J. Pérez y otros enemigos de la hegemonía española (y a España, en suma)
Joseph Pérez, sospecho que como respuesta indirecta a mi Nueva historia de España, ha publicado un libro (2003) titulado nada menos que Entender la historia de España. En sus propias palabras, ¿Puede hablarse, en rigor, de España antes de la invasión árabe de 711? Tengo mis dudas (en realidad no tiene ninguna: lo niega). (…) Los Austrias inauguran una nueva era que termina con los tratados de Westfalia (1648), era de hegemonía en Europa y en el mundo, era de gloria, si se quiere (no me parece que Pérez lo quiera demasiado), pero ¿para quién y para qué? La que ocupa entonces el primer puesto en Europa no es precisamente España, sino la dinastía reinante. Manuel Azaña lo vio claramente; tal vez, como buen conocedor de la historia de Francia, se haya acordado de lo que (…) aprendían los alumnos franceses en la escuela (…) Francia se enfrentó, no tanto con España, sino con la Casa de Austria. La hegemonía era cosa de la dinastía, pero a los españoles les costó caro: les impidió desarrollar sus intereses propios como nación.. Estos van a ser los ejes principales de mi reflexión (…) siguiendo a mi manera (…) la pauta de mi maestro Pierre Vilar: importa menos dar a conocer que dar a entender lo que ha pasado”.
En mi blog Más España y más democracia, dediqué al libro nueve entradas entre febrero y abril de 2012, que pueden encontrarse fácilmente en Internet. Aquí interesa ahora la pintoresca visión que ofrece de la hegemonía española, que al parecer no solo no tuvo nada que ver con España, sino que en realidad la perjudicó, porque fue hegemonía de la Casa de Austria, la cual habría impedido a los españoles desarrollarse como nación. La idea, debe reconocerse, es incluso superada por Kamen, pero entra en la misma, digamos, psicología. Por lo que se refiere a España, la Casa de Austria era también Trastámara, y Carlos I fue rey de España antes de ser emperador de Alemania, y, aunque criado en Flandes, se españolizó a fondo, valorando a España como la base de su poder, al lado de un Sacro Imperio disfuncional e interiormente dividido. Y sus sucesores en España fueron netamente españoles en todos los aspectos.
¿Y qué intereses defendió la Casa de Austria? Vino a ser una alianza entre España y la parte católica del Sacro Imperio, que, con España como principal potencia, defendió a Europa y la cristiandad frente al asalto del Imperio otomano, con el cual se alió Francia precisamente contra España. A eso llama Pérez intereses particulares de los Austrias. Y defendió el catolicismo, es decir el cristianismo tradicional en Europa, contra el asalto de la revolución protestante, salvaguardando los principios de la responsabilidad moral, el valor de las conductas y la religión al margen de las políticas nacionales, contra su negación por el protestantismo. En lo cual tuvo que combatir también a una Francia que, aun siendo católica, se aliaba con los protestantes para socavar a España y al Sacro Imperio. ¿En qué sentido perjudicaban esos intereses a una España que se puso precisamente en cabeza de ellos por absoluto interés propio? Pérez alucina.
Y por lo que respecta a los intereses particulares hispanos fue con los Habsburgo-Trastámara o “Austrias” con los que España descubrió el mundo como conjunto, inaugurando una nueva era en la historia humana;, con los que conquistó y organizó el primer imperio transoceánico de la historia, al que dotó de magníficas obras públicas, nuevas y bellas ciudades, escuelas y universidades, etc. ¿Perjudicó todo esto a España? ¿Le perjudicó el haber creado una cultura propia, original y potente en aquel siglo y medio con la dinastía de los Austrias?
Pero es preciso fijarse ante todo en esto: España, no el Sacro Imperio, no Francia, Inglaterra o cualquier otro país, fue el que, con sus exploraciones marítimas, las más audaces y destacadas de la historia, abre precisamente una nueva era histórica. Tanto Pérez como Kamen y cien pequeños profesores de historia más, desdeñan el “detalle”, o ni siquiera se percatan de él.
