Cervantes y Shakespeare
Podría definirse el arte como la expresión del sentimiento provocado en el alma humana por el caos de la vida con su esplendor, su miseria o su horror envueltos en el misterio; o como el esfuerzo gratificante, fatigoso o atormentado nunca completado ni finalizado, de poner cierto orden moral en las sensaciones y la posición del hombre en el mundo. Es posible valorar el arte en función de la intensidad, agudeza y profundidad de esa expresión. En su sublimidad, diríamos, que, siguiendo al seudoLongino, “hiere y da luz como el rayo”.
Dejando aparte como preeuropeos a los clásicos griegos, cabría considerar a Cervantes (por el Quijote) y a Shakespeare (en Macbeth, Hamlet o alguna más) como las dos cumbres mayores de la literatura europea, solo equiparadas tres siglos después por Dostoyefski y Tolstói. Claro que muchos estarán en desacuerdo, empezando por Tolstói, que despreciaba a Shakespeare, o Nabokov, que denigraba al Quijote (particularmente, Nabokov me parece un pretencioso autor de historias embrolladas de personajes triviales, influyente por eso: hoy los hay a miles).
G. Steiner considera a los dos autores rusos los máximos exponentes de las dos grandes tradiciones de la literatura occidental, la trágica de Dostoievski y la épica de Tolstói. Muy en síntesis, creo que el Quijote funde las dos mediante el humor, mucho más allá de la comicidad: es un relato a la vez épico –burlesco solo en apariencia–, y trágico, porque el protagonista es efectivamente un hombre elevado y no un bufón. El humor es otra gran tradición literaria, que alcanza su culminación en el Quijote. En lo mejor de Shakespeare se percibe el horror de los abismos del alma humana, de un tipo de locura que Cervantes elude. En ese sentido pueden entenderse como complementarios uno y otro.
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Crónica. El Doctor quiere prohibir la prostitución
**PP y PSOE de acuerdo, una vez más sobre política exterior: España debe actuar como potencia lacaya en relación con el conflicto de Anglolandia con Rusia. Ni se les pasa por la cabeza recordar Gibraltar, Ceuta y Melilla. Esa chusma política debería ir a la cárcel.
**Actuar, sentir y pensar son fuerzas distintas que suelen chocar en una misma persona.
**Se asombran algunos de que tribunal supremo (suprema basura) proteja a los golpistas catalanes. Después de haber arropado la profanación de la tumba de Franco, ¿qué puede esperarse de tales sujetos? En una democracia fallida.
**Dice la pandilla de Doctor que va a prohibir la prostitución. No solo es que el Doctor esté relacionado familiarmente con ese enorme negocio, es que todas las prohibiciones al respecto han dado mal resultado. La experiencia prueba que solo puede regular y controlar. Pero en la actualidad, la prostitución en sus muchas formas se promueve desde los medios públicos y privados. Nunca la prostitución había tenido tanta presencia en la vida normal.
**”Madrid, sucursal de Gibraltar”. Debería hacerse un buen documental sobre la agobiante presencia del inglés en el espacio público de Madrid. Y de tantas otras ciudades, pero especialmente de Madrid, que teóricamente es capital de España.
**El Pollo Carvajal está dando “información” irrelevante sobre Podemos. Desde el momento en que el PSOE se formó financiado por capital extranjero, dudo de que sean ilegales las ayudas que haya recibido de Chaves y maduro. Lo que teme la banda del Doctor es precisamente que caiga en manos de la justicia useña, que algo mejor que la española es.
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El tiempo extraño (y VIII) Medrar y prosperar
En la transición se produjo un doble fenómeno de repentino y feroz antifranquismo en amplias seudoélites intelectuales y políticas, y un extendido “pasotismo” entre la gente corriente, pues las pretensiones de aquellas seudoélites daban risa. Una canción sonaba: “Que no, que no, que no, que no me lo creo; que no, que no, que no, que no me lo trago…”, me parece que dedicada a los políticos, alguno la recordará.
El caso es que yo fui siempre bastante bobo, y, claro, aquel antifranquismo me lo creía un tanto. Entendía bien que era un fenómeno inexistente hasta poco antes, pues nuestros largos y penosos esfuerzos por movilizar a la gente “contra el fascismo” fracasaban casi siempre, y el resultado de tres décadas y medio de activismo y subversión del PCE era insignificante comparado con el esfuerzo. La gente no se animaba, y no por aversión al comunismo ni por miedo, pues en la prensa abundaban las expresiones procomunistas desde mediados de los años 60: en la universidad circulaban mucho las revistas Triunfo, Destino, o Cuadernos para el diálogo (esta, cristiana del Vaticano II, negaba al franquismo el amable y comprensivo diálogo que dedicaba a los comunistas), en Madrid, tres periódicos ligados al Opus procuraban una poco disimulada corrosión del régimen. Se publicaban infinidad de libros marxistas, con editoriales dedicados en exclusiva a ellos. El caso Solzhenitsin no pudo ser más revelador de lo que había.
¿De dónde salía tanto antifranquista de pronto? Pues de las filas de los que más habían medrado en el régimen, en el propio funcionariado del mismo y en el fondo lo habían justificado con su disidencia tolerada. Pero, a lo que iba, en mi tontería pensaba que, de todos modos, a los que sí habíamos luchado contra “el fascismo”, incluso arriesgando mucho, nos unía cierta camaradería con ellos . ¿No merecíamos cierto respeto de aquellos compañeros de anti? Pues resulta que no, que nos odiaban (a la ETA sí la han respetado, y mucho, hasta hoy mismo, ya he explicado en otras ocasiones la razón de ello). ¿Y por qué? Porque habíamos puesto en peligro sus carreras por los puestos y los dineros, sus mejunjes y enjuagues con “los fascistas”. Visto con un poco de agudeza, que obviamente me faltaba, se comprende muy bien: habían prosperado en el “fascismo” y querían seguir haciéndolo en la democracia y como antifranquistas. ¿Qué más natural?
En el epílogo a Sonaron gritos y golpes a la puerta, un hijo del protagonista, que se ha esforzado por derrocar a Franco desde el Partido Comunista, se verá inadaptado, marginado y amargado en la transición (nunca me amargué, afortunadamente), después de su intento de “asaltar los cielos”. También lo presento en Cuatro perros verdes, en su época de, digamos, esplendor activista de los años 60
¿Que es el arte?
Helarte es morirte de frío.
El coronel Pedro Baños ha dicho este mediodía en el telediario de Antena 3 que, al desplegar tropas y aviones en Bulgaria y Rumanía, España pretende que en la próxima cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid el próximo mes de junio, la Alianza se comprometa a cubrir un posible ataque a Ceuta y Melilla. ¿Alguien se puede creer que EEUU vaya a dejar en la estacada a su aliado marroquí para contentar a España?
