Crónica: el rey como colgante.
**Parece haber cierto movimiento entre algunos historiadores contra la ampliación de la infame ley de memoria histórica. La verdad es que son flojillos, como historiadores y como demócratas, pero algo es algo. Nada mejor que esa ley para calibrar la miseria moral, intelectual y política de la universidad.
**Dice el periodista Fernando Jáuregui que estamos a punto de ser un estado fallido. Cierto, ya lo estuvimos con la república y volvemos a lo mismo. Y en gran medida por gente como él.
**Dice Sorayo Casado que no quiere empatar con nadie, que quiere ganar a Sánchez. Por querer que no quede. Pero lo que realmente querría es que VOX se hundiera
**El papa hispanófobo dice que el dogma neoliberal es pobre. Él prefiere el dogma de los Maduro, Castro, Evo y compañía. Los encuentra mucho más ricos.
**El Doctor Saunas no cesa de humillar al rey. Qué más humillación que llevarle con él de aquí para allá, como un colgante.
**Según Pérez Reverte, el bando legítimo en la guerra civil fue la alianza de totalitarios y separatistas que falsificó las elecciones y quería implantar un sistema soviético y /o disgregar a España. Una historia cipotuda.
Por qué fueron gloriosos los años 40: https://www.bing.com/videos/search?q=una+hora+con+la+historia+155&docid=13899834806207&mid=3212ABA0E672956AB8963212ABA0E672956AB896&view=detail&FORM=VIRE
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Qué pasó después de Franco
Me pide una joven que le explique en dos palabras qué pasó después de morir Franco y qué fue el 23 F. No es posible explicarlo en dos palabras, pero este esquema podría valer:
1. Sin Franco, su régimen no podía continuar, por diversas razones, ante todo que había dejado de ser un régimen católico, como se proclamaba, por decisión del Vaticano II. Por tanto, se venía planteando de algún tiempo atrás cómo pasar a la democracia.
2. Las opciones eran dos: una rupturista, es decir, rompiendo radicalmente con el franquismo para enlazar la legitimidad con el Frente Popular vencido en la guerra; y otra reformista para democratizar el país reconociendo la legitimidad histórica del franquismo. Había partidarios de mantener el franquismo, pero resultaba inviable.
3.La decisión se tomó por referéndum, que ganó por absoluta y abrumadora mayoría la opción reformista (la “memoria histórica” en sustitución de la historia no era aún posible). Esto fue obra de Torcuato Fernández Miranda, que orientaba políticamente al presidente Adolfo Suárez y al propio rey.
4. A partir del referéndum, Suárez se creyó un genio de la política, rompió con Torcuato y siguió una línea contraria al referéndum, pretendiendo olvidar el franquismo como si no hubiera existido o no tuviera nada que ver con él, y entregando el terreno de la cultura y la ideología a separatistas, comunistas y socialistas.
5. Suárez era un semianalfabeto, sin formación histórica ni ideológica, y en pocos años consiguió destrozar a su partido, la UCD, mientras el terrorismo (comunista y separatista) alcanzaba cotas sin precedentes históricos, y los separatismos mostraban una osadía extrema. Por fin dimitió en enero de 1981, entre denuestos casi unánimes y confesando — involuntariamente– que se había convertido en un obstáculo para la democracia.
6. Debía sucederle Leopoldo Calvo Sotelo, de su partido ya en ruinas. Y su investidura en las Cortes fue sorprendida el 23 de febrero por un intento de golpe de estado. Todo indica que el golpe fue organizado por los servicios secretos con anuencia del rey y de políticos de izquierda, engañando a determinados militares, para forzar un gobierno de concentración, con socialistas y otros, que afrontara la grave crisis causada por Suárez. Al fracasar, fue achacado a militares franquistas de ultraderecha.
7. Calvo Sotelo resultó un inepto parecido a Suárez. Gobernó hasta diciembre del 82, cuando perdió estrepitosamente las elecciones a favor del PSOE, que se presentaba como el partido de la honradez y la firmeza. Y que aportó una enorme corrupción, ataque a la independencia judicial y otras virtudes.
Esto puede servir, muy en esquema y prescindiendo de mil detalles y matices, para entender las grandes líneas de aquella etapa.
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Lo sublime
Tal como lo expones, lo masculino relacionado con la nutrición y lo femenino con la reproducción, diríamos que todo se queda en el nivel animal que, según tu novela, provoca contradictoriamente vergüenza, repugnancia y atracción por su placer, quiero decir que no veo ahí que salgas de lo que normalmente se considera materialismo, de la explicación materialista del ser humano. Y he visto la película que has alabado, Brutos, sucios y malos: me ha parecido de una brutalidad repugnante, no comprendo cómo puedes elogiarla.
Por partes. La película, centrada en un barrio de chabolas de Roma, describe unas conductas casi reducidas por entero al nivel animal. Lo que se dice un embrutecimiento. Puede interpretarse como la degradación provocada por la miseria, como una especie de “denuncia social”. Si fuera así, sería una de tantas película baratas. Pero los personajes no son más o menos bondadosas “víctimas de la injusticia social”. Son malos, brutales y necios. Lo entiendo como una sátira de la animalización que podría exponerse fácilmente de cualquier otro ambiente, por ejemplo del mundo de los políticos, de los ricos, etc.
Ahí está la cuestión: esa sería la verdadera condición humana, es decir, una condición animal, disfrazada penosamente mediante convenciones, eufemismos, pretensiones sublimes, idealismos vacíos...
Pero en Perros verdes no creo que hayas encontrado eso. En realidad, hablar de animalización tiene algo de contradictorio. Ningún animal se porta así. Los animales se conducen por impulsos instintivos que no son “malvados” aunque podríamos describirlos como “egoístas” o despiadados. En el ser humano esos impulsos, si no están controlados o al menos condicionados por la moral, se convierten en lo que llamamos “maldad”. Existen también las que llamamos conductas sublimes, no en el sentido de la sublimación de Freud, que viene a ser una derivación autoengañosa de la líbido ante la imposibilidad de satisfacerla. En la humanización de lo animal podríamos encontrar grados, siendo el más elevado la cualidad que suele llamarse “sublime”.
De acuerdo, en Perros verdes lo de la animalidad y sus efectos contradictorios sobre la sensibilidad se trata secundariamente, como parte de la disputa sobre la condición humana, pero ninguno de los protagonistas, me parece, se hunde en esa animalidad, son todos más bien nobles en sus conductas…, nobles pero atentos a la miseria de esa condición… En su ensayo Sobre lo sublime, Longino, no sé si lo conoces, un autor romano quizás, lo explica como lo que más que convencer provoca un éxtasis en el espectador, algo que “hiere como un rayo” su sensibilidad y clarifica una situación, por ejemplo, mucho mejor que una descripción cuidadosa. Y afirma que eso no puede conseguirse con reglas técnicas, que está más allá de la reglas o los trucos que un artista puede aprender para expresarse. ¿Estarías de acuerdo?
Más o menos, Longino se refería a la oratoria, también al teatro, me parece. Lo que llamaba sublimidad es lo que modernamente se llama “genio” para diferenciarlo del simple talento. Pero de estas cosas hablaríamos más, si te parece. ¿Dirías que estas dos novelas, Sonaron gritos y Perros verdes, tienen algo de sublimes, eh?
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Todavía no he visto la película…. la descargué hace unos días, pero no he tenido tiempo….
El domingo pasado estábamos sentados en una terraza…. y se posaron en la mesa 2 pajaritos desvergonzados… uno metía el pico en una tapa de atún picado con pomiento rojo… y se lo daba al otro…. ¿serían macho y hembra?…
De eso iba cierta película inglesa… un palacio ducal o así…. arriba vivía la famila: envidiosos, tramposos, crueles….. y abajo la servidumbre: envidiosos, tramposos, crueles…
Para mí Cuatro Perros sí tiene algo de sublime, aunque no sé qué es exactamente ni describirlo….
