El desastroso diálogo Iglesia-marxismo / Un fracaso intelectual

El desastroso diálogo Iglesia-marxismo

En su autobiografía, Castilla del Pino se expone a sí mismo casi como un modelo de caridad (o, si se prefiere, solidaridad) en continuo contraste con la mayoría de los religiosos, a quienes pinta como hipócritas e ineptos.  Algo mejor trata a los religiosos  que colgaron los hábitos en plena  época del “diálogo con los marxistas”. Cosa lógica, por otra parte, siendo él marxista.

Pero aquí encontramos un serio problema. Como es sabido, el diálogo famoso causó estragos en la Iglesia, mientras que engordó notablemente a los marxistas. En algún otro sitio he creído encontrar la raíz de aquel diálogo en la impresión de que los regímenes comunistas  se habían impuesto, en muy poco tiempo, sobre un tercio de la humanidad y se hallaban en plena expansión, con movimientos poderosos en muchas democracias “burguesas”, mientras  la juventud parecía rebelarse y simpatizar con  marxismos (y freudismos) diversos. Los regímenes comunistas no daban señales de debilidad, mientras que los “capitalistas”  sufrían una fuerte corrosión.  Por tanto, muchas autoridades eclesiásticas debieron de pensar que la historia marchaba por ese camino, de modo que, previendo el futuro, convenía adaptarse a él sustituyendo la confrontación directa por un diálogo que suavizara  a los comunistas y atrajera a la religión católica a sus jefes o intelectuales. Supuestamente, la Iglesia debería llevar las de ganar en ese diálogo,  dada su experiencia de pensamiento y dialéctica de casi veinte siglos. Pero ocurrió lo contrario. ¿Por qué?  Dejo el problema  a la consideración de los lectores.

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(En LD, 16-2-2001)

 Un fracaso intelectual

Una aspiración nativa del diario El País, excelente aspiración, por cierto, fue la de promover un movimiento cultural con ciertas características ideológicas (defensa de la democracia, europeísmo, etcétera) pero que, por encima de ellas, tomara vuelo y altura intelectual. A tal efecto, el diario patrocinó una serie de talentos mayores o menores y un cierto debate, al principio, sobre cuestiones sociales, políticas e históricas que se suponían fundamentales.

Hoy, el proyecto puede darse por fallido; el periódico, más que un centro de promoción cultural, ha quedado en instrumento publicitario de determinadas firmas personales y marcas culturales, al servicio, a menudo, de la política en su nivel más ramplón. Lejos de adquirir vuelo, se ha quedado en el plano “políticamente correcto”, con el estilo trivial y romo que esas importaciones suelen adquirir en España. Lo ideológico ha ahogado a lo intelectual, lo mercantil a lo cultural, y el triunfo de los primeros se ha pagado con la derrota de los segundos.

Durante años, el ABC de Ansón intentó ser una contrapartida al proyecto de El País. Aunque el intento distó de cuajar en un éxito rotundo, al menos mantuvo el tipo y fue, desde luego, necesario para mantener una cierta vitalidad intelectual en España. Ahora, el suplemento cultural de ABC podría serlo también de El País, si acaso algo más ingenuamente progre.

¿De dónde vienen esos fracasos, que no deben alegrar a nadie, porque en definitiva son de todos? Seguramente hay causas profundas, que deberían sacarse a la luz. En la más básica de ellas viene insistiendo Julián Marías: el sacrificio de la verdad a conveniencias ideológicas u otras. Sacrificio especialmente sangriento en todo lo que se refiere a nuestro pasado reciente. Este es cada día más irreconocible, y no sería mala cosa empezar a debatir en serio sobre él. Una clave: El País saltó al ruedo proclamando aquello del “páramo cultural del franquismo”. Se trataba de la típica falsedad autocomplaciente que tiende a imponerse por su carácter intelectualmente terrorista, pues quien se atreviese a negarla entraba sin más trámite en el rango de los “fachas”.

Por suerte, el mismo Julián Marías tuvo el valor de salirle al paso, aunque al parecer en vano, ya que los otros han insistido en su monserga como si no hubieran oído o leído nada en contra. Naturalmente, la implicación del “páramo” era el vergel cultural representado por El País; la realidad ha resultado casi la inversa. Como decía alguien, la verdad es una amante terrible: no acaba de entregarse a nadie y sin embargo castiga implacablemente a quien no la corteja.

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60 Respuestas a El desastroso diálogo Iglesia-marxismo / Un fracaso intelectual

  1. Hegemon dice:

    Del hilo anterior:
     
    Aunque a muchos les repugne, la labor de los servicios secretos puede ser contradictoria. Como contaba Gonzalez-Mata en su libro: Cisne, yo fui espía de Franco, los servicios secretos de un país pueden estar apoyando a un bando y al otro a la vez, como hacía Franco en Argelia por si uno de los dos bandos ganaba o se imponía y así tener una posición preferente con el nuevo gobierno. O en la República Dominicana, después del asesianto de Trujillo, en donde Cisne apoyó a la oposición de izquierda para poner orden en el país y seguir favoreciendo los intereses de las empresas españolas. Está claro que muchas veces la honestidad, la honradez o el cumplimiento de los 10 mandamientos, no son compatibles ni practicables con una política de supervivencia o práctica o que sirva para defender los intereses de un país. Esto es así por mucho que nos pese y nos desagrade. Lo malo son las políticas torpes, demagógicas y contraproducentes que lleven esos servicios secretos y los políticos que las manden que se muevan más por intereses personales, de poder y chapuzas varias dejando a un lado el bien de la nación y el seguimiento de una política verdaderamente necesaria para la patria.
     
    Y sino, ¿qué hacemos con el asunto de Gibraltar si a base de posturas honestas, legítimas, que yo veo ingenuas, nos dan para el pelo y se burlan más de España?

  2. malpharus dice:

    Porque el materialismo de buena parte de la Iglesia era/o es lo suficientemente grande como para sucumbir al comunismo, que es precisamente eso, materialismo puro y duro… Si alguien conoce a Cristo, es imposible que el comunismo o cualquier otra circunstancia lo arranquen del alma que sea, o del corazón que sea. De todas formas como se suele decir “la carne es débil”. Cuando Dios estaba preparando la llegada de la simiente (el Salvador) tuvo que desencadenar un diluvio para que de toda la humanidad quedasen solamente ocho justos… si no hubiera sido así, se hubiera perdido el linaje para siempre, y no habría podido llegar el Mesías… De manera que en parte es comprensible que el comunismo haya dejado sin fe, a mucho miles…

  3. malpharus dice:

    Es normal que los dominicales se parezcan cada vez en toda la prensa. En primer lugar, la democracia ha conducido a muchos españoles a perder su identidad… y por otro lado, las élites económicas cada vez han acaparado un tanto por ciento mayor de prensa para manipular la opinión pública. Espere usted don Pío que tengo algo bueno que mostrarle…

    Ser el dueño de la opinión pública y sembrar la discordia, la duda y puntos de vista opuestos para que los seres humanos, perdidos en esta confusión, se persuadan de que es preferible no tener opinión personal.

    «ES NECESARIO» atizar las bajas emociones del pueblo y crear una literatura obscena, insípida y repugnante. El deber de la prensa es el de mostrar la incapacidad de los no iluminados en todos los dominios de la vida. Exacerbar las cobardías humanas, todos los malos hábitos, las pasiones hasta un punto en el que reine una total ignorancia entre los seres humanos. Guerras, privaciones, hambre y propagación de epidemias deben agotar a los pueblos, hasta el punto en el que los seres humanos no conciban otra solución que someterse.

    «ES NECESARIO» acostumbrar a los pueblos para que tomen la ilusión del dinero como verdad, a satisfacerse con lo superficial, a desear solamente conseguir su propio placer. Una vez que la sociedad esté depravada, los seres humanos perderán toda fe. Se buscará la destrucción de la familia. Es necesario deshabituar a los seres humanos a pensar por sí mismos. Les daremos una enseñanza basada en lo que es correcto, y ocuparemos sus mentes en contiendas oratorias que no pasan de simulaciones.

    Por lo tanto, «ES NECESARIO» repetir incesantemente a los ciudadanos la Doctrina para que permanezcan en su profunda inconsciencia.

    Para dominar el mundo «ES NECESARIO» desmontar los pilares sobre los que reposa toda verdad.

    «ES NECESARIO» sembrar la discordia, las perturbaciones y las enemistades por todas las partes de la tierra, para que los pueblos aprendan a conocer el miedo. El poder monetario debe alcanzar la supremacía en el comercio y la industria, a fin de que los industriales aumenten su poder político por medio de sus capitales. Aparte de los Iluminados, todos los otros no tendrán nada en posesión. Una educación basada en una doctrina falsa y enseñanzas erróneas embrutecerá a los jóvenes. Todos estos medios llevarán a los pueblos a pedir a los Iluminados que tomen las riendas del mundo. El nuevo gobierno mundial debe aparecer como protector y benefactor de todos ellos que se sometan libremente a él.

    Adam Weishaupt 1/V/1776  
    (Fundador de la Secta Illuminati, o sea luciferina) 

    Si lo quieren leer en el blog:  
    http://malpharus.blogspot.com.es/2013/03/la-gran-obra-de-todas-las-eras.html

  4. manuelp dice:

    ¿Que por qué perdió la Iglesia su confrontación con el marxismo?. En primer lugar ¿quién permanece en el campo de batalla?. En segundo lugar, me parece que un factor muy importante fue el mismo que en su confrontación con la Ilustración, es decir que muchos de los combatientes del campo contrario a la Iglesia pertenecían a la propia Iglesia. No faltan teorías conspiratorias que creen ver en ello una jugaga estratégica y táctica magistral de la Iglesia, que se infiltra en las filas enemigas para destruirlas desde dentro, pero me parece más real asumir que la Iglesia tiene capacidad para digerir las nuevas corrientes del pensamiento humano e incorporarlas a su acerbo doctrinal.

    En el siglo XIX y principios del XX, los paradigmas científicos y filosóficos cayeron hechos añicos, así el Creacionismo ante el Evolucionismo, la Fisica clásica ante la Relatividad, la Economia ante el Marxismo, la Psicología ante el Psicoanálisis y, sin embargo, esos nuevos paradigmas están hoy tan agotados y estériles como aquellos a los que derribaron. Entretanto la Iglesia sigue ahí después de dos mil años. ¿Por qué?. En mi opinión porque asumió los principios de organización vertical de Roma y los de pensamiento racional de Grecia.

  5. Hegemon dice:

    Pues mira Malpharus que yo iba a decir lo contrario, que la actitud de la Iglesia para con el marxismo vino por causa de una repugnacia y recelo a los estados ricos y opulentos de occidente, a la libertdad democrática, que en muchos casos la consideraron como libertinaje y una consecuencia a la progresiva disminución en la influencia social que antes gozaba la Iglesia, al abandono de valores que acompaña a la prosperidad material y el desarrollo por lo tanto a una disminución de la devoción popular, que en la mayoría de los casos arraiga en la necesidad, junto con que el discurso demagógico progre de desigualdades sociales que crea occidente, materialismo, imperialismo, egoismo capitalista y demás consignas falsas izquierdistas anticapitalistas calaron en el seno de la Iglesia interpretando que el comunismo era como una especie de apoyo a la Iglesia, un mensaje primitivo de esta, que sólo había que encauzarlo y domarlo pero asumible para ella. Un discurso y una actitud equivocada en cuanto la Iglesia no supo, no quiso o no se dió cuenta de que tal vez, en vez de acercarse a la demogogia marxista debieron acentuar el discruso, la moral y valores cristianos a la nueva situación de prosperidad y desarrollo, concienciando a la sociedad con una nueva evangelización, en vez de echarse en manos de los otros.

