Israel y la historia / Cómo me hice marxista / Ucrania no es Israel / Manifiesto

 Israel y la historia

La cuestión de Israel hay que enfocarla en un sentido histórico amplio. Israel es un trozo de Europa enclavado en un mundo musulmán que lo rechaza violentamente, como ha ocurrido en la historia, máxime porque los musulmanes consideran también sagrado aquel territorio, pequeño,  más bien árido y de clima difícil. Los islámicos lo entienden precisamente así: se trata de los nuevos cruzados, que deben ser derrotados y expulsados como los anteriores. Y al respecto las declaraciones de sus líderes son explícitas: exterminar físicamente a los judíos. Esto es lo que ha hecho  Hamás en su última incursión, y están recientes las acciones del Estado Islámico para ilustrarnos sobre sus métodos.  Por consiguiente,  Israel lucha a vida o muerte, y  al defenderse, defiende también a Europa, aunque esta pretenda no enterarse.

Esto tiene interés especial, histórico y presente para los españoles. He recordado en Hegemonía española y comienzo de la era europea el hecho crucial y casi siempre difuminado en las historias, de que  España defendió a Europa de la expansión islámica (otomana) en el siglo XVI, impidiendo que llegara más allá de Hungría, que Italia fuera conquistada y la misma España vuelta Al Ándalus, poniendo en peligro al resto de la Europa de entonces (la cristiandad). Y debió soportar que los europeos del norte y Francia se aliaran suicidamente con los otomanos para destruir conjuntamente la barrera hispana. Y hoy, España está amenazada directamente por un estado musulmán casualmente aliado y protegido por la OTAN, en la que nos han metido unos gobiernos que también han promovido la inmigración islámica, además de los separatismos internos. La relación histórica  de España con los judíos también  ha sido  conflictiva, pero este es un dato de poco peso en la actualidad.

Israel es, efectivamente, un país europeo, incluyendo las taras de la UE o Usa (ideologías lgtbi y tendencia totalitaria,  por resumir), pero en conjunto representa una cultura incomparablemente más próxima a nosotros que la del mundo que lo rodea. Si los israelíes hubieran hecho caso de los muchos biempensantes que les aconsejan esto o lo otro  desde Europa, hace tiempo que habrían desaparecido. Afortunadamente tienen un respaldo más sólido en Usa.

¿Hay alguna posibilidad de  estabilizar la situación a largo plazo?  Probablemente la habría estableciendo un estado palestino soberano en Gaza y Cisjordania: su propio interés le haría a la larga moderar su extremismo, como viene ocurriendo con varios estados del entorno que han aceptado la presencia de Israel. Pero esto lo está impidiendo la política de Netanyahu. Hay algo en la situación actual que me parece especialmente alarmante: Netanyahu ha llevado a la sociedad israelí a una división interna nunca vista hasta ahora, su acción en Cisjordania parece buscar la anexión e imposibilitar que la Autoridad palestina se convierta en un Gobierno real; y  ha hecho declaraciones sobre un arreglo definitivo en Oriente Próximo que está muy lejos de poder lograr por la fuerza.

Tengo la sospecha –sospecha, no análisis– de que Netanyahu sabía que se preparaba en Gaza una acción ofensiva, pero creyó que le convenía para soldar las divisiones internas de Israel. La sorpresa le habría llegado más bien de la amplitud y ferocidad del ataque. Y su reacción está siendo probablemente excesiva y utilizable por los que, con pretextos humanitarios, apoyan en Occidente al nuevo expansionismo islámico y aspiran  a destruir Israel.

No es fácil entender (salvo para los tontos) la incompatibilidad radical entre el islam y la cultura europea de raíz cristiana (a la que pertenecen los judíos excepto por su propia raíz religiosa),  incompatibilidad manifiesta en un conflictode siglos, armado o latente. O la casi imposibilidad de que una sociedad deje de ser musulmana una vez conquistada por el islam (España es casi la única excepción). En todo caso, el conflicto está ahí y se viene agravando desde que muchos creyeron  que la caída de la URSS determinaba el triunfo universal de las democracias occidentales. Un tanto enfermas.

