Blog I: Las bases de la política exterior española son falsas:http://www.gaceta.es/pio-moa/bases-politica-internacional-espanola-son-falsas-02042014-1942
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Vimos en el artículo anterior que, contra lo dicho por el señor Fontana, ni Gil-Robles ni Franco estuvieron a punto de provocar la contienda civil con sus propuestas de aplicar el estado de guerra ante las coacciones y violencias callejeras de las izquierdas desde la noche de las elecciones del 36. Ni queda claro que aspirasen a modificar los resultados electorales, todavía desconocidos entonces. Azaña, por contra, sí había intentado anular en 1933 el indudable, pacífico y nada intimidatorio triunfo de la derecha en las urnas.
Vamos ahora con la segunda afirmación, según la cual “es franquista” sostener que la guerra empezó en el 34. La misma gracia ha hecho Juan Pablo Fusi, a quien tenía por más serio: “La tesis oficial del franquismo, que siempre sostuvo que la revolución de octubre de 1934 había deslegitimado a la República”. Estas coincidencias, ya lo he explicado en otra ocasión, no son casuales, y responden al instinto de las izquierdas para eludir el debate racional y convertirlo en campaña de propaganda. A base, siempre, de un muy escaso respeto por la verdad.
Los franquistas, que yo sepa, nunca han sostenido esa tesis “oficial”. Han señalado, desde luego, el caos aportado por las izquierdas a la república y culminado en 1934, pero han justificado su alzamiento del 36, ante todo, como respuesta al proceso revolucionario abierto por el Frente Popular desde febrero de ese mismo año. La idea del comienzo de la guerra en 1934 la expresó, por ejemplo, Gerald Brenan (“La primera batalla de la guerra civil”), y Salvador de Madariaga señaló que, con la insurrección de octubre, la izquierda perdía cualquier autoridad moral para condenar el posterior levantamiento derechista. Tal vez Brenan y Madariaga representen la versión “oficial”, del franquismo en la peculiar historiografía de estos señores. Después de leer sus extravagancias de estos años últimos, ya no se asombra uno de nada. La idea de que en el 34 empezó la guerra civil no es mía, y pocos franquistas la han sostenido. Lo que yo he aportado es, entre otras cosas, la documentación probatoria de la tesis. Documentos de la izquierda casi todos, contra lo que ciertos historiadores profesionales pregonan (dicen que copio a Arrarás, los muy… profesionales).
Y esa documentación demuestra que la Esquerra se declaró “en pie de guerra” cuando la derecha ganó en las urnas del 33, y que el PSOE, tras marginar al prudente Besteiro, organizó a conciencia la guerra civil, en sus propias palabras. Estos dos partidos, más la izquierda azañista, los comunistas y el PNV, crearon sistemáticamente, a lo largo de 1934, un clima de desestabilización y golpismo, culminado en la insurrección de octubre, auténtica guerra civil con un balance de 1.400 muertos en 26 provincias (no sólo en Asturias), y devastaciones de todo tipo, desde artísticas a industriales. Éstos son los hechos, olvidados tan a gusto por los supuestos recuperadores de la memoria histórica. Aquella insurrección, ya lo he dicho, pudo haber quedado en un suceso brutal, pero aislado, si sus promotores hubieran rectificado; pero no rectificaron en nada esencial, y en cuanto tuvieron ocasión, desde la propia noche de las elecciones de febrero del 36, volvieron a impulsar un proceso revolucionario.