Para la mentalidad predominante en las actuales corrientes historiográficas, es la riqueza el elemento explicativo decisivo en la historia; una mentalidad en cierto modo de “nuevo rico”. España, por razones de clima y orografía principalmente, no era tan rica como Francia, Países Bajos o parte de Alemania, aunque podía equipararse a Inglaterra. Era también menos poblado que ellos. Pero no fue ninguno de esos ricos países, al parecer más avanzados e integrados, el que construyó las flotas que por primera vez en la historia humana cruzaron los grandes océanos Atlántico y Pacífico, dieron la vuelta al mundo y conquistaron y colonizaron vastas tierras, las civilizaron y abrieron a –entre otras cosas– el comercio. Al contrario, durante más de un siglo esos países parasitaron más bien el esfuerzo hispano mediante la piratería o aliándose con otomanos o protestantes. Y sus intentos de imitar a España para establecer colonias fracasaron una y otra vez. Su mayor logro fue comercial, y de no muy buen recuerdo: el tráfico negrero. Tampoco fue ninguno de esos países el que organizó un ejército como el de los tercios, pequeño pero revolucionario en concepción, y tan efectivo que durante un siglo y medio tuvieron que sufrir dolorosamente sus victorias aquellos tan ricos y avanzados.
Hay algo desconcertante para esa mentalidad y es que, en efecto, la hegemonía española, sus logros sin precedentes, fueron conseguidos contra países mas ricos y poblados, a menudo contra todos juntos, por uno al que Kamen y muchos otros describen como “pobre, poco poblado y aislado de Europa”; y, según Pérez, frustrado en sus intereses nacionales por “la Casa de Austria” (que en España fue tan netamente nacional como es inglesa y no alemana la actual dinastía de Inglaterra). En mi libro reciente Hegemonía española y comienzo de la Era Europea analizo precisamente esa forzada paradoja. La verdad es que España era el país política y administrativamente mejor organizado del continente, lo que le permitía sacar más provecho de unos recursos en principio más escasos, y mantener una esencial paz interior frente a las frecuentes revueltas en países rivales. Y con una dinastía –hispana, desde luego– mucho menos despótica que las de Francia o Inglaterra. No todo es cuestión de dinero o técnica, hay otros factores más espirituales, poco apreciados por esas escuelas, que los entienden en todo caso como una espumilla de la economía.
Y no deja de ser asombroso el empeño de tantos, varios siglos después, por derrotar la hegemonía hispana. Recuerda un poco al intento de derrotar a Franco casi medio siglo después de su muerte.
Tiene interés explicitar qué quería “dar a entender” Pierre Vilar: trataba de divulgar una visión marxista (es decir, lisenkiana, como he explicado en otras ocasiones) de la historia. Y ninguno de los asertos de Pérez sobre la historia de España, desde la romanización, el reino hispanogodo o la Reconquista (que, naturalmente, niega) resiste un análisis medianamente riguroso En cuanto a Azaña, no creo que conociera gran cosa la historia de Francia, y lo que conocía de España queda reflejado en su dictamen de un Imperio español “de frailes y mendigos, aliñado con miseria y superstición” Es precisa una necedad muy especial para soltar tales frases. Y no extrañará demasiado que un personaje así haya contribuido como lo hizo a la catástrofe de su país.
Joseph Pérez fue un hispanista francés que ha recogido los mayores laureles en España: miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, doctor honoris causa por la Universidad de Valladolid, Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, comendador de la Orden de Isabel la Católica, premio Príncipe de Asturias 2014… La razón de tales distinciones es que con sus estudios desmintió la leyenda negra (¡!) Le dediqué en Mas España y más democracia, una serie de artículos bastante larga.
Difundido.
Si Azaña no sabía la historia de España, difícilmente iba a saber la de Francia.
Dice uno que la Inquisición ejecutaba zurdos por ser zurdos.
Salió gente a aclarar que esa institución no caía tan bajo. Cosa sorprendente, la verdad. Lo normal es oír toda clase de calumnias y darlas por buenas. De qué no serían capaces los matones sudorosos del Santo Oficio, se opina.
