UNA VISIÓN CRÍTICA SOBRE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL
Errores de detalle
En los libros de historia hallamos dos tipos básicos de errores: los de detalle y los de enfoque. Los primeros se cuelan incluso en los libros más minuciosos, porque, de un lado, es imposible comprobar a fondo todos y cada uno de los datos utilizados, y el investigador ha de dar crédito necesariamente a otros autores que no siempre aciertan; y, por otra parte, los datos suelen ser corregidos por nuevas investigaciones. Así, sobre el armamento aportado en la guerra por los alemanes, los rusos o los italianos salen de vez en cuando estudios que afinan las cifras… o que las devuelven al campo lodoso de la propaganda.
Un caso interesante fue el del inglés G. Howson, cuya obra acogieron con calor historiadores como S. Juliá, E. Moradiellos y otros muchos que creían encontrar en ella la prueba de la tesis, desechada hace tiempo por historiadores solventes, de que Franco había ganado gracias a la ayuda germanoitaliana: un clásico error de enfoque. El libro del autor inglés, muy pintoresco en sus apreciaciones sobre la España de entonces, sufrió la crítica demoledora de buenos especialistas como A. Mortera y J. Salas, que remitieron la cuestión a sus justos términos.
Varios lectores me han hecho observar errores de detalle en Los mitos de la guerra civil. Algunos apenas pasan de erratas, como llamar “congreso Vaticano II” al concilio, o Javier a Víctor Pradera, o atribuir un hecho del año 1938 al año siguiente, etc. Son fallos que el lector subsana automáticamente por su cuenta. Otros resultan peores, como la omisión de Durruti o de Unamuno entre los personajes del apéndice final; o fallos en los mapas: son muy esquemáticos y sólo quieren ofrecer una imagen visual de la evolución del conflicto, pero el último tiene muy mal trazado el sur de la zona izquierdista hacia el final de la contienda; o llamar “fascista”, sin mayor matización, a la Falange, etc. Sobre el asesinato de García Lorca menciono un dudoso gasómetro, citado de otro libro. También, contra lo escrito por mí, hay fotos de las hojas lanzadas por Mola con amenaza de arrasar Vizcaya. Hay dudas sobre la autenticidad de las hojas, pero las fotografías existen y ello basta para, mientras no se pruebe otra cosa, corregir mis expresiones.
Menos perdonable resulta la opinión demasiado favorable a la actuación de Von Richthofen, autor del bombardeo de Guernica, durante la guerra mundial. Richthofen no parece haberse afiliado al partido nazi ni ordenado bombardeos puramente terroristas, pero sus ataques aéreos a Belgrado o Stalingrado, aunque dentro de operaciones militares, fueron despiadados y causaron decenas de miles de muertos civiles. Esto es más que una conducta meramente profesional.
Los mitos contiene alguna omisión poco justificable. Por ejemplo, señala la inutilidad militar del bombardeo de Guernica, al realizar Mola el avance inmediato en otra dirección y perder así la oportunidad de copar a buena parte del ejército enemigo. Sin embargo, el bombardeo tuvo otro resultado militar de primer orden: el PNV llamó a los suyos a luchar con reforzado ímpetu, pero bajo cuerda intensificó sus contactos con los fascistas italianos, traicionando a sus aliados del Frente Popular y a las propias tropas vascas. Esos “diálogos” facilitarían a Franco su primera victoria masiva en Santander, donde pudo capturar de un golpe a varias divisiones enemigas y una gran cantidad de material de guerra.
Indudablemente habrá más fallos de este género, que, en fin, aparecen inevitablemente, como he dicho, y por lo común no son graves, salvo si abundan en exceso o alteran de modo importante los hechos. Error de detalle que cambia la visión general podría ser, por ejemplo, éste sobre Casas Viejas en la serie que va publicando el El Mundo (tomo I, pág. 174): “Unos campesinos se rebelan y arremeten contra el cuartel de la Guardia Civil. El Gobierno mandó refuerzos desde Madrid y murieron 19 campesinos. Desde entonces la CNT volvió la espalda a la República”. ¿Desde entonces? La CNT llevaba mucho tiempo atacando a la República, no sólo dándole la espalda. El suceso de Casas Viejas, en enero de 1933, se inscribía en una insurrección mucho más amplia, segunda de las intentadas por la CNT, aparte de otras huelgas insurreccionales desatadas ya en 1931, a los pocos meses de llegar la República. La equivocación del libro es ciertamente grave, pues oculta un proceso tan importante en el desarrollo de la República como las insurrecciones anarquistas. Y resulta muy débil decir que “murieron” los campesinos, cuando fueron detenidos en una razzia indiscriminada y masacrados a continuación. Asimismo, el lector desprevenido puede atribuir la matanza a la Guardia Civil y no a la autora real, la Guardia de Asalto, dato muy significativo porque la primera solía considerarse de espíritu monárquico, siendo la segunda una creación de la República. Otro error de difícil disculpa: en la página 104 califica a Lerroux de “demagogo catalanista”, y habla de “las pedestres formas del político catalán”. Ni catalán ni catalanista, sino enemigo histórico del nacionalismo catalán. Y en cuanto a pedestres formas, la competencia en la república era muy fuerte.
Defecto frecuente, que ya anoté en una reseña sobre el libro de Beevor, es la utilización de cifras un poco a la buena de Dios. Así, en la página 20 del citado tomo de El Mundo, y bajo el epígrafe ‘La sociedad española (1930-1936)’, aparece una serie de datos, muy dudosos varios de ellos, como los referentes a la tasa de analfabetismo o al número de escuelas construidas en 1932 (multiplica por diez la cifra real), etc. Pero esas cifras, aun de haber sido más cuidadas, dicen poco o nada de la sociedad de la época. Para tener significado tendrían que venir comparadas con las de otros países del entorno y con la evolución anterior, lo cual no se hace, lamentablemente.
Especialistas en este tipo de errores son P. Preston o A. Beevor en su último libro. Por no extenderme ahora (ya habrá ocasión), citaré un análisis de Preston sobre la revolución de Asturias: “Los mineros, armados sólo con cargas de dinamita, impidieron el paso de cuatro columnas armadas con artillería y pleno apoyo aéreo, y las derrotaron en dos ocasiones (…) Por otra parte, el mismo ejército se había mostrado lo bastante republicano en espíritu para tener que echar mano de los mercenarios africanos para llevar a cabo la represión. Hay noticias de que al menos un oficial dio orden a sus hombres de no hacer fuego contra sus hermanos”.Ni un solo aserto responde a la realidad, ya bien conocida cuando Preston escribía tales cosas. Los mineros dispusieron de gran cantidad de dinamita y de muchos miles de armas largas y cortas, ametralladoras e incluso cañones, y sólo tuvieron a raya unos días, sin derrotarla, a una columna militar, aparte de dos pequeñas expediciones que se replegaron sin combatir. En cambio, una columna mínima –300 soldados– logró atravesar la zona rebelde, liberando la importante ciudad de Avilés y penetrando luego en Oviedo. Y las tropas enviadas por Franco a Gijón, algo más de 2.000 hombres, se abrieron paso enseguida hasta la capital y resolvieron la situación en cinco días.
El ejército, cierto, fue bastante republicano, pero por lo contrario de lo que dice nuestro autor, pues se mantuvo adicto al Gobierno legítimo de centro derecha. Los militares comprometidos en la revuelta izquierdista, y por tanto contrarios a la legalidad republicana, no osaron actuar, y apenas hubo deserciones. El oficial (jefe en realidad) que comentó (no dio tal orden) que sus tropas no tirarían contra sus hermanos tomó una actitud subversiva, antirrepublicana.
En cuanto a los “mercenarios africanos”, pertenecían al ejército español, y ya Azaña los había traído a la península contra Sanjurjo. En los disturbios del 6 de febrero de 1934 en París, parte de la ciudad fue tomada por soldados senegaleses, y a nadie se le ocurrió que el Gobierno francés desconfiara de su ejército y tuviera que recurrir a “mercenarios africanos”. Vemos aquí una desvirtuación sistemática, no rara en los autores mencionados.
Caso especial es el de las víctimas del terror, en las cuales han centrado muchos la historia de la Guerra Civil, con arbitrariedad evidente. La cuestión estuvo dominada por la propaganda, tanto en un bando como en el otro, hasta el año 1977, nada menos, cuando R. Salas Larrazábal, en su investigación Pérdidas de la guerra, la situó en el terreno historiográfico por primera vez, tras una crítica ejemplar de los cálculos de G. Jackson, R. Tamames, H. Thomas y diversos autores franceses.
Salas llegaba a cifras mucho más próximas a la realidad, achacando mayor número de víctimas al Frente Popular y rebajando el número de fusilados en la posguerra, estimado en unos 200.000 por historiadores de izquierda, a algo más de la décima parte (la costumbre izquierdista de multiplicar por diez y más las cifras reales se manifiesta a menudo, como en las del bombardeo de Guernica o, últimamente, en las de los obreros supuestamente forzados a trabajar en el Valle de los Caídos. Parece una tradición). (La realidad de los fusilados de posguerra, generalmente por crímenes brutales, asciende a unos 12.000)
Naturalmente, los datos de Salas estaban sujetos a su vez a correcciones, pero ya dentro del ámbito historiográfico y no propagandístico. Sin embargo, la fuerte emocionalidad ligada a esas cifras y su utilidad para la política o la demagogia actual han animado a diversos estudiosos a retroceder al campo de la propaganda, tanto en los datos como en el tono, panfletario sin rebozo. Con metodologías variadas y a menudo con respaldo de fondos públicos otorgados por sus partidos, han indagado provincia a provincia, afirmando que la suma de víctimas causadas por las derechas triplica o incluso quintuplica a las contrarias.
Esos estudios salieron condensados en otro libro panfletario, Víctimas de la guerra civil, coordinado por Santos Juliá y cuyos enfoques he criticado en un apéndice de El derrumbe de la república y la guerra.En cuanto a las cifras y metodología mismas, A. D. Martín Rubio ha mostrado en Los mitos de la represión los numerosos fallos de esos trabajos, corrigiendo también las cifras de R. Salas (unas 60.000 en cada bando, según el estudio de Martín Rubio). Para percatarse del grado en que hemos vuelto en los años últimos al apasionamiento y a la propaganda señalaré que Martín Rubio ha sido censurado en la televisión de su Extremadura natal por el Gobierno socialista de la región, muy interesado en una campaña divulgadora de datos reconocidamente fraudulentos. Ello crea una situación muy desdichada, a la cual conviene oponer una crítica severa, precisamente porque la experiencia histórica nos demuestra las funestas consecuencias de tales campañas.
En los dos próximos artículos trataré otro tipo de errores, los de enfoque, en general mucho más nefastos que los de detalle, pero también más evitables.
Lo curuiso es que en otros blogs onde dsicutia tenia fama de anti-americano (no habre discutido con neo liberales pro-invasión de irak, ni nada que se diga) y aqui tengo fama de anglofilo. En fin, eso esta muy bien.
Los maercianos cometieron atrocidades, invasiones imperalistas, vioaciones de derecho internacional… casi se podria hacer un tratado de ello. La represión sobre Filipinas, las interveniones en “su patio trasero”, atrocidades y bombardeos en Vietnam, Irak, mas de un millar de pruebas atomicas, Hiroshima, Nagasaki, etc…
Ahora bein, si cuando se cie que los Aliados cometieron cientos de crimenes comparables a los nazis, nos referimos a los sovieticos, no tengo ninguna duda de que uno acierta. Puede haber alguna cuestión de mero detalle, pero en lo esencial, esa afirmación es muy correcta.
Si la idea es que los americanos (bueno y los ingleses) cometieron atrcoidades que son iguales a los nazis, entonces esa idea es falsa, rotundamente falsa, y tratar de colarla al debate o de afirmarla es un error mayusculo, que quita la enorme trascendencia de una politica de exterminio selectivo e industrializado apoyado en una guerra mundial como vector de una campaña de rapiña y exterminio a escala global de una rapidez increible.
Cualquiera que ponga en duda esa afirmación tendria que defender que que ganaran los amercianos e ingleses es lo mismo para europa que que ganaran los nazis, y eso es tan ridiculo: solo hay que comparar los ciencuenta años de Europa bajo mas o menos influencia amerciana con los cinco años, poco más o menos, que paso Europa baja la bota nazi. Y cualquiera que diga que hubiese preferido ser un esclavo o un siervo (o un cadaver) de los nazis es que tiene una seria enfermedad mental o un trastorno de masoquismo extremo, de los de acudir al especialista.
Continúo aquí la escueta afirmación que hice en el hilo anterior, desgranando el por qué de tal aseveración, a saber, que la nación alemana moderna es la causa de las guerras mundiales.
La unificación alemana en 1871 fue un aviso a navegantes, habia surgido una nueva nación en Europa, sin duda, la más poderosa, con capacidad para vencer a cualquiera otra, así derepente, nos encontramos con un dibujo de Europa totalmente diferente, en el que una nación enorme, (el Imperio alemán era bastante más grande de lo que hoy conocemos como Alemania), trituraba todo el orden anterior, que venía del Tratado de Versalles.
Con esto quiero decir, que la mera constitución del Imperio Alemán, fue un tremendo problema para todos. En realidad, Alemania es en esencia una nación problemática, no solo hacia afuera, sino también hacia adentro, con una población dividida al 50% en lo religioso, sin un pasado real de nación-estado, su unificación devino por causas “etnicoraciales”, “etnicolingüístucas”, si me apuran, “espirituales”, etc. Creo francamente que una nación con tamaño fundamento no puede ser considerada tal en su sentido estricto o canónico. Es por tanto, en esencia, un gran error generador de problemas. Solo un idealismo con tendencia al fanatismo puede engendrar algo semejante. Puede decirse en definitiva que el nacionalismo germano-protestante Bismarckiano creó un monstruo.
El monstruo de gen prusiano luterano que venían cocinando a fuego lento todos los metafísicos alemanes, en especial Fichte y Hegel, pero que puede remontarse hasta el propio Lutero. Los alemanes estaban henchidos de suprematismo y de imperialismo, y el resto de Europa plena de suspicacia porque Alemania era demasiado grande y poderosa, y destruía el necesario equilibrio de fuerzas entre las potencias de Europa para garantizar la paz. En este contexto se comprende la Primera Guerra Mundial, en la que Alemania tiene el imperativo de imponerse para demostrar su supremacía y ejercer su hegemonía por derecho propio, ya que el contrapeso de prudencia Bismarckiana en su política exterior hacía lustros que se había evaporado.
1950: cerca de la aldea de Nogun-Ri, a 160 km al sureste de Seúl (Corea del Sur), sucede el segundo día de la masacre de Nogun Ri (Nogun-Ri Massacre): soldados estadounidenses asesinan a lo largo de tres días a unos 300 refugiados surcoreanos, en su mayoría mujeres y niños… https://resolviendolaincognita.blogspot.com.es/2014/10/la-masacre-de-no-gun-ri-en-1950.html
Estoy leyendo en la versión inglesa del Pravda que los congresistas americanos, representantes de la América Profunda, siguen señalando a Rusia como objetivo número 1 de su anti-politica. Hay una estadistica muy clara según el Pravda:
¿Qué puede temer un pais con 700 bases militares repartidas a lo largo de 100 paises, contra un pais como Rusia que solo 10 bases militares fuera de Rusia (supongo que una de ellas será la de Siria)?. Los datos son clarisimos.
Parece ser que estos congresistas americanos quieren proporcionar armamento realmente disuasivo a Ucrania. ¿ Están los americanos interesados en desencadenar un conflicto militar entre ucranianos y rusos?. Creo que hay tres perdedores claramente: Rusia, Ucrania y EE.UU.
Me quedo con la claridad de los datos sobre las bases militares.
Es que son esclavos de “algo” Alexander. Cuando alguien actúa así, tan descaradamente, es porque su conciencia apenas si hace mella en sí mismo. Porque nosotros estamos diseñados para buscar la verdad, y cuando defendemos la mentira en función de determinado interés o porque estamos dominados por determinada voluntad nos convertimos en “NO-HUMANOS”…
Muchisimo más frecuente de que parece. Y menos mal que ha puesto “alguien” sin entrecomillar porque de lo contrario estaría pensando en…. !!Quita, Quita!! que me enervo…
Yo siempre intento buscar esa utópica “verdad” Miguel Angel. A partir de ahora yo estaré al lado de los débiles, de esos que solamente tienen 10 bases contra ese otro “alguien” que tiene 700 bases.
Me alegro que así sea, porque recuerde que: ¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados! Lo que venía a referirme es que la actitud de todas esas personas que apoyan el imperialismo estadounidense, es antinatural. Un ser humano, si no está sujeto a ciertos condicionamientos jamás actuaría así, porque no está en nuestra naturaleza real. ¡Otra cosa es el ego! Pero ni somos el “ego” ni el “ego” es una identidad real. Defender una mentira tan colosal como que Rusia es el enemigo #1 del mundo en estos momentos, o buscar un enemigo falso en Rusia, siendo dos naciones tan determinantes, y suponiendo eso una desestabilización de la geopolítica mundial tan tremenda, no es propio de seres humanos, es más propio de demonios. Y probablemente Estados Unidos sufra una pequeña invasión de ángeles caídos, recuerden que se rebelaron una tercera parte de todos los ángeles. Y que estos rebeldes apoyan a Satanás…
No sé si en el futuro, Rusia podría ser un enemigo del mundo, o de Occidente. Pero, apuesto mi alma inmortal a que en estos momentos de la Historia no lo es, sino todo lo contrario. Es una gran nación que busca su interés, pero no tiene ansias de enemistarse con ningún país o grupo de países…
Otra cosa sería que Estados Unidos, declarase formalmente que la Federación Rusa, así como China eran competidores a nivel mundial. Y que el país norteamericano tendría intenciones de convencer a otros países de la conveniencia de hacer negocios con ellos, en lugar de con rusos o chinos. Eso lo entiende cualquiera. Dentro de una normas de derecho internacional los países o incluso los “polos” pueden ser, y de hecho son competidores… Pero convertir a competidor, en un criminal con acusaciones falsas, y tratando de demonizar al contrario es de una bajeza y una irresponsabilidad intolerables.
Me gustaría hacer un comentario sobre el último programa de una Hora con la Historia. Aún brillante y lúcido como siempre, tras la risa que provoca dejar que los chiflados expongan sus locuras, queda el amargor de ver cómo han conseguido hacer mella en el espíritu de un pueblo, aún sabiendo el tesón y la furia con la que han arremetido tanto tiempo. Solo en un alma herida penetran hondo venenos tan transparentes. Cabe preguntarse si ha sido solo el cansancio de combatir tanto tiempo a unos zoquetes inextinguibles o si siquiera se ha luchado y por qué. Yo aún tengo esperanza no nuestros hermanos de Cataluña y en nosotros mismos; aunque el espíritu de nuestro pueblo parezca abatido y arrastrándose en el barro, en comparación con las cumbres que un día alcanzamos, siempre hay secretas semillas que florecen en el tiempo propicio. Quizás se necesite un porrazo contra el fondo para salir del pozo. Pero que no nos mate la caída.
No era solo este el comentario que quería hacer, especialmente a D. Pío, del programa. Dar la batalla cultural es nuestra tarea, hagamos poco o mucho. Pero hay que saber que nos enfrentamos a un mundo corrompido casi del todo. ¿Qué oponer al racionalismo, a las ideologías, a la irreligión, a la disolución de las costumbres nacionales, a la pérdida del pasado literario y artístico por unas quimeras horribles, a la desmitificación del mundo?. Esta es la bestia contra la que lucha la cultura; no contra los zoquetes de los partidos políticos ni contra ideillas más o menos banales, sino contra un espíritu. ¿Puede apoyarse la futura regeneración de la cultura española en Ortega, por decir uno, y en las discusiones peregrinas en torno a él?. Se necesita mucho más que un pensador, no desdeñable, pero si arrastrado por los defectos de la época en que vivió y que son los defectos contra los que hay que luchar también, porque el regeneracionismo tiene parte y es síntoma de todo lo que antes he mencionado. Alabanzas la labor de Menéndez Pelayo pero no confía en su intuición.
De veras es tan portentoso el ejército de españoles que defendieron y nutrieron la civilización, que nuestro erudito quiso dar a conocer a todos nuestros compatriotas y al mundo, que sólo es ahí donde están las rocas sobre las que edificar la cultura. Yo protesto a la ignominia de creer que las obras del pasado son sólo documentos y no contienen en su forma y en su decir verdades inmortales para todas las épocas. Lo que escribieron nuestros españoles son enseñanzas para vivos, no para muertos. Y es todo ello lo que brota en torno al cristianismo, porque es la religión lo que conmueve de veras el espíritu de una nación. Quizás cuando los bárbaros vuelvan a arrasarlo todo vean que lo único que subsiste al final y da fruto son las creencias en dioses y en héroes. Lo que escribieron Fray Luis de León y Fray Luis de Granada, Luis Vives y el Brocense, Vitoria y Suárez, Cervantes y Lope, lo que hicieron por la fe de su patria tantos capitanes, eso es lo que vale. La historia no se repite y el genio solo Dios lo da, pero debemos retomar como podamos el testigo, ese testigo, no el que de la retórica y la imaginación se sacaron los liberales y regeneracionistas, y toda la caterva de personajillos de lamentable recuerdo.
Y porque creo que a pesar de todo la labor que usted hace continúa esa senda, intentaré colaborar todos los meses económicamente con el programa, aunque no me sea fácil. Non omnis moriar. ¡Viva España!
Una cosa es inspirarse en los mejores aspectos del pasado y otra pensar que pueda repetirse. El franquismo fue un gran régimen y es preciso reivindicarlo como tal. Pero no va a volver. No obstante su enorme éxito debe movernos a buscar aquellos aspectos que puedan ser provechosos en la actualidad.
Es verdad que el panorama general es desalentador, pero por mi parte sigo la consigna de Nelson en Trafalgar: “Inglaterra (en este caso España) espera que cada uno cumpla su deber”
¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados!
me acordé de que luego es
Mi yugo es suave y mi carga ligera
Parece una paradoja .. pero las dos son verdad .. es como si hubiera dos velocidades .. A los enfermos, lisiados, deformes, pobres, tímidos, solitarios, fracasados y demás no les queda otra que aferrarse a Cristo … alta velocidad … Baja velocidad para el resto ..
Lo que resulta imperioso es cambiar drásticamente la cultura subvencionada y promocionada. El gran fallo del franquismo fue precisamente promocionar el flamenqueo y demás, el folclore sureño. España necesita una cultura un poco menos popular, o filopopular, para tender hacia algo más refinado y sutil. El folcore regionalista es otro caso similar, de rianseiras, Asturias patria querida, Jotas Aragonesas, etc… una burrada aireada en el fondo también por la tendencia “cañí” del anterior régimen.
España necesita una cultura un poco menos popular, o filopopular, para tender hacia algo más refinado y sutil
Este régimen democrático ya está en ello. Ha apostado muy fuerte por eliminar toda cultura española que es rancia, casposa, sin clase, mediocre, clerical y populachera por la más refinada, culta, moderna y civilizada anglosajona. En unas décadas, estos españoletes que tanto critica comino, verán sus sueños cumplidos entre los que está que sus hijos hablen un perfecto inglés y un mediocre español si lo llegan a hablar, que mejor que no, puesto que es una lengua desprestigiada, de segunda fila. Por supuesto, el inglés será la lengua vehicular de nuestra cultura superior como aspira Riverita, y Rajoy y su niña angloparlante. A eso vamos y con personajes como el tal AsierC lo vamos a conseguir.
No obstante, al igual que la “nación alemana” la nación española” es culpable de tantas cosas en la historia de la humanidad que es mejor erradicarla. Como los judíos por los nazis.
Lo que es Historietas lo definió muy bien el otro día romasov en una sola palabra: antifascista.
Una categoría ideológica, la de antifascista, que a su vez tiene varias derivadas como son la de progre, nihilista, ateo, anticatólico, regeneracionista antiespañol, etc…. es decir, un hombre de esta era, de la new Edge, de la modeLnidad, un hombre que esta en el 5º nivel de la Ilustración, que se cree por encima del bien y del mal por haber superado las morales religiosas del pasado oscuro y retrógrado. Historietas es el hombre de hoy.
Como el otro que ahora viene señalando a la “nación alemana” como culpable de todos los males, como culpaban los nazis a los judíos, “la nación española” es culpable de muchas cosas. “La nación alemana” por las peregrinas argumentaciones del tal AsierC, y la española por su casposa religión. Pero vamos al grano. Si en realidad la “nación alemana” fuera un nación peculiar por su maldad ¿Cómo se podría calificar a la nación británica que desde que existe no ha parado de meterse en conflictos bélicos, perpetrar crímenes y estar confrontada con todo Cristo? ¿Y qué decir de la nación francesa, culpable de las revoluciones más atroces desde la Ilustración? Un detalle define el error de pensar en Alemania como singularmente malvada. Mientras Alemania ha invadido 8 veces Francia, Francia ha invadido Alemania 24. Dato significativo. Si se quiere demostrar algo que yo creo no viene al caso. La culpabilidad en la IGM es repartida casi a partes iguales que tal sea mayor la responsabilidad en el eje, Francia e Inglaterra por intentar por medio de una guerra atroz, eliminar a un justo competidor del mercado mundial. Como se hizo con España, por cierto. La nación que abrió el mercado global con sus descubrimientos, rutas marítimas y civilización cristiana humanista, base crucial e indispensable de lo que vendría después de la mano de Inglterra como es la tan cacareada Revolución Industrial. Pero este es otro tema. O no.
Pero analizando los crímenes nazis, por supuesto que fueron horrendos y sádicos, producto de una ideología racionalista y cientificista. Nadie lo niega. Y por que los aliados hayan cometido crímenes iguales o mayores, no se pueden esconder los crímenes nazis. ¡¡Y al revés!!….pero ¿A qué se deben entonces los crímenes de la nación anglosajona? Porque detrás de ellos no hay una ideología racista (¿o si?) como la nazi. O totalitaria, como la comunista de los soviéticos. ¿Entonces? Pues entonces, la cosa no es tan sencilla. Los crímenes nazis cometidos durante la guerra, en el frente y en los campos de exterminio son indudables, injustificables y totalmente rechazables. Pero los de los aliados, dentro de su medida, igual. Y esto no quiere decir, como infantilmente hace Historietas, que con esta afirmación se pretende decir que hubiéramos preferido ser esclavos de los nazis que hombres libres gracias a los aliados. Yo soy español y allá se maten entre ellos. Nosotros nos libramos gracias a Franco y para pena de algunos iluminados españoletes que les hubiera encantado ver a su país invadido por las tropas useñas, pendencieras, borrachas y de comportamiento un tanto barriobajero. Pero el caso es que podemos y debemos analizar la verdad. Una verdad que ha estado oculta varias décadas por la propaganda anlglosajona, como ha hecho siempre, a su favor. Con palabras y supuestamente persiguiendo valores y cotas espirituales muy altas, como son la libertad, la democracia y la prosperidad. Igual que los comunistas. Es la distorsión o la manipulación del lenguaje. Los aliados tienen en su haber peores crímenes, en algunso aspectos, que los cometidos por los nazis. Sí, los tienen. Como son las dos bombas artómicas contra el Japón lanzadas en nombre de la paz y para evitar, ejem, 1 millón de vidas estadounidenses. Pero antes de lanzar las dos bombas atómicas, ya habían sembrado un terror mayor en Tokyo con sus bombardeos sistemáticos y destructivos sobre Tokyo y otras ciudades japonesas. Y en Alemania lo mismo. ¿Por qué? Pues porque podían hacerlo. Otra cosa es la cuestión moral para hacerlo. La moral aliada es muy peculiar y en algunos casos corresponde a una mentalidad próxima a la de los nazis. La nación estadonnidense se ha formado con la mentalidad de ser superiores a otras razas y por lo tanto predestinadas por la voluntad divina. Así lo creían al expulsar de sus tierras y casi exterminar a las tribus indias americanas, o a los negros. ¿Es que acaso en USA aún hoy no hay conflictos raciales? Por supuesto. No al nivel de los nazis, pero los hay. Alguno dirá: Bueno, los alemanes de haber podido también hubieran lanzado no dos sino 100 bombas atómicas. Puede. Hay muchas posibilidades, pero nunca lo sabremos. Como le pasó a Juan Antonio del Busto al enfrentarse a un colega historiador del Perú. Este le pregunta a del Busto: Bueno, usted sostiene que en caso de que Pizarro hubiera perdido en Cajamarca lo más seguro es que los españoles habrían acabado empalados y torturados por los incas. Del Busto contesta. Así es, por las costumbres de esos pueblos con el enemigo vencido todo hace suponer que así hubiera sucedido. Al que el otro le contesta: Ya, pero no pasó, osea que no podemos acusar de algo que no ocurrió….etc….pues si, así es. El caso es gente como Historietas, acusan a los españoles de ser como los nazis y hasta de perpetrar un genocidio. En su haber hay atrocidades que se cometen en todo choque de civilizaciones, pero no tan horrendos como el cometido por otras naciones y observando el resultado, nadie objetivo podría decir que la nación española es genocida. Y sin embargo mucho insinúan que hubiera sido mejor que los españoles no hubieran conquistado América sino los británicos y otras naciones. O incluso que hubieran seguido tal cual esas naciones como los incas o aztecas tan avanzados, puros y nobles.
El hecho es que USA lanzó dos bombas atómicas. Los nazis no. Los aliados cometieron bombardeos criminales sobre la población alemana y una vez acabada la guerra la sometió a vejaciones, violaciones, trabajos forzados y hasta a la hambruna. ¿Esto exculpa los crímenes nazis? No. Pero tampoco los crímenes nazis justifican los aliados aunque estos sean a otro nivel.
El exponer los hechos que se han ocultado durante tanto tiempo es sólo denunciar no la victoria sobre el nazismo, sino la hipocresía y el cinismo aliado, escondido en una propaganda tergiversadora, falaz y manipuladora. Nada más.
Sin lugar a dudas, debemos despreciar nuestros casposos, orteras, antiguos y ñoños folklores culturales..en definitiva….El folclore regionalista y otros casos similares, de rianseiras, Asturias patria querida, Jotas Aragonesas, etc… una burrada aireada en el fondo también por la tendencia “cañí” del anterior régimen. Sin duda.…….Todo un esperpento que debe sustituirse por esta otra cultura anglosajona mucho más refinada, moderna y atractiva. Donde va a parar nuestra Asturias Patria Querida, canción estúpida donde las haya, ante este excelso country useño al nivel de las grandes obras de la cultura de la Humanidad.
AsierC delira. Precisamente bajo el franquismo existía una cultura popular notable, incluido el flamenco y la canción española, que no sólo sureña, como escriben algunos con ignorancia malintencionada. España ha tenido una tradición musical folclórica extraordinaria, en todas sus regiones y a través de lo siglos, y una música culta sobresaliente en muchos momentos, en la Edad Media, Renacimiento y primer Barroco, sin olvidar el impresionismo musical español, Turina, Albéniz, Falla y tantos otros. Desde luego, la canción española y el flamenco no tienen por qué gustar a todos, como sólo gusta a una minoría cada vez más minoritaria las óperas de Mozart o Massenet, verbigracia. Estéticamente, el franquismo le pega 20 vueltas a esto de ahora; esto de ahora es puterío ambiente, espanglish, lameculismo pro anglo desorejado, colorines, izquierdismo cutre, derecha de moqueta, de jaguar y de ir mucho a Londres y unos racistas en Cataluña y Vascongadas que son todos verdaderos deshechos humanos. Y unos liberales que no han cambiado desde el XIX. La gran cultura española está ahí, para el que quiera inspirarse en ella. Pero nos hemos convertido en un país suicida, que aspira a la aniquilación. Las subvenciones, en principio, no están mal, depende de lo que se subvencione. Se puede subvencionar alta cultura española, o se pueden subvencionar películas mierdas anti españolas como las de Fernando Rodríguez Trueba. La tontería de AsierC sobre el flamenco la podría haber dicho cualquier sociata, pepero corrupto o racista separatista. Algunos no salen del complejo. El flamenco, por cierto, es de las pocas músicas españolas que resisten, se escuchan y tienen audiencia global. La gran cultura española es la que va desde la aparición del Tirante y la Celestina hasta Calderón, en literatura, arte y pensamiento. Y antes y después han habido hombres y momentos de gran valor cultural, desde San Isidoro o Alfonso X el Sabio hasta Goya, Picasso o Menéndez Pelayo. Seguro que ahora hay grandes hombres que podrían decir y hacer grandes cosas, pero los muy gilipollas piensan que lo tienen que decir y hacer en inglés, con lo que todo queda en nada.
En mi ciudad, Oviedo, mantienen ciertas tradiciones para humillarnos ante los turistas. En verano suelen ocupar las calles de la ciudad unas bandas de gaiteros vestidos de forma ortera, antigua y haciendo un ruido horrible que ahuyenta a los turistas mucho más refinados y poco acostumbrados a estos folclores “cañís” del régimen anterior pasados de moda. Vean, vean. Este esperpento cultural nada tiene que ver con los refinaminamientos de otras culturas. Así está España:
El tal AsierC padece la misma enfermedad que se detecta en mucho jóvenes y jóvenas del postfranquismo. Suele notarse por el desprecio a los símbolos y culturas españoles con expresiones como las que ha empelado el tal AsierC que intentan explicar porqué hay un desprecio a lo “español”, que se supone que es porque el franquismo lo explotó de manera desorbitada, con mal gusto, de forma soez, impostada en muchos casos, y que ha producido el asco y rechazo a todo lo español en las generaciones que vinieron después, curadas de tanto retraso.
Es como aquel mozalbete que escribió un libro sobre el “aspecto rural español” en la actualidad y que venís a decir cosas como esto que digo más arriba.
Precisamente en lo que ha destacado España sobre todas las naciones ha sido en su cultura, en su expresión artística, literaria, arquitectónica, musical, etc…antes que en Ciencia, en matemáticas y en otras artes más analíticas. Y precisamente esto también se lo quieren cargar. Serán delirios, pero hay algo más detrás de toda esa estupidez.
El caso es gente como Historietas, acusan a los españoles de ser como los nazis y hasta de perpetrar un genocidio. En su haber hay atrocidades que se cometen en todo choque de civilizaciones, pero no tan horrendos como el cometido por otras naciones y observando el resultado, nadie objetivo podría decir que la nación española es genocida. Y sin embargo mucho insinúan que hubiera sido mejor que los españoles no hubieran conquistado América sino los británicos y otras naciones. O incluso que hubieran seguido tal cual esas naciones como los incas o aztecas tan avanzados, puros y nobles.
A ver, ya se que por las tierras del Periodico del Orinoco no se estila mucho decir la verdad, pero citame una sola frase mia- una sola- donde se afirme nada parecido a lo que ud dice y me marcho del blog hoy mismo. Una sola, repito, y me voy.
Tu discursito penoso habitual, que vale lo mismo para hablar de Lutero, de la Hambruna Irlandesa, o de las bombas atomicas, con no se que rollos de conquistadores nazis e indios supoerbuenos y puros, no lo gastes conmigo camarada.
no se carajo cuentas de antifascismo. En todo caso, yo soy igual de antifascista que anticomunista y anti imperialista y antiveganismo y pro tortilla de patata si hace falta. Como decia un profesor mio “si se es anti de algo, hay que ser anti todo, y cuando se es anti todo, se es anti nada, como yo”.
En todo caso, yo soy igual de antifascista que anticomunista y anti imperialista y antiveganismo y pro tortilla de patata si hace falta. Como decia un profesor mio “si se es anti de algo, hay que ser anti todo, y cuando se es anti todo, se es anti nada, como yo”.
¡¡Qué lloriqueas si precisamente tú mismo me das la razón!!!
La impresión que das a los demás es lo que hay. Osea que tu verás.
Además, tu comprensión lectora es pésima, por no decir nula. He dicho de forma literal “gente como Historietas” es decir, gente como tú, de tu naturaleza. No tú en concreto, aunque también estarías en esa lista. Y si, he mezclado de todo un poco porque a la limón te contestaba a ti y a AsierC. Y lo que he dicho, dicho está.
Moa cita a !Nelson! como ejemplo.
Ángela María, vivir para ver…
Tanto insultar e intentar descalificar con lo de llanitos, anglómanos y antiespañoles y ahora se demuestra que del odio al amor hay un paso.
Los aliados tienen en su haber peores crímenes, en algunso aspectos, que los cometidos por los nazis. Sí, los tienen. Como son las dos bombas artómicas contra el Japón lanzadas en nombre de la paz y para evitar, ejem, 1 millón de vidas estadounidenses. Pero antes de lanzar las dos bombas atómicas, ya habían sembrado un terror mayor en Tokyo con sus bombardeos sistemáticos y destructivos sobre Tokyo y otras ciudades japonesas. Y en Alemania lo mismo. ¿Por qué? Pues porque podían hacerlo. Otra cosa es la cuestión moral para hacerlo. La moral aliada es muy peculiar y en algunos casos corresponde a una mentalidad próxima a la de los nazis. La nación estadonnidense se ha formado con la mentalidad de ser superiores a otras razas y por lo tanto predestinadas por la voluntad divina. Así lo creían al expulsar de sus tierras y casi exterminar a las tribus indias americanas, o a los negros. ¿Es que acaso en USA aún hoy no hay conflictos raciales? Por supuesto. No al nivel de los nazis, pero los hay. Alguno dirá: Bueno, los alemanes de haber podido también hubieran lanzado no dos sino 100 bombas atómicas. Puede. Hay muchas posibilidades, pero nunca lo sabremos.
Los aliados tiene en su haber crimenes similares a los nazis? Si sumamos a los sovieticos y a tito Stalin, desde luego: a dia de hoy nadie lo niega. Bueno, alguien tednrá que haber que lo haga, pero nadie serio quiero decir. Hay algun crimen horrendo en la SGM creado por los aliados. Puede ser. El bombardeo atomico, o los bombardeos sobre ciudades al final de la guerra. Yo mismo, hice en tiempo universitarios, para una revista, un articulo sobre las bombas atomicas donde las calificaba de un crimen atroz. Pero esos hechos no son los habituales, y desde luego, no se pueden comparar a una campaña sistematica de exterminio industrializada. Efectivamente los nazis no tiraron bombas atomicas, tampcoo los EEUU gasearon, mmataron de hambre y ejecutaron a entre seis y siete millones de judios, a un millon de polacos, a otros tantos bielorrusos, lituanos, ucranianos y a tres millones y medio de prisioneros de guerra sovieticos. Y desde luego, en el tema de las violaciones, son los reyes indiscutibles también., Y eso olvidandonos de robos, saqueos, amenazas, torturas, palizas, experimentos medicos, vivsecciones, etc…
Nada de eso hicieron los americanos. Y no se puede poner e en ltro fiel de la balnza cientos de violaciones para “compensar” o ese supuesto millon de alemanes muertos de los que no hay prueba alguna, por el momento. Vamos, que los alemanes se quejen de violaciones siematicas… seria de chiste si no estuvieramos hablando de mujeres destrozadas fisica y mentalmente. Es terrible que hubiese mujeres alemanas violadas. pero mucho mas terrible es lo otro. Y de todas formas, el ultimo responsable de que hubiese mujeres alemanas violadas y rusos en Berlin tiene un nombre muy corto: Adolf Hitler. El empezo con Alemania una guerra a todo o nada. Si quiere un responsable, ya sabe.