La moral se encarga se controlar los instintos dependiendo del contexto… a veces es moral potenciar un instinto, y otras veces lo moral, lo bueno, es suprimir ese mismo instinto….
Por eso los instintos no son ni buenos ni malos… los perros no pueden see ni buenos ni malos…. ellos sólo hacen los que les dictan sus insintos (como el coño a las feministas)…
Los servicios de inteligencia de Usa advierten de que Rusia podría volver a interferir las elecciones allí… la Cospe debe estar preocupadísima…
En no sé cuál canal decían hoy que ¡Trump tiene gordura mórbida!… lo que leen en los medios Usa…
Sublime me parece que es, que ya lo he contado varias veces, por ejemplo un paisaje… aunque a los que van contigo no les llame la atención… a tí sí… tiene algo, que no sabes qué es, y parece que lo has querido desde siempre…
— ¡Ya os lo advertí yo, lo que puede hacer ese país del este!…. pensará la Cospe…
Bueno, el vídeo es una recopilación de vídeos cortos en TikTok de gente que vive de hacer esos pasteles.
Me parece que es lo que hace la gente cuando la industrialización o la fabricación más o menos en masa la alcanza. Ante los pasteles que digo, que te venden por kilo, algo hay que hacer pues difícilmente se puede vender al mismo precio. Y aunque suene estúpido, es una opción de vida para aquellos que estudiaron artes plásticas y que no pueden vivir de hacer estatuas por ahí.
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Veía que una vez que USA le entró a la PGM se armaron unas cuantas estrategias para asegurar el abasto de alimentos. Cada soldado recibía diariamente un equivalente aproximado de cinco mil calorías en alimentos. De estos alimentos, medio kilo (una libra) era de carne.
Como el desgaste al respecto era increíble, se hacían cosas como promocionar los lunes sin carne para la población que se quedaba en casa. Por otra parte, se combatía con particular saña a las ardillas, una plaga de larga tradición que le pegaba fuerte a la producción de granos. A los niños se les instaba a matar ardillas, para lo cual podían emplear incluso veneno, y para ello había concursos entre escuelas.
En una propaganda estúpida, aparecían carteles con ardillas llevando el casco alemán.
En fin. Este comentario es sólo para mencionar la posibilidad de que el señor Iglesias tomó la idea de los lunes sin carne de ahí. Tal vez ya lo sabían, pero de todos modos lo menciono.
Pues los lunes (y martes, y miércoles…) sin carne lo habrá copiado de la España arruinada y hambrienta del frente popular…
Bueno ayer el Sorayo Casado también habló de la “guerra cultural” a la que él prefiere llamarla “guerra de las ideas”: la propieda privada, los impuestos…. jajaja
O ese Dios que se presenta entre truenos y relámpagos, entre llamas y humaredas, que hace saltar a las montañas y asusta a las ovejas, que viene amenazando y suplicando….. me imagino eso, y es sublime….
“La Antártida está a punto de derretirse”…. si rabiaran sus mentiras…
Ya después las inteligencias artificiales podrán hacer esos pasteles. De un lado metes los ingredientes y del otro lado sale un pastel con forma de gato a la Garfield.
Digo, en cierto modo serían impresoras 3D.
Sobre profesiones desaparecidas, no sé si en su país todavía haya herreros y carpinteros.
Al parecer, por ejemplo, van al IKEA y ya.
Vaya, veo que van a abrir una tienda en la CDMX, que en otoño. Pero ya es otoño. A saber qué día. Ponen Hej Mexico!
Um. Que por la pandemia hay que esperarse a 2021.
Claro, ellos no te van a poner “Hello Mexico”, no no, ellos en sueco… en inglés lo haría el Zara, o el CI… y demás…
Somos sencillos. Somos honestos. Somos suecos, y estamos orgullosos de ello. También estamos felices de darte la bienvenida a las tiendas que pronto abriremos en México, donde encontrarás la inspiración y el diseño democrático que esperabas para decorar el hogar de tus sueños. ¡Estamos listos para construir un mejor día a día con la mayoría de los mexicanos!
Vaya publicidad.
El sueco me pareció una lengua bastante sencilla quizá incluso más que el inglés….
Sí, lo de la “República independiente de tu casa” es parte de su línea publicitaria….
Pero bueno, la cosa es que usan el sueco y no el inglés….
Sí hay herreros… pocos… hace meses le compró mi hermana unos soportes a medida a un herrero de Madrid…
Carpinteros hay muchos todavía… la mayoría trabajando en empresas de muebles, construcción, puertas y ventanas, suelos….
Las críticas llenas de odio y las risotadas que tanto en México como en España habría por una empresa a la española.
Somos sencillos. Somos honestos. Somos españoles, y estamos orgullosos de ello. También estamos felices de darte la bienvenida a las tiendas que pronto abriremos en Méjico, donde encontrarás la inspiración y el diseño que esperabas para decorar el hogar de tus sueños.
Iba en cursivas el segundo párrafo, pero bueno, se entiende.
Sale un lingüista con que en Méjico hablan un español muy bonito “a pesar del enemigo (lingüístico) americano”…… tendría que añadir “y a pesar del enemigo español que promociona el inglés”….
Claro, es que lo de los del Ikea son sencillos y honestos…. lo serán porque lo dicen ellos… pero bueno, y por al extranjero no haciéndose pasar por anglosajones….
ellos van al extranjero *
… el caso de ABBA aunque cantaban en inglés y se separaron en 1982, todo el mundo sabía que eran suecos….
…. de risa y de pena fue una campaña publicitaria de Telefónica, la “compañía bandera española”…. eran un serie de fotos, de una familia, usando el teléfono, el fax, Internet y demás….. así muy altos y rubios platino, recién llegados de Finlandia… los padres, los hijos, los abuelos…. muy españoles ellos…
—- ¿Podemos en este consejo de administración ver por fin las fotografías de la campaña “compañía bandera española”? ¿O se necesitan otros 6 meses para hacer unas fotografías de mierda?
—- Aquí están…. las voy pasando una tras otra….
—- Eres como el Anthony del Corte Inglés, nos dejas con la boca abierta…. ¡son sublimes!… expresan un sentimiento de algo que hemos querido ser desde siempre… ser como ellos….
Como el Ricky Martin (Enrique Martín), que hasta de quitó el acento de la i para sonar más inglés…. e iba de rubio por ahí… de Minnesota…
Menudo tostón están dando con el Mainat…
Claro, lo de sublime se puede identificar con el deseo del cielo…. sublime sería todo aquello que te recuerda (aunque no sabes cómo es) el cielo…. es algo indefinido/misterioso que has querido desde siempre y siempre lo querrás…
Este vídeo es ingenioso y está bastante bien. Debería tener millones de visualizaciones. No las tiene por la vagancia e ineptitud de tantos que están de acuerdo
https://www.youtube.com/watch?v=5sAV_u1f5aQ
Para mi también hay libros sublimes, esos especiales que lees muchas veces, que no se los dejas a nadie por miedo a perderlos…. igual sólo tú conoces qué los enlaza a todos ellos…. para los que ven tu librería es un misterio…. y lo mismo con la ropa, con algunos objetos, música, o diversos paisajes distintos, pero sublimes… igual en ese caso no sabes ni tú qué los enlaza….
No lo había visto, está muy bien sí…. ya lo hencompartido con unos 30 enlaces…. y mañana lo subo como publicación del canal de youtube… les llegará a unos 12,000 suscriptores….
¿Qué pasó después de Franco?
Después de Franco pasó el crimen de Estado de Alcacer. Y cuando en un régimen se comete un crimen así, ese régimen ya está maldito y es ilegítimo.
En la serie “The Boys” el que hace de malo ya ha enseñado sus cartas: está en contra la inmigración ilegal….. y por eso le han relacionado con el nazismo: se lía con otra superheroina alemana y nazi…. y además odia a los homosexuales….
