****Muy ilustrativo el estudio comparativo de Luis del Pino por regiones (gasto público, deuda, etc.). Muy recomendable: http://www.libremercado.com/2012-09-09/comparaciones-odiosas-entre-autonomias-1276467867/
****Blog Gaceta: Condiciones para ser demócrata / ¿Historia, aventura, filosofía? http://www.intereconomia.com/blog/presente-y-pasado/condiciones-para-ser-democrata-historia-aventura-filosofia-20120908
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No estoy muy seguro de que el impulso ético español sea más fuerte que el de otros pueblos —actualmente parece más bien lo contrario, basta mirar la televisión, por poner un ejemplo—, pero en todo caso sólo tendrá valor si pierde algo de la rudeza y negatividad que lo han acompañado, al menos en el siglo XX y ahora mismo.
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RECUERDOS SUELTOS
Dos monasterios gallegos
Hace muchos años quedaba a veces en Galicia con mi hermana Begoña, creo que para pasarle ejemplares de la revista Contracorriente u otra propaganda que ella debía distribuir por Vigo. Con el tiempo descubriría que aquel esfuerzo apenas nos servía a quienes confeccionábamos el material, pues casi nadie se molestaba en leerlo, aun si lo cogían y lo pagaban. |
Aprovechábamos estas visitas para darnos un garbeo por la región. Ella se había hecho un nombre como columnista de la Hoja del Lunes de Vigo, muy leídas la hoja y la columna, y desde entonces se ha mantenido fiel a su izquierdismo, me inclino a suponer que por un sentimental apego al pasado. En muchas personas he encontrado esa fidelidad a los tiempos de juventud, embellecidos por la memoria y por encima de cualquier sentido crítico, y el de Begoña podría ser un caso, no voy a afirmarlo con rotundidad. Conviene distinguir, creo, entre la consideración fría de las ideas y el encanto, justificado o no, que a menudo nos llega de aquellos juveniles idealismos, cuando aún no nos habíamos vuelto tan prosaicos.
Uno de esos viajes fue en un invierno, no recuerdo cuál, pero señalado por el hecho insólito de que todo el interior de Galicia estaba cubierto de nieve. El coche patinaba a menudo sobre el pavimento, y mi hermana, que era quien conducía, sugirió renunciar a la excursión, pero la convencí de seguir. Tal vez esté mezclando más de un viaje, pero me parece que en este de que voy a hablar visitamos, entre otros, los monasterios de San Pedro de Rocas, en la provincia de Orense, y el de Monfero, en Coruña, ambos en ruinas y abandonados. A ellos solo acudían entonces algunos devoradores de emociones particulares.
Es curioso que, siendo comunistas, coincidiéramos en esa atracción por los viejos monasterios, manifestaciones de oscurantismo y opresión, según la doctrina. Contradicciones. Ya he contado la anécdota de cómo una vez pasábamos cerca del Museo del Prado, en un coche robado, y uno de los camaradas propuso quemarlo el día feliz de la revolución: “En definitiva, no es más que arte feudal y reaccionario”, explicó. No era fácil, desde nuestro ideario, oponerse a tales iniciativas progresistas; y más recientemente he oído a bárbaros y necios hablar de dinamitar el Valle de los Caídos…
Mi atracción por viejas ruinas monásticas dejaba de lado consideraciones doctrinales. Surgía de un nebuloso sentimiento de consuelo frente a la vulgaridad triunfante en aquellos años y que ha seguido triunfando, sin cansarse. De todas formas, probablemente siempre ocurrió algo así, y las quejas de los espíritus que se pretenden exquisitos se repiten en todas las épocas. Yo no me sentía muy exquisito, pero sí lleno de un profundo descontento, agravado por la desconfianza cada vez mayor respecto de las ideas en que había creído. Las ruinosas piedras daban testimonio indeleble de gentes retiradas del pedestre mundo habitual para vivir una vida por así decir más sublime, y acumular arte y ciencia, quién sabe si conocimientos poco comunes que valdría la pena investigar. No pensaba estas cosas muy en serio, pero la atracción persistía, como pasaba entonces a mucha gente en relación con los templarios, hasta que la moda pasó.
