Debido al cambio de emisora a Radio Ya, el programa Una hora con la Historia se encuentra en seria dificultad económica, por lo que reiteramos a nuestros oyentes la necesidad de sostenerlo. Algunas personas creen que la labor cultural debe ser gratuita, en parte porque mucha de ella es subvencionada por los gobiernos, que nos obligan así a todos a contribuir aunque se trate de una cultura muy dudosa. Todos sufragamos, nos guste o no, la propaganda y otras actividades de la “memoria histórica”. Y “Una hora con la Historia” trata precisamente de contrarrestar esa propaganda seudocultural y seudohistórica. No tenemos subvenciones ni las queremos, queremos en cambio que nuestros oyentes comprendan la importancia de recuperar nuestro pasado, se sientan comprometidos con la labor que realizamos y contribuyan a ella. De este modo se puede contrarrestar fácilmente la memoria antihistórica.
La cuenta para contribuir es esta del BBVA “Tiempo de ideas”:
ES09 0182 1364 3302 0154 3346.
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Realmente los personajes de Cela son casi todos toscos y vulgares, creo que eso pocos lo discutirán. Se puede excluir a Pascual Duarte, ¿no crees?
No, en absoluto. Duarte es el colmo de la vulgaridad. Lo que ocurre es que nos conmueve en cierto modo porque el destino le ata a la mala suerte desde el principio. No tiene mucho espíritu ni grandes arrestos, obviamente no tiene nada del nietzscheano que aspiraba a ser su creador. Simplemente todo le sale mal, desde el nacimiento en una familia desastrosa. Solo le salva, en cierto modo, un sentimiento de su propia dignidad que trágicamente le perjudica, porque le lleva al crimen y a la muerte. Pero figúrate una relato al revés. Un personaje estúpido, aunque listillo, cobarde y desvergonzado, pero afortunado, al que todo le sale bien y queda como un héroe, como en las novelas de Flashman. O simplemente que es rico de nacimiento, sin ningún mérito propio, y en lugar de arruinarse le sigue sonriendo la fortuna. Eso podría ser tan interesante como el Pascual Duarte. Depende solo del talento del autor. Pero no imagino así a Cela, porque creo que le faltaba sentido del humor. Aunque también podría novelarse en plan dramático, sobre las injusticias de la vida.
¿Quizá hay alguien así en tu novela? ¿El personaje que está a punto de quitarle al protagonista la novia, Carmen?
Bueno, el que está a punto de quitar a Alberto la novia apenas está esbozado: es “un buen partido”, pero Carmen no llega a considerarlo en serio, aunque está a punto de lamentarlo más tarde, cuando Alberto decide arriesgarse una vez más en una aventura muy incierta. Es un tipo de buena posición y rico, sin ningún mérito especial, y que considera que el régimen franquista está a punto de caer, que personajes como el protagonista, que ha estado en la División Azul, va a pagar sus culpas en cuanto los vencedores de Alemania decidan ajustar cuentas al Caudillo, que parecía inminente… Pero no es un personaje claramente dibujado en la novela, y tampoco aparece como un idiota. Simplemente carece de otros méritos que su buena posición social, y piensa, como tantos otros, que el final de Franco y los suyos está a punto de ocurrir, que le gusta Carmen y piensa que le daría mejor vida que Alberto, a quien no ve ningún futuro. Lo mismo pensaba el personaje que identificas con Cela. Claro, yo creo que por eso escribió La colmena, para lavar su pasado falangista e incluso de aspirante a delator. La colmena es, o intenta ser, un retrato sumamente ácido de la posguerra franquista, y le vendría muy bien para adecuarse a la nueva situación que tantos daban por segura.
Tú mismo has dicho que La Colmena es una gran novela. ¿Porque retrata aquella sociedad?
Yo no he conocido aquello, pero sí a gente que lo había conocido. Lo que Cela pinta es bastante real, aunque caricaturizado. Lo que pasa es que había otras muchas realidades. Mi novela también retrata aspectos de la época, que pueden seguirse en la prensa y en diversas obras literarias. Fíjate en los años de la transición, de los que casi todo el mundo ha querido dar una imagen muy embellecida. Porque hubo, desde luego bastante ilusión, aunque enseguida llegó el “desencanto”, como le llamaban. Luego una remontada de la ilusión cuando ganó Felipe González… Los años de la “movida madrileña” y demás. Pero podría novelarse sobre otros aspectos de la época, que he señalado en La Transición de cristal: el repentino auge de la droga, en particular la heroína, que dejó tantos muertos e incapacitados jóvenes, el aumento de la delincuencia y el sonido de las sirenas policiales por todas partes, los asesinatos y secuestros de la ETA, el rápido aumento de la mendicidad, bien visible en las calles y poco antes casi inexistente, las borracheras, las juergas ruidosas en ciertos barrios a altas horas de la noche, contra las que protestaban en vano los vecinos que tenían que levantarse pronto para trabajar, la prostitución rampante, la habitual y la de travestis… Podría escribirse, por alguien con talento, otra “colmena” sobre aquellos felices tiempos. Digamos que no ha habido talento. No ha habido un segundo Cela.
