cotos nacionalistas-racistas donde se decidía que para no estropear el fútbol vasco y sus esencias, no podían mezclarse los futbolístas de la raza sin igual con otros, y en ellos no había ni uno solo que fuera no ya extranjero, sino ni siquiera del resto de España. Fuero cambiando de criterio un poco , más que nada porque veían que sus razas sin igual se iba a segunda división con esa política.
En el separatismo catalán hay algo de racismo, pero su idea de superioridad es más bien en los terrenos de la modernidad, los avances sociales, el europeísmo, la cultura, la ciencia, la democracia y todas esas bellas palabras. De tal forma pretendieron competir con “Castilla” por la primacía en España, y no serían tan competitivos si los castellanos viejos les fueron llevando la delantera en pujanza. No es casualidad que las dos primeras ciudades de España, siempre enfrentadas y rivales, fueran una la capital de “Castilla” y la otra de CAtaluña. Da la sensación, que, conscientes de la derrota, los separatistas catalanes preferirían entonces ir por su cuenta y dejar a los atrasados “castellanos”.
El racismo es un componente también fundamental en el separatismo catalán. Y no creo que fueran ni sean rivales Madrid y Barcelona. Hay rivalidad por parte de los separatistas catalanes, pero no de Madrid. Lo asombroso de los separatistas catalanes son sus altisonancias, sus manías de grandeza su espíritu de una “épica” irrisoria. El problema es que en Madrid no se conoce casi nada de ese separatismo, y se inventan teorías estrafalarias. Una muy reciente es que Barcelona era en el franquismo poco menos que un emporio cultural, desde luego mucho más “europeo” que Madrid. Y realmente era y es la ciudad de las culturetas. Hasta su famoso ensanche se lo deben a Madrid
EL DARWINISMO EN TELA DE JUICIO
La teoría darwinista de la evolución establece que todas las criaturas vivas están relacionadas por descendencia de ancestros comunes, y en última instancia de las bacterias. Todos los miembros de cualquier especie particular muestran ligeras variaciones físicas, consideradas principalmente como resultado de mutaciones genéticas al azar. Muchas de esas mutaciones son perjudiciales y eliminadas por selección natural, mientras que los vástagos que heredan características que los adapta mejor a sus medios circundantes tienen más posibilidades de sobrevivir y reproducirse. Supuestamente y en el transcurso del tiempo, estos cambios en generaciones sucesivas de la misma especie han dado inicio a otras nuevas y finalmente a la asombrosa diversidad de vida que vemos hoy.
https://borakruo.blogspot.com/2020/07/el-darwinismo-en-tela-de-juicio.html
Si buscamos ahora en un mapamundi la distribución de las lenguas, observaremos enseguida que la española no se habla solo en España, sino en la mayor parte de América, con enclaves menores en África y en Asia, más restos (sefardí) en algunos lugares de Oriente Próximo. Con más de 400 millones de hablantes, es la segunda del mundo (después del chino), o la tercera si consideramos la amplitud del inglés como segunda lengua. Y es el principal, con gran diferencia, de los idiomas latinos.
Dado que la lengua es el nervio de una cultura, el español, de origen castellano pero al que han contribuido muchos países y todas las regiones de España, conforma un ámbito cultural e internacional propio, pese a su notable diversidad interna. Solo hay otros cuatro ámbitos comparables en su internacionalidad: el inglés, el árabe y el portugués y en menor medida el francés. Otras lenguas muy habladas (chino, hindi, bengalí japonés…) rebasan poco las fronteras de una nación determinada.
No entramos ahora a valorar la importancia de esas lenguas como productoras de cultura, sea en literatura, pensamiento, ciencias, artes o humanidades en general, terreno en el que la primacía del inglés salta a la vista en la época actual. Basta de momento constatar dos hechos: la inmensa importancia y posibilidades culturales, se realicen o no, que tiene por sí sola la expansión del idioma; y el origen de ese ámbito hispano en los siglos XVI y XVII, los mismos cuyas navegaciones y descubrimiento fundamentalmente españoles, nos permitieron conocer la fisonomía física del planeta por primera vez en la historia humana
Don Pío, sobre Don Juan de Borbón y Battemberg. ¿Qué es eso de que intento ser Rey con el apoyo de los nazis primeras y de los brotanicos después? ¿Eso no le convertía en un personake de poco riar? ¿Cómo y durante fuanto tiempo rechazó que el próximo Rey seria su hijo en vez de él?
Nuevo hilo. Don Juan jugó a todas las barajas, aunque su formación era esencialmente inglesa. Los monárquicos españoles tienen cierto espíritu llanito