(III) Qué es democracia
11. Todo poder trata de obrar, sobre dos bases: la violencia, que intenta monopolizar, y la autoridad moral como mantenedor de un orden social que fomente el sentimiento de unidad por encima de los conflictos y el bienestar material. Del grado en que lo consiga depende su estabilidad, que, como hemos visto, nunca puede ser absoluta o indefinida.12. El descarte de la división clásica monarquía-aristocracia- democracia creo que abre al análisis político vías más fructíferas. Todo poder es oligárquico y su estabilidad depende de los dos elementos mencionados: su fuerza y el sentimiento social de orden que genere. Violencia y consentimiento social. Ninguno de los dos es suficiente, precisamente por el carácter conflictivo de toda sociedad humana.
13. La definición de democracia como “poder del pueblo” según su etimología, o “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, según la definió Lincoln, ha generado mil debates bizantinos, por su radical falsedad. El poder solo puede ejercerse sobre el pueblo y a cargo de unos pocos u oligarquía. En esto consiste el esqueleto, por así decir, de toda forma imaginable de poder. El “poder del pueblo” solo puede ser el consentimiento mayoritario ante un poder oligárquico determinado.
14. Ni la oligarquía ni el pueblo son entidades homogéneas, sino internamente divididas y conflictivas en mayor o menor grado. La cuestión clave es ese grado, que si se hace muy alto destruye la sociedad. La destrucción suele provenir de la lucha por el poder entre las siempre existentes rivalidades intraoligárquicas (dejo aquí la destrucción causada por una invasión o violencia exterior, como la caída de Roma; o por subversión interna pero promovida desde el exterior, como la caída del imperio español en América).
15. A su vez, entre oligarquía y pueblo, considerados una y otro como conjuntos contrapuestos, existe siempre cierta contradicción, que en unos casos empuja al despotismo y en otros a la anarquía (en el sentido de proliferación de poderes arbitrarios, pues, como vimos, tanto anarquía como democracia son imposibles en su sentido etimológico) El pensamiento político occidental, desde Isidoro de Sevilla, ha buscado fórmulas para evitar el despotismo sin caer en la anarquía.
16. El fruto históricamente más reciente del pensamiento antidespótico y antianárquico es la democracia, concebida no como “poder del pueblo” sino como sistema de selección de oligarquías mediante el voto popular periódico. El voto popular siempre se divide entre partidos, pero la libertad de votar y el respeto al resultado deben, en principio, asegurar cuatro cosas: a) El desarrollo pacífico de la lucha por el poder, a la vista de todos y no entre camarillas. b) Evitación de un absoluto dominio por parte de una oligarquía o partido. c) Posibilidad de echar en las urnas a cualquier partido cuyo gobierno resulte perjudicial. d) Concreción del grado de consentimiento popular hacia el poder. Claro está que su práctica es problemática.
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Otoño de 1943: el franquismo sufre amenazas internas y externas cada vez más serias, pese a lo cual se consolida 205 – El franquismo se consolida frente a amenazas internas y externas – YouTube
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El tiempo extraño (3)
Fueron aquellos cuatro meses, al menos para mí, un tiempo encantado, como en otro mundo, por el contraste tan crudo con la vida que habíamos llevado hasta entonces y la que seguiría. Pero a los tres meses fui percibiendo movimientos extraños de Arenas, que se veía con unos y con otros sin informar a los demás, conversaba con Brotons a mis espaldas, y cuando llegó Balmón insistió en que fuese él quien se encargase de la reorganización del partido. A esto me opuse, y se creó hacia el final una tensión muy fuerte. Según Arenas, yo estaba cometiendo errores en mi tarea, cosa que sorprendió también a Balmón, pues las cosas iban tan bien que ya estábamos preparando un congreso para analizar la etapa pasada, la situación general en España y adoptar la línea política correspondiente. Había también otros problemas solo esbozados, y que en el congreso podrían dar lugar a disensiones. Por ejemplo, yo me oponía a los atentados contra policías y quería reservarlos a los “peces gordos”, y al mismo tiempo fomentar desde el partido y sus organizaciones “de masas” (masas muy poco espesas, realmente) una especie de revuelta permanente, parecida a lo que unos años después haría la ETA con la cale boroca. Él argumentaba que los policías eran los sicarios del fascismo y por eso eran odiados por el pueblo. Desde luego, apenas existía tal odio, como no lo había del pueblo contra el franquismo, aunque toda la oposición sostenía tal dogma. También yo lo decía sabiendo que era falso, pero convencido de que llegaría a ser verdad en el desarrollo de la lucha. Y había probablemente también el resquemor por mi oposición a ir a Argelia.
