Crónica. Anglofobia
**Me acusan algunos de anglofobia. En absoluto, ni tampoco anglofilia. Percibo claramente las muchas cosas admirables de Inglaterra, algunas dignas de imitación como su patriotismo recientemente demostrado en el Brexit. Lo que soy es, por así decir, hispanófilo, cosa hoy más bien rara en un país tan degradado moral, intelectual y políticamente por unas repugnantes castas políticas y “culturales”.
**Como pasa con los separatismos y las derivas sovietizantes, el problema con Inglaterra está más que nada en Madrid, en unos dirigentes de espíritu servil y fondo hispanófobo, que entre otras cosas han montado un ejército cipayo.
**Es llamativo que un hecho como Gibraltar, tan demostrativo histórica y políticamente, apenas preocupe a nuestros políticos, postrados ante el trasero de “nuestra aliada y amiga Inglaterra”. Por cierto que también para ellos es un gran amigo Marruecos, que aspira a imitar a Inglaterra con Ceuta y Melilla.
**Un político de VOX reprocha a la izquierda en el Charlamento el uso de palabras inglesas en lugar de española: “Sean ustedes menos vasallos”. Excelente. Pero los mayores promotores de la colonización cultural por el inglés son los cutres señoritos cosmopaletos del PP.
**La colonización ha llegado al extremo de que el principal inspirador intelectual de la política española, en especial la exterior, es el muy oficializado y subvencionado “Instituto Elcano”. Que viene a ser una sucursal del Foreign Office. Su nombre correcto debería ser más bien Francis Drake Institute.
**La extendida y servil anglomanía –acabamos de ver un caso en Escohotado–, es en sí misma una grave muestra de la inanidad cultural y política en que se mueve hoy el país. Superarla es una tarea muy de fondo que debiera abordarse cuanto antes.
**Todo el problema político actual en España se resume en esto: cómo echar, a ser posible a la cárcel, a los delincuentes que están en el poder, y evitar que sean sustituidos por sus amigachos del PP. Y es un problema definitorio y urgente.
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Dos generaciones
Comparando las dos novelas, y sin que me lo hubiera propuesto, puede apreciarse el contraste generacional tanto en las actitudes como en las situaciones. En “perros verdes” son ya maduros, en torno a los 50 años, los jóvenes de “sonaron gritos”. Entre las dos generaciones no hay apenas contacto, aunque era preciso insertar uno, el “fantasma”, que recordase de donde venía aquella sociedad. En la generación de la guerra ha sido frecuente el propósito de olvidarla, a menudo por influencia católica (lo de “la guerra entre hermanos”, el “perdón”, etc.), actitud clara en Carmen, la mujer del protagonista. Este, Alberto, también ha querido olvidar pero por razones muy distintas, estrictamente personales. A más de un lector le ha parecido artificial ese olvido hasta que en la vejez le diera por recordar: Después de todo, sus aventuras juveniles eran muy dignas de contarse, hasta tenían algo de heroico; ¿por qué dejarlas en el olvido, y por qué le había ocasionado semejante trauma el descubrimiento de haber ocasionado la muerte de su padre biológico, cuando nunca lo había conocido y solo sabía de él que era un criminal que seguramente se lo merecía?
La afición de los dos amigos protagonistas a los problemas filosóficos es una clave. A menudo la filosofía flota por los aires sin apenas ilación con la realidad tangible, pero en este caso la realidad más tangible, personal y traumática se une a ella. ¿Qué significado tiene que su padre biológico haya asesinado a su madre y a su padre digamos social y que él mismo, Alberto, haya ocasionado la muerte del biológico? ¿Y que sean tan parecidos los dos, padre criminal e hijo? ¿Tal vez tanta sangre vertida era solo un camino desviado para llegar a aquella venganza final, un impulso dirigido por alguna fuerza ajena a su consciencia? Así se podría plantear su reacción ante el choque con aquella realidad. Al revés que en los relatos convencionales en que la persona se encuentra ante un enigma o problema que va desentrañando hasta que al final se hace la luz procurando alivio o consuelo, aquí el enigma se vuelve al final más oscuro. No hay consuelo, y el olvido es una salida. Alberto se somete en cierto modo a Carmen, deja un pasado turbulento y peligroso, y se conforma con ser un medianillo profesor de filosofía, que no puede o no quiere ser original. Puede entenderse como un reflejo de la sociedad creada después de la guerra, que va rehaciéndose de sus heridas entre mil dificultades, con eficiencia pero sin brillantez. Claro que ¿por qué, entonces, quiere recordar en la vejez?
