Vizcaíno Casas y los errores de la transición
Estoy leyendo la tercera parte de las memorias de Vizcaíno Casas, que constituyen un retrato invalorable de la transición, y que debieran ser reeditadas. Por entonces (1978) Vizcaíno escribió …Y al tercer año resucitó. Pienso buscarlo en alguna librería de viejo. Yo creía que era un ejercicio de nostalgia o cosa así, pero veo que trata más bien de cómo tantos franquistas se volvieron de pronto demócratas sin entender mucho de una cosa ni de la otra. El caso es que vendió más de 700.000 ejemplares, un éxito tan enorme que “conmocionó a los medios informativos: conservo recortes de la prensa extranjera, que lo destacó tanto o más que la de aquí. Tampoco creo que haya vuelto a suceder que se ocuparan con semejante atención de un libro en España Le Figaro, New York Times, The Observer, Daily Telegraph. The Economist, Clarín, O primeiro de Janeiro, Newsweek, Washingrton Post, The Guardian, O Diabo, El Mercurio, Novedades, A Rúa...” Era lo que ABC y El País coincidieron en llamar “un fenómeno sociológico”, visto con opuesta apreciación: “Al parecer, con semejante cobertura informativa, bastantes de estos medios estimaron que ya habían cumplido conmigo de por vida y a partir de entonces han renunciado a dar noticia alguna de mis publicaciones”.
Las reacciones de los neodemócratas debieron ser dignas de estudio. Vizcaíno publicó también en el semanario humorístico La Codorniz viejas frases de, por empezar, Laín Entralgo, quien replicó en Gaceta Ilustrada con “un violentísimo artículo en el cual despreciaba mis menguadas y retorcidas prosas (…) y clamaba con indignación porque se ponía en duda su sincera identificación con los valores democráticos”. Al pobre Laín, que había publicado su (algo torpe) Descargo de conciencia, tuvo que escocerle mucho, porque la izquierda, repentina juez y definidora de esos valores, no dejaba de ironizar sobre el democratismo de tantos ex franquistas, cosa que a estos les hacía mucha pupa moral. No menos significativo fue que “la empresa que editaba La Codorniz, que era la misma de Gaceta Ilustrada, destituyó a la semana siguiente a Manolo Summers (director de la primera)”. ¿Comprenden ustedes, o hay que explicarlo? Con Summers se fueron sus colaboradores más incisivos, la empresa intentó mantener la revista con otros, pero debió de perder toda su gracia, porque al poco tiempo la cerró definitivamente.
Claro que el “fenómeno sociológico” no cuajó en fenómeno político, y vale la pena intentar entender por qué. Pasando de las anécdotas, se percibe en Vizcaíno y en tantos otros “fachas”, como les llamaban sus enemigos, un talante defensivo, incluso derrotista. Como muchos otros, Vizcaíno tenía del franquismo una idea más sentimental que intelectual, lo que le había impedido percibir la genial jugada de Torcuato Fernández Miranda con el referéndum del 76, que legitimaba democráticamente al franquismo y abría el camino a una esencial y necesaria continuidad histórica. Con una visión poco elaborada del propio franquismo –un régimen de cuatro partidos de hecho, sin ideología propia más allá del catolicismo que unía (más o menos) a los cuatro, y del que le despojó el Vaticano II–, no entendían la imposibilidad de continuarlo tal cual. Por eso, en lugar de aprovechar el respaldo popular del referéndum, dejaron la bandera de la democracia en manos de los peores enemigos históricos de ella: PSOE, PCE y separatistas, cosa que estos agradecieron mucho. El franquismo no había sido una democracia, al menos convencional, pero el hecho es que si había sido posible una democracia sin caer en las convulsiones republicanas, se debía exclusivamente a los inmensos logros de aquel régimen.