  6. malpharus dice:

    El verdadero cristianismo es aquel en que los dos poderes… político y religioso están separados. Si la Iglesia necesita del Estado para sostenerse es porque esa Iglesia no está bendecida por el Altísimo, y en definitiva no es verdadera. Aparte que el Maestro, dejó claro… cuando aquellos fariseos intentaron comprometerlo que debíamos dar al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.

    Yo creo que efectivamente pudo acercase la Iglesia, algunos sacerdotes… al comunismo porque este, dice proteger los intereses de los más necesitados. Pero una vez te acercas a una ideología tan alienante como el marxismo… si no tienes suficiente fe, acabas renegando de tus creencias, porque no olvidemos que para Marx, la religión era el opio del pueblo. Creo que estaba equivocado, pero sí que hay un opio del pueblo… y es todo lo contrario: nuestro materialismo. Porque el materialismo te condiciona y te sujeta la tierra. Pierdes tu libertad porque anhelas poseerlo todo, al menos todo lo que uno pueda poseer… En cambio si uno es verdaderamente religioso será más difícil que renuncie a la verdad y a la justicia, por un plato de lentejas… porque tiene confianza en que la vida, sólo es una antesala a la verdadera existencia. Y sabe que cuando muera no se llevará nada consigo.

  7. malpharus dice:

    La persecución de los cristianos o de quienes defienden el cristianismo ya sea, religiosa o culturalmente hablando se está intensificando en Nueva Babilonia…

    Encarcelado por oponerse al ‘matrimonio’ gay
    .

    “…Agotados los tres días que ley contempla para la detención provisional, Nicolas no recobró la libertad sino que fue esposado y presentado ante un tribunal según el procedimiento de comparecencia urgente por “rebelión”, “negativa a someterse a las pruebas”. Durante el juicio, sus abogados demostraron como Nicolas estaba siendo juzgado por infracciones que se produjeron después de una detención sin causa, es decir, ilegal…”

    http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/internacional/un-joven-frances-23-anos-ingresa-carcel-por-oponerse-matrimonio-gay-20

  8. lead dice:

    [¿Páramo cultural durante el franquismo?: Acusan los creadores de entonces y oportunistas de ahora]

    42
    lead dijo el día 20 de Noviembre de 2009 a las 00:35:
    [¿Páramo cultural durante el franquismo?](I)

    Moa, en un artículo hoy en Libertad Digital sobre Ortega y Gasset, se refiere nuevamente a esa famosa acusación del mundillo “progre” (español y extranjero) de que, durante la Dictadura de Franco, España fue “un páramo cultural”. Además del testimonio en contrario del muy poco franquista Julián Marías, Moa se refiere a los hechos, a los datos, que contradicen con la fuerza de su evidencia tal falso y estúpido aserto.

    Esto me hace recordar aquel “Manifiesto” de hace tres años de una serie de “intelectuales” y de “gentes de la cultura” a favor del legado cultural de la Segunda República frente al famoso “páramo” franquista. Sobre eso puse varios posts en el blog. En el #83 de 15 de Abril de 2006, decía, entre otras cosas:

    (…)

    {Pero a esa NEGACIÓN DE SÍ MISMOS, hijos de un lugar y una época (y muchos -actores, literatos, intelectuales- hijos mimados del Régimen) le añaden su autoodio, su falta de autoestima al señalarse ellos mismos, inconscientenmente supongo, en el Manifiesto al decir que “EL RETROCESO FUE TAN BRUTAL” QUE DEJARON TODA LA CULTURA “EN MANOS DE UNA IMPROVISADA COSECHA DE OPORTUNISTAS Y SEGUNDONES QUE REDUJERON LA VIDA CULTURAL ESPAÑOLA A UNA LAMENTABLE MANIFESTACIÓN DE MEDIOCRES OSCURIDADES”.

    Quizá los firmantes del Manifiesto han acertado con la caracterización de lo que realmente han sido y son: UNA LAMENTABLE MANIFESTACIÓN DE MEDIOCRES OSCURIDADES.}

    http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/la-transicion-y-sus-problemas-5402/#com924657 

     43 lead, día 20 de Noviembre de 2009 a las 00:45
    [¿Páramo cultural durante el franquismo?](II)

    (…)

    De 1939 a 1975 la producción cultural española HECHA DENTRO DE ESPAÑA ha sido de una cantidad y calidad incomparable. En la Exposición Mundial de Nueva York de 1965 (que, entonces, estudiante en los EEUU, tuve la fortuna de ver) se presentaba a España (revista Time) como una primera potencia cultural.

    Toda esa inmensa obra cultural no se hizo por lo quisiera el Régimen; gran parte de ella se hizo como denuncia de múltiples facetas de aquella sociedad española y de aquel Régimen…pero se hizo. ¿No es paradigmático el caso de Juan Antonio Bardem, que no ocultaba su militancia comunista (bien conocida por el Régimen) y que trabajaba con una productora comunista, y cuyas películas eran normalmente distribuidas y proyectadas?

    Si se habla de la Generación del 98 o la del 27, se puede hablar en sentido estricto de la Generación del Franquismo…aunque muchos de ellos(quizá no tantos) fueran antifranquistas entonces y todos ahora EN EL AÑO 2006.

    Mi critica a muchos de los firmantes es que hagan la solanesca pintura negra de aquel periodo en el que ellos produjeron sus obras, caracterizando a los que las hicieron (ellos mismos) de IMPROVISADA COSECHA DE OPORTUNISTAS Y SEGUNDONES…Y MEDIOCRES OSCURIDADES.

    La firma de este lamentable Manifiesto, para complacer a los actuales gestores del país y a una opinión pública manipulada e ingenua, es precisamente un excelso ejemplo de lo que ellos se llaman a sí mismos (evidentemente sin pretenderlo): unos OPORTUNISTAS.
     

    http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/la-transicion-y-sus-problemas-5402/#com924660
     

  9. malpharus dice:

    El mundo real…
    General Wesley Clark: Plan de Estados Unidos de invadir 7 países en 5 años.
    Esta entrevista se dio en el año 2007
    http://www.youtube.com/watch?v=3HZ9FZdblrM

  10. manuelp dice:

    En el mundo real y con esos razonamientos simplistas y esa visión “ingenua” de las situaciones , Wesley Clark no hubiese llegado jamás a general de cuatro estrellas en el US Army.

  11. Nimaste dice:

    En el siglo XIX y principios del XX, los paradigmas científicos y filosóficos cayeron hechos añicos, así el Creacionismo ante el Evolucionismo, la Fisica clásica ante la Relatividad, la Economia ante el Marxismo, la Psicología ante el Psicoanálisis y, sin embargo, esos nuevos paradigmas están hoy tan agotados y estériles como aquellos a los que derribaron. Entretanto la Iglesia sigue ahí después de dos mil años. ¿Por qué?. En mi opinión porque asumió los principios de organización vertical de Roma y los de pensamiento racional de Grecia.
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    Sobre el marxismo y el psicoanálisis concedo, pero sobre el evolucionismo y la relatividad no.
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    No puede decirse tajantemente que la teoría de la relatividad derrumbó a la física newtoniana. Para los cálculos de toda la vida sigue empleándose la física de siempre. Y, por otra parte, la teoría de la relatividad no fue un paradigma dominante del todo. Casi desde el principio las propuestas teóricas de Heisenberg permitían explicar aspectos que escapaban a la teoría de Einstein. La teoría de la relatividad (Einstein) y la mecánica cuántica (Heisenberg) estuvieron casi desde el principio rivalizando. No hubo un paradigma único a vencer.
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    Teorías posteriores, como la de las supercuerdas, aunque mantienen público en tanto que son televisables, tienen más bien poca consistencia, según los que andan metidos en la física. Me han dicho por ahí que la teoría de las supercuerdas es tan sólo un gran ejercicio matemático que en algún punto abandona el terreno de lo empírico para construir tan sólo a partir de suposiciones. Exagerando un poco me decían que aquello es como una monadología contemporánea.
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    Y sobre el evolucionismo. Bueno, será que estoy atorado en los setentas, pero me parece que es una teoría plenamente vigente, y mucho más si consideramos que no ha aparecido una teoría más completa. ¿Cuál es la fisura del evolucionismo? Si se apela a que la evolución no implica “progreso” pues eso ya es algo que incluso aparece en libros de difusión editados en los sesentas. Que el proceso evolutivo no implique mejoras no indica que sea una teoría falsa en sus fundamentos. Pero bueno, tal vez Manuelp se refiera a otros aspectos, como al hecho de que parece demasiada casualidad que a base de puras casualidades y pequeñas mutaciones genéticas una especie vaya agregando mejoras, de modo que uno pueda decir que a partir de una humilde célula eucarionta surgió, gracias a ese proceso, el mismísimo Stalin.
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    Sobre el supuesto diálogo entre la iglesia y el marxismo tal vez habría que considerar una pista que me parece muy importante: ¿Por qué salió más contaminado el catolicismo hispanoamericano que el estadounidense o el polaco?
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    Acá todavía tiene cierta importancia el engendro aquel de la teología de la liberación. Entre mis compañeros que aún creían en Dios aquello era el mejor modo de acomodarse a la posmodernidad. Y es que al parecer anímica y profesionalmente resulta(ba) más prudente absorber el marxismo, pero agregándole la creencia en Dios, que aventarse la hazaña que ha recorrido Doiraje de comprender la filosofía aristotélico-tomista (¿será esto lo más próximo a la Verdad que podemos alcanzar por vías racionales?). Además, ciertas lecturas del evangelio permiten que uno se deje seducir por el marxismo. Es más difícil lo contrario: que a partir del evangelio uno se decante por el liberalismo. En este caso hay que forzarle más y apelar a la tradición católica desarrollada durante la edad media.
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    También habría que agregarse otra pista: tengo entendido que ya no es una necesidad curricular dominar el latín en los seminarios. Me parece que esto es un indicio de que la calidad académica en los seminarios ha ido disminuyendo, lo cual, según opino, hace que los seminaristas sean más permeables a los ismos de todo pelaje, como parece que sucedió con este tipo:
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    http://www.alertadigital.com/2013/04/09/un-cura-mexicano-usa-en-su-sotana-pines-del-che-guevara-reconoce-mantener-relaciones-sexuales-y-ser-indiferente-ante-la-existencia-de-dios/
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    Acá el autor paradigmático de aquello es Enrique Dussel. Por lo visto no hay intenciones de cambiar de giro. Su obra, desde 1988:
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    •Hacia un Marx desconocido. Un comentario de los Manuscritos del 61-63, 1988.
    •El último Marx (1863-1882) y la liberación latinoamericana. Un comentario a la tercera y cuarta redacción de “El Capital”, 1990.
    •1492: El encubrimiento del Otro. Hacia el origen del “mito de la Modernidad”, 1992.
    •Las metáforas teológicas de Marx, 1994.
    •Apel, Ricoeur, Rorty y la Filosofía de la Liberación con respuestas de Karl-Otto Apel y Paul Ricoeur, 1994.
    •Historia de la filosofía y filosofía de la liberación, 1994.
    •Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exlusión, 1998.
    •Ética de la liberación ante Apel, Taylor y Vattimo con respuesta crítica inedita de K.-O. Apel, 1998.
    •Posmodernidad y transmodernidad. Diálogos con la filosofía de Gianni Vattimo, 1999.
    •Hacia una filosofía política crítica, 2001.
    •Ética del discurso y ética de la liberación (con Karl-Otto Apel), 2005.
    •20 tesis de política, 2006.
    •Filosofía de la cultura y la liberación, 2006.
    •Política de la liberación. Historia mundial y crítica, 2007.
    •Materiales para una política de la liberación, 2007.
    •Frigørelsesfilosofi, Forlaget Politisk Revy, København, 2008
    •Política de la liberación. Arquitectónica, 2009.
    •Historia del Pensamiento Filosófico Latinoamericano, del Caribe y “Latino” (1300-2000)
    •Carta a los indignados, 2012.
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    Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Dussel

