El caso Losantos / Encarnación del diablo / Simplismos españolistas /O ellos o nosotros

El caso Losantos

El único hecho político de relevancia en España después de que Aznar se entregase incondicionalmente al discurso “antifranquista” de  la izquierda y los separatismos, convirtiendo la democracia española en el inmundo basurero que hoy contemplamos, es el surgimiento de VOX a partir de 2017. Con todas las insuficiencias que quiera encontrársele, es la única alternativa real y posible a unas derivas que nos llevan a la disgregación de España y a la tiranía a manos del PP y del PSOE. Es lógico, por tanto, que todos los demás partidos y sus poderosos medios de manipulación de masas vuelquen sus esfuerzos en hundir a VOX. No hay por qué extrañarse ni dolerse, sino plantearse cómo combatir más eficazmente la marea de basura que inunda el país

Dentro de la campaña contra VOX resalta la de Jiménez Losantos, especialmente taimada, bellaca e indecente, y tanto más dañina cuanto que viene de un personaje que antaño  se había hecho un merecido prestigio como verdadera oposición al PSOE y de rechazo a su auxiliar el PP.  Muchos se preguntan a qué se debe tan chocante viraje, que suele atribuirse a las subvenciones de Ayuso. Posiblemente tenga algo que  ver, aunque me inclino a creer que viene sobre todo de su grueso ego herido: sospecho que aspiraba a convertirse en mentor de VOX para reorientar su política hacia el PP, so capa de Ayuso,  solo hay que recordar aquella sucia encerrona a Rocío Monasterio, de la que fue él quien salió escaldado. Desde entonces perdió todos los escrúpulos.

  Otro punto revelador del personaje es su odio a Rusia, colaborando en la propaganda más obscena, más desvergonzadamente belicista de –digamos por lo que nos toca– Gibraltar. Hasta acusa a Putin del separatismo catalán, como si hubiera olvidado que el mayor cómplice de los golpistas ha sido y es el PP, en rivalidad con el PSOE. Y el único partido que realmente se opone a esa lacra es precisamente VOX. Como bien sabe Losantos. Y precisamente por saberlo, le ataca.

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Este blog tiene un alcance meramente testimonial, debido a que la mayoría de sus lectores interesados hacen muy poco esfuerzos por difundirlo. Dado el muro de silencio y las grandes manipulaciones de los grandes medios, y en la situación crítica que vive el país, la indiferencia o la pasividad se convierten en colaboración con el mal. Todos tenemos una responsabilidad.

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Adiós a un tiempo

Encarnación del diablo

En Adiós a un tiempo, dedico algunos recuerdos al tiempo, un mes de diciembre de 1966, que pasé en París prácticamente en la indigencia,  y en que conocí a personajes muy especiales, como el peruano que había hablado con Durero en su tumba de Núremberg (no hay que tomarlo al pie de la letra, pero era interesante su relato).  O  quizá al Campesino, o a alguien que había vivido en Rusia y lo había conocido bien.  Otro del que hablaré ahora fue el que “quizá vio al diablo”.  Lo encontré  por así decir bajo las gárgolas de la torre de Saint Jacques de la Boucherie, donde se reunían los peregrinos a Santiago. Con él pasé varios días de charla, colándonos en el metro, donde se estaba caliente (comíamos muy moderadamente). Tendría entre treinta y cuarenta años y yo, a mis dieciocho, no había conocido a nadie que explicara la historia como una conspiración judaica contra la Iglesia de Cristo. También me pareció interesante, aunque no creía gran cosa sus explicaciones, y algunas objeciones que le ponía le cabreaban bastante.

Creo que esa idea de los judíos como un elemento no solo ajeno e inasimilable (como los gitanos), sino enemigo, corruptor y en permanente  conspiración soterrada contra la cultura cristiana viene ya de los primeros tiempos del cristianismo, de San Pablo. La encarnación del diablo, diríase. Aunque el cristianismo nace del judaísmo, supone una verdadera revolución respecto de este, al extender en principio a toda la humanidad la calidad de “elegidos de Dios”, elección que en el judaísmo se reserva a los judíos. Para los cristianos, los judíos se transformaron de pueblo  elegido en pueblo deicida, por haber pedido la muerte de Jesús, y en un motivo permanente de sospecha por su pretensión de exclusividad. Pretensión que nos parece tener algo de alucinada.

  En la Biblia, los hebreos eran un pueblo muy guerrero, pero al ser expulsados de su tierra se convirtieron en pequeñas minorías dispersas,  objeto de enemistad y sospecha, a veces de persecuciones sangrientas, incapaces por tanto de oponer resistencia armada. Pero, al revés que los gitanos, sus contribuciones intelectuales y en general culturales, positivas y negativas,  han sido sobresalientes si consideramos su pequeño número. Esto puede entenderse quizá como efecto derivado de  la presión  de unas sociedades hostiles, que les constreñían  a buscar formas de supervivencia en el comercio y las actividades profesionales. Supongo que es precisamente esa creencia en ser el pueblo elegido lo que les  ha dado su increíble capacidad de  resistencia: muchos pueblos se han desvanecido en el tiempo, pero ellos siguen ahí, pese a todo. Otra herencia del “pueblo elegido” es el mesianismo, extendido de varias formas en la cultura occidental, presente en las utopías, la penúltima de las cuales el plan 2030.