Tan difundida fuera de España la creencia de que Franco fuese criminalmente similar a Hítler y a Stalin está que la ley de pseudommemmoria pseudodemocrática sin duda les parecería muy encomiable al Nyt, al Times, a la BBC, etc, de lo cualson muy sabedores el presidente y el vicepresidente.
Se trata de imagen queforma parte de algo que contribuye decisivamente a que empresas tales cuales Zara hagan ascos a identificarse publicitariamente como españolas.
He aquí artículo acerca de la efervescente vigencia de la leyenda negra en medios británicos y eeuuaeños, cabe hispanistas para más inri:
El barroco y los aztecas
José María Ortega Sánchez
Crítica de la serie negrolegendaria Civilisations, coproducida por la BBC y la PSB
anglosanglos
Los 53 minutos del capítulo First Contact de la serie Civilisations (2018){2} –traducida en España como “El arte de las civilizaciones”{3}– coproducida por la BBC y la PSB, son una reflexión sobre los efectos en el arte del encuentro de civilizaciones, entre ellos, el de Cortés con los mexicas, al que dedican diez minutos.
Y son una joya.
En diez minutos, los narradores califican el encuentro de “nefasto”, pontifican que “México fue conquistado (por España) de manera rápida y brutal”, califican a Cortés y compañía como “hombres tan sanguinarios como cualquiera de los dioses aztecas”, y afirman que del encuentro generó una religión mixta, pues “el ritual cristiano absorbió las creencias indígenas, el día azteca de los muertos se fundió con el día de Todos los Santos, una celebración en la que los mexicanos se comunican con sus seres queridos muertos (…) que claramente evoca su herencia azteca”. Pero el encuentro también transformó a España, un país que se enriqueció “por las riquezas generadas por el Imperio y la esclavitud”, y originó el arte barroco español, ya que “hay una extraña similitud entre la religión de los aztecas y la del Barroco español, porque ambas tratan de la muerte y la sangre”. El mejor ejemplo sería el cuadro El expolio de la catedral de Toledo. Según Civilisations, el cretense hizo esta obra para no enemistarse con la Iglesia, porque vivía “en una ciudad (atrapada) en las garras de la Inquisición, que torturaba y quemaba vivos a los llamados herejes”, y pintó la túnica de Cristo de rojo por influencia de los sacrificios humanos aztecas.
Lo anterior es un conjunto de desvaríos. Baste señalar que el Día de Muertos, no tiene origen azteca –pueblo con el que solo una pequeña parte de los mexicanos está étnicamente relacionado– sino que es el católico Día de Todos los Santos modificado por el aztequismo del Estado revolucionario, tal y como demostró Elsa Malvido, la mejor investigadora mexicana sobre tradiciones funerarias{4}. Poca cosa si tenemos en cuenta que en 1930, el presidente Pascual Ortiz Rubio intentó sustituir a los Reyes Magos y San Nicolás por Quetzalcóatl. En cuanto a El Greco, fue un pintor manierista con tanto miedo a la Iglesia católica que llevó a juicio al cabildo catedralicio porque consideró insuficiente el pago por “El expolio” (1579). Y ganó. Y no solo porque obtuvo una cantidad muy generosa, sino porque consiguió mantener el cuadro destinado a la sacristía tal y como lo pintó, reflejo de la tradición iconográfica bizantina en la que se formó, lo que incluye la túnica roja de Cristo.
Los diez minutos son más relevantes si los comparamos con el resto del documental, y en especial con los últimos quince, dedicados al encuentro entre británicos e indios. La lúgubre música que acompaña los minutos hispanos, se anima al presentar el actuar de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Frases como “pusieron en contacto a personas que no habían tenido contacto entre sí”, “los británicos no están colonizando, están siendo colonizados” o “Gran Bretaña inició un romance con la cultura india, y no solo con sus recursos”, falsean el origen y consecuencias del colonialismo británico en la India.
El poder británico se consolidó en la India porque la implosión del Imperio hispánico que alentaron, produjo un cambio en el eje económico del mundo que perjudicó especialmente a los recién nacidos Estados hispanoamericanos y China, y benefició al Reino Unidos –en este sentido, John Tutino El debate sobre el futuro de México: en busca de una nueva economía, 1830-1845 (2016){5}–; en Perú, por ejemplo, la guerra civil de la independencia –según el mejor estudio sobre la economía virreinal, El desarrollo de la economía peruana en la era moderna, de Bruno Seminario (2016){6}– causó una caída acumulada del 71,24% en el ingreso per cápita, y en México fue peor. En cuanto a China, su debilidad permitió a la Compañía impulsar las Guerras del Opio (1839-1842 y 1856-1860) que obligaron a China a dejar entrar en el país la cocaína del momento, producida en plantaciones indias controladas por la Compañía. Para Civilisations el poder militar de la Compañía “es como si ahora Halliburton tuviera submarinos nucleares o Google tuviera aviones de combate”. En realidad, sería como si “Los Zetas” tuvieran armas atómicas. La dependencia primero de la Compañía y después del Estado británico (1853) fue letal{7}. India era una potencia industrial –líder en textiles manufacturados–{8} y se convirtió en granero mundial mientras sus hambrunas aumentaban en intensidad y frecuencia, rematando con la de 1943, que causó entre 1.5 y 3 millones de muertos{9}. Tras la independencia (1947) las hambrunas desaparecieron{10}.
Podría pensarse que Civilisations ha recibido malas críticas. Pues no. Sebastian Smee, ganador del premio Pulitzer (2011) y crítico de arte del Washington Post, la calificó (16-4-2018)como la “historia del arte más ambiciosa”, una serie “casi perfecta” y “obligatoria” para las nuevas generaciones, y destacó Encounters (First contac en la BBC) como el mejor capítulo{11}. Su opinión fue la general de los principales medios de comunicación anglosajones, como Evening Standard, The Guardian o The Daily Telegraph. Las escasas críticas negativas, se centraron en su comparación con la serie Civilization de la BBC (1960´s), con excepciones como Eric Gibson, del The Wall Street Journal (16-4-2018), que criticó el tono antioccidental de la serie.{12}
No obstante, estos minutos son una joya, por varias razones.
En primer lugar, definen la esencia de lo que hoy es la “Leyenda Negra”
Una “forma de mirar” lo hispano, que convierte a España en un país occidental por poco, y al resto del mundo hispano en países casi occidentales, por tanto ambos en los márgenes de Occidente y fuera de los forjadores de la civilización occidental. Y ello, por existir un momento –un “pecado original”– en el cual la historia de España se convierte en ominosa, provocando “taras” que aún despliegan sus efectos en los países que formaron parte del Imperio hispánico. En definitiva, el ethos español –e hispánico– sería negativo, basado en la violencia y el fanatismo, y su mayor muestra serían los tres siglos de la Monarquía Católica; y la solución, sencilla, desespañolizar Hispanoamérica y España.
El chileno Francisco Bilbao, en Evangelio americano (1864) resumió tal “mirada”, al afirmar que “La España, el español, abdicó de su pensamiento, su soberanía primitiva en manos de la Iglesia y Monarquía”, y así entregado, generó “una historia terrible y decadente”, que nada ha aportado al avance de la civilización, y que se refleja incluso en su cráneo: “la raza española es inferior en inteligencia a las razas europeas (…) la forma de su frente revela más bien la fortaleza de la tenacidad que la habitación de la inteligencia”{13}; por ello era labor de las nuevas repúblicas “desespañolizarse”, transitar de Hispanoamérica a Latinoamérica, término que inventó durante su estancia en París (1856). Era una opinión común; Bilbao fue muy popular especialmente en Argentina, donde murió. En realidad, resume las ideas de los autores británicos y franceses más reputados en su época, como Eduard Quinet, F. R. Lamennais, Juan E. T. Buckle o William Robertson, quienes recogieron en sus obras la hispanofobia ya existente.