Supongo que el pequeño Stalin creería que yo estaba creando condiciones para disputarle el liderazgo, pero el caso es que ni era cierto ni yo intenté maniobrar a mi vez. En todos los partidos existe ese tipo de manejos, seguramente necesarios o inevitables pero que me repugnaban y para los que, en todo caso, yo no valía. Muchas veces obramos según las circunstancias, sin entender bien por qué hasta cierto tiempo después. Creo que, sin confesármelo, ya comenzaban mis dudas por una cuestión que discutíamos bastante por entonces: en China, Teng Siao-ping y los suyos se estaban imponiendo a los jefes de la Revolución cultural. En otras palabras, parecía que también China se estaba hundiendo en el pozo infecto del “revisionismo”, como había pasado en la URSS después de Stalin. Se estaba volviendo, como la URSS, un régimen “socialimperialista” y “socialfascista”. Claro que no queríamos creerlo, pero las sospechas eran inevitables: ¿cómo era que siempre pasaba lo mismo? Todo el sentido de nuestra actividad descansaba en la aplicación estricta de los dogmas del marxismo-leninismo, y éramos seguramente el partido español más teorizante. Quedaba la pequeña Albania, aunque con el defecto de que apoyaba al FRAP y se negaba a reconocernos. Es muy difícil mantener una lucha abnegada en pleno aislamiento, sin referentes poderosos a los que tomar por modelo y que siempre terminaban traicionando los principios.
El caso es que Arenas me tendió una encerrona bien preparada, en una reunión del comité central en Madrid. Creo que solo me apoyó Hierro, del GRAPO, y se me exigió una “rectificación” imposible de entender salvo como sumisión sin reservas a lo que dijera el pequeño Stalin en cada ocasión. Me negué y quedé expulsado. Fue para mi bien, aunque entonces me parecía lo contrario. Hay que percatarse de lo que aquello significaba: el partido, al que había dedicado tantos esfuerzos y por el que había corrido tantos peligros, era más que la familia, fuera de ella no parecía haber más que el mundo hostil del capitalismo, al que debíamos combatir y que nos combatía. En esas condiciones morales y materiales nos volvimos a Madrid mi compañera y yo.
Unos meses después era detenido el comité central en pleno, en Benidorm, si no recuerdo mal. Me hizo gracia que atribuyeran la caída a una traición de los argelinos. Yo creo que no hubo tal traición: simplemente el enlace entre los servicios de ese país y el GRAPO era un confidente de la policía española que ya había hecho algunas faenas al FRAP y a la UGT, como se dijo después. Parece que en él depositaban confianza tanto los argelinos como los chiflados del MPAIAC, que querían “liberar” las islas Canarias. Y dos o tres años después conocí el modo como habían resuelto los jefes del PCE(r) el crudo problema del “revisionismo”: este no había existido. Ni China ni la URSS habían dejado de ser potencias socialistas, correctas en lo esencial, aun si con algunos errores y problemillas menores… Era renegar de todo lo que se había hecho y dicho durante más de diez años, pero no dejaba de ser comprensible: no se podían perder todos los referentes, y supongo que esperaban contar con apoyo del KGB. Aunque para entonces yo ya estaba llegando a otras conclusiones por mi cuenta.
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La mal comprendida guerra
El Frente Popular durante la guerra presenta una serie de problemas al historiador, que no siempre se han planteado siquiera con precisión. Como es sabido, Prieto y Azaña fundaron una coalición electoral amplia, por el mismo tiempo en que la Komintern planteaba la táctica de los frentes populares con partidos y sectores burgueses. ¿Cómo la coalición prieto-azañista se transformó en frente popular según el modelo comunista, que era mucho más que una coalición electoral?
Dentro de ese proceso, ¿qué papel jugaron Azaña, Prieto, Largo Caballero y Negrín? Esta es otra cuestión fundamental, cuya aclaración no aparece, porque no se la plantea claramente, en casi ninguna historia de la guerra civil (acabo de ver un artículo de Moradiellos en que se pregunta si Negrín fue “un hombre de paja o el Churchill español”. El artificioso dilema solo refleja una notable charlatanería, por lo demás dominante en la historiografía a su vez dominante.)
Una tercera es: ¿pudo el frente Popular haber ganado la guerra? ¿Y por qué duró esta casi tres años?
Estas y otras son cuestiones –generalmente mal enfocadas–, que he planteado en Por qué el Frente Popular perdió la guerra. Una guerra que marcó un antes y un después, y de la que deriva la historia posterior de España hasta nuestros días.
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Crónica. El Pollo y el Chisgarabís
**Preguntan en Es radio qué cosas preocupan más a los españoles, incluyendo la crisis del PP. Esa crisis no es en absoluto preocupante; al contrario, gran noticia.
**Si el PP gana más diputados que VOX, seguramente podría gobernar con el apoyo de este, para echar al Pollo Doctor. Pero ¿y si VOX saca más diputados que el PP? ¿Le apoyaría este para gobernar, o buscaría sus socios tradicionales, PSOE y separatistas?
**Franco nunca tuvo oposición democrática interna, ni en vida ni después de muerto. En el exterior la tuvo soviético-democrática. Y ninguna tuvo éxito.
**En general, la llamada extrema derecha, no VOX, no ha entendido la democracia ni el franquismo. No entiende que la política en democracia es una dura lucha por ganarse a la opinión pública. Pero desdeña a esta y prefiere recluirse en un gueto.
**También dicen que la democracia en España no funciona porque no es apta para el temperamento español, tópico muy extendido también en Europa. Pero quien no es apto es el nuevo frente popular.
