En “Una hora con la Historia”:
324 – Un europeísmo vacuo y una salud social excelente | España sin ley ante guerra europea – YouTube
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Un desastre anunciado
***La consagración del golpismo por la amnistía y los preparativos de guerra en Europa componen una situación histórica nueva, que obliga a nuevas concepciones políticas.
***Firmando la seudoamnistía, el rey se ha alineado suicidamente con los golpistas y liquidado la Constitución. Pero a casi nadie le importa. Preparan en la UE la ampliación de la guerra de Ucrania y tampoco preocupa a casi nadie. ¡País de enterados!
***Generalmente los grandes desastres llegan entre la indiferencia y la incredulidad de la mayoría, ciega a sus anuncios.
***La neutralidad no solo es indispensable para asegurar nuestra independencia, sino también para deshacernos de una chusma política indigna y mafiosa
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Baroja y la novela
Expone Pío Baroja: Para unos, la lectura es como un abrigo necesario para preservarse de las inclemencias de la verdadera vida; para otros es una fuente abierta el mundo de lo ideal; para otros es un calmante. Se lea por una causa u otra, es lo cierto que la novela, para el hombre moderno, forma un segmento importante de su existencia, y a veces el más agradable. Dejando aparte la expansión del cine, con los mismos efectos, habría que pensar por qué es así, por qué nuestra psique necesita la ficción literaria y más en general artística como si sin ella le fuera difícil sostenerse en la vida.
Que la psique necesite “entretenerse”, quizá para hacer soportable la vida real, lo demuestra entre otras cosas la masiva industria del entretenimiento. Pero más allá de la simple diversión, se trata de encontrar un sentido o significado a la experiencia humana. Los filósofos se empeñan en dar con él recurriendo a la razón, sin conseguirlo nunca del todo. E incluso cuando concluyen que la búsqueda es inútil porque no existe tal sentido, lo encuentran paradójicamente en la misma afirmación del sinsentido: en la libertad, según Sartre.
El arte, en particular la literatura y dentro de ella la novela, recurren al sentimiento mucho más que a la razón con el mismo objetivo implícito: al narrar las aventuras y desventuras de los personajes nos hacen sentir en ellas un significado que escapa a la pura elaboración racional. Más o menos lo que viene a decir Steiner “El heroico esfuerzo del espíritu humano por imponer orden y una interpretación al caos de la experiencia”. Esto parece más bien propio de la actividad filosófica. La calidad de la literatura dependerá en todo caso de la agudeza con que logre transmitir ese sentimiento bajo unos relatos o imágenes que, aun sabiendo que son ficticios, nos impresionan como si ellos contuvieran una verdad inexpresable de otro modo.
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Los tontos y los listos
**Dice Abascal que Feijóo estafa a sus electores. Es verdad, pero también lo es que sus electores están encantados de que los estafen: llevan varias décadas así, y tan a gusto.
**Dice Pujoliño Feijóo que se ha repartido el poder judicial con el PSOE para que los jueces no estén al servicio de los partidos. El descaro absoluto de los mafiosos.
**¿Por qué el PP es auxiliar del PSOE? Porque los dos comparten las políticas básicas: 2030, LGTBI, “memoria”, “género”, satelización a Gibraltar, pérdida de soberanía, apoyo a los separatismos, etc. Todo ello resumible en dos puntos: ataque a la unidad nacional y a la democracia.
**Una masa de ingenuos, ignorantes y simples tontos apoya indirectamente al PSOE votando a su auxiliar el PP. Masa conducida por algunos que no son tontos, ni ignorantes ni ingenuos, como Jiménez Losantos.
**¿Es de extrema derecha defender la unidad y la soberanía de España? Pues seamos de extrema derecha. ¿Es de extrema derecha defender las libertades democráticas? Pues seamos de extrema derecha. ¿Es de extrema derecha defender la independencia judicial? Pues…
**Una historia que llama “bando republicano” precisamente al que destruyó la república es ya de entrada una historia de chiste.
**Una manía de los historiadores pedantes es invocar su “metodología” (en lugar de método). Llegan a las conclusiones más disparatadas, pero se amparan en la “metodología” que les lleva a ellas. O al revés: a sus disparates previos adaptan la “metodología” adecuada
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Jayam (II), primer verso. Azar y misterio
El primer verso del cuarteto de Jayam dice: “Vine al mundo sin mi consentimiento”. Ello expresa un contraste radical con mi autoconcepción como persona que se guía por su voluntad y no acepta, o al menos no quiere aceptar imposiciones. Y sin embargo lo más fundamental, su llegada al mundo, su propia existencia, es un hecho completamente ajeno a cualquier voluntad, protesta o consentimiento propio. El choque con lo que viene después, con la vida más o menos consciente, al menos desde la juventud, parece total: la fuerza, por llamarla así, que nos ha traído a la existencia, es completamente ajena a nosotros. Sus intenciones, si las tuviera, están fuera de nuestra comprensión, son un completo misterio para nosotros.
Mirándolo de un modo por así decir científico, percibimos que nuestra existencia depende del azar, totalmente imprevisible, de que un espermatozoide entre millones posibles fecunde a un óvulo, en un acto sexual asimismo azaroso y cuyo resultado no depende de la voluntad de la pareja. Algo muy distinto de las relaciones de causalidad y finalidad, a las que estamos habituados en el mundo en que mejor o peor nos desenvolvemos y orientamos. De ese azar irreductible depende algo ya no tan azaroso y al menos en parte investigable: las características somáticas y en gran parte psicológicas de la persona resultante, que condicionarán su estancia en el mundo profundamente, aun si no de modo determinante.Aquí el azar también interviene, aunque de otro modo.
Hay una diferencia entre azar y misterio. La casualidad irreductible, el azar, significa que mi existencia, la existencia en general, carece de sentido o significado. Esta podría ser una constatación científica. La ciencia constata la ausencia de sentido, no solo en el azar, sino también en las leyes probabilistas o deterministas. El misterio, en cambio, supone un sentido, aun si incognoscible, y moviliza el sentimiento, y a través de él, diversas especulaciones e investigaciones. El sentimiento del sentido o finalidad trabaja sobre la propia experiencia de la vida humana: si esta se gobierna por el sentido de sus actos concretos, debe haber también un sentido en el conjunto de ellos, el conjunto de su vida.
Nuestra psique no acepta la idea insoportable de un sinsentido esencial, humano y cósmico. Podríamos pensar que la búsqueda y la propia idea de sentido fuera una ilusión causada por nuestra impotencia. Pero sería en verdad extraño que el mundo físico, el cosmos regido por leyes y azares sin finalidad, hubiera dado lugar a un ser capaz de regirse incluso angustiosamente, por la noción contraria.