No había entonces alternativa a la democracia, salvo como alguna forma de despotismo supuestamente ilustrado. Lo cual nadie podría atreverse a defender, aunque en la práctica fuera la conducta de tantos partidos y políticos (Azaña era un ejemplar máximo de tal concepción, no digamos los “científicos” marxistas). Pero la “democracia” de sus nuevos jueces y definidores ha resultado algo muy parecido al retrato de la república por el propio Azaña: “Una política incompetente, tabernaria (ahora en restaurantes de lujo), de amigachos, de codicia y botín sin ninguna idea alta”. Nunca he visto mejor definición de la práctica de tales “demócratas”. Y los “fachas” se veían obligados, patéticamente, a criticar (por lo demás con razón) las medidas de izquierda y separatistas…, por no ser democráticas…, y cuando ellos mismos rechazaban la democracia. El equívoco resultaba mortal, y no es de extrañar su incapacidad política para tomar la iniciativa y contrarrestar las derivas que ha venido sufriendo el país. La transición tuvo que haberse apoyado en el gran logro de Torcuato, pero vieron a este como traidor…, cuando ya no había nada que traicionar, pues las cuatro familias del franquismo andaban ya dispersas y a la greña. Sí había algo fundamental que conservar y sobre lo que construir: la legitimidad histórica de un régimen excepcionalmente benéfico para España y la libertad, pero ya agotado.
Era de esperar que los partidos tradicionales, PSOE, PCE y separatistas, hubieran aprendido la lección de la historia o se les hubiera obligado a aprenderla. De hecho, Tarradellas la aprendió. El mismo PCE, única oposición real a Franco desde el principio al final del régimen, también aprendió algo cuando aceptó la bandera, la monarquía, la economía de mercado, rechazó sin decirlo los separatismos u olvidó su afán genocida contra la Iglesia… Es decir, aceptó la herencia del franquismo, al menos de manera formal y en principio. Paradójicamente el rechazo frontal provino de los “moderados”: PSOE y separatismos democristianos. Desde entonces todos ellos se legitimaron histórica y políticamente, en medio de la farsa y la confusión, gracias a que una parte de la derecha renunció a la batalla de las ideas y la otra se encerró en sus añoranzas de un régimen que no había entendido bien.
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Una hora con la historia: tras la invasión de Polonia, tanto España como Usa o el Vaticano hicieron esfuerzos diplomáticos, finalmente vanos, por evitar la extensión del conflicto. En la gran estrategia de Hitler, el frente occidental con Francia era secundario, y probablemente no habría tenido lugar sin la declaración de guerra francoinglesa tras la invasión de Polonia. Ante su objetivo principal, la ocupación de Rusia, las ofensivas desde Noruega a Francia buscaban evitar una contienda en dos frentes, como la que había llevado a la derrota de Alemania en la PGM. Muchos (Franco, desde luego) temían que la guerra en el oeste repetiría la experiencia de 1914-18 arruinando a los contendientes en beneficio del comunismo. Temor muy justificado porque el ejército de tierra francés estaba considerado el mejor del mundo, siendo reforzado además por 300.000 soldados ingleses. Sin embargo los alemanes barrieron con sorprendente facilidad y sin graves pérdidas a sus enemigos. Un “nuevo orden” bajo hegemonía germana parecía nacer en Europa: 177 – Victorias alemanas | Ayuso hace el discurso de Vox beneficiando al PP – YouTube
Petición paradójica
https://www.change.org/p/change-org-cerrar-change-org-6cdb0fb7-2b29-4f67-b18a-b789c0c29d3c
MEMORIA HISTÓRICA. Amenaza para la paz en Europa,
https://gaceta.es/actualidad/la-gaceta-regala-a-sus-lectores-el-libro-definitivo-que-desmonta-la-memoria-historica-20210223-0814/
¿No sería más lógico subtitular con Amenaza para la paz en España?