La paz concertada en Flandes fue la primera en terminar, en 1621, pero tres años antes tenía lugar en Bohemia un suceso de menor relevancia aparente, pero que sin embargo iba a encender la Guerra de los treinta años, la más sangrienta y larga vivida probablemente en Europa hasta las dos mundiales del siglo XX. Guerra religiosa y entre potencias, que iba a comprometer directa a indirectamente a todas las potencias de Europa occidental, desde Escandinavia e Inglaterra a Francia, el Sacro Imperio y, desde luego, España. La chispa consistió en la enésima rebelión protestante, cuando los legados del emperador Fernando II fueron defenestrados, es decir, arrojados por la ventana sobre un montón de estiércol, por los calvinistas checos. Era la tercera de las históricas defenestraciones de Praga, donde parecía haber cierta afición a ellas, pero con repercusiones mayores. Para entonces, protestantes y católicos convivían por la Paz de Augsnurgo, de 1555. Convivencia inestable por una hostilidad mutua solo frenada por la debilidad relativa de los dos bandos. Al margen de agravios concretos, la insolencia del acto demostraba la creciente confianza en sí mismos de los protestantes, debido en especial a la misma impresión de Venecia y Saboya sobre la pérdida de fuerza de España.
Un político español al servicio del gobierno de Gibraltar:
https://www.diariodecadiz.es/noticias-provincia-cadiz/Rafael-Roman-doble-nacionalidad_0_1649536935.html
A los protestantes checos se sumaron enseguida otros en Alemania y la propia Austria. E intervinieron inmediatamente los protestantes húngaros de Transilvania, un protectorado otomano que les prestó inmediatamente ayuda que pudiera ser decisiva. Durante dos años la guerra continuó con alternativas, y el emperador pidió ayuda a España, que envió tropas al mando de Espínola, mientras la diplomacia de Madrid conseguía evitar la ayuda inglesa a los rebeldes y dividía a los protestantes alemanes. Y en 1620 la guerra se resolvió en la batalla de la Montaña Blanca, cerca de Praga, resuelta principalmente por lo tercios bajo el mando del conde hispano-flamenco Tilly. La liga protestante quedó desarticulada y las tropas hispanas ocuparon el Palatinado con vistas a rodear Holanda. El éxito de los tercios deprimió a la corte francesa y el mundo protestante, pues parecía imposible batirles, a pesar de los retrocesos en Flandes y de los mediocres acuerdos de Vervins.
Por unos años quedó pacificada Alemania, mientras la ofensiva turca se desviaba hacia Polonia, dando origen a una prolongada contienda favorable finalmente a los polacos, gracias también a que los turcos debieron afrontar otra guerra con los persas. Eran malas noticias para la corte francesa, que persistía en su política tradicional de atacar a España y apoyar a los protestantes alemanes para derruir por dentro al Sacro Imperio. A Enrique IV le había sucedido Luis XIII, y en 1622 subió al cargo de primer ministro el cardenal Richelieu, un cardenal refinado, corrupto y sin escrúpulos, protector de las artes y excelente organizador, un verdadero príncipe del Renacimiento inspirado por Maquiavelo. Enseguida comprendió que las dos debilidades básicas de España eran la dispersión de sus dominios, que le obligaban a atender a muchos frentes, y su escasez de hombres. Pero antes de emprender un ataque a fondo debía poner orden en casa afianzando la autoridad regia sobre los nobles con vistas a absolutizar el poder real, y eliminando la anomalía del poder hugonote dentro del estado.
Así que, de momento, su intervención iba a consistir en subvencionar a enemigos de España y del Imperio. Y en 1625, Dinamarca, alimentada con dinero francés y deseosa de salvar al protestantismo alemán y de ocupar zonas del norte germano, reanudó la guerra invadió el país. Sus victorias iniciales no duraron, y en 1625 el general católico Wallenstein ocupó Jutlandia, aunque no pudo tomar Copenhague, y el rey danés Cristián IV renunció a la lucha a cambio de conservar su reino. Así terminaba la primera década de guerra.
Para entonces reinaba en España Felipe IV, desde 1621. Su valido, el conde-duque de Olivares, era consciente de los enormes retos que se avecinaban al país, y de las debilidades de este. La primera debilidad era la corrupción extendida por el Duque de Lerma, contra la que se empleó a fondo, sin éxito decisivo. En segundo lugar, las guerras que inevitablemente iba a sufrir el país exigirían grandes sumas, que solo podrían recaudarse sin provocar revueltas mediante una reforma de la hacienda que distribuyera más equitativamente los impuestos, cargándolos más sobre las clases altas y elevando la contribución de Aragón y Portugal. Intentó asimismo crear un banco nacional para promover el comercio y afrontar los gastos, También percibía Olivares la debilidad demográfica del país, por lo que intentó una política que favoreciera la inmigración y la natalidad, y también una extensión de la enseñanza encargada principalmente a los jesuitas. Asimismo ideó una “Unión de armas” para que todos los reinos contribuyesen con un reclutamiento proporcional a sus habitantes, aunque en algunos casos las estimaciones eran desproporcionadas. Todas estas medidas iban a fracasar en gran medida por la resuelta oposición, en todos los reinos, de una nobleza apegada a sus privilegios y reacia a afrontar los sacrificios, enemiga de cualquier innovación y devota tanto de sus bienes como de una religiosidad anquilosada. Esta mentalidad se había extendido convenientemente: si España había alcanzado tales éxitos en el pasado, debían mantenerse sin cambio los viejos métodos. Aunque las otras potencias habían refinado e innovado considerablemente en los suyos.
“¿Como dice? Si nos ponemos así, cuando más hijos más oferta de trabajadores y cuanto más oferta de trabajadores menos salarios. Puestos a decir tonterías de ese calibre refute esto… A los capitalistas les viene mejor prohibir el aborto….”
Pues igual que anillo al dedo: que los hijos vengan en forma de inmigrantes sin costes de haberlos reproducido y criado y sin que muchas mujeres locales hayan cesado, nii siquiera transitoriamente, de competir en el mercado laboral.
Funcionalmente complementarios le son abortos masivos e inmigrantes sin tasa, redefinidos como “migrantes”, a lo que está haciendo que los sueldos lleven casi medio siglo perdiendo peso en los ingresos dinerarios totales del conjunto de la población, en la denominada renta nacional, a la vez que vienen cundiendo megasueldos de ejecutivos privilegiados, consejeros de dirección, incluidos políticos de puerta giratoria, y de protagonistas de lo circense con consiguiente aun menor peso de los demás sueldos, señaladamente de los no funcionariales.
El fin de la tregua en Flandes se enconó con una Holanda muy reforzada, que replicaba con eficacia a los golpes, y que disponía de una poderosa flota que surcaba todos los mares, atacaba las posesiones portuguesas y las Filipinas. En 1624 los holandeses tomaban San Salador de Bahía, en Brasil, de donde los desalojó al año siguiente una expedición hispanolusa, mientras Spínola capturaba la plaza fuerte de Breda, hecho inmortalizado por el célebre cuadro de Velázquez. Pero la toma de Breda no fue decisiva, y en 1628 la armada holandesa logró apoderarse en Cuba de parte de la flota de Indias, con cuyo cuyo botín financió nuevas campañas.