**Franco examinaba la harto desastrosa historia española desde Fernando VII y el anárquico despotismo de la república, y concluía que en España la democracia traía el desastre. Sin embargo su régimen creó una sociedad muy distinta de la anterior, reconciliada y próspera. Esa sociedad sí podía ser democrática.
**Los socios del Pollo Doctor piden suprimir el título de rey porque fue otorgado por un régimen ilegal. Fue el régimen que salvó a España de la disgregación y la sovietización. Declarado ilegal por los herederos de las chekas. Incluido el PP.
**Quienes más daño vienen haciendo a la monarquía son los propios monárquicos, en tres fases a) El intento de borrar su origen en el franquismo, b) La firma de la ley de memoria histórica c) Su silencio cómplice en la profanación de la tumba de Franco… Y todo por contentar a los separatistas y corruptos liberticidas de izquierda.
**España tiene a la cabeza del gobierno a un pollo con falso doctorado. Y a la cabeza de la oposición a un chisgarabís con falso Máster. Pura latinoamericanada.
**La Cayetana acusa al Egea de “mobbing, bullying y acción testosterónica”. Se ve que sabe mucho inglés (se educó en esa lengua) y que solo admite la testosterona en las mujeres, como es ahora moda casi general.
¿Qué sucedería si ganase VOX? No tenemos sino que mirar a lo sucedido el 1933, con la victoria amplia de la derecha pero que no pudo gobernar. Observemos lo sucedido en Andalucía en las últimas elecciones y la quema de contenedores y la invitación a asaltar/rodear el Parlamento andaluz.
No tengo la menor duda de que el PP pactaría con el PSOtroraEspañol, primero por las razones políticas de no conceder victoria alguna a un rival directo; segundo, porque el PP está más cerca de los socialistas (de hecho, ahora mismo representa a la pura socialdemocracia); y luego, atemorizado por el remolino incesante de la violencia que las turbas de oenegeros, sindicalistas, pudremitas y nacionalista varios irían a levantar, con la palabra fetiche -¡fascista!, como el estandarte de la razón totalitaria que justificaría sus desmanes. Llevan tiempo creando el trampantojo y no parece que el futuro vaya a ser muy halagüeño.
me parece que la guerra de Casado y El Teo…contra Ayuso es sorprendente…Casado la tiene ganada…será el próximo candidato a las Elecciones Generales…luego el problema, ya lo he dicho y todo el mundo lo sabe es Teo….¿pero a tanta distancia? es absurdo….en política no hay planes a ocho años…es decir es sorprendente y absurdo….a Cayetana le ganaron fácil porque el cargo era fácil…¿pero a Ayuso?..inexplicable….Salvo…que Ayuso se retire…pero no se va a retirar….y si las cosas se ponen a tiro incluso para estas elecciones ..Ayuso les puede ganar….basta que una parte importante de a baronía se manifiesta a su favor…que puede ser ser…porque en política lo importantes son los votos…y Ayuso es un manantial permanente….
Es un tema de interés si el pp estaría dispuesto a apoyar a VOX para que ocupara la presidencia del gobierno en caso de que sacara más escaños que el PP, y entre ambos los ciento setenta seis escaños. Yo creo que se intentaría alguna componenda en la que el PP exigiría tener la presidencia del gobierno y más ministros, argumentando la falta de experiencia de gobierno de los de Abascal, o algo así, y como para no soliviantar a las izquierdas permitiendo gobernar a un partido “fascista” y “antisistema”. Un poco al estilo de lo ocurrido tras las elecciones de noviembre del 33 con la CEDA. Obviamente VOX no se plegaría a ese enjuague, pues en esto se diferencia claramente de Gil Robles, y a partir de ahí, el del máster iría a entenderse con Sánchez.
Normalmente se queja uno de los males de la democracia, de lo fácil que degenera y lleva gente absurda al poder, pero las opciones restantes tampoco inspiran mucho. Veía que el dueño de Arabia Saudita tiene todo un equipo de gente encargada de acosar a nivel internacional a los sauditas críticos con el régimen. Rollo que llevas años en Londres y te llegan mensajes al teléfono del tipo ”No por vivir en Londres creas que estás a salvo”.
Un periodista, o articulista, de un periódico gringo muy prestigioso, y muy crítico con el régimen, un buen día acabó descuartizado. Lo sacaron hecho pedazos de una embajada.
Poco tiempo después, para hacer buena imagen pública, el señor se reunió con los familiares en un evento oficial, supongo que para hacer de cuenta que el señor no era el responsable intelectual de la descuartizada. Hecha la cosa al hijo mayor se le prohibió salir del país.
Viendo algunas de sus mierdas, parece que el señor se inspira en los narcos.
Tan concentrado está el poder que cuando el señor llegó al poder reunió a las élites políticas, militares y económicas del país para encarcelarles.