Esta “mirada” influyó en los relatos de nación decimonónicos, y en especial, fue parte básica de los relatos de Reino Unido y Estados Unidos, que tuvieron a México y a España como contrincantes privilegiados, por ser las dos partes principales de la resquebrajada nación formada por “todos los españoles de ambos hemisferios”, y puntos de choque entre ambos mundos. La implosión del Imperio hispánico permitió al anglosajón adueñarse del siglo XIX, y explicó su éxito echando mano de las ideologías “de moda”, y en especial, el nacionalismo, el racismo y el evangélico Segundo Gran Despertar. La postergación del mundo hispánico será interpretada no como algo coyuntural, sino como el resultado inevitable (y justo) del ethos español, derivado de sus pecados contra la raza y Dios. El mundo hispánico sería inferior por mestizo –en Iberia con judíos y árabes, y en América con africanos y amerindios– y por católico –más cercano al paganismo que al cristianismo, tanto que según Civilisations, el Barroco tendría “eco de los sacrificios humanos que por religión se hacían en el pueblo (…) azteca”–. Características como fanatismo (el protestantismo genera fe, el catolicismo fanatismo), corrupción (la corrupción racial se refleja en la moral) y violencia (como un mundo “bárbaro”) entre otros, serían simples derivadas de su ethos. En definitiva, los relatos de nación decimonónicos de Reino Unido y Estados Unidos, señalaron un ethos hispano nefasto, y un ethos propio positivo.
Esta “mirada” tuvo –y tiene– múltiples efectos, y no es menor el que faculta atribuir al mundo hispánico una ética propia, que permite no solo tratarlo de modo diferente al resto de Occidente, sino –al menos– dudar de que las soluciones occidentales sean aptas para este “exótico” mundo. Buen ejemplo es la guerra entre Estados Unidos y México (1846-1848), como explica John C. Pinheiro en Missionaries of Republicanism (2014) la guerra se justificó por ser México racial y religiosamente inferior, y sirvió para cohesionar Estados Unidos asumiéndose como el reverso –en positivo– de México.
Tal “mirada” no solo es popular, es también frecuente en ámbitos académico; baste señalar que Civilisations está coproducida por las televisiones públicas británica (BBC) y estadounidense (PBS), y que actualiza la serie Civilization (1960) que convertía a los hispanos de ambos lados del Atlántico, en palabras del venezolano Arturo Uslar Prieti, en Los expulsados de la Civlización (1973), pues dejaba fuera de la formación de Occidente al mundo hispánico{14}. Pero sin duda, la mejor muestra es la serie que la BBC dedicó a la historia de España, Blood and Gold: The Making of Spain (2015){15}
El historiador Simon Sebag Montefiore, firmó un relato de nación española donde el “pecado original” sería la destrucción de Al-Ándalus, y la “tara” la creación de un Estado corrupto y una nación cincelada por el fanatismo y el racismo, pastoreada por la monarquía y el catolicismo (Inquisición) españoles; deriva que solo fue –brevemente– rota por la República. El franquismo devolvió a España a su senda tradicional, de la que “milagrosamente” la sacó Juan Carlos I.
Los tres capítulos de la serie tienen como fin, no relatar la historia de España, sino apuntalar tal relato de nación. No extraña, por tanto, que dedique el triple de tiempo a la autopsia de Carlos II que a todos los borbones del siglo XVIII, porque la autopsia muestra la corrupción española, y los segundos podrían vislumbrar un Estado que alumbró la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, o que los errores –se afirma que en 1931 se exilió Alfonso XII– y dislates –al parecer no hubo fuentes públicas en los barrios obreros hasta la II República–, se alternen con frases como la que resume la Reconquista: “sus elegantes mezquitas fueron sustituidas por ostentosas y recargadas iglesias llenas de Cristos ensangrentados”.
La serie transmite dos ideas básicas; la primera que Inglaterra siempre ha estado del lado correcto de la historia, por eso el documental convierte a Felipe II y a Franco en los personajes más importantes de nuestra historia, y hace de la Invencible y la entrevista de Hendaya, los momentos clave de sus mandatos; Sebag Montefiore afirma que el segundo fue una especie de reencarnación del primero, lo que sumado a la aparición estelar del historiador José Álvarez Junco afirmando que la destrucción de la América española hizo que los españoles dejaran de considerarse “una raza superior”, hermana a Felipe II con Hitler, y a Isabel I con Churchill. La segunda, que España no es una democracia plena porque el ethos español sigue vivo; el tétrico recorrido por el Valle de los Caídos, previa a la imagen del presentador acariciando un busto de Franco en el mercadillo de la Plaza Mayor de Madrid, transmite la idea de una democracia vigilada. Nada extraño. En uno de sus libros Titan of History (2012), no solo afirma que Franco es uno de los “monstruos de la historia”, comparable a Hitler y Stalin, sino que “el fantasma de Franco aún no ha sido completamente exorcizado de la política española”{16}.
Todo ello aderezado por el anticatolicismo. Al tratar la administración de Felipe II, Sebag Montefiore posa consultando legajos del archivo de Tordesillas. Entre los millones de legajos, se topa con el de un novicio depravado. El quizá pederasta papista, merece tanto tiempo de rodaje como el tiempo entre Isabel II y Alfonso XIII.
Es probable que Sebag Montefiore no odie a España. Y es que, esta forma de “mirar” lo hispano, no necesariamente implica no amarlo. El romanticismo británico enalteció al pueblo que derrotó a Napoleón, y la “intelectualidad progresista” gringa se volcó con el México ahormado por la Revolución, personificado en Diego Rivera y Frida Kahlo; pero ambos, imaginarán primero y buscarán después, países exóticos en los que sobraban las catedrales góticas y los palacios virreinales, pues el ethos que perseguían era no occidental, ya fuera moruno o azteca. En definitiva, esta “mirada” a los Spaniards nos quiere habitantes del Francoland que dibujó Antonio Muñoz Molina, en un magnífico artículo (El País 13/10/2017){17} y a los hispanoamericanos, dentro de los límites del Buen salvaje al buen revolucionario (1973) como trazó el venezolano Carlos Rangel. La posibilidad de que hispanofobia e hispanofilia vayan de la mano, es una de las escasas diferencias que separan la hispanofobia de la judeofobia. Sebag Motefiore es experto en la segunda, y padece la primera, que adopta la forma de hispanofilia nefasta. La misma que practican muchos a ambos lados del Atlántico, de esos que allá aplauden la revolución y aquí esperan la guerra civil. Recetas que jamás desearían para sus países.
Si las cadenas públicas de Reino Unido y Estados Unidos padecen esta “mirada”, no extraña que dentro del mundo anglosajón sea predominante. Y que llegue a extremos grotescos. Buen ejemplo es que tecleando Spanish Inquisition en You Tube, el primer video que aparece es What Made the Spanish Inquisition So Horrible?{18}, firmado por The Infographics Show, una compañía californiana con 6.2 millones de suscriptores. En este video, el Estado Islámico (ISIS) aparece como derivación de la Inquisición. Quizás Obama acababa de visionarlo cuando en su alabado discurso de El Cairo (2009) hizo lo mismo, idea que reiteró, por ejemplo, en el 63 National Prayer Breakfast (2015){19}. Desde luego, Ratisbona le quedaba muy lejos. Probablemente, la misma que al editorialista del Times que el pasado 1 de febrero pontificó sobre el juicio a Junqueras y compañía, titulando: The Times view on the trial of the Catalan 12: Spanish Inquisition.{20}
En segundo lugar, ejemplifica la normalización de esta “forma de mirar”
Centrándonos en España, lo cierto es que esta “mirada” no solo no es combatida por el Estado, sino que la premia. La BBC es uno los principales proveedores de la televisión pública española –entre ellos, la serie de Sebag Montefiere (emitida el pasado agosto){21}– y uno de los presentadores de la serie Civilisations fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias en la categoría Ciencias Sociales (2016). Ser historiadora “estrella” de la BBC y su militancia feminista garantizaron a Mary Beard una larga colección de artículos serviles, cuya probable cima fue Mary Beard o por qué los británicos son más listos y más divertidos (El País 8/2/2019){22} de Sergio del Molino, donde aplaudió Civilisations, rematando: “Por más que busco, no encuentro a la Mary Beard española, y tampoco entiendo qué distingue tanto a los británicos de nosotros. Siento una envidia acomplejada y antigua”.