En cuanto a los bombardeos ya esta todo dicho con la frase de Ciano, el pueblo que invento la palabra coventrizar una ciudad se queja de los bombardeos. Hitler, el creador de la campaña Castigo para Belgrado se queja de los bombardeos. Y como decia Snyder, en Varsovia murieron en los bomardeos mas o menos los mismo alemanes que en Dresde, o en el levantamiento de Varsovia cayeron mas victimas que en las bombas atomicas. p.d Un dato que me fije ayer. Se dice que “diez personas morian al dia en las estaciones” Eso son 3650 personas muertas al cabo de un año, suponiendo que muriesen todos los dias del año, a ese mismo ritmo, sin descansar. Un crimen? Sin duda, uno terrible. Pero en cualquiera matanza de Polonia o Rusia nazi eso es una pequeñez. Muchos trenes alemanes no iban a ningun siio, o esperaban deliberadamente a que pasasen varios dias al aire (a veces en vagones abiertos, de transporte de material) libre para que el frio y el hambre “los vaciase”, sencillamente. Los niños morian poisoteadas, eran arrojadas por las ventanas para que se trataran de salvar, los prisioneros terminan atacandose y devorando a los cadaveres, o tenian que lamer el rocio de las ventanas para calmar la sed y vivian rodeados de sus excrementos . ¿Diez muertos al dia, dice? Eso hubiese un fiasco para los jerarcas nazis.
La impresión que das a los demás es lo que hay. Osea que tu verás.
Solo una persona patetica puede creerse eso. Si creees eso das lastima. Y si eres cristiano o te defines como tal y crees eso, aún das más lastima todavia. Que triste seria tener una vida asi.
Lo cortés no quita lo valiente. El propio Moa ha dicho en alguna ocasión que la cultura, en conjunto, más brillante de Europa ha sido la inglesa. Una cosa es admirar, y otra el lameculismo y espíritu traidor de los anglómanos. De Nelson y Shakespeare se pueden aprender cosas. De los jaques, nada bueno, sólo a reptar.
Nelson no hubiera permitido una colonia española en la costa sur de Inglaterra. Jaque aplaude la presencia de la colonia inglesa de Gibraltar, y se va allí a jugar al ajedrez. Esa es la diferencia entre los nelsons patrióticos y los jaques traidorzuelos; por eso Nelson fue un grande y los jaques son basurilla; por eso Moa puede admirar a Nelson, pero no a la legión de jaques que asola España.
A mi no me parece tan herrado lo que dice el señor Asier. La cultura popular española del franquismo no es desdeñable, e indiscutiblemente las formas populares eran mil veces más sanas y dignas que las de ahora. Pero eso no quita que quizás sea un error poner todos los huevos en la misma cesta, y creo que debió intentarse fomentar más otros aspectos además del folclore. Hay quien pensaría con razón, seguramente, que la política tampoco puede crear de la nada una cultura en ese sentido, que lo popular aflora naturalmente del espíritu de un tiempo y no se puede “forzar” que la nación deje de crear unas formas para crear otras. Lo que puede hacer la política y ha hecho es fomentar las peores pasiones y las costumbres más chabacanas, como se ve. Pero a la inversa es dudoso.
Mal no se haría si un gobierno mandase rescatar del olvido y difundir las obras de nuestros antepasados, como quien le da agua al campo esperando que algo crezca…
Si, desde luego Europa lo pasó muy mal pero algunos creen que España lo pasó peor con tito Franco. Los discursos histéricos de Historietas no tienden nada más que al vacío. El caso aquí es que se acusa a los alemanes de ser terribles por seguir una ideología racionalista y materialista que les llevó a cometer terribles asesinatos y críemenes. Pero a otro nivel, en algunos aspectos superior, los aliados, otras naciones que no la alemana, siguieron racionamientos parecidos que camuflados con palabras bonitas y lenguaje distorsionado cometieron en nombre de otra cosa, crímenes horrendos también. El caso aquí no es si los alemanes se lo merecían o no, que también podemos argumentar sobre ello, sino que se vendió una postura, una forma de actuar cuando la real era otra muy diferente. Y en segundo lugar, cuando todo esto pasaba, en España se vivía con penurias pero, benditas penurias comparadas con las que padecía el resto de Europa. Es pertinente sacarlo a la luz por varias razónes, por la verdad y porque siempre se ha acusado a España de lo mismo, cuando nuestros “crímenes” no llegan ni a la mitad de los cometidos por otras naciones. Se nos pone a otras naciones como ejemplo a seguir, como modelo a imitar comparándonos a peor con ellas. Ya se ve. El mismo Jaquetonio hace un ejercicio de cinismo de ese calibre, dentro de su estúpida ridiculez de lacayo.
Esto es lo que no entiende el bonobo ecuánime que sigue con sus alaridos habituales pronunciando discursitos cursis por lo infantil pero carentes de una lógica intelectual acuciante.
Repito, comparto lo que ha dicho Luis Gorrochategui, que los españoles jamás se comportaron ni cometieron acciones tan innobles como si las han cometido los ingleses. Y con los ingleses, otras naciones.
Durante el franquismo no sólo se pusieron todos los huevos en una misma cesta sino en varios. Se fomentó varias artes y no sólo las artísticas. Nuestro nivel educativo era superior en todas las ramas, sobre todo en las técnicas. Se comenzó con una incipiente formación científica e investigadora, etc….no entiendo la critica salvo para despreciar nuestra cultura, sin mucho sesera y fomentar otras que nos son foráneas.
Propiamente no existe una cultura franquista en el sentido en que existió una cultura soviética, por ejemplo; la misma Falange fue muy aperturista y nada sectaria al respecto, fomentando la recuperación de los intelectuales exiliados y otros. Hubo discusiones de bastante enjundia intelectual sobre Ortega, Unamuno y demás, que algunos creían conveniente excluir, en que las dos partes (grosso modo falangista y jesuitas) pudieron expresarse libremente y a veces con acritud. De hecho, como dice Julián Marías, no dice, sino que demuestra, la vida cultural fue muy variada y muy viva, nada parecido a un páramo.
El folklore español también se facilitó o recuperó en todas sus manifestaciones regionales, particularmente por la Sección Femenina. Que predominase el flamenco era algo que venía de bastante atrás, y por el flamenco se identificaba fuera del país la cultura popular española, como se identificaba a Argentina con el tango, por ejemplo, o a Usa con el jazz. Fue también una gran época de la canción popular en España, con la copla, Antonio Machín y demás. Y creo que la composición musical española más interpretada fuera de España es el Concierto de Aranjuez, del muy franquista Rodrigo, creo que de 1939 a poco de terminar la guerra. También el libro “Camino” de Escrivá de Balaguer es en su estilo la obra española más influyente en el mundo, y es de 1939 o 1940. Cela es posiblemente el mejor novelista español del siglo XX, exceptuando si acaso a Pío Baroja. Y así podríamos seguir.
No tiene nada de malo, al revés, conservar y proteger el folclore nacional tradicional. Los bailes regionales, las indumentarias o las fiestas que surgieron hace siglos. Todo el mundo lo hace y entre ellos los ingleses puede que sean los más “cañi” de todos.
Bueno, los useños exterminaron a la población india de USA, y redujeron los pocos que quedaban a reservas donde malviven hasta hoy corrompidos y podridos por los peores hábitos del capitalismo useño, los casinos, alcoholismo, suicidios, violencia, desarraigo, etc… Y el genocidio useño en Filipinas no está nada mal, aparte de que se cargaron a conciencia el legado español, desde nuestra lengua hasta la Manila histórica y artística. Ya van dos genocidios. Y su bombas atómicas, no sólo en Japón, sino en el Pacífico, donde usaron a nativos como conejillos de indias, a los que hicieron volver a casa antes de tiempo, para comprobar en sus carnes de razas inferiores los efectos de la radioactividad. Ah, y sus agresiones en Hispanoamérica o el mundo árabe, que ha vuelto del revés y provocado migraciones y muertes masivas. Y su agresión a España en el 1898, gracias a la cual tenemos hoy la raza superior catalana de Junqueras y Tardás. Y su brillante cultura, que aquí desgraciadamente se convierte en espanglish e imitación simiesca.
Además, tu comprensión lectora es pésima, por no decir nula. He dicho de forma literal “gente como Historietas” es decir, gente como tú, de tu naturaleza.
O sea, gente como yo, pero no yo.
No es mal comienzo. Que se acuse a una persona de algo que se sabe falso. Cristianismo en acción, amor a la verdad y todo eso.
Lo de la gente de la misma naturaleza me extasia. ¿A que se referira? ¿ A los mamiferos? ¿A los cordados? ¿Homo Sapiens? ¿Del mismo grupo sanquineo? ¿Serán también primates?
En cuanto a mi comentario sobre el asunto de la promoción del folclore y la cultura vulgar en el anterior Régimen, lo decía en un tono crítico si, pero precisamente considerando que el Régimen del general Franco fue destacado y bueno en general, y que caben apreciar algunas taras, y a mi parecer, la de la cultura es una de ellas. En ese sentido, el mismo sentido folclorizante existe a mi juicio en el régimen actual, solo hay que ver a Penelope Cruz en la peli de volver, etc.. Se siguen explotando los mismos clichés.
Yo en definitiva iba un poco a lo que comenta Gabriel, a que se debería forzar desde las instituciones a un refinamiento mayor, a una cultura un tanto mas “elevada”, si se me permite la expresión, aunque pueda parecer que se ahoga la pulsión “natural” de los pueblos. Conviene en España forzar un poco la máquina desde arriba, y es que creo que existe talento de sobra para realizar obras cultas sin plagios del exterior, de hecho el barroco, ejemplo de refinamiento y complejidad, es la época en la que el arte de nuestra nación más sobresalió.
Se trata un poco de desligar la cultura propiamente española a lo vulgar, al Volk, como lo estaba desde luego en nuestra época álgida. Marías creo que establecía esta vulgarización o chabacanización de nuestra cultura en el siglo XVIII, ahí comenzó a identificarse más con el asunto de los majos y el sur de España. En fin, no se que piensan al respecto…
En el franquismo nos quejábamos mucho de la pobreza cultural… Todavía no habíamos conocido lo de ahora, claro. Se decía que muchos autores tenían que guardar obras maestras en un cajón, debido a la censura. Luego no salió ninguna obra maestra.
Lo que dijo Marías y también la historiadora Carmen Iglesias es que en el siglo XVIII España destacaba sobre las otras naciones porque tanto las élites como el populacho compartían las mismas aficiones, formas de expresarse, costumbres y hasta vestimenta, no como en otros países de Europa donde se evidenciaba una linea de separación entre las clases sociales. Así, Carmen Iglesias indicaba la afición por los toros, sin distinción de clases, por el folclore, las canciones populares, etc….Una cosa no quita la otra. Se puede tener un rico y variado folclore cultural y popular con un alto nivel cultural en otros aspectos. Salvo en las ultimas épocas, España lo ha demostrado, creo yo.
Lástima que mi chapa sobre la nación alemana como causa de la primera guerra mundial no haya suscitado comentarios. En realidad no justifico con esto a los anglosajones, nada más lejos de mi intención. Creo en definitiva que forman parte de la misma Europa protestante que es depredadora por naturaleza, llena de un cinismo e hipocresía insoportables, Holanda es otro buen ejemplo histórico de esto.
Con todo, cabe aseverar sin miramientos que el ejemplo mas perverso y malvado de este ramal de la Europa norteña protestante es la Alemania nazi, que hunde sus raízes muy muy atrás, en realidad en el mismo Lutero. Los ingleses no son tan malos, si se me permite esta simplificación; como ejemplo está su forma de protestantismo canónico, que es un protestantismo a medias, o sea, un error a medias. Han sido unos cínicos piratas siempre, racistas también, pero nunca han llegado al grado de fanatismo y extremismo supremacista de los alemanes, hay que decirlo así de claro…
Lástima que mi chapa sobre la nación alemana como causa de la primera guerra mundial no haya suscitado comentarios.
Repase los comentarios de hace dos años o menos del blog sobre este tema y comprobará que hubo un extenso debate donde se exponían las “culpabiliadades de todos” y no sólo de la nación alemana. Sus teorías creo yo, se han superado además de ser muy parciales.
Yo en parte también veo como Asier algo peculiar en la nación alemana que la ha llevado a padecer tantos trastornos. Empezando por no haber sido romanizada tanto como otros países. No me refiero a culpas de guerras y crímenes ni nada por el estilo, sino a la cultura alemana en general. Se poco, pero creo que Asier no se refería a lo que ustedes han entendido.
La cultura popular no es sinónimo de chabacanería; no tiene por qué ser vulgar. La chabacanería en España llega a borbotones con los sociatas, el porro, las drogas, la telebasura…y la derecha asume esa chabacanería, como cuando Ansón defiende la validez cultural del cine de Almodóvar. La cultura popular no se contrapone a la alta cultura. Las músicas folclóricas españolas, por ejemplo, han influenciado y dado gran aliento a la música culta española, y han ejercido una notable influencia en otras músicas europeas. También se ha dicho que nuestros clásicos, como Lope, eran espíritus populares, contrapuestos al aristocrático de Shakespeare. Los majos eran tipos populares, madrileños. Es cierto que en muchos autores, como Baroja o Unamuno, existía un rechazo por la imagen del sur, por la del señorito de la juerga y el cachondeo, pero las confusiones de estos autores se deben a que participaron del espíritu regeneracionista, y concentraron su rechazo a los males de España en la imagen poco seria que tenían del sur. En el XVIII, España se vulgariza porque se afrancesa, y produce una cultura de imitación, con excepciones como Goya. La solución para una cultura de calidad y un renacimiento cultural, pasa por la enseñanza y la universidad, y por tener como inspiración a nuestros grandes héroes y logros culturales del pasado.
En la estación de Córdoba pusieron hace unos años una escultura que consistía en cacharros y electrodomésticos viejos, rociados o chorreados por un líquido pegajoso con la consistencia de la plastilina, y un artista (es un decir) español que tituló su basura “Plenty”: el mensaje del chapucero español con alma de perro faldero gibraltareño.
Enfin, la cultura alemana es la misma que la inglesa. Véanse para un conocimiento elemental los libros “Literaturas germánicas medievales” de Jorge L. Borges y “Los dioses de los germanos” de Georges Dumezil para comprobar lo evidente.
Respecto a que los alemanes han hecho mas barrabasadas que los ingleses en la Historia es falso de toda falsedad. Hanna Arendt ya demostró que las dos raíces del totalitarismo son el antisemitismo y el imperialismo y de ambos los ingleses han aportado tanto ó más que los alemanes. Recuérdese que el precursor ideológico del nazismo fue un inglés Houston Stewart Chamberlain. https://es.wikipedia.org/wiki/Houston_Stewart_Chamberlain
no se pueden comparar a una campaña sistematica de exterminio industrializada.
¿como la de los campos de exterminio aliados? Porque al final si los campos de concentración de unos son de exterminio industrializado los de los otros vemos que también……. Como se ve tampoco es necesaria ninguna industrialización para exterminar a mas o menos un millón de presos alemanes………
no existieron campos de exterminio, si se quiere exterminar basta con dejar morir de hambre y enfermedades a los prisioneros, los que cometieron semejantes crímenes son eso , criminales. Lo que hoy toca es separar el trigo de la paja, la verdad de la propaganda, en este sentido todo lo malo se lo llevaron los perdedores pero todos sabemos que eso no es exactamente así. Es más ha sido tal el abuso y exageracion que casi todos los crímenes alemanes están sujetos a revisión, para que concuerden con la realidad.
Por otro lado lo que si fue sistemático y una industria realmente del exterminio fue el sistema del bombardeo estratégico por áreas o sectores, diseñado para arrasar ciudades indefensas….. mas de 200 (Y me quedo corto) fueron arrasadas así industrial y sistemáticamente por parte de los aliados…….
Blog, Lead: Acaban de mencionar en la Primera de Televisión española los nombres, ilustrados con algunas imágenes, de las series programadas para el año 2011; entre ellas (y hay varias localizadas en los años 30, Guerra Civil incluida) una que se llama “14 de Abril: la República”. Estoy seguro que cosas como las que nos cuenta hoy Moa de la Guerra Civil ni se mencionarán (o se mencionarán pero invirtiendo la atribución de las atrocidades). Preparémonos para otras sesiones de “qué buena, bella, equilibrada y democrática era aquella República” y “qué malos, perversos, violentos y sádicos, los representantes de las clases privilegiadas que se negaban con gran violencia a ceder ni un ápice de sus insultantes privilegios”. Espero que medios como Libertad Digital, Intereconomía y otros hagan, a su vez, horas extras para redescubrir a los españoles lo que fue aquel régimen sectario hasta la náusea.
En el último decenio ha retrocedido mucho aquella charlatanería que pasaba por historia sobre la república, la guerra y el franquismo, y hoy pocos ensalzan a Azaña y a la república con la desvergüenza de hace unos años. Pero la izquierda es muy consciente de dos cosas: de que sigue poseyendo los principales medios de comunicación y de que la derecha (los señoritos y señoritas escupidores sobre la tumba de sus padres) está dispuesta a dejarles el campo libre y a “mirar al futuro”, como dicen sus líderes. La izquierda y los separatistas son muy consciente de la importancia del pasado –de su versión del pasado– para configurar el presente y el futuro que les interesa. Por tanto, a la vista de sus retrocesos, volverán a la carga con renovado empuje. Es de esperar, como dice Lead, que LD, Intereconomía y otros cumplan con su deber. Pero cada cual debe preocuparse menos de lo que deben hacer los demás, que de lo que puede hacer él mismo. Pues, si cada uno examina el asunto, verá que sus posibilidades son más grandes de lo que piensa y sin necesidad de un esfuerzo desmesurado.
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Los grandes creadores, pensadores, artistas, científicos, inventores, estuvieron solos contra los hombres de su época. Cada nueva idea fue rechazada, cada nuevo invento fue denunciado, pero los hombres con visión de futuro siguieron adelante. Lucharon, sufrieron y pagaron, pero vencieron.
Aunque, en general, estoy bastante de acuerdo conLead, esta frase que cita no entra, desde luego, en las grandes creaciones del pensamiento. Me parece, en realidad, una estupidez. Ha habido “grandes creadores” enfrentados endistintos grados a su medio, y otros a quienes les ha ido muy bien en él. Como pasa siempre. Si juzgamos por sus efectos históricos, Marx fue un gran creador, y Lenin otro.Y se enfrentaron a la sociedad, sufrieron, etc., y vencieron, al menos pasajeramente (pero todas las victorias humanas son pasajeras). No sabemos de grandes enfrentamientos con la sociedad a causa de sus ideas, por parte de Cervantes, de Newton, de Bach, deColón, de Einstein, de Pasteur, de Aristóteles, etc., etc. Normalmente, los innovadores han encontrado gente que les apoyaba y gente que les rechazaba, algo que ocurre con todo el mundo, por lo demás.
Oponer así al individuo y la colectividad, lleva al pensamiento histérico tipo Ayn Rand. El individuo no se concibe al margen de la colectividad, y esta no es más que la suma o más bien combinación de sus individuos.Sin embargo la sociedad humana no se parece a una colmena, y existe por tanto una tensión entre cada individuo y la sociedad en conjunto. Si esa tensión se extrema por el lado del individuo, la sociedad se descompone; si se extrema por el lado contrario, el individuo queda aplastado. Las evoluciones sociales pueden describirse –al menos en parte– por esas tensiones. Probablemente el liberalismo, (basado en la idea, de raíz cristiana, de que la persona tiene ciertos derechos por encima del poder político o colectivo), es la solución más exitosa hasta la fecha, pues mantiene suficiente cohesión social con un grado de libertad individual mayor que otros sistemas. Se ha solido acusar al liberalismo de propiciar la disgregación social y, por compensación, los bandazos totalitarios; perolas sociedades que más se han atenido a los principios liberales son, hasta la fecha, las que más han prosperado cultural y económicamente.
Por otra parte es muy lógica la resistencia de la colectividad a las innovaciones. Cierto que todas las ideas, invenciones y obras de arte o pensamiento tienen padre, es decir, las ha creado algún individuo. Pero la mayoría de las ideas de los individuos son malas, mediocres o disparatadas. No solo existe una multitud de idiotas con ideas, sino también de inteligentes con ideas idiotas. Si se aceptara todo lo que se le ocurre a cualquier individuo, la sociedad se desmoronaría. Es precisa una depuración de iniciativas, y aun así, a veces las sociedades adoptan ideas absurdas. Ahora mismo triunfan en España las necedades de Zapo y su banda, que no dejan de ser individuos.
Tampoco es cierta esa oposición imaginada por Ayn Rand entre la sociedad y la iniciativa individual. Por mencionar la Revolución Industrial, ejemplo que emplea Lead de preferencia, las invenciones que la hicieron posible fueron aceptadas rápidamente, con poca oposición y amplia recompensa para sus promotores, y a pesar de su elevado coste: contaminación de ciudades y zonas rurales, o masas de trabajadores empleados en pésimas condiciones (el argumento de que antes, en el campo, estaban peor, solo vale a medias: previamente esos trabajadores habían sido expulsados por la fuerza de las zonas agrícolas donde subsistían, quedándose sin otro recurso que aceptar el trabajo fabril de cualquier modo).
Otro aspecto que parece olvidar Leades que una idea individual solo puede tener éxito en condiciones creadas previamente por la colectividad, es decir, por la combinación de sus individuos. De otro modo, la iniciativa se pierde, y seguramente se habrán perdido así muchas. Y otro punto clave es el de las élites: dentro de la sociedad se forman espontáneamente una multitud de élites: políticas, económicas, científicas, artísticas, informativas, etc., que casi siempre tienen algo o mucho de oligarquías. Estas sirven de cauce a unas ideas y tendencias, y de freno a otras.
En fin, el colectivismo nunca lo es del todo, ni el individualismo se da sin fuertes límites. El marxismo, ideología colectivista, se fundamenta en una aspiración a dotar a los individuos de una vida más plena, libre, variada y productiva. Claro que cuando se trata de qué entendemos por plenitud, libertad, etc., ya empiezan los problemas.
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****Datos significativos: en 1968 existían en España 11.176 presos. Era una de las tasas de reclusos más bajas del mundo y, desde luego, de Europa. Había unos pocos centenares de presos políticos (de ideología totalitaria en su gran mayoría) difíciles de cuantificar, pero seguramente menos de medio millar.
En 2010, el número de reclusos alcanzaba los 77.000, la tasa más elevada de la UE. El número de presos políticos era en 2008 de 614 (presos de la ETA, reconocidos implícitamente como políticos por los gobiernos de “la salida política).
Otro dato curioso es el aumento de la delincuencia femenina: de apenas superar el 5% de los presos en 1968, se acerca al 10% en estos últimos años.
Estos extraordinarios incrementos en la población reclusa ocurren, además,bajo una legislación que, en opinión bastante difundida, tiende a proteger más al delincuente que a la víctima
Hoy hace trece años que conocí a Elena, y simplemente me apetece escuchar este tema satánico…
Stiff Upper Lip/Labio superior rígido
“Stiff upper lip tiene varios matices. Por un lado es una persona que reprime sus emociones. Por otro es una referencia a la posición de la boca cuando se habla ‘Received Pronunciation/RP’, el acento que tuvo (y en algunos sigue teniendo) más prestigio del inglés británico. La RP es todavía asociado con las caras escuelas privadas tipo Harrow o Eton. Si miras a la reina cuando habla, casi no abre la boca, apenas mueve el labio superior por tener un ¡stiff upper lip!“. (ACDC) https://www.youtube.com/watch?v=S2Z8WIlaPH4
Pues se lo acabo de enviar. No hay una asociación demasiado directa. A los dos nos gusta la música “fuerte”. No es que ella sea ¡stiff upper lip!, ni mucho menos. El defecto que tiene Elena, si es que tiene alguno es que tiene un genio del demonio. Y que es algo egocéntrica, y le cuesta tener en cuenta la opinión de todos. No sería una buena jefa… Sin embargo es una persona muy leal y muy noble. ¡Y yo la amo cada día más!
Por otro lado no consigo salir de un circulo vicioso respecto a nuestra Marianne Elise Kurchner todas las paginas dan la misma noticia, con los mismos datos y las mismas fuentes, fuentes que se resumen en una, un tal Rudolph Herzog en su obra «Heil Hitler, el cerdo está muerto» del año 2015 . es de suponer que en dicha obra estarán las fuentes y los detalles, digo yo, pero deben tratarse de algo poco menos que secreto pues nadie concreta.
Pues será porque tiene un carácter del demonio. Yo se lo dije una vez a mi suegro, y decía que era porque era cosaca… Pero el señor Viktor no conocía a las españoles que no les tienen nada que envidiar…
Por otro lado el “rock” siempre se ha dicho que es música satánica. Y tanto músicos como incondicionales presumen de ello, no es que rechacen la idea. Y el hecho de que a mí me guste no va a cambiar eso…
Efectivamente, cada nación tiene sus puntos característicos. Los españoles, según Sanchez Albornoz tiene unos, pero a Moa nunca le ha gustado hacer esa clase de distinciones. Sin embargo, los hay, creo yo. El carácter del español es poco amable con las jerarquías salvo que estás se ejerzan de forma contundente pero honesta y humana. Nuestra peculiar Edad Media y el carácter individual y sacrificio humano de la sociedad que realiza la Reconquista, marca nuestro forma de ser. Los ingleses en cambio, asumen la jerarquía y la distinción de clases sin mayores problemas. Una cosa parecida a la teoría de Gabriel sobre la romanización de los alemanes la dijo Ortega y Gasset sobre los españoles. Según el pensador, los reinos germánicos que dominaron Europa después de la caída de Roma forjan una actitud que caracteriza a cada nación. En el caso español nos tocó la decadente y los muy romanizados visigodos; en cambio a favor de los franceses, fueron los menos romanizados y más jóvenes e impetuosas tribus francas. Esta teoría produce sarpullidos a Moa y con razón. Me parece una majadería. Y lo siento Gabriel, pero lo mismo me parece a mi lo de la romanización de los alemanes, que además es al revés. En cambio, yo también creo que los alemanes son muy peculiares como lo son todas las naciones, pero como bien dice Manuelp, sus primos hermanos son los británicos y entre los dos, parece que los segundos, son los que han pasado a la historia como más pacíficos y civilizados, en cambio han cometido más barrabasadas que los primos-hermanos continentales. Alemania en muchos casos se llevaron la fama y los británicos cardaron la lana.
Sobre lo que alguno apunta de la influencia prusiana, es cierta. Prusia determina la dirección que tomará Alemania entera en los siglos posteriores al XVIII pero no por una maldad connatural sino por consecuencias históricas de supervivencia, de forma de hacer la guerra, que ya he mencionado, y la forma de entender como sobrevivir como Estado rodeado de naciones enemigas. Algunas naciones se forjan así como por ejemplo, Israel. Otras pirateando y rapiñando. Otra forma de civilizar.
Si, todo empezó con “Mirando hacia tras con ira” de John Osborne que marcó la pauta de una “cultura” anglosajonia del feísmo y el exceso que llevó a donde estamos.
Hegemon
Los “pujantes” francos no fueron capaces de acabar con los “decadentes” visigodos en los 200 años que duró el reino visigodo de Toledo. Después de la derrota de Vouillé además los ostrogodos- que eran lo mismo que los visigodos- pararon en seco a los francos y estos no pudieron acabar de comerse a los visigodos.
Los campos de concentración son muy diferentes a los campos de exterminio. Campos de exterminio propiamente dichos, hubo muy pocos (gracias a Dios) a lo largo de la historia. Hay campos de concentración que son muy duros y muy parecidos, pero lam neos en teoria, la gente que va alli no tiene que morir directamente. aunque usualmente las condciones son malas y muchos lo hacen, también habia en el pasado y ahora carceles muy duras. pero no tiene camarás de gas y hornos crematorios, falsos medicos disfrazados, fachadas de estacion de tren falsas, selecciones semanales etc… Un divertimento de los guardias de campo nazi de Auschwitz era quitarle la gorra a un prisionero y tirarla a las alambradas, si se acercaba a recogerla podia dispararle bajo el “pretexto” de que estaba tratando de escapar, si no lo hacia, podia mandarle que la recogiese, y si no cumplia esta orden, podia dispararle por desobedecer. Por cierto, que gorras, trajes y zapatos de madera eran entregadas al azar a los prisioneros, asi que era habitual que los zapatos no valiesen (y tuviesen que ir descalzos), los pantalones les quedasen pequeños (a veces, por poco tiempo, claro), o la chaqueta no se cerrase (o quedase colgando).
Mucho ruido y mucho griterío, como si estuvieran enormemente cabreados los cantantes.
Efectivamente, de eso se trata. Jeannete es muy guapa, con una voz muy dulce y un mensaje maravilloso, pero a veces a uno le gusta que la sangre hierva y pegar cuatro voces.
Y eso que AC/DC ahora son para crios, diriamos.
Estoy leyendo un relato de un periodista extranjero que narra las últimas horas de Alfonso XIII y la familia real. Narra las andanzas del Consejo Rojo de los Siete para eliminar definitivamente a Don Alfonso XIII. Después de mucho deliberar sobre cuál era la mejor forma de eliminar, decidieron gracias al consejo femenino de uno de sus componentes que el mejor metodo sería el envenenamiento. Y vaya si lo intentó este misterioso Consejo Rojo. Cuando llegó la hora de la última cena de Don Alfonso y la reina, y gracias a la “costumbre” de ofrecer la comida antes a un terrier apodado “Rag”, los reyes salvaron sus vidas al contemplar como en pocos minutos el canino glotón empezó a sufrir extraños retortijones que degeneraron en un rápido fallecimiento. Llamado el doctor por el rey para que ofreciera su diagnostico sobre la causa de la muerte del can, en pocos segundos este les confirmó que efectivamente aquel perro había muerto envenenado.
Tras la sentencia del reputado médico el rey Alfonso XIII exclamó enfurecido: “No es suficiente que hayamos renunciado al trono. Ellos también quieren nuestras vidas.”
Hay muy poca información sobre aquellos fatídicos dias previos a la abdicación del rey Alfonso XIII pero dado los acontecimientos que se generaron a posteriori, convendría averiguar, saber de la existencia o no de este misterioso Consejo, quiénes eran los componentes de este “Consejo Rojo de los Siete” y si este relato periodistico es cierto o no.
No me pidan el enlace de momento…
el reportaje salió en el extranjero. A mi me suena esto a un complot muy másonico. De ser cierto que malas pulgas tenían estos conspiradores…
Debe ser el paso del tiempo. Hace años escuchaba rock y entre los grupos AC/DC era uno de mis favoritos. Ahora me da por otra clase de música. No sólo AC/DC sino otros muchos grupos de rock, lo que luego derivó al Heavy Metal, son un clásico. Iron Maiden, Dio o los alemanes Scorpions eran y son muy buenos. En España Obus o Baron Rojo marcaron época. Más tarde me dio por la música independiente como The Smiths de los cuales ya he hablado varias veces.
https://www.youtube.com/watch?v=G02QOSaxH-w
Esto es para Kufisto entre otros, busque el nombre de este chaval y apúntelo, porque canta como los mismos angeles…del rock, quería decir.
Claro que ante la incommensurable caballería polaca de los húsares alados ni los cosacos tenían nada que hacer. https://www.youtube.com/watch?v=rlhpi-WllkQ
Creo que hubiese sido la única unidad militar del mundo capaz de poner en apuros a los Tercios de infantería española.
Obsérvese una vez mas como se reunían las sotnias (compañías) de cosacos de cada stanitsa (asentamiento) al mando de su esaúl (capitán) hasta formar un polk (regimiento) al mando de su polkovnik (coronel) y por ultimo los polks para formar un voysko( hueste) al mando de su atamán. https://www.youtube.com/watch?v=n8G6S6fQQ4I
Así exclamó desesperado el almirante inglés E. Vernon viendo como sus barcos eran hundidos, y sus hombres caían ante el valor de los defensores de Cartagena de Indias, (en la actual Colombia)|1741.
Fuerzas en combate:
Inglaterra: 30.000 hombres y 186 buques de guerra
España: 4.000 hombres y 6 buques de guerra
Hoy 28 de julio se celebra en Rusia el Día del Bautismo de Rusia. Esta fiesta es nueva, apareció en el año 2010.
Se considera que el veintiocho julio del año 988, el gran príncipe de Kiev Vladimiro bautizó a su pueblo haciendo entrar a toda la población de Kiev en las aguas del río Dniéper sirviéndose de la druzhina (guardia de los príncipes en la antigua Rusia) y destruyó las esculturas de dioses paganos, situadas en la colina más alta a las afueras de la ciudad.
Comino, encuentra una entrada mía en la que diga que me alegro o celebro que Gibraltar sea inglés.
Te crees que con lo del anonimato puedes soltar cualquier parida por falsa que sea.
En cuanto a lo de ir a jugar al ajedrez allí, es tan sencillo como que organizan uno de los mejores torneos abiertos del mundo. Sólo lamento el no poder ir todos los años. Y son bastantes los ajedrecistas españoles que participan, por supuesto. Y algunos muy buenos, como David Antón, que lo ganó empatado con Nakamura este año.
Pedazo de pseudopatriota este comino.
Veo que Gabriel me entiende muy bien. En el fondo a eso iba, a que Alemania no se romanizó, eso la vuelve problemática, sobre todo cuando se revela frente al legado romano con la reforma luterana. Una nación que no es hija de Roma no es una nación realmente, ya que no tiene los robustos y verdaderos fundamentos que necesita para que sea tal cosa, no es una reina sucesora. Ahí claramente diverge respecto de Inglaterra, que a pesar de su contenido germánico racial, es otra hija de Roma.
Alemania es solo una acumulación de tribus bárbaras romanizadas. Lo que sucede es que hubo un tiempo en que impugnaron deber nada a Roma y se consideraron la raza superior, literalmente la raza elegida para elevar-dominar a la humanidad, y es que “la era germánica”, con el predominio de Prusia claro, era el fin de la historia, nada menos.
No niego que Alemania, a través de Prusia, obtuviera en parte ese carácter militarista debido a que creció rodeada de enemigos, pero también está toda la munición del idealismo alemán, teorías que no dependen de ese factor geográfico. Estas teorías se las trabajaron ellos solitos y son terribles… tan terribles que sigo pensando que costaron dos guerras mundiales en Europa. Esto no quita que hubiere otros importantes motivos como causa de las guerras, claro.
Sí, hubo un tiempo que aluciné con Morrisey, Johnny Marr, Mike Joyce y Andy Rourke. Tengo todos su disco en vinilo y ahora muchos en CD. Morrisey usó sus letras para reflejar su ambigüedad política y sexual. Es cierto. Algunos decían que el 51% de The Smiths eran las letras de Morrisey y el otro 49% la música de Marr. Se separaron por varias razones pero la que más por la rivalidad entre Morisey, un icono en UK, y Marr, un artista excepcional de la guitarra.
Muchas “taras” que se atribuyen a Alemania, no son exclusivas de ella ni las inventaron los alemanes. Si hubo un idealismo alemán, también lo hubo francés y ni que decir tiene que inglés.
Alemania es solo una acumulación de tribus bárbaras romanizadas.
Pero su etnia era bastante homogénea. La Europa occidental sobrevive a la caída del imperio romano gracias a los reinos germánicos que se van formando y toman el testigo. Garcia Moreno atribuye la formación de las naciones estado que ahora conocemos a este hecho. Y Moa en su libro Europa diferencia una Europa, la de los Reinos y estados formados por diferentes tribus germánicas y la de los Imperios.
¿Así que Inglaterra es hija de Roma?. Vaya,vaya …. ¡que milagro!. Resulta que a principios del siglo V desaparecieron los romanos de Inglaterra para no volver, antes incluso que de muchas zonas de Germania y esta no es hija de Roma pero Inglaterra sí. https://es.wikipedia.org/wiki/Fin_del_dominio_romano_en_Britania
El Reino hispanoromano visigodo de España asume casi toda la estructura política, cultural, religiosa y social superviviente del Bajo Imperio romano. El poder político y militar lo asume la oligarquía visigoda que poco a poco se mezcla con la alta nobleza senatorial hispanorromana muy poderosa desde Teodosio. En fin, que si alguna “tara” tuvo Alemania, casi toda Europa la heredó por transmisión genética.
Si es que es cierto que desde el siglo XIX es en Alemania donde más arraiga el idealismo racialista o como se llamé, que pululaba por Europa. El nacionalsocialismo lo lleva a sus máximas expresiones. ¿Por alguna cualidad especial de la nación alemana? No estoy muy seguro. Alemania, lo han dicho, no es exclusivamente luterana, tiene un componente social católico muy importante.
Comentaba lo que creía entender de Asier. Es frívolo creer comprender el espíritu de otro pueblo, y aún del propio. No tomen en cuenta lo que digo de otros, las pocas veces que de ellos hablo. Como pocos amigos tenemos fuera, y enemigos aún más pocos, me parece vano airearse por la opinión que de ellas dan algunos. Aún de Inglaterra podemos decir que sólo desde que la herejía la conquistó es enemiga nuestra, y quién opine lo contrario para él la cuenta y admiración, que lejos nos queda y en poco nos va que sea una cosa o la otra. Nosotros no somos Alemania, así que solo la defensa de la verdad nos movería a defenderla de una acusación. Si los bobos modernos quieren repudiar Alemania bien por ellos, ¿a nosotros qué?.
Según el historiador Cristopher Clark, autor de uno de los mejores libros en donde se analizan las causas que llevaron a la IGM, Prusia no sólo es crucial para la historia de Alemania sino para la de toda Europa. Su aportación no sólo es militar, (inspirada en un principio en las Reflexiones militares del Marqués de Santa Cruz del Macerado, otro de los grandes españoles olvidados) sino que dio líderes brillantes y valores progresistas e ilustrados sobre los que se cimentó el imperio.
La hija predilecta de Roma con justicia puede reclamarse España. Francia será la primogénita por ser la primera en que la nobleza franca de convierte al cristianismo, aunque habría que ver si lo que cuenta es la conversión de las élites o la del pueblo.
Estoy de acuerdo. España nunca tuvo grandes conflictos con los alemanes. Por nuestra distancia para con ellos y la falta de fronteras comunes. Tal vez por eso o por otras cosas. Nunca hemos sido mal vistos allí o no tan mal como si nos han visto en las Islas Británicas. No juzgamos, buscamos la verdad a una distancia que bien nos ha venido en España.
Es cierto, pero también es cierto que en las primeras elecciones los nazis son más votados en las regiones protestantes de Alemania que en las católicas.
Posiblemente después de alejarse de Madrid —en torno a enero de 1937— y ante la requisitoria de su opinión sobre la España republicana, Marañón expresó en una reunión de intelectuales franceses lo siguiente:
No hay que esforzarse mucho, amigos míos; escuchen ustedes este argumento: el ochenta y ocho por ciento del profesorado de Madrid, Valencia y Barcelona [las tres universidades que, junto a la de Murcia, habían quedado en manos de los republicanos] ha tenido que huir al extranjero, abandonar España, escapar a quien más pueda. ¿Y saben ustedes por qué? Sencillamente porque temían ser asesinados por los rojos, a pesar de que muchos de los intelectuales amenazados eran tenidos por hombres de izquierda.6
A este respecto, él mismo diría: «Ser liberal es, precisamente, estas dos cosas: primero, estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo; y segundo, no admitir jamás que el fin justifica los medios, sino que al contrario, son los medios los que justifican el fin». «El liberalismo es, pues, una conducta y, por lo tanto, es mucho más que una política». (Prólogo de su libro Ensayos liberales, 1946)
Leo y releo a Jaque y no me lo creo. Dice con su lógica de perro faldero que él nunca ha dicho que se alegre de que Gibraltar esté en manos inglesas, y a continuación añade que le gustaría ir todos los años. Parece un chiste o una pesadilla. Jaque es un eunuco del espíritu patriótico español: sencillamente, no puede. Y se parece a los ingleses lo mismo que Esperanza Aguirre, o sea, nada.