En Inglaterra, Carlos I había sucedido a Jacobo I en 1625. Dos años antes, como príncipe de Gales, había viajado de incógnito a Madrid para casarse con la infanta María Ana de lo que esperaba sellar una paz en Europa al tener a raya a Francia. El proyecto no resultó porque la corte española le exigía la conversión al catolicismo, mientras en Inglaterra fue visto como una amenaza al anglicanismo. La impopularidad del rey aumentó al casarse con la princesa francesa, también católica, Enriqueta María en 1625, sin convocar previamente a un Parlamento que de tiempo atrás se mostraba incontrolable. El fracaso de la opción española dio lugar a la reanudación de la guerra con España. Esta era deseada también por el Parlamento, que quería atacar las Indias con la esperanza de capturar la legendaria flota. Pero el rey quería un ataque directo a España, por lo que el Parlamento apenas le concedió una cantidad ridícula. El ataque angloholandés a Cádiz, en 1625, con más de 100 naves y 15.000 hombres, fue esta vez derrotado, con pérdida de 7.000 soldados y marineros y 62 barcos. El desastre volvió todavía más impopular a Carlos
¿Por qué omitir tan reiteradamente a Calderón?
Mucho me intriga, más aun en comparaciones entre Shakespeare y Lope de Vega, tanto más cuanto que Calderón llegó a ser muy del agrado de filósofos alemanes famosos y que el contemporáneo Eugenio Trías, uno de los grandes catalanes que han escrito en español, lo dejó reivindicado cual gran trágico.
Respecto a Lope, algunas de sus comedias sí que son tragedias, sobre todo El caballero de Olmedo.
Richelieu había resuelto acabar con el poder hugonote, que se había rebelado con apoyo inglés en 1627,y sitió su plaza fuerte de La Rochela. La ayuda naval enviada por Carlos a los calvinistas fracasó, una nueva razón para su desprestigio entre los nobles y el pueblo. La fortaleza cayó en 1628 y al siguiente los hugonotes perdieron todo poder político, aunque se les reconoció su culto. Mientras tanto, España amplió sus posesiones en Italia con vistas a asegurar el Camino español a Flandes, lo que movería a Richelieu a otras medidas contrarias.
En líneas generales, la primera década de la Guerra de los treinta años terminaba con importantes éxitos españoles en América, Filipinas, Italia y Europa, mientras Holanda se convertía en una potencia temible, Inglaterra sufría una creciente crisis interna, y Francia se reforzaba internamente y se preparaba para nuevas ofensivas.
¿Cómo compatibilizar los magníficos comentarios obra dee Fernando del Pino Calvo Sotelo con que según la gubeernamental “actualización nº 546″ en España los no_vacunados mayores de sesenta años tenían en diciembre pasado y primeros de este enero el décuplo de probabilidades de contagiarse y el véntuplo de morir a resultas del contagio?
¿Es de sospechar amañamiento estadístico?
Demostrable es para mayores de ochenta años:
1º Según todos los datos oficiales estaba completamente vacunado el ciento por ciento de los mayores de ochenta años en lo que respecta a las semanas incluidas en la susodicha “actualización nº 546″.
2º. La tasa de fallecidos no_vacunados mayores de ochenta años empero implica que existiesen uunos cuarenta-y-cincomil (aprox 45000) no_vacunados mayores de ochenta años, cantidad igual a más del uno y medio por ciento(a más del1,5%)de la población mayor de ochenta años, lo cual excede ampliamente del oficial menos del uno por ciento(menos del 1%) que de entre todos los septuagenarios no estaba vacunado.
3º. ¿Qué hace, y qué significa, que mientras a un efecto no hubiese mayores de ochenta años que no estuviesen vacunados, a otro fuesen porciento mayor que el de septuagenarios no vacunados?
¿Qué letra pequeña oculta subyace a ello? ¿Es de sospechar que los médiccamente no vacunables consten únicamente a efectos de compararlos como si no estar vacunados fuese por obcecación personal?
Se añade que mientras que hasta incluidas las actualizaciones nº 509 y nº 511 moorían oficialmente de covid19 cuatro vacunados por cada no vacunado, según las actualizaciones nº 537; nº 541 y nº 546 en cambio, la ratio ha venido recortándose hasta haber llegado a 2,12 vacunados por cada no vacunado:
¿Muy protectoras las terceras doseis siquiera sea a plazo corto? ¿cocinamiento estadístico? ¿empeoramiento del trato, o tratamiento, a mediáticamente estigmatizados contagiados no vacunados?
Todo ello a pesarde que, aunque poco, iba menguando el porciento de habitantes no vacunados,decremento significativo porque aproximadamente el diez por ciento de quienes teniendo doce años o más no estaban vacunados ha pasado a estarlo, ello habida cuenta que de entrada en noviembre ya éramos tan apenas el diez por ciento de nuestro gran tramo de edad los no_vacunados mayores de doce años.
*errata:
si España había alcanzado tales éxitos en el pasado, debían mantenerse si cambio los viejos
Algunos voceros de la Radio proanglosajones, no se enteran, o no se quieren enterar de lo que es Rusia y lo que se cuece en esa parte del mundo. Pero menos quieren enterarse de lo que hace España en este conflicto que ni nos va ni nos viene y encima si nos metemos nos perjudica.
Pues igual que anillo al dedo: que los hijos vengan en forma de inmigrantes sin costes de haberlos reproducido y criado y sin que muchas mujeres locales hayan cesado, nii siquiera transitoriamente, de competir en el mercado laboral. Funcionalmente complementarios le son abortos masivos e inmigrantes sin tasa, redefinidos como “migrantes”, a lo que está haciendo que los sueldos lleven casi medio siglo perdiendo peso en los ingresos dinerarios totales del conjunto de la población, en la denominada renta nacional, a la vez que vienen cundiendo megasueldos de ejecutivos privilegiados, consejeros de dirección, incluidos políticos de puerta giratoria, y de protagonistas de lo circense con consiguiente aun menor peso de los demás sueldos, señaladamente de los no funcionariales
En todo ello no cesaba de pensar Lenin cuando la URSS legalizó el aborto en 1920. Y en todo ello pensaba Ceaușescu al prohibirlo. Y la China Comunista: en los pobres sueldos de los trabajadores futuros. Y todo ello tenían en un sin vivir a los jueces norteamericanos del caso Roe contra Wade: ¿Los sueldos debían subir o bajar?
Y por otro lado yo soy de letras, pero se me ocurre que si a las mujeres trabajadores y a los inmigrantes se le añadiera la prohibición del aborto, entonces la oferta de trabajadores seria aun mayor y los sueldos bajaran mucho más. ¿Como no se han dado cuenta de ello los malvados tiburones capitalistas para exigir la derogación del aborto?
En fin, las tonterías que no llega a decir, especialmente si tiene el ego hinchado como un globo aerostático,(ya hay que ser onanista para decir palabros como “triplo”) y no reconocer equivocación alguna (ya se sabe que alguno no se equivoca jamás y sabe de todo? son de traca. Pero por mi mejor. cuando más abunde en sus estupideces mas hará el ridículo y mejor nos los pasamos los demás.