¿Tú podrías intentarlo?
Quizá lo intente. Mi idea es escribir una trilogía, primero con Sonaron gritos, después con otra que transcurriría en el ambiente universitario de, más o menos, el año 1967, y una tercera trataría de los tiempos actuales, tampoco la transición. La segunda la tengo bastante avanzada. La tercera, ya veríamos. Es curioso que La colmena no haya creado escuela. Cela imita, sin decirlo Mahattan Transfer de Dos Passos, aunque yo creo que la mejora. La de Dos Passos me pareció bastante aburrida, no pude terminarla. La Colmena sufrió unos años de censura, una especie de justicia poética, ya se sabe, porque Cela trabajó en la censura. Con el tiempo, Cela la planteó como una novela histórica en el sentido de que retrataba la historia del momento, lo que ciertamente no es el caso, como dije.
¿Puede ser una gran novela si, como dices, los personajes son bastante cutres? ¿No es una contradicción?
Quizá sea excesivo llamarle gran novela. Desde luego, ya digo, requiere mucho talento hacer algo importante, y lo es, con aquel hervidero de personajillos lúgubres, toscos y sin arrestos. Pero Cela lo consigue. Y es buena sobre todo como descripción, porque esos personajes existen siempre y en gran número y en todos los países y sociedades. La descripción, aun extremada, es muy buena. Claro que análisis psicológico no hay ni Cela o pretende: los personajes son así, y ya está, aunque les echa un poco de moralina. Y hay que agradecer que no lo intente, porque cuando Cela se pone a filosofar o a moralizar, como en otras novelas, es de una tosquedad rayana en la tontería.
De acuerdo con tus palabras, la literatura y la historia no solo son distintas, sino que están reñidas.
Vamos a ver: por influencia del marxismo se ha querido ver en la literatura un reflejo de una sociedad histórica dada, en ese sentido serían realmente libros de historia un poco peculiares. Pero no es así. Tomemos La Ilíada, por ejemplo: se refiere a una época muy remota, y si esa interpretación fuera correcta, hoy no podría interesarnos más de lo que cualquier resto arqueológico, digamos una azada o un hacha de bronce de la época, es decir, de manera muy relativa y más para los especialistas. Pero su valor permanece igual y sujeto a mil interpretaciones, tanto en la actualidad como entonces, y tanto en nuestra sociedad como en cualquier otra. Y desde el punto de vista histórico nos es también valiosa por muchos detalles, siempre que no creamos que aquella sociedad era exactamente así. Y de paso da a aquella época una vida que no dan los meros estudios técnicos. Si hablamos historiográficamente de los años 40, tenemos que recurrir a los datos estadísticos fundamentalmente, a contrastar unas opiniones con otras, unos documentos con otros… Pero en ello se pierde algo vivo, que sin embargo se encuentra en las novelas. En algunas, por lo menos.
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La Reconquista tiene un triple interés actual: demuestra la mayoritaria inanidad, rayana en la estupidez, de la historiografía universitaria del momento; recuerda las raíces de España, el país que se empeñan en destruir los partidos del sistema del 78; y plantea hoy una especie de nueva reconquista, que no debe alargarse.
“el futuro es vuestro“ … les decía una profesora a los niños del colegio de mi sobrina, en la graduación esa de mierda que ya conté …
Como si el futuro fuera de unos privilegiados, y no algo que acanza todo el mundo, haga lo que haga, sea quien sea ..
…. sale uno en La 2, un católico progre, me parece a mí, con algo así como que “sólo una fe así puede sobrevivir a la muerte de viejas culturas y el nacimiento de nuevas civilizaciones” … ¡qué progre!… es como si dijera “creed esto, no porque sea cierto, sino por alguna otra razón” …
Olé por los fiscales del juicio contra los golpistas. Os dejo aquí veinte extraordinarias frases de su discurso de hoy ante el Supremo.
1.“El derecho a decidir corresponde a todo el pueblo español”.
2.“No pueden unos pocos decidir sobre lo que es de todos”.
3.“No hay legalidad democrática fuera de la legalidad constitucional”.