Los bolcheviques exterminaron a mucha mas gente que los alemanes y sin embargo dudo mucho que diseñasen campos de exterminio industriales, desde luego con sus campos de concentración muy anteriores a los alemanes ya tenían suficiente para eso y para mucho mas. No hubo campos de exterminio industrializado en ningún bando y sin embargo en todos los campos de concentración que se quiso moría la gente mas o menos según las “políticas” de cada caso, todos como hemos visto fueron igual de criminales.
Ciertamente los bolcheviques contaban con las chekas que eran como talleres de tortura y asesinato sistemático de enemigos “directos” no dudo que los alemanes usaron de técnicas similares contra sus enemigos bolcheviques, como en general unos, los nazis , aprendieron de las técnicas y experiencias de los bolcheviques, se conocían bien.
En realidad como hemos visto la única industria de exterminio de civiles fue la diseñada con los bombardeos anglouseños.
Todos estos crímenes son injustificables, flaco favor le hacemos a todas las victimas y a la verdad si para señalar a criminales reales tenemos que inventarnos de manera exagerada y ridícula crímenes imaginarios. Y esto encima para criminalmente tapar los de unos exagerando los de otros.
Es curioso observar como los equidistantes interesados pierden la equidistancia con según que temas.
La mejor canción inglesa de todos los tiempos es “Too drunk to fuck”, del grupo francés Nouvelle Vague: la Francia cultural más muerta que una momia egipcia del periodo predinástico que canta con el espíritu más acendrado del rockrollo británico. La canción es estupenda e inigualable.
Sin buscar mucho. Está en la Wiki. Cuando había pote, los niños consentidos, malcriados por sus papas, escogían la tajada, el lacón y el chorizo y esquivaban la berza, la patata, el ¡unto!, ¡qué asco!. Los demás trataban de promediar las cosas. ¿Quienes eran los liberales?
No creo que sea malignidad, pero seleccionar el año 1946, tras todas las guerras hasta Corea, que ya le quedaba poco, es menospreciar la realidad, por ignorancia y/o sectarismo.
Lo de Alemania y Prusia es de escándalo. ¿Porqué corren un estupido velo sobre la Revolución y Napoleón?. Napoleón, y la Revolución son el lacón, el chorizo de los dos últimos siglos, en el mundo occidental. La berza, el unto, la judia y la patata sela comieron los demás. Sin Alemania, Europa es un Despropósito. Y, con ella, ya veremos cómo viene el juego.
En el artículo titulado Liberalismo y comunismo, publicado en Revue de Paris el 15 de diciembre de 1937, manifestó con claridad su cambio de posición respecto de la Segunda República:
[...] En la historia hay una cosa absolutamente prohibida: el juzgar lo que hubiera sucedido de no haber sucedido lo que sucedió. Mas lo que no admite duda es que las profecías de las derechas extremas o monárquicas que se oponían a la República se realizaron por completo: desorden continuo, huelgas inmotivadas, quema de conventos, persecución religiosa, exclusión del poder de los liberales que habían patrocinado el movimiento y que no se prestaban a la política de clases; negativa a admitir en la normalidad a las gentes de derecha que de buena fe acataron el régimen, aunque, como es natural, no se sintieran inflamadas de republicanismo extremista. El liberal oyó estas profecías con desprecio suicida. Sería hoy faltar inútilmente a la verdad el ocultarlo. Varios siglos de éxito en la gobernación de los pueblos —algunos aún no extinguidos, como los de las democracias inglesa y norteamericana—, habían dado al liberal una excesiva, a veces petulante, confianza en su superioridad. La casi totalidad de las estatuas que en las calles de Europa y de América enseñan a las gentes el culto de los grandes hombres, tienen escrito en su zócalo el nombre de un liberal. Cualquiera que sea el porvenir político de España, no cabe duda que en esta fase de su historia fue el reaccionario y no el liberal, acostumbrado a vencer, el que acertó.[7]
Gregorio Marañón
Las noblezas germánicas en las antiguas provincias dominadas por los romanos son solo una superficie más o menos vistosa, se tuvieron que romanizar y cristianizar a la fuerza, por la preponderancia de lo latino y cristiano en los usos del pueblo, lo mismo que si vienera algun monarca norteño hereje a reinar en España. Es verdad que en Inglaterra no solo tuvieron ese rol sino que la base estaba compuesta de pueblos germánicos, con todo, el que alguna vez fuera tierra del Imperio la convierte en algo diferente, porque por mucho que la dominación cesara, las consecuencias profundísimas del dominio romano quedaron ahí, y el esencial elemento normando posterior germinó verdaderamente lo que ahora conocemos por Inglaterra, una nación con una lengua de mas de dos tercios de vocablos latinos.
La Alemania unida es una cagada, Hegel es una cagada, el mismo todopoderoso Kant es una cagada, y Lutero es una grandísima cagada. Los nacionalismos racistas en España son una derivación y contagio de teorías racistas románticas alemanas. No entiendo por qué no se ve en la alemania luterana un grave problema y sí en Inglaterra o Francia, naciones mucho más cercanas a España. No hay que olvidar las batallas que España libró en terreno alemán durante cerca de cien años, hasta el final de la guerra de los treinta años, se libraron para combatir lo que terminó venciendo y asomándose a Europa con la bandera blanca y negra de Prusia y del Imperio Alemán, enarbolando posteriormente la doctrina más monstruosa jamás salida de la mollera de nuestra especie. En fin, la guerra de 1866 fue una desgracia para Europa, le pillaron a Napoleón III despistado para defender lo que correspondía…
Por cierto, USA es una degradación de Inglaterra, del anglicanismo al calvinismo, pasamos de un nivel intermedio al más bajo de los niveles que componen el infierno. Del cinismo consciente, de la ironía autocomplaciente, al fanatismo inconsciente y ciego de los yankees con su democratismo depredador.
En cinismo nadie gana a los anglosajones, y entiendo que cause una frustración que no causa el coherente idealismo alemán, pero en fin… Precisamente esa coherencia, tan alemana, de la brutalidad dialéctica a la física, de Nietzsche a las SS, no pudo sobrevivir mucho, el idealismo siempre germina hijos fanáticos, lo mismo en Brandenburgo que en Guipúzcoa…
Articulo completo de Don Gregorio Marañon, semanas después de caida la monarquía. Son una serie de cinco articulos.
LA MONARQUIA HA MUERTO DE ENQUISTAMIENTO
Comentario primero
Escribo estas lineas, palpitantes todavía los sucesos trascendentales de la caida
de la Monarquia española, después de un riguroso examen de conciencia. Sé que en estas horas históricas he cumplido con mi deber de ciudadania, sin que haya pesado en mi actitud ni el rencor hacia nadie ni el temor a cualquier sacrificio. Sé también que aun en estas horas de pasión conservo toda la serenidad para mirar con la rázon sola el pasado, el porvenir y el presente de mi patria. Me siento, pues, como pedía Marco Aurelio a los simples ciudadanos, “verdaderamente hombre maduro, pendiente de las inquietudes del Estado, en la actitud de un soldado dispuesto a perderlo todo a la primera señal”. De no ser asi, no hablaria.
La Monarquia española ha muerto de la enfermedad típica de los viejos estados: de enquistamiento. Otros estudiarán el suceso en su aspecto político. Yo quiero analizarlo en su aspecto biológico, con la misma mirada hecha a ver declinar y perecer las cosas vivas.
El proceso del enquistamiento de la Monarquía ibérica es muy fácil de seguir. Sin duda, los reyes españoles escribieron o dejaron que se escribieran a su sombra sucesos gloriosos. Pero vivieron y reinaron, para su mal, rodeados y reinaron, para su mal, rodeados de grupos jerárquicos antipopulares formando poco a poco un quiste colosal adherido al cuerpo de la nación. Durante mucho tiempo ha sido posible esa convivencia de los dos organismos -el pueblo y su quiste- a través de épocas de ruina. Pero después, poco a poco, también se fué
labrando el plano de separación entre ambos. Bastó para ello el que las gentes se dieron cuenta de que la vida popular y la vida oficial estaban simplemente pegadas, pero no unidas entre si por raíces profundas e indestructibles. No circulaba la misma savia por ellas, y ésta es la razón de que, ante el asombro de todos, haya bastado para su separación definitiva un simple movimiento y no la cortadura sangrienta que muchos esperaban.
En realidad, esta revolución, modelo en la historia del mundo, empezó el año 1898, cuando perdimos el final de nuestro antiguo imperio americano. La Monarquía, con su estructura oligárquica y su pueblo ignorante, era precisa para la conservación de los inmensos territorios que ella misma conquistó. A partir de aquel día dejó virtualmente de existir. Los historiadores del desastre nos cuentan -viven casi todos- que entonces se temió ya por la suerte de la dinastía. No pasó nada, sin embargo, porque la nación era incapaz del mínimo de reacción para expulsar lo que era sólo un parásito puesto en sus entrañas, pero no hijo de ellas. Entonces dijo con aparente razón uno de los pocos políticos intelectuales de la Monarquía, D. Francisco Silvela, “que España no tenía pulso”.
España si tenía pulso: lo que no tenía era capacidad de comprensión para darse cuenta de su situación verdadera y de la situación respecto a ella de la Monarquia. Se sentía impreparada para otra cosa que no fuese el régimen monárquico. Los hombres públicos no se cansaban de decirselo al pueblo para que no se le olvidase. y el pueblo tenía además demasiado cerca el fracaso de la primera República española, que fué en realidad un ensayo debido a causas circunstanciales, ajeno, en mi opinión, a la gran trayectoria revolucionaria cuyo eje estamos viviendo ahora.
Hasta hace poco tiempo los monárquicos repetían de continuo el tema sempiterno: “España no está preparada para otra cosa.” Esta ha sido su sola propaganda. A ninguno se le ocurrió defender directamente la causa de la Monarquía como futuro cuajado de posibilidades, ni menos aún la causa personal del rey. Repásense los periódicos y los discursos realistas de estos años críticos y se confirmará lo que acabo de decir. Defendían, pues, su causa por este método indirecto del miedo a la República, método en el que el pueblo español había llegado al primer tercio del siglo XX en plena inconsciencia política, en ello estaba la mayor acusación del régimen, que había patrocinado la secular ignorancia. Pero además al hablar asi, cometían los monárquicos un segundo error: el de ignorar que al margen de su vida oficial enquistada una labor formidable se había realizado en las masas españolas, y primero en las ciudades y luego en los campos, sin que la mayor parte de los distraídos directores se diese cuenta una revolución profunda se iba operando en la conciencia de cada individuo, precursora de la revolución colectiva. En el seno de millares y millares de españoles nacía por vez primera en nuestra historia un ciudadano.
Los siete años años de la dictadura de Primo de Rivera y los dos de media dictadura que les han sucedido contribuyeron poderosamente, de una parte, a esta trascendental transformación subterránea de la conciencia política nacional, y de otra, a la ignorancia de los medios oficiales, hoy atónitos a la vista de lo ocurrido. El medio oficial se relacionaba con el medio popular mediante los caciques. Los políticos españoles, desde Madrid, juzgaban del estado del pueblo por los informes de los votos de sus mandarines provincianos y lugareños. Y durante largos años estuvieron enterados tan sólo de esta realidad, que era una triste realidad de servilismo. El rey ni siquiera sabía plenamente esta semiverdad caciquil, porque se le ocultaba todo lo que no fuera agradable, y a despecho de una aparente popularidad, que en el Extranjero llegó a ser un mito, ha vivido en absoluto ausente de la verdadera realidad española. Los españoles de menos de veinte años no lo conocen ni de vista. No en el terreno personal, pero si en el político, el monarca que acaba de caer sólo ha encontrado lealtad en sus enemigos.
La Dictadura rompió ese imperfecto pero efectivo contacto entre la oligarquía política y cortesana y el pueblo, porque inutilizó a los caciques y suspendió el turno mecánico del mando de los partidos viejos. Y cuando éstos, al recobrar el Poder, quisieron ciegamente continuar la historia interrumpida en 1923, el pueblo español estaba poblado de ciudadanos sobre los cuales ya no podía ajustarse el vetusto armatoste caciquil. La opresión dictatorial fué el terreno propicio para que la propaganda educadora se intensificase y actuase con máximo furto. España pudo degenerar y morir políticamente en aquel trance. Pero no me cansaré de repetir que precisamente porque se vió sometida a la terrible prueba -la que aun sufre Italia- y porque no sucumbió en ella les fué fácil a los espiritus conservadores establecer un horóscopo feliz para la España futura. En este sentido es justo reconocer ahora que a la larga el periodo dictatorial ha sido tan funesto para la Monarquia española como beneficioso para la evolución política de nuestro pueblo.
Todo esto lo veíamos claramente cuantos españoles vivíamos fuera del quiste oficial. Lo ignoraban por completo los que, aun arrojados por la Dictadura del uso del mando, habían perido la facultad de ver sin los lentes oficiales. Hubo, claro es, excepciones. Sin contar con la de los hombres públicos monárquicos que se pasaron pública y lealmente a la República y hoy gobiernan a España, hay que citar a dos políticos oficialmente conservadores, que sin embargo guardan intacta milagrosamente la capacidad de sus sentidos: D. José Sánchez Guerra y D. Angel Ossorio Gallardo. Los dos se dieron cuenta a tiempo de que la Monarquía había quedado separada de la nación cuando mediaba el mando arbitrario de Primo de Rivera y su estado mayor. Insensatamente fueron apostrofados por las gentes monárquicas, y hasta estos mismos dias los ha perseguido su encono, porque A LOS CIEGOS Y SORDOS NADA LES MOLESTA COMO EL QUE ENTRE SU LEGIÓN HAYA INDIVIDUOS EXCEPCIONALES QUE CONSERVAN ALERTA SUS SENTIDOS.
Salvo estos dos hombres clarividentes y algunos de sus amigos, la falta de información de los demás ha sido espantosa, aunque bien explicable por la causa ya expuesta; es decir, porque la sonda caciquil yan no exploraba más que la superficie del pueblo y no sus honduras. Un ejemplo tipico es la actitud del Sr. Cambó, tan lamentada por nosotros por lo mismo que lo creiamos capaz de la visión extraoficial certera y lejana. Recuérdese los admirables articulos en que Ortega y Gasset, dias antes de la caída del régimen monárquico, le demostró -ahora no se podria dudar- su total ignorancia de la realidad española. Sinceramente creía -se lo oímos repetir a todos sus amigos hasta la vispera de las elecciones del 12 de Abril -que el movimiento antimonárquico estaba sostenido por los cuatro grupos de Madrid sin trascendencia en el resto de la nación. La Corte acogía este optimismo con júbilo y sin el menor intento de revisión y de crítica. Y en cuanto al rey, ya decía antes que su ignorancia superaba, por explícito propósito de los que lo rodeaban, la de sus consejeros, nacida al fin y al cabo de un error de información y de imaginación. Y digo de imaginación, porque aun estndo poco enterados, con datos falsos, transmitidos por el viejo método de la organización caciquil, ya periclitado, aun así y todo, el instinto -lo que salvó a Sánchez Guerra y a Ossorio- les podía haber hecho percibir el hálito formidable y caliente que venía del pueblo. Pero no en vano dijo Oscar Wilde que la caracteristica del filisteo es no tener imaginación, y Ortega y Gasset, en un reciente libro clarividente (“La rebelión de las masas”), coloca también en este defecto natural, congénito, la razón de la psicologia conservadora (se me dirá que Sánchez Guerra y Ossorio son también conservadores. Claro es que no lo son, y bastaria esta su mirada lejana para demostrarlo, cualquiera que sea su cédula política.
Para demostrar hasta que punto llegaba la ignorancia del monarca respecto al estado de su país citaré dos hechos -e insisto sobre ello porque lo creo esencial para explicarnos lo ocurrido-: a raíz de los sucesos de Jaca, en que era elemental ver -a pesar de su fracaso inmediato- el comienzo del acto final, logré yo convencer de la gravedad de la situación a uno de sus amigos íntimos, que entonces ocupaba una elevada jerarquia oficial. Es un hombre inteligente y bueno, y me daba a poco de hablar toda la razón.
“¿Y esto -le dije entonces- lo sabe el rey?” Y me respondió: “Mire usted: cuando se entra en el Palacio Real, al hombre más veraz le pasa lo que a un ateo al entrar en una catedral: se siente uno sobrecogido y se acaba por no decir la verdad, sino lo que exige el ambiente.”
Otro: el mismo dia que cayó la Monarquía oímos en ocasión bien solemne, de boca de los ministros del último Gabinete, que el lunes, a las once y media de la mañana, el rey creía todavia en el triunfo de los monárquicos en la votación terminada a las cuatro del día anterior, cuando en toda España se tenía ya la certeza de la magnitud irrevocable de la decisión popular.
Vivieron -la Corte y los cortesanos y políticos, que salvo excepciones fueron sólo cortesanos también -ausentes del pueblo, y lo que es peor, incapaces de darse cuenta exacta de la realidad a través de la psicologia deformada por la vida quística. Los que proclamaban la verdad pasaban -pasábamos- por locos, por idealistas, por rebatotes. Así se fué labrando la lenta separación entre el pueblo y su régimen.
Ha sido, pues, esta revolución, como lo son todas, un proceso en gran parte intelectual, como precisaremos en el articulo siguiente.
Marañón tendría ocasión de arrepentirse de haber contribuido a traer aquella explosión de “estupidez y canallería” que fue la república, según él mismo.
Hombre, Alemania desde que se unió se convirtió en una gran potencia emergente que amenazaba, por su propia potencia, el statu quo del reparto de poder en Europa. Era el país con una ciencia, un pensamiento, una técnica, más innovadores del mundo, en gran parte a partir de sus excelentes universidades. Y con una gran literatura y arte, además. Y era un país liberal, y más democrático que la muy clasista Inglaterra.
Comparémoslo con la España de la misma época (1870 en adelante) De primeras, España cayó en una república demencial, teóricamente democrática, después de casi medio siglo de liberalismo caótico. Desde 1870 el país se enderezó un poco, con régimen liberal y bastante democrático, pero de manera muy mediocre. A finales de aquel siglo sufrió el gran “Desastre” sobre todo moral, a manos de la democracia liberal useña, catástrofe que repercutió sobre el siglo XX hasta dar lugar a la gran guerra civil del siglo XX. Los problemas morales y políticos surgidos del 98 se resolvieron en lo fundamental con el franquismo, y la democratización debiera haber permitido una consolidación y un avance sobre las bases creadas por el franquismo. No fue así, y hoy nos encontramos con el auge de los mismos radicalismo y tendencias disgregadoras que caracterizaron al 98.
España ha tenido mala suerte: la invasión francesa (“progresista”) dejó el país arruinado y sobre todo dividido irreconciliablemente. La intervención de la liberal Inglaterra contribuyó a debilitarla más ayudando de modo muy importante, en el fondo decisivo, a destruir su imperio. Otra potencia demoliberal, Usa, acabó de rematar el Imperio español, con una España que vivía en régimen liberal, ocasionando una profundísima crisis nacional que desembocaría en una república caótica. Luego España se libró de las dos guerras mundiales y prosperó notablemente. Al llegar la transición, esta se hizo en gran medida bajo presión e influencia de las mismas democracias europeas que habían intentado llevar la hambruna a España y habían apoyado el terrorismo etarra, entre otras actitudes. El renacimiento de los “demonios familiares” en España procede en parte importante, aunque no decisiva, de esa presión, que imponía “olvidar” primero al franquismo, que había desafiado a esas democracias, para condenarlo después.
Creo que el problema persistente de España es la ausencia, desde la invasión francesa, de una alternativa propia. En gran medida se creó en el franquismo –aunque sin fundamento teórico suficiente– cuya democratización debió reivindicar aquel régimen –del que provenía– y construir sobre su legado y no contra él.
Una manifestación de este error de la transición fue la apertura de la verja de Gibraltar, la actitud de lacayo hacia Francia, Inglaterra y Usa, la integración en una OTAN marcada, para lo que nos interesa, por Gibraltar, Ceuta y Melilla, la construcción de un ejército cipayo, y finalmente el fracaso de una democracia fallida, opuesta a la propia integración nacional.
Digamos: los grandes éxitos internacionales de España, con máximo beneficio interno, fueron las dos neutralidades en las guerras mundiales, que, aunque no fundamentadas intelectualmente, respondían a cierta idea inconsciente de que lo mejor para nosotros era mantenernos alejados de los grandes problemas intereuropeos, y que deberíamos tener nuestra propia vida, en relación natural con el resto de Europa, pero sin implicarnos en sus querellas. Precisamente uno de los puntos principales de la “batalla cultural” de que hablábamos es la clarificación histórica de estos problemas y la fundamentación de la neutralidad española, como gran beneficio, además, para la paz en el exterior.
La gente no quiere darse cuenta de las profundas implicaciones de este hecho: Europa occidental debe su democracia a la intervención del ejército useño, y el reinicio de su prosperidad al dinero useño también. España no tiene en absoluto esa tremenda deuda histórica. Y sin embargo se comporta como un pedigüeño agradecido con respecto a esos países, que realmente nos han hecho un daño inmenso.
En Los mitos del franquismo he tratado precisamente algo de estas cosas, que requieren mucho más desarrollo
La psicología quística —incapacidad de información, incapacidad de imaginación— no sólo impidió a los dirigentes y secuaces del régimen caído darse cuenta de la transformación radical del país, que se había elaborado ante sus propios ojos, nublados, sino que ahora les impide percibir las verdaderas causas del fracaso y su trascendencia histórica. Signo típico de ello es el afán de localizar la responsabilidad de la revolución en personas determinadas o en sucesos concretos que son sólo, en realidad, episodios de una gran trayectoria evolutiva, llena de profundas raíces en lo pasado y de nobles aspiraciones hacia lo futuro. Los movimientos de los pueblos, encendidos de pasión o de ideal, tienen mucho de fenómenos cósmicos; y tan pueril como atribuir éstos a los pecados de un hombre o de un pueblo, como sucedía en la mentalidad medieval, es el propósito de explicar aquéllos por la propaganda de un grupo de personas o por la actividad de un agitador.
Los monárquicos españoles, ausentes de la honda revolución de la conciencia popular, han sido en estos últimos tiempos buscando víctimas en quienes personalizar la responsabilidad de lo que ya era inevitable y, en gran parte, obra de su propia ineptitud. Primero odiaron a Sánchez Guerra, sin percibir que su rebeldía en Valencia, en enero de 1929, y su discurso en el teatro de la Zarzuela de Madrid, en el que declaró la incompatibilidad de los partidos con el Monarca, eran sólo expresiones históricas del proceso revolucionario inexorable; que eligieron como portavoz su figura noble y representativa, por la misma razón que el rayo no cae al azar sobre la tierra, sino atraído por accidentes específicos.
Tampoco pudieron darse cuenta del sentido histórico de la proclamación republicana de los políticos de la derecha, que, como Alcalá Zamora y Miguel Maura, dirigen hoy el Gobierno de la naciente República. La rebeldía contra el pasado de un hombre tan templado como Ossorio y Gallardo les pareció arbitrariedad y desequilibrio. Y, finalmente, en el trance del desplome, han concentrado su pasión adversa en el conde de Romanones, que, como es sabido, fué objeto de un ataque colectivo, con conatos graves de agresión personal, por parte de los palatinos, cuando salía por última vez, de la cámara regia, la tarde del 14 de abril. Nadie ha servido, sin embargo, al Rey con tanta lealtad como este inteligente político, cuya culpa en esta ocasión ha sido la de casi todos los demás monárquicos: la mentalidad enquistada. Esto le hizo creer hasta el último instante que la Monarquía ganaba, sin la menor duda, las elecciones. Y es también obra del Destino histórico, que los ciegos no pueden comprender, el que, sin saberlo ni quererlo, sirviese de instrumento civil y legal a la revolución el hombre que sabía más en España de organizaciones electorales; y que en la hora suprema se sintiera obligado a realizar la elección popular más honestas de cuantas planteó en su larga vida política.
Todavía, todavía siguen pensando los monárquicos en estas minucias y en otras más ridículas, como el oro ruso, en cuya distribución hacen intervenir a los más raros personajes, desde enviados misteriosos que llegan en camiones adornados de simbolos diabólicos hasta grandes duquesas y aristócratas de todo fuste que, disfrazadas de obreras, descienden a los bajos fondos de la ciudad; y así por el estilo. Desgraciadamente, esta visión operetesca del magnífico movimiento español ha sido compartida – por ignorancia o por bastardo interés- por una parte considerable de la Prensa europea. Sería hora ya de que, ante el ejemplo de lo que pasa en Rusia, de lo que pasó en España durante la Dictadura, del caso de Italia y de tantos más, se dieran cuenta de una vez los grandes rotativos, mercenarios o faltos de información, de que el curso solemne de la vida de los pueblos corre por cauces mucho más anchos e invariables que las columnas tornadizas y venales de ciertos periódicos.
Contemplaba ahora, con la perspectiva que da, no el tiempo, aun brevisimo, sino la magnitud del hecho consumado, asombra la recalcitrante incompresión del medio oficial monárquico ante la revolución española, desatada, como decíamos, en 1898. Yo soy testigo de mayor excepción, porque en la medida de mis fuerzas hice cuanto me fué posible por que llegaran a los oidos que debieran oirlas las advertencias cada vez más enérgicas de la realidad. Muchos políticos monárquicos los —más importantes— y aquellos amigos del Rey que me parecian capaces de enterarse de la pasión revolucionaria turbulenta que corría bajo la frivolidad oficial, saben con cuánta insistencia contribuí en tiempos pasados al intento de una posible transformación de la Monarquia, anquilosada, en un Estado moderno. Debo aclarar que en las esferas más altas —como encontraron otros— algunos espíritus llenos de modernidad y de buena intención democrática. Pero podía siempre más la pusilanimidad, el peso muerto de los fanatismos históricos y el miedo “a cambiar” tan típico de los organismos en decadencia. No sirvió de lección a la Monarquía el hecho incuestionable de que el apogeo del reinado de Alfonso XIII puede marcarse en aquel día en que salieron del Palacio Real los hombres de la izquierda -Azcárate, Simarro, Alvarez_ declarando, después de hablar con el Monarca, que la realeza no sería en lo por venir un obstáculo para las orientaciones democráticas del pueblo. Fué aquél el único intento de infundir el espíritu vivo de la nación en el medio oficial a través de las paredes seculares del quiste. Pero todo quedó en la intención, y el margen de confianza que generosamente abrieron los españoles a la Monarquía se fué agotando poco a poco; y terminó, al fin, exasperándonos, al sobrevenir la Dictadura y al contemplar la imprudente complacencia con que la Corte la acogió y la mantuvo durante siete años.
La obra de crítica de Costa y de los intelectuales de su generación; la actuación agitada (desmesuradas a veces, como es la de los profetas) de Unamuno; la casi absoluta unanimidad con que poco a poco se pasaban al campo antimonárquico los que dirigían—en el libro y en la cátedra— el pensamiento español; todo esto, que era anuncio seguro de una revolución, lejana o próxima, pero inevitable, era contemplado con un desdén olímpico desde las alturas oficiales. Y en España llegó a sonar como burla deprimente la palabra “intelectual”.
Sin embargo, la semilla de la inteligencia, ahora como siempre, es la que remueve el mundo. Y, poco a poco, la propaganda intelectual fué desprendiendo las últimas adherencias entre el quiste oficial y el cuerpo de la nación, bajo el imperio de los sables y en el silencio de la censura oficial.
Es preciso dar, yo no lo olvido, toda su eficacia de última hora al intento revolucionario de Jaca, en diciembre de 1930. Sin duda, gracias a él, y sobre todo al inútil martirio de los capitanes Galán y García Hernández, se ha dado el movimiento, de pura convicción, una emoción sentimental poderosísima. Pero, a la larga, hubiera sido igual. El pueblo español se sentía dueño de su personalidad, y esto era bastante. Y este fenómeno se debe a la propaganda intelectual de larga trayectoria y a la lectura y a la difusión de lo leido en los últimos años monárquicos. El enorme aumento en la venta de los libros políticos izquierdistas acaecido durante el periodo dictatorial, fenómeno al que nadie dió importancia (fuera de los editores), era para nosotros un indicio seguro de que bajo la forzada tranquilidad del pueblo latía el impulso renovador que buscó su expresión en las elecciones del 12 de Abril.
Otro hecho muy significativo de la revolución de las ideas era la actuación del Ateneo. Este centro cultural dejó su tradicional actitud vivaz, pero ecuánime, para lanzarse, como la Universidad, a la propaganda política. Teóricamente, esto no era razonable, y yo mismo, cuando tuve la responsabilidad de presidirlo, lo proclamé así. Pero la exaltación ateneista era un sintoma más de la inevitable revolución en marcha. El hecho revolucionario tenía más fuerza que todas las consideraciones teóricas. Y el gran centro cultural dejó su paz por la agitación, con la contrariedad de muchos -la mía, por ejemplo-; pero, probablemente, sucedieron así las cosas porque debían suceder.
Los monárquicos no se dieron cuenta de la importancia de la propaganda intelectual hasta que ya era tarde; casi dos meses antes de las elecciones. Entonces reaccionaron, pero con evidente torpeza. Hoy puede asegurarse que una parte esencial en las causas inmediatas del desmoronamiento del régimen se debe a la falta de tono adecuado en los discursos de la propaganda monárquica y en los articulos de los periodicos de su partido. Procedían como “camelots du roi”; es decir, como si estuvieran ya en la oposición. Perdieron la fuerza serena que da la confianza en el propio poderio; y esto lo percibió en seguida y lo interpretó justamente el instinto popular.
En esta cruzada intelectual que iba cada día rompiendo las últimas adherencias entre la nación y sus directores seculares destaca la labor de José Ortega y Gasset. Los éxitos de las batallas que se ganan con la pluma son siempre difusos y mediatos, y aun, en los casos de más brillantes, no comparables con los que logra el orador o el hombre que actúa directamente en la calle. Por eso quizá no valoramos hoy todavía lo bastante los dos grandes articulos que este autor publicó en enero y febrero del año corriente con los titulos de “El error Berenguer” y “Delenda est Monarchia”. En ellos culminó, con esa emoción del momento histórico que sólo perciben los hombres privilegiados, el esfuerzo inteligente que logró abatir el equilibrio inestable de la Monarquia.
A Ortega se debe también la idea de la Agrupación al Servicio de la República, que arrastró a la lucha política miles y miles de hombres capaces y rectos que hasta entonces habían permanecido neutrales. Hace apenas un año que escribía yo en el prologo de un libro del actual ministro de Instrucción pública, D. Marcelino Domingo, que era preciso buscar el hilo que ensartase a esa minoría excelente de cada ciudad y de cada pueblo español para levantar hacia el futuro la más importante fuerza renovadora del país. El Manifiesto de la Agrupación que firmamos, con Ortega y Gasset, el gran novelista Pérez de Ayala y yo, fué ese hilo estructurador y fecundante.
Y asi llegaron las elecciones del 12 de Abril. Es evidente que el pueblo español acudió a ellas previo un examen de conciencia, prodigiosamente unánime, en el que desechó las contorsiones desaforadas de las derechas y acogió con respeto y confianza la actitud sugestiva de los propagandistas republicanos. Hoy podemos ver con claridad la causa de esta resolución política de los electores. Los monárquicos no les ofrecían nada, es preciso fijarse bien ello; pedian sólo conservación de lo estatuido, sin defenderlo, por puro miedo a lo por venir. Los republicanos pedían soltar el peso muerto de lo que ya estaba inevitablemente caído y enfrentarse con la vida nueva, llena sin duda de azares, pero también de posibilidades halagüeñas. Esto es lo esencial: las izquierdas tenían fe; los monárquico la habían perdido, y sólo les quedaba el fondo oscuro de miedo a lo por venir, que pronto habrían de demostrar del modo más ostentoso y lamentable. Lo inesperado, aunque explicable, es que se decidiese por esta actitud juvenil y entusiasta la casi totalidad de la burguesía española, que dió caracteres aplastantes al triunfo de las izquierdas; y además, un sentido peculiar a la revolución, que será examinado en el articulo próximo. Este acento intelectual del movimiento explica el tono civil y aparentemente pacífico de la revolución. Y también, dentro de lo anecdótico, el que la negociación suprema entre el régimen declinante y la revolución que triunfaba no ocurriese en un cuartel ni en un palacio, sino en el mismo despacho en que escribió estas lineas, donde, con plena serenidad y sin otro afán que el bien de España, nos reuníamos Ortega, Ayala y yo.
En la mañana del 14 de Abril, muy temprano, tuvimos informes concretos de que la situación agudísima creada por el éxito republicano en las urnas, dos días antes, podía resolverse, a poco que las circunstancias ayudasen a ello, en una fase de violencia. El pueblo, con la conciencia exultante de lo que representaba su victoria electoral, exigía soluciones radicales e inmediatas, que no era posible eludir con recursos normales, como una nueva crisis ministerial, como, en efecto, se intentó, ni con el programa constitucionalista, que ya había perdido su eficacia, Se temía en la calle, caldeada del fervor del éxito, una nueva dictadura arbitrio supremo para salvar el régimen; y la multitud se aprestaba a impedirlo. Por otra parte, de los cuarteles, hasta entonces a la expectativa, llegaban noticias de inmediatas sediciones, unas, tal vez para apoyar al Rey vencido en las urans; otras, para sumarse en las calles al triunfante movimiento republicano. Era preciso evitar estos acontecimientos, que se cernían ya, como nubes cargadas, en el horizonte de la mañana;y, sin duda, muchas voces sensatas hablaron con apremio a los consejeros del Rey; quién sabe si a éste mismo. Nosotros cumplimos nuestro deber, advirtiendo desde primera hora lo que iba a suceder al conde de Romanones, que representaba en realidad la cabeza y el alma del Gobierno entero, por su inteligente experiencia (ahora desorientada) y por la venilla liberal que nunca se extinguió por debajo de su fe cortesana.
Tres horas después se iniciaban las negociaciones y ocurría la entrevista entre Romanones y Alcalá Zamora, que éste ha referido al por menor. Fué emocionante y patético para los testigos el último duelo entre la Monarquia que iba a desaparecer y el nuevo régimen que se alzaba. Los monárquicos, que tan poco hicieron por salvar a su Rey y luego apostrofaron al ministro de Estado, se llenarían de contrición si hubieran oido la fe rabiosa con que Romanones defendió en estos instantes supremos la causa de la Monarquía.
Estaba el Conde palidísimo caundo entró en mi despacho el jefe del inminente Gobierno revolucionario. Se abrazaron con el mismo gesto del vencedor y el vencido de Breda, perpetuado como un prototipo de nobleza y de españolismo en el cuadro de Velazquez. “!Quién me había de decir -exclamó Romanones- que nos veriamos en esta situación!”Alcala Zamora, apresurado, le preguntó que de qué oido escuchaba mejor, y, apenas sentado en el borde de un sillón, con fuertes voces, y por el oido sano, por cierto, le pintó con palabras rapidísimas y enérgicas la situación de España. En varias capitales estaba ya proclamada la República. Los gobernadores comunicaban con él, y no con los ministros del Monarca. El pueblo, impaciente, no podría ser contenido si no sabía pronto a qué atenerse. “Qué solución? -preguntó el Conde-; porque el Rey se presta a cumplir todos sus deberes.” . “La marcha rapidísima del Rey” -contestó Alcala Zamora-. “Yo pido un armisticio de unas semanas” -argúia el jefe monárquico-. Vengo con la bandera blanca llena de sinceridad. En esta tregua todo se resolverá con calma. Ahora podría venir un Gobierno presidido por Villanueva, que preparara con serenidad el futuro.”
El republicano insistió en la prisa inaplazable. Atropellaba, más que rebatía, los argumentos. No se podía psar de la hora de la caída del sol. La muchedumbre, tan contenida hasta entonces dentro de su fervor, al llegar la noche, que empuja a la violencia, y sin posibilidad de ser informada hasta la mañana siguiente, no podría ser contenida. La embriaguez del triunfo tenía al pueblo entero fuera de sí. Duró el forcejeo. Reducía Romanones el plazo y las condiciones. Redoblaba su interlocutor la exigencia.
Y, al fin, la Monarquia cedió. Se iría el Rey aquella tarde. Primero se pensó que a Portugal. Luego, que a Cartagena. El resto de la familia real, al día siguiente. No habría abdicación, sino una resignación del poder real en su último Gobierno, para que éste lo transmitiese al Gobierno de la revolución. Otros detalles más sin importancia. Se levantaron y se fueron, embargados los dos por la trascendencia de aquellos minutos históricos.
Eran las dos y cinco exactamente cuando toda la historia de España giraba ágilmente sobre si misma y presentaba al mundo una era nueva de su vida.
España, tan vieja, tan gloriosa, tan cargada de polvo de batalla, de ascensiones y de caídas, era hasta entonces, en realidad, un pueblo infantil; y sólo en aquel momento solemne entraba, en posesión de su propia responsabilidad, y, por lo tanto -con todas sus trascendencias y con todos sus peligros-, entraba también en su verdadera mayoria de edad.
GREGORIO MARAÑON. 2º art. que apareció en el diario Sol de una serie de cuatro ( y no cinco como escribí ayer con las consabidas prisas).
-Segundo comentario: Diario El Sol 23 de Mayo de 1931
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Dígame Moa, ¿es bueno el imperialismo? Habla usted de lo malo que fue para España perder su Imperio.
¿es parte de su ideología el recuperarlo o crear uno nuevo?
Fuese por la invasión francesa, fuese por la influencia británica, fuese por las aspiraciones de los hispanoamericanos- ¿ilegítimas?fuese por la mala política española y su actitud represiva ante esas aspiraciones, a veces con acciones muy duras (Morillo, Weyler), el caso es que ya no hay un Imperio español. Usted no para de entonar jeremiadas y de fomentar el odio a norteamericanos y británicos por “lo” de Cuba, Argentina, etcétera, pero no aclara si forma parte de su ideología el retornar al imperialismo, como parece deducirse de tanta palinodia.
Me corrijo. Moa no entona “palinodias”, que significa retractación o rectificación.
Eso, está clarísimo, no es lo suyo en ningún terreno. Ni siquiera en relación al lado más oscuro de su biografía.
Nunca está de más recordar, como en este enlace de ABC de 2014 todas las atrocidades no resueltas cometidas por el IRA y escondidas bajo la alfombra tras los acuerdos de Paz, con la flagrante injusticia que esto supone para las víctimas. No necesito recalcar la similitud con los casos no resueltos de la ETA: http://www.abc.es/internacional/20140510/abci-ulster-amnistia-201405082200.html
Las diferencias entre el IRA y la ETA han sido explicadas mil veces. El IRA respondía a las atrocidades inglesas cometidas en Irlanda durante siglos, y aspiraba a la independencia justa de un país sometido a sangre y fuego por un poder opresor, Inglaterra, que se consideraba a sí mismo superior por raza y religión. La ETA no responde a ninguna invasión extranjera de España en las Vascongadas. Esta región española jamás se invadió a sangre y fuego; no hubo robo de tierras, ni hambrunas, ni negligencias criminales de carácter genocida en paliar el hambre, ni guerras religiosas, ni masacres o imposiciones religiosas por parte de los “españoles”. La ETA es el resultado de una ideología racista y socialista que ve en la raza vasca una raza pura, superior, que debe separarse de la corrompida raza española maketa. La ETA, como todos los racismos separatistas en España, es el resultado de campañas de mentiras históricas y odio profesionalizado. A estas alturas el señor Jaque debería conocer estas diferencias y no insistir más en mentiras probadas. Su afán de equiparar el IRA a la ETA es obsceno y repugnante.