Ante los datos ineludibles, el señor Fontana sale del paso con estas palabras: “Bueno, si no empezó en julio de 1936, tampoco lo hizo en octubre del 34, sino en 1932, con el intento de golpe de Estado de Sanjurjo. ¿Por qué quedarse en el 34?”. Pues se lo voy a explicar, una vez más: porque el golpe de Sanjurjo no provino de toda la derecha, sino de un sector marginal de ella, y por eso fue liquidado con la mayor facilidad (recordemos de paso que Sanjurjo había colaborado más que Azaña y muchos otros a la llegada de la república). Si el señor Fontana quiere buscar un paralelo a la sanjurjada puede encontrarlo en las insurrecciones anarquistas, emprendidas antes que la de Sanjurjo y mucho más sangrientas, pero que tampoco reflejaban entonces la actitud del grueso de la izquierda, sino sólo de un sector de ella. La insurrección del 34, en cambio, abarcó de un modo u otro a toda la izquierda, con excepciones contadísimas. La diferencia es crucial: cuando el grueso de la oposición se alza contra las elecciones y normas democráticas, y no rectifica luego, la convivencia democrática se vuelve imposible. Si el señor Fontana no consigue ver estas diferencias, hay para preguntarse qué clases habrá dado en la universidad.
Comete este historiador muchos otros errores, como olvidar el golpismo de Azaña o trazar una versión rosácea del también golpista Companys, hablar de “los catalanes” y “los vascos” cuando en realidad se refiere a los nacionalistas, que representaban a los vascos y os catalanes tanto como los comunistas o los socialistas a los obreros, es decir, representaban una calamidad para todos ellos.
Se haría muy largo extenderse sobre tales enredos, que tanto han degradado la universidad. Abreviaremos yendo a la raíz de ellos: las concepciones marxistas del señor Fontana, prevalecientes en la historiografía española durante treinta años. Esa ideología, lo he explicado en varias ocasiones, no sólo es antidemocrática, sino falsa de raíz, y por tanto sólo puede producir una descomunal acumulación de enredos y malentendidos, verdaderas bibliotecas para nada.
Y el marxismo español ha resultado especialmente estéril. Observemos aquí su “metodología”: no le preocupa lo más mínimo qué pueda haber de cierto o falso en la tesis del comienzo de la guerra en el 34. Lo que preocupa a esas “autoridades” es colocar a la tesis la etiqueta más eficaz para desacreditarla, con un criterio exclusivamente propagandístico. Vieja táctica, como ha recordado hace unos días Pablo Molina: ya en los años 40 la dirección del Partido Comunista soviético instruía así a los suyos: «Nuestros camaradas y los miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente». Fácilmente se reconocerá en esta receta la actitud de tantos presuntos intelectuales y periodistas hacia mi modesta persona.
A decir verdad, esas instrucciones apenas eran necesarias, pues derivan con férrea lógica de las doctrinas marxistas, para las cuales la verdad carece de valor. La historia, aseguran, consiste en el desarrollo de la lucha de clases, y lo importante, lo verdadero, es identificarse con lo que llaman intereses del proletariado o del pueblo. No hay otra verdad. La historiografía se convierte en lucha ideológica, en propaganda, vamos, contra los “intereses burgueses”. Su verdad se mide por su eficacia en esa lucha. Así, da igual si la tesis sobre el año 1934 es veraz o no: a estos cerriles señores les suena a “reaccionaria”, y por tanto debe ser rápidamente etiquetada y desacreditada. Y da igual también que en nombre de esos quiméricos “intereses populares” los propios marxistas se hayan asesinado entre sí a mansalva, y se hayan tratado de “socialfascistas” y de agentes del nazismo. En cuanto al marxismo español, su especial tosquedad le blinda contra la experiencia histórica.
No quiero decir que Fusi, o muchos otros que así obran, sean marxistas. Pero en la base de sus actitudes están las simplificaciones y la deshonestidad intelectual de esta ideología, tan extendida en versiones más o menos diluidas. Hasta gran parte de la derecha universitaria, baste pensar en Tusell, reverenció cómicamente a los agresivos y dominantes seguidores de Tuñón, Pierre Vilar y compañía. Pero su hegemonía, devastadora hegemonía, toca a su fin. Sólo hay que ver su forma simplona de huir, de defenderse contra un debate racional.