  12. doiraje dice:

    Don Pío, yo no hablaría tanto del diálogo Iglesia-marxismo cuanto del diálogo Iglesia-modernidad, entendiendo por modernidad no tanto una ideología determinada como la creciente secularización del hombre y de las sociedades, de la desaparición de Dios y su Palabra de la vida social y personal en nuestro tiempo. Nos llevaría muy lejos tratar de analizar todas las dimensiones de este problema, que sigue sin resolverse. Como esto lo lee bastante gente, comenzaré por precisar los antecedentes más inmediatos que usted y los compañeros comentaristas conocen. Siempre es bueno enmarcar bien de qué hablamos. A partir del punto sexto, intentaré responder a su pregunta, o más bien apuntar unas opiniones personales sin mayor valor. Y perdonen por la extensión.
     
    1.- A finales de los años 50 del siglo pasado Juan XXIII expresa abiertamente la necesidad, que muchos sentían de forma callada, de que la Iglesia debía anunciar el mensaje evangélico de un modo nuevo para poder tener presencia en la vida y en las conciencias de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. No se trataba de adaptar el mensaje a las nuevas concepciones filosóficas y antropológicas en vigor (entre las que se encontraban de forma muy sobresaliente el marxismo), sino de hallar o construir el camino para hacer valer con renovada fuerza la Verdad de Dios a unos hombres que cada vez sentían que dicho mensaje y dicha Presencia les era menos necesaria y útil en sus vidas. No otra cosa era el famoso aggiornamento de la Iglesia del que tanto se habló durante el Concilio Vaticano II (CVII), convocado para este fin eminentemente pastoral. La Verdad que proponía la Iglesia era la misma que en tiempos de Jesucristo, pero los hombres a los que se dirigía ese mensaje eran ya radicalmente distintos, mucho más parecidos a los atenienses con los que se encontró Pablo de Tarso cuando los visitó en sus viajes anunciando el evangelio: hombres que no habían oído hablar del Dios de los cristianos a los que su mensaje se les antojaba extravagante y sin sentido.
     
    2.- La creciente secularización de la sociedad durante los dos últimos siglos, muy en especial desde la Revolución francesa (aunque las huellas remotas de la misma se encuentran en el final del medievo), hizo mella en muchos miembros de la Iglesia. Aunque la Iglesia no es una institución mundana más, es decir, que pertenezca al mundo, pues es creación del Hijo de Dios; sin embargo sí está en el mundo y en el mundo opera. A pesar de que hasta los años del CVII la Iglesia se había mantenido fuerte en apariencia por su férreo inmovilismo en todas sus facetas (aislamiento de la Curia, liturgia sólidamente establecida desde hacía varios siglos, funcionamiento interno fuertemente jerarquizado y reglado de carácter muy estable, etc.), lo cierto es que el mundo aquel del que parecía protegerse y aislarse ya estaba ejerciendo su influencia soterrada. Faltaba darle un poco de cancha, de espacio para respirar, para que todos los espíritus críticos y disconformes que se hallaban en su interior adquirieran cuerpo e influencia. Y esto fue lo que propició de forma involuntaria el CVII, más aún durante los años inmediatamente posteriores al mismo.
     
    3.- Más allá de los aciertos o los fallos del CVII en cuanto a la formulación de sus propuestas pastorales y a su programa de reformas, lo cierto es que la lectura que se sacó de aquel fue que la Iglesia se debía adaptar a los tiempos presentes rompiendo con la Tradición, con el Magisterio, con la Liturgia y hasta con los dogmas de fe. Por supuesto, no fue esta la intención de Juan XXIII, de Pablo VI ni de los padres conciliares, pero no es menos cierto que en esa búsqueda de acercamiento al hombre contemporáneo sí cayeron en ambigüedades objetivas registradas en los documentos que se aprobaron y que fueron entendidos de forma errónea, intencionadamente errónea por no pocos, lo que provocó consecuencias imprevistas y graves en muchos ámbitos como los señalados más arriba.
     
    4.- En este caldo de cultivo de agitación y cambio que a la propia Iglesia pareció venirle grande, teniendo en cuenta su falta de control del mismo como las negativas consecuencias que trajo el CVII a su vida espiritual y moral, se abrió el camino a todo tipo de actitudes heterodoxas cuando no abiertamente heréticas en su seno. Y en este punto, en efecto, el marxismo fue una doctrina que ejerció una gran influencia en sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos. Hasta surgió toda una “Teología”, la llamada teología de la liberación, que no era más que una marxistización total y brutal, burdamente simplificadora, del mensaje evangélico, por la cual Jesucristo pasaba a ser una suerte de Ché sin armas y sin ejército, pero que hacía propaganda de la misma justicia social e igualitarismo que la de los comunistas.
     
    5.- Los resultados para la Iglesia, en efecto, fueron desastrosos, como desastrosas fueron las consecuencias para el hombre contemporáneo, más alejado de Dios que nunca, con una Iglesia en la que estaban desapareciendo sus signos de identidad milenaria, en la que cada vez con más dificultad se podía encontrar una sana espiritualidad y un contacto sereno y profundo con la Palabra de Dios. Desde este punto de vista cabe hablar sin error o exageración de que el Concilio Vaticano II fue, al menos hasta hoy, un Concilio fallido o fracasado, pues ninguno de los objetivos que se planteó fueron cumplidos y los resultados para la comunidad cristiana y para la evangelización fueron en extremo perniciosos. La providencial aparición de Juan Pablo II y posteriormente de Benedicto XVI supuso una recuperación de la Iglesia y una vuelta a poner las cosas en su sitio, con todo aún de forma muy incompleta, pues la necesidad de la Iglesia que definió Juan XXIII al convocar el Concilio sigue sin ser satisfecha: ¿cómo llegar al hombre de hoy para proponerle o presentarle la Verdad de Dios? La pregunta sigue sin respuesta, aunque Juan Pablo II le puso un nombre muy acertado a esta tarea pendiente: Nueva Evangelización. A día de hoy nadie sabe, ni siquiera el Papa Francisco, cómo llevarla a cabo.
     
    6.- ¿Pero cuáles fueron las razones de este clamoroso fracaso? En primer lugar, es muy difícil corregir la dinámica de la historia (o como dicen algunos de forma pedante, el “espíritu de los tiempos”) que comenzó a torcerse hace siglos. Volver a presentar la Verdad de Dios al hombre occidental tras siglos de exitosa lucha contra este objetivo es una reconquista muy ardua. Pues resulta mucho más difícil que recuperar un terreno antaño perdido, recuperar una mentalidad, una forma de vivir la existencia de la propia vida y la de los demás, en definitiva, recuperar una concepción integral del mundo que ha sido apartada y hecha irrelevante, insisto, con gran éxito.
     
    Es curiosa y extrañamente trágica la situación de la Iglesia en este momento histórico: sabe cuál es la Verdad, pero no sabe cómo hacerla llegar. El problema del hombre contemporáneo es justo el contrario: no sabe dónde ya buscar ni si existe verdad alguna. Y sin embargo una y otro no son capaces de encontrarse. Y este “desastre” (tragedia, más bien) no es responsabilidad solo de una de las partes. El paganismo de hoy día rechaza siquiera concebir la idea de una realidad trascendente, de una voluntad suprahumana ya sea exterior (Dios) o interior (en forma de verdad ontológica o naturaleza esencial), de una moral heterónoma  cuya autoridad nos preceda y no proceda de nosotros. El hombre occidental actual sigue siendo monoteísta, sí, pero de sí mismo: no reconoce más dios que su yo, y así es muy difícil que ninguna propuesta de verdad trascendente pueda prosperar, más allá de esos pensamientos o creencias infantiloides que nosotros mismos nos inventamos a la medida de nuestros deseos y comodidades (la New Age y sus múltiples derivados orientalistas, por ejemplo).
     
    Pero también la Iglesia es responsable de este esencial desencuentro. En primer lugar, la Iglesia como institución creada por Jesucristo no es pecadora, y su espíritu sigue alumbrando y guiándola en todo tiempo y circunstancia. Esa es la esperanza en la que se funda todo católico con respecto al futuro exitoso de la Iglesia. Pero ella está integrada por hombres; y estos sí son pecadores. Y mucho. Por un lado, la Iglesia se ha abandonado a mi modo de ver, por una inercia de siglos de hegemonía en todos los planos, a una actitud de superioridad, de autosatisfacción, de suficiencia vana que les ha hecho reaccionar tarde, mal y nunca, como suele decirse, a los desafíos ideológicos, culturales y morales de los últimos tiempos. Esto ocurrió en el siglo XIX, en el XX y sigue ocurriendo actualmente. Es verdad que la Iglesia hoy ha tomado clara conciencia de su situación de postración frente al mundo moderno, pero aún no ha dado con las fórmulas o los caminos para conectar con el hombre contemporáneo. Personalmente siento a los sacerdotes aún muy lejos de comprender cómo moverse en este mundo; a la Curia necesitada de una reforma urgente, radical y muy profunda que no sé si están dispuestos a tolerar ni el Papa Francisco capacitado para dirigirla y elaborarla; a los católicos de a pie muy perdidos, en una situación en la que, desorientados y aislados, e inevitablemente influidos (mejor dicho, pervertidos) por un entorno hostil y refractario, cada uno hace lo que puede, lo que entiende y también lo que quiere, sin que los pastores actúen sobre esa anomia espiritual más que sacando documentos farragosos doctrinalmente correctos que nadie lee (a veces son literalmente ilegibles).
     