La pérdida del imperio español fue mala por cómo se efectuó, siguiendo los dictados de la leyenda negra, y creando naciones epilépticas que construían no sobre la gran herencia española, sino contra ella: el resultado se ve hoy claramente. Al mismo tiempo, España entraba también en un periodo de desintegración y caos. Pensar que la amistad inglesa o el modelo inglés han sido buenos para España, es una fantasía onanista. Detrás de la independencia de la América española, está Inglaterra; y el más desastroso de nuestros siglos, el XIX, tiene a Inglaterra como gran modelo. Imitar simiescamente no sirve de nada. Como propone Moa, nos urge un modelo propio, y el franquismo puede darnos ideas.
En España no existe ningún odio hacia ingleses o useños; más bien todo lo contrario: admiración cegata. Recordar que ingleses o useños tienen crímenes en su haber (genocidios, hambrunas, masacres, fanatismos religiosos, crueldades de todo tipo…) es de justicia histórica, máxime cuando estos dos países has sido promotores destacadísimos de la leyenda negra contra España. España no odia a Inglaterra, pero Inglaterra todavía mantiene una humillante e ilegal colonia pirata que viola nuestra soberanía. USA nos atacó en el 1898, y hoy vivimos un recrudecimiento de aquellos efectos. Estos son hechos, y los españoles tenemos que conocerlos y meditar sobre ellos. La admiración ciega y sorda que proponen nuestros políticos del modelo anglosajón, o de la OTAN, o de la unión europea, no lleva a ningún lado bueno.
Califica el lacayo de acciones muy duras las de Morillo y Weyler. Como de costumbre no sabe de lo que habla pero, eso si, que no falte la denigración a España ante los anglosajonios y sus lacayos que no otra cosa eran tanto Bolívar en Venezuela como máximo Gómez en Cuba.
Me encanta el vestido que lleva la cantante de la canción “Qué bonito es Israel”. Es el que podría ponerse Esperanza Aguirre la próxima vez que vaya al parlamento inglés a rendirles pleitesía. La reina Leticia, la próxima vez que se deje ver por Londres (que será pronto), también podría endosarlo. Les pega.
UNA LECCION SEVERA AL “SEÑORITO”, PLAGA DE NUESTRA SOCIEDAD
Comentario tercero
En la revolución así engendrada y consumada ha habido varios aspectos de interés decisivo, sobre los que ahora nos conviene insistir. No haré más que citar, porque no podía sorprendernos a quienes conocíamos la vida política española, la impresión de fortaleza, de disciplina, de seguro instinto político que ha dado la gran masa socialista española. Los eternos “enquistados” no salen ahora de su asombro; pero tampoco aprovecharán, estoy seguro, la lección.
Vamos a hablar ahora de otros hechos que en realidad habían escapado, a diferencia del anterior, a la previsión de los más advertidos. El más importante es el ya anotado de la intervención que ha tenido en la caída del régimen la clase media, la pequeña burguesía, generalmente ausente de las luchas políticas en España; y además, el que esta intervención haya sido casi unánimemente favorable a la República.
Puede decirse que la clase media no ha tenido en España una estructura política hasta tiempos recientisimos. La guerra de la Independencia y las guerras civiles (que no fueron, en muchos sentidos, más que una continuación de aquélla) lograron que gran parte de las influencias de la Revolución francesa se infiltrasen con extraordinaria lentitud en nuestro pueblo; y hemos seguido siendo durante buena parte del siglo XIX un país de señores y siervos entre los que, muy poco a poco, se insinuaba y crecía trabajosamente el pequeño burgués.
Las dos causas que en los últimos decenios han henchido de contenido numérico y político a esta clase media que acaba de obtener su primera victoria, han sido, de una parte, la liberación del obrero en los grandes centros ciudadanos, gracias a la labor magnífica del partido socialista; liberación que ha empujado hacía una independencia económica y social indudables a un estrato, el más alto, del proletariado urbano. Por otra parte, el auge económico logrado en España durante la guerra mundial se ha revelado más que en la creación de grandes fortunas -sujetas, además, a los vaivenes de estos últimos años de crisis- en la formación de modestos industriales, hombres de negocios, agiotistas y capitalistas de tipo medio. Durante la Dictadura, y a favor de su desordenada agitación financiera, creció todavia este sector. A él se unió nuestra compleja burocracia, fomentada, asimismo, en los años dictatoriales. Y, finalmente, la muchedumbre universitaria, también en trance de rapidísimo crecimiento. Así se fué constituyendo una formidable masa social, en realidad sin una ideología única, pues caben en ella las tendencias socialistas, los intelectualismos avanzados, el criterio conservador y la más perfecta indiferencia. Este gran volumen de ciudadanos estaba, por lo demas, al margen de una organización única. Por todo ello era muy dificil prever su futura actitud política. Pero todos sabíamos -los de la izquierdad y los de la derecha- que de esta actitud dependería en gran parte el sentido de la evolución de España, asi que el país tuviera ocasión de manifestarse en unos comicios.
Todos los síntomas eran, sin embargo, favorables a la hipótesis del escaso entusiasmo político de esta clase media; y por lo tanto, a su probable ausencia de las urnas; y en el caso de intervenir, a su actuación derechista. Una parte de ella era, desde luego, no sólo liberal y republicana sino fervorosamente renovadora. Me refiero, como es lógico, a todo el medio universitario, cuya actividad revolucionaria ha sido tan notoria en estos últimos años; y a los profesionales -médicos, abogados, ingenieros, etc- que se habían adherido, casi en masa, a nuestra Agrupación al Servicio de la República. Pero quedaba la otra parte, la más importante por su volumen, la formada por el rentista, el industrial y el comerciante modestos, tradicionalmente temerosos del porvenir, alejados de toda influencia política directa y lectores asiduos de los periódicos de la derecha, que ponían su autoridad y su circulación al servicio de una campaña más que entusiasta, rabiosa, de terrorificación de estas gentes ante un posible éxito de las ideas republicanas.
Es difícil precisar todavía todas las causas de que la realidad del 12 de abril desmintiese estos cálculos. En el artículo anterior he insinuado dos que me parecen evidentes. Una profunda: la visión exacta que tuvieron estos ojos burgueses, miopes, y por lo tanto tímidos, pero habituados al cálculo preciso de las cosas, de que la Monarquía no ofrecía ninguna posibilidad renovadora, sino sólo una problemática duración de lo existente: condicionada en todo caso por circunstancias biológicas dolorosas. Y para servirle, unos gobernantes gastados que salían del Poder para volver a entrar, como los coristas de las óperas. No bastaba a dar eficacia a este programa tan menguado la invocación constante a las glorias pretéritas de España, de las cuales no pueden vivir exclusivamente los pueblos modernos. Y sobre un horizonte tan nublado se cernía de continuo el fantasma de una probable repetición de la Dictadura. Cada día se hablaba en secreto de reuniones de coroneles y generales. La reacción fué la lógica: con todos sus peligros, inevitables, les pareció a estos ciudadanos de la masa media que era más util abrir violentamente las puertas a lo nuevo que seguir encerrados en el callejón sin salida del régimen monárquico.
La otra causa, ésta de tipo reaccional, epidérmico, fué sin duda la molestia que producía el tono de la propaganda monárquica hecha a base de amenazas tan ridículas que presuponían un verdadero cretinismo en sus oyentes y lectores. A muchas de estas gentes, seguramente inclinadas en circunstancias normales hacia la Monarquia, les oí asegurar aquellos días que votarían a la República, sólo como protesta contra los que les juraban que el triunfo de las izquierdas iría seguido del asalto de los Bancos, de la violación de sus hijas y de la desaparición de la familia. Si se coteja el número de ejemplares vendidos en Madrid por los periódicos que proclamaban estas desventuras con el número -mucho menor- de los votantes por la Monarquía, resulta evidente que una buena parte de los electores de la República estaba formada por los lectores de periódicos inhábilmente realistas.
Pero cualesquiera que sean las causas, el hecho evidente, y no bien comentado todavia, es el sentido de clase media que ha tenido esta revolución. No en vano también casi todos los que formaban el Comité revolucionario – hoy ministros de la República – procedían del campo burgués, y tenían, dentro de sus matices una ideología templada.
Al hacer resaltar todo esto, que no tiene duda, no quiero desvirtuar el profundo sentido renovador de este episodio magnífico de nuestra vida política. Todo lo contrario. Creo que de no ser una revolución desvastadora, indeseable para todos, nada más radical que lo hecho se ha podido realizar en España bajo una apariencia tan tranquila. Representa nada menos que esta tres cosas, que sólo la clase media pudiera haber realizado. Primero, el nacimiento como fuerza política eficaz de esta clase media, tan necesaria en un país de las condiciones económicas del nuestro.
Segundo, la eliminación del Ejército en el acto revolucionario; porque la clase media ni influye ni desea influir sobre los generales levantiscos ni sobre los soldados sin disciplina. Y sólo el hecho de haber nacido la República así, sin el pecado original de una militarada, la hace digna de crecer y vivir con energia y con nobleza.
Representa finalmente esta revolución para el futuro social de España la lección severa al “señorito”, plaga de nuestra sociedad, que cualquiera que sea el porvenir político del país, será pronto una fauna incompatible con la vida nacional. El “señorito”, aristócrata o no, por que crece en todas las latitudes sociales, que a costa de capitales improductivos, o de sueldos otorgados por el favor y ganados sin esfuerzo y sin dignidad, pasaba la vida ocioso, cerrado el entendimiento y el corazón a todos los progresos del espíritu y a todas las generosidades, ha sido ahora aplastado por la burguesia trabajadora, su enemigo inmediato. El “señorito” no se da cuenta de ello y echa la culpa a los comunistas y anarquistas, que no existen, por fortuna,para
él; porque de existir, otra hubiera sido su suerte. Le es más fácil suponer que su enemigo es un revoltoso iracundo, de los que puede detener la Guardia Civil para que él siga disfrutando de su pereza. No ve que es toda una clase social la que le pisa los talones, y que con moderación en la forma, pero con energía inflexible le invita a renunciar, cuando aun es tiempo para ello, a un tipo de privilegios que ya no existen en ningún país civilizado.
Mucha gente, en España y fuera de ella, desconocedora del sentido exacto de lo ocurrido estos últimos dias, participa de la creencia de estos señoritos aterrados. Cuando el día de la proclamación de la República vieron a un pueblo, ebrio de entusiasmo, agitarse en la calle durante dos dias y dos noches con alegría desbordada y ruidosa, creyeron llegada su última hora. Muchos huyeron, y ahora para justificar su pavor inventan historias que sólo existen en su imaginación, contagiada por las desventuras de los grandes señores de Rusia. La verdad es que en aquellas horas dió el pueblo español una prueba insuperada de moderación y civilidad, que bastaría para tranquilizar a quien fuera medianamente dueño de sus nervios. Y no desvirtúan esta afirmación los sucesos, lamentables y lamentados, ocurridos después que ejecutó una minoria mezquina,y, en todo caso, con una finalidad política perfectamente determinada y circunscrita.
La participación de la clase media en el proceso revolucionario de última hora, explica, no sólo este tono civil y moderado de los acontecimientos. Explica también la posibilidad de que este Gobierno no muestre, como algunos esperan, un radicalismo fulminante en su actuación social, y en otros detalles gubernativos como la exigencia de las responsabilidades a los hombres públicos de los últimos años. Esta responsabilidad será aquilatada, pero dentro de las normas jurídicas que suelen eclipsarse en las demás revoluciones. Una vez abierta la puerta por la generosidad popular a quién era eje del Estado antiguo, habría algo de incongruencia en el empeño de ensañarse en la persona de sus colaboradores. Es esencial evitar la impunidad de lo pasado; y la impunidad es tanto más difícil cuanto más sentido jurídico y menos pasión personal se pone en la sanción de las responsabilidades.
Yo creo muy probable que esta fuerza media, moderada, que ha decidido, en parte, el triunfo republicano, pueda ser el núcleo de un gran partido de tipo conservador, sin fanatismos y sin incompresiones ni intolerancias. Una fuerza moderada, pero auténticamente liberal, y dentro del régimen general de un Estado de trabajadores, que pueda servir de contrapeso en la marcha inevitable del mundo español hacia la izquierda. Todo dependerá de que encuentren los hombres capaces de organizar y dirigir esta gran masa y de que no predomine sobre ellos el espíritu cerril que hasta ahora había caracterizado a las derechas españolas. Si éstas tienen instinto de conservación deben aprender la lección y buscar en adelante el peligro, no en el remoto comunista, sino en su propia incapacidad de evolucionar.
GREGORIO MARAÑON
3º art. Diario EL SOL 27-5-1931 pg. 1
Los imperios europeos, empezando por el español, fueron un factor de civilización, La propia España es un producto del Imperio romano. Dentro de eso, algunos han sido simplemente brutales como el mongol y en todos intervino la violencia. en mayor o menor grado. En menor grado el español que la mayoría. El imperio español fue sorprendentemente pacífico durante casi tres siglos. El imperio inglés fue edificado sobre criterios estrictamente comerciales, con una brutalidad que dio lugar, por ejemplo, al genocidio irlandés, a enormes hambrunas en India, a las guerras del opio, a la diplomacia de la cañonera, al exterminio de poblaciones indígenas en diversos lugares, etc. En pleno siglo XIX, apoteosis de la civilización y el liberalismo. Pero aún así extendió cierto grado de civilización en África y Asia.
El problema de la eliminación del Imperio español lo deja claro lo que vino después: unos países que habían sido pacíficos, razonablemente prósperos, entraron en un período de convulsiones ajenos a su tradición anterior. La independencia seguramente era una necesidad que ya se planteaba también en España, pero se hizo, por influencia inglesa, francesa y protestante, contra todo lo que había significado aquel imperio. Se hizo así de manera convulsa, intelectualmente vacua. y así siguen.
Después de la brutal experiencia de la revolución francesa y las guerras napoleónicas algunos pensaron que la gente añoraría volver a los viejos tiempos del absolutismo, y hubo un intento en toda Europa de hacerlo así. También se pensó que la gente desearía volver al cristianismo y al estado confesional como garante de una paz . Sin embargo la crítica previa al absolutismo y al cristianismo era sólida en muchos aspectos e imposibilitaba la vuelta atrás.
En España hubo una división entre unos liberales más bien parlanchines o retóricos y muy violentos, por una parte, y un tradicionalismo falso, pues el absolutismo era propiamente de origen francés. Ese tradicionalismo era el intento ya imposible de volver al pasado, sin capacidad de adaptación a unos tiempos marcados por diversos tipos de liberalismo, soberanía nacional y revolución industrial.
Nuestro pintoresco llanito ignora que la población hispanoamericana no era independentista. Lo eran unos grupos de criollos que entre otras cosas masacraron a los indios, que mayoritariamente eran proespañoles, luego les arrebataron sus tierras y en Argentina siguieron el método useño de exterminarlos. Las guerras “de liberación” fueron en gran medida guerras civiles, Bolívar practicó una guerra de exterminio contra españoles y venció en gran medida, incluso decisivamente, por la colaboración de mercenarios ingleses. Y fue la revuelta liberal iniciada por Riego la que impidió que llegasen los refuerzos necesarios para acabar con los ya malparados independentistas.
Aquellas bandas de criollos fueron bien descritas por el “precursor” Miranda (a su vez agente pagado por Londres) “Esta gente solo es capaz de bochinche” o “solo sabe hacer bochinche”, o algo así. Y eso es lo que hicieron desde entonces,, como también los liberales en España con sus continuos pronunciamientos o golpes militares, matanzas de frailes, destrucciones del patrimonio histórico y artístico, etc. Los nuevos países hispanoamericanos entraron además en dependencia económica –con los consiguientes endeudamientos– de Inglaterra y luego de Usa, que los metió muchas veces en vereda manu militari.
Así ha resultado, en líneas generales, la historia.
Estos articulos son para usted Don Pio. Solo aparecen en la Historia de la Segunda Repúbica de Arrarás y poco más. Leer no significa estar de acuerdo con lo que uno lee. A Marañon siempre hay que concederle el beneficio de la lectura reflexiva, no era un radical. Claro que me gustaria leer esa Nueva Historia de España pero todavia estoy entretenido con otros tres de sus libros y el tiempo es limitado. Sigo con sus Mitos del franquismo y todavia me quedan semanas para acabarlo. Yo soy del genero de los rumiantes, algunos libros son para rumiarlos lentamente…
LA FLECHA DE 1898 SE HA CLAVADO EN EL BLANCO DE LA LIBERTAD
Comentario cuarto
Es necesario dedicar todavia unas palabras al problema clerical, en relación con las normas nuevas de nuestra política. Porque no puede dudarse que este problema constituye una de las más hondas preocupaciones de nuestro pueblo; tal vez la que más directamente hace reaccionar su pasión. Hoy tenemos derecho a pensar que quienes no serían capaces de exponer nada ni de perturbar el país para defender un advenimiento de la Monarquia, se lanzarían tal vez a las guerrillas bajo la bandera religiosa. Y, sin embargo, basta observar la marcha de la conciencia española en los años que están al alcance de nuestra mirada para darse cuenta de que el problema clerical era cada vez menos grave en España. Sé que la mayoría de los hombres de la izquierda no piensan asi, pero no me importa.
Yo estoy convencido de que, incluso para bien del espíritu religioso, la influencia social, en otro tiempo decisiva, que el clericalismo ejerció entre nosotros se evaporaba rápidamente, a medida que ascendía el nivel medio de la cultura española. Este tipo de influencias ilegítimas -clericalismo, caciquismo- no son nunca causa esencial de incultura, o lo son muy transitoriamente; son, por el contrario, consecuencia de la incultura misma, y por lo tanto, desaparecen así que la cultura mejora. Por ello, el clericalismo, como el caciquismo, pierden espontáneamente su tiranía sobre las conciencias en cuanto sube la marea cultural de los pueblos. De aquí mi disentimiento y mi tristeza cuando veo emplear la violencia y no la razón para combatirlos.
Bastaria para demostrar que en España habríamos llegado casi por completo a esa liberación el hecho de las elecciones mismas que han traído la República. En su preparación se intentaron poner en juego todos los recursos del viejo clericalismo: los mismos que unos años atrás hubieran tenido definitiva eficacia. Muchos púlpitos, confesionarios y sacrístias se convirtieron en centros electorales. Circulaban hojas en las que se amenazaba con el fuego eterno al que votase a los republicanos, y todo con tanto ímpetu, que días antes de las elecciones oí de labios de uno de los ministros del último Gobierno de la Monarquía el seguro optimismo que le infundía la gran movilización clerical, que actuaba como de costumbre, principalmente a través de las mujeres. Ahora veremos que en esto, como en tantas otras cosas, se equivocaban los que vivían dentro del quiste oficial.
La lección de realidad no admite, en efecto, interpretaciones. En primer lugar, una parte considerable del clero regular, mucho más culta que antaño, votó decididamente por la causa republicana. De varias órdenes religiosas, tal vez las más distinguidas, sabíamos también que miraban con no disimulada simpatía una posible transformación del régimen. Y en definitiva, la propaganda de estos intrasigentes, al margen del recto espíritu religioso, fracasó de tal manera, que las ciudades más levíticas de España, aquellas que tradicionalmente se suponian con razón, entregadas al dominio clerical, fueron las que, al terminar la votación del 12 de abril, figuraban a la cabeza de la victoria izquierdista. Recordemos, entre otras, a Santander, a Granada, y sobre todo a Toledo, cuyo breve caserío, cobijado a la sombra de la catedral y del palacio del cardenal arzobispo, votó casi unánimemente, ante el estupor de todos, por las candidaturas radicales.
Tengo por cierto ( y esto debe consignarse como uno de los datos de primera linea para juzgar de la España presente y futura) que al fracaso de esta maniobra contribuyó no sólo la mencionada actitud moderna de buena parte de la clerecía, sino tambien la profunda transformación experimentada en estos últimos años por las mujeres de la clase media. En mis escritos recientes no me he cansado de destacar la importancia de esta liberación de las mujeres de nuestras ciudades, como consecuencia de su mayor libertad social, de la amplitud de sus lecturas, de su acceso a oficinas y empleos, y sobre todo, de su éxodo numerosísimo hacia la Universidad. Cada una de los miles y miles de muchachas que acuden a las aulas son, además, un foco de irradiación, tal vez en lugares lejanos de la Península, de la nueva actitud liberada. Y esto, con tal presteza, que pocas cosas podrán dar una idea de la eficacia maravillosa de la propaganda intelectual como el fenómeno que estamos comentando.
Debo advertir, para los que no conozcan bien esta nueva España que germina con tanto vigor, que en la inmensa mayoria de los casos la liberación de la mujer no implica, como muchos creen y otros temen, irreligiosidad. A lo sumo, religiosidad más recta y esencial. Sólo, eso si, emancipación de la tutela extrareligiosa e ilegítima del sacerdote. El hombre español, señor y dueño físicamente de la mujer hasta hace poco, no tenía en cambio el menor ascendiente sobre el alma de ella. ES lo que ocurre siempre en los harenes. Por eso, en definitiva, este hombre-sultán terminaba por hacer, y sobre todo terminaba por pensar, nada más que lo que quería su pobre esclava, encerrada entre las cuatro paredes del hogar. Hoy, la mujer, al emanciparse socialmente, ha hecho que el hombre, como en otra ocasión he dicho, se emancipe a su vez de ella. Y por eso las propagandas sigilosas, clericales o de otra especie, han perdido, o están en trance de perder entre nosotros, su más poderoso instrumento, que es la tiranía de la mujer sometida.
Este suceso trascendente permite asegurar que las reformas que en materia religiosa plantee el Gobierno
José Ortega y Gasset – El Sol, 15 de noviembre de 1930
No, no es una errata. Es probable que en los libros futuros de historia de España se encuentre un capítulo con el mismo título que este artículo. El buen lector, que es el cauteloso y alerta, habrá advertido que en esa expresión el señor Berenguer no es el sujeto del error, sino el objeto. No se dice que el error sea de Berenguer, sino más bien lo contrario -que Berenguer es del error, que Berenguer es un error-. Son otros, pues, quienes lo han cometido y cometen; otros toda una porción de España, aunque, a mi juicio, no muy grande. Por ello trasciende ese error los límites de la equivocación individual y quedará inscrito en la historia de nuestro país.
Estos párrafos pretenden dibujar, con los menos aspavientos posibles, en qué consiste desliz tan importante, tan histórico.
Para esto necesitamos proceder magnánimamente, acomodando el aparato ocular a lo esencial y cuantioso, retrayendo la vista de toda cuestión personal y de detalle. Por eso, yo voy a suponer aquí que ni el presidente del gobierno ni ninguno de sus ministros han cometido error alguno en su actuación concreta y particular. Después de todo, no está esto muy lejos de la pura verdad. Esos hombres no habrán hecho ninguna cosa positiva de grueso calibre; pero es justo reconocer que han ejecutado pocas indiscreciones. Algunos de ellos han hecho más. El señor Tormo, por ejemplo, ha conseguido lo que parecía imposible: que a estas fechas la situación estudiantil no se haya convertido en un conflicto grave. Es mucho menos fácil de lo que la gente puede suponer que exista, rebus sic stantibus, y dentro del régimen actual, otra persona, sea cual fuere, que hubiera podido lograr tan inverosímil cosa. Las llamadas «derechas» no se lo agradecen porque la especie humana es demasiado estúpida para agradecer que alguien le evite una enfermedad. Es preciso que la enfermedad llegue, que el ciudadano se retuerza de dolor y de angustia: entonces siente «generosamente» exquisita gratitud hacia quien le quita le enfermedad que le ha martirizado. Pero así, en seco, sin martirio previo, el hombre, sobre todo el feliz hombre de la «derecha», es profundamente ingrato.
Es probable también que la labor del señor Wais para retener la ruina de la moneda merezca un especial aplauso. Pero, sin que yo lo ponga en duda, no estoy tan seguro como de lo anterior, porque entiendo muy poco de materias económicas, y eso poquísimo que entiendo me hace disentir de la opinión general, que concede tanta importancia al problema de nuestro cambio. Creo que, por desgracia, no es la moneda lo que constituye el problema verdaderamente grave, catastrófico y sustancial de la economía española -nótese bien, de la española-. Pero, repito, estoy dispuesto a suponer lo contrario y que el Sr. Wals ha sido el Cid de la peseta. Tanto mejor para España, y tanto mejor para lo que voy a decir, pues cuantos menos errores haya cometido este Gobierno, tanto mejor se verá el error que es.
Un Gobierno es, ante todo, la política que viene a presentar. En nuestro caso se trata de una política sencillísima. Es un monomio. Se reduce a un tema. Cien veces lo ha repetido el señor Berenguer. La política de este Gobierno consiste en cumplir la resolución adoptada por la Corona de volver a la normalidad por los medios normales. Aunque la cosa es clara como «¡buenos días!», conviene que el lector se fije. El fin de la política es la normalidad. Sus medios son… los normales.
Yo no recuerdo haber oído hablar nunca de una política más sencilla que ésta. Esta vez, el Poder público, el Régimen, se ha hartado de ser sencillo.
Bien. Pero ¿a qué hechos, a qué situación de la vida pública responde el Régimen con una política tan simple y unicelular? ¡Ah!, eso todos lo sabemos. La situación histórica a que tal política responde era también muy sencilla. Era ésta: España, una nación de sobre veinte millones de habitantes, que venía ya de antiguo arrastrando una existencia política bastante poco normal, ha sufrido durante siete años un régimen de absoluta anormalidad en el Poder público, el cual ha usado medios de tal modo anormales, que nadie, así, de pronto, podrá recordar haber sido usados nunca ni dentro ni fuera de España, ni en este ni en cualquier otro siglo. Lo cual anda muy lejos de ser una frase. Desde mi rincón sigo estupefacto ante el hecho de que todavía ningún sabedor de historia jurídica se haya ocupado en hacer notar a los españoles minuciosamente y con pruebas exuberantes esta estricta verdad: que no es imposible, pero sí sumamente difícil, hablando en serio y con todo rigor, encontrar un régimen de Poder público como el que ha sido de hecho nuestra Dictadura en todo al ámbito de la historia, incluyendo los pueblos salvajes. Sólo el que tiene una idea completamente errónea de lo que son los pueblos salvajes puede ignorar que la situación de derecho público en que hemos vivido es más salvaje todavía, y no sólo es anormal con respecto a España y al siglo XX, sino que posee el rango de una insólita anormalidad en la historia humana. Hay quien cree poder controvertir esto sin más que hacer constar el hecho de que la Dictadura no ha matado; pero eso, precisamente eso -creer que el derecho se reduce a no asesinar-, es una idea del derecho inferior a la que han solido tener los pueblos salvajes.
La Dictadura ha sido un poder omnímodo y sin límites, que no sólo ha operado sin ley ni responsabilidad, sin norma no ya establecida, pero ni aun conocida, sino que no se ha circunscrito a la órbita de lo público, antes bien ha penetrado en el orden privadísimo brutal y soezmente. Colmo de todo ello es que no se ha contentado con mandar a pleno y frenético arbitrio, «sino que aún le ha sobrado holgura de Poder para insultar líricamente a personas y cosas colectivas e individuales. No hay punto de la vida española en que la Dictadura no haya puesto su innoble mano de sayón. Esa mano ha hecho saltar las puertas de las cajas de los Bancos, y esa misma mano, de paso, se ha entretenido en escribir todo género de opiniones estultísimas, hasta sobre la literatura que los poetas españoles. Claro que esto último no es de importancia sustantiva, entre otras cosas porque a los poetas los traían sin cuidado las opiniones literarias de los dictadores y sus criados; pero lo cito precisamente como un colmo para que conste y recuerde y simbolice la abracadabrante y sin par situación por que hemos pasado. Yo ahora no pretendo agitar la opinión, sino, al contrario, definir y razonar, que es mi primario deber y oficio. Por eso eludo recordar aquí, con sus espeluznantes pelos y señales, los actos más graves de la Dictadura. Quiero, muy deliberadamente, evitar lo patético. Aspiro hoy a persuadir y no a conmover. Pero he tenido que evocar con un mínimum de evidencia lo que la Dictadura fue. Hoy parece un cuento. Yo necesitaba recordar que no es un cuento, sino que fue un hecho.
Y que a ese hecho responde el Régimen con el Gobierno Berenguer, cuya política significa: volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios más normales, hagamos «como si» aquí no hubiese pasado nada radicalmente nuevo, sustancialmente anormal.
Eso, eso es todo lo que el Régimen puede ofrecer, en este momento tan difícil para Europa entera, a los veinte millones de hombres ya maltraídos de antiguo, después de haberlos vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años. Y, no obstante, pretende, impávido, seguir al frente de los destinos históricos de esos españoles y de esta España.
Pero no es eso lo peor. Lo peor son los motivos por los que cree poderse contentar con ofrecer tan insolente ficción.
El Estado tradicional, es decir, la Monarquía, se ha ido formando un surtido de ideas sobre el modo de ser de los españoles. Piensa, por ejemplo, que moralmente pertenecen a la familia de los óvidos, que en política son gente mansurrona y lanar, que lo aguantan y lo sufren todo sin rechistar, que no tienen sentido de los deberes civiles, que son informales, que a las cuestiones de derecho y, en general, públicas, presentan una epidermis córnea. Como mi única misión en esta vida es decir lo que creo verdad, -y, por supuesto, desdecirme tan pronto como alguien me demuestre que padecía equivocación-, no puedo ocultar que esas ideas sociológicas sobre el español tenidas por su Estado son, en dosis considerable, ciertas. Bien está, pues, que la Monarquía piense eso, que lo sepa y cuente con ello; pero es intolerable que se prevalga de ello. Cuanta mayor verdad sean, razón de más para que la Monarquía, responsable ante el Altísimo de nuestros últimos destinos históricos, se hubiese extenuado, hora por hora, en corregir tales defectos, excitando la vitalidad política persiguiendo cuanto fomentase su modorra moral y su propensión lanuda. No obstante, ha hecho todo lo contrario. Desde Sagunto, la Monarquía no ha hecho más que especular sobre los vicios españoles, y su política ha consistido en aprovecharlos para su exclusiva comodidad. La frase que en los edificios del Estado español se ha repetido más veces ésta: «¡En España no pasa nada!» La cosa es repugnante, repugnante como para vomitar entera la historia española de los últimos sesenta años; pero nadie honradamente podrá negar que la frecuencia de esa frase es un hecho.
He aquí los motivos por los cuales el Régimen ha creído posible también en esta ocasión superlativa responder, no más que decretando esta ficción: Aquí no ha pasado nada. Esta ficción es el Gobierno Berenguer.
Pero esta vez se ha equivocado. Se trataba de dar largas. Se contaba con que pocos meses de gobierno emoliente bastarían para hacer olvidar a la amnesia celtíbera de los siete años de Dictadura. Por otra parte, del anuncio de elecciones se esperaba mucho. Entre las ideas sociológicas, nada equivocadas, que sobre España posee el Régimen actual, está esa de que los españoles se compran con actas. Por eso ha usado siempre los comicios -función suprema y como sacramental de la convivencia civil- con instintos simonianos. Desde que mi generación asiste a la vida pública no ha visto en el Estado otro comportamiento que esa especulación sobre los vicios nacionales. Ese comportamiento se llama en latín y en buen castellano: indecencia, indecoro. El Estado en vez de ser inexorable educador de nuestra raza desmoralizada, no ha hecho más que arrellanarse en la indecencia nacional.
Pero esta vez se ha equivocado. Este es el error Berenguer. Al cabo de diez meses, la opinión pública está menos resuelta que nunca a olvidar la «gran vilt`» que fue la Dictadura. El Régimen sigue solitario, acordonado como leproso en lazareto. No hay un hombre hábil que quiera acercarse a él; actas, carteras, promesas -las cuentas de vidrio perpetuas-, no han servido esta vez de nada. Al contrario: esta última ficción colma el vaso. La reacción indignada de España empieza ahora, precisamente ahora, y no hace diez meses. España se toma siempre tiempo, el suyo.
Y no vale oponer a lo dicho que el advenimiento de la Dictadura fue inevitable y, en consecuencia, irresponsable. No discutamos ahora las causas de la Dictadura. Ya hablaremos de ellas otro día, porque, en verdad, está aún hoy el asunto aproximadamente intacto. Para el razonamiento presentado antes la cuestión es indiferente. Supongamos un instante que el advenimiento de la dictadura fue inevitable. Pero esto, ni que decir tiene, no vela lo más mínimo el hecho de que sus actos después de advenir fueron una creciente y monumental injuria, un crimen de lesa patria, de lesa historia, de lesa dignidad pública y privada. Por tanto, si el Régimen la aceptó obligado, razón de más para que al terminar se hubiese dicho: Hemos padecido una incalculable desdicha. La normalidad que constituía la unión civil de los españoles se ha roto. La continuidad de la historia legal se ha quebrado. No existe el Estado español. ¡Españoles: reconstruid vuestro Estado!
Pero no ha hecho esto, que era lo congruente con la desastrosa situación, sino todo lo contrario. Quiere una vez más salir del paso, como si los veinte millones de españoles estuviésemos ahí para que él saliese del paso. Busca a alguien que se encargue de la ficción, que realice la política del «aquí no ha pasado nada». Encuentra sólo un general amnistiado.
Este es el error Berenguer de que la historia hablará.
Y como es irremediablemente un error, somos nosotros, y no el Régimen mismo; nosotros gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestro conciudadanos: ¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!
¡Caray, don Pío! Yo al gilipollas que votaba le quito la tontería a latigazos… Qué es lo que tendría que hacer la policía, llevar látigos para estos casos…
Aunque, en una sociedad, los artistas e intelectuales con prestigio forman parte de la clase dominante gracias a su educación e influencia, dentro de dicha clase constituyen un segmento dominado si se les compara con la gente rica de verdad. Eso permite explicar por qué hay tantos artistas, periodistas y académicos que se ven a sí mismos como personas subversivas y contrarias al establishment, a pesar de que la mayor parte de la gente los considera unos elitistas engreídos.
La nueva glorieta de la calle Rosalía de Castro de Vigo sigue dando que hablar. El lunes se celebró su inauguración en la que el alcalde Abel Caballero sorprendió al afirmar que en su pantalla gigante y circular podrían proyectarse diferentes eventos, como los partidos del Celta. Desde entonces se cuentan por decenas los curiosos que acuden a contemplar la fuente y su pantalla, que por el momento solo exhibe imágenes turísticas de Vigo e información útil sobre el tiempo. También llegó a emitir mensajes con las letras del revés. Lo último es la constante presencia de agentes de la Policía Local que vigilan a todas horas la rotonda para disuadir a cualquiera que planee atentar contra ella y su pantalla LED de 360 grados.
Las rotondas que se iniciarion hace mas de 50 años en el Reino Unido se crearon par evitar semáforos y aumentar la fluidez de la circulación. En España el razonamiento fue casi el contrario, aumentar el diámetro central para reducir la velocidad. Hay semáforos a la entrada, dentro y fuera de las rotondas, lo que es un absurdo. Se ha dicho que la prioridad dentro de la rotonda es del círculo mas exterior: una aberración. Se inventan las “turborotonadas” (como se inventa el agua caliente) puesto que existen desde hace varias décadas. Lo que incrementa los accidentes son a) la indefinición en las normas b) la mezcla de normas (la turborotonda funciona de una manera, la rotonda, de otra) c) los esperpentos que colocan en el centro de esas rotondas, fuente de distracción y oportunidad para los Ayuntamientos para hacer caja con las multas d) La obsesión de señalizar en suelo, en superficie, en el aire simultáneamente. Sea razonable y adhiérase al sentido común. Una ciudad como Vigo necesita viales (casi)-exclusivos para vehículos y (casi)-exclusivos para peatones, esto hasta donde se pueda hacer sin miedo a perder votos (que le pregunten al Sr. Lois Castrillo cuando se peatonalizó Calvario y Pza Independencia, PP y PSOE juraron que lo anularían cuando llegaran al poder). En Vigo a pocas cosas bien hechas y tenemos que ser mas bien críticos que lame-traserillos (no alude ni a Ud. ni a nadie en particular)
Yo la verdad creía que eran para poner algo bonito. Estatuas, fuentes, placas.
Leer libros es muy importante; muy muy importante. No solo de ficción, también libros que nos ayudan a entender la realidad, los posibles futuros y los cuestionables presentes. Hoy os traemos las 100 sugerencias de alguien muy especial, Noam Chomsky, que nos traen desde la web no oficial The Noam Chomsky Reading List
La historia de España decimonónica no pude ventilarse diciendo que los liberales estuvieron demasiado influencidos por Inglaterra y que no supieron hacer de España una potencia industrial autosuficiente, o cosas por el estilo. Los políticos liberales solo son uno de los muchos condicionantes que tuvo España en el siglo XIX, no puede derivar todo de una vaga adscripción ideológica al liberalismo de los políticos que tuvieron las riendas del gobierno de la nación.
España no contaba con carbón mineral en suficiente cuantía y calidad para poder tener una industrialización temprana, este hecho tumba toda posibilidad de tal cosa en realidad, además la dependencia de la Gran Bretaña es natural teniendo en cuenta su total preponderancia en los mares, y en aquellos en los que España tenía su salida natural. Esto abunda en las causas por las que España no entro en la primera revolución industrial, sin la plataforma continental de su Imperio, es decir, sin mercados, España se veía subordinada e incluso subyugada a Inglaterra, impidiendo la generación y acumulación de capital necesarias para su industrialización.
Del continente la influencia Franco-germana también fue notable, no creo que pueda decirse que fue un siglo inglés en realidad, ni tampoco que fuera tan malo para España, fue lo que tuvo que ser, después de Trafalgar bastante se hizo. Lo cierto es que se abre y se cierra con dos catástofres, eso sí. De ambas, fue mucho mayor la primera, aunque tuviera menor efecto moral que la pérdida de las últimas posesiones de ultramar.
Marañón tuvo que arrepentirse de muchas tonterías y, en efecto, se arrepintió. Sus análisis son tópicos y de muy bajo nivel. Decía Vidarte que era un masón de los más secretos, como Romanones.
Quien había modernizado rápidamente a España había sido la dictadura de Primo de Rivera. Pero a aquellos botarates les dio por no enterarse y por atribuirse a sí mismos lo que no les correspondía en absoluto. Luego llegó “la mentira, la estupidez y la canallería”.
El testimonio de Marañon habría que contrastarlo con el de Alcala Zamora y el Conde de Romanones. Salvo que lo haya hecho Arrarás no creo que nadie haya juntado los tres testimonios. Y esos minutos de la caida de la monarquia si que son trascendentales.
Si que se arrepintió Marañon de su participación en el nacimiento de la República. Hasta Alfonso Guerra ha reconocido que no es partidario del Frente Popular de febrero del 36, él se identifica con el primer gobierno republicano.
Si es una contradicción de Marañon reconocer que después de la primera guerra mundial España prosperó económicamente dando pie a una burguesia comerciante nueva y a continuación criticar a Primo de Rivera. No soy la persona adecuada para detectar los puntos flojos del discurso del Marañon político. Lo que si sé es que para muchos historiadores de izquierda el enfoque de Marañon político tampoco les cuadra en su visión de los hechos. Hay bastante más pero se tarda bastante en pasar los articulos a texto.
El artículo de D.Pio se refiere a “errores de detalle y de enfoque”. Ya se han anticipado algunos a entrar en errores de enfoque, incluso escatológicamente, que se reservaron para el siguiente artículo.
Como decía Camilo José Cela, un “cagapoquito” tiene el problema de que quisiera que fuese más, pero si es mucho, es el Cólico Miserere. Es evidente que hay quien culpa a Alemania de todo y eso, aunque no sea cierto, no se puede discutir, es una opinión personal, pero la “coprologia” no es el mejor medio de aproximarse a los hechos históricos. Ahí va un mapa desde el s, IV que se puede ampliar para ver el origen del Sacro Imperio Romano Germánico. Si eso no evidencia nada, será porque nos quieren arrastrar, a todos, al mundo de heces de alguno. Yo no sé si se ha oído hablar de Carlos Martel, pero, ese, tampoco es mi problema.