El monasterio de San Pedro de Rocas tiene dos notables peculiaridades: ser uno de los de más antigua fundación de Europa, en torno al siglo VI, y estar construido parcialmente dentro de la misma peña. Begoña y yo paseamos un buen rato entre las musgosas rocas y los sepulcros excavados en ellas. Aquellas tumbas habían albergado los restos de personas cuyas existencias solo podemos imaginar con una dosis excesiva de arbitrariedad, pero que sin duda tuvieron su lugar en el mundo. Quizá hombres notables por su inquietud intelectual, o bien limitados al afán de tener asegurado el condumio. De todo habría. La convivencia, aunque muy reglamentada, debía de ser difícil: las pasiones, las envidias, los roces, los odios, persisten a pesar de las convicciones religiosas, aunque estas, acaso, las atenúen, o mitiguen sus efectos. ¿Y el pecado de la acedía, el tedio, el hastío insoportable que atenazaba a muchos monjes, una angustia vital a menudo inmune a las prédicas? En plan más o menos freudiano, cabría atribuirla a la abstinencia sexual –en la medida en que se diera–, pero, con uno u otro nombre, aparece en todas las épocas y sociedades. Quizá las exigencias morales de la vida monástica hicieran, por aparente paradoja, más vulnerables a muchos espíritus.
Por aquellas rocas y parajes, pues, se habían movido generaciones de personajes que, por un motivo u otro, habían resuelto pasar los años de su vida de un modo no habitual. Sus sentimientos, pensamientos y anhelos se han desvanecido junto con sus cuerpos. ¿No andarán sus fantasmas por ahí, deseosos quizá de hacerse perceptibles de algún modo? Pero la creencia en los fantasmas es una forma de rebelión, ansiosa y temerosa a un tiempo, contra la evidencia. Aquello pasó, pasó radicalmente, sea eso lo que fuere. Las ruinas, se dice, son evocadoras, pero rara vez he conseguido una evocación clara. A menudo he intentado concentrarme para percibir algo de las tragedias o comedias que se habrán desarrollado en tales lugares, a veces sabiendo algo concreto de tales historias. Buscaba tan solo superar la opacidad de los objetos mediante una sensación intensa del pasado, pero casi siempre he fracasado en el empeño. Al cabo de largos minutos en que el pensamiento va de un lado a otro, uno abandona el lugar: las ruinas solo son ruinas.
Al monasterio de Monfero, bastante kilómetros al norte, llegamos separándonos de la carretera por una trocha suficiente para el automóvil. Caía una nevada impresionante, que cuando llegamos al sitio arreció hasta el punto de que apenas dejaba ver a unos pasos. Me parece que había uno o dos coches más parados junto a la entrada del edificio, poco visibles, como el edificio mismo, pero sin nadie en las proximidades. Apenas intentamos visitar los restos del monasterio, en su mayor parte construido ya en la edad moderna, aunque de origen muy anterior. Paseamos bajo los espesos copos y volvimos a entrar en el coche para disfrutar, refugiados, de la impresión de soledad y aislamiento. El mundo exterior se había desvanecido entre la cortina de nieve, la mancha de los murallones y los árboles se hacía notar difusa, y podíamos sentirnos sin esfuerzo en la edad media. Solo faltaba una violenta ventisca con el aire aullando entre las altas ramas de los robles y los pinos, pero aun sin ello el premio era suficiente.
Fue amainando la nevada, y poco a poco los campos, algunas casas dispersas y la carretera, a alguna distancia, se hicieron presentes con su trivialidad. Emprendimos la retirada. En un cruce de carreteras encontramos un pequeño restaurante donde servían comida gallega, seguramente la de mejor género de España, aun si poco refinada a juicio de los expertos. Era un poco tarde y, debido al mal tiempo, no había más comensales, o al menos no los recuerdo; pero nos sirvieron, y fue un yantar excelente, todavía bajo el encanto de la media jornada transcurrida. Una de esas jornadas que, sin detalles precisos, dejan en la memoria una sensación próxima a la felicidad.
Si, yo también creí durante un tiempo en esa superioridad ética del pueblo español pregonada por autores como Brenan que tenía entre otras la característica de no enterarse de nada respecto al tema, como cuando cuenta en su autobiografia que el “amigo” al que dejó encargado en su ausencia de cuidar de la amante que se había echado en el pueblo le dijo que todas las noches se había estado acostando con ella para comprobar si le era fiel (a Brenan).
