En “Una hora con la Historia”. Cómo la izquierda se identifica con los chekistas: https://youtu.be/-460o6FukFA
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La II república revive sin decirlo
En el blog anterior publiqué un proyecto de manifiesto contra las leyes chekistas de memoria, con el propósito de su divulgación y más tarde recogida de firmas.
(Propuesta de manifiesto | Más España y más democracia (piomoa.es) Como muestra lo envié a unas 300 personas. Solo tres contestaron que lo estaban difundiendo. Supongo que otros lo habrán hecho sin contestar, pero el conjunto revela una realidad: la escasa conciencia nacional y democrática, tan característica de la época actual. Muchos piensan que esas leyes son malas, pero que de todas formas se refieren al pasado, y que el presente trae problemas más importantes. La derecha española es así de vacua, en general. Esas leyes atacan al presente, son el fundamento de las políticas actuales de un nuevo frente popular contra la nación, la democracia y la legalidad, como lo fueron en el república. En dos palabras: la legitimidad histórica y por tanto la democracia salida de la transición descansa en el Frente Popular o descansa en el franquismo. De eso depende la legitimidad que se atribuyen hoy el PSOE y los separatistas para sus fechorías. Legitimidad de la que han convencido a una gran masa de la población y que es secundada por el PP.
En España casi no existe propiamente análisis político, porque no se ven los problemas con perspectiva general y sentido histórico. Este sentido, aunque falseado, sí lo tiene la izquierda, en cambio, y por eso tiene un proyecto general, y ha terminado arrastrando a sus desmanes a un un PP ideológica y políticamente vacío. Para entenderlo, empecemos por la república, que la nueva alianza PSOE-separatistas invoca en falsariamente.
La república la trajo en 1931 la derecha, Alcalá Zamora, Miguel Maura y Sanjurjo, de modo decisivo. Enseguida, desde la “quema de conventos”, se adueñaron de ella las izquierdas y los separatismos, y la llevaron al caos. Por eso, a finales de 1933 una gran mayoría popular votó a la derecha. Y la izquierda y los separatismos volvieron a demostrar su violencia golpista al rechazar las urnas y alzarse en armas en octubre de 1934 contra la república. Su fracaso debió haber asentado un período más tranquilo y productivo, pero dos factores hundieron entonces esa esperanza: los golpistas no aprendieron la lección, desataron campañas de odio y falsificación de los hechos (“la represión de Asturias”), y formaron el frente popular; pero lo más decisivo fue que Alcalá-Zamora y su pequeño grupo derechista impidió gobernar a los que habían ganado las elecciones y derrotado a los insurrectos. Su acción, en parte ilegal, le forzó a convocar elecciones a principios de 1936, en un clima de odios desatados.
En un segundo golpe, más eficaz que el del 34, izquierda y separatistas falsificaron las elecciones e instauraron un régimen de terror. La legalidad republicana, en lo que tenía de democrática, quedó arrasada y fue preciso el alzamiento de julio del 36 para salvaguardar al menos la continuidad histórica de España frente a quienes querían disgregarla y/o sovietizarla. Así, el sector derechista de Alcalá Zamora fue el que trajo la república y finalmente la destruyó.
Esto es lo que, en sus líneas fundamentales, fue y significó la república, como he expuesto en mi último libro de síntesis La Segunda República española (2020). ¿Han visto ustedes que esa historia se haya explicado así? Las historias de izquierda son pura distorsión, y las de derecha se pierden en aspectos secundarios, sensiblerías o beaterías, de las que es imposible aprender nada.
Esta alianza, izquierdo-separatista de hecho o explícita y contra la continuidad histórica de España, se ha ido conformando desde principios del siglo XX, favorecida por cierta derecha (el PP reproduce la política de Alcalá-Zamora en nuevas circunstancias). Y que esa alianza contraria a la nación y a la democracia, disuelta prácticamente en el franquismo, ha ido recomponiéndose y reforzándose desde la transición, y especialmente desde principios del presente siglo, hasta alcanzar nuevamente una peligrosidad extrema. ¿Cuál es el fundamento de estas ideas y conductas? Según mi análisis, la crisis moral y asunción de la leyenda negra por amplios grupos políticos e intelectuales a partir del “desastre del 98″. Lo he examinado en Nueva historia de España y en Una historia chocante. Esta tesis, naturalmente, es discutible, y por lo mismo debiera dar pie a debates intelectuales. Si no fuera porque tenemos una universidad degradada por la memoria chekista y aficionada al totalitarismo.
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El Nobel Gurnah calumniador e inconsecuente
A. Gurnah, premio Nobel, dice que la colonización española “fue brutal”, y España se sigue beneficiando de ella. Obviamente no sabe de qué habla. Los premios Nobel, contra lo que suele creerse, se dan más por mérito “progres” que literarios . Y este Gurnah lo es en grado sumo. “Méjico no ha olvidado”, afirma el charlatán. Se ve que añora el canibalismo. Y, como Pancho I de la Pampa, dice que Europa tiene que resignarse a la inmigración masiva, y que impedirla es como lo del rey danés Canuto, que quería parar la marea. “Europa no puede contener la movilidad de los que luchan por salvar su vida fuera de su país”. Pero no se pregunta por qué tratan de salvarse escapando de sus países, liberados hace muchos años del colonialismo (hagamos la salvedad de las criminales intervenciones de la OTAN, que han destrozado a algunos de esos países y provocado oleadas emigratorias). Al mismo tiempo menciona el “abismo entre culturas y continentes”. Y tampoco se pregunta por qué la mayoría de los inmigrantes no se integran en Europa, donde, siendo aún minorías, provocan disturbios e imponen en sus barrios la ley islámica, no sé si la del mismo Gurnah.
Leo esto de un señor Jaime Cedillo, muy feminista (sabe estar à la page) en El Español, cuyo modelo cultural es Blanco White, un anglómanos del siglo XIX que detestaba a España y decía que en español no se podía escribir nada decente. En El Español no salen, ciertamente, muchas cosas decentes.
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Machismo, PP
**Estas idiotas llaman machismo al sentido común.
**Un fulano que se jacta de no hablar nunca públicamente en español en Galicia solo puede ser un desintegrador de la nación. Y quiere gobernarla, el golfo.
**Dos cosas que casi nunca se tienen en cuenta sobre el PP: sus ideas son casi idénticas a las del PSOE, y su enemigo principal es VOX
**En tuíter, en 2018: El PP ha sido el peor enemigo de España y de la democracia y sigue siéndolo. ¿Por qué? Porque no solo ha seguido la política del PSOE y los separatistas, sino que ha desarmado cualquier oposición a ella. Parece que con VOX ya lo va a tener más difícil.
**La imposición de las lenguas regionales en las Cortes no es simplemente una muestra de la “estupidez y canallería” tradicionales. Responde a un proyecto claro: socavar la unidad nacional mediante hechos consumados, pretendiendo que España se compone de naciones sin estado oprimidas por un estado sin nación. Pretensión compartida por el nuevo frente popular y el PP.
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