Es más, creo que por aquí hay un museo con una exposición permanente sobre la Inquisición, lo cual quiere decir que tienen unas habitaciones llenas con artefactos de tortura y así. Imagino que también tienen citas pintadas en la pared en las que se transmite lo malo y espantoso que era todo aquello. Rollo:
“Isaac Asimov dice que la muerte de Bruno tuvo un efecto disuasorio en el progreso científico de la civilización, particularmente en las naciones católicas”
En cualquier caso, el buenismo actual al menos ha tenido como efecto colateral que los zurdos ya no sufran tanto como en otros tiempos.
Tal vez alguno quiera defender a la Inquisición anotando que no había mucha necesidad de andar gastando en complicados instrumentos de tortura. Tan solo la doncella de hierro saldría en un ojo de la cara. O bien, tal vez los de la Inquisición metían la doncella de hierro en la factura y a saber qué pasaba con los dineros. Tendrías la garantía, casi constitucional, de que los empleados se limitarían a asfixiarte por las noches y no darte de comer, o bien, te tratarían a puro puñetazo. Ya después, todo magullado, te llevarían delante de las personas importantes y ya tocaría tragarse toda la jerigonza aristotélico-tomista de las mentes más preparadas de Sevilla. Tras unos meses se determinaría que no haz caído en la apostasía y que tampoco se ha visto que hayas caído en proposiciones heréticas, aunque sí en algunas erróneas y otras temerarias y quizás en otras con doble sentido. Y que bueno, que muchas gracias, que ya te puedes marchar.
https://elblogdekufisto.blogspot.com/2022/08/cuevas.html
Kamen, Pérez, Ortega y mil más, enemigos de la Reconquista
España es un país de lengua y derecho latinos, religión mayoritaria cristiana y que ha compartido, con particularidades propias, los grandes movimientos que han engendrado lo que llamamos cultura o civilización europea: monasterial, románico, gótico, humanista, barroco, ilustrado, e ideológico. Ello establece un nexo de unión fundamental con la expansión cultural romana a partir de la derrota de Cartago. Sin embargo, ese nexo fue roto, y de un modo que pudo ser decisivo, por la invasión musulmana de 711, que supuso una transformación radical religiosa, política, lingüística y cultural en conjunto. Desde la invasión se iría imponiendo el islam, las lengua árabe, el derecho musulmán o sharía, la poligamia, costumbres distintas de las anteriores, extendidas desde la vestimenta hasta la gastronomía. En una palabra, Spania quedó sustituida por Al Ándalús o Alandalús, una cultura asiático-africana.
Por consiguiente, España desapareció, pero no del todo. Parte de la población conservó su lengua y religión, aunque bajo la dura ley de los dominadores, y, sobre todo, surgieron en regiones norteñas de difícil acceso, pobres y poco pobladas, núcleos de resistencia que se identificaban con el reino anterior, es decir, con España. Siguió de allí una larga lucha cn infinidad de alternativas, divisiones, formación de reinos diversos por una y otra parte, hasta que, cinco siglos después, Al Ándalus quedó reducido a Granada, una pequeña parte de la península. Y Granada, que terminó de ser derrotado y expulsado por los españoles en 1492, año simbólico, pues fue también el del descubrimiento de América, que abrió una nueva era en la historia humana. Casi ocho siglos había durado una pugna comenzada de modo casi inverosímil, y en la que la parte española-cristiana corrió a menudo el peligro de resultar aplastada por fuerzas superiores. Ha sido un hecho muy raro que un país conquistado por el islam retornase al cristianismo.
Esta es la historia que denominamos Reconquista, y su evidencia salta a la vista: sin ella, la península se integraría hoy, culturalmente en el Magreb, como parte de los más extensos territorios del islam. El concepto ha sido y es utilizado corrientemente por historiadores como M. González Jiménez, Stanley Payne, Serafín Fanjul, Luis Suárez, D. W. Lomax, Javier Esparza, Luis Molina, J. A. Maravall, P. Linehan, Menéndez Pidal, M. A. Ladero Quesada, . P. Guichard, A. Vanolli y tantos más.
