¿Despierta España?/ La calle y las instituciones / Errores del rey

En Una hora con la historia:    295 – Franco, Hitler y Mussolini | Ante el golpe – YouTube

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¿Despierta España?

En 2017, el discurso del rey abrió una nueva época en España. No suele o quiere recordarse, pero antes los avances de los separatismos habían continuado sin problemas, entre el atontamiento de las enorme mayoría por el PP aún más que por el PSOE. La bandera de España, incluso la palabra España, estaba casi proscrita del espacio público. Desde entonces, el ambiente popular cambió. Y fue entonces cuando realmente surgió VOX empujando ante los jueces a  los golpistas, con quienes habría querido seguir en chanchullos el PP. Es de la acción de VOX de la que ha derivado la resistencia a la amnistía, que resume precisamente el plan de volver a “lo de antes”, y obliga al PP a movilizarse aparentemente en defensa de la democracia y de España. Aparentemente, porque su plan es el de siempre: volver a los chanchullos y a repartirse con el PSOE y sus socios los poderes y los dineros. Para lo que necesita hundir a VOX.

Si no se tiene esto en cuenta, las movilizaciones como las de este domingo, por impresionantes que sean, pueden no servir para nada. También hubo manifestaciones impresionantes cuando Zapatero empezó a rescatar a una ETA moribunda, manifestaciones inicialmente al margen del PP, que obligaron a este partido a ponerse a la cabeza para conducirlas a la nada, como así fue, precisamente.

Creo que Abascal está llevando una política equivocada diciendo que no es la hora de los partidos y hablando de unidad y demás. El PP no tiene esas oficiosidades. Si consigue  protagonizar las manifestaciones, VOX puede quedar reducido a la irrelevancia en toda España, como en Andalucía o Madrid, y ese es precisamente su objetivo real. En el fondo, todo lo que ocurre ahora parte de la política de VOX contra los separatistas después del discurso del rey. Si la gente no llega a distinguir entre el PP y VOX, el  movimiento lo capitalizará el PP y servirá de poco o de nada.

Es cierto que VOX tiene en contra, de nuevo, a casi todos los medios formadores de opinión. Hasta ahora no ha tenido una política clara al respecto, pero si no la desarrolla, caerá en la impotencia.

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La calle y las instituciones

**Hay que suponer que el rey tratará de defender la Constitución y la unidad nacional, y que en todas las instituciones, por podridas que estén por el chanchulleo PP-PSOE,  ha de haber numerosas personas deseosas de preservar la nación y la libertad, hasta ahora un tanto desmoralizadas por el agresivo matonismo de los contrarios y la aparente falta de respuesta de una población que parecía desinteresada. La respuesta en la calle debe impulsar la respuesta en las instituciones. El doctor no debe ser investido. Muchos jueces y juristas advierten de la destrucción del estado de derecho por los políticos mafiosos, pero no extraen la primera consecuencia: que el Doctor, por lo menos, vaya a prisión.

** Con Luis del Pino sobre Adiós a un tiempo. Aunque hay mucho más que decir sobre los escritos autobiográficos: Involución Permanente. Adiós a un tiempo – esRadio (libertaddigital.com)

Adiós a un tiempo

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Errores del rey ( Se refiere a Juan Carlos: análisis en este blog en abril de 2012)

Creo que solo el rey y su entorno pueden derribar la monarquía, como ocurrió con la de Alfonso XIII. Y actualmente Juan Carlos, y por tanto la monarquía, están perdiendo a chorros el prestigio de que largo tiempo gozaron. La institución fue resucitada, hecho único en la Europa del siglo XX, y lo fue por Franco. Combina la legitimidad franquista con la derivada de la transición, y de ahí su popularidad. No es que Juan Carlos hiciera muy bien su papel después de Franco, ni eligiera con mucho acierto al encargado político de pasar a la democracia, es decir, Suárez; pero partía con un capital político de tal envergadura (la prosperidad y la reconciliación alcanzadas previamente), que sus errores han tardado mucho en hacerse evidentes con un país en plena crisis política y económica. Juan Carlos se parece mucho a Suárez como persona simpática y habilidosa, de cultura escasa, más lista que inteligente y un tanto frívola, como viene demostrando.

Admitamos que la tarea del rey fue desde el principio muy difícil. Debía mantener un equilibrio cambiante entre unas derechas que debían ser respetadas y unas izquierdas naturalmente antimonárquicas y de tendencias montaraces. Tarea para personas con visión de futuro, con verdadera talla de estadista, cosa que nunca ha sido Juan Carlos, a pesar de la propaganda laudatoria de que ha disfrutado largos años. Probablemente fue su consejero Sabino Fernández Campo quien libró al monarca de los peores traspiés, pero con el tiempo estos han aumentado, no siendo el peor de ellos su infidelidad conyugal a la reina, que sí ha sabido siempre estar en su sitio.

Uno de los errores de Juan Carlos ha sido abusar excesivamente de la derecha y querer congraciarse, también excesivamente, con la izquierda. Gil-Robles, en plena degradación política allá por 1944, recomendaba a Don Juan que, para asentar la monarquía, debía buscar el apoyo de la izquierda, ya que la derecha le respaldaría “por la cuenta que le tiene”. La mala lección parece haber perdurado, y la frivolidad de Juan Carlos le ha llevado a ganarse muy serias enemistades en la derecha sin que, por supuesto, haya obtenido de la izquierda y los separatistas –tradicionalmente unidos—la menor lealtad auténtica. Por el contrario, una y otros han jugado al chantaje permanente, utilizando la “defensa” de la monarquía para socavar la democracia y a España.

No soy monárquico, sino simplemente demócrata. Pero creo que Franco vio en la monarquía un elemento de continuidad histórica y de estabilidad política. Lo sigue siendo, a pesar de las numerosas meteduras de pata del rey. Una república no tiene por qué ser mala, aducen muchos. Muy cierto. Pero la experiencia histórica debe contar, y las dos repúblicas habidas han llevado al país al borde de la desintegración; y, por desgracia, basta oír y leer a los republicanos de ahora mismo para recordar cómo describían a los de su tiempo Azaña y otros:  http://libros.libertaddigital.com/el-personal-republicano-1276231219.html

 

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