Si eso pasa con los disidentes y hasta los poderosos, ya podemos imaginar las condiciones de vida dentro del país. Materialmente todo muy bien, pues los sauditas viven de ayudas y de trabajar para el gobierno, y las laboras manuales más toscas las hacen extranjeros sin derechos, pero sucede que no hay libertades civiles y que más vale darle por su lado al gobernante. Algunos pudieran pensar que está muy bien estar forrado aunque no se tengan derechos, pero esto sólo es funcional mientras haya pasta a repartir entre la gente. El caso venezolano demostró cómo acaba la cosa cuando las malas decisiones liquidan las entradas de dinero. Llegado ese punto es imposible derrocar al gobierno y volver a empezar. Considerando que Arabia Saudita se gasta todo el dinero del mundo en armamento es claro que la población civil no podría enfrentarse a unos señores dispuestos al descuartizamiento y lo que haga falta.
Lo curioso del asunto es lo mucho que hace USA por hacer de cuenta que no pasa nada. Ante todo los valores.
Mucha gente se puso muy histérica con la movida de Putin del envenenamiento, pero no trascendió lo de la descuartizada saudita, que es un crimen mucho más repugnante.
También contaba España, como se demostraría, con los mejores soldados y capitanes, pero esta ventaja quedaría en parte anulada por el enorme coste de las campañas, sumado al del Mediterráneo: la frecuente falta de paga a las tropas las hería materialmente y más aún en su orgullo, pues entendían el sueldo como lo que los diferenciaba de los bandoleros. La exasperación de los tercios, irritados también por la resistencia de los nobles y autoridades católicas a sufragar a quienes les defendían arriesgando la vida, desembocaba en frecuentes motines, que, en círculo vicioso, echaban a perder su popularidad y sus éxitos. El problema económico sería el punto débil de la política hispana en el territorio, a pesar de que sus adversarios pasaban a menudo por apuros semejantes.
En tales condiciones iba a ser muy arduo obtener una victoria decisiva, y no menos arduo desprenderse del conflicto. Si Carlos I hubiera mantenido Flandes en el Sacro Imperio, España quizá se habría ahorrado una infernal complicación, aunque tampoco es seguro, pues la alianza con el Sacro Imperio marcaba obligaciones esenciales, tanto políticas como religiosas, y la hostilidad otomana y protestante, más los deseos anglofranceses de hacerse con las riquezas de América, estaban demasiado entrelazados..
En 1572, cinco años después de la llegada de Alba, el de Orange volvía a invadir el país con refuerzos franceses y alemanes. Simultáneamente los piratas llamados “mendigos del mar”, protegidos por la reina de Inglaterra, se hacían con los puertos desprotegidos de Brielle y Flesinga, donde asesinaron a numerosos católicos y desde los que hostigaban su comercio. La mayor parte de Holanda, salvo Ámsterdam, cayó en poder de los rebeldes, y por el sur, los rebeldes tomaron Valenciennes y Mons en el sur de Bélgica, con un ejército de 33.000 hombres. Alba contraatacó enseguida con 8.500 hombres. Juián Romero organizó una “encamisada” o ataque nocturno por sorpresa , con 600 arcabuceros, contra el campamento de Orange en Mons, desbaratándolo por completo, y debiendo huir el mismo Orange mientras sus tropas se amotinaban y desbandaban. A continuación, Alba permitió el saqueo de Malinas, una ciudad hostil que se había negado a acoger a los tercios y había apoyado con entusiasmo a Orange. El saqueo se realizó por eso, y como compensación por los meses que llevaban sin cobrar sus sueldos. Malinas iba a tener mala suerte, pues ocho años más tarde sufriría otro saqueo a manos de calvinistas e ingleses.
Prosiguiendo su dura marcha victoriosa, Alba, con su hijo Fadrique, llegó a finales del año al puerto y plaza fortificada de Haarlem, que no iban a poder tomar durante meses. Este suceso supuso un mal augurio, pues la excelencia militar de los tercios no iba a bastar ante campañas prolongadas que se convertirían en sucesión de largos asedios, necesidad de guarniciones pese a la creciente contribución de tropas mucho más numerosas de flamencos y alemanes, y el correspondiente derroche de dinero.
Ya están los periodistas de Telemadrid cantando y bailando… con lo bien que estarían en Canal8…
Conferencia de Jesús Laínz
https://www.youtube.com/watch?v=UOcINJ9ftY4
Ya estamos otra vez con las chorradas sobre la “extrema derecha”…
El Canal 8 está bien como está. No necesita esa mierda de Telemadrid.
Carlos IX, muy condicionado por los calvinistas, rehusó colaborar en la campaña de Lepanto contra los turcos y lanzó una ofensiva contra España. Los tercios aniquilaron la expedición francesa y Carlos IX pidió a los españoles que ejecutaran como bandidos a los prisioneros, idos allí por órdenes suyas. Los españoles devolvieron los presos, y parece que Carlos IX se encargó de liquidarlos.
No viene aquí al caso examinar en detalle la historia de estas guerras, provocaciones y matanzas, la más famosa de las cuales fue la de la Noche de San Bartolomé, perpetrada por los católicos; pero no fue la única, ni la primera, ni la más sangrienta. Baste este sucinto relato para entender el cariz que tomaron aquellas contiendas y la actitud de Felipe II, tan a menudo tachada de “fanática”. Por el contrario, no podía ser más racional desde su punto de vista: una potencia tan fuerte y vecina como Francia, bajo poder calvinista –siempre dispuesto, por lo demás, a aliarse con los turcos–, constituiría una amenaza insoportable para España. Y todavía deseaba menos aquel rey la reproducción en su país de unas guerras religiosas o civiles como las francesas.