Mapa que muestra la situación de Austrasia y Neustria.
Austrasia (en francésAustrasie, y en alemánAustrasien) es el nombre con el que se conoce la parte nororiental del reino Franco durante el periodo de los reyes merovingios, en contraposición a Neustria, que era la parte noroccidental. Clodoveo I el Grande, rey de los francos, dispuso que su reino fuese dividido entre sus hijos a su muerte en 511: Neustria para Clotario, Austrasia para Teodorico, Orleans para Clodomiro, y París para Childeberto. Desde este momento hasta la reunificación del reino por Pipino el Breve a mediados del siglo VIII, Austrasia fue durante la mayor parte del tiempo un reino independiente con capital en Metz.
Austrasia estaba formada por territorios del este de la actual Francia, oeste de Alemania, Bélgica y los Países Bajos. De forma aproximada comprendía las cuencas de los ríos Rin, Mosay Mosela. Además de Metz incluía localidades como Reims (que sirvió de capital para algunos reyes de Austrasia), Colonia o Tréveris. Su influencia se prolongaba hacia el este llegando a Turingia y Baviera.
Desde la creación del reino en 511, Austrasia estuvo constantemente envuelta en disputas con su vecina Neustria. Estas disputas alcanzaron su clímax con las guerras que enfrentaron a la reina Brunegilda de Austrasia y la reina Fredegunda. En 613, una rebelión de la nobleza contra Brunegilda depuso a la reina y la entregó, junto con el reino, al rey Clotario II de Neustria, que reunificó ambos reinos y creó un Reino Franco unido gobernado desde París.
Con el debilitamiento de la influencia real en Austrasia, el puesto de Mayordomo de Palacio se convirtió en el auténtico poder fáctico del reino y se tornó hereditario dentro de la familia carolingia. Tras la deposición del último rey merovingio por los carolingios, Austrasia no volvió a formar un reino aparte. Bajo los sucesores de Carlomagno recibía el nombre de Austrasia la parte oriental del Imperio, la futura Alemania.
En 751 Pipino el Breve se proclamó rey y derrocó al último rey merovingio, estableciendo la dinastía carolingia. Desaparece el cargo de Mayordomo de Palacio, que antes ostentaba.
Vuelve a errar AsierC que me parece un tanto anglománo. Alemania, la que él tanto critica, tampoco tenía carbón ni accesos a materias primas, copadas por el imperio británico y francés, para su incipiente e innovador mercado interior industrial que superó rápidamente al del resto de Europa. Lo mismo que España pero más acuciante. Un liberal como Fernández Balbuena critica duramente los gobiernos liberales, los mismos a los que absuelve AsierC. Y los critica porque según Balbuena fueron radicales y contrarios. ala voluntad de los españoles. Los españoles quedaron fuertemente imputados por mal guerra de la Independencia. Se suponía que las tropas napoleónicas traían los nuevos aires de libertad de Europa pero en cambio trajeron guerra, destrucción, miseria, crímenes, violadciones, destrucción, etc…..El pueblo español, recalca Fernández Balbuena, iba en contra de las ideas liberales que estaban empeñadas en imitar al Imperio Británico sin conocer muy bien lo que era la propia España. De esas lluvias liberales vinieron los lodos posteriores.
El profesor Velarde en 100 años de historia económica de España, menciona el comentario de uno de nuestros políticos que venía a decir: ¿Cómo vamos a tener una industria propia como la tienen otros países europeos si para fabricar una silla en España los clavos vienen de Francia, la tela de Inglaterra y la madera de Italia? Es decir, España carecía de diversidad industrial, y dependía de la compra de bienes materiales y manufacturados del exterior. Alemania, no. Salvo por las materias primas, realizó una conversión de su economía basada en la simbiosis entre la universidad y la industria y se impuso en varios campos de la industria como la química, la óptica, etc….Cuando estalló la IGM, Alemania suministraba equipos de alta tecnología a los que iban a ser sus enemigos, incluída Inglaterra. A Rusia, por ejemplo, la suministraba los equipos ópticos esenciales para la artillería. Varios expertos que superan el típica teoría de culpar a Alemania por todo, vienen a decir que Inglaterra buscó casi más la guerra contra Alemania que la propia Alemania. En 1910, por ejemplo, por cada barco que construía Alemania, Inglaterra construía 10. Era la política que llevaba el Almirantazgo. Alemania negoció con Inglaterra pero esta se opuso de forma inmisericorede lo que obligó a Alemania a no construir más barcos. Detalles como estos dan una visión muy diferente a la que algunos pretenden ofrecer.
Otro detalle sobre Alemania, mientras que en Alemania a finales del XIX y principios del XX se graduaban 3.000 ingenieros al año, en Inglaterra sólo 300.
El luteranismo ha tenido a lo largo de la historia alemana una gran influencia tanto en la cultura como en la educación. Martín Lutero era partidario de la educación obligatoria y a través suyo esta se expandió a lo largo del país. Durante el siglo XVIII, el Reino de Prusia fue uno de los primeros del mundo en introducir la educación primaria obligatoria y gratuita. Esta consistía en ocho años de Volksschule y proveía a los menores no solo de conocimientos académicos básicos (lectura, escritura y aritmética), sino también de una educación muy estricta basada en la disciplina, ética y obediencia. Los hijos de la aristocracia continuaban después de la Volksschule con la educación secundaria en una escuela privada. El resto de la población no tenía acceso a la educación secundaria.
En 1810, después de las Guerras Napoleónicas, Prusia introdujo un certificado estatal para ser profesor, el cual sirvió para mejorar considerablemente la calidad de la educación. El Abitur fue introducido en 1788 e implementado en todas las escuelas secundarias prusianas en 1812 y en el resto de Alemania en 1871.
Imperio Alemán (1871-1918)
Alumnos del 1.er grado en una escuela de Leipzig en 1910.
Durante el Imperio alemán el sistema escolar se centralizó para poder establecer estándares en el sistema educativo. Con este fin se crearon cuatro clases de escuelas:
Gymnasium clásico de nueve años (latín, griego y una lengua moderna) Realgymnasium de nueve años (matemáticas, ciencias naturales, latín y lenguas modernas) Oberrealschule de nueve años (ciencias, matemáticas y lenguas modernas) Realschule de seis años (que no permitía la entrada a la universidad y más bien preparaba a los alumnos para una formación profesional técnica).
Al comienzo del siglo XX estos cuatro tipos de escuelas alcanzaron el mismo rango y privilegio, aunque no el mismo prestigio. En 1872 el Estado prusiano fundó las primeras escuelas secundarias para mujeres.
República de Weimar (1919-1933) hasta el presente
Aula escolar en 1930.
Luego de la Primera Guerra Mundial, la República de Weimar estableció una educación primaria gratuita y universal (Grundschule). La mayoría de los alumnos continuaba en esta institución durante otros cuatro años y los que podían pagar una pensión iban a una escuela intermedia, llamada Mittelschule que tenía un currículo más exigente. Para entrar en una escuela secundaria, era preciso pasar un riguroso examen después del cuarto grado.
Durante la dictadura nazi (1933-1945), la ideología nacional socialista se incorporó a la educación escolar, pero el sistema permaneció igual.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados se preocuparon de eliminar la ideología nazi del currículo escolar e instalaron sistemas educativos en sus respectivas zonas que reflejaban sus propias ideas políticas. En la constitución de 1949 (Grundgesetz), el Estado Alemán garantiza que los Länder tengan la soberanía sobre el sistema educativo. Por esta razón es aún hoy complicado para las familias que se mudan de un estado federado a otro.
Nuevo hilo
Lo curuiso es que en otros blogs onde dsicutia tenia fama de anti-americano (no habre discutido con neo liberales pro-invasión de irak, ni nada que se diga) y aqui tengo fama de anglofilo. En fin, eso esta muy bien.
Los maercianos cometieron atrocidades, invasiones imperalistas, vioaciones de derecho internacional… casi se podria hacer un tratado de ello. La represión sobre Filipinas, las interveniones en “su patio trasero”, atrocidades y bombardeos en Vietnam, Irak, mas de un millar de pruebas atomicas, Hiroshima, Nagasaki, etc…
Ahora bein, si cuando se cie que los Aliados cometieron cientos de crimenes comparables a los nazis, nos referimos a los sovieticos, no tengo ninguna duda de que uno acierta. Puede haber alguna cuestión de mero detalle, pero en lo esencial, esa afirmación es muy correcta.
Si la idea es que los americanos (bueno y los ingleses) cometieron atrcoidades que son iguales a los nazis, entonces esa idea es falsa, rotundamente falsa, y tratar de colarla al debate o de afirmarla es un error mayusculo, que quita la enorme trascendencia de una politica de exterminio selectivo e industrializado apoyado en una guerra mundial como vector de una campaña de rapiña y exterminio a escala global de una rapidez increible.
Cualquiera que ponga en duda esa afirmación tendria que defender que que ganaran los amercianos e ingleses es lo mismo para europa que que ganaran los nazis, y eso es tan ridiculo: solo hay que comparar los ciencuenta años de Europa bajo mas o menos influencia amerciana con los cinco años, poco más o menos, que paso Europa baja la bota nazi. Y cualquiera que diga que hubiese preferido ser un esclavo o un siervo (o un cadaver) de los nazis es que tiene una seria enfermedad mental o un trastorno de masoquismo extremo, de los de acudir al especialista.
Continúo aquí la escueta afirmación que hice en el hilo anterior, desgranando el por qué de tal aseveración, a saber, que la nación alemana moderna es la causa de las guerras mundiales.
La unificación alemana en 1871 fue un aviso a navegantes, habia surgido una nueva nación en Europa, sin duda, la más poderosa, con capacidad para vencer a cualquiera otra, así derepente, nos encontramos con un dibujo de Europa totalmente diferente, en el que una nación enorme, (el Imperio alemán era bastante más grande de lo que hoy conocemos como Alemania), trituraba todo el orden anterior, que venía del Tratado de Versalles.
Con esto quiero decir, que la mera constitución del Imperio Alemán, fue un tremendo problema para todos. En realidad, Alemania es en esencia una nación problemática, no solo hacia afuera, sino también hacia adentro, con una población dividida al 50% en lo religioso, sin un pasado real de nación-estado, su unificación devino por causas “etnicoraciales”, “etnicolingüístucas”, si me apuran, “espirituales”, etc. Creo francamente que una nación con tamaño fundamento no puede ser considerada tal en su sentido estricto o canónico. Es por tanto, en esencia, un gran error generador de problemas. Solo un idealismo con tendencia al fanatismo puede engendrar algo semejante. Puede decirse en definitiva que el nacionalismo germano-protestante Bismarckiano creó un monstruo.
El monstruo de gen prusiano luterano que venían cocinando a fuego lento todos los metafísicos alemanes, en especial Fichte y Hegel, pero que puede remontarse hasta el propio Lutero. Los alemanes estaban henchidos de suprematismo y de imperialismo, y el resto de Europa plena de suspicacia porque Alemania era demasiado grande y poderosa, y destruía el necesario equilibrio de fuerzas entre las potencias de Europa para garantizar la paz. En este contexto se comprende la Primera Guerra Mundial, en la que Alemania tiene el imperativo de imponerse para demostrar su supremacía y ejercer su hegemonía por derecho propio, ya que el contrapeso de prudencia Bismarckiana en su política exterior hacía lustros que se había evaporado.
1950: cerca de la aldea de Nogun-Ri, a 160 km al sureste de Seúl (Corea del Sur), sucede el segundo día de la masacre de Nogun Ri (Nogun-Ri Massacre): soldados estadounidenses asesinan a lo largo de tres días a unos 300 refugiados surcoreanos, en su mayoría mujeres y niños…
https://resolviendolaincognita.blogspot.com.es/2014/10/la-masacre-de-no-gun-ri-en-1950.html
UNA HORA CON LA HISTORIA
024 – Odio a España y expansionismo del separatismo catalán | Importancia de la batalla cultural
https://www.youtube.com/watch?v=93OT_QPP4rQ
Estoy leyendo en la versión inglesa del Pravda que los congresistas americanos, representantes de la América Profunda, siguen señalando a Rusia como objetivo número 1 de su anti-politica. Hay una estadistica muy clara según el Pravda:
¿Qué puede temer un pais con 700 bases militares repartidas a lo largo de 100 paises, contra un pais como Rusia que solo 10 bases militares fuera de Rusia (supongo que una de ellas será la de Siria)?. Los datos son clarisimos.
Parece ser que estos congresistas americanos quieren proporcionar armamento realmente disuasivo a Ucrania. ¿ Están los americanos interesados en desencadenar un conflicto militar entre ucranianos y rusos?. Creo que hay tres perdedores claramente: Rusia, Ucrania y EE.UU.
Me quedo con la claridad de los datos sobre las bases militares.
Es que son esclavos de “algo” Alexander. Cuando alguien actúa así, tan descaradamente, es porque su conciencia apenas si hace mella en sí mismo. Porque nosotros estamos diseñados para buscar la verdad, y cuando defendemos la mentira en función de determinado interés o porque estamos dominados por determinada voluntad nos convertimos en “NO-HUMANOS”…
Rusia, Ucrania y Europa, queria decir.
Miguel Ángel dice:
27 julio, 2017 a las 16:31
Aqui me pierdo, no te entiendo. ¿Quiénes son NOSOTROS?.
Nosotros, somos los seres humanos, claro está…
¡Pronto se pierde usted, amigo!
Muchisimo más frecuente de que parece. Y menos mal que ha puesto “alguien” sin entrecomillar porque de lo contrario estaría pensando en…. !!Quita, Quita!! que me enervo…
Yo siempre intento buscar esa utópica “verdad” Miguel Angel. A partir de ahora yo estaré al lado de los débiles, de esos que solamente tienen 10 bases contra ese otro “alguien” que tiene 700 bases.
Me alegro que así sea, porque recuerde que: ¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados! Lo que venía a referirme es que la actitud de todas esas personas que apoyan el imperialismo estadounidense, es antinatural. Un ser humano, si no está sujeto a ciertos condicionamientos jamás actuaría así, porque no está en nuestra naturaleza real. ¡Otra cosa es el ego! Pero ni somos el “ego” ni el “ego” es una identidad real. Defender una mentira tan colosal como que Rusia es el enemigo #1 del mundo en estos momentos, o buscar un enemigo falso en Rusia, siendo dos naciones tan determinantes, y suponiendo eso una desestabilización de la geopolítica mundial tan tremenda, no es propio de seres humanos, es más propio de demonios. Y probablemente Estados Unidos sufra una pequeña invasión de ángeles caídos, recuerden que se rebelaron una tercera parte de todos los ángeles. Y que estos rebeldes apoyan a Satanás…
http://elblogdekufisto.blogspot.com.es/2017/07/fariseo.html
Canción ídish en dos versiones muy distintas “Amigos, compradme cigarrillos” (en ruso) https://www.youtube.com/watch?v=aMGddgRRbes&feature=related
Aquí más dramático y en ídish: https://www.youtube.com/watch?v=q-opHpayQow
No sé si en el futuro, Rusia podría ser un enemigo del mundo, o de Occidente. Pero, apuesto mi alma inmortal a que en estos momentos de la Historia no lo es, sino todo lo contrario. Es una gran nación que busca su interés, pero no tiene ansias de enemistarse con ningún país o grupo de países…
Otra cosa sería que Estados Unidos, declarase formalmente que la Federación Rusa, así como China eran competidores a nivel mundial. Y que el país norteamericano tendría intenciones de convencer a otros países de la conveniencia de hacer negocios con ellos, en lugar de con rusos o chinos. Eso lo entiende cualquiera. Dentro de una normas de derecho internacional los países o incluso los “polos” pueden ser, y de hecho son competidores… Pero convertir a competidor, en un criminal con acusaciones falsas, y tratando de demonizar al contrario es de una bajeza y una irresponsabilidad intolerables.
No solamente bajeza, e irresponsabilidad, sino falta de profesionalidad política…
https://www.youtube.com/watch?v=cwy4IV0LMrc
https://www.youtube.com/watch?v=xo-1iAsqmQI
Me gustaría hacer un comentario sobre el último programa de una Hora con la Historia. Aún brillante y lúcido como siempre, tras la risa que provoca dejar que los chiflados expongan sus locuras, queda el amargor de ver cómo han conseguido hacer mella en el espíritu de un pueblo, aún sabiendo el tesón y la furia con la que han arremetido tanto tiempo. Solo en un alma herida penetran hondo venenos tan transparentes. Cabe preguntarse si ha sido solo el cansancio de combatir tanto tiempo a unos zoquetes inextinguibles o si siquiera se ha luchado y por qué. Yo aún tengo esperanza no nuestros hermanos de Cataluña y en nosotros mismos; aunque el espíritu de nuestro pueblo parezca abatido y arrastrándose en el barro, en comparación con las cumbres que un día alcanzamos, siempre hay secretas semillas que florecen en el tiempo propicio. Quizás se necesite un porrazo contra el fondo para salir del pozo. Pero que no nos mate la caída.
No era solo este el comentario que quería hacer, especialmente a D. Pío, del programa. Dar la batalla cultural es nuestra tarea, hagamos poco o mucho. Pero hay que saber que nos enfrentamos a un mundo corrompido casi del todo. ¿Qué oponer al racionalismo, a las ideologías, a la irreligión, a la disolución de las costumbres nacionales, a la pérdida del pasado literario y artístico por unas quimeras horribles, a la desmitificación del mundo?. Esta es la bestia contra la que lucha la cultura; no contra los zoquetes de los partidos políticos ni contra ideillas más o menos banales, sino contra un espíritu. ¿Puede apoyarse la futura regeneración de la cultura española en Ortega, por decir uno, y en las discusiones peregrinas en torno a él?. Se necesita mucho más que un pensador, no desdeñable, pero si arrastrado por los defectos de la época en que vivió y que son los defectos contra los que hay que luchar también, porque el regeneracionismo tiene parte y es síntoma de todo lo que antes he mencionado. Alabanzas la labor de Menéndez Pelayo pero no confía en su intuición.
De veras es tan portentoso el ejército de españoles que defendieron y nutrieron la civilización, que nuestro erudito quiso dar a conocer a todos nuestros compatriotas y al mundo, que sólo es ahí donde están las rocas sobre las que edificar la cultura. Yo protesto a la ignominia de creer que las obras del pasado son sólo documentos y no contienen en su forma y en su decir verdades inmortales para todas las épocas. Lo que escribieron nuestros españoles son enseñanzas para vivos, no para muertos. Y es todo ello lo que brota en torno al cristianismo, porque es la religión lo que conmueve de veras el espíritu de una nación. Quizás cuando los bárbaros vuelvan a arrasarlo todo vean que lo único que subsiste al final y da fruto son las creencias en dioses y en héroes. Lo que escribieron Fray Luis de León y Fray Luis de Granada, Luis Vives y el Brocense, Vitoria y Suárez, Cervantes y Lope, lo que hicieron por la fe de su patria tantos capitanes, eso es lo que vale. La historia no se repite y el genio solo Dios lo da, pero debemos retomar como podamos el testigo, ese testigo, no el que de la retórica y la imaginación se sacaron los liberales y regeneracionistas, y toda la caterva de personajillos de lamentable recuerdo.
Y porque creo que a pesar de todo la labor que usted hace continúa esa senda, intentaré colaborar todos los meses económicamente con el programa, aunque no me sea fácil. Non omnis moriar. ¡Viva España!
Una cosa es inspirarse en los mejores aspectos del pasado y otra pensar que pueda repetirse. El franquismo fue un gran régimen y es preciso reivindicarlo como tal. Pero no va a volver. No obstante su enorme éxito debe movernos a buscar aquellos aspectos que puedan ser provechosos en la actualidad.
Es verdad que el panorama general es desalentador, pero por mi parte sigo la consigna de Nelson en Trafalgar: “Inglaterra (en este caso España) espera que cada uno cumpla su deber”
Nunca hay que perder la fe, don Pío y demás compañeros, porque mientras conservemos la esperanza no habremos sido derrotados del todo…
Por lo de
¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados!
me acordé de que luego es
Mi yugo es suave y mi carga ligera
Parece una paradoja .. pero las dos son verdad .. es como si hubiera dos velocidades .. A los enfermos, lisiados, deformes, pobres, tímidos, solitarios, fracasados y demás no les queda otra que aferrarse a Cristo … alta velocidad … Baja velocidad para el resto ..
Lo que resulta imperioso es cambiar drásticamente la cultura subvencionada y promocionada. El gran fallo del franquismo fue precisamente promocionar el flamenqueo y demás, el folclore sureño. España necesita una cultura un poco menos popular, o filopopular, para tender hacia algo más refinado y sutil. El folcore regionalista es otro caso similar, de rianseiras, Asturias patria querida, Jotas Aragonesas, etc… una burrada aireada en el fondo también por la tendencia “cañí” del anterior régimen.
España necesita una cultura un poco menos popular, o filopopular, para tender hacia algo más refinado y sutil
Este régimen democrático ya está en ello. Ha apostado muy fuerte por eliminar toda cultura española que es rancia, casposa, sin clase, mediocre, clerical y populachera por la más refinada, culta, moderna y civilizada anglosajona. En unas décadas, estos españoletes que tanto critica comino, verán sus sueños cumplidos entre los que está que sus hijos hablen un perfecto inglés y un mediocre español si lo llegan a hablar, que mejor que no, puesto que es una lengua desprestigiada, de segunda fila. Por supuesto, el inglés será la lengua vehicular de nuestra cultura superior como aspira Riverita, y Rajoy y su niña angloparlante. A eso vamos y con personajes como el tal AsierC lo vamos a conseguir.
No obstante, al igual que la “nación alemana” la nación española” es culpable de tantas cosas en la historia de la humanidad que es mejor erradicarla. Como los judíos por los nazis.
¡Qué cosas se leen!
Lo que es Historietas lo definió muy bien el otro día romasov en una sola palabra: antifascista.
Una categoría ideológica, la de antifascista, que a su vez tiene varias derivadas como son la de progre, nihilista, ateo, anticatólico, regeneracionista antiespañol, etc…. es decir, un hombre de esta era, de la new Edge, de la modeLnidad, un hombre que esta en el 5º nivel de la Ilustración, que se cree por encima del bien y del mal por haber superado las morales religiosas del pasado oscuro y retrógrado. Historietas es el hombre de hoy.
Como el otro que ahora viene señalando a la “nación alemana” como culpable de todos los males, como culpaban los nazis a los judíos, “la nación española” es culpable de muchas cosas. “La nación alemana” por las peregrinas argumentaciones del tal AsierC, y la española por su casposa religión. Pero vamos al grano. Si en realidad la “nación alemana” fuera un nación peculiar por su maldad ¿Cómo se podría calificar a la nación británica que desde que existe no ha parado de meterse en conflictos bélicos, perpetrar crímenes y estar confrontada con todo Cristo? ¿Y qué decir de la nación francesa, culpable de las revoluciones más atroces desde la Ilustración? Un detalle define el error de pensar en Alemania como singularmente malvada. Mientras Alemania ha invadido 8 veces Francia, Francia ha invadido Alemania 24. Dato significativo. Si se quiere demostrar algo que yo creo no viene al caso. La culpabilidad en la IGM es repartida casi a partes iguales que tal sea mayor la responsabilidad en el eje, Francia e Inglaterra por intentar por medio de una guerra atroz, eliminar a un justo competidor del mercado mundial. Como se hizo con España, por cierto. La nación que abrió el mercado global con sus descubrimientos, rutas marítimas y civilización cristiana humanista, base crucial e indispensable de lo que vendría después de la mano de Inglterra como es la tan cacareada Revolución Industrial. Pero este es otro tema. O no.
Pero analizando los crímenes nazis, por supuesto que fueron horrendos y sádicos, producto de una ideología racionalista y cientificista. Nadie lo niega. Y por que los aliados hayan cometido crímenes iguales o mayores, no se pueden esconder los crímenes nazis. ¡¡Y al revés!!….pero ¿A qué se deben entonces los crímenes de la nación anglosajona? Porque detrás de ellos no hay una ideología racista (¿o si?) como la nazi. O totalitaria, como la comunista de los soviéticos. ¿Entonces? Pues entonces, la cosa no es tan sencilla. Los crímenes nazis cometidos durante la guerra, en el frente y en los campos de exterminio son indudables, injustificables y totalmente rechazables. Pero los de los aliados, dentro de su medida, igual. Y esto no quiere decir, como infantilmente hace Historietas, que con esta afirmación se pretende decir que hubiéramos preferido ser esclavos de los nazis que hombres libres gracias a los aliados. Yo soy español y allá se maten entre ellos. Nosotros nos libramos gracias a Franco y para pena de algunos iluminados españoletes que les hubiera encantado ver a su país invadido por las tropas useñas, pendencieras, borrachas y de comportamiento un tanto barriobajero. Pero el caso es que podemos y debemos analizar la verdad. Una verdad que ha estado oculta varias décadas por la propaganda anlglosajona, como ha hecho siempre, a su favor. Con palabras y supuestamente persiguiendo valores y cotas espirituales muy altas, como son la libertad, la democracia y la prosperidad. Igual que los comunistas. Es la distorsión o la manipulación del lenguaje. Los aliados tienen en su haber peores crímenes, en algunso aspectos, que los cometidos por los nazis. Sí, los tienen. Como son las dos bombas artómicas contra el Japón lanzadas en nombre de la paz y para evitar, ejem, 1 millón de vidas estadounidenses. Pero antes de lanzar las dos bombas atómicas, ya habían sembrado un terror mayor en Tokyo con sus bombardeos sistemáticos y destructivos sobre Tokyo y otras ciudades japonesas. Y en Alemania lo mismo. ¿Por qué? Pues porque podían hacerlo. Otra cosa es la cuestión moral para hacerlo. La moral aliada es muy peculiar y en algunos casos corresponde a una mentalidad próxima a la de los nazis. La nación estadonnidense se ha formado con la mentalidad de ser superiores a otras razas y por lo tanto predestinadas por la voluntad divina. Así lo creían al expulsar de sus tierras y casi exterminar a las tribus indias americanas, o a los negros. ¿Es que acaso en USA aún hoy no hay conflictos raciales? Por supuesto. No al nivel de los nazis, pero los hay. Alguno dirá: Bueno, los alemanes de haber podido también hubieran lanzado no dos sino 100 bombas atómicas. Puede. Hay muchas posibilidades, pero nunca lo sabremos. Como le pasó a Juan Antonio del Busto al enfrentarse a un colega historiador del Perú. Este le pregunta a del Busto: Bueno, usted sostiene que en caso de que Pizarro hubiera perdido en Cajamarca lo más seguro es que los españoles habrían acabado empalados y torturados por los incas. Del Busto contesta. Así es, por las costumbres de esos pueblos con el enemigo vencido todo hace suponer que así hubiera sucedido. Al que el otro le contesta: Ya, pero no pasó, osea que no podemos acusar de algo que no ocurrió….etc….pues si, así es. El caso es gente como Historietas, acusan a los españoles de ser como los nazis y hasta de perpetrar un genocidio. En su haber hay atrocidades que se cometen en todo choque de civilizaciones, pero no tan horrendos como el cometido por otras naciones y observando el resultado, nadie objetivo podría decir que la nación española es genocida. Y sin embargo mucho insinúan que hubiera sido mejor que los españoles no hubieran conquistado América sino los británicos y otras naciones. O incluso que hubieran seguido tal cual esas naciones como los incas o aztecas tan avanzados, puros y nobles.
El hecho es que USA lanzó dos bombas atómicas. Los nazis no. Los aliados cometieron bombardeos criminales sobre la población alemana y una vez acabada la guerra la sometió a vejaciones, violaciones, trabajos forzados y hasta a la hambruna. ¿Esto exculpa los crímenes nazis? No. Pero tampoco los crímenes nazis justifican los aliados aunque estos sean a otro nivel.
El exponer los hechos que se han ocultado durante tanto tiempo es sólo denunciar no la victoria sobre el nazismo, sino la hipocresía y el cinismo aliado, escondido en una propaganda tergiversadora, falaz y manipuladora. Nada más.
El nihilismo versus el folklore sureño…
https://www.youtube.com/watch?v=Yv8yR12jWgs
Sin lugar a dudas, debemos despreciar nuestros casposos, orteras, antiguos y ñoños folklores culturales..en definitiva….El folclore regionalista y otros casos similares, de rianseiras, Asturias patria querida, Jotas Aragonesas, etc… una burrada aireada en el fondo también por la tendencia “cañí” del anterior régimen. Sin duda.…….Todo un esperpento que debe sustituirse por esta otra cultura anglosajona mucho más refinada, moderna y atractiva. Donde va a parar nuestra Asturias Patria Querida, canción estúpida donde las haya, ante este excelso country useño al nivel de las grandes obras de la cultura de la Humanidad.
https://www.youtube.com/watch?v=Q4oxGN5c8CE
AsierC delira. Precisamente bajo el franquismo existía una cultura popular notable, incluido el flamenco y la canción española, que no sólo sureña, como escriben algunos con ignorancia malintencionada. España ha tenido una tradición musical folclórica extraordinaria, en todas sus regiones y a través de lo siglos, y una música culta sobresaliente en muchos momentos, en la Edad Media, Renacimiento y primer Barroco, sin olvidar el impresionismo musical español, Turina, Albéniz, Falla y tantos otros. Desde luego, la canción española y el flamenco no tienen por qué gustar a todos, como sólo gusta a una minoría cada vez más minoritaria las óperas de Mozart o Massenet, verbigracia. Estéticamente, el franquismo le pega 20 vueltas a esto de ahora; esto de ahora es puterío ambiente, espanglish, lameculismo pro anglo desorejado, colorines, izquierdismo cutre, derecha de moqueta, de jaguar y de ir mucho a Londres y unos racistas en Cataluña y Vascongadas que son todos verdaderos deshechos humanos. Y unos liberales que no han cambiado desde el XIX. La gran cultura española está ahí, para el que quiera inspirarse en ella. Pero nos hemos convertido en un país suicida, que aspira a la aniquilación. Las subvenciones, en principio, no están mal, depende de lo que se subvencione. Se puede subvencionar alta cultura española, o se pueden subvencionar películas mierdas anti españolas como las de Fernando Rodríguez Trueba. La tontería de AsierC sobre el flamenco la podría haber dicho cualquier sociata, pepero corrupto o racista separatista. Algunos no salen del complejo. El flamenco, por cierto, es de las pocas músicas españolas que resisten, se escuchan y tienen audiencia global. La gran cultura española es la que va desde la aparición del Tirante y la Celestina hasta Calderón, en literatura, arte y pensamiento. Y antes y después han habido hombres y momentos de gran valor cultural, desde San Isidoro o Alfonso X el Sabio hasta Goya, Picasso o Menéndez Pelayo. Seguro que ahora hay grandes hombres que podrían decir y hacer grandes cosas, pero los muy gilipollas piensan que lo tienen que decir y hacer en inglés, con lo que todo queda en nada.
En mi ciudad, Oviedo, mantienen ciertas tradiciones para humillarnos ante los turistas. En verano suelen ocupar las calles de la ciudad unas bandas de gaiteros vestidos de forma ortera, antigua y haciendo un ruido horrible que ahuyenta a los turistas mucho más refinados y poco acostumbrados a estos folclores “cañís” del régimen anterior pasados de moda. Vean, vean. Este esperpento cultural nada tiene que ver con los refinaminamientos de otras culturas. Así está España:
https://www.youtube.com/watch?v=crZnqpkRTMc
y hasta hacen concursos, con público y todo:
https://www.youtube.com/watch?v=Xud0ewHACaw
Hasta que no enterremos al franquismo del todo, España no entrará en la modeLnidad.
AsierC delira
comino no identifica bien lo que hay detrás de ese “delirio”.
El tal AsierC padece la misma enfermedad que se detecta en mucho jóvenes y jóvenas del postfranquismo. Suele notarse por el desprecio a los símbolos y culturas españoles con expresiones como las que ha empelado el tal AsierC que intentan explicar porqué hay un desprecio a lo “español”, que se supone que es porque el franquismo lo explotó de manera desorbitada, con mal gusto, de forma soez, impostada en muchos casos, y que ha producido el asco y rechazo a todo lo español en las generaciones que vinieron después, curadas de tanto retraso.
Es como aquel mozalbete que escribió un libro sobre el “aspecto rural español” en la actualidad y que venís a decir cosas como esto que digo más arriba.
Precisamente en lo que ha destacado España sobre todas las naciones ha sido en su cultura, en su expresión artística, literaria, arquitectónica, musical, etc…antes que en Ciencia, en matemáticas y en otras artes más analíticas. Y precisamente esto también se lo quieren cargar. Serán delirios, pero hay algo más detrás de toda esa estupidez.
El caso es gente como Historietas, acusan a los españoles de ser como los nazis y hasta de perpetrar un genocidio. En su haber hay atrocidades que se cometen en todo choque de civilizaciones, pero no tan horrendos como el cometido por otras naciones y observando el resultado, nadie objetivo podría decir que la nación española es genocida. Y sin embargo mucho insinúan que hubiera sido mejor que los españoles no hubieran conquistado América sino los británicos y otras naciones. O incluso que hubieran seguido tal cual esas naciones como los incas o aztecas tan avanzados, puros y nobles.
A ver, ya se que por las tierras del Periodico del Orinoco no se estila mucho decir la verdad, pero citame una sola frase mia- una sola- donde se afirme nada parecido a lo que ud dice y me marcho del blog hoy mismo. Una sola, repito, y me voy.
Tu discursito penoso habitual, que vale lo mismo para hablar de Lutero, de la Hambruna Irlandesa, o de las bombas atomicas, con no se que rollos de conquistadores nazis e indios supoerbuenos y puros, no lo gastes conmigo camarada.
no se carajo cuentas de antifascismo. En todo caso, yo soy igual de antifascista que anticomunista y anti imperialista y antiveganismo y pro tortilla de patata si hace falta. Como decia un profesor mio “si se es anti de algo, hay que ser anti todo, y cuando se es anti todo, se es anti nada, como yo”.
En todo caso, yo soy igual de antifascista que anticomunista y anti imperialista y antiveganismo y pro tortilla de patata si hace falta. Como decia un profesor mio “si se es anti de algo, hay que ser anti todo, y cuando se es anti todo, se es anti nada, como yo”.
¡¡Qué lloriqueas si precisamente tú mismo me das la razón!!!
La impresión que das a los demás es lo que hay. Osea que tu verás.
Además, tu comprensión lectora es pésima, por no decir nula. He dicho de forma literal “gente como Historietas” es decir, gente como tú, de tu naturaleza. No tú en concreto, aunque también estarías en esa lista. Y si, he mezclado de todo un poco porque a la limón te contestaba a ti y a AsierC. Y lo que he dicho, dicho está.
Los antitodo y los antinada tipo Historietas en realidad son un fraude. Sólo creen en ellos mismos. Son los bonobos ecuánimes.
Moa cita a !Nelson! como ejemplo.
Ángela María, vivir para ver…
Tanto insultar e intentar descalificar con lo de llanitos, anglómanos y antiespañoles y ahora se demuestra que del odio al amor hay un paso.
Los aliados tienen en su haber peores crímenes, en algunso aspectos, que los cometidos por los nazis. Sí, los tienen. Como son las dos bombas artómicas contra el Japón lanzadas en nombre de la paz y para evitar, ejem, 1 millón de vidas estadounidenses. Pero antes de lanzar las dos bombas atómicas, ya habían sembrado un terror mayor en Tokyo con sus bombardeos sistemáticos y destructivos sobre Tokyo y otras ciudades japonesas. Y en Alemania lo mismo. ¿Por qué? Pues porque podían hacerlo. Otra cosa es la cuestión moral para hacerlo. La moral aliada es muy peculiar y en algunos casos corresponde a una mentalidad próxima a la de los nazis. La nación estadonnidense se ha formado con la mentalidad de ser superiores a otras razas y por lo tanto predestinadas por la voluntad divina. Así lo creían al expulsar de sus tierras y casi exterminar a las tribus indias americanas, o a los negros. ¿Es que acaso en USA aún hoy no hay conflictos raciales? Por supuesto. No al nivel de los nazis, pero los hay. Alguno dirá: Bueno, los alemanes de haber podido también hubieran lanzado no dos sino 100 bombas atómicas. Puede. Hay muchas posibilidades, pero nunca lo sabremos.
Los aliados tiene en su haber crimenes similares a los nazis? Si sumamos a los sovieticos y a tito Stalin, desde luego: a dia de hoy nadie lo niega. Bueno, alguien tednrá que haber que lo haga, pero nadie serio quiero decir. Hay algun crimen horrendo en la SGM creado por los aliados. Puede ser. El bombardeo atomico, o los bombardeos sobre ciudades al final de la guerra. Yo mismo, hice en tiempo universitarios, para una revista, un articulo sobre las bombas atomicas donde las calificaba de un crimen atroz. Pero esos hechos no son los habituales, y desde luego, no se pueden comparar a una campaña sistematica de exterminio industrializada. Efectivamente los nazis no tiraron bombas atomicas, tampcoo los EEUU gasearon, mmataron de hambre y ejecutaron a entre seis y siete millones de judios, a un millon de polacos, a otros tantos bielorrusos, lituanos, ucranianos y a tres millones y medio de prisioneros de guerra sovieticos. Y desde luego, en el tema de las violaciones, son los reyes indiscutibles también., Y eso olvidandonos de robos, saqueos, amenazas, torturas, palizas, experimentos medicos, vivsecciones, etc…
Nada de eso hicieron los americanos. Y no se puede poner e en ltro fiel de la balnza cientos de violaciones para “compensar” o ese supuesto millon de alemanes muertos de los que no hay prueba alguna, por el momento. Vamos, que los alemanes se quejen de violaciones siematicas… seria de chiste si no estuvieramos hablando de mujeres destrozadas fisica y mentalmente. Es terrible que hubiese mujeres alemanas violadas. pero mucho mas terrible es lo otro. Y de todas formas, el ultimo responsable de que hubiese mujeres alemanas violadas y rusos en Berlin tiene un nombre muy corto: Adolf Hitler. El empezo con Alemania una guerra a todo o nada. Si quiere un responsable, ya sabe.
En cuanto a los bombardeos ya esta todo dicho con la frase de Ciano, el pueblo que invento la palabra coventrizar una ciudad se queja de los bombardeos. Hitler, el creador de la campaña Castigo para Belgrado se queja de los bombardeos. Y como decia Snyder, en Varsovia murieron en los bomardeos mas o menos los mismo alemanes que en Dresde, o en el levantamiento de Varsovia cayeron mas victimas que en las bombas atomicas.
p.d Un dato que me fije ayer. Se dice que “diez personas morian al dia en las estaciones” Eso son 3650 personas muertas al cabo de un año, suponiendo que muriesen todos los dias del año, a ese mismo ritmo, sin descansar. Un crimen? Sin duda, uno terrible. Pero en cualquiera matanza de Polonia o Rusia nazi eso es una pequeñez. Muchos trenes alemanes no iban a ningun siio, o esperaban deliberadamente a que pasasen varios dias al aire (a veces en vagones abiertos, de transporte de material) libre para que el frio y el hambre “los vaciase”, sencillamente. Los niños morian poisoteadas, eran arrojadas por las ventanas para que se trataran de salvar, los prisioneros terminan atacandose y devorando a los cadaveres, o tenian que lamer el rocio de las ventanas para calmar la sed y vivian rodeados de sus excrementos . ¿Diez muertos al dia, dice? Eso hubiese un fiasco para los jerarcas nazis.
La impresión que das a los demás es lo que hay. Osea que tu verás.
Solo una persona patetica puede creerse eso. Si creees eso das lastima. Y si eres cristiano o te defines como tal y crees eso, aún das más lastima todavia. Que triste seria tener una vida asi.
