El PP debería desaparecer / “para olvidar otras cosas” /Elliott y los complejos hispanos/ Un libro asombroso

El PP debería desaparecer

Hace muy poco tiempo, Casado contaba con su pronto acceso a la Moncloa, incluso sin ayuda de VOX, o quizá mediante una “gran coalición” con el PSOE. Pese a su desgracia, hay que reconocerle dos méritos: haber desplazado a la Soraya, que era aún peor, y haber llevado al PP a la crisis actual. Hoy, toda la esperanza de ese partido radica en Feijoo, y es significativo. Feijoo es el Pujol gallego, que utiliza la lengua regional -que él no habla– para promover sentimientos antiespañoles, es decir, separatistas. 

El PP, para empezar, no es un partido democrático. No puede serlo quien acepta una ley sovietizante como la de memoria histórica,  unas leyes antijurídicas y anticonstitucionales como las de género, y se reparte el poder judicial con su socio/competidor el PSOE. Esta evidencia no lo es para la gran mayoría de los analistas, y no lo es porque no ya la cultura sino la sensibilidad democrática apenas existe en los partidos y la Triple M.

En segundo lugar, no es un partido nacional, sino, precisamente, antinacional. Si atendemos a sus hechos y no a su palabrería, su balance histórico  ha consistido, por una parte, en promover y financiar los separatismos, y por otra en entregar la soberanía de España a potencias exteriores,  en concreto, a potencias que invaden un punto estratégico de España, mantienen bases militares ajenas a nuestros intereses, y protegen a otra potencia que amenaza con imitar a Inglaterra en Ceuta y Melilla. Estos hechos responden a intereses profundos de las potencias que realmente mandan en la OTAN y que obviamente no son los nuestros. El PP, con el PSOE, han hecho de España un país política y militarmente satélite, precisamente de esas potencias,  y han montado  un ejército cipayo dedicado a operaciones de interés ajeno, bajo mando ajeno y en lengua ajena. Con el PP y sus socios competidores del PSOE, han convertido a España en un lacayo  fervoroso, que no un aliado fiable.

El PP debería desaparecer, porque nunca defendió la democracia ni a España, y más que oposición ha sido auxiliar del PSOE y los separatistas. Esperemos que VOX  cambie en profundidad el siniestro panorama político español. 

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“Para olvidar otras cosas”

El comentario de G. V. T. que puso usted ayer  en el blog me ha resultado muy relevante en cuanto que la literatura, especialmente la novela, define el nivel cultural de una época. Por lo menos es cierto, creo yo,  en las sociedades occidentales desde hace mucho. Cuando la literatura se banaliza es porque corresponde a una sociedad igualmente banalizada, en la que la vida humana apenas busca más que la diversión, y la busca lógicamente  para olvidar otras cosas. Entiéndame que está bien la diversión, pero no puede ser el eje de  la vida.  Yo no creo equivocarme si sostengo que quien no percibe en la vida humana, en cada una,  un arcano, yo diría que un mensaje indescifrable, quien no siente eso, no puede hacer literatura de alguna importancia, no pasará del simple entretenimiento vulgar. Podrá dominar el lenguaje,  hilvanar tramas que te “atrapan” un rato y que después olvidas o te parece que has perdido el tiempo (…) Porque la misión del verdadero escritor es traspasar precisamente ese sentimiento a los lectores. Traspasarlo por medio de relatos, sea de hechos extraordinarios, sea de sucesos corrientes, que nos causen inquietud, esa inquietud de lo misterioso, de lo inasequible pero que de todas maneras está ahí, en el núcleo de la existencia. También me ha parecido un gran acierto que en su novela aparezca esa inquietud como se presenta en la adolescencia: “cómo será mi vida?, ¿cómo penetrar lo que me espera?, ¿cómo saber lo que podré hacer según mis cualidades verdaderas o fantaseadas, y según las circunstancias futuras, que solo puedo imaginar por comparación con las que conozco de  mí y de otros, pero  me vienen envueltas en el velo de lo incognoscible?… José A. Pérez García

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Elliott y los complejos hispanos 