Y no es el único. El galardón a Beard no desentona en un listado que atesora estupideces como premiar a Tzvetan Todorov (2008) o Karen Armstrong (2017). El primero, en su celebérrimo La conquista de América. El problema del otro (1982) no solo califica la llegada de la Monarquía Católica a América como “el mayor genocidio de la historia humana”{23} sino que convierte la matanza de civiles en invento español. En cuanto a Armstrong, propagadora de la idea del paraíso andalusí destruido por los Reyes Católicos, su galardón hizo que Serafín Fanjul en Imprudentia victrix (ABC 29/6/2017){24} se preguntase cuál sería “el siguiente bajonazo a nuestra historia y nuestra cultura” en forma de premio{25}.
José Luis Villacañas, cuando andaba promocionando su panfleto Imperiofilia y nacionalcatolicismo se escandalizó porque el filósofo Fernando Savater, la escritora Nuria Amat, o el político Carlos Iturgaiz, habían pedido el Princesa de Asturias para María Elvira Roca, pues España haría “el ridículo a nivel internacional” e insultaría la inteligencia (diario.es 26/6/2019){26}. No sé qué significa “nivel internacional” para el sofista, pero parece que –como el jurado– lo liga a salir en la BBC y pasearse por los campus anglosajones. Esta subordinación cultural complica ver premiados a historiadores que combaten tal “mirada”, y además son mucho más válidos que la señora Beard, como Tomás Pérez Vejo, español residente en México y Premio Águila Azteca –máxima condecoración para extranjeros en México– por su trabajo sobre los relatos de nación mexicano y español, al mexicano Enrique Krauze, cuya labor en Letras Libres hermana los dos principales retales de la vieja Monarquía, o a la mexicana Guadalupe Jiménez Codinach, la mejor historiadora sobre la Independencia, que ha dedicado su vida a reivindicar la Nueva España como el origen étnico, cultural y político de México.
Y si el Estado ha asumido –y premia– tal “mirada” no es extraño que fuera de él, sobren los ejemplos. Uno de los más relevantes es la industria cinematográfica española, con luminarias como Carlos Bardem “España es una anomalía histórica en Europa Occidental” (Onda Cero 4-6-2019){27}, Alejandro Amenábar “La España actual es la que ideó Franco: flota aún como un fantasma” (El Mundo, 21/9/2019){28} o el actor español más famoso en México, Óscar Jaenada{29} divulgando la idea de España como un Estado autoritario con presos políticos, dominado por una élite “fascista”. Por ello, los británicos se enfrentaron al Brexit teniendo en sus salas películas como Dukerque (2017) La reina Victoria y Abdul (2017) o Arturo, la leyenda de Excalibur (2017) y nosotros al procés con Los últimos de Filipinas (2016), Handia (2017) y Oro (2017){30}. Tres bellos cantos al positivo ethos británico, frente a tres salivazos a nuestra historia: violencia y fanatismo.
¿Por qué asumimos tal “forma de mirar”?
En Hispanoamérica, la amplia asunción de esta “mirada” deriva de la necesidad de las nuevas élites dirigentes de legitimar el poder de los Estados nación surgidos de la implosión de la Monarquía Hispánica, lo que implicó convertir las guerras civiles de independencia en guerras de liberación nacional, y el nacionalismo en ideología de Estado, lo que produjo una inevitable relación conflictiva con su pasado virreinal y con España, lo español y los españoles, convirtiendo la identidad en el centro del debate político. En el Estado nación España, la asunción de esta “mirada” se explica porque, al igual que en el resto de los retales de la vieja Monarquía, es tan útil para ciertas élites y grupos, como letal para el bien común. Y nunca ha tenido tanta fuerza como en nuestros días, poniendo en peligro Nación y Estado.
Para explicar tal fuerza, en primer lugar debe señalarse la subordinación cultural de buena parte de las élites españolas. Iniciada con la llegada de los Borbones y culminada –especialmente por la “izquierda”– tras el franquismo, esta subordinación cultural las sitúa entre sus inferiores compatriotas y a quienes considera superiores –ahora resumido en un indefinido “Europa”, del que necesitan continua aprobación- de tal manera que si el Estado marcha bien será responsabilidad suya, y si naufraga inevitable consecuencia del ethos nacional. Las consecuencias hoy para el Estado nacional son múltiples, aunque la más importante es la deserción del Estado de la actualización del relato de nación decimonónico, que navegó sin dificultades hasta la Transición. Y es que, como afirma Pérez Vejo, las élites que hicieron la Transición alumbraron un régimen que abandonó “casi por completo todo proyecto de construcción nacional e hizo suyo el relato de una nación española a la defensiva, laminada entre proyectos de tipo centrífugo y un horizonte europeo que se ofrecía como solución pero no como proyecto nacional propio” –Un proyecto para España, El País 30/9/2014{31}–. El resultado es la consolidación de proyectos alternativos al Estado y nación españoles.
Por su virulencia hoy destacan dos, el de Podemos (y aledaños) y el del independentismo catalán. El primero desea transformar el Estado en una república engargazada en el socialismo del siglo XXI, y el segundo la creación de su Estado. Para tener oportunidades de éxito, ambos proyectos necesitan “domar” –término empleado por Albert Boadella para definir las políticas educativas del “pujolismo” – a los españoles, para que una mayoría suficiente asuma tal “mirada”. Esto les hace aliados en la difusión de una visión de la historia española semejante a la propagada por Sebag Montefiore, que inevitablemente culmina en la idea de que España es una democracia simulada, y con ello, la deslegitimación de la Transición y la Constitución, fundamentada en la existencia de una nación española previa, único sujeto de soberanía. También son aliados en la división de los españoles en “dos Españas” según asuman o no la “doma”. Óscar Jaenada, reflexionado sobre los ataques de los CDR independentistas catalanes a la policía (2019), lo explicó a la perfección: “Esto no va de Catalanes contra españoles. Esto va de Fascistas contra Republicanos. Les sonará” (Twitter, 16-10-2019). En definitiva, Quim Torra sería antifascita, y Cayetana Álvarez de Toledo, fascista. Con todo lo que ello conlleva, es decir, convertir su acceso al poder en un acto anómalo, contra el que cabe resistencia “legítima”.
No obstante, hay una diferencia clave: aunque ambos desean dinamitar el “régimen de 1978”, Podemos desea gobernar el Estado y el independentismo su Estado. Por ello, Podemos necesita “genealogías heroicas”. Esta forma de hacer política consiste en defender la existencia de dos partes de la nación, de existencia cuasi intemporal y en permanente lucha, una “buena” y otra “mala”, y erigirse en sucesor de la “buena”. También necesita elegir un hecho histórico “clave” –ganado por los “malos”– que ejemplifique tal lucha, explique parte de los males presentes y sirva para polarizar la sociedad{32}, de tal manera que la contienda política del presente se convierta en reencarnación del pasado, y los votantes en combatientes, sustituyendo la razón por las emociones. Una forma de hacer política en la que el PRI, y ahora Morena, son maestros; basta ver el logo presidencial y el uso de la Conquista por AMLO, para dividir el país en dos Méxicos: “el pueblo bueno” –heredero de Cuauhtémoc, Hidalgo, Juárez, Madero y Cárdenas–, frente a los “fifís”, reencarnación de Cortés, los realistas, los conservadores y Porfirio Díaz, a los que sumaría el PRI “traidor”, es decir, el que viró al liberalismo cuando él se largó.