Aquel personaje que conocí en París, muy culto a su manera, me dejó una impresión ambigua. No era un loco, pero creo que tenía algo de paranoia con sus razonamientos en apariencia irrebatibles. Esas ideas podrían ser objeto de mero interés especulativo o intelectual, si no hubieran dado lugar a hechos recientes como el Holocausto.

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Sin simplismos españolistas

La “batalla cultural” de la que tanto se viene hablando, ha de darse, de modo no exclusivo pero sí prioritario, en el terreno de la historia, donde la han planteado diestramente el PSOE y sus aliados, y con gran éxito por incomparecencia de los “contrario” reconvertidos en auxiliares. Creo que VOX aún no lo ha entendido bien.

En Galería de charlatanes he expuesto el penoso nivel  de la historiografía española actual, centrándome en muchos de los autores más “prestigiosos” sobre la guerra civil y la república;  salvo en la primera parte, que he dedicado a autores que tratan de aclarar el conjunto de la historia de España. Común a casi todos ellos es el afán de menospreciar, cuando no infamar, aquella parte del pasado en que España mostró mayor fuerza creativa: se habla preferentemente de la Inquisición (falseando su imagen) de la expulsión de los judíos (como si con ellos se hubiera ido el sector social más productivo), del efecto de la “insidiosa Reconquista” (como la llamó un cantamañanas), de la picaresca (como si retratara toda  la realidad de la época), se satiriza la figura del hidalgo, se presenta al país como mísero y víctima de una dinastía extranjera,  etc.

Por supuesto, hay algo (poco) de verdad  en todo ello, pero con esa selva de detalles y adjetivos más o menos veraces,  se trata de oscurecer lo esencial del siglo y medio de hegemonía hispana. Y lo esencial, lo fundamental,  es que entonces España defendió eficazmente  a Europa del asalto del islam otomano, mantuvo la tradición católica en gran parte de Europa frente a la revolución protestante, revolucionó el arte de la guerra,  aplicó una técnica naval puntera, desplegó una cultura profundamente original en pensamiento, arte y literatura. Todo lo cual se condensa en que, al descubrir el mundo en conjunto, y no solo América, y conquistar y organizar grandes partes de él, no solo creó un vasto ámbito cultural, sino que inició una era nueva en la historia humana.

Todo esto es verdad, independientemente de cualquier patriotería, siempre peligrosa como reacción al ataque, de increíble  tenacidad, de la “leyenda negra”. Sobre Hegemonía española y comienzo de la Era Europea , ha comentado Stanley Payne Me parece una obra absolutamente destacada y en muchos aspectos   magnífica …) Revela gran capacidad para la historia analítico-interpretativa, que es la clase más alta de esta arte.(…) El  aspecto individual que más me ha gustado e impresionado es haber logrado   una perspectiva amplia y de conjunto de una historia tan complicada.  En  este sentido, sobre todo, es una obra singular sobre un tema ampliamente tratado, pero nunca con tanta coherencia.  Otra virtud notable es haber escrito una historia “positiva” y no denigratoria, pero sin caer en simplismos españolistas

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“O ellos o nosotros”

**”¡Muera Franco!”, gritan los corruptos y  los disgregadores de la nación española.

**Lo vengo advirtiendo desde hace años: o el doctor termina en la cárcel o nos lleva a la cárcel a los demócratas y patriotas.

**No hay que quejarse de las fechorías de la banda del doctor: hay que ver cómo expulsarla del poder.

**Con su explicación golpista después de cinco días de “reflexión”, el doctor pone a la sociedad, a las instituciones y  a la democracia  en una disyuntiva: o él y su banda, o la unidad nacional y la libertad.

**Nada desea más Feijóo que congraciarse con el PSOE y liquidar a VOX. Eso no debe olvidarlo cualquiera que  analice la realidad actual con algo más de fondo que el habitual chismorreo político.

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La visión que tenemos de la posguerra en España viene marcada por la propaganda de los vencidos y por una literatura y cine acordes. Pero una historiografía bien documentada cuenta una historia diferente:      316 – Literatura y realidad en la posguerra | El doctor y Al Capone (youtube.com)

 

 

 

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Dos dilemas “muy jodidos” / ¿El poder por el poder?