    La experiencia que acumula la Iglesia sobre el hombre y sus anhelos más profundos es enorme. Dos mil años no han pasado en vano y ese patrimonio, ese inabarcable tesoro espiritual, moral y doctrinal está ahí y sigue siendo perfectamente válido. De lo contrario, no sería la Verdad. Y la Iglesia, por otra parte, sigue al amparo y cobijo de la acción del Espíritu Santo, que nunca abandona a sus hijos. Aunque allí se encuentran las respuestas a todos los enigmas que se plantea el hombre de cualquier tiempo, lo cierto es que debemos encontrar una forma nueva de hacerlos revivir, y es forma nueva no puede ir en menoscabo de los contenidos de ese impresionante patrimonio: la Verdad en su esencia no puede ser alterada, simplificada o mutilada para agradar, seducir o adaptarse a la sensibilidad del hombre de cada época. Esto supondría un ataque directo a la misma naturaleza de Verdad del mensaje evangélico. Pero encontrar este nuevo cauce exige actitudes personales en el cristiano, ya sea laico de a pie o cardenal, muy distintas de las que vemos hoy en día. Nuestro éxito pasa por vivir la Palabra de Dios en toda su plenitud, como testimonio de vida diario y cotidiano, sin acomodamientos a los intereses de un mundo por completo ajeno a él. Esto es muy difícil sin que la Iglesia (Jerarquía y cristianos de a pie) no conciba formas de organización nuevas que hagan posible esta forma de vida en medio del mundo. Las Parroquias no son el instrumento adecuado para esta más que necesaria revitalización. No se trata tampoco de volver a crear al enésima Órden, organización carismática o movimiento espiritual. Pero antes de pensar en organizaciones de vida debemos saber qué queremos vivir, a quién queremos seguir y qué precio estamos dispuestos a pagar por ello.
     
    De momento, la impresión es que gana el mal, el príncipe de este mundo. Pero esto es solo una etapa, tal vez la definitiva, quién sabe, de la historia de la Iglesia. Y su final ya lo sabemos. No hay nada que temer en este sentido.

  13. Nimaste dice:

    Copiado e impreso, Doiraje. Espero no te moleste.

  14. manuelp dice:

    El Evolucionismo y la Relatividad están empantanados en callejones sin salida. Despues de miles y miles de trabajos y tesis cada vez es mas evidente el caracter ilusorio del evolucionismo Darwinista.

    http://evolucion-y-darwinismo.blogspot.com.es/

    http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Leguizamon/OrigenDeLaVida_00.htm

    En cuanto a la Relatividad, la Mecánica Cuántica y “tutti quanti” al final siempre se topan con el mismo problema ¿que había antes del Big Bang? y por mas ecuaciones supercomplicadas que se formulen nadie lo ha dicho con verosimilitud. Ultimamente leo que lo que Einstein calificó como el mayor error de su vida científica La constante cosmológica se ha vuelto a poner de actualidad.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Constante_cosmol%C3%B3gica

  15. doiraje dice:

    Perfecto, Nimaste. Haz el uso que desees de él.

  16. malpharus dice:

    Espléndida exposición Doiraje. Un poco larga, pero ha valido la pena. Sobre todo me ha gustado mucho que puntualizaras que no era intención de Juan XXIII, que el Concilio Vaticano II estuviera a día de hoy, todavía sin comprender. Hay muchos que achacan a Roncalli la culpabilidad de la situación, cuando eso no es justo de ninguna manera. Es más, estoy convencido que el Concilio estaba inspirando por el Espíritu Santo, no me cabe ninguna duda. Y tampoco creo que tan difícil de comprender. Lo que pasa es que somos muy extremistas. Y la comprensión de lo que buscaba Juan XXIII, requiere de cierto equilibrio, y de muy poco ego por supuesto.

    Cuando yo he expuesto mis razones lo he hecho de una manera simple, y sigo insistiendo que si han habido sacerdotes que se han malogrado, por decirlo de alguna manera, es porque en el fondo eran materialistas, y no conocían a Cristo en realidad. Ni históricamente o evangélicamente, ni mucho menos espiritualmente. Cristo no fue un Che de la no-violencia. Eso es prácticamente el mismo error en que cayeron los propios judíos de aquel tiempo. El vino a traernos la buena nueva del Reino. Su mensaje era pura y exclusivamente espiritual. No tenía nada que ver con pobres, romanos, opresores ni nada que tuviera que ver con el mundo…

    En fin, enhorabuena por el trabajo… 

  17. manuelp dice:

    doiraje

    Dice usted:

    ¿Pero cuáles fueron las razones de este clamoroso fracaso? En primer lugar, es muy difícil corregir la dinámica de la historia (o como dicen algunos de forma pedante, el “espíritu de los tiempos”) que comenzó a torcerse hace siglos.

    Es curioso pero ese argumento es el mismo que utilizan los oficiales franceses de Argelia en las novelas de Jean Larteguy- que fue uno de ellos- para justificar su fracaso para detener los procesos revolucionarios comunistas del tercer mundo. Y, sin embargo, el comunismo se derrumbó apenas treinta años después de que pareciese que la conquista del mundo por él era inevitable.

  18. malpharus dice:

    Juan XXIII era un hombre que creía en el diálogo, y sobre todo en la paz (por favor no comparar con ZP). El quería que la Iglesia cesara de condenar a nadie. Por ejemplo, toda la pasión de la Curia en aquel entonces era que el Papa condenase a la Unión Soviética, que excomulgase a todos los comunistas. Y el se negaba, porque creía que había que condenar si acaso al comunismo pero no a los comunistas. Creía que había que buscar siempre los que nos une con los demás, especialmente con los hermanos separados: protestantes, anglicanos, ortodoxos, etc… Quería que la Iglesia se dirigiera a los fieles con palabras nuevas, adaptadas a los nuevos tiempos. Pero dejó bien claro que el Concilio no era para cambiar ningún dogma, ni variar la doctrina. No dijo que tuviéramos que hacernos comunistas. No sé, a mi me parece que no es tan difícil de entender…

  19. manuelp dice:

    ¿No creen ustedes los católicos que a los que somos agnósticos por no creer que el catolicismo- o cualquier otra religión revelada- sea la “auténtica Revelación” nos atraería más una postura como la que Kant dice en La Religión dentro de los límites de la mera Razón?. Es decir un enfoque Moral de la Fe.

  20. malpharus dice:

    Es que ese enfoque existe Manuel… A ver, yo no soy la persona más indicada. Pero usted no tiene porque quedarse con toda la doctrina. No se trata de ser o llamarse católico o protestante. Se trata de conocer a Cristo. Y desde el punto de vista moral, es una forma fantástica de hacerlo…

  21. Nimaste dice:

    -
    Opino que lo que has dicho ya lo han dicho otros, Doiraje, pero no por eso dejo de lamentar que tu comentario, tan bien construido, acabe diluyéndose en la sección de comentarios.
    -
    Aunque por incapacidad me siento ajeno al cristianismo ya que Dios, los ángeles, el diablo y las apariciones marianas aún me parecen un entretejido de absurdos creo que es muy triste que aquello se pierda. Más por sentimientos que por justificaciones racionales. Pero bueno. Recuerdo un poco lo que dice cierto personaje en una novela negra mexicana, el Complot Mongol: el que no conoce a Dios a cualquier pendejo se le hinca.
    -
    Nota: pendejo significa gilipollas.
    -

  22. malpharus dice:

    Eso es parte del Concilio, en mi opinión. Que usted se acerque a Cristo sin ningún compromiso ni condena por las conclusiones que usted pueda sacar de ese conocimiento. La Iglesia debería y de hecho le invita a que conozca lo que considere más oportuno. Pero ha de ser una experiencia personal, una búsqueda íntima, eso no quiere decir que no pueda hablar con alguien, o algunas persona. Pero el trabajo es suyo. Cristo no es un partido político que tenga un programa al que usted deba adherirse como una condición sina qua non. Nosotros queremos que conozca a Cristo pero no le obligamos a nada. Eso es parte del espíritu del Concilio Vaticano II, en mi opinión. Ya digo que quizá no sea la persona más indicada, pero créame que yo lo vivo así…

  23. doiraje dice:

    # malpharus
     
    Gracias, Miguel Ángel, no es para tanto.
     
    Sí, esa fue la apuesta de Juan Pablo II, de Benedicto XVI y parece del Papa Francisco: recuperar el CVII de las interpretaciones deformadoras y, en su caso, depurar errores o ambigüedades en la enunciación de ciertas afirmaciones. Benedicto XVI parecía querer revitalizar la liturgia promoviendo los ritos preconciliares y modificando aquellos del Novus Ordo Misae más controvertidos. Pero parece que esto se ha parado con el Papa Francisco, pues este tiene un interés por la liturgia perfectamente descriptible.
     
    # Manuel
     
    Más allá de coincidencias, lo cierto es que es muy difícil. Sin duda, lo que hoy parece una derrota en toda regla o un objetivo imposible de lograr, mañana es lo opuesto. Pero lo cierto y verdad que el desafío que la Iglesia tiene en estos momentos es difícil como pocos. Y tan seguro que la Iglesia saldrá con bien de esta circunstancia como los enemigos de ella acabarán siendo un recuerdo del pasado que estudiarán los eruditos.
     
    Y en cuanto a su pregunta, sí, claro que les puede atraer más. Pero cada uno en conciencia debe plantearse si con un enfoque moral de la fe les basta. Desde luego, es mejor ser agnóstico así que defender un relativismo feroz y banal a un tiempo que esté al albur de las circunstancias.

  24. doiraje dice:

    # Nimaste
     
    No te preocupes. Aquí decimos que sarna con gusto no pica. Por lo demás, estoy acostumbrado en mi vida a que pocas cosas de las que hago o he hecho sean valoradas. Ya me he acostumbrado.
     
    Y desde luego, en efecto, no he sido nada original. Ni lo pretendía.
     
    Desde fuera de la Iglesia, por personas que sin embargo reconocen el valor de la misma, como D. Pío, a veces se observa como si la Iglesia estuviera en los últimos estertores y que sus rivales son más poderosos que ella. Cualquier católico de fe fuerte o con simples conocimientos históricos sabe que tales enemigos no tienen nada que hacer frente a ella. ¿Obama, la masonería, el marxismo, la Ilustración el aborto, el gaymonio? No quedará de ellos más que la referencia historiográfica de su existencia. Aunque nosotros no lo veamos. Es cierto eso de que los tiempos en la Iglesia son distintos al del resto. 

  25. manuelp dice:

    Bueno, yo cada vez tengo más claro que la propia naturaleza humana hace evidentes los presupuestos de la Razón practica de Kant; la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

    Pero lo que ya no es tan evidente para mí es que Dios se haya revelado al hombre, como afirma el Cristianismo, este en su mensaje original tenía una evidente anunciación del fin de los tiempos y ese fin no se produjo ni se ha producido.

  26. Kufisto dice:

    Todo se perderá como lágrimas en la lluvia, Doiraje, pero algunas llevarán tu nombre dentro:

    - “Esta es de E. Jairod”
    - “Resucítese”

    No quiero parecer blasfemo, pero me sale la broma hasta cuando intento ser serio.

    Da gusto leer a un católico cuando escribe sin guantes, acostumbrado como estuve a hacerlo con quienes se visten de buzo para coger el boli.

    Y Nimaste también llevará el copyright en sus lágrimas.