La experiencia me ha enseñado que, prescindiendo de comparaciones que no estoy informado para hacer, en España hay bastante mala leche y navajeo en las relaciones humanas, por lo que es mejor no fiar demasiado de la supuesta bondad ética del “pueblo”.
Me parece que todos esos autores ingleses y franceses que propagaban el tópico ético nos veían como los ilustrados utópicos veían a los “buenos salvajes” desde una posición de superioridad muy acentuada, aunque es cierto que aquí veían cosas en las clases bajas que en sus países no veían, por ejemplo la falta de humildad y servilismo.
Esto son dos que se encuentran una lámpara maravillosa, sale el Genio y dándoles las gracias por haberle liberado dice que les concederá lo que quieran, con la condición de que el segundo en hacerlo se llevará el doble de lo que haya pedido el primero.
Y éste, después de mucho pensarlo, dice:
- “Déjame tuerto”
Al hilo del hilo y de lo que comenta Manuel
Esos autores foráneos y sus juicios de valor sobre los españoles hay que tomarlos con mucho escepticismo. Powell ya indicó que sobre los españoles, en Europa y sobre todo en Ingalterra, existía una ignorancia que había que eliminar donde los tópicos y la imagen distorsionada sobre nosotros duraba ya demasiado. Pero me voy a Pío Baroja que describe muy bien uno de los males, según él, de la sociedad española cuando viene a decir que tanto el señorito como el más humilde siriviente se creen de igual condición y se toman a mal una ofensa que necesita inmediata reparación.
Pues no recuerdo que a Baroja le pareciese mal ese rasgo español, que debía ser cierto en épocas pasadas cuando llamaba tanto la atención a los franceses,ingleses y alemanes.
Creo que es muy real la tesis de Claudio Sánchez Albornoz que dijo que en Castilla, debido a las condiciones que imponía la Reconquista, el feudalismo se asentó de forma tardía y menos completa que en la Europa Occidental, dándose con mayor frecuencia formas institucionales-políticas más democráticas como las behetrías y los concejos que tuvieron su reflejo en las cartas puebla y los fueros.
Ello configuró una idiosincrasia social en España con mayor dosis de libertad personal que en el resto de Europa occidental y no digamos oriental.
[La moral, según los teóricos social-comunitas, un concepto "burgués", de "derechas"]
Dice Moa en el texto de hoy:
“en la propaganda de las izquierdas (…) la apelación moral surge con extraordinaria fuerza a cada instante.
(…)
en la izquierda, incluso en la comunista, para la cual, al revés que para la anarquista, la ética no pasaba de ser un aspecto accesorio, convencional, una espuma de la sociedad de clases.
(…)
Podríamos ver ahí una especie de superioridad moral de la izquierda. “
En efecto, asi es la PROPAGANDA pero en los textos de los teóricos social-comunistas la moral es un valor “burgués”, de “derechas”, una parte de la “superestructura” creada por la burguesía dominante para mantener su dominio de clase. Los revolucionarios social-comunistas siempre consideraron a la moral, en esa línea, como un valor contrarrevolucionario, un freno que impide al buen revolucionario hacer lo que haya que hacer (robar, matar, engañar,…) para conseguir el fin previsto.
Y no sólo los grandes teóricos; individuos intelectualemente tan limitados como Zapatero no dudaron en reconocer, en su opinión, la ausencia de “valores y principios”en la política entendida desde la “izquierda”:
[del prólogo al libro de Jordi Sevilla, "De nuevo, Socialismo", escrito por Zapatero]:
“En política…todo es posible, porque carecemos de principios, de valores y de argumentos racionales para la resolución de los problemas”.
Pero en la lucha política en las sociedades occidentales, educadas en principios y valores de origen cristiano, es inteligente apelar a la moral, a las “buenas causas”, a las “buenas intenciones”. para movilizar el voto
Voy a empezar a leer, este libro que parece interesante:
“EL OCASO DE LAS AUTONOMÍAS. (El libro que ningún partido político quisiera ver publicado)”.