Pienso que el libro de Vizcaíno Casas que mejor retrata la pirueta evolutiva política de tantos franquistas es “De camisa vieja a chaqueta nueva”:
https://www.librosdemario.com/de-camisa-vieja-a-chaqueta-nueva-leer-online-gratis
Mis padres solían comprar libros de Vizcaíno Casa que todos leíamos en casa, así que recuerde ahora, “Las autonosuyas”, “Los descamisados”…
La cuestión no es baladí ni artificiosa, en realidad es la más profunda que plantea a la psique humana su propio destino. Ante todo, ¿por qué puede Jayam, es decir, el ser humano, plantearse esa gran cuestión, cosa que no parecen hacer los demás seres vivos, ni aun los más próximos a nosotros? Parece haber una respuesta doble: porque la consciencia de la muerte permite, en realidad exige, al hombre contemplar su vida como un todo precisado de sentido; y porque en la vida corriente no sobreviviríamos sin esos sentidos parciales basados en la finalidad. Distinguimos así las acciones inútiles o perjudiciales para nuestra existencia como insensatas, absurdas, expresión de locura si se prodigan (en el Quijote tenemos un gran ejemplo literario). ¿Cómo podría ser, entonces, que las acciones fragmentarias de la vida corriente tengan sentido y el conjunto de ellas sea absurdo? ¿No cabría entender y descifrar el sentido de conjunto de la vida atendiendo a sus fragmentos, al modo como cada tesela de un mosaico ayuda a componer una escena total? Y sin embargo, advierte Jayam, tal cosa es imposible, porque el sentido de nuestras acciones depende de nuestra intención y finalidad, mientras que nuestra vida entera escapa por completo a ellas.
Es imposible decidir entonces si esa fuerza exterior, o como quiera llamársela, de la que depende nuestra vida, da algún sentido a esta o tiene ella misma algo análogo a lo que llamamos sentido. Creer una cosa u otra resulta arbitrario, pues está fuera de nuestra capacidad racional. Esa impenetrabilidad arroja una densa niebla sobre los sentidos parciales en la vida práctica, los vuelve dudosos e insignificantes, por lo que es fuente de profunda angustia, a veces llamada angustia vital, que llega a paralizar a la persona ante las exigencias cotidianas, o llevarla al suicidio. A esta realidad puede objetarse que la gran mayoría de las personas se mantiene cuerda y hábil sin pensar en tales problemas, sino guiándose sin más por las exigencias que le impone la experiencia cotidiana un, poco, diríamos al modo de los animales. Pero cabe sugerir que para afrontar tales exigencias y soportar sus esfuerzos con suficiente concentración, serenidad y destreza, el hombre necesita calmar la angustia general, tener de algún modo resuelta la Gran Cuestión, por medio de la religión, la filosofía o la ideología. Pretensión de la que se burla el propio Jayam: “Los sabios y filósofos más ilustres, luminarias de su tiempo / caminaron en las tinieblas de la ignorancia / ¿Qué hicieron? /Pronunciaron unas frases confusas y después se durmieron”. Y dice de sí mismo: “Tuve grandes maestros / llegué a estar orgulloso de mis progresos / Cuando recuerdo que fui sabio me comparo / al líquido que llena el vaso y toma su forma, y al humo que el viento desvanece”.
¿por qué puede Jayam, es decir, el ser humano, plantearse esa gran cuestión, cosa que no parecen hacer los demás seres vivos, ni aun los más próximos a nosotros?
Bueno, pero es que el resto de seres vivos no pueden plantearse esa cuestión, ni ninguna otra… ¿A qué se refiere usted?…
No recuerdo ahora dónde he leído que así como los reyes dieron carta de naturalización a Américo Vespucio, convirtiéndolo en español, no hicieron lo mismo con Colón, considerándolo “natural”. Quizá algún lector pueda aclarármelo.
El asunto importa, porque no es fácil que Colón persistiera como genovés en una empresa española sin dicha carta, que lo pusiera sin dudas al servicio de España. Colón, por otra parte, se expresaba en español castellano, incluso estando en Portugal y hablaba español con sus hermanos y lo muy poco que escribió en italiano sugiere que no dominaba bien el idioma.
“Un total de 93 profesionales de la cultura y la educación de la Región de Murcia han remitido una carta firmada al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, en la que exponen su rechazo a que diputados de Vox asuman competencias de la Consejería de Educación y Cultura”.
Los mangantes de la “cultura” ven peligrar sus chiringuitos.,
Lo primero que encuentra Jayam es que ni en el nacimiento ni en la muerte tiene el menor papel la consciencia, la voluntad o la finalidad humanas. Esto tiene máxima importancia, pues la propia existencia que llamamos consciente y finalista depende de tales sucesos inasibles para la consciencia: y no solo el nacimiento mismo, también todo lo ligado a él, como el sexo, los rasgos genéticos, la familia, el carácter y posición social, el país o la época. También le escapan el día y circunstancias de la muerte, salvo por la certeza de que llegará y lo hará al margen del deseo y, salvo sucesos extremos, de la voluntad personal.