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Poder y democracia (VI) Consentimiento democrático
27. El término democracia es, pues, un oxímoron, como ocurre con otros de uso corriente: anarquía, amoralismo o inmoralismo…; o redundantes como “justicia social”. Y debido a ese carácter autocontradictorio, la palabra democracia se presta absolutamente a la demagogia. Aquí serían demócratas todos los partidos, desde la ETA al PP, y no solo por su común antifranquismo, sino porque ellos mismos lo dicen con el mayor énfasis. Claro que ninguno de ellos, ni todos juntos, son ese “pueblo” que ejercería el poder. Son inevitablemente, oligarquías. Y oligarquías demagógicas.
28. Así pues, llamamos democracia, en realidad, al consentimiento popular, mayor o menor, hacia y en un régimen cualquiera. No obstante, distinguimos bastante bien entre el régimen inadecuadamente llamado democracia, y otros como los fascistas, comunistas o anteriores al siglo XX, que sin embargo podían disfrutar de amplio consentimiento social. ¿En qué se diferencian entonces? En que en democracia el consentimiento es explícito a través de votaciones populares.
29. Importa entender que las votaciones, para ser auténticas, implican otras dos cosas: las libertades políticas (expresión, asociación, etc.) y una autonomía judicial que impida, entre otras cosas, su falsificación y asegure la igualdad ante la ley. Deben ser también periódicas y no plebiscitarias de una vez para siempre, aunque los plebiscitos se admitan en casos especiales.
30. En otras palabras, la democracia así concebida, se apoya en el liberalismo, pero es distinto de este. De hecho, los liberales se negaron durante largo tiempo al sufragio universal, arguyendo que este llevaría al poder a los partidos más demagógicos. Por ello impusieron el voto censitario, relacionado con la riqueza de los votantes. Lo cual contradecía el principio de igualdad ante la ley, que terminó imponiéndose.
31. Históricamente, la democracia liberal entró en crisis con la I Guerra Mundial y la depresión del 29. De ahí surgieron otras alternativas que, sin embargo, solo podían funcionar por un tiempo, para sortear la crisis. Así, en los fascismos y en el comunismo la figura del líder máximo estaba valorada de modo casi absoluto. Sin embargo, aunque un gran líder permitiera superar la crisis, no había la menor seguridad de que le sucediera otro a su nivel, y la ausencia de partidos hacía que las luchas por el poder y por la sucesión se dirimiesen ocultamente, en intrigas de camarillas. La llamada democracia evita en gran medida estos problemas, aunque, desde luego, tiene otros
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Me lo envía un amigo francés:
Los líderes de los partidos de izquierdas a menudo tienen declaraciones violentas y antidemocraticas, pero en Francia hay políticos del centro derecha que son tan locos o aún más locos. He aqui la declaración alucinante del diputado Jean-Christophe Lagarde miembro eminente de la UDI (partido que sucedio a la UDF, cuya orientación es social-liberal, democrata-cristiana y proeuropea). Este señor se atreve además a dar lecciones de gaullismo. Por supuesto es uno de los numerosísimos traidores, y sinverguenzas que reivindican la figura de De Gaulle. (Jamás ni la UDF ni la UDI han sido gaullistas. Bien al contrario representan la rama liberal que fagocito el ex RPR gaullista).