Se puede descargar gratis aquí:
http://www.bubok.es/libros/209799
Centeno escribe hoy con ayuda de una periodista alemana:
¡A ver si se enteran en Alemania y en el BCE: España no cumple ya ni de lejos los objetivos de deuda, ni de crecimiento ni de nada, y cuanto más dinero le den a este Gobierno, mayor ruina supondrá para las futuras generaciones de españoles, porque ni un euro de ese dinero irá a la economía productiva, solo a tapar los agujeros bancarios y al despilfarro de regiones y ayuntamientos! ¿A qué viene entonces entregar más dinero a un gobierno irresponsable y corrupto, que arruine más aún a varias generaciones de españoles?
http://www.cotizalia.com/opinion/disparate-economico/2012/09/10/otra-gigantesca-burbuja-financiera-y-de-deuda-7401/
Ni a la administración alemana, ni al BCE, les importan una higa los alemanes, Europa… y mucho menos España y los españoles. Y efectivamente no tiene sentido entregar todo ese dinero al gobierno español por las razones a las que alude Centeno y su colega. Lo cual no quiere decir que no sepan muy bien lo que están haciendo. Mientras los ciudadanos españoles sigan en la higuera, nos estarán machacando por los siglos de los siglos… Tanto no creo, porque no llegaremos a soportar más de unos pocos años…
Lo de Centeno es lo de siempre, lo cual no quiere decir que la razón no esté de su lado, pero me gusta más el primer comentario a la noticia, ese que cuenta como su cajera “con treinta y siete años de experiencia” dice que no ha visto cosa igual: primero de mes y el banco sin gente.
Me alegra.
A veces uno coincide con los perroflautas, pero porque a un imbécil le gusten las patatas con huevos no voy a dejar de comerlas yo.
Tienes razón Kufis. A mi me gustan mucho un par de huevos fritos, con patatas fritas, y pan recién hecho. Y me “zumba la pandereta” que le gusten también a Gordillo…
Malpharus:
Y tú sabes pefectamente lo que hay que hacer, ¿verdad?
El moralismo es soez, hipócrita y envidioso tanto en la derecha como en la izquierda. Los españoles somos muy dados a juzgar a los demás desde una perspectiva moral un tanto trasnochada pero hipócrita. No sé si, como insinúa Moa, esa moral es la codicia de los bienes del prójimo. Se llama entonces envidia, una cualidad que muchos han utilizado para caracterizar al pueblo español. También sirve para darnos cuenta de muchos rasgos de nuestro caracter. Hace meses mencioné a Carmen Iglesias cuando esta historiadora se refería a la idea de Humboldt sobre los españoles. Según el alemán, España era uno de los países donde la clase alta, la aristicracia y el pueblo llano apenas se distingue en costumbres, hábitos, alimento, forma de vestir, etc..rasgos que si se aprecian en otras partes de Europa.
Contrasta entonces, para mi, cierto moralismo español que si encierra cierto humanismo avanzado, con esa moralina de los españoles que sirve para la Telebasura, el chismorreo, los cotilleos, la envidia y juzgar a la gente como nos gustaria a cada uno que fueran los demás. Esto viene a colación por lo que a raiz de la decisión tomada por Adelson de contruir el complejo Las Vegas en Madrid este fin de semana. La moralina izquierdista se dirige a la forma de producir riqueza, la demagogia y la estupidez, igual que la moralina de los críticos de derecha sobre el mismo asunto. En esto coinciden. En España según como se cree riqueza y uno prospere así será repudiado o aceptado por la sociedad. Juicios morales que impiden el desarrollo del país con semejante idioteces morales que nada tienen de moral. Es lo que mencionaba Hayek de los “especialistas” Son los que dicen en qué y cómo se debe organizar la economía y la sociedad desechando lo que ellos no quieren, según su particular moral y crietrio, aunque lo despereciado sea lo bueno y lo que se imponga no valga para nada, salvo que está hecho y pensado por unos pocos “moralistas” que dirigen al resto. Por eso los eapoles nos comoemos la falacia de las renovables, en contra del mal “nuclear”. Por eso lso españoels apaludimos el trabajo mpublico, anheñnado entrar als ervicio del Estado, en vez de en la empresa privada o crear nosotros una.
La moral necesita matices y juicios de valor ponderados y no absolutistas. Por eso dicen muchos analistas del país que España ha perdido cierto peso moral y principios. Es cierto, para imponer otros muchos más perjudiciales, impuestos por la izquierda y aplaudidos por la derecha o asumidos, sin más.