Desde luego, las circunstancias de nuestro nacimiento condicionarán el resto de nuestra existencia de modo importante, y desde luego ajeno a nuestra voluntad y razón. Pero al menos, una vez alcanzada cierta madurez, nuestra vida, que asombraba al poeta persa, pasa a depender, al menos parcialmente, de nuestras intenciones y actos finalistas. ¿Basta ello para dar al menos cierto sentido a nuestra vida? No sobra, pues, examinar la “Pequeña Cuestión” de la vida corriente y si los sentidos parciales que le encontramos podrían ser suficientes para evitar la conclusión angustiosa del absurdo o sinsentido:¿hasta qué punto el sentido que hallamos en nuestras acciones no pasa de ser una ilusión? ¿Y tienen sentido todas ellas?
Referido al hermano menor de Cristóbal Colón, Diego:
http://www.cervantesvirtual.com/bib/portal/exploradores/pcuartonivel275e.html?conten=exploradores&pagina=viajeros2_diegocolon.jsp&tit3=1493,+Diego+Col%F3n
Gracias, LeonAnto
A Castilla y a León, nuevo mundo dio colón
Hará falta un contexto dentro del cual sea posible plantearse la idea de sentido de nuestras decisiones. Que una persona decida estudiar matemáticas tiene sentido. Que decida casarse también lo tiene. Pero el sentido para las dos decisiones juntas no está definido en general. No existe un hilo que va pasando por todas las teselas permitiendo recorrerlas con un mismo sentido. Las teselas más bien se conformarían como grupúsculos donde hay teselas unidas con fuerza variable (sentido) a otras del grupúsculo pero la unión de unos grupúsculos con otros dependería más de los azares de la vida o de las decisiones y sentido de otras instituciones dentro de las que vivimos (familia, nación, empresa, etc).
Me partía de risa viendo la película “las autonosuyas”.
Muchos de los que pasaron llorando por delante del féretro de Franco acabaron en el psoe.
https://www.youtube.com/watch?v=mDYyN3Ix4jI
Un caso más donde la realidad supera la ficción.
Viendo ese video de Las autonosuyas….Vicen, no puedo entender como pudieron seguir con las autonomías….
En lo de la prodedencia de Colon….Pedro Martir de Anglería (diplomático italiano en la Corte de los RRCC y Carlos) afirma claramente que es Genova el origen de Colon…cosa que algunos autores (hoy) lo afirman por la forma de proceder con los aborigenes Taíno del Caribe esclavizandolos al estilo de las colonizaciones….todo esto lo recoge Juan Miralles Diplomatico Mexicano nacido en Tampico de Veracruz….y autor de unas de las mejores crónicas que conozco de las Conquistas de Cortes….el libro se llama “Cortes inventor de Mexico” También el apunte de Leo Anton va por ese camino….
Acabo de leer que Americo Vespucio fue Piloto Mayor en la Casa de Contratación de Sevilla…cuyo cometido consistió en armonizar las informaciones que de los distintos viajes traían los navegantes… https://www.libertaddigital.com/cultura/historia/2021-03-22/pedro-fernandez-barbadillo-el-piloto-mayor-de-la-casa-de-contratacion-de-sevilla-el-primer-cientifico-europeo-6721623/
Este Cargo, dedicado a depurar las rutas de navegación para los marineros españoles haciendo mapas cada vez más exactos fue lo que probablemente le permitió el honor de llamar a Las Indias como Las Americas…..
El tema de Lopez Miras y los profesinales de la enseñanza…es que el pepeito le hará caso….
“El mismo PCE, única oposición real a Franco desde el principio al final del régimen, también aprendió algo cuando aceptó la bandera, la monarquía, la economía de mercado, rechazó sin decirlo los separatismos u olvidó su afán genocida contra la Iglesia…”.
Pero el PCE aceptó todo eso porque tenía miedo a no ser ilegalizado, ¿no? Usted mismo lo ha explicado en más de una ocasión.