(En LD, 30-8-2005)
Del hilo anterior, bacon 20.01: De ahí que en las películas useñas, antiguas, generalmente comedias de “chico busca a chica”, siempre surgiera el comentario de la amiga a la protagonista ¿Ya tenéis los análisis de sangre? (requisito para el matrimonio).
Kufisto (del hilo anterior):
¡Qué hermoso comentario! Muchas gracias.
Un abrazo.
Manuel (del hilo anterior):
De acuerdo con su opinión sobre Putin. El artículo me gustó en lo que tiene de crítica a Occidente y a la legitimación de la existencia de “otros mundos” que no quieren pertenecer a nuestra corrompida y decadente cosmovisión.
El que crea que Putin será el que rescate a Occidente de su nihilismo o quien representa su reserva moral, va dado.
Para tergiversador, éste (so capa de equidistancia y moderación):
http://blogs.elpais.com/historias/2014/04/la-guerra-civil-que-nunca-se-aprendio-en-las-escuelas.html
Pero hombre, Doiraje, si no decimos que Putin vaya a salvar a Occidente ni que le pretenda, pero es un granito que le ha salido en el culo al Imperio del Mal, y eso está muy bien.
[Los historiadores "presentistas" de "izquierdas"]
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Del excelente artículo de Enrique Castaños enlazado en 15:25 del hilo anterior:
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{Ese error, que puede estar amparado en la mala fe o en la simple ignorancia, consiste en desautorizar o desacreditar la historiografía liberal en su conjunto, así como el pensamiento liberal, extendiéndolo asimismo al liberal-conservador, en una suerte de totum revolutum sin orden ni concierto, y donde, de manera harto simplificadora, se identifica liberalismo con reacción, esto es, con lo reaccionario o ultramontano. Cuando precisamente ocurre lo contrario, es decir, que muchos de los análisis más penetrantes y de los juicios históricos más enriquecedores sobre el pasado los ha hecho esta constelación de pensadores y de historiadores, desde Montesquieu, Condorcet, Hume, Gibbon, Ferguson, Burke, Möser, Lessing, Herder y Goethe, hasta Niebuhr, Droysen, Tocqueville, Michelet, John Stuart Mill, Ranke y Mommsen, sin descuidar a los precursores del historicismo, tales como Shaftesbury y Vico. No teniendo bastante con vilipendiar a estas eminentes cabezas, la emprenden también con Isaiah Berlin, Ortega y Gasset, Karl Popper, Hannah Arendt, Raymond Aron o Friedrich Hayek. Repárese en los nombres. Quienes intentan desacreditarlos, se desacreditan a ellos mismos y muestran de ese modo su sectarismo. Se puede discrepar, incluso disentir de muchas cosas, pero propalar la inicua idea de que esos intelectuales son simplemente intelectuales «burgueses» al servicio del orden de cosas establecido, es un acto de mezquindad y de raquitismo mental inaceptable. Todos ellos son rescatables, siempre y cuando que se tenga un sentido amplio y generoso de qué se entiende por «liberal» y por «liberalismo», que principalmente suponen una defensa de las libertades individuales, del derecho de propiedad, de la real división de poderes del Estado y que la libertad no quede subordinada a la igualdad. Igualdad de derechos, igualdad ante la ley, pero no igualitarismo, igualdad indiscriminada y arbitraria. Por eso Burke, siendo como es el padre ideológico del conservadurismo europeo, supo vislumbrar ya en 1791 la terrible deriva de la Revolución en Francia; y no se equivocó. Lo que hizo fue analizar en profundidad lo que Guizot llamaría «los hechos». Por eso Hannah Arendt reivindicó la Revolución de los Padres Fundadores en los Estados Unidos, frente a la Francesa, porque allí se apreció sobre todo a Montesquieu y en Francia, desgraciadamente, la volonté générale de Rousseau, esto es, una hipóstasis del absolutismo monárquico.