Hace poco, ya no me acuerdo si en este blog o en el otro, alguien mencionó un libro de Luis González-Mata “Cisne, yo fui espía de Franco” que me llamo la atención, lo he conseguido en esta libreria de segunda mano que esta muy bien, pongo el enlace (que conste que no llevo comisión).
http://www.actiweb.es/calle59/
Me lo estoy pasando bomba, leyendo las putadas que los servicios secretos españoles del coronel Blanco, para los que trabajaba el autor, les hacían a los franceses, en pago a las que nos hacían ellos. Me reafirma en mi creencia de la sabiduría política de Franco.
¡¡Buena la ha armado!!!. Ese libro se hizo mención, por parte de algunos, para lo de Carrero Blanco y la CIA.
manuelp 12.25: Creo recordar que lo mencionó en el Blog de LD algún “conspiranoico”.
Compré el libro y lo leí cuando se editó, en la Transición.
La obra está muy bien, pero hay que tomar muchas cosas del libro con cautela, pues, el tal “Cisne” se arroga un protagonismo como si el fuera el “James Bond” español y no era más que un simple peón en el juego.
manuelp 12.25, parece ser que fue Katakrok:
“64 LeonAnto, día 9 de Febrero de 2011 a las 19:19
#56 Katakrok: “Luis Miguel González Mata, jefe de estancia de la CIA en España”, supongo que se querrá decir que González-Mata, era jefe de estación de la CIA.
Habiendo leído, hace ya muchos años, el libro, de González-Mata, “Cisne (su nombre clave): Yo fui espía de Franco”, hay que colegir que se trataba de un espía, pero un peoncillo del “Gran juego”, nada más.”
No he llegado todavía a lo de Carrero, pero lo que llevo leído es fiable razonablemente. Ahora que González-Mata- que efectivamente era un agente de no muy alta graduación- fuese COS (Chief of Station) de la CIA en España es absurdo de toda absurdidad, si lo veo escrito en el libro ya comentaré.
LeonAnto
Realmente, en las aventuras del tal “Cisne” no se puede decir que fuesen ningún “Gran Juego”, los servicios secretos españoles tenían muy poca importancia en el escenario mundial, pero se las apañaban para hacerles la puñeta a los franceses ayudando a marroquíes y argelinos a fastidiarles. Por otra parte González-Mata no niega que colaborase con la CIA, aunque esta también le podía jorobar a él, como en el asesinato de Trujillo o cuando le enchironó Ben Bella en Argelia.
Palabra de Máquina:
http://elblogdekufisto.blogspot.com.es/2012/09/once-y-siete.html
Saludos
manuelp 13.52: No le destripo el libro, pero sí que recuerdo, como interesante, la actuación de “Cisne”, en Mayo del 68.
LeonAnto
Estoy en ello- capitulo XVI- parece que dice (todavia no he empezado el capitulo) que fue la CIA la que organizó el follón para echar a De Gaulle que les tenía hartos con su antiamericanismo.
He conseguido el libro por 4€. Ya comentaré.
Hegemon
A mi me costó 5€, ¿es en el mismo sitio?.
No. Es en una libreria de Madrid. De libros viejos.
¿Es la edición de bolsillo de Argos Vergara de 1978?. Ese es el mio, de segunda mano pero impecable.
Si. Es de la edición de bolsillo de 1978. Suficiente.
Pues tiene guasa la cosa. Cuenta González-Mata que recibió en mano del general Ivanov Lazarev, primer adjunto de Boris Ponomarev, jefe del Servicio Exterior del KGB las fichas de un montón de izquierdistas (entre ellas de la OMLE con lo que a lo mejor iba la del sr. Moa) como contrapartida a haberles entregado- por orden del coronel Blanco su jefe- planos de las bases americanas de Torrejón y Rota que- y esto es lo gracioso- habían llegado a manos de Blanco porque un militar americano que se fue de España había vendido los muebles de su casa en el Rastro y se había dejado los planos supersecretos olvidados en un cajón donde fueron descubiertos por el chamarilero y entregados a la policía. Así son las conspiraciones muchas veces, tan chapuzas como la vida real.