*a no ser legalizado. Disculpen.
América se llama así porque un cartógrafo alemán así lo decidió, y ya quedó. La absurda distinción entre edades antigua, media y moderna se debe a otro alemán.
El PCE, precisamente por ser la única oposición real al franquismo, conocía mejor que nadie su impotencia, y por eso aceptó todo. Tenía triste gracia (para Carrillo) que fueran quienes no habían hecho oposición los que se llevaran el gato al agua sin haber hecho el menor sacrificio, y encima presentándose como los más radicales en su antifranquismo. Esto fue así en gran parte por la ineptitud intelectual de un franquismo en proceso de descomposición desde el Vaticano II: la sociedad era la creada en aquel régimen, pero políticamente ya no podía hacer gran cosa. Como así ha sido. Torcuato fue casi un genio en aquellas circunstancias, pero los franquistas que le acusaban de traidor no podían hacer más que nostalgia, no propiamente política.
Los animales no pueden, parece ser, plantearse la cuestión del sentido, pero en todo caso tienen horror a la muerte y se resisten a ella cuando la ven próxima. La cuestión procede en el hombre del mismo sentimiento. Los animales también actúan en la vida con racionalidad implícita para alimentarse y defender su vida.
En 1976 se votó la ley de reforma democrática, por la que pasaba a haber elecciones libres y serían legalizados los partidos no franquistas. Como el franquismo estaba en descomposición, lo único que podía salvarse políticamente era su legitimidad histórica. Socialmente se salvó casi todo: si el país no se vino abajo en poco tiempo fue por aquella sociedad próspera, moderada y reconciliada. Que han venido socavando luego los partidos con su antifranquismo. Pero seguimos viviendo de aquellas rentas, como ha dicho alguien.
En las experiencias corrientes el sentido y el sinsentido solemos encontrarlo en su finalidad o intención, y en la adecuación de los medios a ella. Grosso modo tendemos a atribuir el sentido a aquellas acciones u operaciones en que el éxito corona nuestros esfuerzos, y el sinsentido a los fracasos. Y al respecto, la propia experiencia nos muestra cuán a menudo se frustran los planes en apariencia mejor concebidos y con los mejores medios, no digamos aquellos marcados por una escasa previsión de principio. Prever y calcular son ejercicios arduos, y solo ofrecen alguna seguridad a corto plazo, mientras en el medio y largo crecen los albures e imponderables, incluso para las personas más diestras. Además, a menudo el éxito de primera hora conduce a un gran fracaso, y a la inversa. Los fracasos continuados y la dificultad de entender sus causas llega a trastornar la percepción del sentido y causar graves desequilibrios psíquicos. ¿Tiene sentido la vida, entonces, a partir de sus acciones parciales? ¿Como balance entre éxitos y fracasos?
¿Cabría valorar con ese criterio la propia vida, la de un grupo social o la misma humanidad? De hecho tendemos a valorar el sentido de nuestra vida y la ajena como un balance de éxitos y fracasos, pero la cuestión no se resuelve. ¿Cómo valorar una larga existencia de éxitos que termina en un gran fracaso (dejando aparte la muerte)? O a la inversa, una larga sucesión de fracasos que termina en el éxito (incluso después de la muerte, como ha ocurrido con no pocos artistas)? Pero incluso el balance de éxitos más favorable no elude la muerte y la pregunta: “¿todo eso, para qué?” El sentimiento de absurdo o sinsentido sigue presente y no se elimina, solo lo aleja.
¿Qué efecto tuvo la infiltración marxista en las universidades en España a finales de los 60? ¿Ya entonces el pensamiento universitario estaba copado por los antifranquistas o todavía no?
A finales de los 60 entre el profesorado universitario había mucho marxista (el marxismo un poco de pandereta que siempre hbo en España) No copaban la universidad, pero eran los que influían y acojonaban a los otros.
Nuevo hilo
Don Pío, no sé si sabe usted que Vizcaíno Casas fue uno de los que votaron “sí” en el referéndum para la reforma política de 1976. Y de antidemócrata tenía más bien poco. Lo que él rechazaba (y con razón) era lo que la nueva democracia estaba haciendo con la figura y la obra de Franco.