Este blog tiene un alcance meramente testimonial, debido a que la mayoría de sus lectores interesados hacen muy poco esfuerzos por difundirlo. Dado el muro de silencio y las grandes manipulaciones de los grandes medios, y en la situación crítica que vive el país, la indiferencia o la pasividad se convierten en colaboración con el mal. Todos tenemos una responsabilidad.  *************************************

Dos dilemas “muy jodidos”

Uno puede fácilmente  imaginar la “meditación” del doctor: en estos cindo días habrá estado maniobrando y palpando a unos y a otros, a ver qué sale:  “Ante lo que se me viene encima, ¿será mejor que dimita o que siga? Puedo pensar en una dimisión a cambio de la cual se olviden todos mis chanchullos, en lo cual estaría encantado el PP, pero no VOX ni algunos jueces. Con lo que en definitiva, me quedaría sin posibilidad de defensa. Además, unas próximas elecciones podrían resultar catastróficas. En cambio, si sigo en el poder siempre podré movilizar a algunas masas, manipular  a jueces corruptibles, que son muchos,  apoyarme en  medios afines manipuladores, que son la mayoría, disimular haciendo política internacional…”. La lógica de seguir en el poder le empuja a una solución a la venezolana, con un control total de los jueces y de los medios  mediante leyes ad hoc…., y eso, aun teniendo en cuenta la cobardía moral de la derecha y de la mayoría de los jueces, parece bastante difícil. Hasta ahora, todas sus fechorías le han salido bien pero la situación está llegando a una crispación peligrosa, en la que o se impone la mafia a la bolivariana que representa el doctor, o el doctor termina en la cárcel. Da la impresión de que quiere jugarse el todo por el todo. “En suma: si dimito, malo, muy malo. Si sigo, también muy malo, aunque con alguna esperanza”.

El dilema recuerda al de la OTAN y la UE en Ucrania: calcularon que firmando los acuerdos de Minsk para transgredirlos, ganarían tiempo para preparar un ejército ucraniano capaz de vencer al ruso, ayudado por el hundimiento de la economía rusa mediante sanciones y aislamiento internacional. No solo no lo han logrado, sino que han llevado la tensión mundial a grados cada vez más alarmantes: “Si acepto la victoria rusa y termino la guerra en negociaciones, malo, muy malo, porque mi crédito queda en entredicho, y provocaría una enorme crisis en Europa. Pero si sigo con la misma política, ampliándola, malo también, muy malo, porque crece la posibilidad de una guerra incontrolable y en gran escala.

El doctor ha optado por la solución que le parece menos mala, pero que es la peor para el país y la democracia; la OTAN-UE ha optado por ampliar de un modo u otro la guerra, que es también lo más peligroso para Europa y el mundo. ¿Habrá vuelta atrás? En España, el fantoche ya ha anunciado que quiere ir a por todas. Todo va a depender de que VOX, los pocos medios independientes y los pocos jueces honrados y algunas instituciones  actúen con el temple y la fuerza necesarios  para detener un golpe que está en marcha desde hace años y que ahora quiere imponerse en toda regla. Y pararlo sí es posible.

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¿El poder por el poder?

**Que España es una democracia de chiste lo prueba que ante los preparativos de nueva guerra europea de la OTAN, ningún político se plantea siquiera cuál puede ser la posición y el interés de España. Ni siquiera VOX.

**El doctor no quiere el poder por el poder, como dicen los de derecha. Quienes quieren el poder por el poder, porque no tienen nada que ofrecer, son los del PP. El doctor sí tiene un proyecto, y lo está cumpliendo: derruir al legado de la transición, proveniente en definitiva del franquismo. Transformar la nación española en un amasijo de supuestas naciones unidas por la nada; hundir la democracia, que él entiende a la venezolana; liquidar también la monarquía.

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La neblina de la autopercepción

Si, como decían Tolstói y Baroja, es imposible conocerse a sí mismo, salvo a retazos o especulando sobre las propias limitaciones, también es cierto que lo intenta todo el mundo hablando o escribiendo sobre su propia vida. Ello indica que intentamos entendernos a nosotros mismos, incluso si la intención es solo la vanidad de impresionar a los demás o de justificarse ante ellos. Por eso, incluso las memorias menos interesantes o más anodinas o meramente justificativas, suelen  rebasar la intención de los autores. Esto lo vi con bastante claridad al comparar las memorias de los políticos de la república, cuyo contraste arroja mucha luz no solo sobre sus personalidades, sino también sobre su tiempo y actividad política. Contrastar las memorias de los protagonistas es un excelente método de investigación historiográfica, que no recuerdo que se haya empleado mucho, al menos en España.

En las memorias nos esforzamos por dar una coherencia a nuestra historia personal. En mi opinión, eso es una labor tan necesaria como nunca realmente cumplida. Uno nunca llega al fondo de sí mismo, ni con el  mayor empeño, como pretendieron San Agustín, Rousseau o Koestler, cada uno a su manera. Por mi parte he evitado esa tentación en Adiós a un tiempo, limitándome a exponer 51 estampas o episodios de mi experiencia: de cárcel, de infantería de marina, de sucesos en trabajos de fábrica o de campo en Inglaterra, de activismo clandestino, de gamberradas de  infancia, de viajes a pie, de  amigos ya muertos, de intentos culturales en el Ateneo de Madrid, de alguna visita a Atenas,  etc. Otra parte del libro incluye un viaje a Las Hurdes, la llegada desde París de unos enviados para “reconstruir el partido comunista auténtico”, trabajo en los astilleros de Bilbao, o reconstrucción clandestina del partido desmantelado por la policía  en Galicia, viajes a pie por la Vía de la Plata, etc.