Está cercano el día en que nos explique la estrecha relación entre el caso Roe contra Wade y el abandono del patrón oro por parte de Nixon, en que explique la des-conversión industrial y el aumento del paro con Gonzalez con la aprobación de la ley del aborto en España, y la derogación en Irlanda con su despegue financiero, y sino, al tiempo.
¿De dónde salía tanto antifranquista de pronto? Pues de las filas de los que más habían medrado en el régimen, en el propio funcionariado del mismo y en el fondo lo habían justificado con su disidencia tolerada.
Pues una auténtica peste …. gente sin ninguna convicción, excepto la de medrar en cualquier circunstancia …
Yo pensaba que habían salido de las alcantarillas …. pensamiento irreal …. ¿cómo iba a a aparecer de repente? .. ya estaban en todos los ámbitos del estado …
*cómo iban a aparecer
En España se vive la utopía, por lo visto.
VOX tiene una buena ocasión para reflejar lo que realimente es este mequetrefe del PP, el del Master falso. Ni con Putin ni con aquellos que traicionando la propia palabra de la OTAN han desestabilizado la zona por intereses particulares. España no puede ser lacaya de intereses ajenos e incluso contrarios a los suyos. No pintamos nada ahí ni es cosa de España la escalada de tensión en la zona, de la cual tiene buena parte de culpa la torpeza de la propia OTAN y la estupidez de la UE:
Casado pide a Vox que “aclare su posición” en Ucrania: “En ocasiones se han manifestado a favor de Putin”
El presidente del PP ha vuelto a intentar marcar distancias entre su partido y Vox, en esta ocasión a cuenta de la crisis en Ucrania.
https://www.libertaddigital.com/espana/politica/2022-01-24/pablo-casado-pide-vox-aclare-posicion-ucrania-ocasiones-manifestado-favor-vladimir-putin-6858286/
**Unión europea de proislamistas, homosexistas, abortistas multicultis, lgtbi, proinmigración salvaje… ¡Salgamos de ese basurero!
VOX debe elaborar su propio discurso de política internacional, y el problema de Ucrania es importante. Debe hacerlo bien, de modo que desarme y deje en evidencia a los mangantes del Máster y del Doctor. Requiere finura y contundencia. Y recordar la experiencia de Irak
Lógicamente, el nuevo libro se apoyará en “Nueva historia de España”, pero será más amplio y en algunos aspectos distinto.
https://elblogdekufisto.blogspot.com/2022/01/con-los-oidos-bien-destapados.html
Las noticias seguían sin ser buenas para Richelieu, que pese a ser católico y cardenal, no cambiaba la tradicional estrategia de aliarse con protestantes y otomanos contra las católicas Madrid y Viena. En realidad la intensificaba, con ambición de resolver a su favor un conflicto iniciado en Italia casi un siglo y medio antes, con pésimos resultados, en general, para Francia. Y fracasada la intervención danesa en la guerra de Alemania, pasó a sufragar generosamente a Suecia, que había hecho hegemónica en el Báltico y aspiraba a ocupar las orillas polaca y alemana, además de salvaguardar el ámbito protestante. El país no alcanzaba los dos millones de habitantes, pero su rey Gustavo II Adolfo era un talentoso militar que había organizado un ejército de nuevo tipo, cuya excelencia le había permitido resistir a Dinamarca y vencer a Polonia y a Rusia. Con esa seguridad y dinero francés, marchó triunfante por Alemania desde 1630, y en 1632 ganó la batalla de Lützen, donde también perdió la vida. Su general Gustavo Horn le sucedió al mando, con nuevas victorias hasta que en septiembre de 1634 chocó en Nördlingen o Norlinga, Baviera, con los imperiales reforzados por tropas españolas, contra las que se estrellaron los asaltos del ejército suecoalemán, que quedó aplastado. Fue una de las últimas grandes victorias de los tercios, y decisiva porque obligó a Suecia a renunciar al dominio de Alemania, y a los príncipes protestantes germanos a aceptar la paz de Praga, en 1635.
Un poco contemplativa y con mano izquierda la respuesta de VOX. Ni mal ni bien. Es verdad que es coherente con la defensa de Polonia y su soberanía pero el conflicto es más complejo en Ucrania.
Vox defiende a Ucrania y responde a Casado acusándole de mantener el acuerdo del PP con China
El partido rechaza apoyar al gobierno de Sánchez en el envío de tropas hasta que pidan autorización al Congreso.
https://www.libertaddigital.com/espana/politica/2022-01-24/vox-jorge-buxade-defiende-ucrania-frente-rusia-pablo-casado-cope-acusandole-de-mantener-el-acuerdo-del-pp-con-china-6858365/
“… habían prosperado en el “fascismo” y querían seguir haciéndolo en la democracia y como antifranquistas. ¿Qué más natural?”
Cierto. Y así no resulta muy extraño entender cómo se desplomó todo en muy poco tiempo. Y cómo aquellas filas tan largas de gente que quería dar su último saludo a Franco se despoblaron y desembocaron en la renuncia hipócrita de tantos a su figura. Y sólo desde esa perspectiva se puede comprender el desprecio y las invectivas hacia quien reverenciaban hasta hacía poco. Convenía situarse en le sitio exacto en el momento conveniente parase seguir disfrutando de una posición acomodada. O creársela.
Cuando D. Pío afirma que Cervantes y Shakespeare son el culmen de la literatura europea quiere decir que lo son para él. Y para muchos otros también, sin duda. Pero no hay nada más resbaladizo que las opiniones sobre aspectos que son difícilmente objetivables, como el gusto y el por qué nos atrae algún autor u obra especialmente. Cervantes fue rescatado por los críticos ingleses y devino la fuente de la que bebió la gran novelística inglesa del XVIII. Un maestro. Shakespeare entendió como nunca haría Lope -un gran dramaturgo centrado, como la mayoría de los escritores españoles, en un localismo empobrecedor- la rueda del poder, desarrolló la psicología que encerraban esos personajes atormentados y siniestros que la Historia había puesto a su disposición.
Un lectura recomendable sería “Shakespeare, nuestro contemporáneo”, de Jan Kott, donde desarrolla lo antes apuntado.
Shakespeare entendió como nunca haría Lope -un gran dramaturgo centrado, como la mayoría de los escritores españoles, en un localismo empobrecedor- la rueda del poder, desarrolló la psicología que encerraban esos personajes atormentados y siniestros que la Historia había puesto a su disposición.
Bueno, Lope pudo retratar escenas localistas como “toto autor español” lo que no es malo y mediocre per se, lo que pasa es que hizo de forma magistral lo que le convierte en un literato universal. A la contra, Shakespeare basándose en personajes históricos presentó panoramas manidos y totalmente identificables universalmente lo que decae su originalidad y por lo tanto puede sufrir de en una cierta mediocridad. Pero como el propio Pentapolín advierte, las opiniones de él, como las mías y las de Moa, son eso opiniones personales. Otra cosa es que que lo que pensamos muchos sobre Cervantes o Lope sea universalmente admitido, más que lo que su personalísima persona crea.