Esta doble consideración explica su política bastante mejor que las acusaciones que comúnmente se le hacen. Así he tratado de exponerlo en Nueva historia de España.
La intervención francesa al lado de Orange se debía a una decisión del almirante Coligny, jefe de los hugonotes. Después del acuerdo que había concluido la tercera guerra de religión, los hugonotes formaban un estado dentro del estado, obteniendo el propio Coligny las cuantiosas rentas de una abadía católica y ascendiendo al Consejo Real, desde el cual influía sobre el débil monarca Carlos IX. El año anterior había presionado al rey para que Francia se abstuviese en Lepanto y tratase de disgregar la Santa Liga, y después, al tiempo que invadía Flandes, impulsaba un tratado de Blois con Inglaterra, en una estrategia semejante a la de Guillermo de Orange de acosar a España por todos los frentes. No obstante, Londres no deseaba que Flandes pasara a poder francés y prefirió en la ocasión llegar a algún arreglo con España: Inglaterra suministraría ayudas bajo cuerda, pero sin comprometerse .
Por otra parte, la invasión hugonota de Flandes, que fue hecha trizas por el Duque de Alba, daba lugar a un episodio grotesco pese a lo sangriento. Dado que aquellas tropas habían entrado sin respaldo oficial de la corona francesa, podían ser tratadas como piratas y ejecutadas según el derecho internacional. El rey francés, para disimular su implicación, exigió a Alba que los matase. Alba, que conocía perfectamente que la invasión había sido ordenada por el propio Carlos IX, bajo consejo de Coligny, se negó en redondo a “la más insolente demanda que jamás se haya hecho a alguien”, y los devolvió a Francia… donde el enfurecido Carlos hizo asesinar a la mayoría. Razones de estado. El ataque francés habría servido para que España declarase la guerra a Francia, cosa que Felipe II evitó, pensando dejar esa iniciativa al rey francés.
Don Luis. Me ha gustado mucho “el antifranquismo europeo” y sus últimas meditaciones sobre el tema de “poder y democracia”. Esa idea (que es obvia) de que democracia, aristocracia y monarquía siempre han convivido de alguna manera u otra en toda forma que haya tomado el poder, un amalgama que siempre ha existido. Me gusta cómo procura ir a la raíz de las cosas. Su forma de aproximarse a la historia es muy interesante.
Evidentemente, Coligny buscaba crear hechos consumados que obligasen a Francia a entrar en guerra con España y el Sacro Imperio. El fracaso de Mons no le había desanimado, y seguía en sus planes, para lo que, con el país medio arruinado, proponía –y se estudiaba en la corte– expropiar los bienes de la Iglesia mientras no dejaba de intrigar con Inglaterra y en Alemania. Su actividad horrorizaba a la madre del rey, Catalina de Médici, totalmente opuesta a atacar a países católicos mientras tenía dentro de Francia una guerra civil recurrente, por lo que entendió que el incansable Coligny debía ser eliminado. Catalina había seguido una política de concesiones a los protestantes, que no había evitado ya tres contiendas plagadas de matanzas y una creciente indignación de la mayoría católica. Como último intento de conciliación promovió la boda de su hija Margarita, católica algo ligera de cascos, con el hugonote rey de la Navarra francesa Enrique de Borbón, que había sucedido allí al también borbón Luis de Condé, muerto en combate tres años antes. Demasiado joven, Enrique, educado en lengua navarra muy afín a la castellana, había sido tutelado por su madre, Juana de Albret, calvinista extrema que prohibía el culto católico en su Navarra, donde acababa de ser aplastada sangrientamente una sublevación católica. En lugar de servir de vínculo entre las dos religiones, la boda enfurecía por igual a los creyentes de ambas e iba a servir de prólogo a la celebérrima matanza de la Noche de San Bartolomé.
La boda, desaprobada por el papa y por Felipe II, se celebró el 18 de agosto, delante de la catedral de Nôtre Dame y no dentro, al estilo protestante. La tensión era extrema, pues París, ciudad intensamente católica, se había llenado de nobles protestantes y sus séquitos. La fresca memoria de las encerronas de Amboise y de Meaux creaban en los católicos y la corte una sensación de amenaza, aumentada por frases provocadoras de Coligny. De quien se recordaban también, de otra ocasión, sus órdenes de emplear “las armas, el fuego, el saqueo y el asesinato”. Hubo disturbios, y el día 22 Coligny salió herido de un atentado. La tensión subió al límite, con 4.000 soldados hugonotes apostados al lado de la capital. Al día siguiente Catalina y su hijo el rey decidieron cerrar las puertas de la ciudad y masacrar a los nobles enemigos, con pocas excepciones. Entonces, la noche del día de San Bartolomé, se extendió la matanza, también a otras ciudades. El propio Coligny murió al ser arrojado por una ventana, en venganza por el asesinato anterior de Francisco de Guisa, que se le atribuía. Pudieron morir hasta 10.000 protestantes, aunque bastantes jefes hugonotes fueron perdonados y el clero evitó brutalidades aún mayores.