Evidentemente, detrás de todo ello hay también una especie de paisaje social de época, que queda un tanto en la neblina, como la propia autopercepción

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Adiós a un tiempo

Los árboles y el bosque

El dicho “los árboles no dejan ver el bosque” es muy aplicable a gran número de obras de historia, en los que la abundancia, a menudo caótica o puramente parcial de los sucesos no permite una visión clara de conjunto. A veces recibo críticas en el sentido de que mis libros “no dicen nada que ya no estuviera antes contado”. Es una observación falsa porque sí doy datos y detalles que no habían sido “contados”, y sobre todo porque mi empeño principal ha sido sacar unas conclusiones generales nuevas. Los datos están ahí, y siempre se pueden descubrir y se descubren datos o detalles nuevos, en ese sentido el trabajo nunca tiene fin. Pero si no se los relaciona con buena lógica, al final no aclaran nada. Esto es lo que permite que se siga hablando de “bando republicano” en la guerra civil, una distorsión ciertamente fundamental, cuyo alcance no acaban de ver muchos estudiosos.

Pero vayamos a un trabajo que he publicado no hace mucho: Hegemonía española y comienzo de la Era Europea. El el título ya expone una concepción de conjunto nueva: que  la hegemonía española en Europa va asociada a un fenómeno sin precedentes: los cruces del Atlántico y del Pacífico, coronados por la primera vuelta al mundo. Son las tres máximas hazañas navales de la historia humana, un dato y valoración que nunca se habían subrayado en su alcance. Pero aún más importante es constatar sus consecuencias: abren la era de las conquistas y colonizaciones europeas, y van relacionadas con una expansión científica y técnica, y de un pensamiento que se ve obligado a abordar problemas de todo tipo, políticos, religiosos y económicos.  Eso es parte de lo que he querido mostrar en este libro. Ciertamente he tenido que apoyarme en datos y exposiciones de muchos otros autores (historiar no es novelar, aunque en algunos casos no se hace la debida distinción), pero lo dicho basta, me parece, para sustentar un nuevo enfoque general de la época.

  Las consecuencias de aquellas expediciones llegan con plena fuerza, hasta nuestros días, pero de un modo inesperado: la era histórica entonces comenzada, con diversas potencias europeas como los focos culturales decisivos de la humanidad, ha llegado a su fin con la II Guerra Mundial, que abre ante nuestros ojos una era nueva, cuyo desarrollo apenas podemos entrever. Pero entender así la SGM nos permite mirar de otra forma al pasado; y también al presente y a un futuro que se está mostrando inquietante

 

 

 

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Los árboles y el bosque /Dimisión y confesión/ Neblina en el yo

La visión que tenemos de la posguerra en España viene marcada por la propaganda de los vencidos y por una literatura y cine acordes. Pero una historiografía bien documentada cuenta una historia diferente:      316 – Literatura y realidad en la posguerra | El doctor y Al Capone (youtube.com)

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Los árboles y el bosque

El dicho “los árboles no dejan ver el bosque” es muy aplicable a gran número de obras de historia, en los que la abundancia, a menudo caótica o puramente parcial de los sucesos no permite una visión clara de conjunto. A veces recibo críticas en el sentido de que mis libros “no dicen nada que ya no estuviera antes contado”. Es una observación falsa porque sí doy datos y detalles que no habían sido “contados”, y sobre todo porque mi empeño principal ha sido sacar unas conclusiones generales nuevas. Los datos están ahí, y siempre se pueden descubrir y se descubren datos o detalles nuevos, en ese sentido el trabajo nunca tiene fin. Pero si no se los relaciona con buena lógica, al final no aclaran nada. Esto es lo que permite que se siga hablando de “bando republicano” en la guerra civil, una distorsión ciertamente fundamental, cuyo alcance no acaban de ver muchos estudiosos.

Pero vayamos a un trabajo que he publicado no hace mucho: Hegemonía española y comienzo de la Era Europea. El el título ya expone una concepción de conjunto nueva: que  la hegemonía española en Europa va asociada a un fenómeno sin precedentes: los cruces del Atlántico y del Pacífico, coronados por la primera vuelta al mundo. Son las tres máximas hazañas navales de la historia humana, un dato y valoración que nunca se habían subrayado en su alcance. Pero aún más importante es constatar sus consecuencias: abren la era de las conquistas y colonizaciones europeas, y van relacionadas con una expansión científica y técnica, y de un pensamiento que se ve obligado a abordar problemas de todo tipo, políticos, religiosos y económicos.  Eso es parte de lo que he querido mostrar en este libro. Ciertamente he tenido que apoyarme en datos y exposiciones de muchos otros autores (historiar no es novelar, aunque en algunos casos no se hace la debida distinción), pero lo dicho basta, me parece, para sustentar un nuevo enfoque general de la época.

