Con su neutralidad, España tuvo un papel muy importante en el curso de la SGM. Y después, en la guerra fría, lo tendría también, mayor que el que suele concedérsele. 317 – La guerra fría y la España de Franco | Declaración de guerra (youtube.com)
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El síndrome Losantos
Sospecho que, pese a haber desechado las pretensiones de tutela de Jiménez Losantos, este sigue influyendo en VOX con su pretensión de que “hay que ir unidos con el PP para echar a Sánchez”. Lo que, inconscientemente, significa que solo es posible hacer algo si se moviliza el PP, el “voto útil”, en definitiva. Cuando Abascal critica al PSOE, lo hace muy bien, pero su mensaje pierde brío cuando llama o ruega al PP que se una contra el doctor. O se hace entender claramente a la gente cuál es el mensaje de VOX, y que el del PP significa la colaboración con el nuevo frente popular, o lo que se haga tendrá poco recorrido.
Todo el aliento del gran proyecto en marcha hacia la destrucción de la unidad de España y de la democracia surge de un supuesto: que el franquismo fue el gran mal, que arrasó la libertad y el progreso representados por el frente popular. Esto lo mantiene explícitamente el PSOE e implícitamente el PP. Pero ese frente fue precisamente el destructor de la democracia, golpeando de paso la unidad nacional, como vuelve a ocrurrir hoy. Mientras esta clave histórica no llegue con claridad a la masa de los españoles, la política seguirá chapoteando en el lodo y destrozando la convivencia en paz y libertad. Vengo explicándolo desde hace veinte años, a un nivel que no logra pasar de personal y testimonial. Por lo tanto debe asumirlo VOX a un nivel político superior. Si realmente quiere sacar al país del lodazal.
La “batalla cultural” de la que tanto se viene hablando, ha de darse, de modo no exclusivo pero sí prioritario, en el terreno de la historia, donde la han planteado el PSOE y sus aliados, y con gran éxito, por incomparecencia de los “contrarios” reconvertidos en auxiliares suyos. Creo que VOX todavía no lo ha entendido bien. Mis estudios al respecto, sin disminuir la importancia de otros, creo que son los más conclusivos: no en vano fueron los que más alarmaron a izquierda y separatistas.
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Una reseña
De Pío Moa puede decirse que es el historiador español más influyente hoy, pues a él se debe principalmente la ley de memoria histórica. Es decir: la imposibilidad de rebatirle en debate intelectual libre ha forzado al poder a imponer esa ley, concebida para perseguir totalitariamente a quienes discrepen de una insostenible historia que pretenden oficializar los partidos. Menos conocida, en cambio, es su faceta de novelista, en la que lleva publicadas tres obras: El erótico crimen del Ateneo (disponible solo en libro electrónico) Sonaron gritos y golpes a la puerta, y esta recién salida Cuatro perros verdes.
Tal como lo ha explicado el autor, esta última sería la segunda de una trilogía que debería reflejar la evolución de España desde la guerra civil. Así, Sonaron gritos se desarrolla entre 1936 y 1946, y es forzosamente una novela de guerra; la actual sería una novela de paz, pues transcurre en una sola jornada de 1967; y la tercera, si llega a publicarse, tendría por escenario la España actual, que el autor identifica con una corrupción no solo ni principalmente económica.
Lo primero que hay que decir de Moa como novelista es que no tiene nada de típico ni de tópico. Lo cual en principio no quiere decir gran cosa sobre su calidad, pues, como sabemos, hay obras originales solo por lo estrafalarias. Desde luego no entra en la corriente novelística actual en España ni sigue ninguna moda. Y tampoco puede decirse que sean novelas políticas o históricas, a pesar de que el entorno de los argumentos lo sea, inevitablemente. Sus personajes tienen vida propia al margen de sus opiniones políticas, que tampoco están acentuadas en casi ninguno.
El título viene del dicho «más raro que un perro verde», con que obsequia el tabernero a cuatro estudiantes por desayunar discutiendo y bromeando o disparatando sobre el sentido de la vida, en vez de hablar «de chicas o de fútbol», como todos los jóvenes. Después del desayuno se dispersan hacia sus estudios, pero aquella discusión mañanera va a provocar en los cuatro, cada uno por su parte, una jornada extraña, en la que interviene el eco de un atentado terrorista, una primera experiencia amorosa, un recuerdo traumático de un viejo amor y un sórdido asesinato de autor no descubierto, en ambiente gay, y que uno de los cuatro atribuye a un viejo amigo suyo.