Sin embargo el concepto de Reconquista no es del agrado de una serie de intelectuales, periodistas y políticos, que, o la niegan o la denigran suponiendo que Al Ándalus representaba a “los tolerantes, los cultos, los ricos y los buenos”, en oposición a los hispanos cristianos, tildados a menudo de fanáticos y brutales. Incluso han negado la invasión musulmana, o han inventado una resistencia asturiana sin la menor motivación política, y completamente ajena al recién caído reino hispanogodo. No vamos a entrar aquí en debates tan obviamente absurdos, que he tratado con alguna extensión en el libro La reconquista y España.
Señalaré, no obstante, que desde principios del siglo XX se ha abierto una corriente que simplemente niega la existencia histórica de la Reconquista, con argumentos tan arbitrarios como que una empresa de ocho siglos no puede llamarse así (Ortega y Gasset); o bien que quizá sirva la palabra, pero solo a partir del siglo X u XI, porque antes no existiría un concepto de España (García de Cortázar, Joseph Pérez); o que, a lo largo de aquellos siglos se formaron varios reinos cristianos en España, a menudo en lucha entre ellos, algunos de los cuales fueron tributarios de los musulmanes, o que hubo relaciones comerciales y culturales con Al Ándalus, tanto en su época unitaria como en la de su disgregación en taifas. Esta versión la sostiene Kamen, por ejemplo, y hoy una multitud de pequeños profesores universitarios que no merecen ser nombrados y que, en su despótico odio al fenómeno, prohíben a sus alumnos utilizar el término Reconquista. Dicen que no es “científico”.
Otros (un tal J.Peña, entre muchos) aducen que la palabra es históricamente reciente, producto de un “nacionalismo español” sobrevenido. Claro, el término tradicional solía ser Restauración, que venía a ser lo mismo, solo que Reconquista otorga al concepto el contenido militar que efectivamente tuvo: España y Al Ándalus eran incompatibles política, religiosa y culturalmente. La cuestión, en sí misma ridícula, ha empeorado con un antifranquismo grotesco: el concepto, con uno un otro nombre, data de los primeros documentos de la resistencia asturiana, pero para esta corriente basta que el franquismo haya reconocido esa larguísima tradición, para negarla.
El indudable hecho histórico es, como señalé al principio, que la realidad política y cultural de España que tenemos ante nuestros ojos, se formó en tiempos de Roma y del reino hispanogodo, y que su transformación radical por el islam terminó siendo derrotada en toda la península, sin que quedasen de ella más que restos arqueológicos y algún léxico y costumbres, de modo similar a lo que en el Magreb queda de las brillantes culturas cristianas anteriores a la invasión árabe. El odio al concepto de reconquista –pues se trata de auténtico odio que no repara en hechos o razones– encubre un odio más general a la idea misma de España, que sin la Reconquista estaría balcanizada en una serie de pequeños estados hostiles entre sí y objeto de las maniobras de otras potencias. Y no es así lo que ocurre, pero es el objetivo de los enemigos de la reconquista.
No sé si sea verdad, pero se supone que cuando apareció la imprenta y la cosa llegó al imperio otomano los tipos se limitaron a simplemente prohibirla.
Por analogía, sería como si los otomanos hubieran prohibido el internet. En cambio, los de la Inquisición serían como los censores de redes sociales. Mientras vayas por ahí diciendo lo que se supone que todos deben pensar, pues muy bien.
Bruno, por su parte, bueno, digamos que lo funaron.
has caído
Pues yo esta noche pasada tuve una pesadilla… que me caí de la cama: resulta que estaba inmerso en la película Vida (2017), en la estación espacial esa…. estaba como tumbado boca abajo, y justo delante de cerraba una compuerta de esas estancas, con la mala suerte de que el bichejo alienígena pasó justo antes de que se cerrara del todo y saltaba hacia mí desde la izquierda ==> y al tratar de rehuirle me caí por el lado derecho de la cama…
No recuerdo el argumento, no sé por qué estaba en la estación, ni para qué ni nada… una misión científica, sin duda… jajaja…
Aunque hubo otras autoridades químicas contemporáneas que afirmaban, como Paracelso, que era necesario combinar el conocimiento químico práctico con la investigación teórica, y que ésta debería ser pragmática, ninguna de ellas quiso que se asociara su nombre con el de Paracelso, dada su rebeldía y a los excesos que proponía y, sobre todo, llevaban a cabo sus discípulos.