4.“No hay una soberanía catalana, hay una soberanía del pueblo español. El derecho a decidir corresponde a todo el pueblo español”.
5.“Este juicio es en defensa de un sistema político democrático”.
6.“No se puede sustituir la soberanía del pueblo español por ninguna de los pueblos que lo integren”.
7.La actividad política “no es una patente de corso que justifique la comisión de acciones delictivas. El objeto de este proceso no es el independentismo”.
8.“El ejercicio de la acción política no es una causa de exención de la responsabilidad criminal”.
9.“No se juzga a dirigentes que reclamaban libertades sino que querían arrebatarlas”.
10.Los líderes independentistas “trazaron un plan criminal” de gran “complejidad y alcance”.
11.“Lo que se enjuicia es un plan concertado, minucioso, pluriconvergente para llevar a cabo” un alzamiento violento y público para desafiar el orden constitucional.
12.“Éste es el juicio del triunfo de la democracia”.
13.“Algunos escritos, más que alegatos de defensa, son libelos acusatorios”.
14.“Nadie es perseguido por sus ideas sino por sus acciones”.
15.“[Quisieron] expulsar la Constitución y el Estatuto por una legalidad paralela”.
16.“Relacionar el uso proporcionado de la fuerza policial con torturas es un disparata jurídico de dimensiones importantes”.
17.“El diálogo desde la imposición no es aceptable en un estado democrático”.
18.“Cualquier persona es libre de discrepar de la ley pero no puede desobedecerla”.
19.“El riesgo de fuga es palmario. Sólo hay que ver que seis personas no están a disposición de este tribunal al colocarse fuera del radio de la acción de la Justicia”.
20.“Los Mossos d´Esquadra se ponen totalmente al lado de la rebelión”.
Noticiario de 1936, 12 de febrero
https://youtu.be/0d4dS5MIqHw
La iglesia católica actual, es luterana
https://youtu.be/qul0s11UdF4
¿Seguirá “La Colmena” en los planes de estudio del actual bachillerato?
Recuerdo de su lectura la sordidez ambiental y, sobre todo, moral que envuelve a la novela. Y ese regusto amargo al acabar la obra.
Los años 50, Cela, la Colmena, la España superviviente.
1.“El derecho a decidir corresponde a todo el pueblo español”.
Verdad a medias. El derecho a decidir corresponde a todas las geberaciobes de españoles anteriores y posyeriores. No tenemos derecho a detsruir una obra de nuetsros antepasados. «la democracia de los muertos»
Nuevo hilo
Ya lo sabíamos……
Nunca hubo posibilidad de un pacto tripartito
Los resultados de las elecciones andaluzas siempre han tenido mucho más que ver con el cálculo electoral nacional (y con otros cálculos que explico más adelante) que con Andalucía. Desde esta perspectiva (la única válida), la formación naranja jamás ha tenido ningún incentivo para constituir una sólida alianza con PP y Vox. Y por más que haya quienes crean que esto le penalizará en el futuro, no será así.
En realidad, visto su desempeño en Andalucía a lo largo de estos años, es evidente que el partido naranja nunca fue un medio para un fin, sino un aseado más de lo mismo. Y, sin embargo, no le ha ido nada mal. Ser el aliado de Susana Díaz en el anterior gobierno andaluz no le ha penalizado, al contrario, le ha proporcionado 12 parlamentarios más, los mismos que los obtenidos por Vox. Y a nivel nacional, según las últimas encuestas, a punto está de sobrepasar al PP en intención de voto.
Ciudadanos no busca los votos conservadores sino principalmente los de centro izquierda e izquierda. Votantes que, en general, no se sienten incómodos con las nuevas religiones laicas socialdemócratas (feminismo, generismo, igualitarismo, transnacionalismo…), ni, por lo tanto, con el desaforado intervencionismo administrativo (de ahí el avance de Ciudadanos en las elecciones andaluzas).
Ciudadanos: un partido de laboratorio
El partido Ciudadanos, en su dimensión nacional, no es un partido, sino una operación de laboratorio pensada y financiada para poner fin a la dependencia de los gobiernos nacionales del apoyo de los nacionalistas. La idea era que actuara como un contrapeso en el eje de la izquierda, un catalizador de pactos transversales que, en todos los supuestos posibles, garantizara la gobernabilidad prescindiendo siempre de los nacionalistas; dicho con otras palabras, Ciudadanos está diseñado para salvar el actual modelo político neutralizando a la peor de sus criaturas: el secesionismo nacionalista.
https://eldebate.es/politica-de-estado/ciudadanos-y-las-ocultas-razones-de-una-traicion-anunciada-20190103