Lo cortés no quita lo valiente. El propio Moa ha dicho en alguna ocasión que la cultura, en conjunto, más brillante de Europa ha sido la inglesa. Una cosa es admirar, y otra el lameculismo y espíritu traidor de los anglómanos. De Nelson y Shakespeare se pueden aprender cosas. De los jaques, nada bueno, sólo a reptar.
Nelson no hubiera permitido una colonia española en la costa sur de Inglaterra. Jaque aplaude la presencia de la colonia inglesa de Gibraltar, y se va allí a jugar al ajedrez. Esa es la diferencia entre los nelsons patrióticos y los jaques traidorzuelos; por eso Nelson fue un grande y los jaques son basurilla; por eso Moa puede admirar a Nelson, pero no a la legión de jaques que asola España.
A mi no me parece tan herrado lo que dice el señor Asier. La cultura popular española del franquismo no es desdeñable, e indiscutiblemente las formas populares eran mil veces más sanas y dignas que las de ahora. Pero eso no quita que quizás sea un error poner todos los huevos en la misma cesta, y creo que debió intentarse fomentar más otros aspectos además del folclore. Hay quien pensaría con razón, seguramente, que la política tampoco puede crear de la nada una cultura en ese sentido, que lo popular aflora naturalmente del espíritu de un tiempo y no se puede “forzar” que la nación deje de crear unas formas para crear otras. Lo que puede hacer la política y ha hecho es fomentar las peores pasiones y las costumbres más chabacanas, como se ve. Pero a la inversa es dudoso.
Mal no se haría si un gobierno mandase rescatar del olvido y difundir las obras de nuestros antepasados, como quien le da agua al campo esperando que algo crezca…
Errado*
Si, desde luego Europa lo pasó muy mal pero algunos creen que España lo pasó peor con tito Franco. Los discursos histéricos de Historietas no tienden nada más que al vacío. El caso aquí es que se acusa a los alemanes de ser terribles por seguir una ideología racionalista y materialista que les llevó a cometer terribles asesinatos y críemenes. Pero a otro nivel, en algunos aspectos superior, los aliados, otras naciones que no la alemana, siguieron racionamientos parecidos que camuflados con palabras bonitas y lenguaje distorsionado cometieron en nombre de otra cosa, crímenes horrendos también. El caso aquí no es si los alemanes se lo merecían o no, que también podemos argumentar sobre ello, sino que se vendió una postura, una forma de actuar cuando la real era otra muy diferente. Y en segundo lugar, cuando todo esto pasaba, en España se vivía con penurias pero, benditas penurias comparadas con las que padecía el resto de Europa. Es pertinente sacarlo a la luz por varias razónes, por la verdad y porque siempre se ha acusado a España de lo mismo, cuando nuestros “crímenes” no llegan ni a la mitad de los cometidos por otras naciones. Se nos pone a otras naciones como ejemplo a seguir, como modelo a imitar comparándonos a peor con ellas. Ya se ve. El mismo Jaquetonio hace un ejercicio de cinismo de ese calibre, dentro de su estúpida ridiculez de lacayo.
Esto es lo que no entiende el bonobo ecuánime que sigue con sus alaridos habituales pronunciando discursitos cursis por lo infantil pero carentes de una lógica intelectual acuciante.
Repito, comparto lo que ha dicho Luis Gorrochategui, que los españoles jamás se comportaron ni cometieron acciones tan innobles como si las han cometido los ingleses. Y con los ingleses, otras naciones.
Que triste seria tener una vida así.
Ni que lo digas. Una vida como la tuya no la quiero ni para mi peor enemigo. Patético, si. Esa es la impresión que das.
Durante el franquismo no sólo se pusieron todos los huevos en una misma cesta sino en varios. Se fomentó varias artes y no sólo las artísticas. Nuestro nivel educativo era superior en todas las ramas, sobre todo en las técnicas. Se comenzó con una incipiente formación científica e investigadora, etc….no entiendo la critica salvo para despreciar nuestra cultura, sin mucho sesera y fomentar otras que nos son foráneas.
Propiamente no existe una cultura franquista en el sentido en que existió una cultura soviética, por ejemplo; la misma Falange fue muy aperturista y nada sectaria al respecto, fomentando la recuperación de los intelectuales exiliados y otros. Hubo discusiones de bastante enjundia intelectual sobre Ortega, Unamuno y demás, que algunos creían conveniente excluir, en que las dos partes (grosso modo falangista y jesuitas) pudieron expresarse libremente y a veces con acritud. De hecho, como dice Julián Marías, no dice, sino que demuestra, la vida cultural fue muy variada y muy viva, nada parecido a un páramo.
El folklore español también se facilitó o recuperó en todas sus manifestaciones regionales, particularmente por la Sección Femenina. Que predominase el flamenco era algo que venía de bastante atrás, y por el flamenco se identificaba fuera del país la cultura popular española, como se identificaba a Argentina con el tango, por ejemplo, o a Usa con el jazz. Fue también una gran época de la canción popular en España, con la copla, Antonio Machín y demás. Y creo que la composición musical española más interpretada fuera de España es el Concierto de Aranjuez, del muy franquista Rodrigo, creo que de 1939 a poco de terminar la guerra. También el libro “Camino” de Escrivá de Balaguer es en su estilo la obra española más influyente en el mundo, y es de 1939 o 1940. Cela es posiblemente el mejor novelista español del siglo XX, exceptuando si acaso a Pío Baroja. Y así podríamos seguir.
No hay que olvidar el CSIC, que según Severo Ochoa mejoraba considerablemente el precedente de la ILE.
Durante el franquismo se creó el CSIC, tampoco hay que olvidarle.
Vaya…
No tiene nada de malo, al revés, conservar y proteger el folclore nacional tradicional. Los bailes regionales, las indumentarias o las fiestas que surgieron hace siglos. Todo el mundo lo hace y entre ellos los ingleses puede que sean los más “cañi” de todos.
Bueno, los useños exterminaron a la población india de USA, y redujeron los pocos que quedaban a reservas donde malviven hasta hoy corrompidos y podridos por los peores hábitos del capitalismo useño, los casinos, alcoholismo, suicidios, violencia, desarraigo, etc… Y el genocidio useño en Filipinas no está nada mal, aparte de que se cargaron a conciencia el legado español, desde nuestra lengua hasta la Manila histórica y artística. Ya van dos genocidios. Y su bombas atómicas, no sólo en Japón, sino en el Pacífico, donde usaron a nativos como conejillos de indias, a los que hicieron volver a casa antes de tiempo, para comprobar en sus carnes de razas inferiores los efectos de la radioactividad. Ah, y sus agresiones en Hispanoamérica o el mundo árabe, que ha vuelto del revés y provocado migraciones y muertes masivas. Y su agresión a España en el 1898, gracias a la cual tenemos hoy la raza superior catalana de Junqueras y Tardás. Y su brillante cultura, que aquí desgraciadamente se convierte en espanglish e imitación simiesca.
Además, tu comprensión lectora es pésima, por no decir nula. He dicho de forma literal “gente como Historietas” es decir, gente como tú, de tu naturaleza.
O sea, gente como yo, pero no yo.
No es mal comienzo. Que se acuse a una persona de algo que se sabe falso. Cristianismo en acción, amor a la verdad y todo eso.
Lo de la gente de la misma naturaleza me extasia. ¿A que se referira? ¿ A los mamiferos? ¿A los cordados? ¿Homo Sapiens? ¿Del mismo grupo sanquineo? ¿Serán también primates?
En cuanto a mi comentario sobre el asunto de la promoción del folclore y la cultura vulgar en el anterior Régimen, lo decía en un tono crítico si, pero precisamente considerando que el Régimen del general Franco fue destacado y bueno en general, y que caben apreciar algunas taras, y a mi parecer, la de la cultura es una de ellas. En ese sentido, el mismo sentido folclorizante existe a mi juicio en el régimen actual, solo hay que ver a Penelope Cruz en la peli de volver, etc.. Se siguen explotando los mismos clichés.
Yo en definitiva iba un poco a lo que comenta Gabriel, a que se debería forzar desde las instituciones a un refinamiento mayor, a una cultura un tanto mas “elevada”, si se me permite la expresión, aunque pueda parecer que se ahoga la pulsión “natural” de los pueblos. Conviene en España forzar un poco la máquina desde arriba, y es que creo que existe talento de sobra para realizar obras cultas sin plagios del exterior, de hecho el barroco, ejemplo de refinamiento y complejidad, es la época en la que el arte de nuestra nación más sobresalió.
Se trata un poco de desligar la cultura propiamente española a lo vulgar, al Volk, como lo estaba desde luego en nuestra época álgida. Marías creo que establecía esta vulgarización o chabacanización de nuestra cultura en el siglo XVIII, ahí comenzó a identificarse más con el asunto de los majos y el sur de España. En fin, no se que piensan al respecto…
En el franquismo nos quejábamos mucho de la pobreza cultural… Todavía no habíamos conocido lo de ahora, claro. Se decía que muchos autores tenían que guardar obras maestras en un cajón, debido a la censura. Luego no salió ninguna obra maestra.
Lo que dijo Marías y también la historiadora Carmen Iglesias es que en el siglo XVIII España destacaba sobre las otras naciones porque tanto las élites como el populacho compartían las mismas aficiones, formas de expresarse, costumbres y hasta vestimenta, no como en otros países de Europa donde se evidenciaba una linea de separación entre las clases sociales. Así, Carmen Iglesias indicaba la afición por los toros, sin distinción de clases, por el folclore, las canciones populares, etc….Una cosa no quita la otra. Se puede tener un rico y variado folclore cultural y popular con un alto nivel cultural en otros aspectos. Salvo en las ultimas épocas, España lo ha demostrado, creo yo.
Lástima que mi chapa sobre la nación alemana como causa de la primera guerra mundial no haya suscitado comentarios. En realidad no justifico con esto a los anglosajones, nada más lejos de mi intención. Creo en definitiva que forman parte de la misma Europa protestante que es depredadora por naturaleza, llena de un cinismo e hipocresía insoportables, Holanda es otro buen ejemplo histórico de esto.
Con todo, cabe aseverar sin miramientos que el ejemplo mas perverso y malvado de este ramal de la Europa norteña protestante es la Alemania nazi, que hunde sus raízes muy muy atrás, en realidad en el mismo Lutero. Los ingleses no son tan malos, si se me permite esta simplificación; como ejemplo está su forma de protestantismo canónico, que es un protestantismo a medias, o sea, un error a medias. Han sido unos cínicos piratas siempre, racistas también, pero nunca han llegado al grado de fanatismo y extremismo supremacista de los alemanes, hay que decirlo así de claro…
Lástima que mi chapa sobre la nación alemana como causa de la primera guerra mundial no haya suscitado comentarios.
Repase los comentarios de hace dos años o menos del blog sobre este tema y comprobará que hubo un extenso debate donde se exponían las “culpabiliadades de todos” y no sólo de la nación alemana. Sus teorías creo yo, se han superado además de ser muy parciales.
Yo en parte también veo como Asier algo peculiar en la nación alemana que la ha llevado a padecer tantos trastornos. Empezando por no haber sido romanizada tanto como otros países. No me refiero a culpas de guerras y crímenes ni nada por el estilo, sino a la cultura alemana en general. Se poco, pero creo que Asier no se refería a lo que ustedes han entendido.
La cultura popular no es sinónimo de chabacanería; no tiene por qué ser vulgar. La chabacanería en España llega a borbotones con los sociatas, el porro, las drogas, la telebasura…y la derecha asume esa chabacanería, como cuando Ansón defiende la validez cultural del cine de Almodóvar. La cultura popular no se contrapone a la alta cultura. Las músicas folclóricas españolas, por ejemplo, han influenciado y dado gran aliento a la música culta española, y han ejercido una notable influencia en otras músicas europeas. También se ha dicho que nuestros clásicos, como Lope, eran espíritus populares, contrapuestos al aristocrático de Shakespeare. Los majos eran tipos populares, madrileños. Es cierto que en muchos autores, como Baroja o Unamuno, existía un rechazo por la imagen del sur, por la del señorito de la juerga y el cachondeo, pero las confusiones de estos autores se deben a que participaron del espíritu regeneracionista, y concentraron su rechazo a los males de España en la imagen poco seria que tenían del sur. En el XVIII, España se vulgariza porque se afrancesa, y produce una cultura de imitación, con excepciones como Goya. La solución para una cultura de calidad y un renacimiento cultural, pasa por la enseñanza y la universidad, y por tener como inspiración a nuestros grandes héroes y logros culturales del pasado.
En la estación de Córdoba pusieron hace unos años una escultura que consistía en cacharros y electrodomésticos viejos, rociados o chorreados por un líquido pegajoso con la consistencia de la plastilina, y un artista (es un decir) español que tituló su basura “Plenty”: el mensaje del chapucero español con alma de perro faldero gibraltareño.
Enfin, la cultura alemana es la misma que la inglesa. Véanse para un conocimiento elemental los libros “Literaturas germánicas medievales” de Jorge L. Borges y “Los dioses de los germanos” de Georges Dumezil para comprobar lo evidente.
Respecto a que los alemanes han hecho mas barrabasadas que los ingleses en la Historia es falso de toda falsedad. Hanna Arendt ya demostró que las dos raíces del totalitarismo son el antisemitismo y el imperialismo y de ambos los ingleses han aportado tanto ó más que los alemanes. Recuérdese que el precursor ideológico del nazismo fue un inglés Houston Stewart Chamberlain.
https://es.wikipedia.org/wiki/Houston_Stewart_Chamberlain
no se pueden comparar a una campaña sistematica de exterminio industrializada.
¿como la de los campos de exterminio aliados? Porque al final si los campos de concentración de unos son de exterminio industrializado los de los otros vemos que también……. Como se ve tampoco es necesaria ninguna industrialización para exterminar a mas o menos un millón de presos alemanes………
no existieron campos de exterminio, si se quiere exterminar basta con dejar morir de hambre y enfermedades a los prisioneros, los que cometieron semejantes crímenes son eso , criminales. Lo que hoy toca es separar el trigo de la paja, la verdad de la propaganda, en este sentido todo lo malo se lo llevaron los perdedores pero todos sabemos que eso no es exactamente así. Es más ha sido tal el abuso y exageracion que casi todos los crímenes alemanes están sujetos a revisión, para que concuerden con la realidad.
Por otro lado lo que si fue sistemático y una industria realmente del exterminio fue el sistema del bombardeo estratégico por áreas o sectores, diseñado para arrasar ciudades indefensas….. mas de 200 (Y me quedo corto) fueron arrasadas así industrial y sistemáticamente por parte de los aliados…….
log del 5 de enero de 2011, en LD:
Blog, Lead: Acaban de mencionar en la Primera de Televisión española los nombres, ilustrados con algunas imágenes, de las series programadas para el año 2011; entre ellas (y hay varias localizadas en los años 30, Guerra Civil incluida) una que se llama “14 de Abril: la República”. Estoy seguro que cosas como las que nos cuenta hoy Moa de la Guerra Civil ni se mencionarán (o se mencionarán pero invirtiendo la atribución de las atrocidades). Preparémonos para otras sesiones de “qué buena, bella, equilibrada y democrática era aquella República” y “qué malos, perversos, violentos y sádicos, los representantes de las clases privilegiadas que se negaban con gran violencia a ceder ni un ápice de sus insultantes privilegios”. Espero que medios como Libertad Digital, Intereconomía y otros hagan, a su vez, horas extras para redescubrir a los españoles lo que fue aquel régimen sectario hasta la náusea.
En el último decenio ha retrocedido mucho aquella charlatanería que pasaba por historia sobre la república, la guerra y el franquismo, y hoy pocos ensalzan a Azaña y a la república con la desvergüenza de hace unos años. Pero la izquierda es muy consciente de dos cosas: de que sigue poseyendo los principales medios de comunicación y de que la derecha (los señoritos y señoritas escupidores sobre la tumba de sus padres) está dispuesta a dejarles el campo libre y a “mirar al futuro”, como dicen sus líderes. La izquierda y los separatistas son muy consciente de la importancia del pasado –de su versión del pasado– para configurar el presente y el futuro que les interesa. Por tanto, a la vista de sus retrocesos, volverán a la carga con renovado empuje. Es de esperar, como dice Lead, que LD, Intereconomía y otros cumplan con su deber. Pero cada cual debe preocuparse menos de lo que deben hacer los demás, que de lo que puede hacer él mismo. Pues, si cada uno examina el asunto, verá que sus posibilidades son más grandes de lo que piensa y sin necesidad de un esfuerzo desmesurado.
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Los grandes creadores, pensadores, artistas, científicos, inventores, estuvieron solos contra los hombres de su época. Cada nueva idea fue rechazada, cada nuevo invento fue denunciado, pero los hombres con visión de futuro siguieron adelante. Lucharon, sufrieron y pagaron, pero vencieron.
Aunque, en general, estoy bastante de acuerdo con Lead, esta frase que cita no entra, desde luego, en las grandes creaciones del pensamiento. Me parece, en realidad, una estupidez. Ha habido “grandes creadores” enfrentados endistintos grados a su medio, y otros a quienes les ha ido muy bien en él. Como pasa siempre. Si juzgamos por sus efectos históricos, Marx fue un gran creador, y Lenin otro. Y se enfrentaron a la sociedad, sufrieron, etc., y vencieron, al menos pasajeramente (pero todas las victorias humanas son pasajeras). No sabemos de grandes enfrentamientos con la sociedad a causa de sus ideas, por parte de Cervantes, de Newton, de Bach, de Colón, de Einstein, de Pasteur, de Aristóteles, etc., etc. Normalmente, los innovadores han encontrado gente que les apoyaba y gente que les rechazaba, algo que ocurre con todo el mundo, por lo demás.
Oponer así al individuo y la colectividad, lleva al pensamiento histérico tipo Ayn Rand. El individuo no se concibe al margen de la colectividad, y esta no es más que la suma o más bien combinación de sus individuos. Sin embargo la sociedad humana no se parece a una colmena, y existe por tanto una tensión entre cada individuo y la sociedad en conjunto. Si esa tensión se extrema por el lado del individuo, la sociedad se descompone; si se extrema por el lado contrario, el individuo queda aplastado. Las evoluciones sociales pueden describirse –al menos en parte– por esas tensiones. Probablemente el liberalismo, (basado en la idea, de raíz cristiana, de que la persona tiene ciertos derechos por encima del poder político o colectivo), es la solución más exitosa hasta la fecha, pues mantiene suficiente cohesión social con un grado de libertad individual mayor que otros sistemas. Se ha solido acusar al liberalismo de propiciar la disgregación social y, por compensación, los bandazos totalitarios; pero las sociedades que más se han atenido a los principios liberales son, hasta la fecha, las que más han prosperado cultural y económicamente.
Por otra parte es muy lógica la resistencia de la colectividad a las innovaciones. Cierto que todas las ideas, invenciones y obras de arte o pensamiento tienen padre, es decir, las ha creado algún individuo. Pero la mayoría de las ideas de los individuos son malas, mediocres o disparatadas. No solo existe una multitud de idiotas con ideas, sino también de inteligentes con ideas idiotas. Si se aceptara todo lo que se le ocurre a cualquier individuo, la sociedad se desmoronaría. Es precisa una depuración de iniciativas, y aun así, a veces las sociedades adoptan ideas absurdas. Ahora mismo triunfan en España las necedades de Zapo y su banda, que no dejan de ser individuos.
Tampoco es cierta esa oposición imaginada por Ayn Rand entre la sociedad y la iniciativa individual. Por mencionar la Revolución Industrial, ejemplo que emplea Lead de preferencia, las invenciones que la hicieron posible fueron aceptadas rápidamente, con poca oposición y amplia recompensa para sus promotores, y a pesar de su elevado coste: contaminación de ciudades y zonas rurales, o masas de trabajadores empleados en pésimas condiciones (el argumento de que antes, en el campo, estaban peor, solo vale a medias: previamente esos trabajadores habían sido expulsados por la fuerza de las zonas agrícolas donde subsistían, quedándose sin otro recurso que aceptar el trabajo fabril de cualquier modo).
Otro aspecto que parece olvidar Lead es que una idea individual solo puede tener éxito en condiciones creadas previamente por la colectividad, es decir, por la combinación de sus individuos. De otro modo, la iniciativa se pierde, y seguramente se habrán perdido así muchas. Y otro punto clave es el de las élites: dentro de la sociedad se forman espontáneamente una multitud de élites: políticas, económicas, científicas, artísticas, informativas, etc., que casi siempre tienen algo o mucho de oligarquías. Estas sirven de cauce a unas ideas y tendencias, y de freno a otras.
En fin, el colectivismo nunca lo es del todo, ni el individualismo se da sin fuertes límites. El marxismo, ideología colectivista, se fundamenta en una aspiración a dotar a los individuos de una vida más plena, libre, variada y productiva. Claro que cuando se trata de qué entendemos por plenitud, libertad, etc., ya empiezan los problemas.
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****Datos significativos: en 1968 existían en España 11.176 presos. Era una de las tasas de reclusos más bajas del mundo y, desde luego, de Europa. Había unos pocos centenares de presos políticos (de ideología totalitaria en su gran mayoría) difíciles de cuantificar, pero seguramente menos de medio millar.
En 2010, el número de reclusos alcanzaba los 77.000, la tasa más elevada de la UE. El número de presos políticos era en 2008 de 614 (presos de la ETA, reconocidos implícitamente como políticos por los gobiernos de “la salida política).
Otro dato curioso es el aumento de la delincuencia femenina: de apenas superar el 5% de los presos en 1968, se acerca al 10% en estos últimos años.
Estos extraordinarios incrementos en la población reclusa ocurren, además, bajo una legislación que, en opinión bastante difundida, tiende a proteger más al delincuente que a la víctima
Hoy hace trece años que conocí a Elena, y simplemente me apetece escuchar este tema satánico…
Stiff Upper Lip/Labio superior rígido
“Stiff upper lip tiene varios matices. Por un lado es una persona que reprime sus emociones. Por otro es una referencia a la posición de la boca cuando se habla ‘Received Pronunciation/RP’, el acento que tuvo (y en algunos sigue teniendo) más prestigio del inglés británico. La RP es todavía asociado con las caras escuelas privadas tipo Harrow o Eton. Si miras a la reina cuando habla, casi no abre la boca, apenas mueve el labio superior por tener un ¡stiff upper lip!“. (ACDC)
https://www.youtube.com/watch?v=S2Z8WIlaPH4
¡¡Joer que asociaciones !!. Espero que las lea su consorte.
Perdon, “que NO las lea” porque no creo que le gusten.
Pues se lo acabo de enviar. No hay una asociación demasiado directa. A los dos nos gusta la música “fuerte”. No es que ella sea ¡stiff upper lip!, ni mucho menos. El defecto que tiene Elena, si es que tiene alguno es que tiene un genio del demonio. Y que es algo egocéntrica, y le cuesta tener en cuenta la opinión de todos. No sería una buena jefa… Sin embargo es una persona muy leal y muy noble. ¡Y yo la amo cada día más!
Por otro lado no consigo salir de un circulo vicioso respecto a nuestra Marianne Elise Kurchner todas las paginas dan la misma noticia, con los mismos datos y las mismas fuentes, fuentes que se resumen en una, un tal Rudolph Herzog en su obra «Heil Hitler, el cerdo está muerto» del año 2015 . es de suponer que en dicha obra estarán las fuentes y los detalles, digo yo, pero deben tratarse de algo poco menos que secreto pues nadie concreta.
Yo lo decía por la asociación entre conocer y música satanica jeje. Enfin ustedes sabrán…
Pues será porque tiene un carácter del demonio. Yo se lo dije una vez a mi suegro, y decía que era porque era cosaca… Pero el señor Viktor no conocía a las españoles que no les tienen nada que envidiar…
Las “españolas” perdón…
Por otro lado el “rock” siempre se ha dicho que es música satánica. Y tanto músicos como incondicionales presumen de ello, no es que rechacen la idea. Y el hecho de que a mí me guste no va a cambiar eso…
Buen tema de AC/DC. Algunos tiempos pasados si que eran mejores…
A mi mas que satánico, el rock me parece alienante y atontador.
Mucho ruido y mucho griterío, como si estuvieran enormemente cabreados los cantantes.
Y los interpretes ya ni lo digo. ese que aparece en el enlace pegando gritos subido en el techo de un coche, bueno….
Efectivamente, cada nación tiene sus puntos característicos. Los españoles, según Sanchez Albornoz tiene unos, pero a Moa nunca le ha gustado hacer esa clase de distinciones. Sin embargo, los hay, creo yo. El carácter del español es poco amable con las jerarquías salvo que estás se ejerzan de forma contundente pero honesta y humana. Nuestra peculiar Edad Media y el carácter individual y sacrificio humano de la sociedad que realiza la Reconquista, marca nuestro forma de ser. Los ingleses en cambio, asumen la jerarquía y la distinción de clases sin mayores problemas. Una cosa parecida a la teoría de Gabriel sobre la romanización de los alemanes la dijo Ortega y Gasset sobre los españoles. Según el pensador, los reinos germánicos que dominaron Europa después de la caída de Roma forjan una actitud que caracteriza a cada nación. En el caso español nos tocó la decadente y los muy romanizados visigodos; en cambio a favor de los franceses, fueron los menos romanizados y más jóvenes e impetuosas tribus francas. Esta teoría produce sarpullidos a Moa y con razón. Me parece una majadería. Y lo siento Gabriel, pero lo mismo me parece a mi lo de la romanización de los alemanes, que además es al revés. En cambio, yo también creo que los alemanes son muy peculiares como lo son todas las naciones, pero como bien dice Manuelp, sus primos hermanos son los británicos y entre los dos, parece que los segundos, son los que han pasado a la historia como más pacíficos y civilizados, en cambio han cometido más barrabasadas que los primos-hermanos continentales. Alemania en muchos casos se llevaron la fama y los británicos cardaron la lana.
Sobre lo que alguno apunta de la influencia prusiana, es cierta. Prusia determina la dirección que tomará Alemania entera en los siglos posteriores al XVIII pero no por una maldad connatural sino por consecuencias históricas de supervivencia, de forma de hacer la guerra, que ya he mencionado, y la forma de entender como sobrevivir como Estado rodeado de naciones enemigas. Algunas naciones se forjan así como por ejemplo, Israel. Otras pirateando y rapiñando. Otra forma de civilizar.
¡Exacto el “rock” es todo eso que ustedes han dicho!
Si, todo empezó con “Mirando hacia tras con ira” de John Osborne que marcó la pauta de una “cultura” anglosajonia del feísmo y el exceso que llevó a donde estamos.
https://es.wikipedia.org/wiki/John_Osborne
Hegemon
Los “pujantes” francos no fueron capaces de acabar con los “decadentes” visigodos en los 200 años que duró el reino visigodo de Toledo. Después de la derrota de Vouillé además los ostrogodos- que eran lo mismo que los visigodos- pararon en seco a los francos y estos no pudieron acabar de comerse a los visigodos.
Los campos de concentración son muy diferentes a los campos de exterminio. Campos de exterminio propiamente dichos, hubo muy pocos (gracias a Dios) a lo largo de la historia. Hay campos de concentración que son muy duros y muy parecidos, pero lam neos en teoria, la gente que va alli no tiene que morir directamente. aunque usualmente las condciones son malas y muchos lo hacen, también habia en el pasado y ahora carceles muy duras. pero no tiene camarás de gas y hornos crematorios, falsos medicos disfrazados, fachadas de estacion de tren falsas, selecciones semanales etc… Un divertimento de los guardias de campo nazi de Auschwitz era quitarle la gorra a un prisionero y tirarla a las alambradas, si se acercaba a recogerla podia dispararle bajo el “pretexto” de que estaba tratando de escapar, si no lo hacia, podia mandarle que la recogiese, y si no cumplia esta orden, podia dispararle por desobedecer. Por cierto, que gorras, trajes y zapatos de madera eran entregadas al azar a los prisioneros, asi que era habitual que los zapatos no valiesen (y tuviesen que ir descalzos), los pantalones les quedasen pequeños (a veces, por poco tiempo, claro), o la chaqueta no se cerrase (o quedase colgando).
No hubo debate alguno sobre la IGM. Sólo sucedió lo de siempre.
Esa música echa rayos adoctrinadores. Más vale no oírla.
Mucho ruido y mucho griterío, como si estuvieran enormemente cabreados los cantantes.
Efectivamente, de eso se trata. Jeannete es muy guapa, con una voz muy dulce y un mensaje maravilloso, pero a veces a uno le gusta que la sangre hierva y pegar cuatro voces.
Y eso que AC/DC ahora son para crios, diriamos.
Estoy leyendo un relato de un periodista extranjero que narra las últimas horas de Alfonso XIII y la familia real. Narra las andanzas del Consejo Rojo de los Siete para eliminar definitivamente a Don Alfonso XIII. Después de mucho deliberar sobre cuál era la mejor forma de eliminar, decidieron gracias al consejo femenino de uno de sus componentes que el mejor metodo sería el envenenamiento. Y vaya si lo intentó este misterioso Consejo Rojo. Cuando llegó la hora de la última cena de Don Alfonso y la reina, y gracias a la “costumbre” de ofrecer la comida antes a un terrier apodado “Rag”, los reyes salvaron sus vidas al contemplar como en pocos minutos el canino glotón empezó a sufrir extraños retortijones que degeneraron en un rápido fallecimiento. Llamado el doctor por el rey para que ofreciera su diagnostico sobre la causa de la muerte del can, en pocos segundos este les confirmó que efectivamente aquel perro había muerto envenenado.
Tras la sentencia del reputado médico el rey Alfonso XIII exclamó enfurecido: “No es suficiente que hayamos renunciado al trono. Ellos también quieren nuestras vidas.”
Hay muy poca información sobre aquellos fatídicos dias previos a la abdicación del rey Alfonso XIII pero dado los acontecimientos que se generaron a posteriori, convendría averiguar, saber de la existencia o no de este misterioso Consejo, quiénes eran los componentes de este “Consejo Rojo de los Siete” y si este relato periodistico es cierto o no.
No me pidan el enlace de momento…
el reportaje salió en el extranjero. A mi me suena esto a un complot muy másonico. De ser cierto que malas pulgas tenían estos conspiradores…
Historiador nos debe fotos de la iglesia que intentó salvar.
Entre Jeannette y el rock pesado hay muchas gradaciones y variedades. De la época de Jeannette: https://www.youtube.com/watch?v=hOaR9oMp84c
Jeanette
Sobre todo porque tú participaste mucho y mejor que nadie, como siempre.
Incluso esto: https://www.youtube.com/watch?v=0sB3Fjw3Uvc
¿Y quién se acuerda del nene de los Herman´s hermits?: https://www.youtube.com/watch?v=LesWfbkJJlQ
Debe ser el paso del tiempo. Hace años escuchaba rock y entre los grupos AC/DC era uno de mis favoritos. Ahora me da por otra clase de música. No sólo AC/DC sino otros muchos grupos de rock, lo que luego derivó al Heavy Metal, son un clásico. Iron Maiden, Dio o los alemanes Scorpions eran y son muy buenos. En España Obus o Baron Rojo marcaron época. Más tarde me dio por la música independiente como The Smiths de los cuales ya he hablado varias veces.
¿Y esto?: https://www.youtube.com/watch?v=qn-j6mfC9vc
https://www.youtube.com/watch?v=SKa5dcaE2_w
Una joven promesa muy rockera
don Pio, es mejor esto
https://www.youtube.com/watch?v=oKgPkyDd_cA
https://www.youtube.com/watch?v=G02QOSaxH-w
Esto es para Kufisto entre otros, busque el nombre de este chaval y apúntelo, porque canta como los mismos angeles…del rock, quería decir.
Mi amigo Lindemann me acaba de enviar esto. A ver que les parece… París/RAMMSTEIN
https://www.youtube.com/watch?v=L94v3oxrGfQ&feature=push-u&attr_tag=6vZ4guYsZqA8Z1-n-6
¿Los Smith? jajaja que me descojono, menuda maricada.
Esto si que es pasado y pretérito mejor:
https://www.youtube.com/watch?v=pAgnJDJN4VA
Claro que ante la incommensurable caballería polaca de los húsares alados ni los cosacos tenían nada que hacer.
https://www.youtube.com/watch?v=rlhpi-WllkQ
Creo que hubiese sido la única unidad militar del mundo capaz de poner en apuros a los Tercios de infantería española.
“inconmensurable”
Efectivamente, Historiador, menos lobos y unas fotos
Obsérvese una vez mas como se reunían las sotnias (compañías) de cosacos de cada stanitsa (asentamiento) al mando de su esaúl (capitán) hasta formar un polk (regimiento) al mando de su polkovnik (coronel) y por ultimo los polks para formar un voysko( hueste) al mando de su atamán.
https://www.youtube.com/watch?v=n8G6S6fQQ4I
¡Malditos españoles! ¡No se rinden!
Así exclamó desesperado el almirante inglés E. Vernon viendo como sus barcos eran hundidos, y sus hombres caían ante el valor de los defensores de Cartagena de Indias, (en la actual Colombia)|1741.
Fuerzas en combate:
Inglaterra: 30.000 hombres y 186 buques de guerra
España: 4.000 hombres y 6 buques de guerra
Bajas inglesas: 6000 muertos, 7500 heridos, 50 barcos hundidos
Bajas españolas: 800 muertos, 1200 heridos, 6 barcos hundidos
Resultado: Victoria española
Hoy 28 de julio se celebra en Rusia el Día del Bautismo de Rusia. Esta fiesta es nueva, apareció en el año 2010.
Se considera que el veintiocho julio del año 988, el gran príncipe de Kiev Vladimiro bautizó a su pueblo haciendo entrar a toda la población de Kiev en las aguas del río Dniéper sirviéndose de la druzhina (guardia de los príncipes en la antigua Rusia) y destruyó las esculturas de dioses paganos, situadas en la colina más alta a las afueras de la ciudad.
http://rusopedia.rt.com/datos_basicos/fiestas/issue_52.html
Uno de los Pequeniques paisano mío fue, del pueblín de Perrozo para más señas. Conociles a toda la su familia.
¡Grandes Los Pekenikes…!
¡El mejor amigo del hombre! PERRO DESTRUYE TRAPO SEPARATISTA
https://www.youtube.com/watch?v=oj_OCluLC6Q
Comino, encuentra una entrada mía en la que diga que me alegro o celebro que Gibraltar sea inglés.
Te crees que con lo del anonimato puedes soltar cualquier parida por falsa que sea.
En cuanto a lo de ir a jugar al ajedrez allí, es tan sencillo como que organizan uno de los mejores torneos abiertos del mundo. Sólo lamento el no poder ir todos los años. Y son bastantes los ajedrecistas españoles que participan, por supuesto. Y algunos muy buenos, como David Antón, que lo ganó empatado con Nakamura este año.
Pedazo de pseudopatriota este comino.
¿Y quien se acuerda del Pájaro Surfero?
https://www.youtube.com/watch?v=9Gc4QTqslN4
El pájaro es consciente…
Se carcajea el que recomienda a la maricona de Jamie Lovatt. Yo si que me descojono.
Y ahora el pájaro….estoy por los suelos.
Una de las mejores “maricadas” de los años 80. Dedicada al pájaro.
https://www.youtube.com/watch?v=3GhoWZ5qTwI
Pero qué dices lunático, no delires con Morrissey, música de perdedores amaricados
tiés puta idea, Herguemón
Habló el pájaro loco.
Tú si que eres un “amaricado” Arcangelin.
“Y tu más”, jajaja, no tiés vergüenza ¡Perdedor¡
Veo que Gabriel me entiende muy bien. En el fondo a eso iba, a que Alemania no se romanizó, eso la vuelve problemática, sobre todo cuando se revela frente al legado romano con la reforma luterana. Una nación que no es hija de Roma no es una nación realmente, ya que no tiene los robustos y verdaderos fundamentos que necesita para que sea tal cosa, no es una reina sucesora. Ahí claramente diverge respecto de Inglaterra, que a pesar de su contenido germánico racial, es otra hija de Roma.
Alemania es solo una acumulación de tribus bárbaras romanizadas. Lo que sucede es que hubo un tiempo en que impugnaron deber nada a Roma y se consideraron la raza superior, literalmente la raza elegida para elevar-dominar a la humanidad, y es que “la era germánica”, con el predominio de Prusia claro, era el fin de la historia, nada menos.
No niego que Alemania, a través de Prusia, obtuviera en parte ese carácter militarista debido a que creció rodeada de enemigos, pero también está toda la munición del idealismo alemán, teorías que no dependen de ese factor geográfico. Estas teorías se las trabajaron ellos solitos y son terribles… tan terribles que sigo pensando que costaron dos guerras mundiales en Europa. Esto no quita que hubiere otros importantes motivos como causa de las guerras, claro.
Sí, hubo un tiempo que aluciné con Morrisey, Johnny Marr, Mike Joyce y Andy Rourke. Tengo todos su disco en vinilo y ahora muchos en CD. Morrisey usó sus letras para reflejar su ambigüedad política y sexual. Es cierto. Algunos decían que el 51% de The Smiths eran las letras de Morrisey y el otro 49% la música de Marr. Se separaron por varias razones pero la que más por la rivalidad entre Morisey, un icono en UK, y Marr, un artista excepcional de la guitarra.
“Chupapollus Abritranicus”
¿Qué tendría el barril del que salió el pájaro loco de Arcangelin? En fin. Alguien debería llevarlo a casa. Por si sólo no creo que pueda.
Herquemón dice:
Hubo in tiempo que fui y hay un tiempo que sigo siendo un completo“Chupapollus Abritranicus”
Muchas “taras” que se atribuyen a Alemania, no son exclusivas de ella ni las inventaron los alemanes. Si hubo un idealismo alemán, también lo hubo francés y ni que decir tiene que inglés.
Por ejemplo, lo de “la raza elegida” no es exclusiva creencia alemana. En Inglaterra todo el siglo XIX se apoya en esa idea.
Un cantante español, al que le guste, hizo una versión de The Smiths:
https://www.youtube.com/watch?v=xj5RghLXtgE
Esta es la versión original de The Smiths.
https://www.youtube.com/watch?v=r35mGCF8db8
La letra en inglés nada tiene que ver con la de en español.
Maricada en inglés= Mariconsda traducida al Español = Maricada, música para perdedores y flojos
Mariconada traducida al Español
Es como cuando del Latín “Chupapollus Abritanicus”, traducimos al Español
Alemania es solo una acumulación de tribus bárbaras romanizadas.
Pero su etnia era bastante homogénea. La Europa occidental sobrevive a la caída del imperio romano gracias a los reinos germánicos que se van formando y toman el testigo. Garcia Moreno atribuye la formación de las naciones estado que ahora conocemos a este hecho. Y Moa en su libro Europa diferencia una Europa, la de los Reinos y estados formados por diferentes tribus germánicas y la de los Imperios.
¿Así que Inglaterra es hija de Roma?. Vaya,vaya …. ¡que milagro!. Resulta que a principios del siglo V desaparecieron los romanos de Inglaterra para no volver, antes incluso que de muchas zonas de Germania y esta no es hija de Roma pero Inglaterra sí.
https://es.wikipedia.org/wiki/Fin_del_dominio_romano_en_Britania
El Reino hispanoromano visigodo de España asume casi toda la estructura política, cultural, religiosa y social superviviente del Bajo Imperio romano. El poder político y militar lo asume la oligarquía visigoda que poco a poco se mezcla con la alta nobleza senatorial hispanorromana muy poderosa desde Teodosio. En fin, que si alguna “tara” tuvo Alemania, casi toda Europa la heredó por transmisión genética.