    Vaya lujazo de comentaristas, Pío…

     

  27. malpharus dice:

    Pues esto ya es más peliagudo porque sino se acepta que haya habido cierta revelación, se puede dudar incluso de la existencia de Cristo, porque históricamente no hay pruebas irrefutables de que haya sido realmente un personaje histórico. (Que me perdonen si me equivoco… aunque a mí no me ha preocupado nunca demasiado). Y la base del Cristianismo es Cristo. Sin Cristo y los Evangelios, es muy difícil…

    De todas formas, si volvemos a lo que expresabas sobre el enfoque moral, que quizá sería una manera más sencilla de acercarse a la doctrina, pues hay cantidad de textos que podrían interesantes sobre la vida de muchas personas que realmente han sido un ejemplo, justamente en el aspecto moral de la vida. Ya no hablo de místicos, porque eso ya se aleja de esa sencillez que pedías. Pero eso es como todo. Si hay curiosidad o interés en el tema, pues es lo único que hace falta…

  28. manuelp dice:

    Amigo, Miguel Angel, es que si se acepta la Revelación lo demás viene de seguido. Es lo mismo ad contrarium que lo que decia San Pablo “Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe”. Y para esto no tiene nada que ver la historicidad del personaje de Cristo- que se da por cierta- sino la Verdad de su Palabra.

  29. doiraje dice:

    Muchas gracias, Kufisto. Pero no es para tanto.
     
    Bueno, Manuel, espero que algún día, con la ayuda de Dios, lo vea más claro. Usted es de aquellos que sin saberlo está más cerca y más habitado por Él que muchos de los que no se les cae de la boca el nombre de Dios. Ojalá que algún día lo descubra usted en su interior. Rezo por ello.

  30. manuelp dice:

    Bueno, doiraje, gracias por sus intenciones,. Esperaremos lo que tenga que ser. Buenas noches.

  31. doiraje dice:

    Buenas noches, Manuel.

  32. gorgias dice:

     
     
    Ya que estamos con el tema de la iglesia y el marxismo….
     
    Hablando del nuevo Papa….
     
    ¿Verdad o mentira? ¿Serpiende de verano, montaje burdo o realidad?
     
    http://fesqf.blogspot.com.es/2013/06/jorge-mario-bergoglo-entrevistado-o-no.html
     
    De ser esto cierto a más de uno aventuro que le va a dar un soponcio.

  33. Sapristi dice:

    Hola a todos.
     
    ¿Por qué será que a los narcos, banqueros, políticos siempre les tocan los peores juces, masgistrados que no saben instruir un sumario en condiciones y que incurren en todo tipo de irregularidades, y en cambio a los pobres desgraciados que son detenidos por robar una barra de pan o a los morosos que no pueden pagar la hipoteca al banco les tocan jueces excelentísimos que no se equivocan nunca?
     
    Por si alguien no lo ha advertido, estoy tratando de ser irónico.

  34. doiraje dice:

    Vaya usted a saber, gorgias. El estilo es de él, eso sí.

  35. lead dice:

    [El mundo moderno, que se inicia en el siglo XVIII, es el producto culmen de la civilización occidental, a cuya configuración contribuyó decisivamente la Iglesia: ¿está hoy convencida la Iglesia de que eso es así? ¿cuándo se reconciliará con él?]

    Dice hoy Moa:

    Los regímenes comunistas no daban señales de debilidad, mientras que los “capitalistas”  sufrían una fuerte corrosión.  Por tanto, muchas autoridades eclesiásticas debieron de pensar que la historia marchaba por ese camino, de modo que, previendo el futuro, convenía adaptarse a él sustituyendo la confrontación directa por un diálogo que suavizara  a los comunistas y atrajera a la religión católica a sus jefes o intelectuales. Supuestamente, la Iglesia debería llevar las de ganar en ese diálogo,  dada su experiencia de pensamiento y dialéctica de casi veinte siglos. Pero ocurrió lo contrario. ¿Por qué?}

    Supongo que el error estuvo en la frase de Moa que subrayo: que parte de la Iglesia creyó que “la Historia marchaba por ese camino”, es decir, el señalado y recorrido por ese aparentemente triunfante marxismo. Esa cesión intelectual –pensar que tu enemigo está en la posición correcta– es empezar a perder (por no decir, perder totalmente, como en una partida de ajedrez mal iniciada) sin haber dado siquiera batalla alguna. Y “dialogar” sobre esa base con el que supones está “en la correcta dirección de la Historia” es suicida, pues si ya no crees en el fundamento y fortaleza de tus verdades, en el “diálogo” estás a la defensiva, convirtiéndose éste en un proceso de asimilación progresiva de las “verdades” de tu enemigo  …que es lo que ocurrió (así, la “Teología de la Liberación” y la defensa política y social de los grupos revolucionarios marxistas, como ocurrió –y todavía ocurre–con los jesuítas en Hispanoamérica). [*]

    Cuando ves fortaleza en tu enemigo (en aquellos años, hasta Kissinger daba como triunfante al comunismo en una parte importante del mundo  de forma permanente) lo inteligente es una política de “coexistencia pacífica” — pues también el mundo comunista veía la tremenda fortaleza científica, tecnológica y económica de Occidente– sin cesiones mutuas en el terreno de las ideas: cada uno en su campo gestionando la parte del mundo que le corresponde (aunque con políticas subterráneas  –así, las culturales o de “ayudas al desarrollo”—- para ir minando el campo contrario) :

    http://es.wikipedia.org/wiki/Coexistencia_pac%C3%ADfica 

    Y cuando un líder occidental como Ronald Reagan apreció las carencias de su enemigo en los terrenos fundamentales para sostener un equilibrio a largo plazo (en ciencia, tecnología y economía), es cuando pasó al ataque, derrotándole sin disparar un solo tiro (directo entre ellos, pues indirectos a través de los respectivos países–peones hubo muchos en aquellas décadas).

    [*] Además, desde que se inicia el mundo moderno con las revoluciones liberales del siglo XVIII (incluyendo la Revolución Industrial), han existido dentro de la Iglesia posiciones abiertamente opuestas y de rechazo a dicho mundo moderno (recordemos el famoso “El liberalismo es pecado” que se produce hacia mediados del siglo XIX…y sigue vigente de forma notable en el mundo católico). Una parte apreciable del mundo católico , ese para el que “el Liberalismo es pecado”, sigue instalada en un comunitarismo de las “buenas intenciones”  – tipo “un mundo mejor es posible”– desconociendo y desconfíando de uno de los mecanismos demostradamente más eficiente de cooperación social (si no el más eficiente, según von Mises): el Mercado (acompañado del Estado de Derecho). En tal situación, ese feroz anticapitalismo (anti-Mercado y antiliberalismo) católico –no hay más que oir a Juan Manuel de Prada en Intereconomía Televisión– puede producir –como así ha sido en muchas partes del mundo– connivencias católico–marxistas frente al común enemigo “liberal–capitalista”.

    Mientras esa parte de la Iglesia no reconozca que el mundo moderno es un producto  de la civilización occidental, su producto culmen, a la que ella contribuyó a configurar de forma esencial, la Iglesia continuará a la defensiva o, peor, sin saber qué está defendiendo. Juan Pablo II empezó a corregir el rumbo, rumbo que continuó Benedicto XVI con su sólida posición doctrinal. Veremos qué ocurre con el Papa Francisco. 

  36. Nimaste dice:

    Parece que está contestando Juan Ramón Rallo…
    -
    ——————————–
    -
    Aquí decimos que sarna con gusto no pica.
    -
    Acá también, pero es una frase poco frecuente. Iba a compartir una frase que pensé era local pero no, ya veo que la inventó un español: “ni están todos los que son, ni son todos los que están”
    -
    Para mí tiene cierto significado referido a la política o incluso a las prisiones, pero veo que el usual es otro. Veamos:
    -
    La frase se emplea para dar a entender que alguien, a juzgar por sus palabras o sus acciones, que no está muy bien de la cabeza. Para comprender el significado habría que completar el dicho: «Ni están en el manicomio todos los que son locos, ni son locos todos los que están en el manicomio.» Posiblemente el dicho proceda de un refrán o de alguna canción transmitida de forma oral, ya que en una obra teatral de Ramón de Campoamor (1817-1901), <<Cuerdos y locos>>, uno de los personajes, loco, dice: «Pues como dice el refrán, / en esta santa mansión, / ni están todos los que son / ni son todos los que están.».
    -
    Fuente: http://www.esacademic.com/dic.nsf/sp_sp_dichos_refranes/1490/ni
    -
    Y sobre Ramón de Campoamor: http://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_de_Campoamor

  37. lead dice:

    gorgias @21:44

    Termino mi post anterior con esta frase:

    {Veremos qué ocurre con el Papa Francisco.}

    Si lo que dice el texto periodístico refleja fidedignamente lo que le dijo el Papa Francisco al periodista Chris Matthews,  este Papa continuaría el rumbo de los dos Papas anteriores; es decir, la Iglesia no estaría a la defensiva, cediendo posiciones al socialismo de cualquier color que éste sea sino que estaría defendiendo un posición propia. 

     

  38. Nimaste dice:

    Me refería al papa, no a Lead.

  39. Nimaste dice:

    Ah, bueno. Leí mal. La frase puede ser un refrán que es rastreable, cuando menos, hasta Campoamor.

  40. Ro dice:

    Don Pío,
     
    Principalmente veo un error de concepción en su análisis del “diálogo iglesia-marxismo”. Usted confunde Iglesia con “autoridades de la Iglesia”. Debe entender que la única “Autoridad de la Iglesia” que importa es Cristo. Y confundir a Cristo con cualquier hombre es (como cualquiera puede darse cuenta) un error muy grande.
     
    Así la Iglesia es la que fundó Cristo, que es su Cuerpo, del cual Él es la cabeza (Efesios 1:22-23)
     
    Por eso el diálogo Iglesia-marxismo al que se refiere no tiene ningún valor. se está refiriendo al dialogo que pueden haber tenido unos hombres equivocados de iglesia con el marxismo. Este me parece un dialogo muy difícil que se fuera a dar con Cristo. Algo así como diálogo Cristo-marxismo. Sería casi como Cristo dialogando con el diablo.
     
    Pero es que además ese dialogo que se dio después del CVII fue de solo algunas personas que malinterpretaron las conclusiones del CVII. No fueron de toda la iglesia, ni mucho menos, y además fue maliterpretando al CVII en el que se entendió que todo estaba permitido cambiarlo. Por decirlo de alguna forma fue un dialogo de todos esos curitas de aquella época que hemos vivido todos nosotros, que empezaron a cambiar cosas de la liturgia y que dejaron sus salones para que hablaran terroristas y cosas de ese tipo, que ya se puede ver que tipo de diálogo fue.
     