Se han hecho muchas conjeturas sobre la autoría de la matanza, cuya incitación se ha querido atribuir a Felipe II o al Duque de Alba, que no tuvieron la menor parte, o al alto clero, por la expropiación que exigía Coligny. En realidad, la decisión la tomaron Catalina y el rey, movidos por una sensación extrema de acoso y amenaza calvinista. La versión protestante sugiere que fue un crimen traicionero y sin otra motivación que el fanatismo católico contra unas buenas gentes culpables solo de sus creencias religiosas. Lo cual olvida, evidentemente, el hecho de que era la mayoría católica de Francia la que venía sufriendo la agresión permanente y armada de la nueva religión, hasta provocar una reacción extrema. El papa y Felipe II, que no conocían toda la extensión de la masacre, se felicitaron por ella. Felipe creía eliminada definitivamente la amenaza de guerra y de intervención francesa en Flandes, y el papa, Gregorio XII, el fin de las guerras de religión en Francia. Obviamente, se equivocaban.
El PP si queda detrás de VOX, morirá matando.
Matará a la derecha, a la política, a España y se suicidará. Que no espere nada VOX del PP. Para hacer algo constructivo, la única opción es que el PP desaparezca. No es suficiente que quede por detrás. No está claro que sea suficiente que desaparezca para poder hacer algo, dado lo muy avanzado del descrédito de la política, que avanza hacia la extinción.
A ver, es obvio: si el PP no fagocita a VOX y queda por detrás, será fagocitado por el PSOE. ¡Y no hay más, salvo el sistema que se descompone devorándose a sí mismo!
Todo es inviable, todo falla, nada puede subsanarse, en realidad, todo fluye y nada importa.
Ja ja ja. La Mari Tea acusada de exceso de testosterona.
Bueno, que la inflación en USA va en el 6%, la mayor en los últimos 30 años.
En cuanto a los bienes de producción, por expresarlo de algún modo, la cosa va en el 20%.
La inflación es tan generalizada que hasta los autos de segunda mano han subido de precio.
La cosa ya se notaba en Tijuana. Había gringos y demás que pasaban a comprar a México y cuando te enterabas un poco del asunto dabas con que todo se compraba con dineros de ayudas del gobierno, por lo del covid.
Esa inflación sería completamente predecible. Además de la crisis de los microchips, ha habido muchos problemas a la hora de mover mercancías desde China. Considerando que casi todo viene de allá, es como si hubiera una relativa escasez de bienes en un entorno en donde mucha gente de USA está viviendo de ayudas. No estás produciendo casi nada y los bienes que importas escasean.
La crisis en la producción llega al punto de que el precio de la carne de vacuno lleva como un 10% de incremento sólo para octubre.
Si en USA empiezan a hacer las cosas como en Argentina, podrían paliar el problema del incremento en el precio de los alimentos metiendo restricciones a la exportación.
Todo muy bien, en abstracto, pero resulta que la relación simbiótica que tenemos con USA nos lleva a comprarles alimentos.
En cualquier caso dudo que la cosa pase a mayores. Mi fe se limita a que ayer salí a pasear y todos los comercios estaban a reventar. Noté, sin embargo, que esto bien pudiera deberse a que, a mi juicio, había menos empleados de lo habitual. Los pocos que había la estaban pasando mal con la saturación de clientes. El ambiente, en general, quizás más bien sería el de una falsa imagen de bonanza.
Alguno comentaba, para el caso estadounidense, que en los hospitales, al notar que era posible tener pocas enfermeras para muchos pacientes, llevados todos por la retórica del covid, básicamente se ha llevado adelante la política de contratar casi a nadie. Descaradamente están reventando a las enfermeras. Lo que está sucediendo en un Burger King se está llevando a los hospitales.
Parece que esto será un fenómeno que se alargará por años.
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En Flandes, el asedio de Haarlem se prolongó hasta mayo de 1573, iniciando la difícil fase de los asedios. La victoria española frente a la bien protegida ciudad resultó demasiado costosa, y en venganza fue masacrada la guarnición, entre la que había ingleses, franceses y alemanes, considerados más o menos piratas. Pero los calvinistas la consideraron una victoria por el elevado coste, en sangre y económico, para los españoles. Siguió el asedio de Leiden, casi imposible porque los calvinistas habían inundado el entorno de sus poderosas defensas, empantanando literalmente a los sitiadores. Muy distinto fue el caso de la batalla de Mook, en 1574 Orange encargóa sus hermanos Luis y Enrique de Nassau reclutar una tropa de mercenarios alemanes, que debían unirse a las del propio Orange para ir en auxilio de Leiden. Las escasas fuerzas españolas en la zona, tratando de impedir la conjunción de ambos ejércitos, consiguieron plantar batalla a los hermanos de Orange: 5.500 de los tercios aplastaron a los 8.000 contrarios, causándoles 3.800 bajas mortales (entre ellas sus dos jefes) contra solo 200 propias. Aquella victoria pudo haber tenido efectos decisivos, pero quedaron anulados porque los tercios, faltos de pagas, se amotinaron a continuación.