Una cosa hay que admitir de Lope, que si su obra es localista, sus tramas y sus historias son universales. Aunque la historia sea en Fuenteovejuna, una de ellas, bien puede versar o trasladarse no sólo en el siglos XVII a otra localidad sino en el oeste de USA en el XIX. Pero vamos, que según Pentapolin, Lope era un mediocre localista español.
De todos modos, concentrar en tan sólo dos escritores la ingente y maravillosa herencia literaria europea resulta no sólo reduccionista sino muy injusto. En mis tiempos solía valorarse a Goethe como el tercer grande en discordia. El propio Harold Bloom, en su “El canon occidental” estudia a 26 autores, entre los que priman los autores ingleses. Lógico en alguien que tiene al inglés como su lengua materna. Trata de concentrar la calidad literaria de varios países en algunos literatos incontestables, pero se limita a Francia, Italia, Alemania y Rusia -representada por Tólstoi- amén de los varios autores ingleses.Por España presenta a Cervantes, claro. Pero ¿cómo podría valorar a Quevedo, o a Góngora, alguien que no domine el español hasta el tuétano? Las relaciones canónicas obedecen al gusto de quien las hace, y nunca habrá dos iguales. Mientras se pueda defender racionalmente el por qué de la decisión, cualquier listado hecho es tan bueno como otro cualquiera. O tan malo.
Sergio Dalma entonaba una de sus horribles canciones.
jajajaja
Amigo Hegemon: un hábil escenógrafo puede representar cualquier obra en el ambiente que le apetezca. Otra cosa es que el resultado resulte aceptable. Un hábil escenógrafo puede convertir un oratorio en una pieza erótico-festiva a poco que se lo proponga. Ejemplos de ello podría darle en abundancia. Claro que “Fuenteovejuna” puede centrarse en el Oeste. Y en el Japón medieval si usted lo desea. Lope es un dramaturgo maravilloso, vaya eso por delante. ¿De dónde deduce usted que yo no lo considere así, simplemente porque considere sus obras como genuinamente españolas?
Otra cosa es que que lo que pensamos muchos sobre Cervantes o Lope sea universalmente admitido, más que lo que su personalísima persona crea.
Mientras se pueda defender racionalmente el por qué de la decisión, cualquier listado hecho es tan bueno como otro cualquiera. O tan malo.
Las modas, amigo Hegemon, las modas también cuentan. Y la capacidad de algún crítico entusiasta para convertir a un autor en célebre, que también sucede. Recuerde que Cervantes fue rescatado por críticos ingleses, Calderón por alemanes, y así todo. ¿Qué asegura la inmortalidad de un autor? ¿Por qué Tólstoi es mejor que Swift, por poner un ejemplo? ¿Por qué quien gozó de consideración hoy no la merece? ¿Y viceversa? ¿Quién es usted, o Harold Bloom, para decirme que he de considerar a Becket superior a Wilde?
Y, por último, ¿de dónde deduce usted que yo no comparta la mayor parte de aquello que Moa y usted mismo valoran? .. Y todo por afirmar que Lope está, magistralmente y sin necesidad de nada más, centrado en temas locales.
Y luego queda el asunto de la traducción. Un asunto son los temas y otro el estilo literario con que se tratan ¿Cómo trasponer las palabras de Shakespeare a otras lenguas? ¿En qué quedan los versos de Lope transcritos en tagalo? Cuando leemos a Murakami, ¿estamos leyendo a Mukaraki o a un plagiario que se apodera de sus personajes, sus tiempos, sus tramas… para construir una novela en español? Incluso mejor que la original, como pasa también en tantas ocasiones. A lo mejor llegamos a entender a Borges, bilingüe incontestable, cuando afirma -¡anatema, anatema! que a él le gusta más El Quijote en inglés. Podría ser una boutade, pero da qué pensar. Quiero decir, amigo Hegemon, que los temas son una cosa y la calidad literaria va por otro derrotero. Un tema banal puede ser tratado magistralmente y dar lugar a una obra maestra, mientras que cualquier mediocre naufragaría en su empeño de crear algo valioso partiendo de uno de los grandes temas que agobian al ser humano.
Lope es de los más comediógrafos más grandes por muchas razones, no solamente porque trate temas más o menos locales. El fondo y la forma, ¿no?
Pongo estos textos por si alguno quiere añadir o corregir algo.
Richelieu había resuelto acabar con el poder hugonote, que se había rebelado con apoyo inglés en 1627,y sitió su plaza fuerte de La Rochela. La ayuda naval enviada por Carlos a los calvinistas fracasó, una nueva razón para su desprestigio entre los nobles y el pueblo. La fortaleza cayó en 1628 y al siguiente los hugonotes perdieron todo poder político, aunque se les reconoció su culto. Mientras tanto, España amplió sus posesiones en Italia con vistas a asegurar por la Valtelina el Camino español a Flandes, lo que movería a Richelieu a una intervención contraria.
En líneas generales, la primera década de la Guerra de los treinta años terminaba con importantes éxitos españoles en América, Filipinas y Europa, mientras Holanda se convertía en una potencia temible, Inglaterra sufría una crisis interna, y Francia se reforzaba internamente y se preparaba para nuevas ofensivas.
Las noticias seguían sin ser buenas para Richelieu, que pese a ser católico y cardenal, no cambiaba la tradicional estrategia de aliarse con protestantes y otomanos contra las católicas Madrid y Viena. En realidad la intensificaba, con ambición de resolver a su favor un conflicto iniciado en Italia casi un siglo y medio antes, con pésimos resultados, en general, para Francia. Y fracasada la intervención danesa en la guerra de Alemania, negoció un acuerdo con los holandeses, en 1630, a quienes financiaría para que mantuviesen la guerra con España, y con quienes pensaba repartirse todo Flandes. Y, más directamente, pasó a sufragar generosamente a Suecia, que había hecho hegemónica en el Báltico y aspiraba a ocupar las orillas polaca y alemana, además de salvaguardar el ámbito protestante. El país no alcanzaba los dos millones de habitantes, pero su rey Gustavo II Adolfo era un talentoso militar que había organizado un ejército de nuevo tipo, cuya excelencia le había permitido resistir a Dinamarca y vencer a Polonia y a Rusia. Con esa seguridad y dinero francés, marchó triunfante por Alemania desde 1630, y en 1632 ganó la batalla de Lützen, donde también perdió la vida. Su general Gustavo Horn le sucedió al mando, con nuevas victorias hasta que en septiembre de 1634 chocó en Nördlingen o Norlinga, Baviera, con los imperiales reforzados por tropas españolas mandadas por el cardenal infante Fernando de Austria, hermano de Felipe IV. Contra ellas se estrellaron los asaltos del ejército suecoalemán, que quedó aplastado. Fue una de las últimas grandes victorias de los tercios, y decisiva porque obligó a Suecia a renunciar al dominio de Alemania, y a los príncipes protestantes germanos a aceptar la paz de Praga, en 1635.