Eché hace años un vistazo al libro de González Mata y me pareció una filfa. Nunca sabes qué es verdad y qué mentira en sus historias. Le falta lo que se necesita para ser creíble: un mínimo de disciplina mental y de sentido de las proporciones. Desde luego, el tal Lazarev no tenía la menor idea de la OMLE (seguramente sí del PCE) pero el Mata lo pone para darse pisto. ¡Lo que no sabrán esos espías! Lo de los planos de las bases suena a la misma fantochada.
Pues a lo mejor será así sr. Moa, aunque me parece que usted no da ningún dato “creible” de que los servicios soviéticos no tuvieran ni idea de la OMLE. Y lo de los planos igual. En su libro sobre la Orquesta Roja-una de las más potentes redes del servicio de informacion del ejército rojo (GRU) en la segunada guerra mundial, Gilles Perrault dice como desde la sede de Moscú se mandó un radiograma en el que se daban las direcciones de los jefes de la red, que le sirvió a los alemanes para echarles el guante y desmantelar toda la Red.
Hombre, por poder, todo es posible. Quién sabe si el blog no está lleno de superagentes 86. Pero hacen falta algunas pruebas más que la palabra de un fantasioso superagente, que, como se trata de cosas “secretas”, puede imaginar y soltar cualquier cosa. Como cuando salen con lo de la masonería, la CIA, el sionismo o Bilderberg (el tal mata es uno de esos). Por poder, quién sabe. Pero las pruebas que ofrecen recuerdan a las de los espiritistas.
Yo no tengo que dar ningún dato “creíble” sobre si el KGB conocía a los miembros de la OMLE. Es quien afirma eso quien debiera darlos, ¿no le parece? Si alguien dice que usted está pagado por la CIA, ¿tiene usted que dar datos “creíbles” de que no lo está? Nunca serían creídos, por otra parte.
Y lo de los planos de las bases useñas no parece muy necesario. El ataque a ellas con armas nucleares no precisa ningún conocimiento preciso de donde están los lavabos o el edificio de la administración. En todo caso, cuando los archivos soviéticos se abrieron –por algún tiempo– alguien pudo ir a comprobarlo, ¿no?
No creo que pueda equipararse a Gonzalez-Mata con un conspiranioco de blog. Su libro me parece bastante más solido que “La CIA en España” de Alfredo Grimaldos. Si es cierto que escribe un tanto embarullado pero me parece que hay un fondo de verdad en lo que dice.
¿Es que cree usted que el plan de ataque a las bases americanas era tan simple como apuntar un misil intercontinental situado en el Asia Central, dispararlo y esperar a que estallase en Rota o Torrejón?. Los lavabos no, pero los emplazamientos de las defensas antiaéreaa y antimisiles, los silos acorazados de los cazabombarderos interceptores,etc si que eran muy interesante saberlos. Por lo demás González-Mata dice que el coronel Blanco tenía datos fehacientes de que los soviéticos ya tenían esos planos y entregándoselos conseguía que confiasen en él, al contrastarlos, y así obtuvo la entrega de las fichas de los comunistas españoles.
Seguro que hay un fondo de verdad, es muy difícil inventarlo todo y darle alguna coherencia. Pero en estos libros es lo que pasa, que nunca sabes si es verdad o es mentira, si cuenta algo que ha vivido el autor o que lo ha oído de otros y se lo atribuye, etc., etc. Como trata de asuntos “secretos”, pues… El Mata es de los de Bilderberg, creo. Una memorias que respiran seriedad son, en cambio las del jefe del servicio secreto checoslovaco, Moravec. Muy recomendables. Las de Markus Wolf son buenas, pero con toda seguridad se calla más de la mitad de lo que sabe. Pasa lo contrario que con otros tipo Mata, que hablan por los codos de lo que saben, lo que imaginan y lo que les han contado.
Usted afirma indubitablemente que “el tal Lazarev” no tenía la menor idea de la OMLE, lo que es una afirmación tan falta de demostración como la de González-Mata diciendo que tenía sus fichas.
Solo me falta un capitulo del libro y Gonzalez-Mata no ha mencionada para nada a lo de Bilderberg ni tampoco nada de los de Carrero Blanco. Terminaré el libro a ver.