Si es que es cierto que desde el siglo XIX es en Alemania donde más arraiga el idealismo racialista o como se llamé, que pululaba por Europa. El nacionalsocialismo lo lleva a sus máximas expresiones. ¿Por alguna cualidad especial de la nación alemana? No estoy muy seguro. Alemania, lo han dicho, no es exclusivamente luterana, tiene un componente social católico muy importante.
Lo que siempre se ha dicho es que “la hija predilecta de Roma” o de la Iglesia es Francia. Y miren lo que ha hecho esta nación con los Papas.
Hegemon
Como que tanto el NSDAP como su antecesor se fundaron en Munich capital de Baviera que era la region mas católica de Alemania.
https://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Nacionalsocialista_Obrero_Alem%C3%A1n
Hegemon.
Comentaba lo que creía entender de Asier. Es frívolo creer comprender el espíritu de otro pueblo, y aún del propio. No tomen en cuenta lo que digo de otros, las pocas veces que de ellos hablo. Como pocos amigos tenemos fuera, y enemigos aún más pocos, me parece vano airearse por la opinión que de ellas dan algunos. Aún de Inglaterra podemos decir que sólo desde que la herejía la conquistó es enemiga nuestra, y quién opine lo contrario para él la cuenta y admiración, que lejos nos queda y en poco nos va que sea una cosa o la otra. Nosotros no somos Alemania, así que solo la defensa de la verdad nos movería a defenderla de una acusación. Si los bobos modernos quieren repudiar Alemania bien por ellos, ¿a nosotros qué?.
Según el historiador Cristopher Clark, autor de uno de los mejores libros en donde se analizan las causas que llevaron a la IGM, Prusia no sólo es crucial para la historia de Alemania sino para la de toda Europa. Su aportación no sólo es militar, (inspirada en un principio en las Reflexiones militares del Marqués de Santa Cruz del Macerado, otro de los grandes españoles olvidados) sino que dio líderes brillantes y valores progresistas e ilustrados sobre los que se cimentó el imperio.
La hija predilecta de Roma con justicia puede reclamarse España. Francia será la primogénita por ser la primera en que la nobleza franca de convierte al cristianismo, aunque habría que ver si lo que cuenta es la conversión de las élites o la del pueblo.
Gabriel:
Estoy de acuerdo. España nunca tuvo grandes conflictos con los alemanes. Por nuestra distancia para con ellos y la falta de fronteras comunes. Tal vez por eso o por otras cosas. Nunca hemos sido mal vistos allí o no tan mal como si nos han visto en las Islas Británicas. No juzgamos, buscamos la verdad a una distancia que bien nos ha venido en España.
Manuelp:
Es cierto, pero también es cierto que en las primeras elecciones los nazis son más votados en las regiones protestantes de Alemania que en las católicas.
Posiblemente después de alejarse de Madrid —en torno a enero de 1937— y ante la requisitoria de su opinión sobre la España republicana, Marañón expresó en una reunión de intelectuales franceses lo siguiente:
A este respecto, él mismo diría: «Ser liberal es, precisamente, estas dos cosas: primero, estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo; y segundo, no admitir jamás que el fin justifica los medios, sino que al contrario, son los medios los que justifican el fin». «El liberalismo es, pues, una conducta y, por lo tanto, es mucho más que una política». (Prólogo de su libro Ensayos liberales, 1946)
Leo y releo a Jaque y no me lo creo. Dice con su lógica de perro faldero que él nunca ha dicho que se alegre de que Gibraltar esté en manos inglesas, y a continuación añade que le gustaría ir todos los años. Parece un chiste o una pesadilla. Jaque es un eunuco del espíritu patriótico español: sencillamente, no puede. Y se parece a los ingleses lo mismo que Esperanza Aguirre, o sea, nada.
¿Qué canción de los 60′ habla sobre ti?
Steppenwolf/Born to be Wild (Nacido para ser salvaje)
https://www.youtube.com/watch?v=Yo1vipNAC6w
Los bolcheviques exterminaron a mucha mas gente que los alemanes y sin embargo dudo mucho que diseñasen campos de exterminio industriales, desde luego con sus campos de concentración muy anteriores a los alemanes ya tenían suficiente para eso y para mucho mas. No hubo campos de exterminio industrializado en ningún bando y sin embargo en todos los campos de concentración que se quiso moría la gente mas o menos según las “políticas” de cada caso, todos como hemos visto fueron igual de criminales.
Ciertamente los bolcheviques contaban con las chekas que eran como talleres de tortura y asesinato sistemático de enemigos “directos” no dudo que los alemanes usaron de técnicas similares contra sus enemigos bolcheviques, como en general unos, los nazis , aprendieron de las técnicas y experiencias de los bolcheviques, se conocían bien.
En realidad como hemos visto la única industria de exterminio de civiles fue la diseñada con los bombardeos anglouseños.
Todos estos crímenes son injustificables, flaco favor le hacemos a todas las victimas y a la verdad si para señalar a criminales reales tenemos que inventarnos de manera exagerada y ridícula crímenes imaginarios. Y esto encima para criminalmente tapar los de unos exagerando los de otros.
Es curioso observar como los equidistantes interesados pierden la equidistancia con según que temas.
Y qué decir, de aquella época, de la dulce galesa de los ojos azul violeta:
https://www.youtube.com/watch?v=y3KEhWTnWvE
No puede negar que es galesa Mary Hopkins, étnicamente es una modelo de su pueblo…
La mejor canción inglesa de todos los tiempos es “Too drunk to fuck”, del grupo francés Nouvelle Vague: la Francia cultural más muerta que una momia egipcia del periodo predinástico que canta con el espíritu más acendrado del rockrollo británico. La canción es estupenda e inigualable.
El padre Custodio Ballester, apartado de su parroquia por defender la unidad de España
http://www.outono.net/elentir/2017/07/23/el-padre-custodio-ballester-apartado-de-su-parroquia-por-defender-la-unidad-de-espana/
Sin buscar mucho. Está en la Wiki. Cuando había pote, los niños consentidos, malcriados por sus papas, escogían la tajada, el lacón y el chorizo y esquivaban la berza, la patata, el ¡unto!, ¡qué asco!. Los demás trataban de promediar las cosas. ¿Quienes eran los liberales?
No creo que sea malignidad, pero seleccionar el año 1946, tras todas las guerras hasta Corea, que ya le quedaba poco, es menospreciar la realidad, por ignorancia y/o sectarismo.
Lo de Alemania y Prusia es de escándalo. ¿Porqué corren un estupido velo sobre la Revolución y Napoleón?. Napoleón, y la Revolución son el lacón, el chorizo de los dos últimos siglos, en el mundo occidental. La berza, el unto, la judia y la patata sela comieron los demás. Sin Alemania, Europa es un Despropósito. Y, con ella, ya veremos cómo viene el juego.
En el artículo titulado Liberalismo y comunismo, publicado en Revue de Paris el 15 de diciembre de 1937, manifestó con claridad su cambio de posición respecto de la Segunda República:
Las noblezas germánicas en las antiguas provincias dominadas por los romanos son solo una superficie más o menos vistosa, se tuvieron que romanizar y cristianizar a la fuerza, por la preponderancia de lo latino y cristiano en los usos del pueblo, lo mismo que si vienera algun monarca norteño hereje a reinar en España. Es verdad que en Inglaterra no solo tuvieron ese rol sino que la base estaba compuesta de pueblos germánicos, con todo, el que alguna vez fuera tierra del Imperio la convierte en algo diferente, porque por mucho que la dominación cesara, las consecuencias profundísimas del dominio romano quedaron ahí, y el esencial elemento normando posterior germinó verdaderamente lo que ahora conocemos por Inglaterra, una nación con una lengua de mas de dos tercios de vocablos latinos.
La Alemania unida es una cagada, Hegel es una cagada, el mismo todopoderoso Kant es una cagada, y Lutero es una grandísima cagada. Los nacionalismos racistas en España son una derivación y contagio de teorías racistas románticas alemanas. No entiendo por qué no se ve en la alemania luterana un grave problema y sí en Inglaterra o Francia, naciones mucho más cercanas a España. No hay que olvidar las batallas que España libró en terreno alemán durante cerca de cien años, hasta el final de la guerra de los treinta años, se libraron para combatir lo que terminó venciendo y asomándose a Europa con la bandera blanca y negra de Prusia y del Imperio Alemán, enarbolando posteriormente la doctrina más monstruosa jamás salida de la mollera de nuestra especie. En fin, la guerra de 1866 fue una desgracia para Europa, le pillaron a Napoleón III despistado para defender lo que correspondía…
Por cierto, USA es una degradación de Inglaterra, del anglicanismo al calvinismo, pasamos de un nivel intermedio al más bajo de los niveles que componen el infierno. Del cinismo consciente, de la ironía autocomplaciente, al fanatismo inconsciente y ciego de los yankees con su democratismo depredador.
En cinismo nadie gana a los anglosajones, y entiendo que cause una frustración que no causa el coherente idealismo alemán, pero en fin… Precisamente esa coherencia, tan alemana, de la brutalidad dialéctica a la física, de Nietzsche a las SS, no pudo sobrevivir mucho, el idealismo siempre germina hijos fanáticos, lo mismo en Brandenburgo que en Guipúzcoa…
Dos auténticas maravillas:
Qué bonito es Israel: https://www.youtube.com/watch?v=6Ktc-8zagd0
Alguien como Putin: https://www.youtube.com/watch?v=fN5mlTmaCws
Algo que les debo agradecer:
Cambiar para bien mi visión de Rusia.
Articulo completo de Don Gregorio Marañon, semanas después de caida la monarquía. Son una serie de cinco articulos.
LA MONARQUIA HA MUERTO DE ENQUISTAMIENTO
Comentario primero
Escribo estas lineas, palpitantes todavía los sucesos trascendentales de la caida
de la Monarquia española, después de un riguroso examen de conciencia. Sé que en estas horas históricas he cumplido con mi deber de ciudadania, sin que haya pesado en mi actitud ni el rencor hacia nadie ni el temor a cualquier sacrificio. Sé también que aun en estas horas de pasión conservo toda la serenidad para mirar con la rázon sola el pasado, el porvenir y el presente de mi patria. Me siento, pues, como pedía Marco Aurelio a los simples ciudadanos, “verdaderamente hombre maduro, pendiente de las inquietudes del Estado, en la actitud de un soldado dispuesto a perderlo todo a la primera señal”. De no ser asi, no hablaria.
La Monarquia española ha muerto de la enfermedad típica de los viejos estados: de enquistamiento. Otros estudiarán el suceso en su aspecto político. Yo quiero analizarlo en su aspecto biológico, con la misma mirada hecha a ver declinar y perecer las cosas vivas.
El proceso del enquistamiento de la Monarquía ibérica es muy fácil de seguir. Sin duda, los reyes españoles escribieron o dejaron que se escribieran a su sombra sucesos gloriosos. Pero vivieron y reinaron, para su mal, rodeados y reinaron, para su mal, rodeados de grupos jerárquicos antipopulares formando poco a poco un quiste colosal adherido al cuerpo de la nación. Durante mucho tiempo ha sido posible esa convivencia de los dos organismos -el pueblo y su quiste- a través de épocas de ruina. Pero después, poco a poco, también se fué
labrando el plano de separación entre ambos. Bastó para ello el que las gentes se dieron cuenta de que la vida popular y la vida oficial estaban simplemente pegadas, pero no unidas entre si por raíces profundas e indestructibles. No circulaba la misma savia por ellas, y ésta es la razón de que, ante el asombro de todos, haya bastado para su separación definitiva un simple movimiento y no la cortadura sangrienta que muchos esperaban.
En realidad, esta revolución, modelo en la historia del mundo, empezó el año 1898, cuando perdimos el final de nuestro antiguo imperio americano. La Monarquía, con su estructura oligárquica y su pueblo ignorante, era precisa para la conservación de los inmensos territorios que ella misma conquistó. A partir de aquel día dejó virtualmente de existir. Los historiadores del desastre nos cuentan -viven casi todos- que entonces se temió ya por la suerte de la dinastía. No pasó nada, sin embargo, porque la nación era incapaz del mínimo de reacción para expulsar lo que era sólo un parásito puesto en sus entrañas, pero no hijo de ellas. Entonces dijo con aparente razón uno de los pocos políticos intelectuales de la Monarquía, D. Francisco Silvela, “que España no tenía pulso”.
España si tenía pulso: lo que no tenía era capacidad de comprensión para darse cuenta de su situación verdadera y de la situación respecto a ella de la Monarquia. Se sentía impreparada para otra cosa que no fuese el régimen monárquico. Los hombres públicos no se cansaban de decirselo al pueblo para que no se le olvidase. y el pueblo tenía además demasiado cerca el fracaso de la primera República española, que fué en realidad un ensayo debido a causas circunstanciales, ajeno, en mi opinión, a la gran trayectoria revolucionaria cuyo eje estamos viviendo ahora.
Hasta hace poco tiempo los monárquicos repetían de continuo el tema sempiterno: “España no está preparada para otra cosa.” Esta ha sido su sola propaganda. A ninguno se le ocurrió defender directamente la causa de la Monarquía como futuro cuajado de posibilidades, ni menos aún la causa personal del rey. Repásense los periódicos y los discursos realistas de estos años críticos y se confirmará lo que acabo de decir. Defendían, pues, su causa por este método indirecto del miedo a la República, método en el que el pueblo español había llegado al primer tercio del siglo XX en plena inconsciencia política, en ello estaba la mayor acusación del régimen, que había patrocinado la secular ignorancia. Pero además al hablar asi, cometían los monárquicos un segundo error: el de ignorar que al margen de su vida oficial enquistada una labor formidable se había realizado en las masas españolas, y primero en las ciudades y luego en los campos, sin que la mayor parte de los distraídos directores se diese cuenta una revolución profunda se iba operando en la conciencia de cada individuo, precursora de la revolución colectiva. En el seno de millares y millares de españoles nacía por vez primera en nuestra historia un ciudadano.
Los siete años años de la dictadura de Primo de Rivera y los dos de media dictadura que les han sucedido contribuyeron poderosamente, de una parte, a esta trascendental transformación subterránea de la conciencia política nacional, y de otra, a la ignorancia de los medios oficiales, hoy atónitos a la vista de lo ocurrido. El medio oficial se relacionaba con el medio popular mediante los caciques. Los políticos españoles, desde Madrid, juzgaban del estado del pueblo por los informes de los votos de sus mandarines provincianos y lugareños. Y durante largos años estuvieron enterados tan sólo de esta realidad, que era una triste realidad de servilismo. El rey ni siquiera sabía plenamente esta semiverdad caciquil, porque se le ocultaba todo lo que no fuera agradable, y a despecho de una aparente popularidad, que en el Extranjero llegó a ser un mito, ha vivido en absoluto ausente de la verdadera realidad española. Los españoles de menos de veinte años no lo conocen ni de vista. No en el terreno personal, pero si en el político, el monarca que acaba de caer sólo ha encontrado lealtad en sus enemigos.
La Dictadura rompió ese imperfecto pero efectivo contacto entre la oligarquía política y cortesana y el pueblo, porque inutilizó a los caciques y suspendió el turno mecánico del mando de los partidos viejos. Y cuando éstos, al recobrar el Poder, quisieron ciegamente continuar la historia interrumpida en 1923, el pueblo español estaba poblado de ciudadanos sobre los cuales ya no podía ajustarse el vetusto armatoste caciquil. La opresión dictatorial fué el terreno propicio para que la propaganda educadora se intensificase y actuase con máximo furto. España pudo degenerar y morir políticamente en aquel trance. Pero no me cansaré de repetir que precisamente porque se vió sometida a la terrible prueba -la que aun sufre Italia- y porque no sucumbió en ella les fué fácil a los espiritus conservadores establecer un horóscopo feliz para la España futura. En este sentido es justo reconocer ahora que a la larga el periodo dictatorial ha sido tan funesto para la Monarquia española como beneficioso para la evolución política de nuestro pueblo.
Todo esto lo veíamos claramente cuantos españoles vivíamos fuera del quiste oficial. Lo ignoraban por completo los que, aun arrojados por la Dictadura del uso del mando, habían perido la facultad de ver sin los lentes oficiales. Hubo, claro es, excepciones. Sin contar con la de los hombres públicos monárquicos que se pasaron pública y lealmente a la República y hoy gobiernan a España, hay que citar a dos políticos oficialmente conservadores, que sin embargo guardan intacta milagrosamente la capacidad de sus sentidos: D. José Sánchez Guerra y D. Angel Ossorio Gallardo. Los dos se dieron cuenta a tiempo de que la Monarquía había quedado separada de la nación cuando mediaba el mando arbitrario de Primo de Rivera y su estado mayor. Insensatamente fueron apostrofados por las gentes monárquicas, y hasta estos mismos dias los ha perseguido su encono, porque A LOS CIEGOS Y SORDOS NADA LES MOLESTA COMO EL QUE ENTRE SU LEGIÓN HAYA INDIVIDUOS EXCEPCIONALES QUE CONSERVAN ALERTA SUS SENTIDOS.
Salvo estos dos hombres clarividentes y algunos de sus amigos, la falta de información de los demás ha sido espantosa, aunque bien explicable por la causa ya expuesta; es decir, porque la sonda caciquil yan no exploraba más que la superficie del pueblo y no sus honduras. Un ejemplo tipico es la actitud del Sr. Cambó, tan lamentada por nosotros por lo mismo que lo creiamos capaz de la visión extraoficial certera y lejana. Recuérdese los admirables articulos en que Ortega y Gasset, dias antes de la caída del régimen monárquico, le demostró -ahora no se podria dudar- su total ignorancia de la realidad española. Sinceramente creía -se lo oímos repetir a todos sus amigos hasta la vispera de las elecciones del 12 de Abril -que el movimiento antimonárquico estaba sostenido por los cuatro grupos de Madrid sin trascendencia en el resto de la nación. La Corte acogía este optimismo con júbilo y sin el menor intento de revisión y de crítica. Y en cuanto al rey, ya decía antes que su ignorancia superaba, por explícito propósito de los que lo rodeaban, la de sus consejeros, nacida al fin y al cabo de un error de información y de imaginación. Y digo de imaginación, porque aun estndo poco enterados, con datos falsos, transmitidos por el viejo método de la organización caciquil, ya periclitado, aun así y todo, el instinto -lo que salvó a Sánchez Guerra y a Ossorio- les podía haber hecho percibir el hálito formidable y caliente que venía del pueblo. Pero no en vano dijo Oscar Wilde que la caracteristica del filisteo es no tener imaginación, y Ortega y Gasset, en un reciente libro clarividente (“La rebelión de las masas”), coloca también en este defecto natural, congénito, la razón de la psicologia conservadora (se me dirá que Sánchez Guerra y Ossorio son también conservadores. Claro es que no lo son, y bastaria esta su mirada lejana para demostrarlo, cualquiera que sea su cédula política.
Para demostrar hasta que punto llegaba la ignorancia del monarca respecto al estado de su país citaré dos hechos -e insisto sobre ello porque lo creo esencial para explicarnos lo ocurrido-: a raíz de los sucesos de Jaca, en que era elemental ver -a pesar de su fracaso inmediato- el comienzo del acto final, logré yo convencer de la gravedad de la situación a uno de sus amigos íntimos, que entonces ocupaba una elevada jerarquia oficial. Es un hombre inteligente y bueno, y me daba a poco de hablar toda la razón.
“¿Y esto -le dije entonces- lo sabe el rey?” Y me respondió: “Mire usted: cuando se entra en el Palacio Real, al hombre más veraz le pasa lo que a un ateo al entrar en una catedral: se siente uno sobrecogido y se acaba por no decir la verdad, sino lo que exige el ambiente.”
Otro: el mismo dia que cayó la Monarquía oímos en ocasión bien solemne, de boca de los ministros del último Gabinete, que el lunes, a las once y media de la mañana, el rey creía todavia en el triunfo de los monárquicos en la votación terminada a las cuatro del día anterior, cuando en toda España se tenía ya la certeza de la magnitud irrevocable de la decisión popular.
Vivieron -la Corte y los cortesanos y políticos, que salvo excepciones fueron sólo cortesanos también -ausentes del pueblo, y lo que es peor, incapaces de darse cuenta exacta de la realidad a través de la psicologia deformada por la vida quística. Los que proclamaban la verdad pasaban -pasábamos- por locos, por idealistas, por rebatotes. Así se fué labrando la lenta separación entre el pueblo y su régimen.
Ha sido, pues, esta revolución, como lo son todas, un proceso en gran parte intelectual, como precisaremos en el articulo siguiente.
GREGORIO MARAÑON
Marañón tendría ocasión de arrepentirse de haber contribuido a traer aquella explosión de “estupidez y canallería” que fue la república, según él mismo.
Hombre, Alemania desde que se unió se convirtió en una gran potencia emergente que amenazaba, por su propia potencia, el statu quo del reparto de poder en Europa. Era el país con una ciencia, un pensamiento, una técnica, más innovadores del mundo, en gran parte a partir de sus excelentes universidades. Y con una gran literatura y arte, además. Y era un país liberal, y más democrático que la muy clasista Inglaterra.
Comparémoslo con la España de la misma época (1870 en adelante) De primeras, España cayó en una república demencial, teóricamente democrática, después de casi medio siglo de liberalismo caótico. Desde 1870 el país se enderezó un poco, con régimen liberal y bastante democrático, pero de manera muy mediocre. A finales de aquel siglo sufrió el gran “Desastre” sobre todo moral, a manos de la democracia liberal useña, catástrofe que repercutió sobre el siglo XX hasta dar lugar a la gran guerra civil del siglo XX. Los problemas morales y políticos surgidos del 98 se resolvieron en lo fundamental con el franquismo, y la democratización debiera haber permitido una consolidación y un avance sobre las bases creadas por el franquismo. No fue así, y hoy nos encontramos con el auge de los mismos radicalismo y tendencias disgregadoras que caracterizaron al 98.
España ha tenido mala suerte: la invasión francesa (“progresista”) dejó el país arruinado y sobre todo dividido irreconciliablemente. La intervención de la liberal Inglaterra contribuyó a debilitarla más ayudando de modo muy importante, en el fondo decisivo, a destruir su imperio. Otra potencia demoliberal, Usa, acabó de rematar el Imperio español, con una España que vivía en régimen liberal, ocasionando una profundísima crisis nacional que desembocaría en una república caótica. Luego España se libró de las dos guerras mundiales y prosperó notablemente. Al llegar la transición, esta se hizo en gran medida bajo presión e influencia de las mismas democracias europeas que habían intentado llevar la hambruna a España y habían apoyado el terrorismo etarra, entre otras actitudes. El renacimiento de los “demonios familiares” en España procede en parte importante, aunque no decisiva, de esa presión, que imponía “olvidar” primero al franquismo, que había desafiado a esas democracias, para condenarlo después.
Creo que el problema persistente de España es la ausencia, desde la invasión francesa, de una alternativa propia. En gran medida se creó en el franquismo –aunque sin fundamento teórico suficiente– cuya democratización debió reivindicar aquel régimen –del que provenía– y construir sobre su legado y no contra él.
Una manifestación de este error de la transición fue la apertura de la verja de Gibraltar, la actitud de lacayo hacia Francia, Inglaterra y Usa, la integración en una OTAN marcada, para lo que nos interesa, por Gibraltar, Ceuta y Melilla, la construcción de un ejército cipayo, y finalmente el fracaso de una democracia fallida, opuesta a la propia integración nacional.
Digamos: los grandes éxitos internacionales de España, con máximo beneficio interno, fueron las dos neutralidades en las guerras mundiales, que, aunque no fundamentadas intelectualmente, respondían a cierta idea inconsciente de que lo mejor para nosotros era mantenernos alejados de los grandes problemas intereuropeos, y que deberíamos tener nuestra propia vida, en relación natural con el resto de Europa, pero sin implicarnos en sus querellas. Precisamente uno de los puntos principales de la “batalla cultural” de que hablábamos es la clarificación histórica de estos problemas y la fundamentación de la neutralidad española, como gran beneficio, además, para la paz en el exterior.
La gente no quiere darse cuenta de las profundas implicaciones de este hecho: Europa occidental debe su democracia a la intervención del ejército useño, y el reinicio de su prosperidad al dinero useño también. España no tiene en absoluto esa tremenda deuda histórica. Y sin embargo se comporta como un pedigüeño agradecido con respecto a esos países, que realmente nos han hecho un daño inmenso.
En Los mitos del franquismo he tratado precisamente algo de estas cosas, que requieren mucho más desarrollo
LAS DOS Y CINCO DE LA TARDE: 14 DE ABRIL DE 1931
Comentario segundo
La psicología quística —incapacidad de información, incapacidad de imaginación— no sólo impidió a los dirigentes y secuaces del régimen caído darse cuenta de la transformación radical del país, que se había elaborado ante sus propios ojos, nublados, sino que ahora les impide percibir las verdaderas causas del fracaso y su trascendencia histórica. Signo típico de ello es el afán de localizar la responsabilidad de la revolución en personas determinadas o en sucesos concretos que son sólo, en realidad, episodios de una gran trayectoria evolutiva, llena de profundas raíces en lo pasado y de nobles aspiraciones hacia lo futuro. Los movimientos de los pueblos, encendidos de pasión o de ideal, tienen mucho de fenómenos cósmicos; y tan pueril como atribuir éstos a los pecados de un hombre o de un pueblo, como sucedía en la mentalidad medieval, es el propósito de explicar aquéllos por la propaganda de un grupo de personas o por la actividad de un agitador.
Los monárquicos españoles, ausentes de la honda revolución de la conciencia popular, han sido en estos últimos tiempos buscando víctimas en quienes personalizar la responsabilidad de lo que ya era inevitable y, en gran parte, obra de su propia ineptitud. Primero odiaron a Sánchez Guerra, sin percibir que su rebeldía en Valencia, en enero de 1929, y su discurso en el teatro de la Zarzuela de Madrid, en el que declaró la incompatibilidad de los partidos con el Monarca, eran sólo expresiones históricas del proceso revolucionario inexorable; que eligieron como portavoz su figura noble y representativa, por la misma razón que el rayo no cae al azar sobre la tierra, sino atraído por accidentes específicos.
Tampoco pudieron darse cuenta del sentido histórico de la proclamación republicana de los políticos de la derecha, que, como Alcalá Zamora y Miguel Maura, dirigen hoy el Gobierno de la naciente República. La rebeldía contra el pasado de un hombre tan templado como Ossorio y Gallardo les pareció arbitrariedad y desequilibrio. Y, finalmente, en el trance del desplome, han concentrado su pasión adversa en el conde de Romanones, que, como es sabido, fué objeto de un ataque colectivo, con conatos graves de agresión personal, por parte de los palatinos, cuando salía por última vez, de la cámara regia, la tarde del 14 de abril. Nadie ha servido, sin embargo, al Rey con tanta lealtad como este inteligente político, cuya culpa en esta ocasión ha sido la de casi todos los demás monárquicos: la mentalidad enquistada. Esto le hizo creer hasta el último instante que la Monarquía ganaba, sin la menor duda, las elecciones. Y es también obra del Destino histórico, que los ciegos no pueden comprender, el que, sin saberlo ni quererlo, sirviese de instrumento civil y legal a la revolución el hombre que sabía más en España de organizaciones electorales; y que en la hora suprema se sintiera obligado a realizar la elección popular más honestas de cuantas planteó en su larga vida política.
Todavía, todavía siguen pensando los monárquicos en estas minucias y en otras más ridículas, como el oro ruso, en cuya distribución hacen intervenir a los más raros personajes, desde enviados misteriosos que llegan en camiones adornados de simbolos diabólicos hasta grandes duquesas y aristócratas de todo fuste que, disfrazadas de obreras, descienden a los bajos fondos de la ciudad; y así por el estilo. Desgraciadamente, esta visión operetesca del magnífico movimiento español ha sido compartida – por ignorancia o por bastardo interés- por una parte considerable de la Prensa europea. Sería hora ya de que, ante el ejemplo de lo que pasa en Rusia, de lo que pasó en España durante la Dictadura, del caso de Italia y de tantos más, se dieran cuenta de una vez los grandes rotativos, mercenarios o faltos de información, de que el curso solemne de la vida de los pueblos corre por cauces mucho más anchos e invariables que las columnas tornadizas y venales de ciertos periódicos.
Contemplaba ahora, con la perspectiva que da, no el tiempo, aun brevisimo, sino la magnitud del hecho consumado, asombra la recalcitrante incompresión del medio oficial monárquico ante la revolución española, desatada, como decíamos, en 1898. Yo soy testigo de mayor excepción, porque en la medida de mis fuerzas hice cuanto me fué posible por que llegaran a los oidos que debieran oirlas las advertencias cada vez más enérgicas de la realidad. Muchos políticos monárquicos los —más importantes— y aquellos amigos del Rey que me parecian capaces de enterarse de la pasión revolucionaria turbulenta que corría bajo la frivolidad oficial, saben con cuánta insistencia contribuí en tiempos pasados al intento de una posible transformación de la Monarquia, anquilosada, en un Estado moderno. Debo aclarar que en las esferas más altas —como encontraron otros— algunos espíritus llenos de modernidad y de buena intención democrática. Pero podía siempre más la pusilanimidad, el peso muerto de los fanatismos históricos y el miedo “a cambiar” tan típico de los organismos en decadencia. No sirvió de lección a la Monarquía el hecho incuestionable de que el apogeo del reinado de Alfonso XIII puede marcarse en aquel día en que salieron del Palacio Real los hombres de la izquierda -Azcárate, Simarro, Alvarez_ declarando, después de hablar con el Monarca, que la realeza no sería en lo por venir un obstáculo para las orientaciones democráticas del pueblo. Fué aquél el único intento de infundir el espíritu vivo de la nación en el medio oficial a través de las paredes seculares del quiste. Pero todo quedó en la intención, y el margen de confianza que generosamente abrieron los españoles a la Monarquía se fué agotando poco a poco; y terminó, al fin, exasperándonos, al sobrevenir la Dictadura y al contemplar la imprudente complacencia con que la Corte la acogió y la mantuvo durante siete años.
La obra de crítica de Costa y de los intelectuales de su generación; la actuación agitada (desmesuradas a veces, como es la de los profetas) de Unamuno; la casi absoluta unanimidad con que poco a poco se pasaban al campo antimonárquico los que dirigían—en el libro y en la cátedra— el pensamiento español; todo esto, que era anuncio seguro de una revolución, lejana o próxima, pero inevitable, era contemplado con un desdén olímpico desde las alturas oficiales. Y en España llegó a sonar como burla deprimente la palabra “intelectual”.
Sin embargo, la semilla de la inteligencia, ahora como siempre, es la que remueve el mundo. Y, poco a poco, la propaganda intelectual fué desprendiendo las últimas adherencias entre el quiste oficial y el cuerpo de la nación, bajo el imperio de los sables y en el silencio de la censura oficial.
Es preciso dar, yo no lo olvido, toda su eficacia de última hora al intento revolucionario de Jaca, en diciembre de 1930. Sin duda, gracias a él, y sobre todo al inútil martirio de los capitanes Galán y García Hernández, se ha dado el movimiento, de pura convicción, una emoción sentimental poderosísima. Pero, a la larga, hubiera sido igual. El pueblo español se sentía dueño de su personalidad, y esto era bastante. Y este fenómeno se debe a la propaganda intelectual de larga trayectoria y a la lectura y a la difusión de lo leido en los últimos años monárquicos. El enorme aumento en la venta de los libros políticos izquierdistas acaecido durante el periodo dictatorial, fenómeno al que nadie dió importancia (fuera de los editores), era para nosotros un indicio seguro de que bajo la forzada tranquilidad del pueblo latía el impulso renovador que buscó su expresión en las elecciones del 12 de Abril.
Otro hecho muy significativo de la revolución de las ideas era la actuación del Ateneo. Este centro cultural dejó su tradicional actitud vivaz, pero ecuánime, para lanzarse, como la Universidad, a la propaganda política. Teóricamente, esto no era razonable, y yo mismo, cuando tuve la responsabilidad de presidirlo, lo proclamé así. Pero la exaltación ateneista era un sintoma más de la inevitable revolución en marcha. El hecho revolucionario tenía más fuerza que todas las consideraciones teóricas. Y el gran centro cultural dejó su paz por la agitación, con la contrariedad de muchos -la mía, por ejemplo-; pero, probablemente, sucedieron así las cosas porque debían suceder.
Los monárquicos no se dieron cuenta de la importancia de la propaganda intelectual hasta que ya era tarde; casi dos meses antes de las elecciones. Entonces reaccionaron, pero con evidente torpeza. Hoy puede asegurarse que una parte esencial en las causas inmediatas del desmoronamiento del régimen se debe a la falta de tono adecuado en los discursos de la propaganda monárquica y en los articulos de los periodicos de su partido. Procedían como “camelots du roi”; es decir, como si estuvieran ya en la oposición. Perdieron la fuerza serena que da la confianza en el propio poderio; y esto lo percibió en seguida y lo interpretó justamente el instinto popular.
En esta cruzada intelectual que iba cada día rompiendo las últimas adherencias entre la nación y sus directores seculares destaca la labor de José Ortega y Gasset. Los éxitos de las batallas que se ganan con la pluma son siempre difusos y mediatos, y aun, en los casos de más brillantes, no comparables con los que logra el orador o el hombre que actúa directamente en la calle. Por eso quizá no valoramos hoy todavía lo bastante los dos grandes articulos que este autor publicó en enero y febrero del año corriente con los titulos de “El error Berenguer” y “Delenda est Monarchia”. En ellos culminó, con esa emoción del momento histórico que sólo perciben los hombres privilegiados, el esfuerzo inteligente que logró abatir el equilibrio inestable de la Monarquia.
A Ortega se debe también la idea de la Agrupación al Servicio de la República, que arrastró a la lucha política miles y miles de hombres capaces y rectos que hasta entonces habían permanecido neutrales. Hace apenas un año que escribía yo en el prologo de un libro del actual ministro de Instrucción pública, D. Marcelino Domingo, que era preciso buscar el hilo que ensartase a esa minoría excelente de cada ciudad y de cada pueblo español para levantar hacia el futuro la más importante fuerza renovadora del país. El Manifiesto de la Agrupación que firmamos, con Ortega y Gasset, el gran novelista Pérez de Ayala y yo, fué ese hilo estructurador y fecundante.
Y asi llegaron las elecciones del 12 de Abril. Es evidente que el pueblo español acudió a ellas previo un examen de conciencia, prodigiosamente unánime, en el que desechó las contorsiones desaforadas de las derechas y acogió con respeto y confianza la actitud sugestiva de los propagandistas republicanos. Hoy podemos ver con claridad la causa de esta resolución política de los electores. Los monárquicos no les ofrecían nada, es preciso fijarse bien ello; pedian sólo conservación de lo estatuido, sin defenderlo, por puro miedo a lo por venir. Los republicanos pedían soltar el peso muerto de lo que ya estaba inevitablemente caído y enfrentarse con la vida nueva, llena sin duda de azares, pero también de posibilidades halagüeñas. Esto es lo esencial: las izquierdas tenían fe; los monárquico la habían perdido, y sólo les quedaba el fondo oscuro de miedo a lo por venir, que pronto habrían de demostrar del modo más ostentoso y lamentable. Lo inesperado, aunque explicable, es que se decidiese por esta actitud juvenil y entusiasta la casi totalidad de la burguesía española, que dió caracteres aplastantes al triunfo de las izquierdas; y además, un sentido peculiar a la revolución, que será examinado en el articulo próximo. Este acento intelectual del movimiento explica el tono civil y aparentemente pacífico de la revolución. Y también, dentro de lo anecdótico, el que la negociación suprema entre el régimen declinante y la revolución que triunfaba no ocurriese en un cuartel ni en un palacio, sino en el mismo despacho en que escribió estas lineas, donde, con plena serenidad y sin otro afán que el bien de España, nos reuníamos Ortega, Ayala y yo.
En la mañana del 14 de Abril, muy temprano, tuvimos informes concretos de que la situación agudísima creada por el éxito republicano en las urnas, dos días antes, podía resolverse, a poco que las circunstancias ayudasen a ello, en una fase de violencia. El pueblo, con la conciencia exultante de lo que representaba su victoria electoral, exigía soluciones radicales e inmediatas, que no era posible eludir con recursos normales, como una nueva crisis ministerial, como, en efecto, se intentó, ni con el programa constitucionalista, que ya había perdido su eficacia, Se temía en la calle, caldeada del fervor del éxito, una nueva dictadura arbitrio supremo para salvar el régimen; y la multitud se aprestaba a impedirlo. Por otra parte, de los cuarteles, hasta entonces a la expectativa, llegaban noticias de inmediatas sediciones, unas, tal vez para apoyar al Rey vencido en las urans; otras, para sumarse en las calles al triunfante movimiento republicano. Era preciso evitar estos acontecimientos, que se cernían ya, como nubes cargadas, en el horizonte de la mañana;y, sin duda, muchas voces sensatas hablaron con apremio a los consejeros del Rey; quién sabe si a éste mismo. Nosotros cumplimos nuestro deber, advirtiendo desde primera hora lo que iba a suceder al conde de Romanones, que representaba en realidad la cabeza y el alma del Gobierno entero, por su inteligente experiencia (ahora desorientada) y por la venilla liberal que nunca se extinguió por debajo de su fe cortesana.
Tres horas después se iniciaban las negociaciones y ocurría la entrevista entre Romanones y Alcalá Zamora, que éste ha referido al por menor. Fué emocionante y patético para los testigos el último duelo entre la Monarquia que iba a desaparecer y el nuevo régimen que se alzaba. Los monárquicos, que tan poco hicieron por salvar a su Rey y luego apostrofaron al ministro de Estado, se llenarían de contrición si hubieran oido la fe rabiosa con que Romanones defendió en estos instantes supremos la causa de la Monarquía.
Estaba el Conde palidísimo caundo entró en mi despacho el jefe del inminente Gobierno revolucionario. Se abrazaron con el mismo gesto del vencedor y el vencido de Breda, perpetuado como un prototipo de nobleza y de españolismo en el cuadro de Velazquez. “!Quién me había de decir -exclamó Romanones- que nos veriamos en esta situación!”Alcala Zamora, apresurado, le preguntó que de qué oido escuchaba mejor, y, apenas sentado en el borde de un sillón, con fuertes voces, y por el oido sano, por cierto, le pintó con palabras rapidísimas y enérgicas la situación de España. En varias capitales estaba ya proclamada la República. Los gobernadores comunicaban con él, y no con los ministros del Monarca. El pueblo, impaciente, no podría ser contenido si no sabía pronto a qué atenerse. “Qué solución? -preguntó el Conde-; porque el Rey se presta a cumplir todos sus deberes.” . “La marcha rapidísima del Rey” -contestó Alcala Zamora-. “Yo pido un armisticio de unas semanas” -argúia el jefe monárquico-. Vengo con la bandera blanca llena de sinceridad. En esta tregua todo se resolverá con calma. Ahora podría venir un Gobierno presidido por Villanueva, que preparara con serenidad el futuro.”
El republicano insistió en la prisa inaplazable. Atropellaba, más que rebatía, los argumentos. No se podía psar de la hora de la caída del sol. La muchedumbre, tan contenida hasta entonces dentro de su fervor, al llegar la noche, que empuja a la violencia, y sin posibilidad de ser informada hasta la mañana siguiente, no podría ser contenida. La embriaguez del triunfo tenía al pueblo entero fuera de sí. Duró el forcejeo. Reducía Romanones el plazo y las condiciones. Redoblaba su interlocutor la exigencia.
Y, al fin, la Monarquia cedió. Se iría el Rey aquella tarde. Primero se pensó que a Portugal. Luego, que a Cartagena. El resto de la familia real, al día siguiente. No habría abdicación, sino una resignación del poder real en su último Gobierno, para que éste lo transmitiese al Gobierno de la revolución. Otros detalles más sin importancia. Se levantaron y se fueron, embargados los dos por la trascendencia de aquellos minutos históricos.