  Las consecuencias de aquellas expediciones llegan con plena fuerza, hasta nuestros días, pero de un modo inesperado: la era histórica entonces comenzada, con diversas potencias europeas como los focos culturales decisivos de la humanidad, ha llegado a su fin con la II Guerra Mundial, que abre ante nuestros ojos una era nueva, cuyo desarrollo apenas podemos entrever. Pero entender así la SGM nos permite mirar de otra forma al pasado; y también al presente y a un futuro que se está mostrando inquietante

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Dos dimisiones,  dos confesiones

No suele ser muy cierto que se  pilla antes a un mentiroso que aun cojo, pero a veces sí. Por ejemplo, cuando Suárez dimitió dijo hacerlo para evitar que la democracia volviera a ser un paréntesis en la historia de España. Sin darse cuenta se estaba declarando culpable de estar llevando la transición a un callejón sin salida, lo cual era cierto: sus erráticas políticas fueron la causa principal del 23-f, dato muy poco comentado. Si había peligro de golpe, su deber habría sido mantenerse en su puesto, y no marcharse, con lo que probaba que el peligro era él. 

Ha vuelto a suceder con otra dimisión, la del doctor. Él afirma que su mujer está libre de culpa y que colaborará con la justicia. Hasta aquí, todo normal. Pero en lugar de esperar la decisión judicial quiere imponerla atribuyendo los indicios y denuncias a una conspiración de extrema derecha y sugiriendo corrupción de la justicia –que ciertamente existe, y de la que es principal responsable su partido, seguido por un PP también interesado–. Por lo demás, el PSOE siempre ha colaborado con la justicia mediante campañas de acoso y derribo contra los jueces que investigaban sus corrupciones, como Marino Barbero o Mercedes Alaya. Con sus acusaciones, el doctor está reconociendo que la inocencia de su mujer ni la suya propia podrían sostenerse ante una investigación judicial  independiente.

La maniobra del doctor es simple: por una parte trata de desviar la atención de los casos cada vez más numerosos de corrupción que le afectan directa o indirectamente,  para centrarla en su mujer y al mismo tiempo desviar la atención de los posibles delitos de esta hacia una imaginaria campaña de acoso y derribo contra él. Así, los delincuentes serían otros, contra quienes llama el doctor, solapadamente, a una movilización general, también contra la libertad de prensa y contra la (ya muy precaria) independencia judicial.

Otro aspecto en la inesperada reacción  “ultra” del doctor: la sospecha de que está bajo chantaje de Marruecos por el asunto Pegasus, cuya investigación se cerró en falso al negarse Israel a cooperar, y que  el mismo doctor trajo de vuelta involuntariamente con sus fingidas posiciones sobre el conflicto de Israel y Palestina. Maestro como es en desviar la atención, en plena marea de indicios y acusaciones se dedicó a viajar por el exterior explotando emocionalmente  un problema que en el fondo ni le va ni le viene. Y ahí ha cometido quizá la mayor torpeza. De momento sabemos que su teléfono y los  de otros cómplices de su gobierno fueron  infectados,  que la infección procede con casi seguridad de Marruecos, y que en los últimos tiempos él y su gobierno se han convertido en servidores de Mohamed VI. Quizá todo esté relacionado.

  La cuestión clave para el doctor es si habrá suficiente movilización popular para “obligarle a sacrificarse” volviendo a ejercer el poder y seguramente atacar más a fondo la independencia judicial y la libertad de prensa, es decir, para completar el golpe de estado en marcha. Ayer, la concentración de sus fanáticos traídos de toda España resultó un fracaso patético.  A ver con qué sale mañana el individuo. Pero desde luego, le conviene seguir en el poder, porque desde él podrá maniobrar y corromper lo que haga falta.

Esto nos hace volver a Suárez. Confesor involuntario de su culpa, bajo el impostado dramatismo de su despedida había dicho alegremente a su gobierno: “¿Os dais cuenta? La noticia de mi dimisión va a ser noticia de primera plana en toda la prensa mundial”. E hizo que su sucesor fuera Leopoldo Calvo Sotelo, a quien creía de su confianza y que, falto por completo de eso que llaman  carisma, no podía durar mucho. Por lo que tendría que ser llamado de vuelta él mismo, Suárez: la UCD no tenía  otro líder que le diera votos todavía.

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**Interesante la viceministra Montero bailando la danza del gorila ayer en Ferraz. Vale la pena. Y muy valiente y agudo  el periodista Vito Quiles: ha destrozado él solo la movilización.

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Adiós a un tiempo

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La neblina de la autopercepción

Si, como decían Tolstói y Baroja, es imposible conocerse a sí mismo, salvo a retazos o especulando sobre las propias limitaciones, también es cierto que lo intenta todo el mundo hablando o escribiendo sobre su propia vida. Ello indica que intentamos entendernos a nosotros mismos, incluso si la intención es solo la vanidad de impresionar a los demás o de justificarse ante ellos. Por eso, incluso las memorias menos interesantes o más anodinas o meramente justificativas, suelen  rebasar la intención de los autores. Esto lo vi con bastante claridad al comparar las memorias de los políticos de la república, cuyo contraste arroja mucha luz no solo sobre sus personalidades, sino también sobre su tiempo y actividad política. Contrastar las memorias de los protagonistas es un excelente método de investigación historiográfica, que no recuerdo que se haya empleado mucho, al menos en España.

