Antiliberalismo separatista y separatismos menores

Blog I. Ante el fin de un ciclo histórico: http://www.gaceta.es/pio-moa/ciclo-historico-06052014-1356 

********************

No deja de resultar  chocante que los forjadores del los nacionalismos vasco y catalán hayan unido el racismo a un ferviente catolicismo, pese a la dificultad racional de combinar ambos y al carácter católico de España. La causa puede encontrarse en la victoria del liberalismo y la consiguiente derrota del tradicionalismo en la última y definitiva guerra carlista, en los años 70 del siglo XIX. Habiendo sido Cataluña y Vascongadas  dos de las regiones más intensamente partidarias del Antiguo Régimen, surgió en algunos sectores de ellas la decepción hacia una España en la que una y otra vez triunfaban los liberales, y la idea de ser ambas regiones las más auténticamente católicas. Como decía Arana,  Antiespañol y antiliberal es lo que todo bizkaíno debe ser“. La “raza” vasca sería constitucionalmente católica, rasgo que volvía a separarla decisivamente de los maketos, según explicaba:  “¡Católica España! Y ¡afirmarlo ahora que cualquiera (…) lee periódicos y libros! (…) No es posible, en breve espacio, mencionar siquiera concisamente los hechos pasados y presentes que prueban bien a las claras que España, como pueblo o nación, no ha sido antes jamás ni es hoy católica”.  Desde tiempo inmemorial, los vascos habrían impuesto la moral católica a las capas dirigentes, mientras que las capas dirigentes españolas habrían fracasado en hacer realmente católica a la masa de maketos. Y el  nacionalismo catalán fraguó en buena medida en círculos eclesiales que veían en el liberalismo una amenaza y reivindicaban la tradición religiosa catalana. No obstante, debe tenerse en cuenta que  el carlismo era, y en general es, fuertemente españolista y defendía los viejos fueros  como propios de la unidad española, en contraste con el centralismo traído de Francia. Así, debe destacarse la ausencia de evolución separatista, por entonces, en Navarra o Álava y otras zonas de fuerte influencia carlista.  

   También influyó  en el antiliberalismo la llegada de trabajadores de otras regiones, bastantes de ellos desarraigados e ignorantes, alejados de la religión por el debilitamiento o pérdida de lazos familiares,  la explotación y   las condiciones de vida, con frecuencia miserables. En ellos prendieron las doctrinas socialistas y anarquistas que les prometían un mundo feliz y les señalaban un enemigo. Muchos vascos y catalanes de clase media miraban a esos obreros como fuente de inmoralidad,  subversión y violencia, y, si bien se beneficiaban de ellos,  les oponían un pasado ideal de catolicidad  y moralidad estrictas, aún persistentes en sus regiones, pero  supuestamente  perdidas en el resto del país. Parte considerable del clero  desempeñó un papel importante en el auge nacionalista en las dos comunidades.

     En Vascongadas, el PNV mantuvo un intenso antiliberalismo, que,  en una rama de él,  la ETA, concluyó en un revolucionarismo de tipo marxista. En Cataluña la evolución siguió otro rumbo: el nacionalismo  de Prat, bajo el liderazgo de Cambó evolucionó lentamente hacia un regionalismo españolista, y sus contradictorias aspiraciones, imperialistas derivaron hacia un liberalismo templado. También Arana prohijó hacia el final de su vida una transformación en apariencia españolista, al parecer planeada para fomentar otros separatismos que pudieran terminar disgregando a España. Fuera esa la intención o no, sus seguidores persistieron en la orientación inicial, aunque a lo largo del tiempo oscilaran con fases menos radicales.  El nacionalismo catalán de izquierda cuajará en 1931 en la fusión de tres partidos menores en la EsquerraRepublicanade Catalunya. Al comenzar la República, la Esquerra desbancó al catalanismo de derecha y radicalizó su separatismo, tomando un tinte jacobino, exaltadamente anticlerical, aunque admitía a algunos católicos.