    Lo fundamental de la Iglesia, no cambió, ni puede cambiar, y se está regresando a ello en la liturgia y otros signos. Realmente impresiona que son cosas que han permanecido igual o parecidísimas incluso desde el Antiguo testamento, desde tiempos de Moises. Y no estoy exagerando nada. Muchísimas partes de la liturgia Judía son prácticamente idénticas a las nuestras hasta el día de hoy. Y si se parecen a las del antiguo testamento más permanecen aún invariables las de los primeros cristianos. Quiero decir que no hay dialogo posible, que no ha cambiado ni puede cambiar nada. A Juan Pablo II le decían que porque no instituía mujeres sacerdotes, o que porque no permitía esto o aquello, y él con la lógica que estoy exponiendo decía que no podía, que el era solo el vicario de la Iglesia de Cristo. No hay dialogo que permita cambiar nada. Quién no ve esto, no entiende nada.
     
    Está predicho también la segunda venida de Cristo y el fin de los tiempos y de que habrá en ese momento una gran apostasía, y de todo eso cada vez estamos más cerca. Lógicamente cada vez queda menos, pero que no se haya cumplido aún no quiere decir que no se vaya a cumplir nunca. Pero a cualquiera que tenga ojos le tiene que ser evidente que cada vez nos acercamos más a esta gran apostasía y falta de respeto a Dios.
     

  41. Ro dice:

    Sobre las supuestas declaraciones del Papa Francisco sobre el supuesto loby Gay, esto es lo que dice Frank Morera, que yo no sé pero me parece razonable:

     

    Respuesta por Frank Morera el día 6/13/2013:

    Hola Rodolfo.Ya comenzaron los “comecuras” y su jefe…poco duro la luna de miel con el Papa. Por si no lo sabes desde temprano en la manana la Iglesia dejo todo muy claro:
    Agencia Zenit
    “El papa Francisco, el supuesto lobby gay en el Vaticano y el morbo de cierta noticias Análisis de la repercusión en los medios de una supuesta afirmación del pontífice Por Jorge Enrique Mújica ROMA, 13 de junio de 2013 (Zenit.org) – La «noticia» acerca de una supuesta afirmación del papa Francisco en torno a la existencia de un lobby gay dentro del Vaticano ha poblado la prensa mundial en menos de 24 horas. El periódico español El Mundo dio un titular así: «El Papa Francisco: ‘Es verdad, en el Vaticano hay un lobby gay’» (11.06.2013). Y en la misma línea iban despachos de prensa y titulares como el de Associated Press («Pope Confirms gay lobby at work at Vatican»), el inglés The Telegraph («’Gay lobby’ in the Vatican, says Pope Francis»), el francés La Vie («Le pape crée la stupeur en affirmant l’existence d’un lobby gay»), el argentino La Nación («Denunció Francisco un “lobby gay” en la Iglesia«), el americano The Huffington Post («Pope Francis: Gay Lobby Exists») o el italiano Fatto Quotidiano («In Vaticano esiste una potente lobby gay»). Según el diario El Mundo, «El Papa habría reconocido abiertamente la existencia de un lobby gay en el interior del Vaticano» (el italiano Fatto Quotidiano acentuará «potente lobby gay» aunque no dice el porqué del «potente»). Y posteriormente El Mundo pasa a citar la fuente de donde tomaron las supuestas palabras del Papa, apelando a vaticanistas consultados (de los cuales, práctica habitual, no dan los nombres) para dar peso a que son palabras verdaderas y, finalmente, relacionar la renuncia de Benedicto XVI con el tema en cuestión. ¿Qué hay de cierto? El pasado jueves 6 de junio de 2013 el papa Francisco tuvo una conversación privada con el equipo directivo de la «Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas» (CLAR) en el Vaticano. No era algo extraordinario sino parte de esos momentos de encuentro y acogida que el papa Francisco está favoreciendo con muchos grupos y personas. En esa conversación se formularon preguntas al papa y él las contestó. No hay grabaciones de las mismas. Alguien –no se sabe quién– habría tomado apuntes y luego estos terminarían publicados en una web chilena («Reflexión y Liberación») la cual, sin verificar la autenticidad de los mismos, los publicó atribuyéndolos al Papa: «Publicamos dicho escrito como una noticia destacable, sin comentarios adicionales, sola una breve presentación resaltando la importancia de dicho encuentro en la Santa Sede no sólo para el personal consagrado, sino para todo el pueblo de Dios», afirman en un comunicado. «Reflexión y Liberación» es un portal creado por el senador Rafael Agustín Gumucio Vives, fundador de la Democracia Cristiana en Chile, quien falleció en 1996. Lo curioso de la atribución no comprobada de las palabras donde el papa habría dicho lo que los medios dicen que dijo es que con el papa sólo había seis personas y ninguna ha asumido personalmente haber tomado los apuntes supuestamente filtrados y publicados. El portal institucional de la «Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas» (CLAR) publicó el 11 de junio por la tarde un comunicado donde se expresa que de las conversaciones no hay grabación alguna sino sólo una síntesis en base a recuerdos de los participantes. Y subraya: «No se pueden atribuir al Santo Padre, con seguridad, las expresiones singulares contenidas en el texto, sino sólo su sentido general». No dejan claro si esa síntesis aludida es la publicada en la web chilena o si se trata de otra. En todo caso, considerando que en el Vaticano estuvieron seis personas en el encuentro con el papa, sólo ellas (y el papa) podrían afirmar taxativamente que lo del lobby gay es verdad, cosa que no ha sucedido. Al respecto el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, se ha limitado a decir: «El encuentro del Santo Padre con los miembros de la Presidencia de la CLAR era un encuentro de carácter privado. En consecuencia, no tengo alguna declaración a hacer sobre los contenidos de la conversación». Así pues, tenemos una «noticia» que puebla la prensa mundial en torno a un texto del que nadie se hace responsable, es decir sin autor, y que, de tenerlo, pondría en boca del papa palabras que quizá nunca dijo o que sólo la persona en cuestión entendió así; es decir, en torno a un supuesto. A eso se añaden las elucubraciones mentales de los periodistas que hacen entrar con calzador relaciones en temas como estos con la renuncia de Benedicto XVI y que luego lo convierten en artículo o reportaje. El aderezo con adjetivos que imprimen fuerza (recuérdese lo del «potente lobby gay» de Il Fatto Quotidiano) sólo muestran que se trata del uso de palabras que crean en el lector emociones de valor, en este caso para reforzar una idea sobre una entidad que ni siquiera se conoce pues hipotética. Por lo demás, nadie va a negar que titulares que vinculan lobby y Vaticano suscitan morbo y eso genera clics en web y ventas de periódicos. Es el «arte» de los titulares y de las noticias de cierto periodismo hodierno. ”
    http://www.zenit.org
    Resulta querido Rodolfo que todo el mundo hoy quiere ser gay, se alaba a los gay, se les quiere dar derechos especiales, no hay dia que no se aplauda a alguien que “sale del closet “, se anima a ser gay…La Iglesia Episcopal, Anglicana, Metodista, Presbiteriana y algunas Luteranas ordenan de Presbeteros y Obispos a personas gay que viven con sus parejas….EEUU y su presidente son PrO GAY y tienen un poderocisimo LOBBY EN WASHINGTON ….PERO ESTOS ELEMENTOS SE ESCANDALIZAN QUE EN LA IGLESIA HAYAN GAY????!!!!!!….QUIEN ENTIENDE A ESTAS GENTES???????
    Definitivamente el “liberalismo” es una enfermendad mental.
    Bendiciones+

  42. manuelp dice:

    Sapristi

    ¿Por qué será que a los narcos, banqueros, políticos siempre les tocan los peores juces, masgistrados que no saben instruir un sumario en condiciones y que incurren en todo tipo de irregularidades, y en cambio a los pobres desgraciados que son detenidos por robar una barra de pan o a los morosos que no pueden pagar la hipoteca al banco les tocan jueces excelentísimos que no se equivocan nunca?

    Jeje, será porque el Mercado (uno de los mecanismos demostradamente más eficiente de cooperación social ) asigna los recursos de la mercancía “Justicia” de la forma más eficiente posible.

  43. doiraje dice:

    # lead
     
    No voy a entrar a discutir si el liberalismo es el culmen de la historia de la civilización occidental y la responsabilidad que la Iglesia tuvo en semejante logro. No estoy nada seguro de que la historia siga una dirección determinada que suponga etapas y procesos culminantes de ningún tipo. La idea de progreso es algo completamente ajeno al pensamiento eclesial, pues para este no hay mayor progreso que aquel que suponga un mayor acercamiento a Dios de las almas de cada hombre y de sus pueblos. En este sentido, hablar que las sociedades liberales surgidas de la Revolución francesa y de las revoluciones liberales del XVIII y del XIX supusieron un progreso y más aún el culmen de la civilización en Occidente no deja de ser una broma de mal gusto, pues significó justamente una regresión sin precedentes de la relación del hombre con Dios tanto individual como socialmente considerada. No es la Iglesia la que se tiene que reconciliar con el error, sino este saber corregirse y acercarse a la verdad. Cuando se dé esa actitud reparadora, no dude de que la Iglesia acogerá a los hijos descarriados. Incluso los culminantemente descarriados.
     
    Pero vayamos a la pregunta clave que subyace en las inquietudes de Moa y de usted: ¿por qué una parte significativa, aunque siempre minoritaria, de la Iglesia fue seducida por la propuesta marxista y no en cambio por la liberal? Más allá de la muestra de ignorancia que tal tentación ya supone, lo cierto es que el marxismo implica una cierta concepción del hombre que, al menos en teoría, pretende una justicia social basada en la equidad, igualdad, reparto de la riqueza y protección de los más débiles. Esto le sonó muy bien a muchos dentro y fuera de la Iglesia. Ya sabemos en lo que quedó todo esto y en los modos que tenían para acceder a tal Arcadia feliz. Ni justicia, ni preocupación por los débiles, ni equidad, ni igualdad, ni libertad, ni nada que se le pareciera. Pero lo cierto es que engañaron; y aún los últimos que van quedando pasan en su fantasía (pues la realidad histórica, aun con retraso, ya les ha puesto en el lugar que merecen) por ser gente rigurosa en sus análisis y de moral alta que les hace sentirse superiores a los que no compartimos sus tesis. Pero lo cierto es que había una cierta “mística”, con perdón de la expresión, sobre el hombre, la justicia, la libertad. En este sentido, los más ignorantes de entre los cristianos confundieron la mística marxista con la verdadera mística del amor de Cristo por sus hijos. Ese era su arrasador atractivo al que el liberalismo poco podía oponer, más aún teniendo en cuenta que las condiciones económicas  y morales que el liberalismo salvaje del XIX implantó en las sociedades industrializadas, muy en especial en Inglaterra, fueron tan brutalmente inhumanas y alienantes que propiciaron la reacción marxista y los análisis sobre la economía capitalista. En definitiva, no había color…

  44. De Elea dice:

     
    La verdad es que hablar de “dialogo con el marxismo” es quedarse un poco corto, en el mismo sentido podría hablarse de “dialogo con el liberalismo” o casi con mas propiedad de “dialogo con la “modernidad””, “modernidad en el sentido que le daba Belloc:
     
    http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Belloc_Hilaire/LasGrandesHerejias_02.html#_Toc208667315
     
    efectivamente, como decía Doiraje en su interesantisimo y siempre elegante comentario, no eran los “resultados” obtenidos los que buscaba Juan XXIII, por eso hablo Pablo IV aquello del humo de Satanas.
     
    http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/0912050553-la-reforma-liturgica-vi-pablo
     
     
    Y es que el “dialogo” vino, casi podría decirse, forzado. Forzado por la presión intencionada de las corrientes liberales imperantes herederas del filosofismo de la Ilustración y esto no a través de sectores “marxistas” de la iglesia que si existían eran mas bien folclóricos en cuanto a un uso equivocado del sentido del”obrerismo” de la época. Por que precisamente ese “marxismo” (más socialismo que marxismo pues no son exactamente la misma cosa) de la “Teología de la Liberación”vino precisamente después del CVII. Vino inducido por los sectores “liberales” de la Iglesia, coordinados con los político sociales que son los que venían procurándolo mediante la ya cansina propaganda del reaccionarismo, el inmovilismo y el oscurantismo y tantos otros adjetivos cansinos que no seria fácil relatar por su extensión y que todos conocemos. Por eso desgraciadamente las “ventana del humo de satanás” fueron realmente abiertas por el dialogo con el liberalismo. Después surgió el dialogo marxista del que trata este hilo. Pero esto no es nada que no termine pasando en todo “organismo” social que se vea infectado por el liberalismo político y filosófico, como la historia no se cansa de señalarnos y hacia donde poco a poco casi sin notarlo terminan avanzando lo quieran o no las sociedades Liberales (hablo del liberalismo en el sentido ideológico, filosófico y político)

  45. De Elea dice:

     
    ¡Fantastico comentario Doiraje!. Solo un pequeño pero en todo lo que dice, y es que usted confunde socialismo con marxismo o bien los hace la misma cosa. Pero no lo son..