Estos contrastes revelan las características que iba tomando aquella guerra: en las batallas en campo abierto se imponía abrumadoramente la táctica de los tercios. Por poner otro caso, en Gembloux, en 1578, la caballería española –1600 hombres al mando de Alejandro Farnesio y Cristóbal de Mondragón–, se lanzó por sorpresa sobre un ejército enemigo de 25.000 ocasionándole hasta 6.000 muertos; la infantería remató el combate, con un balance final de 8.000-12.000 muertos contra unos 15 españoles (las cifras varían según las fuentes, pero siempre admitiendo tales desproporciones) . Hubo otros muchos combates con resultados similares. La enorme diferencia de bajas se explica por la absoluta superioridad de los tercios en campo abierto, por sus mejores espíritu, inventiva táctica y mandos. La situación variaba mucho ante ciudades bien fortificada, rodeadas de canales y diques, ante las cuales los asedios se eternizaban, obligando a emplear fuerzas mucho más numerosas, en su mayoría flamencas y alemanas católicas, a un coste económico prohibitivo que generaba motines.
Alba creía necesario castigar con dureza la rebelión hasta sofocarla, pero la situación se estancaba y en la corte de Madrid el bando contrario a la Casa de Alba le acusó de crueldades, suponiendo que una política de perdón y concesiones daría mejor resultado. Y en noviembre de 1573 Felipe II relevó a Alba por Luis de Requeséns, que ya se había distinguido en las Alpujarras y en Lepanto. El nuevo gobernador prometió un perdón general, abolir el Tribual de Tumultos y la alcabala. Esta última medida no haría sino aumentar la ya enorme carga financiera para España. Los calvinistas, que en 1574 tomaban el importante puerto de Middelburg, vieron en estas ofertas una muestra de debilidad, y no hubo negociación. Requeséns tuvo que recurrir a los tercios, que le dieron la gran victoria de Mook, en parte echada a perder por los motines.
Para evitar tales efectos, Felipe II envió a Flandes el doble de dinero que en los dos años anteriores, pero el ejército había crecido hasta 86.000 soldados, con solo un diez por ciento de españoles, y no había dinero suficiente para pagarles. No obstante, el lado contrario también se encontraba al cabo de sus recursos y fue posible una negociación a través del emperador Maximiliano. Requeséns ofreció las promesas anteriores más la retirada de los tercios, pero exigía el catolicismo como única religión, permitiendo a los calvinistas retirarse de Holanda. Este enfoque era ya irreal, pues el calvinismo había cuajado con fuerza en esa región, y el propio Guillermo de Orange que se había mantenido o fingido católico, se había convertido en 1573 a la nueva religión. Las negociaciones fracasaron y fue preciso reemprender la lucha. En 1575 las tropas al mando de Cristóbal de Mondragón ocasionaron una gran derrota a sus enemigos, ocuparon gran parte de Zelanda y aislaron a Holanda… antes de sufrir nuevos motines que reducían a muy poco la ganancia estratégica y provocaban saqueos, incluso en ciudades leales, que cambiaban de bando. A las tropas se les adeudaban dos años de soldada. Y en septiembre de ese año, Felipe declaraba su segunda suspensión de pagos, y en medio de un caos generalizado,
Los periodistas de Telemadrid dicen que echarán de menos a una anciana forofa del Atlético de Madrid que se ha muerto… no se lo creen ni ellos… Ponen en la pantalla “te echaremos de menos”…
Qué asco… El espectáculo (sic) de luces del “paseo de las luces” en el IFEMA se llama ……… Joy to the World...
Lo de salir ahora con la cruz de Borgoña, está un poco desfasado, ¿no?…
Entre 8.000 y 12.000 muertos protestantes frente a sólo 15 españoles?
Uno está acostumbrado a que Moa aumente siempre los fracasos extranjeros y minimice los españoles. Ahora da unas cifras abracadabrantes que ni el capitán Trueno de mi infancia igualaría.
Ni aunque aquellos holandeses estuviesen desarmados y maniatados sería posible creer tal desproporción.
Pero si da una fuente fiable me comeré con patatas mi incredulidad.
¿150 mil?
Pudiera ser una errata.
Las cifras sobre las batallas en Flandes las reproduzco de “Nueva historia de España”, que creo recordar provenían de Geoffrey Parker, de René Quatrefages y / o de Historia militar de España, de no recuerdo ahora quién. Pero voy ahora a la wiki en español: 3.000-10.000 muertos o capturados contra 10 españoles. Esta habla de 20.000 protestantes contra 1.600 españoles, pero estos eran las fuerzas de caballería, que hicieron el grueso del trabajo, habiendo detrás una infantería de más de 10.000
wiki inglesa: 8.000-12.000 muertos protestantes contra 12 españoles más 3 heridos. Fuerzas en combate: 17.000-20.00 españoles (y otros) frente a 25.000 prots.
En francés: 10.000 muertos, heridos o prisioneros contra 20 muertos o heridos. La italiana reproduce las cifras de la inglesa La holandesa da las mismas que la francesa.