**********************************

Recogido en Adiós a un tiempo:   Cómo me hice marxista – Pío Moa – Libertad Digital

Adiós a un tiempo

**********************************

Ucrania no es Israel

**Pancho I de la Pampa, de la Pachamama y de la Conquista de América amplía ahora sus títulos al Cambio Climático. Un comentario muy ponderado de J. R. Ferrandis: José Ramón Ferrandis | Un blog reaccionario (joseramonferrandis.es)

**La manipulación habitual trata de identificar Ucrania con Israel.  Ucrania es la enésima acción criminal de la OTAN, que ha expulsado a Rusia del ámbito occidental acercándola a China. Israel trata de mantenerse precisamente como un bastión occidental.

**Me asombra que quienes están manipulando e intoxicando masivamente sobre Ucrania finjan indignarse ante la “desinformación rusa”. ¿Pero por qué tendría que asombrarme?

**”Argumenta” un idiota que España reconoce a Israel como estado democrático. Como si España, país satélite y con leyes totalitarias, tuviera autoridad política o moral para “reconocer” nada.

**Mientras no nos percatemos de que, especialmente desde 2002, tenemos gobiernos antiespañoles y antidemocráticos, sean del PP o del PSOE, no habrá manera de salir del basurero en que se va sumiendo el país.

************************************

MANIFIESTO contra las leyes de memoria antidemocrática

Las dos leyes de “memoria” impuestas por el PSOE y los separatistas y seguidas por el PP  tienen un doble rasgo: atentan contra las libertades de investigación, expresión, opinión y cátedra, siendo por tanto antidemocráticas y anticonstitucionales; y persiguen falsear el pasado reciente español, muy especialmente la responsabilidad del Frente Popular –con el que se identifican sus autores–, en la destrucción de la república y el desencadenamiento de la guerra civil. Los dos rasgos se entrelazan, pues, obviamente, si precisan imponer su versión mediante una ley antidemocrática es porque su versión de la historia no podría sostenerse en un debate intelectual libre; debate ineludible que tanto importa a la sociedad por su repercusión política actual.

Contra olvidos deliberados, debe recordarse que el Frente Popular fue una alianza de partidos sovietizantes (PSOE y PCE) y separatistas, más golpistas republicanos de izquierda, que en octubre de 1934 se alzaron en armas contra la república, y meses después, en febrero de 1936, falsificaron las elecciones, acabando de destruir la legalidad republicana e instaurando un terror que amenazaba gravemente la unidad nacional y lo que de democrático tuvo la República. El socialista moderado Besteiro reconoció que la rebelión del 18 de julio fue forzada por tales amenazas.

Contra  el acuerdo del gobierno de Aragón de derogar una ley llamada por sarcasmo “democrática”,  un grupo de profesores de la universidad de Zaragoza la ha defendido como “instrumento necesario y eficaz para construir un futuro de convivencia y una sociedad apoyada en valores éticos compartidos”: los “valores” totalitarios de  los  separatismos y  ultraizquierdismo del gobierno socialista, evidentemente. Ese manifiesto solo revela el tremendo deterioro moral e intelectual que sufre una universidad incapaz de rechazar una ley inicua que ataca los principios más básicos de la libertad e investigación científica.

 Como demócratas, reconocemos a esos profesores de esa universidad, y tantas otras,  el derecho a exponer sus versiones, pero no el que nunca pueden tener, a imponerlas a nadie, y menos aún a aplastar  cualquier disidencia con sus “valores” liberticidas. Esas leyes vulneran de tal modo los derechos más elementales, no solo de la universidad sino de toda la sociedad española, que deben ser expuestas, denunciadas y abolidas cuanto antes. Porque además de atacar la libertad, envenenan la convivencia e invierten los valores éticos, convirtiendo al actual régimen del país en una democracia fallida.  Tienen, por tanto, unas consecuencias políticas actuales extremadamente dañinas. Decía Santayana que un pueblo que olvida su historia (en este caso la falsea) se condena a repetirla. Y a repetir lo peor de ella, como ya estamos viendo. Algo  que debe impedirse obligatoriamente.

Propongo la difusión de este manifiesto, con vistas a la recogida de firmas en su apoyo entre los profesores  y personas conscientes del peligro que entrañan dichas leyes. Estamos llegando a un punto crucial y esto no puede seguir así.

 

Esta entrada se ha creado en presente y pasado. Guarda el enlace permanente.

Comments are closed.