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Otro aspecto más que dudoso de esos historiadores «presentistas» de la «izquierda» es que pretendan hacer de la interpretación histórica de la intelectualidad de izquierdas una verdad incuestionable, o, al menos, una verdad más cargada de razón ética y de objetividad que la interpretación de los historiadores liberales y conservadores.
(…)
En el caso español, ¿puede de verdad entenderse el presente sin conocer la romanización, el epigonismo visigodo, el Califato y las taifas, la formación de los reinos cristianos, la unión dinástica, la empresa americana, la política imperial de los Austrias, el reformismo dieciochesco, etc? ¿Es de verdad posible? No, no es factible. Formar individuos cultos, críticos, amantes del conocimiento y de la mejora moral y material de nuestra sociedad, exige, al menos, otear, aunque más deseable aún sería profundizar en el pasado histórico de las grandes civilizaciones. De ese modo, además, tendremos una conciencia más amplia, más universal, más cosmopolita, menos excluyente, de nuestro ser en el mundo.}
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Estoy muy de acuerdo con estas reflexiones de Enrique Castaños.
[El "idiota/tonto útil" es idiota porque colabora con quien quiere destruir la sociedad en la que él vive cómodamente y en libertad]
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bacon @17:40 del hilo anterior
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Muchas personas de los altos niveles de la sociedad simpatizan con ideas varias, manifestándolo en círculos más o menos restringidos, como podría ser el caso de Henry Ford, que citas, pero eso no las convierte en “idiotas/tontos útiles”; para ello hace falta colaborar activamente con los que tratan de materializar esas ideas y, más importantes, según la definición que dio Lenin, a quien se atribuye la expresión “idiota útil” (traducida al español de España como “tonto útil”, siendo “tonto” una forma me parece que menos dura que la de “idiota” que se ha conservado en los demás idiomas, como,puede verse en la Wiki.), colaborar activamente cuando la materialización de esas ideas lleva asociada la destrucción de tu propia sociedad en la que estás confortablemente instalado.
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Así, en el artículo sobre “idiota útil” que enlazo en mi post nº17 de Octubre de 2010 (el enlace del post completo está contenido en el propio nº 17) en el post a 17:41 arriba puede leerse:
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{“Lenin los llamó ‘idiotas útiles’, aquella gente que vivía bajo democracias liberales quienes, al brindar apoyo material y moral a una ideología totalitaria, en efecto estaban entretejiendo la soga con la que serían ahorcados. El porqué gente que disfrutaba de libertad y [una relativa] prosperidad, trabajaba apasionadamente para destruir a ambas es una pregunta fascinante, que aún está con nosotros hoy en día. Ahora los idiotas útiles pueden encontrarse en el coro del apaciguamiento, reflexivo antiamericanismo, e idealismo sentimental que trata de inhibir las respuestas necesarias hacia otra ideología que odia la libertad, el Islam radical.”}
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http://es.wikipedia.org/wiki/Idiota_%C3%BAtil
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Lo de Putin no tendrá continuidad.
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En cualquier caso es interesante observar de qué manera la voluntad de un solo hombre puede ser tan poderosa. Me gustaría saber si el poder de esa voluntad fluye exclusivamente de esa voluntad o si, acaso, esa voluntad se vuelve tan poderosa gracias a un conjunto de principios que la potencian.
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¿No te gustaría desprender tanta vitalidad?
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Una vez veía o leía o escuchaba, no lo recuerdo, que en tiempos de la supuesta migración libre hacia EUA llegó un punto en que se dejó de permitir la llegada de gente del este y del sur de Europa. Ya se sabe, que por aquello de la calidad racial. Parece que la prioridad consistió en absorber gente de origen germánico.
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Es curioso ver cómo cambia el punto de vista sobre las gentes. Siglos antes escribía Rabelais, en Gargantúa:
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Mas no conviene con tamaña ligereza juzgar las humanas obras, pues bien decís que el hábito no hace al monje; y algunos visten de hábito monacal sin llevar cura por dentro, como otros, bajo su capa española, en nada se aproximan al valor de España.