Allí pudo haber terminado la gran guerra, a los 17 años de empezada, con clara victoria hispanoimperial, pero Richelieu no se resignó. Si había gastado en balde mucho dinero, había logrado reorganizar el país y acabar con el doble poder hugonote, por lo que se sintió lo bastante fuerte para intervenir directamente. Decisión aventurada cuando los tercios acababan de revalidar sus laureles contra un ejército de la categoría del sueco. Pero Richelieu calculaba bien las dos debilidades de España: escasez de hombres y dispersión de sus dominios. Sostener tal imperio constituía una hazaña sin precedentes, pero sus comunicaciones eran inevitablemente vulnerables, en particular el Camino español y el Canal de la Mancha, cada vez más dominado por flotas enemigas; y Flandes quedaba entre dos fuegos, mientras que Francia podía operar por seguras líneas interiores, y contaba con la ayuda del mundo protestante, y confiaba en sacar partido de todo ello.
Pese a todo, los hispanos volvieron a imponerse, y en 1636 tomaron Corbie, a solo 120 kilómetros de París. Sin apenas defensas intermedias, la capital francesa pareció a punto de caer en manos del cardenal-infante Fernando. Cundió el pánico y Richelieu se sintió hundido. Pero Fernando, con prudencia quizá excesiva, desaprovechó la ocasión y se retiró, al parecer por no tener asegurados los suministros. No era la primera vez en estas guerras que París estaba a merced de las tropas españolas, pero, por razones diversas, se prefirió dejarla a salvo. Pasado el susto, Luis XIII contraatacó por Guipúzcoa, Cataluña e Italia, y los cinco años siguientes nadie obtuvo la decisión. Las dos naciones estaban al cabo de sus recursos, los impuestos y la degradación de la moneda causaban malestar en España y en Francia revueltas campesinas, masacradas sin contemplaciones en 1636 y 1639. Pero la inteligente estrategia de Richelieu de juntar todo tipo de fuerzas y obligar a España a dispersarse en muchos escenarios iba poco a poco dándole buen resultado.
Por su parte sus aliados holandeses no solo hostilizaban sin cesar al Flandes español, sino que dirigían sus golpes marítimos contra las colonias portuguesas con lo que sacaban un doble beneficio, económico y estratégico, haciendo que en Portugal muchos achacaran los problemas a la unión con España, pese a que esta corría con el grueso de la defensa. En 1630 tomaron a región de Pernambuco, en Brasil, una de las posesiones lusas más rentables, a la que rebautizaron Nueva Holanda, y la retendrían por quince años. En 1637 recuperaron Breda, en Flandes, y estuvieron a punto de resolver finalmente la guerra a su favor tomando Amberes. En aquella ocasión los tercios, en inferioridad de uno a tres, salvaron la ciudad infligiendo en Kallo una sangrienta derrota a sus enemigos. No obstante, el decenio concluía en 1639 con una derrota naval española de gran alcance en las Dunas o Bajíos, cerca del sureste de Inglaterra, a manos de un flota holandesa muy superior. No fue una derrota aplastante, pero señalo el final de España como primera potencia en el mar.
Al menos durante esos años Inglatera no pudo hostilizar, sumida en querellas entre el monarca y el Parlamento, y religiosas entre anglicanos y calvinistas escoceses, que darían lugar a una Guerra de los obispos.
La tercera década iba a resultar cada vez peor para España, al repercutir en el país las tensiones externas. Una de las causas principales, sino la principal, de los éxitos españoles hasta entonces, había sido una consistente paz interior, pero entonces se abrieton en ella algunas grietas. Ya ante el ataque francés a Fuenterrabía, en 1638, Aragón había contribuido a la defensa, pero la Generalitat. Y cuando Richelieu tomó la fortaleza de Salses en el Rosellón, la Generalidad no solo no colaboró, sino que atizó el descontento por la presencia de 9.000 soldados enviados por Olivares a recobrar el territorio catalán. El 7 de junio de 1640 (Corpus de sangre), la oligarquía propició la entrada de 300 segadores en Barcelona, que con gritos como “¡Viva el rey de España y muera el mal gobierno!”, mataron a casi veinte funcionarios, en su mayoría catalanes, incluyendo al virrey, Dalmau de Queralt. Hasta aquí, nobles y potentados podían frotarse las manos, pero los campesinos les odiaban por los nunca bien desarraigados “derechos de abuso y maltrato”, llamados “libertades del reino”: a los labriegos, que podían hasta ser muertos impunemente por sus señores, se les vedaba recurrir a los tribunales del rey, porque ello, aducían los oligarcas, iría “en gran dany de la cosa pública y de la bona administració de la justicia”. Y la revuelta cobró un sesgo antiseñorial menos agradable a la Generalidad.
Ante el peligro, un osado líder rebelde, el canónigo de Urgel Pau Clarís, pidió la anuencia de Richelieu para proclamar una república catalana. Enseguida aceptó la soberanía de Luis XIII, a quien nombró por su cuenta conde de Barcelona, rehaciendo una dependencia que los catalanes se habían sacudido siglos atrás; y un ejército franco-clarisista desbarató en Montjuic al de Felipe IV. La providencial revuelta permitió a Richelieu avanzar sobre Valencia y Aragón, sin gastos, pues nombró un virrey francés e impuso a los catalanes el coste de las tropas, que se portaban peor que las de Olivares.
Aprovechando la situación, el Duque de Braganza se proclamaba en diciembre ry de Portugal con el nombre de Juan IV. Hombre moderado, su audacia provino más bien de su esposa, la andaluza Luisa Guzmán, de los Medina Sidonia. La situación le favorecía a Braganza, por la dispersión de las tropas españolas y por el apoyo de Francia e Inglaterra (esta recibiría por su ayuda las posesiones lusas de Tánger y Bombay). Y al año siguiente los dos éxitos secesionistas animaron al duque de Medina Sidonia y el marqués de Ayamonte a imitarlos en Andalucía. Olivares, creyendo leal al duque, le encargó contraatacar a Juan IV, pero el personaje saboteó la concentración de tropas, mientras Ayamonte negociaba el apoyo de Juan y de las flotas francesa y holandesa para asegurar su designio. Tuvieron la mala suerte de ser descubiertos algo antes de la arribada de la armada franco-holandesa. Detenidos, Ayamonte culpó al duque, el cual, en una grotesca maniobra, retó a duelo a Juan IV “en defensa de su honor”. Ayamonte fue decapitado y el duque no: en Inglaterra lo habrían pasado mucho peor los dos. Su fracaso sugiere la idea fácil de que su intento no tenía futuro, pero estuvo muy cerca de abrir un nuevo frente en el sur de España, de consecuencias imprevisibles dada la dificilísima situación.