Toda la acción, y ciertas lucubraciones obsesivas, pues la discusión continúa en la mente de dos de los personajes, dándose argumentos a sí mismos, se desenvuelven en un doble ámbito: el de la inquietud política en la universidad de aquel tiempo, con el Sindicato Democrático de Estudiantes; y entre la salida y la puesta del sol, el cual adquiere un extraño protagonismo, casi como un personaje más. El problema del sentido de la vida campea entre tanto como el enigma de la esfinge a lo largo de todo el relato.
Aparentemente, como segunda parte de una trilogía, Cuatro perros verdes parece estar muy alejada, en todos los sentidos, de la primera, tanto en la duración del relato como en la concepción literaria, pero no es del todo así: de pronto entran en escena el hijo del protagonista de Sonaron gritos…, convertido en líder comunista estudiantil, ejemplo de la discontinuidad y oposición de dos generaciones; y otro extraño personaje, al que bautizan como «el fantasma» o «el ruso» porque dice haber sufrido dos fusilamientos en tiempos de la División Azul. De esta manera se establece una ilación entre las dos novelas, cuyas diferencias, por lo demás, sorprenden necesariamente al lector de la primera.
Arantxa E. L.
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De la biología a la gramática / Liberalismo y marxismo
** Probablemente en ningún terreno ha llegado la perversión del lenguaje al grado de sustituir la biología por la gramática: ya no hay, aseguran los feministas, sexos, sino géneros. El poder de la palabra. El poder histerizante de la palabrería.
**Ejemplos de desigualdad patriarcal: las mujeres viven más, hablan más, sonríen más, se suicidan muchos menos, delinquen muchísimo menos, evitan los trabajos más pesados… La brecha de género. Dicen que hay que acabar con la desigualdad patriarcal.
**Para entender el feminismo no es necesaria la crítica: basta con reproducir sus consignas. Igual que, para entender el ecologismo basta con recordar sus predicciones catastróficas desde hace medio siglo: todas fallidas, pero ellos siguen “inasequibles al desaliento”. ¿A qué se deberá? ¿Quizá a las subvenciones?
**¿Hay cambio climático? El clima está en constante cambio. ¿Estamos en un ciclo de temperaturas crecientes a largo plazo? No hay manera de saberlo. ¿O vamos a una nueva edad glacial? Tampoco lo sabemos. ¿Existe un calentamiento global debido a la actividad humana? Es indemostrable. Sin embargo los ecologistas pretenden saber todas esas cosas. Asunto, no de ciencia sino de intereses: políticos y económicos.
**En Cuatro perros verdes, un personaje explica la economía: “Nunca hay suficiente para todos. Y aunque lo hubiera, tampoco funcionaría, porque cada uno cree tener derecho a más de lo que recibe”.
**El concepto clave del marxismo es el de la explotación de la gran mayoría por pequeñas minorías. Con ese concepto económico se explica la historia y el próximo fin de la historia en una sociedad idílica. La cosa ha fallado con respecto al proletariado. ¿Fracaso de la ideología? No: el concepto de explotación de ha extendido a la mitad femenina de la especie humana, explotada por la otra mitad. Más todavía, se ha extendido al planeta, vilmente explotado por el ser humano, verdadero cáncer de la Tierra, de su armoniosa ecología natural.
**Hay cierto terreno común entre el liberalismo y el marxismo: la concepción de la economía como la sustancia de la condición humana. De ella sacan conclusiones opuestas: el liberalismo se basa en el comercio, el marxismo en la producción. El marxismo tiende a la expansión absoluta del estado (aunque “algún día” lo haría desaparecer); el liberalismo quiere un estado pequeño que se limite a asegurar la libertad de los comerciantes. El liberalismo defiende las libertades políticas, que hace surgir de la economía; el marxismo estima esas libertades como un resultado engañoso del poder de los explotadores. El marxismo cree que la sociedad justa debe basarse en una producción científica y masiva, distribuida igualitariamente; el liberalismo considera que la igualdad debe limitarse a los derechos… Etc.
** Hay grandes diferencias entre marxismo y liberalismo. Sin embargo hay también algo común, dicho antes: la economía como el sentido de la historia y la vida humanas. También se dice que las ideologías feministas, ecologistas, etc., proceden del marxismo. En parte es verdad, pero curiosamente proceden también del liberalismo, una coincidencia llamativa.
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