  46. manuelp dice:

    doiraje

    ¿por qué una parte significativa, aunque siempre minoritaria, de la Iglesia fue seducida por la propuesta marxista y no en cambio por la liberal?

    Me parece que en esa pregunta hay un déficit de perpectiva histórica. En su tiempo- siglo XVIII- una parte significativa de la Iglesia fue seducida por la propuesta liberal, en la Ilustración participaron numerosos eclesiásticos, en todos sus campos, e incluso en la Revolución Francesa la influencia de los miembros de la Iglesia- abate Sieyes, obispo Talleyrand,etc- fue decisiva.

    Y la razón es la misma que la que usted da para explicar la atracción por el marxismo;

    …lo cierto es que el marxismo implica una cierta concepción del hombre que, al menos en teoría, pretende una justicia social basada en la equidad, igualdad, reparto de la riqueza y protección de los más débiles.

    Sustituya usted siglo XVIII por siglos XIX y XX y liberalismo por marxismo y verá lo que pasó en realidad.

  47. Hegemon dice:

    Un cronista anónimo del siglo XI del Reino de León se lamentaba de que a pesar de la devoción y religiosidad de las gentes, de la presencia permanente de Dios en el ánimo de los hombres y la importancia e influencina de la Iglesia en la sociedad y en la política, los abusos, asesinatos, violaciones, amoralidades y el comportamiento disoluto de las personas era superior a una sociedad critstiana ejemplar. Por todas partes el noble violaba a las hijas de los más pobres, se apoderaba de propiedades de forma ilegítima, el adulterio era una práctica habitual,  así como la lujuria y la promiscuidad, entre los propios miembros de la Iglesia. Era lo más normal en una sociedad como la del siglo XI, anteriores y posteriores, lejos de la modernidad y materialismo actual. Una buen parte de la Iglesia, de antes y de ahora, siempre estuvo en permanente conflicto entre sí por imponer su doctrina y su moral aprendida de Cristo. La gente se cansó de la frustrante espera del reparto divino de la justicia, ya sea este otorgada en el campo de batalla al que Dios le concede la victoria, o por la justicia divina que la Iglesia predicaba prometiendo que al final llegaría como voluntad de Dios. Miembros de la Iglesia de antes de la Ilustración, repito, entraron en permanente conflicto con lo predicado y los hechos reales. La Ilustración, de alguna manera, vino a demostrar que el hombre tenía el derecho y el deber de impartir e imponer justicia sin esperar que Dios la concediera. No era nada novedoso porque desde Grecia, Roma o la propia formación de España en la época visigoda o en la Reconquista, tenemos pruebas y ejemplos de como se tiene conciencia de que el hombre tiene unos derechos civiles, polítcos, sociales y naturales. Pero no para todos. Estos últimos, los naturales y los demás, siempre defendidos por la Iglesia y el cristianismo, eran de justicia, como la propia Iglesia defiende, el de imponer esos derechos civiles e individuales. En el reinado de Alfonso V, Rey de León, se imponen las primeras leyes y derechos civiles que muchos identifican como la primera legislación y orden municipal en la que se imponían unos derechos en defensa del abuso de los nobles y la arbietrariedad de la imposición de la justicia. 
     
    Por eso me pregunto ¿Es culpa de la modernidad, de la ciencia, del progreso el cierto fracaso de la Iglesia? Pero pregunto algo más, ¿Ha fracasado la Iglesia? Según se dijo ayer, depués de las distorsiones sociales y morales salidas de la Ilustración, sus logros, que buena parte fueron causadas por los propios miembros de la Iglesia en contra de otros miembros defensores del antiguo régimen, el mensaje del cristianismo, pasados 2.000 años, sigue vigente, es actual; en cambio, a pesar de que en la presente era de modernidad y tecnología sigue habiendo abusos, el valor de la vida sigue siendo débil, en muchas partes del mundo, incluso en el occidental, el reparto de justicia sigue siendo cuestionada, sin embargo el avance social ha sido evidente hasta cotas que la Iglesia no puede negar ni renegar de ellas, a pesar de que tema la falta de influencia y adopte un papel fundamental pero no hegemónico como antes. El mensaje de la Iglesia sigue siendo actual, moderno y necesario. El fracaso del diálogo de Iglesia-marxismo está en que la Iglesia sopesó el alejarse de su línea neutral, universal y permanente para acercarse a una de esas distorsiones salidas de la Ilustración, en vez de continuar su labor y su mensaje advirtiendo de los nuevos abusos creados de esa evolución social y polítca surgida de la Ilustración pero reconociendo que buena parte del mensaje y el anhelo del cristianismo se había conseguido.
     
    No, no creo que la moderniadd y el materialismo sean incompatibles con la doctrina de la Iglesia. Esta debe ser objetiva y seguir en su camino independiente y moralizador.

  48. Hegemon dice:

    Será una broma de mal gusto, pero la Ilustración, guste o no, y las ideas liberales son el culmen de muchos anhelos de la propia Iglesia, de la libertad individual y de la justicia social que desde hacía tantos siglos defendía la Iglesia. Dios nos ha puesto en la tierra para progresar, desarrollarnos, multiplicarnos y propsperar, el progreso y la moderniadd, que mitiga muchos sufrimientos del pasado, NO pueden estar en contra de la Iglesia y esta de lo primero. Una idea contraria es absurda como se está viendo que aleja a los hombres de la Iglesia. Surgen nuevas demanadas de la Iglesia y esta no puede rebajar su discurso a mensajes del apsado sin sentido. Es ahora y no en siglos pasados de gran devoción, cuando el hombre ha conseguido cotas, repito, anheladas por la propia Iglesia gracias a las ideas liberales. En las propias Cortes de Cadiz fueron muchos los religiosos que defendieron las nuevas ideas liberales dentro de la Iglesia. Esto es así aunque no guste.

  49. doiraje dice:

    # De Elea
     
    Es cierto, lleva razón. Cuando utilizo el término marxismo me quería referir al pensamiento marxista, a la obra de Marx. Y muchas gracias.
     
    # Manuel
     
    Lleva razón también, pero de aquella atracción por los comienzos del liberalismo político poco o nada queda actualmente en la Iglesia, mientras que aún hay rescoldos calientes, escasos pero que todavía persisten, de la vieja fascinación por el marxismo.

  50. Hegemon dice:

    Ese era su arrasador atractivo al que el liberalismo poco podía oponer, más aún teniendo en cuenta que las condiciones económicas  y morales que el liberalismo salvaje del XIX implantó en las sociedades industrializadas, muy en especial en Inglaterra, fueron tan brutalmente inhumanas y alienantes que propiciaron la reacción marxista y los análisis sobre la economía capitalista. En definitiva, no había color…
     
    Lo que no hay color es en el salvajismo que encierra el marxismo, mucho mayor que cualquier otro impuesto por el liberalismo. Además ¿Qué salvajismo impone el liberalismo? Decir que el liberalismo carece de mística es no conocer lo que encierra y lo que significa, repito, la consecución de muchos anhelos de la propia Iglesia: la libertad individual, el derecho a la vida y a la propiedad entre otros muchos logros que al ser reales pueden perder su significado místico por hacerse reales, por fín. La Iglesia seducida por el marxismo es la parte admite estar equivocada. Recordemos el conflicto surgido por la Teoría de la Liberación y el combate personal emprendido por Juan Pablo II en su contra. ¿Existe algún conflicto tan grave entre la doctrina de la Iglesia y el liberalimo como el surgido con el marxismo? ¿En el liberalismo es necesaria una moral y la vigilancia de la Iglesia, ¿en el marxismo es suficiente esa vigilancia?. La Iglesia es incompatible con el marxismo pero no con el liberalismo, por mucho que no guste.
     
    El marxismo seduce a muchos católicos por su forma disciplinar y su fuerza de imposición sobre los hombres, de control de sus voluntades.
     

  51. Hegemon dice:

    En la Iglesia queda mucho más del liberalismo que del marxismo. Desde instituciones católicas, Universidades católicas y organizaciones de carácter católico, se defiende la doctrina liberal. Son muchos más los católicos que dicen ser liberales que católicos que sean marxistas. 
     
    En ocasión de la nueva elección del Papa Francisco I, Moa expuso el fracaso de la orden jesuita precisamnete por su discurso marxista. ¿De verdad que no quedan rescoldos del liberalismo en la Iglesia? Yo creo que más que de otra ideología.

  52. lead dice:

    [La civilización occidental, una invención de unos determinados grupos humanos a lo lkargo de un largo proceso de 2500 años de duración]

    doiraje en 13:04:

    {No estoy nada seguro de que la historia siga una dirección determinada que suponga etapas y procesos culminantes de ningún tipo.}

    Ni yo tampoco, por eso ni siquiera lo he sugerido; eso se lo dejo a los marxistas cuyas filosofías pretenden moverse en el terreno de la “necesidad histórica”, concepto necio y contradictorio donde los haya, una especie de reedición de la fatalidad de algunas filosofías griegas. La civilización occidental es una invención (es decir, nada natural–entendido como ya existente en la Naturaleza o determinado por ella–, ineluctable o necesario), un proceso histórico voluntario (es decir, hecho intencionadamente por ese ser cultural y contingente que es el hombre a partir de ideas o productos del pensamiento) que se ha elaborado trabajosamente a lo largo de 2500 años por determinados hombres o grupos de hombres (por esos y no por otros) en un largo y duro recorrido, con sus correspondientes vaivenes y vueltas atrás, en el que cada uno de esos grupos tomaba del anterior lo que consideraba excelente o, simplemente, bueno para potenciar una condición humana que se entendía por ellos estar basada en la libertad individual y la racionalidad con el fin de superar las determinaciones de la Naturaleza mediante la creación de artificios (institucionales y tecnológicos) que permitiesen alcanzar situaciones mejores de las de partida (por eso ha sido tan exitosa en la creación institucional –así, el Estado de Derecho– y en la creación científico-técnica para la satisfacción de las necesidades humanas mediante bienes y servicios diversos, es decir, la Economía). 