En Podemos, el uso de esta forma de hacer política le lleva a defender la absurda idea de las “dos Españas”, enfrentadas desde –al menos– el XIX, la “buena” hoy intitulada “el pueblo” o “la gente” y la “mala”. El discurso de Pablo Iglesias tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015 describió la “genealogía heroica” de “la gente”, iniciada por los patriotas de 1808, y que pasando por personajes como Joaquín Costa, Lluís Companys o Largo Caballero, desembocaría en Podemos{33}. Lógicamente, la “otra España” sería heredera –entre otros– de Fernando VII y Francisco Franco. En cuanto al hecho histórico “clave”, la Guerra Civil juega el mismo papel que la Conquista para AMLO en México. Y para que funcione es necesario es necesario presentar de la forma más terrible posible, tanto el hecho histórico “clave” como sus consecuencias, que Podemos resume como “régimen del 78”. Y para ello todo vale. De ahí, la comparación permanente del franquismo con el nazismo, el mantra de que España “es el segundo país con más desaparecidos después de Camboya” (Pablo Iglesias, Twitter 24/10/2019) o la afirmación de que España “no es una democracia plena”, donde hay presos políticos{34}, resumiendo, un país nefasto{35} y una “anomalía” en Occidente.
Esta forma de hacer política es desastrosa para el Estado y la Nación, sobre todo si es asumida por partidos políticos mayoritarios, y desde la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, la dirección del PSOE coquetea con ella, lo que puede verse no solo como táctica electoral, destinada a convertir al PSOE en partido hegemónico por su capacidad de pactar con los partidos nacionalistas antiespañoles, sino como resultado de corrientes internas, y en especial, la derivada de la fusión de la Federación Catalana del PSOE en el Partir dels Socialistes de Catalunya (1978). Coqueteo que Pedro Sánchez –aupado, como Zapatero, a la secretaría general del PSOE por el PSC– elevó a noviazgo formal.
Baste señalar el discurso que nos regaló delante de la tumba de Azaña (21-2-2019) donde, además de obviar la reconciliación que simbolizó la viuda de Azaña en México abrazando al entonces Rey (1978), se presentó como el representante de una “España” que pasa por las Cortes de Cádiz y la II República{36}, frente a esa otra “España” causante, como dijo en su discurso de investidura de julio de 2019, de que “(España sea) el segundo (país) del mundo en número de desaparecidos”{37}; una apuesta por la “doma” que tuvo su episodio más vergonzoso cuando el Gobierno “contrató” a Álvarez Junco para que, en unión de la Vicepresidenta y de un representante portugués, transformase la gesta de Elcano en un “erasmus oceánico” (abril, 2019){38}.
Pero esta “mirada” no solo es acogida por proyectos que buscan tomar el poder, así los aplausos más entusiastas al panfleto de Villacañas contra Imperofobia y leyenda negra (2016), no vinieron (solo) de medios cercanos a las ideas del llamado “Filósofo de Podemos” y ahora consejero de Íñigo Errejón, sino del Protestante digital, culminado con un artículo de César Vidal (10/07/2019){39} donde calificó a Roca de –entre otros insultos– “ignorante sectaria” y “panfletaria de ínfima condición”, y a su libro de “excremento envuelto en bilis e ignorancia” o “detritus impreso”, al servicio del Papa para “someter otra vez España al yugo clerical y la de invadir Estados Unidos con hispanos con las mismas intenciones”. Vidal, quien se intituló “exiliado” años antes de que Carles Puigdemont lo hiciera –en ambos casos, denominación ofensiva para nuestra democracia y burla de los verdaderos exiliados–, está lejos de las posiciones ideológicas de Villacañas, pero entiende que la expansión del evangelismo –del mismo modo que lo hace Arturo Farela “el capellán de la Cuarta Transformación” en México– necesita asumir todas las estupideces de la “leyenda negra” clásica; así en La Voz, programa emitido desde Estados Unidos, tuvo la humorada de celebrar el 12 de octubre (2018) leyendo sangrientos trozos de la Brevísima y el Thanksgivings relatando las virtudes de los buenos protestantes.{40}
Con todo ello, es lógico que parte de la población española haya asumido tal “mirada”. Y milagroso que la Nación aguante. El pasado año, Jason Webster, uno de los hispanitas más famosos del Reino Unido –y de los que mejor se ha metido en el papel, pues está casado con una bailaora de flamenco{41}– publicó Violencia; resumiendo, Webster afirma los españoles somos un conjunto de pueblos cainitas aficionados a matarnos – eso sí, buena gente-, y que para evitar que siga volviendo “el apóstol Santiago” –cuya última aparición tuvo lugar en Cataluña, dando palos a la gent de pau– debemos romper la Nación, pues (Francoland) España y democracia son incompatibles. Violencia ha recibido favorables críticas de hispanistas como Paul Preston{42} y de medios prestigiosos como The Times, donde Gerard DeGroot afirmó que el libro demuestra que “los españoles estamos inclinados a la violencia anárquica” (12/10/2019){43}. Cualquier persona con algo de sentido común y conocimiento histórico, concluirá que las tesis de Webster son una imbecilidad. Pero es difícil combatirlas cuando el twitter de Webster está plagado de propaganda hecha desde España y pagada con dinero público, que transmite la misma idea, y en el que no desentonaría una ministra de Justicia, y hoy Fiscal General del Estado, que compara al franquismo con el nazismo y la construcción del Valle de los Caídos con el Holocausto.{44}
En conclusión
La “mirada” podría resumirse como tres “engranajes” sucesivos: (1) rechazo del ethos español y por ello, del Estado nación España (2) desvalorización de la historia española –entendida como la común de los pueblos hispánicos durante la Monarquía Hispánica y posteriormente la desarrollada por el Estado nación España–, y (3) la lógica necesidad de “desespañolización”.
El uso de esta “mirada” para la toma del poder en Estados hispanos favorece convertir la política en una permanente lucha identitaria, y tiene como resultado nacionalismo y autoritarismo. En palabras de Mario Vargas Llosa “Hispanidad rima con libertad” {45}, sin ella Hispanoamérica se convertiría en un conjunto de Estados que –en mayor o menor medida– experimentarían soluciones “descolonizadoras” propias, alejándolos de Occidente{46}. En cuanto a España, terminaría en un número indeterminado de irrelevantes proyectos de Estado nación. Es posible que unos y otros lograsen cierta integración regional, pero con míseros lazos. La lengua y cultura común no tardaría en deslavazarse. El legado de la vieja Monarquía sería definitiva e irrevocablemente, autoritarismo y nacionalismo
Cuando 48 horas después de los resultados de las elecciones de noviembre de 2019 Pedro Sánchez anunció un acuerdo de gobierno con Podemos, no solo hizo lo contrario de lo que prometió en campaña electoral, sino que siguió la senda que marcó desde que se hizo con el poder en el PSOE y apostó plenamente por un partido entregado a una estrategia política que replica la de Podemos{47}. Algo tan probablemente bueno para sus intereses personales y los de sus fieles, como nefasto para la Nación y el Estado.
Nosotros, los hispanos de ambos hemisferios, veremos lastrados nuestro desarrollo si seguimos permitiendo que esta “mirada” siga campando a sus anchas por los restos del naufragio de la vieja Monarquía y el fracaso de la nación de los “españoles de ambos hemisferios”, para lo cual es necesario asumir que esa “mirada” existe, y después combatirla. Y debe ser una lucha común. Nos jugamos mucho, ni más ni menos que nuestra propia existencia.
La dependencia psicológica de España hacia Anglosajonia, en especial Inglaterra, hace que constantemente estemos disculpándonos o tratando de presentarles buena cara. La opinión de ellos no debería importarnos, y deberíamos concentrar nuestros esfuerzos en desarrollar nuestra propia concepción de las cosas, la historia y demás.