Lo importante aquí no son tanto las cifras concretas, que probablemente no se sabrán con detalle, sino la enorme desproporción. Los tercios ganaron muchas batallas parecidas, también en Italia, inventando acciones tácticas inverosímiles para los contrarios. Durante un siglo y medio sufrieron muy pocas derrotas.
La historiografía española –en general mediocre– suele adolecer de dos defectos: si es progre, simplemente olvida los hechos que favorezcan a España y si es contraria los atribuye a una mezcla de cojones y rezos del rosario. Hay que reconocer que la inglesa, cuando olvida su patriotería, explica mucho mejor las cosas.
Cuando se habla de un ejército de 20.000 en Flandes no debe olvidarse que la mayoría de ellos no eran españoles, sino belgas, holandeses o alemanes. Como dice Brantôme, los tercios españoles siempre fueron poco numerosos. Pero cuando actuaban junto con otras tropas eran el nervio y la punta de lanza, encargados de las acciones decisivas.
Su excelencia se debía a una gran moral de combate, una organización interna muy superior a la de otras tropas, una disciplina y mandos también superiores “valían tanto para obedecer como para mandar” y estaban tan bien entrenados que casi no necesitaban órdenes”, según apreciaciones extranjeras de la época, ahora no recuerdo de quiénes
Cómo, si no, una nación menos rica y poblada que sus adversarios iba a haber mantenido su hegemonía durante tanto tiempo.
Entre 8.000 y 12.000 muertos protestantes frente a sólo 15 españoles?Uno está acostumbrado a que Moa aumente siempre los fracasos extranjeros y minimice los españoles. Ahora da unas cifras abracadabrantes que ni el capitán Trueno de mi infancia igualaría.
Pues las cifras de las Casas y otros parecen creíbles a algunos negrolegendsrios, diciendo que unos pocos españoles cometieron un genocidio de millones de personas en América
En una batalla el mayor número de bajas ocurre cuando una de las partes se siente desbaratada y da la espalda tratando de salvarse en la huida.
Los ejércitos holandeses también se componían en gran parte de alemanes, franceses y bastantes ingleses. Algunos de estos, católicos, se pasaron a los españoles.
Es cierto que en las batallas de este tipo la desproporción de bajas entre vencedores y vencidos es alta o muy alta, pero semejantes cifras son de todo punto imposible. Para empezar, en toda batalla se producen bajas entre los soldados del propio bando, por confusión, fuego cruzado, disparos errados de artillería flechas o balas perdidas, caídas, empujones, y por qué no, porque alguien puede aprovechar la confusión del momento para darle una puñalada a alguien por la espalda y saldar una vieja cuenta. Y por otro lado es imposible que en un ejército de varias decenas de miles de hombres nadie aproveche la confusión para desertar bien saliendo por patas o bien tirándose al suelo y haciendose el muerto para desaparecer más tarde. Es cierto que un cierto número de desetores puede regresar si su bando ha ganado.
Ademas hay que tener en cuenta que este tipo de tropa mercenaria era desorganizada, pendenciera y de lealtad muy volátil y cambiaba de bando col rapidez.
Por eso la mayoría de los historiadores no suelen fiarse nada de este tipo de cifras y prefieren hablar en términos más generales. Eso queda para los anticuarios, esos que ponen diagramas de las batallas con sus flechitas y sus listas de bajas.
Lo que seguramente puede explicar un poco esas.cifras es que parte de soldados del bando perdedor se pasase al vecedor, lo que se enjugo las pérdidas y pudo dejar unas pérdidas semejantes. Al fin y al cabo no dejaban de ser tropas mercenarias.
De hecho la enorme desproporción de cifras que se da aunque sea entre los perdedores ( entre 3000 y 12.000, nada menos) indica que nadie tiene muy claro nada. Mucho mejor simplemente decir que fue una victoria aplastante y punto.
Pongo a hervir las patatas, aunque, como señala historiador, si unas fuentes dan 3.000 y otras 12.000 hay motivos para la duda razonable.
Y aún más para dudar de los sólo 15 muertos del bando español.
Algún cero de los primeros habría que adjudicárselo a los segundos y aún así no dejaría de ser una victoria apabullante.
¿Los tercios eran mercenariosM
?
Alberto: Espero que apliques tu sensato escepticismo sobre las exageraciones de Las Casas a todos los datos históricos que narren atrocidades británicas, protestantes, alemanas o rusas.
Qué ganas tienen algunos de minimizar las proezas españolas. Si no salen por un registro, salen por otro.
“semejantes cifras son de todo punto imposible” Bueno, en esa desproporción están de acuerdo todos. Nadie, ni los holandeses, dan más de quince o veinte muertos a los españoles. Pero aquí tenemos sabios más enterados.
Por cierto que en los combates navales se dan a veces desproporciones semejantes. Así en la de Santiago de Cuba, los useños apenas tuvieron pérdidas. Y en otra batalla en Chile, entre las marinas inglesa y alemana. la desproporción a favor de los alemanes fue semejante. Y hay otros ejemplos.
Claro que nuestros especialistas se dan cuenta de que eso es imposible.
Nuevo hilo
Los tercios no eran mercenarios
Lo de “mezcla de cojones y rezos del rosario” es otra chorrada.