Reconquista (III) y reino de Toledo
Es muy frecuente que las historias de España en la llamada edad media (edad de supervivencia), pasen por alto o nieguen el papel del reino visigodo (desde Leovigildo) en la Reconquista, suponiendo el legitimismo visigodo invocado por los reyes un invento “ideológico” tardío, no se sabe bien por qué. Otra suposición es que el reino visigodo había quedado olvidado muy pronto después de la invasión musulmana. Suposición añadida es que el reino de Toledo se encontraba en descomposición o decadencia cuando llegaron los invasores, “explicando” así la rápida victoria islámica. No faltan tampoco los que niegan que hubiera tal invasión. Ni, por supuesto, una reconquista. Algunos aluden al hecho de que la palabra “reconquista” es muy tardía (antes se la solía llamar restauración): estas personas parecen creer que la gente no tenía cabeza antes de que se inventara la palabra para nombrarla. Es más, tampoco existiría siquiera un concepto de España, a no ser meramente geográfico, algo así como los Balcanes, el desierto de Gobi o el mar Caspio: España, como concepto cultural o político, no habría existido hasta las fechas muy posteriores que quiera ponerle cada profesor o historiador de la galería.
Es increíble la cantidad de teorías, algunas perogrullescas, otra simplemente disparatadas, en relación con aquella invasión y la larga lucha contra ella. La actual universidad, en concreto, fabrica al respecto charlatanería a destajo, con el agravante de que muchos profesores la imponen despóticamente a los alumnos. En todas estas variadas historietas hay un fondo común, del que nacen tales teorías: la aversión a la idea de España. He estudiado un poco esa aversión, que toma gran fuerza desde principios del siglo XX y marca o contamina tanto la historiografía como las políticas y que, entre otras cosas, condujo a la guerra civil; y actualmente a un proceso disgregador y golpista más dañino cada año que pasa.
Por lo demás, la pregunta básica sería: ¿Por qué la historia posterior a la invasión islámica ha sido tan diferente en la península hispana y en el Magreb o las demás regiones conquistadas y asentadas por el islam? En La Reconquista y España
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El fondo de la crisis
**Dos manías de la derecha que prueban su inepcia analítica: el doctor “quiere el poder por el poder”, y “es un mandado” de misteriosos “amos”. Él obra así porque tiene esas convicciones. Y tampoco el PP obra por complejos. Los complejos son de sus votantes, en todo caso.
**No es cierto que el doctor quiera el poder por el poder. Eso es más bien el PP. El doctor cree tener una misión histórica: destruir la herencia del franquismo, es decir, la unidad nacional, la democracia y la monarquía.
**El fondo de toda la crisis y de toda la política española descansa sobre dos puntos de los que casi nadie quiere hablar: vindicación del franquismo como origen de la democracia y la monarquía; y urgencia de la neutralidad cuando OTAN y UE preparan una nueva gran guerra europea.
**Tradicionalmente socialistas y separatistas han ido aliados, de hecho o de derecho. A partir de Aznar se les ha unido el PP. Muchas veces lo he explicado.
**Los separatistas odian a España. Pero odian aún más a los vascos, catalanes, gallegos, andaluces, etc., que según ellos no solo estaban esclavizados por España durante siglos sino que, en el colmo de la abyección, se sentían ellos naturalmente españoles.
**La base de los separatismos vasco y catalán especialmente era la pintoresca pretensión de ser razas superiores a los demás españoles. Antes de la guerra lo decían abiertamente, después de la derrota nazi, disimulan. Pero siguen igual
**Aunque el cristianismo nunca se ha ido de Occidente, hoy no es posible definir a este por aquel, como lo era en tiempos ya bastante lejanos. En la crisis que sufre, tanto el cristianismo como Europa occidental.
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Tiempo y país (III) En la transición, el espíritu había cambiado
Al terminar el franquismo me llamó la atención el abandono de todo espíritu épico por la izquierda. La lucha contra la terrible tiranía franquista, ¿no debiera haber generado un relato de esfuerzo y heroísmo? Solo el PCE podría haber intentado algo de ello, pero apenas lo hizo. En cambio triunfó enseguida el espíritu del PSOE, que podríamos llamar lúdico-hedonista, hay que decir que a un nivel muy pedestre. Así lo definieron ellos mismos. Esto me sorprendió mucho por su incoherencia, como explico en De un tiempo y de un país. Sin embargo tenía una clara lógica, por cuanto el PSOE no hizo oposición real al “régimen genocida”, pues sus dirigentes y escasos militantes se habían preocupado más bien de prosperar en él, incluso dentro de su funcionariado, con aquel estilo diríamos entre juguetón o lúdico, y placentero, incluyendo en aquel placer la queja y la crítica a Franco. “Contra Franco vivíamos mejor”, como dijo alguno, sin percatarse de la ironía.