Al menos durante esos años Inglaterra había permanecido en relativa calma exterior, sumida en querellas entre el monarca y el Parlamento, y religiosas entre anglicanos y calvinistas escoceses, que darían lugar a una Guerra de los obispos. El conflicto derivaba del predominio parlamentario de los puritanos, minoría calvinista no menos dinámica y audaz que la hugonote francesa. Los puritanos detestaban radicalmente al “papismo”, y solo un poco menos al anglicanismo en el que denunciaban reminiscencias católicas y aspiraban a reformarlos. Isabel, Jacobo y Carlos los habían hostigado sin mucho efecto, y en 1620 un grupo de ellos había huido en el barc Mayflower para instalarse en la actual Usa, y en el decenio de los 30 unos veinte mil emigraron en la misma dirección (Nueva Inglaterra), donde pensaban fundar la bíblica “ciudad sobre la colina” para ejemplo del mundo, cimentada en principios y valores calvinistas. En Inglaterra se proclamaban adalides de la libertad frente a la tiranía regia, aunque eran por lo menos tan intolerantes como los anglicanos, y usaban su fuerza parlamentaria para boicotear al rey.
A principios de los 40, los puritanos estaba agriamente dividido entre los intransigentes o “separatistas” y los partidarios de mayor colaboración con el poder anglicano. Entre los más irreductibles estaba Oliver Cromwell. El monarca, Carlos,replicó al boicot dejando de convocar al Parlamento durante once años, hasta 1640, cuando necesitó aprobación legal de nuevos impuestos para sufragar la Guerra de los obispos en Escocia. Obviamente, no lo consiguió, hubo de resignarse a una tregua desfavorable con los escoceses y cerró el Parlamento, llamado “corto”. Un nuevo revés le obligó a convocar al llamado Parlamento “largo”, que socavó sin miramientos la autoridad del rey, le achacó ilegalidades, suprimió sus tribunales, le negó el derecho a suspender las sesiones, impuso ser convocado cada tres años y declaró ilegales varios impuestos. El choque solo podía terminar en guerra civil, y así fue, en octubre de 1642.
Ese año falleció Richelieu, y Luis XIII al año siguiente. La muerte del cardenal fue festejada en París con luminarias, pues era muy odiado. No obstante, dejó un legado imponente: las bases del Grand Siècle de Francia, de su hegemonía europea política y cultural, pues protegió sobremanera las artes y la letras, con instituciones como las academias, que serían imitadas por otros países. Su legado particular también era significativo: en el poder se había convertido en el personaje más rico de la historia de Francia, segundo solo a su sucesor el también cardenal Mazarino. Richelieu había dado forma precisa a la monarquía absoluta, con un espionaje interno que la hacía casi un estado policial, y que Luis XIV perfeccionaría.
El gran antagonista de Richelieu había sido el conde duque de Olivares, hombre de gran talento y visión reformista que, al contrario que el francés, no lograría imponer ante resistencias encarnizadas de muchos nobles. Los desgraciados sucesos de 1640 y conspiraciones de nobles le hicieron perder el poder y ser desterrado en 1643. Acosado aun después de su caída en su caída, falleció en 1645.
Hasta 1652 no se lograría expulsar a los franceses de Barcelona. Los franceses, habían aulado los usos y costumbres de la región y el empleo oficial del catalán. El resultado de la revuelta oligárquica de Pau Clarís fue la pérdida para España (y Cataluña), del Rosellón y parte de la Cerdaña, que ya no se recuperarían.
Con Luis XIV y Mazarino – italiano de origen que había estudiado en Alcalá y Salamanca–, la suerte aún empeoró para los hispanos. En mayo de 1643 los franceses obtuvieron la victoria de Rocroi, costosa para ellos pero de enorme repercusión moral en toda Europa, y que fue entendida como el final de la carrera de los tercios. En realidad no fue así , pues infligirían nuevas derrotas a los franceses y retuvieron considerable eficacia, pero de cualquier modo puede decirse que Rocroi supuso en tierra lo que la batalla de los Bajíos en el mar, es decir, el comienzo del declive político militar de España. Las luchas prosiguieron, arrastrándose indecisas hasta que en 1648 se firmó la Paz de Westfalia que puso fin a aquella interminable guerra. La víctima principal fue, con mucho, el sacro Imperio. Solo los suecos habían arrasado en él 1.500 poblaciones, y por las luchas, las pestes y las hambres, regiones enteras habían quedado semidespobladas. Algunos cálculos hablan de la pérdida de un tercio de la población y de la mitad masculina, cifras sin duda exageradas, pero que en todo caso tuvieron algo de apocalípticas.
Westfalia marca un cambio radical en el panorama europeo con respecto al dibujado a finales del siglo XV por las innovaciones hispanas. Del tratado salían triunfadores Suecia, hegemónica en el Báltico y dominadora de regiones alemanas y danesas. Holanda como gran potencia naval, y su independencia aceptada por España. Pero la vencedora mayor era Francia. Esta se anexionaba Alsacia, Lorena y otros territorios y cortaba el Camino español a Flandes, por lo que la guerra con España continuaría después de Westfalia. Viena, muy feliz de acabar su sangría, dejó sola a Madrid, que tanto le había ayudado antes. El conflicto, varios años indeciso, lo resolvería contra España una alianza francoinglesa en 1657.
El mismo año de Westfalia, los puritanos ganaban la guerra civil inglesa y en enero del siguiente era decapitado Carlos I tras un juicio preparado por sus enemigos, hecho revolucionario en Europa. Cromwell, político y militar muy hábil, odiaba en especial a España. Dictador de hecho, atacó primero a Irlanda. Su ejército parlamentario confiscó casi todo el territorio y lo repartió a los suyos, desmanteló la naciente industria textil, las iglesias y las escuelas, provocó adrede hambre y matanzas, y vendió como esclavos a entre doce y cuarenta mil prisioneros. El rito católico fue suprimido y sus clérigos ejecutados apenas descubiertos. Se calculan las pérdidas irlandesas entre un 15 y un 30% de su población. En 1650 Cromwell derrotó a los escoceses que exigían la monarquía, pero actuó con más moderación, por el calvinismo común. Y entre 1652 y 1654, venció a los holandeses, ahora rivales comerciales.
Al año siguiente atacó por fin a España. En 1655 sus barcos destruyeron parte de la flota de Indias en Cádiz y tomaron un galeón cargado de plata. El mismo año fracasaron con graves pérdidas en La Española, pero tomaron la apenas guarnecida Jamaica, “daga apuntada al corazón del Imperio español”. En 1657 volvieron a destruir gran parte de la flota de Indias en Tenerife, bloquearon Cádiz y, junto con los franceses, ganaron en Flandes la batalla de Dunquerque, en 1658. Ese año murió Cromwell, y dos después el Parlamento admitió como rey a Carlos II. El cadáver de Cromwell fue a su vez decapitado y su cabeza expuesta en un poste. Desaparecía la posibilidad de que el puritanismo se impusiera al anglicanismo como religión dominante.