    Está convencional y generalmente admitido que ese proceso se inicia en la Atenas clásica (que aporta la libertad bajo la ley en una polis democrática), sigue con Roma (que aporta el Derecho, la “persona” humana individual, con su filiación y su propiedad privada), avanza con la ética bíblica de judíos y cristianos, y con su escatología lineal –base del concepto de progreso o mejora– que culmina con el fin de los tiempos, superando el concepto cíclico de la vida de griegos y romanos, así como de otras civilizaciones), sigue avanzando con el cristianismo bajomedieval (que redescubre la razón humana en las dos figuras de la ciencia griega y el Derecho romano”) y culmina con el establecimiento y la promoción, a partir del siglo XVIII,  de la democracia liberal y la economía de mercado:

     
    {39 lead, día 13 de Noviembre de 2010 a las 20:16
    ["¿Qué es Occidente?", de Philippe Nemo: altamente recomendable]

    (…)
    Según Nemo (pág. 11), cinco acontecimientos esenciales han conformado culturalmente a Occidente:

    (1) La invención de la polis, de la libertad bajo la ley, de la ciencia y de la escuela por los griegos

    (2) La invención del Derecho, la propiedad privada, la “persona” y el humanismo por Roma

    (3) La revolución ética y escatológica de la Biblia

    (4) La revolución papal de los siglos XI a XIII “que eligió utilizar la razón humana en las dos figuras de la ciencia griega y el Derecho romano”.

    (5) La promoción de la democracia liberal [asunto que Nemo amplía en el Capítulo 5 del libro, lo que viene como anillo al dedo a lo que comenta Moa en este hilo]}
     

    http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/la-democracia-marcelino-camacho-valle-de-los-caidos-7109/#com1108118 

  53. lead dice:

    doiraje @13:04

    Sobre las críticas a la Revolución Francesa, nada que objetar (no hay más que seguir lo que he escrito al respecto, al que le interese, durante los 7 años del blog de Moa). La “revolución liberal” francesa  –representada por la Constitución de 1791 que establece una Monarquía constitucional “a la inglesa”– se truncó en 1792, con la progresiva y violenta asunción del poder por los jacobinos “montañeses” de Robespierre y compañía (unos claros precedentes del bolchevismo soviético, como reclamase el propio Lenin) que culmina con la ejecución en la guillotina de los últimos liberales franceses de la época: los girondinos. 

  54. Ro dice:

    Solo aclarar que cuando yo decía que la única autoridad de la Iglesia que importa es Cristo, no significa que no importen los Curas o los obispos incluido el Papa. Ya explicó el ángel a las niñas de Garabandal que si ellas veían a un Cura y a un ángel juntos antes deben saludar al ángel porque este tiene el poder de convertir el pan y el vino en el Cuerpo de Cristo, y los ángeles, no. Y la misma Virgen María cuando el cura no dejó que se pasara a la Iglesia cuando se aparecía la Virgen porque se la destrozaban por la avalancha de gente, la misma Virgen María fue la primera que respeto la autoridad del Cura. Lo que yo decía es que los Curas no dicen nada nuevo por ellos mismos, de lo que hablamos y lo que importa es únicamente de lo que dijo Cristo.

  55. lead dice:

    doiraje en 13:04:

    {el liberalismo salvaje del XIX implantó en las sociedades industrializadas, muy en especial en Inglaterra, fueron tan brutalmente inhumanas y alienantes que propiciaron la reacción marxista y los análisis sobre la economía capitalista.}

    No tanto; de hecho, si tal hubiera sido esa reacción marxista, Inglaterra habría sido el primer país socialista (como profetizó –equivocadamente, como siempre–Marx). Ese “liberalismo salvaje”, es decir, “laissez faire”, fue rápidamente corregido mediante la acción sindical y la subsigueinte acción reguladora del Estado. Por eso, Marx y Engels odiaban a los sindicatos (antes de que los Partidos políticos marxistas los colonizaran), porque con su acción mejoraban las condiciones sociales de los trabajadores, retrasando sine die la revolución conducente (según el primer Marx) al “modo de producción socialista”, final y superior (para el segundo Marx, el de “El Capital”, el “modo de producción socialista” vendrá como consecuencia del agotamiento del Capitalismo –término despectivo y erróneo que él utilizó para designar a la economía empresarial y de mercado– como consecuencia de sus contradicciones –tendencia al monopolio y reducción continua de la “tasa de ganancia del capital”).

    Respecto del “salvajismo”, si algo ha quedado meridianamente claro en los últimos 100 años es que nada más salvaje que el socialismo, en cualquiera de sus versiones (desde las extremadamente salvajes, como el comunismo o el nazismo totalitarios, hasta las más suaves pero igualmente ineficaces para producir riqueza y elevar la condición económica y social del hombre). 

  56. Hegemon dice:

    ¿Qué queda del liberalsimo en la Iglesia? Si queda algo es la aceptación de la superación de este sobre el marxismo pero no se puede renucniar, como he dicho antes a su vigilancia y a la denucnia de los posibles abusos. No hace falta que yo siga explicando lo que el porpio Juan Pablo II dijo mejor:
     
     
    Juan Pablo II, en la encíclica Centesimus annus, se refiere al “capitalismo” de este modo.
    “… ¿Se puede quizá decir que, después del fracaso del comunismo, el sistema social vencedor sea el capitalismo, y que hacia él se deban orientar los esfuerzos de los países que buscan reconstruir su economía y sociedad? ¿Es quizá este el modelo que hace falta proponer a los países del tercer mundo que buscan la vía del verdadero progreso económico y civil?
     
    La respuesta es obviamente compleja. Si por “capitalismo” se señala un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consecuente responsabilidad por los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta es ciertamente positiva, aunque sería más apropiado hablar de “economía de empresa”, o de “economía de mercado”, o simplemente de “economía libre”. Pero, si por “capitalismo” se entiende un sistema en el cual la libertad en el sector de la economía no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad integral humana y la considere como una dimensión particular de esta libertad, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es decididamente negativa[5].”


    Yo. como católico y de ideas liberales, no puedo estar más de acuerdo. No se puede obviar la labor que aún tiene el catolicismo y lo mucho que tiene que decir sobre las sociedades capitalistas y liberales. Una labor que está muy lejos de las tésis de algunos las cuales vienen a sostener la total indiferencia, e inclsuo rechazo de la doctrina de la Iglesia respecto a las ideas liberales.

  57. Pío Moa dice:

    Nuevo hilo

  58. doiraje dice:

    # Hegemon  # lead
     
    En los comentarios que colgué antes del de lead de 21 junio, 2013 a las 23:47, puse cuidado en no mencionar el liberalismo en absoluto sabiendo la polémica que podía generar. Pero el citado comentario de lead me obligó a entrar en la cuestión.
     
    Quizá para no caer en malentendidos sería bueno distinguir de qué liberalismo estamos hablando, pues como saben existe un liberalismo político, un liberalismo económico, un liberalismo moral, un liberalismo filosófico o especulativo, y, en fin, un liberalismo cultural. Como la cuestión se centraba en la relación o el diálogo entre la Iglesia y el marxismo, al que propuse enfocar más bien como el diálogo de la Iglesia con la modernidad por ser mucho más abarcador y comprensivo dado que engloba al marxismo, al liberalismo, al cientificismo, al idealismo, al materialismo, etc., quisiera volver a centrarme en aquella para desde ahí poder argumentar.
     
    Como dije más arriba a la Iglesia le importa esencialmente (con ello no digo que no le interese otras realidades o logros, simplemente señalo cual es su prioridad fundamental) el progreso espiritual y moral del hombre en el conocimiento y en la presencia de Dios en la vida de cada persona y de las sociedades de las que forma parte. Al servicio de la consecución de este objetivo debe ponerse cualquier otro que suponga un bien para el hombre. El hecho de que en toda época existió el pecado, el abuso o la injusticia, aun en miembros eminentes de la Iglesia, no extingue el mandato de hacer presente a Dios en todo y en todos. Asimismo, los logros objetivos o reales que se produzcan en los modos de organización social no lo son tales si ellos suponen un alejamiento de Dios a los hombres y sus comunidades. Una justicia que no reconozca el fundamento divino de su orden no es justicia, aunque circunstancialmente de ella resulten ventajas sociales o un cierto bienestar material. La noción de derecho, de justicia, de libertad o nos llevan a Dios o no son ni derecho, ni justicia, ni libertad. Esta es la postura de la Iglesia en el siglo I, en el IV, en el XI, en el XVIII y en el XXI. Solo Dios garantiza y funda el derecho, la justicia y la libertad humanas, también aquí abajo, en la tierra. Así de simple y así de radical. El cristianismo no es un logro más de una “entidad” superior llamada civilización occidental, la tercera de sus fases, tras los griegos y los romanos. Es cierto que cronológicamente se da esta secuencia de legados, pero con la aparición y hegemonía del cristianismo, se produce un nuevo orden por el cual aquello que resultó bueno al hombre queda reordenado a un fin trascendente que le da pleno sentido. Solo tras el cristianismo cabe hablar de civilización occidental en toda su plenitud.
     
    El problema está en que el liberalismo en sus diversas facetas, y muy especialmente el especulativo y el moral (el cultural sería una mera consecuencia de estos dos), y también el político, no reconocen a Dios como fundamento del orden social ni natural del hombre. Su justicia, su libertad y su noción de derecho son autónomos, es decir, el hombre se las da a sí mismo con total prescindencia de todo fundamento trascendente. El hombre ya no necesita a Dios; es más, resulta un obstáculo o un estorbo para la “libre” ambición humana. Por esto el liberalismo no solo es pecado para la Iglesia, sino una de las realidades más anticristianas que existe y que debe ser combatido en todos los planos, pues resulta esencial y muy gravemente inicuo a la naturaleza humana.
     
    La brutal y salvaje, sí, injusticia que produjo el liberalismo económico del XIX solo fue posible tras la alienación que las sociedades liberales provocaron en sus miembros (ya ciudadanos) con respecto a su relación con Dios y su orden natural. La falsa salida que el género humano concibió, perdida su dimensión trascendente, fue oponer a una visión alienada del hombre otra alienación aún más terrible, la marxista. Pero ambas con un terrible denominador común: el relegamiento de Dios en la vida de los hombres. A una Arcadia falsa (la libertad de los liberales) le siguió otra Arcadia no menos mentirosa (la justicia revolucionaria obrera). A ambas la Iglesia les plantó cara, cierto es que con iniciales titubeos y excesiva tardanza.
     
    Mientras el liberalismo no ponga a Dios en el centro de su concepción del hombre y de la sociedad no es menos anticristiano que lo pueda ser el marxismo, el anarquismo o el nihilismo.