Para culminar la broma, el propio régimen había ayudado al PSOE a reorganizarse hacia el final. Lo había hecho por una mezcla de olvido de la historia y de esperanza de que tal partido hubiera aprendido algo de su propio pasado. Pero lo que hizo el PSOE fue tratar de torpedear el tránsito a la democracia. Si bien a la vista del fracaso, su sentido pragmático le hizo aceptarla a medias y por un tiempo más o menos largo. Que ya se está acabando.
Pero De un tiempo y de un país se refiere al PCE(r)-GRAPO y apenas habla del PSOE, que a efectos prácticos no existía por entonces. Nosotros, con la idea alucinada de una revolución de estilo soviético –la misma del PSOE en los años 30–, sí luchábamos con el mencionado espíritu épico contra los “genocidas”. Lo cual alarmó enormemente a los lúdico-hedonistas, varios de los cuales habían sido confidentes de la policía franquista. Y que hicieron lo indecible por presentar al PCE(r)-GRAPO como si se pareciese a ellos. Leyenda que perdura entre los necios, de los que ya dice la Biblia que son infinitos.
En Galería de charlatanes menciono la indignación que me produjo comprobar, en los propios archivos del PSOE, la manera, tan desvergonzada como masiva, con que se venía mintiendo a los españoles sobre su propia historia.
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Rusia y Europa (I) ¿Rusia salva a Europa?
Conviene prestar atención a problemas que suscita la guerra en Ucrania, en que diversos países cercanos a Rusia se siente amenazados por Rusia, en que Rusia se siente amenazada por los herederos de Napoleón y Hitler, en que no acaban de estar claros los designios de la UE y la OTAN… Y que podría volverse incontrolable y extenderse al resto del continente.
Los rusófilos señalan que Rusia ha salvado a Europa en al menos cinco ocasiones: en el siglo X, cuando la Rus de Kíef optó por el cristianismo ortodoxo y no por el islam, como pudo haber ocurrido. Entonces Europa centro-occidental sufría el acoso del islam por el sur, los vikingos por el norte y los magiares por el centro. Un islam desde el este, desde el poderoso imperio de Kíef habría podido da el golpe de gracia a una Europa acosada por todas partes. La segunda ocasión sería la batalla de Kulikovo, en el siglo XIV, primera gran derrota, aun si no todavía decisiva, de los tártaro-mongoles, aliados en aquella ocasión con lituanos y genoveses. En general, Rusia había ido absorbiendo desde el siglo anterior lo más peligroso de las invasiones mongolas, y desde el siglo XVI su expansión por Siberia, Rusia había eliminado el peligro de las invasiones asiáticas, recurrentes durante un milenio. Pero, en general, estos beneficios han sido poco apreciados en la Europa centro-occidental, donde Rusia siempre inspiró una mezcla de aversión y temor
Cabe señalar cierto paralelismo con España, cuya Reconquista absorbió unas fuerzas musulmanes que de otro modo habrían amenazado mucho más directamente a la Europa occidental, y que, ya en el siglo XVI, tuvo a raya el nuevo empuje conquistador islámico otomano, sin que todo ello fuera muy apreciado en la Europa centrooccidental, donde primó más bien la aversión a España, mezclada con temor durante un siglo y medio, y con desprecio posteriormente. Es un paralelismo curioso, aunque, desde luego, no debe exagerarse su importancia: todos los países tienen similitudes y diferencias con otros, y desde luego la historia de España es bien diferente de la rusa.
Si venimos a los siglos XIX y XX, puede decirse que, al derrotar a Napoleón y a Hitler, Rusia habría librado nuevamente a Europa de dos opresivas tiranías. Cabe incluir la I Guerra Mundial, cuando la intervención rusa ocupó una gran parte de las fuerzas alemanas que de de haberse volcado en el frente occidental habrían vencido probablemente a las anglofrancesas.
¿Es cierto lo anterior? En parte sí y en parte no. Pero nos ilustra sobre varias grandes líneas de fuerza en la historia europea y nos plantea diversos problemas, también sobre el concepto de Occidente. Es muy llamativo que tanto Napoleón como Hitler fueran europeístas, en el sentido de aspirar a una unión europea, hegemonizada por Francia o por Alemania, la cual habría exigido la eliminación política –por lo menos política– de Rusia, percibida o pretendida como una permanente amenaza bárbara sobre Occidente. Es significativo también que en ambos casos Inglaterra se aliase temporalmente con Rusia para derrotar a ambos europeísmo. Y hoy la historia parece repetirse, con la diferencia de que la parte anglosajona aparece unida a la europeísta contra Rusia..
Por lo que respecta a España, su contribución de la derrota de Napoleón tuvo la mayor importancia, y de otro modo la tuvo también su neutralidad en las dos guerras mundiales, particularmente en la segunda. Y hoy se le presenta el dilema de actuar como país independiente o bien supeditado a los intereses de unas potencias que son cualquier cosa menos amigas y aliadas de España
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Dicho en pocas palabras: ¿Tiene futuro la Hispanidad? 318 – El problema de la Hispanidad | Síndrome Losantos (youtube.com)