Una buena idea sería formar una sociedad dedicada a hacer documentales, históricos y de todo tipo. Por ejemplo, “Nueva historia de España” podría dar lugar a una serie o mejor a varias, pues los temas son demasiado variados. Pero aquí encontramos enseguida un obstáculo: el nivel general en documentalistas y periodistas es bastante tosco y además los periodistas o encargados pueden salir por peteneras en cualquier momento. La salida es difícil.
Es muy importante, por ejemplo, recordar las innumerables fechorías de los ingleses, ya que de ahí proceden la mayoría de las calumnias a los españoles. Además saben hacerlo con una apariencia de objetividad.
En otras palabras, es preciso mostrar cómo los ingleses carecen de la menor autoridad moral para criticar a nadie.
A ver si consigo que alguien se percate de este “detalle”:
Junto a las dos tensiones mencionadas en la parte hispana, la tercera, muy pocas veces tratada, se produjo con respecto a Francia y la política del papado, y en cierto sentido continúa hasta hoy. Desde pronto los reinos españoles fueron creando una cultura autóctona, aun en relación más o menos estrecha con la de allende los Pirineos. La propiamente española fue creando instituciones y más ampliamente cultura, inspiradas en la tradición hispano-gótica, tan intensa en la Marca Hispánica de las futuras Aragón y Cataluña, como en Asturias-León y la inicialmente separatista Castilla. Cabe seguir esta tensión sobre uno de los logros autóctonos: el descubrimiento o invención del sepulcro de Santiago y la ruta de peregrinación. Sin embargo, superado el calamitoso siglo de hierro del papado, este, apoyándose en los monasterios borgoñones de Cluny y el Cister, emprendió reformas en profundidad que darían lugar al movimiento románico y más tarde al gótico. Efecto de ello fue el apoderamiento de las rutas de peregrinación a Santiago, que se extendieron por gran parte de Europa, con centro en Francia. En la propia España, a lo largo del “camino francés” y en la misma Toledo, se impusieron autoridades eclesiástico-políticas francesas o borgoñonas , y fueron abandonadas o postergadas la liturgia “mozárabe” (realmente hispanogótica), la letra visigótica, la arquitectura asturiana y otras formas autóctonas, contribuyendo a aumentar las tendencias políticas disgregadoras. Sin duda la introducción de la cultura románica y gótica fue en conjunto un progreso, pero no sin serios costes (gótico como sinónimo de “bárbaro” fue el nombre dado en el Renacimiento italiano al arte anterior de las grandes catedrales; quizá como recuerdo del saqueo de Roma).
Esta tensión ha sido muy poco señalada, y menos aún estudiada. Pero después del siglo y medio de hegemonía española en Europa, la influencia político-cultural francesa volvió a hacerse abrumadora en el siglo XVIII, que fue para España de decadencia. Y en el siglo XIX, la invasión francesa profundizó la decadencia al combinarse con la influencia inglesa, conjunción resumida en la caída de España a potencia política y cultural de tercer orden, posición de la que no se ha recuperado hasta hoy. Por qué, al revés que en la Reconquista, estos influjos exteriores han ejercido una presión deprimente, es un asunto que debería dar lugar a estudios en profundidad, aunque en este nos bastará con señalarlo.
Dentro de esta tensión, los Reyes Católicos significarán el triunfo de lo autóctono, es decir de la concepción político-cultural hispanogótica, incluso cierto renacimiento de la liturgia hispanogótica o mozárabe, y una neta oposición a Francia, heredada más de Aragón que de Castilla (esta había mantenido hasta entonces una notable francofilia en sus relaciones exteriores). De paso, la mayor influencia cultural externa pasó a ser la italiana, que no suponía ningún coste político, mientras la cultura española, en general alcanzaba una originalidad sin precedentes.
En 1469, Fernando, príncipe heredero de Aragón, con 17 años, disfrazado de mozo de mulas, llegó a Valladolid para casarse con Isabel, de 18, a su vez posible heredera de Castilla, que había logrado burlar la estricta vigilancia a que la sometía su hermanastro, el rey Enrique IV. Los dos eran primos segundos, de la familia Trastámara, lo que exigió una dispensa papal, que consiguieron al parecer fraudulentamente. Es difícil imaginar un relato más romántico, pero ello, desde luego, no garantizaba un reinado estable, máxime teniendo en cuenta que ambos eran adolescentes, por lo que lo más probable era que se convirtiesen en juguetes o rehenes de unas u otras facciones nobiliarias. Pero no iba a ser así. Lógicamente disfrutaron de consejeros competentes, pero desde el primer momento demostrarían una madurez de carácter y visión política realmente sorprendentes para su edad.
Por otra parte, la noticia del matrimonio conmocionó en Francia y en Portugal, pues ambas temían la formación de un poderoso estado castellano-aragonés.
Este matrimonio fue un resultado tardío de otro hecho histórico, el Compromiso de Caspe, ocurrido cincuenta y siete años antes. En 1410 había fallecido el rey de Aragón Martín el Humano, cuyos cuatro hijos habían muerto antes que él, por lo que la corona quedó sin heredero. Habiendo salido hasta seis pretendientes, con acciones armadas y asesinatos, para evitar la guerra civil se acordó, dos años después, una votación de nueve compromisarios, tres por cada uno de los reinos Aragón y Valencia y del principado catalán, dejando a Mallorca sin voz ni voto. La elección de Caspe, localidad de Aragón, dio, según versión muy posterior del historiador Jerónimo Zurita, seis votos para el castellano Fernando de Antequera, dos para su rival Jaime de Urgel y una abstención; sin embargo las actas y otros documentos oficiales del momento afirman unanimidad para Fernando. Tras los reinados de Alfonso el Magnánimo y de Juan II, había quedado heredero, Fernando, prometido de Isabel.
En Castilla, el conflicto hereditario causó gran turbulencia bajo Enrique IV, llamado por sus adversarios el Impotente, que deseaba nombrar heredera a su hija Juana, a quien muchos suponían otro origen paterno. A Enrique IV se le había ofrecido la incorporación de Cataluña (que sie feta perpetual unió e incorporación de aquest Principat ab lo Regne de Castella) durante una guerra civil en que la Generalidad intentaba deponer al rey aragonés Juan II, padre de Fernando. El castellano rechazó la oferta por conveniencias personales y probablemente porque prefería orientar los impulsos unitarios hacia Portugal, reino más uniforme, estable y rico que Cataluña o el intrincado conjunto aragonés. Por presión de los nobles, Enrique aceptó por heredera a su hermanastra Isabel, de madre portuguesa pero que, por razones mal conocidas, se inclinaba por el príncipe aragonés. Pero al conocer el enlace de ambos, Enrique la excluyó de la sucesión en favor de Juana.
Para que los condicionantes externos sean tan excesivamente poderosos, (porque poderosos siempre son) influyen también factores internos, como podría ser la falta de libertad en el ámbito cultural. Si en España no hay libertad cultural, no puede haber contraste de pareceres, ni tampoco progreso.
Alvo (sobre este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=5sAV_u1f5aQ: No lo había visto, está muy bien sí…. ya lo he compartido con unos 30 enlaces…. y mañana lo subo como publicación del canal de youtube… les llegará a unos 12,000 suscriptores…. ¿Qué pasaría si cada lector del blog hiciera lo posible por difundirlo? Podría llegar a cientos de miles, quizá a millones y eso tendría efecto. Es preciso movilizarse y no dejar el terreno ideológico a los rateros del gobierno y similares.
La unión de Castilla y Aragón era, pues, muy desigual. Las diferencias políticas entre ambas coronas se han simplificado, un tanto arbitrariamente, como oposición entre un “absolutismo” castellano y un “pactismo” aragonés. Pero ese absolutismo no tenía nada que ver con el que se impuso en gran parte de Europa en el siglo XVIII a partir de Francia, y menos aún con el totalitarismo del siglo XX. En Castilla se entendía como la primacía, de ningún modo absoluta, del monarca sobre la oligarquía nobiliaria y las instituciones, cosa que nunca se conseguía por completo ni mucho menos. Los reyes debían jurar, además, las leyes particulares de sus territorios, y algunas de sus medidas ser aprobadas por las Cortes.