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Y casi seguro que Rabelais lo escribía como si nada, como describiendo un hecho. Pero bueno, a lo citado le agregan una nota que dice:
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En aquel momento, España era la primer potencia europea -para los franceses, estaba aún reciente la derrota de Francisco I en Pavía por las tropas del Emperador Carlos V- y el valor de los españoles alcanzaba características proverbiales.
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Meto la nota por dos circunstancias de interés:
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1. Al lector hispanohablante se le tiene que explicar lo que debería ser un lugar común.
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2. Se dice Carlos V, y no Carlos I; lo que muestra el gran peso que (aún) tiene la historiografía extranjera en la comprensión de los hechos nacionales.
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A Lead le debo dos notas. Luego las meto.
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En la mañana, mientras un taxista trataba de hablarme sobre una novia que tuvo en los setentas y que ahora es directora de un instituto sobrevalorado, me vino a la mente una palabra cuya fuente había olvidado. La metí en Google y salí de dudas. La palabra era Rudisbroeck. Pertenece al título del cuento Rudisbroeck o los autómatas, de un tal Emiliano González. Me puse a investigar y acabé descubriendo que el autor publicó el cuento a los veintitrés años. El cuento aparece en un libro de cuentos y poemas del mismo autor, de 1978, intitulado Los sueños de la bella durmiente, obra que le valió el premio Xavier Villaurrutia aquel año, en la categoría de cuento. Este premio, lo aclaro, al menos en México no es cualquier cosa.
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Anoto lo anterior porque me asombra la precocidad creativa del autor. De todos modos parece que Emiliano González perdió mucho impulso desde entonces. No publicó nada sino hasta diez años después. Las obras posteriores han circulado poco y dicen que son más bien mediocres, o bien, otros dicen que parece que están escritas para que los doctores en letras se pasen la tarde captando referencias literarias.
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Leí Rudisbroeck o los autómatas en una antología de cuentos, allá por el cuarto semestre. Casi recuerdo el aroma a pasto mojado de la facultad después de las lluvias o el granizo que caía a las cuatro de la tarde. Recuerdo cuando a esas horas andaba comiendo quesadillas de tinga. En esos tiempos bebíamos jugos (zumos) de piña con vodka. Todavía no sabíamos beber sin rebajar los licores. Poco tiempo después entró al mercado una cerveza que te tiraba antes de completar el galón. En las madrugadas despertabas deprimido.
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Dejo el enlace. Me gustaría que el cuento le gustara a Menorqui/4c.
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http://goo.gl/toHkce
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Sr. Moa, desengañese de una vez , porque la historiografía oficial no le va a reconocer nada a usted. Lo hicieron con Ricardo de La Cierva que estaba mucho más introducido que usted en el chiringuito, cuanto más lo van a hacer con usted que es un outsider total.
Pero lo principal de lo que debería usted darse cuenta- en mi opinión- es que esa marginación no es privativa de las “izquierdas”, sino que las “derechas” hacen exactamente lo mismo y por lo tanto, no tiene ningún sentido seguir defendiendo y propugnando un sistema político – la llamada democracia liberal de partidos – que en España no existe más que como partidocracia corrupta y subordinada del sistema general imperante en Occidente de dominio de la alianza de politicos y banqueros aglutinados bajo las capas de las diversas variedades de esa alianza de poder que es la Masonería (llámese club Bilderberg, Union Europea, G-8, FMI, etc, etc).
Cierto es que se corre el peligro de caer en la marginación saliéndose del “sistema”, pero ¿qué le importa eso a quién ya está marginado?. Por lo menos puede uno decir lo que se le ocurra sin las servidumbres de tener que ser políticamente correcto.