Leo en el ABC,  con su sección de historia un tanto obscena: “Muere John Elliott, el hispanista que devolvió a España una historia sin complejos”. Un titular  idiota, pero revelador.  Los complejos de España vienen provocados en gran parte por una leyenda negra vastamente asumida por una intelectualidad, digámoslo claramente, irrisoria precisamente en el plano que le corresponde, el intelectual. A su historiografía de tres al cuarto le dan sopas con honda los historiadores anglosajones, y es natural que se acomplejen. Preston es en su estilo mucho mejor, o sea,  más hábil  que los toscos  Viñas  o  Tusell, por poner dos ejemplos ideológicamente distantes pero concluyentes en sus tonterías sobre la guerra civil y Franco,  que quieren pasar por historia incluso “científica”.  Hay en la historiografía anglosajona una tendencia a superar los tópicos de propaganda “negra” sobre los siglos XVI-XVII españoles, y   Elliott (o G. Parker o T Davies, no digamos S. Payne) lo vienen haciendo mejor que la mayoría de los españoles. Es penoso, pero es así.

  Aun así, el enfoque historiográfico en Inglaterra está apegado al esquema economicista-institucional, al que no escapa Elliott a pesar de buenos estudios sobre Olivares y su rival Richelieu (casi imposibles para la chata historiografía hispana, casi siempre incapaz de  establecer comparaciones con el exterior), o sobre las consecuencias del descubrimiento de América y la rivalidad-aprendizaje mutuo (supuesto) de ingleses y españoles ante los nuevos problemas de la mundialización. No obstante, sus elaboraciones sobre las diferencias en la colonización inglesa y española responden a prejuicios ya viejos, como ha mostrado Roca Barea.

Al parecer, Cayetana Álvarez de Toledo escribió  su tesis doctoral  dirigida por Elliott. Sobre las irritante   simplezas, de indudable sesgo anglo,  de Cayetana en relación con España, escribí hace tiempo en el blog (Ilustrando a una señorita charlatana e ignorante / Índice de “Por qué el Frente Popular perdió la guerra” | Más España y más democracia (piomoa.es).   La sensación de inferioridad –muy justificada– de casi todos los autores   españoles ante los ingleses en relación con la  historia de la misma España, queda de relieve también en la influencia de Raymond Carr, creador de una verdadera escuela de historiadores españoles, ciertamente no muy brillantes: Raymond Carr y la España milagrosa | Más España y más democracia (piomoa.es)

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 Un libro asombroso

Acaba de salir un nuevo libro sobre la División Azul: Solo muere el olvidado,  título no muy bueno en mi opinión, pero que responde al intento de rescatar con nombres y apellidos la peripecia vital de unos mil combatientes que pasaron por el  Batallón II/262 de la DA en Rusia, entrelazándolos en un relato de gran viveza. Y esto es lo realmente original, por no decir asombroso, de esta historia, pues no conozco ninguna otra semejante, con su capacidad para hacer perceptible la realidad de los combates y el trasfondo particular de los soldados.  El autor, José M. Estévez Payeras, nieto del comandante Payeras, caído en Krasni Bor,  explica cómo logró la proeza: “Han  sido siete años investigando en los archivos. El primer problema con la División Azul es hacer las listas de los que estuvieron en cada sitio, y no es fácil, casi un año intentando saber quiénes eran los protagonistas. Y, posteriormente, ver uno por uno los expedientes que se guardan en el archivo general militar de Ávila. Pretendía que no se olvidaran y para ello pensé poner todos los datos posibles, de dónde eran, qué oficios tenían, por qué se alistaron, si eran menores de edad…, todo lo que iba encontrando. De algunos apenas fue una propuesta de condecoración donde decía el día que había realizado una acción de gran valor, y esto, que al principio me parecía un inconveniente, al final fue una ventaja porque esa variedad no hace aburrida la lectura (…)  El corpus humano del batallón era muy heterogéneo. En él combatieron hombres de cada región de España, de diferentes procedencias sociales, de diversas edades y niveles económicos, con convicciones políticas o sin ellas, con cargas familiares o no y con diferentes niveles de educación, cada uno con sus motivos para alistarse”.

Es verdaderamente llamativo que la DA sea la unidad de su tipo en la SGM que cuente con mayor bibliografía en varios idiomas. Y no menos sorprendente que esa bibliografía vaya en continuo aumento año tras año, como suele consignar el historiador C. Caballero Jurado en el boletín mensual Blau División.  Por algo debe de ser.

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Acaba de salir en Francia Les mythes de la Guerra d´Espagne, ya con alguna buena reseña en Le Figaro y pronto en otras publicaciones