En las memorias nos esforzamos por dar una coherencia a nuestra historia personal. En mi opinión, eso es una labor tan necesaria como nunca realmente cumplida. Uno nunca llega al fondo de sí mismo, ni con el  mayor empeño, como pretendieron San Agustín, Rousseau o Koestler, cada uno a su manera. Por mi parte he evitado esa tentación en Adiós a un tiempo, limitándome a exponer 51 estampas o episodios de mi experiencia: de cárcel, de infantería de marina, de sucesos en trabajos de fábrica o de campo en Inglaterra, de activismo clandestino, de gamberradas de  infancia, de viajes a pie, de  amigos ya muertos, de intentos culturales en el Ateneo de Madrid, de alguna visita a Atenas,  etc. Otra parte del libro incluye un viaje a Las Hurdes, la llegada desde París de unos enviados para “reconstruir el partido comunista auténtico”, trabajo en los astilleros de Bilbao, o reconstrucción clandestina del partido desmantelado por la policía  en Galicia, viajes a pie por la Vía de la Plata, etc.  

Evidentemente, detrás de todo ello hay también una especie de paisaje social de época, que queda un tanto en la neblina, como la propia autopercepción

 

 

 

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El doctor fantoche se siente amenazado

 El doctor fantoche se siente amenazado

**No deja de pasmarme el ínfimo nivel de casi todos los comentarios sobre la penúltima maniobra del doctor y sus consecuencias. La cuestión principal queda olvidada para parlotear y especular sobre asuntos secundarios o personales. El análisis político en España casi nunca rebasa el nivel del chismorreo, algo parecido a la prensa rosa.

**¿Qué es lo importante en la carta del doctor fantoche? Es que se siente realmente amenazado. Y se siente amenazado porque evidentemente sabe o siente que las acusaciones a su pandilla y a su mujer son consistentes, y que él mismo es el capo de todo el negocio. La carta misma es una confesión de culpa.  ¿Qué hará? Tratará de huir hacia delante para evitar el banquillo. Y es probable que Abascal tenga razón: todavía le veremos hacer  cosas peores.

**Dicen los fantochistas que el doctor “tiene un proyecto”, y es cierto: el proyecto de destruir la herencia del franquismo para  llevar al país a una situación similar a la de Venezuela. Dado que el PP no tiene otro proyecto que seguir, en lo principal, al PSOE y los separatistas, y que VOX aún no tiene bastante fuerza, el peligro es realmente grave.

**El PSOE se reparte el poder judicial con el PP y los separatistas. Ha tenido gran éxito hasta ahora, pero es posible que queden jueces no corruptos y con el temple necesario para defender la democracia. Es lo que teme el fantoche.

**Realmente, la situación cada vez más crítica a la que está llevando al país el nuevo frente popular, se resolvería si los jueces cumplieran con su misión, como ocurrió no hace tanto en Perú. Pero los jueces llevan mucho tiempo sin hacerlo. Y uno recuerda que el frente popular, en 1936, masacró sin contemplaciones la independencia judicial sin encontrar apenas oposición en los jueces.

**El problema principal que tiene VOX es la escasa difusión de su mensaje. Es cierto que en gran parte se debe a la mezcla de boicot y distorsión de los medios basura, pero en mayor medida se debe a la pasividad de la mayoría de sus militantes y simpatizantes, que deberían movilizarse permanentemente para difundir las intervenciones de Abascal u otros. Unos miles de personas que dedicaran diez minutos diarios  a enlazar en las redes o en el correo dichos mensajes, sin preocuparse de si llegan a amigos o a enemigos, podrían superar el boicot y las distorsiones habituales. Salvando las distancias, es el mismo problema con este blog o con el programa “Una hora con la historia”.

Se podrían hacer incluso campañas especiales dedicadas a poner en su sitio a los medios basura y sus periodistas manipuladores. Pero es precisa esa movilización. Es mucho lo que se está jugando nuestra sociedad, a la que intentan llevar a un nuevo frente popular. Todos debemos sentirnos comprometidos en la lucha contra ellos.

La Segunda República Española: Nacimiento, evolución y destrucción de un régimen 1931-1936       Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

 

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Álvarez Junco o el embrollo metódico/ Servilismo generacional / Verdad y miseria del comunismo/ El voto al PSOE

Álvarez Junco, o el embrollo metódico 

Álvarez Junco ganó en 2002 el Premio Nacional de Ensayo , y al año siguiente el Premio Fastenrath, de la Real Academia, por su obra Mater dolorosa. Fue también director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Consejero de Estado, codirector de Instituto de de Investigación Ortega y Gasset en el área de historia contemporánea, etc. Otra lumbrera de la historiografía hispana, como revelan sus títulos.