Diría que la diferencia entre Putin y los tipos que representan “Occidente” es que el primero piensa en términos de naciones y defiende la suya y los intereses que puedan tener con lo bueno y lo malo que le podamos achacar mientras que los tipos de “Occidente”, los Merkels, Rajoys, Obamas son empleados… de los grandes grupos privados y las bancas transnacionales además de la OTAN y el FMI que parasitan a los Estados (luego les sirve para decir que el Estado es ineficiente bla bla bla)… y a las naciones. El nuestro en concreto, Rajoy, no vale ni para poner los cafés, pero total, cumple su “empeño” para los de arriba. Lo que necesitamos es algún Putin pero basado en nuestra tradición, pero esos poderes difícilmente nos dejarán porque ya montarán algún Maidán o algún atentadillo de nada.
Agente spasic
Putin lo que defiende es un entramado de poder tan corrupto o más que el entramado de poder de Occidente. Comparar a Putin con Franco por ejemplo, no se sostiene, porque en España existe una tradición cultural de humanismo cristiano forjada a lo largo de los siglos (y muchas veces contra la voluntad de la jerarquía religiosa) y apoyada en las tradiciones filosóficas y jurídicas de Grecia y Roma, mientras que Rusia lo que existe es una tradición cultural de despotismo oriental que no deja nada de espacio a la libertad individual (aunque sea escasa).
Manuel: bueno, pero yo no he comparado a Putin con Franco. Lo que sí he dicho precisamente es que necesitamos un líder o líderes adaptados a nuestra historia y demás. Lo de Putin es un decir para que se vea que se necesita eso, no que nos tengamos que convertir en Rusia. Otra cosa podría ser el considerar tener a los rusos como aliados, cosa que si fuéramos una nación soberana podría ocurrir porque los intereses muchas veces no sabes cómo pueden salir, pero que ahora mismo no pasará.
Del mismo Franco sobre su última entrevista en la revista Blanco y Negro:
“–Los devaneos políticos siempre serán una tentación para determinadas clases que no se resignan a sacudirse la nostalgia de ideologías trasnochadas. Por otra parte, están muy equivocados si piensan que la Comunidad Económica Europea les va a abrir de par en par los brazos con solo bajar la guardia política. Habría que ver hasta qué punto nos convendrían las concesiones económicas que –al socaire del aperturismo—iban a pedirnos a la hora de la verdad. Por eso creo en la generación de usted (…). Todos los hombres de su generación han tenido que luchar muchísimo para poner a España donde hoy está. No van ustedes a ser tan tontos, constituyendo la mayoría ‘pensante’ de la Patria, que consientan, después de mi muerte, que esas ‘mixtificacioes’, como decimos, les conduzcan a una etapa negativa, sin pensar en los hijos que ustedes tienen, esa otra generación que ya avanza por el horizonte y que algún día puede pedirle a ustedes un diálogo como éste, a cuyas preguntasl, tal vez menos incisivas que las que usted me está haciendo, no sepan ustedes qué contestar.”
Spasic
En eso se equivocó el normalmente clarividente Franco. Sus sucesores fueron “tan tontos” y más, aunque también es verdad que a ellos [los sucesores] no les ha ido nada mal por lo general, a los que nos han hundido en la miseria y el oprobio han sido a los simples ciudadanos.
Una de las tendencias devastadoras en Occidente es el narcisismo creciente. La cámara fotográfica asociada al teléfono multiplica los espejos. Por esa vía crece el narcisismo y a la vez supone una pérdida de libertad y de intimidad.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-04-02/aftersex-la-nueva-moda-entre-los-jovenes_111068/
Pepe García Dominguez radiografía a UPyD:
Díez no yerra, sino todo lo contrario, al apelar ahora a cierto laicismo banal, desmarcándose al tiempo de la hispanofilia más o menos folclórica que ilustraba su praxis anterior. Para los indignados de la derecha, UPyD fue como esos coches de sustitución que ofrecen las compañías de seguros mientras el vehículo principal permanece en el taller de reparaciones, un apaño provisional.