Los planos podían obtenerse de muchas maneras, posiblementa hasta vía satélite, y en un ataque nuclear importaban muy poco. Podrían importar para un atentado terrorista o acción de comandos, pero así como indudablemente existían planes para su ataque nuclear, no hay la menor constancia de lo otros. Yo hablé con Blanco poco antes de que muriera y le pregunté sobre la OMLE y el PCE(r). Me dijo lo que ya daba yo por supuesto: que no tenían apenas idea. Porque su trabajo se concentraba ante todo en el PCE, el enemigo por excelencia, y luego la ETA. De las docenas de grupúsculos maoístas y similares que surgían por aquellos años hablando de lucha armada, se preocupaban poco. También me dijo que con el PSOE no necesitaban hacer ningún trabajo, porque recibían de su interior más información de la que precisaban.
Y usted ¿afirma que no es agente de la CIA? Sería un aserto tan falto de demostración como que es tal agente. Esa es la técnica de la conspiranoia.
Las palabras exactas del libro son:
De regreso a Madrid, el coronel Blanco me estrechó en sus brazos y, casi llorando de alegría, exclamo:
¡Buen trabajo González¡. Casi la totalidad de las 350 identidades facilitadas por los rusos nos eran desconocidas. Al fin vamos a pioder penetrar profundamente en las organizaciones marxistas-leninistas.…
Efectivamente, sería igual de falto de demostración que yo niegue ser agente de la CIA como que usted afirme que lo soy. Ahora bien sería bastante más absurda su afirmación que la mia, porque no sé que iba a hacer un agente de la CIA empleando su tiempo en este blog. Esta diferencia de absurdidades no se da en el caso enterior.
Un agente de la CIA puede tener mucho interés en entrar en blogs tan peligrosos como este. Y si no es peligroso, ¿acaso no cometen errores y chapuzas los servicios secretos?
Además, no parece que entraran muy a fondo en las organizaciones marxistas-leninistas. Por todo lo que se sabe, desmantelaron muy pocas, y siempre siguiendo los métodos tradicionales de la policía. En otras palabras, si usted cree eso, debería buscar algún otro indicio que las palabras de ese señor. Y no debiera ser difícil, porque la policía y sus archivos han estado durante muchos años a disposición de la izquierda y de la derecha “democráticas”. Pero en fin, quien tiene ganas de creer, cree.
Pues Alejandro Diz en “La sombra del FRAP” acusa directamente a la pareja dirigente de esta organización (y del PCE m-l) de estar al servicio de la policia. A ver si no recordamos casos clásicos de infiltración de la policia en organizaciones revolucionarias, como los de Azef y Malinovski, en el partido socialista-revolucionario y bolchevique respectivamente antes de la revolución rusa.
http://es.wikipedia.org/wiki/Roman_Malinovsky
http://en.wikipedia.org/wiki/Yevno_Azef
¡Ah!, pues le diré en serio que creo que tengo cualidades para haber hecho una carrera profesional, al menos discreta, en los servicios de información. Lo malo es que me pasó como a aquel que iba para astronauta pero le suspendieron en caligrafía.
Efectivamente en la última página del epílogo de su libro, González-Mata afirma que Carrero fue asesinado “bajo la atenta mirada” de la CIA sin dar ningún dato más. Por tanto esa información si que es irrelevante y gratuita.
Claro que ha habido infiltraciones, es una táctica habitual en la policía. Y falsas infiltraciones y acusaciones falsas de infiltración. Va a resultar que la CIA le ha ordenado infiltrarse en este blog, don Manuelp. Ándese con ojo, que aquí hay mucho enterado.
Alejandro Diz afirma eso, pero ¿es verdad? Cuando llegó la democracia, los archivos policiales estarían abiertos a los investigadores, y algo se habría sabido, máxime cuando llegaron los sociatas.
Lo que se decía en la OMLE es que el FRAP venía de falangistas radicalizados. Cualquiera sabe. En la embajada china de Paría le llamaban “La banda de la Benita”, supongo que por contagio del ambiente español de allí. En cambio conservó las simpatías de Albania.
Sobre el caso Asef, las memorias del jefe de la Ojrana resultan muy cómicas: “Creíamos tener controlado por aquel medio a los terroristas, y cuál no sería nuestro horror cuando los atentados aumentaron. Porque Asef, para disimular ante los suyos y que no le lioquidasen, tenía que recurrir a tales métodos” (cito de memoria).
Pues solo le faltaba, don Pio, que también la CIA le pusiese a usted la proa.