En Galería de charlatanes le dediqué un capítulo,  “El embrollo como sistema”. Y verdaderamente resulta chocante escucharle pensamientos de la profundidad del siguiente, al presentar su  Mater dolorosa en Bilbao: “Sé que ustedes creerán que el concepto, la realidad, de naciones ha existido siempre, pero no es así ni mucho menos. En las sociedades antiguas, la gente se dividía de otras muchas maneras: eran cristianos o musulmanes, nobles o plebeyos y, por supuesto, hombres y mujeres”. O bien,  “En las civilizaciones egipcia, china, india, persa, babilonia, en ninguna de ellas hay la más mínima referencia a España (…) ¿Por qué? Por una razón que los nacionalistas españoles no entienden ni entenderán nunca(…): que España no es el centro del mundo”. ¿Asombroso? ¿Han visto ustedes el concepto de España en Raymond Carr y sus discípulos españoles? Parece increíble, ¿verdad? Pero así es. Una inmensa mezcla de palabrería vacua y pedante  con simples tonterías, que quiere pasar por científica, para más inri. Bueno, pues este es el nivel. Observen ustedes los premios que se reparten entre ellos, tan satisfechos de sí mismos.

Galería de charlatanes.

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Servilismo como marca generacional

**O bien el doctor está tratando de tocar a rebato para ilegalizar a VOX y doblegar a un muy doblegable PP, o bien se siente seriamente amenazado por la justicia, porque siente  o sabe que las acusaciones son ciertas, y se revuelve como el estafador nato que es, desde su mismo doctorado. Podría haber dicho: “Hay una campaña sobre supuestas corrupciones relacionadas con personas muy próximas a mí, en particular mi mujer, pero en realidad son falsas, por lo que estamos tranquilos y la justicia resolverá”. Podría haberlo dicho con la conciencia, además, de que tiene a la mayor parte de la justicia controlada y corrompida, aunque parece que  no a toda.

**¿Cómo es que a casi nadie le preocupa la colonización cultural que padecemos? ¿Cómo es que no se manifiesta en las fuerzas armadas algún descontento por su cipayización? ¿Cómo es que suenan tambores de guerra en la UE y casi nadie aquí se plantea los intereses de España? Porque la casta política, con sus medios y su enseñanza pública, ha conseguido borrar de millones de personas la conciencia de España y de sus intereses, creando una generación cuya característica más acentuada es el servilismo.

**Parece que Usa tiende a desentenderse de la guerra de Ucrania descargándola sobre las espaldas de la UE. Su última remesa de dólares a Zalenski no parece tener otra intención que la de alargar la guerra o agonía de Ucrania: es mucho menos dinero que el gastado cada año en Afganistán.

**Putin propuso que Rusia entrase en la OTAN, siendo rechazado inmediatamente. ¿Contra quién se dirigía la propuesta rusa? Me parece evidente que contra China. Como señaló Solzhenitsin, la OTAN, es decir, usa y en segundo término Inglaterra, no se dirigían solo contra la URSS, sino también, y quizá ante todo, contra Rusia. Y han conseguido que Rusia y China compartan una alianza de hecho contra la OTAN.

De Un Tiempo Y De Un Pais - 1

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Verdad y miseria del comunismo

El comunismo ha sido la ideología de expansión más rápida, explosiva realmente, en el siglo XX, llegando a imponerse sobre un tercio de la humanidad en treinta años. Creo que solo le es comparable, sin llegar a tanto, la expansión islámica en los siglos VII-VIII. Debemos creer, entonces, que algo de verdad ha de haber en las doctrinas marxistas. El resultado de la expansión marxista ha sido en todos los casos una desarticulación de la economía causante de grandes hambrunas superadas al cabo de un tiempo por un abastecimiento precario, y la destrucción de las libertades no solo políticas sino también personales. Su totalitarismo ha sido siempre el más completo: el partido ocupaba el estado, sin dar opción a más expresiones políticas; y el estado ocupaba la sociedad, a la que llevaría a la máxima riqueza y  felicidad, debido a que su concepto de la sociedad y la historia era “científica”.

El marxismo gira en torno al concepto de la explotación, que es real, pues existe no solo en todas las sociedades, sino también en las relaciones interpersonales, y eso es lo que le ha dado fuerza. El error está seguramente en hacer de ella el eje de la historia y de la propia condición humana hasta que llegue la salvación “científica” sobre la tierra de la mano del partido proletario, el mesías  colectivo. Me pregunto mucho sobre estas cuestiones y su relación con la personalidad. Tomados uno a uno, un comunista no difiere gran cosa de una persona corriente de otra ideología, incluso a menudo ha sobresalido por su capacidad de entrega y sacrificio a la causa. Y sin embargo, he aquí los resultados una y otra vez.