Otros separatismos

    Como efecto de la crisis del 98, surgieron nacionalismos menores en otras regiones. Mencionaré brevemente el andaluz y el gallego. Un notario malagueño, Blas Infante, pergeñó una doctrina no mejor ni peor que las de Prat o Arana. Preconizaba “Vivir en andaluz, percibir en andaluz, ser en andaluz y escribir en andaluz”. Según él, “el lenguaje andaluz tiene sonidos los cuales no pueden ser expresados en letras castellana. Al “alifato” (alfabeto árabe), mejor que al español, hay necesidad de acudir”.  Por tanto había que “reconstruir un alfabeto andaluz  reflejo de “una gran cultura pretérita”, para separarlo del español. Admitía tres grandes naciones andaluzas en la historia: Tartesos, la Bética romana y Al Ándalus, finalmente arrasadas por la miseria y opresión españolas. La Andalucía islámica debía servir de modelo para recuperar la “conciencia andaluza”.  Como Arana inventó una bandera peculiar, Infante ideó otra “andaluza”, con los colores de los omeyas y almohades. Ante las burlas y críticas, declamó: “¡Qué gobierno, qué país! Llegar a sentir alarma por el flamear de una bandera de inocentes colores blanco y verde! Le hemos quitado el negro como el duelo después de las batallas y el rojo como el carmín de nuestros sables, y todavía se inquietan!”.  Enfervorecido por Al Ándalus (que no designaba a Andalucía, sino al conjunto de la península en poder musulmán) parece haberse convertido al islam, peregrinó a Marruecos y escribió dramas en honor de Al Motamid y Almanzor. Al terminar la I Guerra Mundial escribió: “Sentimos llegar la hora suprema en que habrá de consumarse definitivamente el acabamiento de la vieja España.  Declarémonos separatistas de este Estado que  (…) conculca sin freno los fueros de la justicia y del interés y, sobre todo,  los sagrados fueros de la Libertad (…) Avergoncémonos de haberlo sufrido y condenémoslo al desprecio”.  Fusilado por los nacionales en la guerra civil,  el notario fue  declarado en la transición “padre de la patria andaluza”, y su bandera musulmana la de Andalucía, por los partidos de izquierda y derecha. La región se convirtió en “nacionalidad histórica y en un estatuto posterior, “realidad nacional”, con apoyo de PP, PSOE, IU, partidos cuya evidente hispanofobia queda de relieve.

   El nacionalismo gallego fue teorizado sobre todo por Vicente Risco. Galicia debía superar su desgraciada historia en España recobrando su raíz céltica que la hermanaba  con Irlanda, Bretaña o Escocia. También reivindicó el reino suevo y un “atlantismo” que unía a Galicia con Portugal: “La misión histórica de Galicia y Portugal  es la de oponer al mediterraneísmo el atlantismo, fórmula de la Era futura. Detrás de nosotros, España entera, infestada de mediterraneísmo (…) se incorporará a la civilización atlántica”. Los nacionalistas catalanes loaban el mediterraneísmo como compendio de orden, serenidad y espíritu, pero Risco los juzgaba “razas ya sin fuerza creadora”. Había, en fin, que “restaurar a Atlántida”. Risco, intelectual no vulgar, terminó apoyando a Franco. Es difícil saber si se creía realmente sus nebulosas construcciones céltico-atlantistas, pero Arana y Prat sí se creían las suyas, y quizá Infante también.  Como fuere, ni el nacionalismo gallego ni el andaluz ni otros como el canario o incluso el castellano, han cundido tanto como el  vasco y el catalán. 

En resumen,  los dos nacionalismos aquí tratados  han cambiado sus expresiones por motivos de oportunidad política, especialmente después de la II Guerra Mundial. Un cambio importante en los separatismos de derecha ha sido su parcial abandono del catolicismo, aunque el PNV ingresó en la Democracia Cristiana, y parte importante del clero vasco y catalán ha seguido apoyando el separatismo, incluso el ateoide de la ETA. Las derivas terroristas en los separatismos ya se manifestaron en los años 20, y con la ETA alcanzarían su máximo.

  Pero, cualesquiera formas hayan adquirido, permanecen dos ideas clave: a) vascos y catalanes serían esencialmente distintos de los demás españoles, es decir, no serían españoles; y b) España sería un ente  fundamentalmente opresivo, atrasado y nefasto.  La diferencia atribuida a vascos y catalanes,  se exponga como racial, lingüística, o de cualquier otra forma, implica superioridad, pues de otro modo no tendría mucho sentido. Vascos y catalanes, superiores racial, cultural o europeamente,  estarían por tanto  sojuzgados por gentes agrupadas en España, un estado poco definido pero caracterizado por una inferioridad y maldad esencial. Basta atender  a la propaganda de estos movimientos para percibir un permanente ensañamiento denigratorio hacia España que recoge y amplifica los tópicos de la Leyenda Negra. Propaganda necesaria, por otra parte, para cambiar la mentalidad de vascos y catalanes, pues estos,  durante siglos, se han sentido y considerado españoles.

  Que las concepciones separatistas carezcan de apoyatura histórica no es muy importante, porque la propaganda siempre puede moldear  el pasado para adaptarse a ideas preconcebidas, máxime si la crítica que recibe es floja o reducida, como ha sido el caso. En esencia, estos separatismos  combinan el narcisismo de creerse distintos y mejores, con el victimismo de sentirse avasallados por poderes que les impiden llegar a ser la maravilla que imaginan. Esta combinación puede alcanzar una fuerza extraordinaria entre las masas, baste recordar el nacionalsocialismo alemán.