El “pactismo” aragonés entendía al rey como primus inter pares, según la fórmula: “Nos, que somos tanto como vos , pero juntos más que vos, os hacemos principal entre los iguales con tal de que guardéis nuestro fueros y libertades, y si no, no”. Se ha encomiado también el dicho de Alfonso IV de Aragón a su esposa Leonor de Castilla: “Nuestro pueblo es libre y no está sojuzgado como el pueblo de Castilla, porque ellos me tienen a mí como a señor y nosotros a ellos como vasallos y amigos”. Frases que llaman fácilmente a engaño, pues Alfonso no entendía por “el pueblo” a los campesinos y artesanos, mucho más sojuzgados que en Castilla, sino a los oligarcas y grandes comerciantes, de quienes se sentía amigo… a veces, pues los conflictos entre la autoridad real y los privilegios de los nobles no eran menos frecuentes que en Castilla.
El “absolutismo” castellano aparecía como el ideal de una monarquía capaz de imponerse a los abusos y rapacidades de los oligarcas, y tanto campesinos como burgueses preferían vivir en tierras “de realengo”, es decir, de jurisdicción regia, y no en las “de señorío”, donde las exacciones y arbitrariedades eran mayores. En Castilla, las de realengo abarcaban a más de la mitad de la población, de la que prácticamente había desaparecido la servidumbre, que en cambio persistía en Aragón. Había también grandes extensiones de tierras comunales, de las que a menudo trataban de apoderarse los señores. Por un equívoco, se ha solido entender que la jurisdicción real o señorial o eclesiástica suponía la propiedad directa de las tierras, pero esta solía ejercerse solo sobre una parte de ellas, mediante arrendamientos. Bajo sus jurisdicciones vivía un número alto, aunque difícil de evaluar de labriegos propietarios pobres, medianos o “labradores ricos”.
Otra diferencia de gran calado entre Castilla y Aragón era la relación internacional con Europa. Aragón había sido la gran rival de Francia en Italia, mientras que la tradición castellana era profrancesa, la de Portugal proinglesa, y Navarra se integraba en la corona gala. A partir de los Reyes Católicos, y por influencia principal de Fernando, Castilla adoptaría la política antifrancesa de Aragón, lo que iba a condicionar en lo sucesivo su evolución exterior de España con lógicas repercusiones interiores.
Una orientación externa, quizá aún más fundamental y común a todo el país, era la lucha contra el islam, que lejos de resolverse con la toma de Granada, iba a recrudecerse en el Mediterráneo con la amenaza otomana y una agotadora piratería berberisca. Esta renovada contienda continuaba en otro ámbito la Reconquista, e importa señalar sus implicaciones. En los siglos anteriores, España no solo se había defendido contra Al Ándalus, sino que había sido una barrera defensiva para el resto de Europa occidental, que se beneficiaba de la lucha en España y de distintas maneras auxiliares participó en la empresa. Pero en la lucha contra la expansión turca en el Mediterráneo, España solo pudo contar con el apoyo de ciudades italianas y el papado, mientras que los otros principales reinos cristianos, Inglaterra y sobre todo Francia, así como los protestantes, colaboraban con más o menos intensidad con los otomanos, atacando a España por la espalda, por decirlo de algún modo. Es este un rasgo de la nueva época que debe ser subrayado, precisamente porque la mayoría de las historias, empezando por las propias españolas, no lo ven o no destacan su profunda significación histórica.
Miren lo que dicen los infames redactores de Libertad Digital: ¿cipotudos, podría decirse?
“Andrés Martínez Arrieta: con 25 años se convirtió en el vocal más joven del CGPJ. En 1998, accedió la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Fue uno de los fundadores de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria. Redactó la sentencia que absolvió a Baltasar Garzón en el caso de los crímenes del franquismo ”
¡Qué nivel!
https://www.libertaddigital.com/espana/2020-10-08/marchena-arrieta-ferrer-palomo-y-de-porres-magistrados-iglesias-supremo-6667692/
Desde el comienzo de su reinado, los más tarde llamados reyes Católicos hubieron de afrontar una situación caótica de luchas civiles y entre oligarquías, y humillaciones del poder regio. Y las posibilidades de que los violentos desórdenes aumentaran eran desde luego muy grandes. Hechos semejantes no eran raros en el resto de Europa, y en España el tiempo de Enrique IV marcó una etapa de profunda depresión o decadencia en la historia de Castilla-León, justamente cuando el reino estaba en la mejor disposición para concluir la Reconquista; y no era mejor el panorama en el reino de Fernando. Frente a tales adversidades, poco a poco fue haciéndose perceptible en los monarcas un cuádruple designio, que proseguirían con firmeza y tesón: acabar con la anarquía nobiliaria reorganizando el estado; culminar la Reconquista –lo que exigía vencer al reino de Granada y procurar la reintegración de Navarra y Portugal; aislar a Francia, su más fuerte enemigo en Europa, mediante alianzas con Inglaterra y el llamado Sacro Imperio; y proseguir la lucha contra el islam en el norte de África y el Mediterráneo.
La tarea clave en la descansaban las demás, fue la reorganización del estado mediante una serie de reformas que asegurasen la clara hegemonía de los monarcas sobre cualesquiera grupos oligárquicos. Este propósito encerraba grandes dificultades, por cuanto la nobleza era, como fuera de España, la base misma del poder. Los reyes podían maniobrar con sus facciones o apoyarse en otras fuerzas políticas, como las ciudades e incluso el campesinado, juegos siempre peligrosos; pero en cualquier caso era imposible gobernar sin la nobleza, que incluía al alto clero, asentada de siglos atrás y sin la cual el monarca se encontraría en el vacío. Por tanto, acabar con la anarquía solo podría hacerse mediante una combinación cuidadosa de fuerza y flexibilidad, una especie de doma que mermase el poder nobiliario sin aniquilarlo. La “doma” consistió en atraerse a las facciones más leales, exhibir superioridad militar, prohibir las guerras particulares, desmochar o derruir los castillos si era preciso, ejecutar a algún oligarca especialmente rebelde, recuperar las tierras usurpadas por los nobles a la realeza con Enrique IV y crear nuevos organismos de gobernación disminuyendo en ellos la presencia nobiliaria; pero sin pretender reducir a la nada su influencia política o sus fuentes de riqueza. Los partidarios de Juana fueron en general perdonados a cambio de su sumisión.
https://www.infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/2010070304-pensamiento-del-dia-no-te-olv
También fueron innovaciones clave la formación de un pequeño ejército permanente de dos mil quinientas “lanzas” a caballo, ejército profesional permanente, y la organización de las “Escuadras de galeras de España”. Eran avances militares también nuevos en Europa, que se completarían durante las guerras de Italia con una verdadera revolución en el arte y la técnica militar, la cual haría a la infantería española invencible en el continente durante un siglo y medio.
Desde luego, estas reformas encontraron muchas oposiciones y no siempre pudieron aplicarse plenamente, pero compusieron una verdadera revolución política y diseñaron un estado nuevo, el mejor organizado de Europa y más capaz de sacar el mejor rendimiento de sus recursos: en él se fundamentaría el largo período de hegemonía hispana. También es evidente que crearon en el país un espíritu nuevo, de mayor confianza en sus fuerzas, y que supusieron para la población una mayor libertad y protección frente a los abusos y arbitrariedades de los poderosos, que garantizó a la monarquía, por muchas décadas, una consistente fidelidad popular.
Nuevo hilo
Los catalanes siempre fueron y se sintieron españoles, hasta que llegó una banda de racistas descerebrados a decirles a sus paisanos que eran una raza superior. Y los más torpes y atrasados se lo creyeron. Más en https://www.piomoa.es/?p=9432