Y Díez lo sabe. Como sabe que ya nada le resta por pescar en tales caladeros. Imposible para ella competir con una oferta de derechismo puro y duro al modo de la que hoy encarna Vidal Cuadras. Concurrencia a la que habría que sumar la estudiada androginia ideológica de Ciudadanos. Ese vago liberalismo, el de la mosca cojonera Rivera, que, aunque solo fuera por razones de orden estético, se percibe con menos olor a naftalina progre que UPyD. Doña Rosa sabe lo que hace: gira a la izquierda por necesidad, que no por vicio. Aunque, en fin, tampoco se requiere ser Metternich para adivinar que UPyD es el caballo de Troya de la izquierda para desalojar a Ignacio González de la Comunidad de Madrid.
- Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-garcia-dominguez/rosa-diez-o-el-caballo-de-troya-71185/
Al parecer otro ciudadano ha decidido morirse tras ser reducido por los mossos
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/04/02/catalunya/1396467238_685877.html
Catlo
Un análisis interesante si no fuera por que está demasiado hecho para la ocasión y a toro pasado. UpyD empezó hace más de seis años y la historia no es tan sencilla.
“…lo importante, lo verdadero, es identificarse con lo que llaman intereses del proletariado o del pueblo. No hay otra verdad. La historiografía se convierte en lucha ideológica, en propaganda, vamos, contra los “intereses burgueses”. Su verdad se mide por su eficacia en esa lucha”
Muy bien explicado.Hoy actúan así también casi todos, sin ser necesariamente de izquierda, porque el desprecio a la verdad ha pasado a ser necesario para toda ideología. Baste ver los delirios de los separatistas.
bacon
La historiografía ES lucha ideológica y no va a ser nunca otra cosa, mientras que el ser humano sea como es. drel mismo libro de Deschner:
Sin embargo, lo que demuestran en realidad las obras de los historiadores es que el centro de gravedad de sus intereses sólo se desplaza, por lo común, cuando se desplazan los intereses de la actualidad, sus ideologías, sus conceptos; que la historiografía se halla mediatizada en cierta medida por presupuestos extracientíficos, del entorno metacientífico, por los poderes imperantes, por la praxis política, que está sometida al influjo determinante de la voluntad estatal, que obedece a las disposiciones y a las intenciones de los dictadores y que, por consiguiente, como enseña el presentismo desarrollado sobre todo por los historiadores norteamericanos (contra el positivismo), no es más que la proyección sobre el pasado de los intereses del presente; esto se manifiesta en todo el mundo, y precisamente en nuestro siglo más que en ningún otro. Y lo mismo debió suceder durante el siglo pasado, mutatis mutandis. ¡De qué sirven las mejores teorías sobre la objetividad de la ciencia histórica, cuando la realidad de esa misma ciencia niega tales teorías a cada paso!
Sí, lo de UPyD no es tan sencillo. Tengo ganas de hablar con gente que estuvo en su creación para que me cuenten cómo ven lo que está pasando.
Yo estuve en su creación, y en mi opinión, es totalmente lógica su trayectoria, dadas las bases de que se partió. Aqui tiene otros puntos de vista de partícipes originales.
http://estanoeslawebdeupyd.blogspot.com.es/
Una sociedad en proceso de suicidio, que considera que las mujeres tienen derecho a matar a los no nacidos, no es raro que vea cómo aumenta la violencia en entornos digamos domésticos.
Casi el 5% más de jóvenes juzgados por violencia machista en un año
“Pero hombre, Doiraje, si no decimos que Putin vaya a salvar a Occidente ni que le pretenda, pero es un granito que le ha salido en el culo al Imperio del Mal, y eso está muy bien.”
Lo sé, lo sé, Osvaldo.
Anoche puse comentarios en la entrada anterior, por error. Por
error.
Nuevo hilo