 La consecuencia práctica de estos nacionalismos es doble. Por una parte tienden a separar y crear hostilidad entre unas regiones y otras, y por otra a dividir a la población regional entre “buenos” y “malos”, según acepten o no sus doctrinas.  Los separatistas se proclaman automáticamente representantes del pueblo, piense lo que quiera la mayoría de él. Ello tiene, desde luego, poca relación con la democracia tal como normalmente se concibe. Con tal enfoque, las elecciones, por ejemplo, son un método aprovechable, pero nunca serán admitidas las votaciones adversas. Ocurre algo parecido con los comunistas, autoproclamados representantes del proletariado, voten lo que voten los obreros, y que utilizan las elecciones de modo similar.

Esta entrada se ha creado en presente y pasado. Guarda el enlace permanente.

11 Respuestas a Antiliberalismo separatista y separatismos menores

  1. CCURIOSO dice:

    Ha hecho D.Pio un  buen resumen de la cuestión.Aunque yo añadiría una cosa mas, la masonería haciendo el trabajo denigratorio de España, los carlistas pasaron a ser nacionalistas separatistas aprovechando también el trabajo de zapa de la masonería.
     
    La masonería controlaba buena parte de la prensa en España.Es curioso observar que hay una lucha de adoctrinamiento,los católicos habían optado por desarrollar los colegios católicos y  buena parte de la educación superior estaba en manos de la Iglesia.Los masones decidieron invertir en la  prensa.Como apenas hicieron nada en educación, adoptaron una postura muy agresiva contra los colegios católicos intentando borrarlos del mapa.
     
    La denigración de España llevada a cabo por la prensa masónica, la aprovecharan los carlistas en ciertas partes de España  para pasarse al nacionalismo separatista.Antes el pueblo español de a pie  pensaba que España era lo mejor del mundo.

  2. CCURIOSO dice:

    A los españoles les llevan siglos machacando desde cierta prensa,con que fuera de España hay una arcadia feliz y perfecta, un mundo utópico, donde se atan los perros con longanizas y todos viven estupendamente cobrando mucho y trabajando poco, sin corrupción ni pobreza.Mientras que lo de aquí es lo peor del mundo.
    Unos dicen que para alcanzar  esa arcadia feliz hay que acabar con el catolicismo, bien desde el laicismo anticlerical  o bien convertirse al protestantismo.Otros dicen que para alcanzar esa Arcadia feliz hay que independizarse.
    Como se ve prometen el paraíso a sus seguidores,todo se arreglaría de un modo cuasi magico,claro que  esto de prometer paraísos ya se hace desde el S.VI d.c , como se ve no es nada nuevo.
     
     
     
     
     

  3. CCURIOSO dice:

    Perdon, es desde el S.VII d.c.

  4. Catlo dice:

    Los profesores que se permiten humillar a los alumnos mediante un aprobado general deberían ser automáticamente apartados de la docencia.
     
    Aprobado general si se logra un apoyo del 70%

  5. Catlo dice:

    Supuestas buenas intenciones, desastrosas argumentaciones:
    PP, PSOE y UPyD coinciden en expulsar a una ‘Cataluña independiente’ de la UE

  6. Hegemon dice:

    Diculpar mi ignorancia pero yo siempre había creído que los colores de la bandera de Andalucía, verde y blanco, se debían al verde de sus montañas y al blanco por las olas del mar que la baña, según me comentaron varios andaluces. No sabía que era invención del botarate este.

  7. Hegemon dice:

    Bueno, quedo tranquilo y puedo bien exculpar mi ignorancia conociendo la que manejan los políticos de España cuando homenajean y reconocen a desequilibrados mentales como los que nos retrata Moa.

  8. Arcangel dice:

    Una tonadilla para animar el espíritu de los inquebrantables.
    Patriotas y/o Creyentes que abundan por aquí:

    http://www.youtube.com/watch?v=RyfCTZB6Nrk

    Saludos 

  9. LeonAnto dice:

    Hoy, hace sesenta años que los franceses capitularon en Dien Bien Phu:

     http://www.dienbienphu.org/spanish/index.htm

  10. Anselmo dice:

    -
    Patriotas y/o Creyentes
    -
    ¿Se puede ser patriota sin ser creyente? ¿Se puede ser creyente sin ser patriota?
    -
    ———————–
    -
    No deja de resultar  chocante que los forjadores del los nacionalismos vasco y catalán hayan unido el racismo a un ferviente catolicismo, pese a la dificultad racional de combinar ambos y al carácter católico de España.
    -
    Es que los sistemas de pensamiento se pueden combinar más o menos bien cuando uno los desconoce, o bien, la verdad es que uno mantiene constantemente ideas contradictorias sin ser conciente de la circunstancia. Lo que le da unidad al conjunto de pensamientos contradictorios es el sentimiento. Eso y una instrospección de poco calado.
    -
    ————————-
    -
    Que le debía a Lead dos comentarios. Por la falta de tiempo apachurro uno.
    -
    Me recordaba Lead sobre la existencia del museo de antropología en la Ciudad de México. Al recordar eso me acordé de que había una exposición de cerámica griega que trajeron del Louvre. Y pues eso. Fui al museo en cuanto pude.
    -
    El museo está muy maltratado. Parece lo que es: una construcción setentera que apenas ha recibido mantenimiento.
    -
    Como tenía que completar otros asuntos me conformé con pasar a la exposición de la cerámica griega, que es temporal.
    -
    Llegué con la idea de que quedaría asombrado, pero la apatía no se me quitó. Sobreabundaban las cráteras y los lécitos. Por ratos trataba de imaginar cómo era la vida en aquellos tiempos. Tal vez la gente estaba más centrada. La música sería más valiosa. Hoy en día, si quieres oír música pues pones música y ya. Me parece que en aquellos tiempos, sin acceso siquiera al ruidero de los automóviles, la gente se pasaba el día escuchando por fuerza el viento y los sonidos lejanos. Alguna vaca, según las onomatopeyas griegas, hacía myyyyyyyyyyyyyyyyy de repente. Y si estabas en el pequeño taller te ponías a tararear en el mejor de los casos. Oías el canto de los gallos. Me imagino que vivían los griegos como cuando se nos va la electricidad. A un mundo sin electricidad habría que agregarle la no existencia de la gasolina y, además, la ignorancia total sobre las dimensiones del mundo.
    -
    Y, sin embargo, no era un mundo mejor. Allá, a lo lejos, en las casas buenas, aristócratas, tiranos y demagogos, según la polis, se pasaban la vida conspirando. Uno que otro amanecía envenenado. Uno que otro recibía unas buenas puñaladas. Uno que otro recurría a diversas brujerías para asesorarse o para protegerse de los enemigos políticos. Y la gente no alcanzaba la altura (física) de los europeos actuales. Las mujeres casi no salían de casa. Es seguro que muchos tenían parásitos en los pulmones y en el hígado. Todo desprendimiento de retina resultaba una desgracia. No conocían el café. Quitaban las manchas de la ropa con orines viejos. Y más allá de los hermas, más allá de los mares que conocías, el rey persa, zoroastrista, ponía los ojos en tus tierras. De vez en cuando sobornaba a tus jefes.
    -
    Se me hace difícil imaginar las fiestas. Las flautistas tenían que estar buenas. Supongo que el vino griego era más o menos como el vino para consagrar. Se lo tomaban rebajado con agua. ¿Cuáles serían las proporciones?
    -
    Y se lo tomaban a temperatura ambiente, lo más seguro. Un tipo dice que el vino seguramente tenía un toque de aceite de pino. Imagina que bebes limpiapisos, decía.
    -
    El pan no era blanco.
    -
    Y en ese mundillo tan extraño hicieron tantas cosas.
    -
    Tampoco este es un mundo tan normal. En una de las salas interactivas algunas señoras gordas se acostaban en unos sillones blancos. Veían del techo doce círculos, quizás trece, que mantenían entre sí diversas conexiones, más o menos como en las tarjetas verdes que traen los aparatos. Dentro de cada círculo aparecía la imagen de un dios. Hefesto, por ejemplo. Las líneas indicaban las relaciones familiares entre los doce/trece olímpicos, según una versión estandarizada. Y eso era todo, pero ahí estaban las señoras, a modo de spa.
    -
    La sección de souvenirs era entretenida por aquello del mal gusto. Te vendían sellos con la imagen de Atenea. O tazas rojas con el alfabeto griego en versión dorada. O adornos para colgar de las paredes con las imágenes de Afrodita o Apolo. Los adornos solían ser púrpuras (dato para los conspiranoicos).
    -
    También había copias fidedignas de algunas piezas. Una me gustó, pero costaba como 380 euros. No valía la pena. La pieza acabaría de maceta o la llenaría con objetos pequeños e inclasificables, como carretes de hilo, aspirinas, tarjetas de descuentos, bolígrafos, fotos viejas, etcétera.
    -
    La mayoría de las fotos que tomé no me gustaron. No tiene sentido tomar fotos de algo que está protegido por vidrios. Se nota el reflejo del vidrio y también la cadenita que le ponen a las piezas para que no te las robes.
    -