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 En los años 40, el PCE intentó derrocar a Franco mediante el maquis, luego pasó a la infiltración en la universidad y los sindicatos, en los años 50 a la Reconciliación nacional y a la Huelga Nacional Política. Todo fueron grandes fracasos. Es fácil entender por qué, pero casi todas las historias lo ignoran.   315 – El gran fracaso de los comunistas en los años 50 | Nada más necio… (youtube.com)

Adiós a un tiempo

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Por qué se vota al PSOE

¿Por qué recoge tantos votos el PSOE? He aquí una cuestión del mayor interés. Los datos expuestos en este trabajo no tienen vuelta de hoja, por lo que mucha gente se ha preguntado: ¿cómo tantos españoles pueden estar tan corrompidos que no les importe el destino de su país y su libertad? Para entenderlo creo que debemos volver a la República: al patriotismo invocado por la derecha, la izquierda le oponía el interés del “pueblo trabajador”: “la patria de la derecha” era la de los ricos, el clero y los militares que parasitaban a obreros y campesinos y oprimían o esclavizaban a vascos, catalanes y otros. El PSOE atrajo a muchos en la república y en la transición, por el simple hecho de tilularse partido de los obreros, por más corrupción y desempleo que generase. El supuesto de representar a “los obreros”, “los pobres” o “los desfavorecidos” no dejaba de enlazar, además, con cierto ambiente tradicional cristiano. Además, hicieran lo que hicieren los representantes de “los pobres”, incluso si se enriquecían por medios dudosos, seguían siendo por definición mejores que los partidos de los ricos, cuya “patria” tampoco importaba mucho si se iba a pique.

Además, ¿qué valor podría darse al patriotismo en un país de historia tan detestable como pregonaban unos y otros, también la derecha regeneracionista? En la República se daba por hecho que tal sentimiento solo afectaba a una minoría de “cavernícolas” y “carcas”. El clima social cambió cuando, en la guerra, se constató la enorme fuerza motivadora del patriotismo en el bando nacional, por lo que el Frente Popular enarboló a su vez la bandera de una patria gloriosa invadida por moros, alemanes e italianos. No obstante, la victoria de los nacionales recuperaría en la izquierda la vieja hispanofobia: el franquismo condensaría en el siglo XX aquella historia nefasta atribuida al país.

Otro factor pesaba en la transición: el olvido, voluntario o involuntario, del historial del PSOE permitió presentarse a este partido como lo hizo, repleto de “honradez y firmeza”, defensor acérrimo de la democracia, moderno y moderado, que iba a cambiar el país corrigiendo el legado nefasto de la dictadura con las pretendidas virtudes de lo que llamaba “la República”, es decir, el Frente Popular. Y, esto es fundamental, al acabarse el franquismo, los socialistas organizados no eran más que los republicanos, seguramente menos que los anarquistas y con seguridad mucho menos que los comunistas. ¿Por qué no corrieron la suerte de todos estos? Creo que es fácil entender: sobre su partido llovieron las ayudas económicas y mediáticas del exterior y del interior del país, en buena medida por temor al PCE, visto como el peligro mayor, tanto por ser el partido más numeroso, organizado y antifranquista, como por los ejemplos de Francia, Italia y Portugal, cuyos partidos comunistas suscitaban fuertes recelos en la OTAN y en la CEE. El PSOE llegaba a la transición destinado a ejercer de puntal de la nueva democracia, arropado con una legitimidad histórica de la que carecerían los neodemócratas salidos del franquismo, siempre sospechosos por su origen. En tan gruesa confusión, pudo el PSOE desplegar sus políticas hasta arrastrar detrás de ellas a una derecha vaciada de ideología: el PP pronto aceptó herir a Montesquieu, rivalizó con el PSOE en dádivas a los separatistas, en un europeísmo de fondo hisanófobo, en todo lo que entraña la apertura de la verja de Gibraltar, en un concepto de democracia como antifranquismo, finalmente en las ideologías “de género” y lgtbi, de “memoria histórica”, etc.

Finalmente, debe desecharse la idea de un pueblo homogéneo en intereses, sentimientos y demás. El electorado tiene, por lo común y se ha obserrvado siempre, conocimientos precarios de los problemas políticos, económicos o más ampliamente sociales, por lo que debe confiar en unos partidos u oligarquías más expertos en principio. En el electorado encontramos desde una masa bastante infrormada y con cierto sentido común, otra, a menudo más amplia y proclive a las demagogias, hasta una “franja lunática”, más o menos amplia, propensa a creer en soluciones mágicas y explicaciones conspiratorias (la idea de que el pasado hispano viene determinado por una pequeña oligarquía de terratenientes, generales, obispos y banqueros tiene mucho de conspiranoica, como la que achaca todos los males a los judíos, a la masonería y otras organizaciones más o menos ocultas). Existe además un sector social indiferente todo sentimiento o interés colectivo, sean la nación o las libertades democráticas y al que solo mueven incentivos personales, generalmente económicos “”piensan con el estómago” o “con el bolsillo”, como suele creer la derecha, cuyas campañas se basan siempre o casi siempre en “lo económico”.

Tampoco hay que pensar que los votantes del PSOE, como los del PP, no cambian o apenas lo hacen. Desde la transición, los dos partidos han variado grosso modo entre un suelo de cinco millones y un techo de diez, una oscilación muy considerable, indicio de una credulidad o fanatismo menos extendidos de lo que a veces se supone. Y siempre ha habido una extensa masa de descontentos con ambos partidos, sin voz hasta hace pocos años, y que está cambiando un panorama político cada vez más degradado.

 

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