Entre estos excesos se encontraban algunos tratamientos, digamos, radicales. Así, tratar la epilepsia con sulfuro de mercurio; sulfato de zinc para la miopía; sulfuro de plomo para las enfermedades del bazo; sulfuro de hierro para tratar la diabetes; y el óxido de mercurio para tratar cualquier mal inespecífico, todo ello cuando los síntomas del envenenamiento por mercurio (dientes sueltos, parálisis, desórdenes nerviosos y muerte) eran conocidos en la época.
https://culturacientifica.com/2017/02/28/paracelso-el-antisistema/
Tal vez se la pasaban bien experimentando:
Una sustancia pirofórica (del griego πυροφορος, purophoros, “portador del fuego”) puede inflamarse espontáneamente en el aire. Algunos ejemplos son el sulfuro de hierro y muchos metales reactivos como el uranio,1 cuando se encuentran en polvo o en láminas finas.
Los materiales pirofóricos son a menudo reactivos frente al agua y por ello, se inflamarán cuando entren en contacto con agua o aire húmedo. Estos materiales pueden ser manejados de forma segura en atmósferas de argón o nitrógeno (con algunas excepciones). La mayoría de los incendios pirofóricos deben ser extinguidos con un extintor de clase D para metales en llamas.
https://elblogdekufisto.blogspot.com/2022/08/arthur-gordon-pom.html
Las brujas sabrían de herbolaría. Sabiéndolas emplear habrían sido más útiles que los alquimistas.
Vamos a suponer que tienes gota. Entre la yerba rara de la bruja o el mercurio del Paracelso, pues quizás los reyes se fiaran del mercurio, pero gente más moderna se tragaría la yerba.
Herbolaria
Nuevo programa en Tele5… Mujeres al poder.. “inteligentes, fuertes, súper poderosas”…
Tuit sacado (entre otros muchos) de la entrada del blog de hoy, para las redes sociales, acompañado de la imagen pinchada de YouTube del programa de radio Una hora con la Historia, el que lleva como editorial “Batalla cultural”, y como tema “Batalla de Lisboa, 1589 / La Historia naval de España es la más importate del mundo”. Todos los lectores del blog, sean cientos o miles, deberían pasarse sin tregua a la difusión masiva de la obra, libros, blog y pensamiento de Don Pío. Es una de la mejores maneras de evitar que España, y todos con ella, nos vayamos al desastre.
Es preciso fijarse en esto: es España (no Francia, Inglaterra o cualquier otro país), el que con sus exploraciones marítimas, las más audaces de la historia, abre una nueva era histórica. En https://piomoa.es/?p=18926 /
@Museo_Naval
@voxjovenes
@CCivicaCatalana
@Huelva_Vox
@fjconpe
Tormenta en la sierra, como todos los veranos…
Aunque ahora dirían, “vaya tormenta en agosto… los viejos del lygar no recuerdan una así…. evidencia innegable del cambio climático”….
“Vascongadas” aparece como tendencia en tuiter. Me voy al archivo que tengo de tuits de Don Pío, pincho Vascongadas en búsqueda, y tuiteo todo lo que sale, que por desgracia es siempre de actualidad.
Esto, por ejemplo:
“En ningún sitio se recibía a Franco con tanto calor como en Cataluña o Vascongadas. Si el ambiente ha cambiado se debe a 40 años de mentiras separatistas financiadas por los gobiernos PP-PSOE.”