J.C. Lagarde dijo lo siguiente hablando de Zemmour: (AI: se refiere a Pasqua ministro de Interior en el gobierno de cohabitación Chirac-Mitterrand)
“Entendre Zemmour venir expliquer que Pétain et de Gaulle c’est la même chose, se foutre du monde au point de dire “je suis un RPR…mais Monsieur Zemmour, si Monsieur Pasqua était là il te filerait une balle dans la tête” (déclaration sur Franceinfo, 21 nov. 2021. Franceinfo est une radio publique payée par les contribuables).
Una mentira: jamás Zemmour dijo que Pétain y De Gaulle son lo mismo.
Una amenaza de muerte por un diputado que actua como un chulo. Pero aún sabiendo que Zemmour recibe periodicamente amenazas de muerte.
Ese impresentable pidio luego excusas y se quedo tan pancho. Imaginemos un segundo la que se armaria en todo el país si lo dijera Zemmour, Le Pen o el UMP/LR Eric Ciotti : campaña en todos los grandes medios de comunicación, manifestaciones en las calles, indignación por parte del gobierno, proceso… En este caso pues nada, solo se dice que Lagarde pidio excusas. Ya se sabe que hay el bando del bien y el bando del mal, las buenas victimas y las malas. Esto es para vomitar.
Cada vez que sale algún conflicto que involucre de algún modo a Inglaterra, DJ y DH toman partido por Inglaterra. Y a continuación aclaran que ellos no defienden al imperialismo inglés ni a Inglaterra. Bueno, quedamos enterados y, por favor, no insistan más en esa letanía.
Yo pienso que ambas decisiones son igualmente reprobables y criticables como abusos de poder y actos militares depredatorios
Pero, ¿no habíamos quedado en que la moral era subjetiva? Si es así, ese acto fue justísimo para el Rey de Inglaterra
“los liberales se negaron durante largo tiempo al sufragio universal, arguyendo que este llevaría al poder a los partidos más demagógicos. Por ello impusieron el voto censitario, relacionado con la riqueza de los votantes. Lo cual contradecía el principio de igualdad ante la ley, que terminó imponiéndose.”
Haciendo de abogado del diablo, objetar que no tenía por que contradecir la igualdad ante la ley el voto censitario, no, puesto que permitía votar igualmente a todos cuantos contribuyesen suficientemente y, en principio, las reglas económicas para adquirir riquezas, y también para empobrecerse, eran iguales para todos.
Además y supuesto que el estado se sufragase mediante contribuciones de ciudadanos, sonaba defendible que quienes tuviesen derecho avotar fuesen quienes subviniesen a ello significativamente, o sea, los suficientemente contribuyentes.
A modo de símil, nadie juzga atentatorio contra la igualdad ante la ley el que en juntas de socios sean exclusivamente los socios contribuyentes quienes tengan derecho a voto.
Más aun,igualdad para votar independientemente de desigualdad de contribuciones sonaba susceptible de entrañar a la larga derecho a igualdad en todos los aspectos de la vida cualesquiera fuesen las capacidades adquisitivas, lo cual sería incompatible con el capitalista espíritu del liberalismo clásico.
De hecho, las únicas votaciones plenamente consecuentes con las raíces capitalistas del liberalismo serían las de las juntas de accionistas: tantas acciones, otrostantos votos.
Ello porque el único criterio de interacción social plenamente liberalcapitalista serían los precios. Todo lo que no fuesen precios exclusivamente precios interferiría con que los precios fuesen el criterio objetivo exacto de asignación de valor, causa por la cual y por ejempmo, el único “amor sin pérdidas de eficiencia irrecuperables” sería el mercenario.
Un señor que como yo, se ha pasado toda su vida criticando a todos los imperialistas
Esto está incompleto. No solo criticas a los imperialistas, también a los no imperialistas.
Ya has dejado claro que para ti todo lo hecho a lo largo de la Historia hasta tu nacimiento es injusto. Que las guerras justas no existen porque siempre se dan abusos por parte de los soldados, que todos los imperios son malos, que los que lucham contra los imperios son malos, que Gengis Khan lo mismo, que San Francisco dee Asís no era tan bueno, que Jesús era un cobarde, etc
Lo de Gengis Khan no sé porqué lo he puesto