La derrota hispana en Dunquerque abocó al Tratado de los Pirineos en 1659. España perdió la Cataluña transpirenaica, partes de Flandes y su Camino. Luis XIV no impuso condiciones peores porque tenía otras ambiciones, manifiestas en su casamiento, en 1660, con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV. Madrid intentó recobrar la unidad con Portugal, fracasando de manera humillante: la batalla de Ameixial, en 1663 y no la de Rocroi, señaló el verdadero fin de los tercios: Allí un ejército portugués con algún refuerzo de ingleses y franceses, destrozó a la flor y nata de los tercios, con participación de italianos y alemanes. Cinco años más tarde Madrid reconocía la independencia de Portugal. que hubo de reconocer en 1668, y el mar de las Antillas conoció el auge del filibusterismo inglés, cuya mayor figura sería el célebre Morgan.En medio siglo España había pasado de la pax hispanica a una situación ruinosa, con un imperio todavía enorme pero sin energía, que podría recordar los versos de Quevedo: Y no hallé cosa en que poner los ojos / que no fuera recuerdo de la muerte. No llegaba tan lejos la decadencia, sin embargo. El país había perdido el rango de primera potencia europea y en cierto modo mundial, pero demostraría seguir siendo una gran potencia.
***Y entre 1652 y 1554, venció a los holandeses..
***Cinco años más tarde Madrid reconocía la independencia de Portugal. que hubo de reconocer en 1668, y el mar de las Antillas conoció el auge del filibusterismo inglés, cuya mayor figura sería el célebre Morgan.
Hay cosas que no cuadran en ese texto.
***Acosado aun después de su caída en su caída, falleció en 1645.
***La fortaleza cayó en 1628 y al siguiente los hugonotes perdieron todo poder político.
Será “al año siguiente”..
***pasó a sufragar generosamente a Suecia, que había hecho hegemónica en el Báltico
Será “que se había hecho hegemónica”
***, y contaba con la ayuda del mundo protestante, y confiaba en sacar partido de todo ello.
***al cabo de sus recursos, los impuestos y la degradación de la moneda causaban malestar en España y en Francia revueltas.
Falta como detrás de España, ¿no?
coma*
***y en 1636 tomaron Corbie, a solo 120 kilómetros de París…
.. bueno es ahora solo (sólamente) se puede escribir sin tilde..
***Ya ante el ataque francés a Fuenterrabía, en 1638, Aragón había contribuido a la defensa, pero la Generalitat.
¿?
El Carmelo Encinas es tonto del culo..
Hoy están machacando con que “Putin es imprevisible”…
Es de risa como proyectan la basura política useña sobre Rusia: resulta que Putin igual hace una pequeña invasión para contentar a la opinión pública rusa…
***Aprovechando la situación, el Duque de Braganza se proclamaba en diciembre ry de Portugal
***, y en 1620 un grupo de ellos había huido en el barc Mayflower…
*** Los franceses, habían aulado los usos y costumbres de la región y
*** A principios de los 40, los puritanos estaba agriamente dividido entre los
*** más rico de la historia de Francia, segundo solo a su sucesor el también cardenal Mazarino.
¿?
Escribir “sólo” sin tilde cuando es adverbio es una cagada de la RAE.
“Y por otro lado yo soy de letras, pero se me ocurre que si a las mujeres trabajadores y a los inmigrantes se le añadiera la prohibición del aborto, entonces la oferta de trabajadores seria aun mayor”
Pues no, sino que multitud de mujeres se retiraría del mercado laboral y sueldos únicos habrían de mantener familias prolíficas, imposible ello sin viviendas baratas y sin más peso de los sueldos medianos en el conjunto de la riqueza nacional.
Despilfarro sería además desde el punto de vista comentado dedicar muchos recursos a criar proles numerosas cuando hubiese inmigrantes disponibles sin coste alguno de haberlos criado.
El fenómeno es tan palmario que, a pesar de nuestros millones de parados, el porciento de población asalaariada es mucho mayor que cuando murió Franco y las mujeres tenían mucha menos presencia en el meercado laboral, incremento de muchedumbre asalariada parejo a su declive porcentual en la participación en la riqueza nacional.
El talón de Aquiles del conjunto es el envejecimiento, envejecimiento que en círculo vicioso suena argÜído en pro de más inmigración e, implícitamente, de menos hijos a los cuales subvenir siendo que van amuchiguándose los pensiionistas jubilados.
De letras usted,”Triplo” sería substantivo que fuese a “triple” adjetivo lo que el substantivo “duplo” es al uso adjetival de doble”. simplemente ocuparía el lugar vacante que hay entree duplo y cuádruplo. Nada obstaría etimológica y tampoco morfológicamente.
Por ultimo le señalo que muy poca potencia contraargumentativa tiene acumular ejemplos sin el céteris páribus.
Se trata de factor central de la alianza “globalista” que a tantos tiene perplejos entre izquierda progre y gran capital:partidarios de inmigración y abortismo irrestrictos.
Vals
https://youtu.be/cXuR9PH42gg
Vals
https://youtu.be/cXuR9PH42gg
Polonesa
https://youtu.be/2obX_7LD2zc
Leía una anécdota según la cual los sordomudos la están pasando particularmente mal con la pandemia. Los cubrebocas les impiden leer los labios.
Tal vez se pueda decir que la gente que no se vacuna alarga un poco más el sufrimiento de esas personas.
Siempre puede más el egoísmo.
Hay personas a las que les gustaría volver a la ortografía un poco pomposa del siglo XVIII. Imaginemos palabras como Physica.
Si de algo sirven estás discusiones sobre Cervantes y Shakespeare, entro otras cosas, es que gracias a ellas he comenzado por tercera vez a leer el Quijote. Con el intervalo de algunos años entre la segunda lectura y esta que comienzo no dejo de sorprenderme por la frescura narrativa, la agudeza picaresca y humorística, sin ser una parodia soez, la inteligencia y demás virtudes que ofrece Cervantes. Es más, no encuentro nada igual de sublime ni antes ni después. Pero es una opinión personal.
En cuanto al “localismo” que comentaba Pentapolín, no es exclusivo de los españoles puesto que Dikens es otro localista esta vez inglés, dedicado en denunciar la sociedad victoriana con un toque, no humorístico como los españoles, sino sobrenatural, fantasmagórico y tétrico. Un interés por la muerte, los fantasmas y lo oculto que inundó la sociedad británica en el siglo XIX.
Localistas son también los estadounidenses como Mark Twain con Las aventuras de Huckleberry Finn, podría decirse.
*** Obviamente, no lo consiguió, hubo de resignarse a una tregua desfavorable con los escoceses y cerró el Parlamento, llamado “corto”.
¿Quizá un “y hubo de resignarse”?
El Mequetrefe Masterizado Casado pregunta:
“¿Es que el PP no defiende la unidad nacional y la seguridad ciudadana y la educación en libertad y la familia y la maternidad y la lucha contra la inmigración ilegal y la regeneración política contra las malas prácticas?”…..¡¡PUES NO, PABLO!!!….No defendéis nada de eso. Al CONTRARIO, lo atacáis. Por eso sois una estafa moral, política, social e ideológica. Puro Populismo. Por eso existe VOX.
Nuevo hilo
Y además, Pablito (me refiero a Casado), no tienes por qué usar tantas copulativas. Con que pongas una “y” entre la penúltima y la última cosa que enumeras es bastante.