Cataluña y Vascongadas son regiones históricamente españolas, jamás invadidas por el resto de España, y siempre partícipes de la cultura común. Escocia, Gales e Irlanda fueron invadidas por Inglaterra a sangre y fuego. En http://piomoa.es/?p=11572 /
@Societatcc
@CCivicaCatalana
#VOX
Este es extraordinario:
En Cataluña y Vascongadas los separatas son parásitos y verdaderos colonos ya que desprecian la historia real de estas dos regiones españolas. Deberían largarse al extranjero, al Magreb, y todos deberíamos facilitarles la fuga. En https://t.co/f4fHsqUmjF
No me gusta nada la estética desde los 1830 hasta los 1900… como el panteón real (no el de reyes) de El Escorial, de época isabelina,… los mausoleos parecen como de nata… tan recargados… La ropa de las mujeres y sus peinados son tan tétricos…
La gran mayoría de vascos se expresa en castellano. Cuatro aldeanos atrasados son los que se expresan en vascuence. Afortunadamente la mayoría son cultos. El castellano ha salvado a Vascongadas de ser como Albania o Chechenia. En http://piomoa.es/?p=12113
… los muebles, cortinas, y alfombras son horrorosos….
Por lo que veo en la tele la tormenta ya ha llegado a Madrid… ¡qué raro! ¡una roementa en verano! ¡lo nunca visto!…
Iba una tía por la pisicna luciendo su nuevo tatuaje en la espalda… GRL PWR… supongo que significa girl power… ¿tendrá superpoderes?.. ¿será capaz de andar por encima del agua?..
El separatismo vasco es obra de laboratorio. El racista Sabino Arana copió la bandera británica y se inventó un himno e incluso nombres que nunca se habían escuchado en Vascongadas. Todo con una obsesión: diferenciarse de lo español. En http://piomoa.es/?p=13306
Contra las leyendas separatistas, la represión franquista en Vascongadas fue mucho más suave que en el resto del país. Más en https://t.co/tCFDmNQG5S
A ver quién recuerda esto.
En mes de julio de 1977 solo hubo 5 días con temperaturas máximas iguales o mayores de 30 celsius registradas en la estación del Retiro. Es el mes de julio con menos días con esta propiedad desde 1920.
Franco no prohibió hablar vascuence. El PNV, parte de él, luchó con Franco a partir de la traición de Santoña. Por eso en Vascongadas hubo poca represión de posguerra. Las icastolas surgen en el franquismo, pero fomentaban el odio a España. En http://piomoa.es/?p=10060
Las tormentas me recuerdan el fin del mundo… Tendría yo quizá 5 o 6 años y dio la casualidad que echaron en la tele una película del fin del mundo, Venus se estrellaba contra la Tierra, y esa misma noche hubo un tormentón en Madrid.. el ruido de las vebtanas, los árboles que se movían de aquí para allá, diluvio, y la luz tétrica naranja de las farolas de la calle… para mi esa noche fue el fin del mundo… (recuerdo que entró mi padre en mi dormitorio para tranquilizarme)… cosa que me dio mucho miedo, pero claro, por lo que vi en la película… esa era la idea del fin del mundo que tenía en la cabeza..
Al hablar del PP no debe olvidarse su composición actual (es decir, su descomposición) en verdaderas taifas pro-separatistas en Galicia, Andalucía, Vascongadas… Análisis en http://piomoa.es/?p=11743
Se ha mentido a la opinión pública y conviene clarificar. El terror del IRA respondía al terror de Inglaterra, que invadió Irlanda a sangre y fuego y la sometió a hambrunas genocidas. Por contra, Vascongadas libremente se unieron a Castilla en el Medioevo.
Una vez en el transporte público escuché a una niña como de secundaria: “No sé tú, pero yo estoy pensando dejarle mi hijo a mi mamá. ¡Yo quiero hacer mi propia vida!”
En Málaga el embalse de La Concepción está a unos 82 km por carretra del embalse de La Viñuela. El de La Concepción está al 81% de su capacidad y el de La Viñuela al 13%.
https://www.embalses.net/pantano-847-la-concepcion.html
https://www.embalses.net/pantano-883-la-vinuela.html
Se ha puesto una limitación de 27 grados celsius a la temperatura de los termostatos del aire acondicionado. En muchas ciudades costeras la sensación de calor en verano es debida sobre todo a la elevada humedad más que a las elevadas temperaturas que no pasan la mayoría de los dias de los 30 grados por la proximidad del mar. Es decir, esos 27 grados como límite ya es la temperatura que hace durante la mayor parte del día en la calle. Deberían instalar deshumidificadores muy potentes en los locales de estas ciudades y apagar los aparatos de aire acondicionado para que ese límite de 27 grados se note como fresco. El mismo razonamiemto sirve para el límite máximo para la calefacción en invierno, de 19 grados, en muchas ciudades costeras.
Cada vez nos parecemos más a la Venezuela chavista y a la Cuba de los Castro. Ahora apagan luces, calefacción y aire acondicionado. Son restricciones de países subdesarrollados Y totalitarios. Y algunos opinaofres como los de TVE lo ven normal e “impulsadas por Uropa”…..todo dicho.
Los cazas españoles interceptan 35 aviones de Rusia desde la base aérea de Lituania (o cómo estar orgullosos de ser unos lacayos)
https://www.vozpopuli.com/espana/cazas-espanoles-interceptan-35-aviones-rusia-base-aerea-lituania.html
Preston es un caso muy especial y revelador. Especializado en historia reciente de España, ha sido o es profesor universitario de Historia Contemporánea en varias instituciones inglesas, notablemente en la London School of Economics, y asesor de la BBC para temas hispanos de actualidad, hasta el punto de dominar el cotarro intelectual inglés al respecto. Sus puntos de vista han satisfecho de tal modo al cotarro antifranquista español que se ha convertido en cabeza inspiradora de esas corrientes historiográficas en la propia España (debe recordarse la interesante peculiaridad de que ese antifranquismo abarca desde la ETA al PP, pasando por el PSOE, comunistas y separatistas). Por esos méritos ha recibido importantes premios y distinciones: comendador de la Orden del Mérito Civil, gran cruz de la Orden de Isabel la Católica (ironía), Ramon Llull International Prize, doctor honoris causa por las universidades de Cantabria y Extremadura, etc. Moradiellos (entre muchos otros) lo valora como el más fecundo y original de los hispanistas ingleses contemporáneos”, en la onda de Raymond Carr, precisamente.
Nuevo hilo
Leo en la wiki que García Cárcel es catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. Tiene una amplia historiografía sobre temas de la llamada edad moderna, sobre la que no puedo juzgar, pero sí en relación con el tema que nos ocupa:
No existe un pensamiento franquista porque en aquella época el pensamiento fue muy diverso, incluso entre los más afectos al régimen. En cambio hablar de pensamiento antifranquista no deja de ser un oxímoron: nada más opuesto a cualquier pensamiento racional que las fritangas de distorsiones, exageraciones, “olvidos” y simples embustes con los que se quiere conjurar el recuerdo de toda una época histórica, convirtiéndola en un chiste de mal gusto. Una época a la que debe la actual todo lo que tiene de positivo y esperanzador, cada vez menos, es cierto, y precisamente por ese antifranquismo grotesco.
Recientemente (diciembre de 2017) el periódico El Español exponía un artículo de Ricardo García Cárcel quejándose de la mitificación de Franco y contribuyendo a ella. Ejemplo:Las glosas del mito Franco han girado en torno a cuatro ejes: que Franco ganó la guerra civil con habilidades estratégicas dignas de Napoleón; que salvó a España de la destrucción al resistirse a entrar en la órbita de Hitler; que pilotó la salida de España del hundimiento económico y que fue el que urdió el proceso de la transición a la democracia. Vida privada y vida pública impecables conjugadas. Tenacidad, serenidad, sobriedad, desconfianza gallega y laboriosidad serían sus principales cualidades. Los defectos o más bien excesos se le atribuirían a su mujer. La nómina de elogios ha sido abrumadora y entre sus virtudes añadidas se han destacado su condición de gran cazador y pescador, experto en poderes sobrenaturales y hasta dominador extraordinario de las constantes fisiológicas. Hoy el relato épico y heroico de Franco está agotado pese a los intentos de Pío Moa. Los historiadores, ya desde la derecha (Payne), ya desde la izquierda (Preston), están todos de acuerdo en asumir la extrema mediocridad del personaje, su falta de ideas, su ambición de poder, su capacidad de supervivencia, su cercanía a dictadores latinoamericanos más que al propio fascismo europeo, su inserción en una historia larga de reaccionarismo español y de guerracivilismo.
¡Todo un pensador, este García Cárcel! Por partes: oyéndole, se diría que Franco no ganó la guerra. Una guerra muy difícil. El problema parece estar en lo de estrategias “dignas de Napoleón”, que nadie dice y que sirve para hacer reír tontamente a estrategas como nuestros antifranquistas. Bueno, Napoleón perdió batallas y la guerra, Franco ni una cosa ni la otra. Dejémoslo ahí.
Luego, España no entró en la guerra mundial mientras Franco ostentaba la máxima autoridad, pero al pensamiento antifranquista le parece que no hay ninguna relación entre una cosa y la otra. Aquí, la puerilidad de los retorcimientos argumentales alcanza verdaderas cimas. O simas. Sin Franco, por un lado o por otro, habría sido imposible evitar a España una guerra mucho más devastadora que la civil. Este fue un logro no menor que haber vencido a un Frente Popular compuesto de totalitarios, separatistas y golpistas varios. Pero en el fondo los pensadores antifranquistas desearían que España hubiera sido arrasada para poder ser “liberados” por los bombardeos y tanques useños y volver al caos de la república o de una monarquía como la que engendró aquel caos. Pues no había políticos opositores que representaran otra cosa. A estos descerebrados les da igual el torrente de sangre, de españoles y de los demás países, incluso de los finalmente vencedores, si España hubiera entrado en la guerra.
Dejemos aparte las tonterías que García Cárcel achaca a otros para rebatirlas o burlarse de ellas, o su equiparación entre Preston y Payne. Es un duelo de tonterías, muy propio de esta clase de pensamiento. Pero hay otros méritos que él no menciona: no solo Franco el Mediocre venció al Frente Popular y su tutor Stalin y evitó el baño de sangre que habría supuesto la entrada en la guerra mundial; venció también al maquis, una difícil guerra de guerrillas comunista que en Grecia obligó a Inglaterra a tirar la toalla. Venció después al criminal aislamiento, con la consiguiente hambruna masiva, que quisieron imponer a España los países comunistas, demócratas y dictaduras variopintas, todos juntos y en unión, y les obligó a aceptar el franquismo, un régimen históricamente necesario y que no habría podido resistir a tales presiones y hostilidad sin un enorme apoyo popular. Pues la gente recordaba muy bien lo que habían sido la república y el Frente Popular, no como ahora, cuando sus panegiristas los pintan con la misma masa de embustes con que denigran a quien los venció. Y al morir Franco, España era uno de los países más ricos y con mayor esperanza de vida del mundo, había salido de la miseria y degradación de la república y el Frente Popular, y olvidado los odios que ahora recuperan los geniales antifranquistas.
Nadie dice que Franco hubiera pilotado la transición a la democracia, como afirma nuestro pensador. Sí, en cambio, dos cosas: que sin la transformación social y económica del franquismo, la democracia habría sido inviable; y que, efectivamente, se hizo de la ley a la ley, es decir, a partir del franquismo, de su legitimidad, y no a partir del criminal Frente Popular, como propugnaban y propugnan los agudos pensadores antifranquistas. Esto es una evidencia, que intenta borrarse con retórica hueca, como intenta borrarse la evidencia de que es el antifranquismo y su falsedad histórica lo que ha podrido la democracia hasta hacerla irreconocible.
En fin, traten ustedes de pensar en otro general o político del siglo XX, demócrata o no demócrata, español o extranjero, con un historial de logros comparable al de Franco. Hagan este pequeño ejercicio intelectual, que propongo en el libro Los mitos del franquismo.
Pero, concluye nuestro pensador: Franco era un mediocre lamentable, sin ideas y no sé cuántas deficiencias más. Vamos a ver hombre, mírense usted y todos los que “piensan” como usted al espejo y verán un perfecto reflejo de ese Franco que ustedes se empeñan en imaginar. La cuestión de Franco no es trivial, pues condiciona claramente nuestro presente, no puede olvidarse como muchos quisieran, ni resolverse a base de necedades. Y mientras no salgamos de esta miseria intelectual y moral, la democracia y la propia integridad del país continuarán deteriorándose.