Eran las dos y cinco exactamente cuando toda la historia de España giraba ágilmente sobre si misma y presentaba al mundo una era nueva de su vida.
España, tan vieja, tan gloriosa, tan cargada de polvo de batalla, de ascensiones y de caídas, era hasta entonces, en realidad, un pueblo infantil; y sólo en aquel momento solemne entraba, en posesión de su propia responsabilidad, y, por lo tanto -con todas sus trascendencias y con todos sus peligros-, entraba también en su verdadera mayoria de edad.
GREGORIO MARAÑON. 2º art. que apareció en el diario Sol de una serie de cuatro ( y no cinco como escribí ayer con las consabidas prisas).
-Segundo comentario: Diario El Sol 23 de Mayo de 1931
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Dígame Moa, ¿es bueno el imperialismo? Habla usted de lo malo que fue para España perder su Imperio.
¿es parte de su ideología el recuperarlo o crear uno nuevo?
Fuese por la invasión francesa, fuese por la influencia británica, fuese por las aspiraciones de los hispanoamericanos- ¿ilegítimas?fuese por la mala política española y su actitud represiva ante esas aspiraciones, a veces con acciones muy duras (Morillo, Weyler), el caso es que ya no hay un Imperio español. Usted no para de entonar jeremiadas y de fomentar el odio a norteamericanos y británicos por “lo” de Cuba, Argentina, etcétera, pero no aclara si forma parte de su ideología el retornar al imperialismo, como parece deducirse de tanta palinodia.
Me corrijo. Moa no entona “palinodias”, que significa retractación o rectificación.
Eso, está clarísimo, no es lo suyo en ningún terreno. Ni siquiera en relación al lado más oscuro de su biografía.
Nunca está de más recordar, como en este enlace de ABC de 2014 todas las atrocidades no resueltas cometidas por el IRA y escondidas bajo la alfombra tras los acuerdos de Paz, con la flagrante injusticia que esto supone para las víctimas. No necesito recalcar la similitud con los casos no resueltos de la ETA:
http://www.abc.es/internacional/20140510/abci-ulster-amnistia-201405082200.html
Las diferencias entre el IRA y la ETA han sido explicadas mil veces. El IRA respondía a las atrocidades inglesas cometidas en Irlanda durante siglos, y aspiraba a la independencia justa de un país sometido a sangre y fuego por un poder opresor, Inglaterra, que se consideraba a sí mismo superior por raza y religión. La ETA no responde a ninguna invasión extranjera de España en las Vascongadas. Esta región española jamás se invadió a sangre y fuego; no hubo robo de tierras, ni hambrunas, ni negligencias criminales de carácter genocida en paliar el hambre, ni guerras religiosas, ni masacres o imposiciones religiosas por parte de los “españoles”. La ETA es el resultado de una ideología racista y socialista que ve en la raza vasca una raza pura, superior, que debe separarse de la corrompida raza española maketa. La ETA, como todos los racismos separatistas en España, es el resultado de campañas de mentiras históricas y odio profesionalizado. A estas alturas el señor Jaque debería conocer estas diferencias y no insistir más en mentiras probadas. Su afán de equiparar el IRA a la ETA es obsceno y repugnante.
La pérdida del imperio español fue mala por cómo se efectuó, siguiendo los dictados de la leyenda negra, y creando naciones epilépticas que construían no sobre la gran herencia española, sino contra ella: el resultado se ve hoy claramente. Al mismo tiempo, España entraba también en un periodo de desintegración y caos. Pensar que la amistad inglesa o el modelo inglés han sido buenos para España, es una fantasía onanista. Detrás de la independencia de la América española, está Inglaterra; y el más desastroso de nuestros siglos, el XIX, tiene a Inglaterra como gran modelo. Imitar simiescamente no sirve de nada. Como propone Moa, nos urge un modelo propio, y el franquismo puede darnos ideas.
En España no existe ningún odio hacia ingleses o useños; más bien todo lo contrario: admiración cegata. Recordar que ingleses o useños tienen crímenes en su haber (genocidios, hambrunas, masacres, fanatismos religiosos, crueldades de todo tipo…) es de justicia histórica, máxime cuando estos dos países has sido promotores destacadísimos de la leyenda negra contra España. España no odia a Inglaterra, pero Inglaterra todavía mantiene una humillante e ilegal colonia pirata que viola nuestra soberanía. USA nos atacó en el 1898, y hoy vivimos un recrudecimiento de aquellos efectos. Estos son hechos, y los españoles tenemos que conocerlos y meditar sobre ellos. La admiración ciega y sorda que proponen nuestros políticos del modelo anglosajón, o de la OTAN, o de la unión europea, no lleva a ningún lado bueno.
Califica el lacayo de acciones muy duras las de Morillo y Weyler. Como de costumbre no sabe de lo que habla pero, eso si, que no falte la denigración a España ante los anglosajonios y sus lacayos que no otra cosa eran tanto Bolívar en Venezuela como máximo Gómez en Cuba.
Me encanta el vestido que lleva la cantante de la canción “Qué bonito es Israel”. Es el que podría ponerse Esperanza Aguirre la próxima vez que vaya al parlamento inglés a rendirles pleitesía. La reina Leticia, la próxima vez que se deje ver por Londres (que será pronto), también podría endosarlo. Les pega.
UNA LECCION SEVERA AL “SEÑORITO”, PLAGA DE NUESTRA SOCIEDAD
Comentario tercero
En la revolución así engendrada y consumada ha habido varios aspectos de interés decisivo, sobre los que ahora nos conviene insistir. No haré más que citar, porque no podía sorprendernos a quienes conocíamos la vida política española, la impresión de fortaleza, de disciplina, de seguro instinto político que ha dado la gran masa socialista española. Los eternos “enquistados” no salen ahora de su asombro; pero tampoco aprovecharán, estoy seguro, la lección.
Vamos a hablar ahora de otros hechos que en realidad habían escapado, a diferencia del anterior, a la previsión de los más advertidos. El más importante es el ya anotado de la intervención que ha tenido en la caída del régimen la clase media, la pequeña burguesía, generalmente ausente de las luchas políticas en España; y además, el que esta intervención haya sido casi unánimemente favorable a la República.
Puede decirse que la clase media no ha tenido en España una estructura política hasta tiempos recientisimos. La guerra de la Independencia y las guerras civiles (que no fueron, en muchos sentidos, más que una continuación de aquélla) lograron que gran parte de las influencias de la Revolución francesa se infiltrasen con extraordinaria lentitud en nuestro pueblo; y hemos seguido siendo durante buena parte del siglo XIX un país de señores y siervos entre los que, muy poco a poco, se insinuaba y crecía trabajosamente el pequeño burgués.
Las dos causas que en los últimos decenios han henchido de contenido numérico y político a esta clase media que acaba de obtener su primera victoria, han sido, de una parte, la liberación del obrero en los grandes centros ciudadanos, gracias a la labor magnífica del partido socialista; liberación que ha empujado hacía una independencia económica y social indudables a un estrato, el más alto, del proletariado urbano. Por otra parte, el auge económico logrado en España durante la guerra mundial se ha revelado más que en la creación de grandes fortunas -sujetas, además, a los vaivenes de estos últimos años de crisis- en la formación de modestos industriales, hombres de negocios, agiotistas y capitalistas de tipo medio. Durante la Dictadura, y a favor de su desordenada agitación financiera, creció todavia este sector. A él se unió nuestra compleja burocracia, fomentada, asimismo, en los años dictatoriales. Y, finalmente, la muchedumbre universitaria, también en trance de rapidísimo crecimiento. Así se fué constituyendo una formidable masa social, en realidad sin una ideología única, pues caben en ella las tendencias socialistas, los intelectualismos avanzados, el criterio conservador y la más perfecta indiferencia. Este gran volumen de ciudadanos estaba, por lo demas, al margen de una organización única. Por todo ello era muy dificil prever su futura actitud política. Pero todos sabíamos -los de la izquierdad y los de la derecha- que de esta actitud dependería en gran parte el sentido de la evolución de España, asi que el país tuviera ocasión de manifestarse en unos comicios.
Todos los síntomas eran, sin embargo, favorables a la hipótesis del escaso entusiasmo político de esta clase media; y por lo tanto, a su probable ausencia de las urnas; y en el caso de intervenir, a su actuación derechista. Una parte de ella era, desde luego, no sólo liberal y republicana sino fervorosamente renovadora. Me refiero, como es lógico, a todo el medio universitario, cuya actividad revolucionaria ha sido tan notoria en estos últimos años; y a los profesionales -médicos, abogados, ingenieros, etc- que se habían adherido, casi en masa, a nuestra Agrupación al Servicio de la República. Pero quedaba la otra parte, la más importante por su volumen, la formada por el rentista, el industrial y el comerciante modestos, tradicionalmente temerosos del porvenir, alejados de toda influencia política directa y lectores asiduos de los periódicos de la derecha, que ponían su autoridad y su circulación al servicio de una campaña más que entusiasta, rabiosa, de terrorificación de estas gentes ante un posible éxito de las ideas republicanas.
Es difícil precisar todavía todas las causas de que la realidad del 12 de abril desmintiese estos cálculos. En el artículo anterior he insinuado dos que me parecen evidentes. Una profunda: la visión exacta que tuvieron estos ojos burgueses, miopes, y por lo tanto tímidos, pero habituados al cálculo preciso de las cosas, de que la Monarquía no ofrecía ninguna posibilidad renovadora, sino sólo una problemática duración de lo existente: condicionada en todo caso por circunstancias biológicas dolorosas. Y para servirle, unos gobernantes gastados que salían del Poder para volver a entrar, como los coristas de las óperas. No bastaba a dar eficacia a este programa tan menguado la invocación constante a las glorias pretéritas de España, de las cuales no pueden vivir exclusivamente los pueblos modernos. Y sobre un horizonte tan nublado se cernía de continuo el fantasma de una probable repetición de la Dictadura. Cada día se hablaba en secreto de reuniones de coroneles y generales. La reacción fué la lógica: con todos sus peligros, inevitables, les pareció a estos ciudadanos de la masa media que era más util abrir violentamente las puertas a lo nuevo que seguir encerrados en el callejón sin salida del régimen monárquico.
La otra causa, ésta de tipo reaccional, epidérmico, fué sin duda la molestia que producía el tono de la propaganda monárquica hecha a base de amenazas tan ridículas que presuponían un verdadero cretinismo en sus oyentes y lectores. A muchas de estas gentes, seguramente inclinadas en circunstancias normales hacia la Monarquia, les oí asegurar aquellos días que votarían a la República, sólo como protesta contra los que les juraban que el triunfo de las izquierdas iría seguido del asalto de los Bancos, de la violación de sus hijas y de la desaparición de la familia. Si se coteja el número de ejemplares vendidos en Madrid por los periódicos que proclamaban estas desventuras con el número -mucho menor- de los votantes por la Monarquía, resulta evidente que una buena parte de los electores de la República estaba formada por los lectores de periódicos inhábilmente realistas.
Pero cualesquiera que sean las causas, el hecho evidente, y no bien comentado todavia, es el sentido de clase media que ha tenido esta revolución. No en vano también casi todos los que formaban el Comité revolucionario – hoy ministros de la República – procedían del campo burgués, y tenían, dentro de sus matices una ideología templada.
Al hacer resaltar todo esto, que no tiene duda, no quiero desvirtuar el profundo sentido renovador de este episodio magnífico de nuestra vida política. Todo lo contrario. Creo que de no ser una revolución desvastadora, indeseable para todos, nada más radical que lo hecho se ha podido realizar en España bajo una apariencia tan tranquila. Representa nada menos que esta tres cosas, que sólo la clase media pudiera haber realizado. Primero, el nacimiento como fuerza política eficaz de esta clase media, tan necesaria en un país de las condiciones económicas del nuestro.
Segundo, la eliminación del Ejército en el acto revolucionario; porque la clase media ni influye ni desea influir sobre los generales levantiscos ni sobre los soldados sin disciplina. Y sólo el hecho de haber nacido la República así, sin el pecado original de una militarada, la hace digna de crecer y vivir con energia y con nobleza.
Representa finalmente esta revolución para el futuro social de España la lección severa al “señorito”, plaga de nuestra sociedad, que cualquiera que sea el porvenir político del país, será pronto una fauna incompatible con la vida nacional. El “señorito”, aristócrata o no, por que crece en todas las latitudes sociales, que a costa de capitales improductivos, o de sueldos otorgados por el favor y ganados sin esfuerzo y sin dignidad, pasaba la vida ocioso, cerrado el entendimiento y el corazón a todos los progresos del espíritu y a todas las generosidades, ha sido ahora aplastado por la burguesia trabajadora, su enemigo inmediato. El “señorito” no se da cuenta de ello y echa la culpa a los comunistas y anarquistas, que no existen, por fortuna,para
él; porque de existir, otra hubiera sido su suerte. Le es más fácil suponer que su enemigo es un revoltoso iracundo, de los que puede detener la Guardia Civil para que él siga disfrutando de su pereza. No ve que es toda una clase social la que le pisa los talones, y que con moderación en la forma, pero con energía inflexible le invita a renunciar, cuando aun es tiempo para ello, a un tipo de privilegios que ya no existen en ningún país civilizado.
Mucha gente, en España y fuera de ella, desconocedora del sentido exacto de lo ocurrido estos últimos dias, participa de la creencia de estos señoritos aterrados. Cuando el día de la proclamación de la República vieron a un pueblo, ebrio de entusiasmo, agitarse en la calle durante dos dias y dos noches con alegría desbordada y ruidosa, creyeron llegada su última hora. Muchos huyeron, y ahora para justificar su pavor inventan historias que sólo existen en su imaginación, contagiada por las desventuras de los grandes señores de Rusia. La verdad es que en aquellas horas dió el pueblo español una prueba insuperada de moderación y civilidad, que bastaría para tranquilizar a quien fuera medianamente dueño de sus nervios. Y no desvirtúan esta afirmación los sucesos, lamentables y lamentados, ocurridos después que ejecutó una minoria mezquina,y, en todo caso, con una finalidad política perfectamente determinada y circunscrita.
La participación de la clase media en el proceso revolucionario de última hora, explica, no sólo este tono civil y moderado de los acontecimientos. Explica también la posibilidad de que este Gobierno no muestre, como algunos esperan, un radicalismo fulminante en su actuación social, y en otros detalles gubernativos como la exigencia de las responsabilidades a los hombres públicos de los últimos años. Esta responsabilidad será aquilatada, pero dentro de las normas jurídicas que suelen eclipsarse en las demás revoluciones. Una vez abierta la puerta por la generosidad popular a quién era eje del Estado antiguo, habría algo de incongruencia en el empeño de ensañarse en la persona de sus colaboradores. Es esencial evitar la impunidad de lo pasado; y la impunidad es tanto más difícil cuanto más sentido jurídico y menos pasión personal se pone en la sanción de las responsabilidades.
Yo creo muy probable que esta fuerza media, moderada, que ha decidido, en parte, el triunfo republicano, pueda ser el núcleo de un gran partido de tipo conservador, sin fanatismos y sin incompresiones ni intolerancias. Una fuerza moderada, pero auténticamente liberal, y dentro del régimen general de un Estado de trabajadores, que pueda servir de contrapeso en la marcha inevitable del mundo español hacia la izquierda. Todo dependerá de que encuentren los hombres capaces de organizar y dirigir esta gran masa y de que no predomine sobre ellos el espíritu cerril que hasta ahora había caracterizado a las derechas españolas. Si éstas tienen instinto de conservación deben aprender la lección y buscar en adelante el peligro, no en el remoto comunista, sino en su propia incapacidad de evolucionar.
GREGORIO MARAÑON
3º art. Diario EL SOL 27-5-1931 pg. 1
Los imperios europeos, empezando por el español, fueron un factor de civilización, La propia España es un producto del Imperio romano. Dentro de eso, algunos han sido simplemente brutales como el mongol y en todos intervino la violencia. en mayor o menor grado. En menor grado el español que la mayoría. El imperio español fue sorprendentemente pacífico durante casi tres siglos. El imperio inglés fue edificado sobre criterios estrictamente comerciales, con una brutalidad que dio lugar, por ejemplo, al genocidio irlandés, a enormes hambrunas en India, a las guerras del opio, a la diplomacia de la cañonera, al exterminio de poblaciones indígenas en diversos lugares, etc. En pleno siglo XIX, apoteosis de la civilización y el liberalismo. Pero aún así extendió cierto grado de civilización en África y Asia.
El problema de la eliminación del Imperio español lo deja claro lo que vino después: unos países que habían sido pacíficos, razonablemente prósperos, entraron en un período de convulsiones ajenos a su tradición anterior. La independencia seguramente era una necesidad que ya se planteaba también en España, pero se hizo, por influencia inglesa, francesa y protestante, contra todo lo que había significado aquel imperio. Se hizo así de manera convulsa, intelectualmente vacua. y así siguen.
Después de la brutal experiencia de la revolución francesa y las guerras napoleónicas algunos pensaron que la gente añoraría volver a los viejos tiempos del absolutismo, y hubo un intento en toda Europa de hacerlo así. También se pensó que la gente desearía volver al cristianismo y al estado confesional como garante de una paz . Sin embargo la crítica previa al absolutismo y al cristianismo era sólida en muchos aspectos e imposibilitaba la vuelta atrás.
En España hubo una división entre unos liberales más bien parlanchines o retóricos y muy violentos, por una parte, y un tradicionalismo falso, pues el absolutismo era propiamente de origen francés. Ese tradicionalismo era el intento ya imposible de volver al pasado, sin capacidad de adaptación a unos tiempos marcados por diversos tipos de liberalismo, soberanía nacional y revolución industrial.
1954: en Londres (Reino Unido) se publica por primera vez LA COMUNIDAD DEL ANILLO, del escritor británico J. R. R. Tolkien (1892-1973)…
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Comunidad_del_Anillo
Nuestro pintoresco llanito ignora que la población hispanoamericana no era independentista. Lo eran unos grupos de criollos que entre otras cosas masacraron a los indios, que mayoritariamente eran proespañoles, luego les arrebataron sus tierras y en Argentina siguieron el método useño de exterminarlos. Las guerras “de liberación” fueron en gran medida guerras civiles, Bolívar practicó una guerra de exterminio contra españoles y venció en gran medida, incluso decisivamente, por la colaboración de mercenarios ingleses. Y fue la revuelta liberal iniciada por Riego la que impidió que llegasen los refuerzos necesarios para acabar con los ya malparados independentistas.
Aquellas bandas de criollos fueron bien descritas por el “precursor” Miranda (a su vez agente pagado por Londres) “Esta gente solo es capaz de bochinche” o “solo sabe hacer bochinche”, o algo así. Y eso es lo que hicieron desde entonces,, como también los liberales en España con sus continuos pronunciamientos o golpes militares, matanzas de frailes, destrucciones del patrimonio histórico y artístico, etc. Los nuevos países hispanoamericanos entraron además en dependencia económica –con los consiguientes endeudamientos– de Inglaterra y luego de Usa, que los metió muchas veces en vereda manu militari.
Así ha resultado, en líneas generales, la historia.
A jaque y a otros les vendría bien leer “Nueva historia de España” en lugar de la basura que tanto les gusta.
Qué bonito es Israel es toda una obra de arte. Tiene más de 4 millones de visitas.
Estos articulos son para usted Don Pio. Solo aparecen en la Historia de la Segunda Repúbica de Arrarás y poco más. Leer no significa estar de acuerdo con lo que uno lee. A Marañon siempre hay que concederle el beneficio de la lectura reflexiva, no era un radical. Claro que me gustaria leer esa Nueva Historia de España pero todavia estoy entretenido con otros tres de sus libros y el tiempo es limitado. Sigo con sus Mitos del franquismo y todavia me quedan semanas para acabarlo. Yo soy del genero de los rumiantes, algunos libros son para rumiarlos lentamente…
LA FLECHA DE 1898 SE HA CLAVADO EN EL BLANCO DE LA LIBERTAD
Comentario cuarto
Es necesario dedicar todavia unas palabras al problema clerical, en relación con las normas nuevas de nuestra política. Porque no puede dudarse que este problema constituye una de las más hondas preocupaciones de nuestro pueblo; tal vez la que más directamente hace reaccionar su pasión. Hoy tenemos derecho a pensar que quienes no serían capaces de exponer nada ni de perturbar el país para defender un advenimiento de la Monarquia, se lanzarían tal vez a las guerrillas bajo la bandera religiosa. Y, sin embargo, basta observar la marcha de la conciencia española en los años que están al alcance de nuestra mirada para darse cuenta de que el problema clerical era cada vez menos grave en España. Sé que la mayoría de los hombres de la izquierda no piensan asi, pero no me importa.
Yo estoy convencido de que, incluso para bien del espíritu religioso, la influencia social, en otro tiempo decisiva, que el clericalismo ejerció entre nosotros se evaporaba rápidamente, a medida que ascendía el nivel medio de la cultura española. Este tipo de influencias ilegítimas -clericalismo, caciquismo- no son nunca causa esencial de incultura, o lo son muy transitoriamente; son, por el contrario, consecuencia de la incultura misma, y por lo tanto, desaparecen así que la cultura mejora. Por ello, el clericalismo, como el caciquismo, pierden espontáneamente su tiranía sobre las conciencias en cuanto sube la marea cultural de los pueblos. De aquí mi disentimiento y mi tristeza cuando veo emplear la violencia y no la razón para combatirlos.
Bastaria para demostrar que en España habríamos llegado casi por completo a esa liberación el hecho de las elecciones mismas que han traído la República. En su preparación se intentaron poner en juego todos los recursos del viejo clericalismo: los mismos que unos años atrás hubieran tenido definitiva eficacia. Muchos púlpitos, confesionarios y sacrístias se convirtieron en centros electorales. Circulaban hojas en las que se amenazaba con el fuego eterno al que votase a los republicanos, y todo con tanto ímpetu, que días antes de las elecciones oí de labios de uno de los ministros del último Gobierno de la Monarquía el seguro optimismo que le infundía la gran movilización clerical, que actuaba como de costumbre, principalmente a través de las mujeres. Ahora veremos que en esto, como en tantas otras cosas, se equivocaban los que vivían dentro del quiste oficial.
La lección de realidad no admite, en efecto, interpretaciones. En primer lugar, una parte considerable del clero regular, mucho más culta que antaño, votó decididamente por la causa republicana. De varias órdenes religiosas, tal vez las más distinguidas, sabíamos también que miraban con no disimulada simpatía una posible transformación del régimen. Y en definitiva, la propaganda de estos intrasigentes, al margen del recto espíritu religioso, fracasó de tal manera, que las ciudades más levíticas de España, aquellas que tradicionalmente se suponian con razón, entregadas al dominio clerical, fueron las que, al terminar la votación del 12 de abril, figuraban a la cabeza de la victoria izquierdista. Recordemos, entre otras, a Santander, a Granada, y sobre todo a Toledo, cuyo breve caserío, cobijado a la sombra de la catedral y del palacio del cardenal arzobispo, votó casi unánimemente, ante el estupor de todos, por las candidaturas radicales.
Tengo por cierto ( y esto debe consignarse como uno de los datos de primera linea para juzgar de la España presente y futura) que al fracaso de esta maniobra contribuyó no sólo la mencionada actitud moderna de buena parte de la clerecía, sino tambien la profunda transformación experimentada en estos últimos años por las mujeres de la clase media. En mis escritos recientes no me he cansado de destacar la importancia de esta liberación de las mujeres de nuestras ciudades, como consecuencia de su mayor libertad social, de la amplitud de sus lecturas, de su acceso a oficinas y empleos, y sobre todo, de su éxodo numerosísimo hacia la Universidad. Cada una de los miles y miles de muchachas que acuden a las aulas son, además, un foco de irradiación, tal vez en lugares lejanos de la Península, de la nueva actitud liberada. Y esto, con tal presteza, que pocas cosas podrán dar una idea de la eficacia maravillosa de la propaganda intelectual como el fenómeno que estamos comentando.
Debo advertir, para los que no conozcan bien esta nueva España que germina con tanto vigor, que en la inmensa mayoria de los casos la liberación de la mujer no implica, como muchos creen y otros temen, irreligiosidad. A lo sumo, religiosidad más recta y esencial. Sólo, eso si, emancipación de la tutela extrareligiosa e ilegítima del sacerdote. El hombre español, señor y dueño físicamente de la mujer hasta hace poco, no tenía en cambio el menor ascendiente sobre el alma de ella. ES lo que ocurre siempre en los harenes. Por eso, en definitiva, este hombre-sultán terminaba por hacer, y sobre todo terminaba por pensar, nada más que lo que quería su pobre esclava, encerrada entre las cuatro paredes del hogar. Hoy, la mujer, al emanciparse socialmente, ha hecho que el hombre, como en otra ocasión he dicho, se emancipe a su vez de ella. Y por eso las propagandas sigilosas, clericales o de otra especie, han perdido, o están en trance de perder entre nosotros, su más poderoso instrumento, que es la tiranía de la mujer sometida.
Este suceso trascendente permite asegurar que las reformas que en materia religiosa plantee el Gobierno
El error Berenguer
José Ortega y Gasset – El Sol, 15 de noviembre de 1930
No, no es una errata. Es probable que en los libros futuros de historia de España se encuentre un capítulo con el mismo título que este artículo. El buen lector, que es el cauteloso y alerta, habrá advertido que en esa expresión el señor Berenguer no es el sujeto del error, sino el objeto. No se dice que el error sea de Berenguer, sino más bien lo contrario -que Berenguer es del error, que Berenguer es un error-. Son otros, pues, quienes lo han cometido y cometen; otros toda una porción de España, aunque, a mi juicio, no muy grande. Por ello trasciende ese error los límites de la equivocación individual y quedará inscrito en la historia de nuestro país.
Estos párrafos pretenden dibujar, con los menos aspavientos posibles, en qué consiste desliz tan importante, tan histórico.
Para esto necesitamos proceder magnánimamente, acomodando el aparato ocular a lo esencial y cuantioso, retrayendo la vista de toda cuestión personal y de detalle. Por eso, yo voy a suponer aquí que ni el presidente del gobierno ni ninguno de sus ministros han cometido error alguno en su actuación concreta y particular. Después de todo, no está esto muy lejos de la pura verdad. Esos hombres no habrán hecho ninguna cosa positiva de grueso calibre; pero es justo reconocer que han ejecutado pocas indiscreciones. Algunos de ellos han hecho más. El señor Tormo, por ejemplo, ha conseguido lo que parecía imposible: que a estas fechas la situación estudiantil no se haya convertido en un conflicto grave. Es mucho menos fácil de lo que la gente puede suponer que exista, rebus sic stantibus, y dentro del régimen actual, otra persona, sea cual fuere, que hubiera podido lograr tan inverosímil cosa. Las llamadas «derechas» no se lo agradecen porque la especie humana es demasiado estúpida para agradecer que alguien le evite una enfermedad. Es preciso que la enfermedad llegue, que el ciudadano se retuerza de dolor y de angustia: entonces siente «generosamente» exquisita gratitud hacia quien le quita le enfermedad que le ha martirizado. Pero así, en seco, sin martirio previo, el hombre, sobre todo el feliz hombre de la «derecha», es profundamente ingrato.
Es probable también que la labor del señor Wais para retener la ruina de la moneda merezca un especial aplauso. Pero, sin que yo lo ponga en duda, no estoy tan seguro como de lo anterior, porque entiendo muy poco de materias económicas, y eso poquísimo que entiendo me hace disentir de la opinión general, que concede tanta importancia al problema de nuestro cambio. Creo que, por desgracia, no es la moneda lo que constituye el problema verdaderamente grave, catastrófico y sustancial de la economía española -nótese bien, de la española-. Pero, repito, estoy dispuesto a suponer lo contrario y que el Sr. Wals ha sido el Cid de la peseta. Tanto mejor para España, y tanto mejor para lo que voy a decir, pues cuantos menos errores haya cometido este Gobierno, tanto mejor se verá el error que es.
Un Gobierno es, ante todo, la política que viene a presentar. En nuestro caso se trata de una política sencillísima. Es un monomio. Se reduce a un tema. Cien veces lo ha repetido el señor Berenguer. La política de este Gobierno consiste en cumplir la resolución adoptada por la Corona de volver a la normalidad por los medios normales. Aunque la cosa es clara como «¡buenos días!», conviene que el lector se fije. El fin de la política es la normalidad. Sus medios son… los normales.
Yo no recuerdo haber oído hablar nunca de una política más sencilla que ésta. Esta vez, el Poder público, el Régimen, se ha hartado de ser sencillo.
Bien. Pero ¿a qué hechos, a qué situación de la vida pública responde el Régimen con una política tan simple y unicelular? ¡Ah!, eso todos lo sabemos. La situación histórica a que tal política responde era también muy sencilla. Era ésta: España, una nación de sobre veinte millones de habitantes, que venía ya de antiguo arrastrando una existencia política bastante poco normal, ha sufrido durante siete años un régimen de absoluta anormalidad en el Poder público, el cual ha usado medios de tal modo anormales, que nadie, así, de pronto, podrá recordar haber sido usados nunca ni dentro ni fuera de España, ni en este ni en cualquier otro siglo. Lo cual anda muy lejos de ser una frase. Desde mi rincón sigo estupefacto ante el hecho de que todavía ningún sabedor de historia jurídica se haya ocupado en hacer notar a los españoles minuciosamente y con pruebas exuberantes esta estricta verdad: que no es imposible, pero sí sumamente difícil, hablando en serio y con todo rigor, encontrar un régimen de Poder público como el que ha sido de hecho nuestra Dictadura en todo al ámbito de la historia, incluyendo los pueblos salvajes. Sólo el que tiene una idea completamente errónea de lo que son los pueblos salvajes puede ignorar que la situación de derecho público en que hemos vivido es más salvaje todavía, y no sólo es anormal con respecto a España y al siglo XX, sino que posee el rango de una insólita anormalidad en la historia humana. Hay quien cree poder controvertir esto sin más que hacer constar el hecho de que la Dictadura no ha matado; pero eso, precisamente eso -creer que el derecho se reduce a no asesinar-, es una idea del derecho inferior a la que han solido tener los pueblos salvajes.
La Dictadura ha sido un poder omnímodo y sin límites, que no sólo ha operado sin ley ni responsabilidad, sin norma no ya establecida, pero ni aun conocida, sino que no se ha circunscrito a la órbita de lo público, antes bien ha penetrado en el orden privadísimo brutal y soezmente. Colmo de todo ello es que no se ha contentado con mandar a pleno y frenético arbitrio, «sino que aún le ha sobrado holgura de Poder para insultar líricamente a personas y cosas colectivas e individuales. No hay punto de la vida española en que la Dictadura no haya puesto su innoble mano de sayón. Esa mano ha hecho saltar las puertas de las cajas de los Bancos, y esa misma mano, de paso, se ha entretenido en escribir todo género de opiniones estultísimas, hasta sobre la literatura que los poetas españoles. Claro que esto último no es de importancia sustantiva, entre otras cosas porque a los poetas los traían sin cuidado las opiniones literarias de los dictadores y sus criados; pero lo cito precisamente como un colmo para que conste y recuerde y simbolice la abracadabrante y sin par situación por que hemos pasado. Yo ahora no pretendo agitar la opinión, sino, al contrario, definir y razonar, que es mi primario deber y oficio. Por eso eludo recordar aquí, con sus espeluznantes pelos y señales, los actos más graves de la Dictadura. Quiero, muy deliberadamente, evitar lo patético. Aspiro hoy a persuadir y no a conmover. Pero he tenido que evocar con un mínimum de evidencia lo que la Dictadura fue. Hoy parece un cuento. Yo necesitaba recordar que no es un cuento, sino que fue un hecho.
Y que a ese hecho responde el Régimen con el Gobierno Berenguer, cuya política significa: volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios más normales, hagamos «como si» aquí no hubiese pasado nada radicalmente nuevo, sustancialmente anormal.
Eso, eso es todo lo que el Régimen puede ofrecer, en este momento tan difícil para Europa entera, a los veinte millones de hombres ya maltraídos de antiguo, después de haberlos vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años. Y, no obstante, pretende, impávido, seguir al frente de los destinos históricos de esos españoles y de esta España.
Pero no es eso lo peor. Lo peor son los motivos por los que cree poderse contentar con ofrecer tan insolente ficción.
El Estado tradicional, es decir, la Monarquía, se ha ido formando un surtido de ideas sobre el modo de ser de los españoles. Piensa, por ejemplo, que moralmente pertenecen a la familia de los óvidos, que en política son gente mansurrona y lanar, que lo aguantan y lo sufren todo sin rechistar, que no tienen sentido de los deberes civiles, que son informales, que a las cuestiones de derecho y, en general, públicas, presentan una epidermis córnea. Como mi única misión en esta vida es decir lo que creo verdad, -y, por supuesto, desdecirme tan pronto como alguien me demuestre que padecía equivocación-, no puedo ocultar que esas ideas sociológicas sobre el español tenidas por su Estado son, en dosis considerable, ciertas. Bien está, pues, que la Monarquía piense eso, que lo sepa y cuente con ello; pero es intolerable que se prevalga de ello. Cuanta mayor verdad sean, razón de más para que la Monarquía, responsable ante el Altísimo de nuestros últimos destinos históricos, se hubiese extenuado, hora por hora, en corregir tales defectos, excitando la vitalidad política persiguiendo cuanto fomentase su modorra moral y su propensión lanuda. No obstante, ha hecho todo lo contrario. Desde Sagunto, la Monarquía no ha hecho más que especular sobre los vicios españoles, y su política ha consistido en aprovecharlos para su exclusiva comodidad. La frase que en los edificios del Estado español se ha repetido más veces ésta: «¡En España no pasa nada!» La cosa es repugnante, repugnante como para vomitar entera la historia española de los últimos sesenta años; pero nadie honradamente podrá negar que la frecuencia de esa frase es un hecho.
He aquí los motivos por los cuales el Régimen ha creído posible también en esta ocasión superlativa responder, no más que decretando esta ficción: Aquí no ha pasado nada. Esta ficción es el Gobierno Berenguer.
Pero esta vez se ha equivocado. Se trataba de dar largas. Se contaba con que pocos meses de gobierno emoliente bastarían para hacer olvidar a la amnesia celtíbera de los siete años de Dictadura. Por otra parte, del anuncio de elecciones se esperaba mucho. Entre las ideas sociológicas, nada equivocadas, que sobre España posee el Régimen actual, está esa de que los españoles se compran con actas. Por eso ha usado siempre los comicios -función suprema y como sacramental de la convivencia civil- con instintos simonianos. Desde que mi generación asiste a la vida pública no ha visto en el Estado otro comportamiento que esa especulación sobre los vicios nacionales. Ese comportamiento se llama en latín y en buen castellano: indecencia, indecoro. El Estado en vez de ser inexorable educador de nuestra raza desmoralizada, no ha hecho más que arrellanarse en la indecencia nacional.
Pero esta vez se ha equivocado. Este es el error Berenguer. Al cabo de diez meses, la opinión pública está menos resuelta que nunca a olvidar la «gran vilt`» que fue la Dictadura. El Régimen sigue solitario, acordonado como leproso en lazareto. No hay un hombre hábil que quiera acercarse a él; actas, carteras, promesas -las cuentas de vidrio perpetuas-, no han servido esta vez de nada. Al contrario: esta última ficción colma el vaso. La reacción indignada de España empieza ahora, precisamente ahora, y no hace diez meses. España se toma siempre tiempo, el suyo.
Y no vale oponer a lo dicho que el advenimiento de la Dictadura fue inevitable y, en consecuencia, irresponsable. No discutamos ahora las causas de la Dictadura. Ya hablaremos de ellas otro día, porque, en verdad, está aún hoy el asunto aproximadamente intacto. Para el razonamiento presentado antes la cuestión es indiferente. Supongamos un instante que el advenimiento de la dictadura fue inevitable. Pero esto, ni que decir tiene, no vela lo más mínimo el hecho de que sus actos después de advenir fueron una creciente y monumental injuria, un crimen de lesa patria, de lesa historia, de lesa dignidad pública y privada. Por tanto, si el Régimen la aceptó obligado, razón de más para que al terminar se hubiese dicho: Hemos padecido una incalculable desdicha. La normalidad que constituía la unión civil de los españoles se ha roto. La continuidad de la historia legal se ha quebrado. No existe el Estado español. ¡Españoles: reconstruid vuestro Estado!
Pero no ha hecho esto, que era lo congruente con la desastrosa situación, sino todo lo contrario. Quiere una vez más salir del paso, como si los veinte millones de españoles estuviésemos ahí para que él saliese del paso. Busca a alguien que se encargue de la ficción, que realice la política del «aquí no ha pasado nada». Encuentra sólo un general amnistiado.
Este es el error Berenguer de que la historia hablará.
Y como es irremediablemente un error, somos nosotros, y no el Régimen mismo; nosotros gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestro conciudadanos: ¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!
¿Le gustaría ud que le echaran droja en el colacao?: https://www.youtube.com/watch?v=m1M0AlTcqdU
https://www.youtube.com/watch?v=_iClkGLSz2Y
¡Caray, don Pío! Yo al gilipollas que votaba le quito la tontería a latigazos… Qué es lo que tendría que hacer la policía, llevar látigos para estos casos…
Aunque, en una sociedad, los artistas e intelectuales con prestigio forman parte de la clase dominante gracias a su educación e influencia, dentro de dicha clase constituyen un segmento dominado si se les compara con la gente rica de verdad. Eso permite explicar por qué hay tantos artistas, periodistas y académicos que se ven a sí mismos como personas subversivas y contrarias al establishment, a pesar de que la mayor parte de la gente los considera unos elitistas engreídos.
Carl Wilson. ”Música de mierda”.
———-
Una obviedad pero ahí se los dejo.
La nueva glorieta de la calle Rosalía de Castro de Vigo sigue dando que hablar. El lunes se celebró su inauguración en la que el alcalde Abel Caballero sorprendió al afirmar que en su pantalla gigante y circular podrían proyectarse diferentes eventos, como los partidos del Celta. Desde entonces se cuentan por decenas los curiosos que acuden a contemplar la fuente y su pantalla, que por el momento solo exhibe imágenes turísticas de Vigo e información útil sobre el tiempo. También llegó a emitir mensajes con las letras del revés. Lo último es la constante presencia de agentes de la Policía Local que vigilan a todas horas la rotonda para disuadir a cualquiera que planee atentar contra ella y su pantalla LED de 360 grados.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/vigo/2017/07/13/concello-pone-policias-vigilar-dia-rotonda-pantalla/0003_201707V13C1995.htm
Las rotondas que se iniciarion hace mas de 50 años en el Reino Unido se crearon par evitar semáforos y aumentar la fluidez de la circulación. En España el razonamiento fue casi el contrario, aumentar el diámetro central para reducir la velocidad. Hay semáforos a la entrada, dentro y fuera de las rotondas, lo que es un absurdo. Se ha dicho que la prioridad dentro de la rotonda es del círculo mas exterior: una aberración. Se inventan las “turborotonadas” (como se inventa el agua caliente) puesto que existen desde hace varias décadas. Lo que incrementa los accidentes son a) la indefinición en las normas b) la mezcla de normas (la turborotonda funciona de una manera, la rotonda, de otra) c) los esperpentos que colocan en el centro de esas rotondas, fuente de distracción y oportunidad para los Ayuntamientos para hacer caja con las multas d) La obsesión de señalizar en suelo, en superficie, en el aire simultáneamente. Sea razonable y adhiérase al sentido común. Una ciudad como Vigo necesita viales (casi)-exclusivos para vehículos y (casi)-exclusivos para peatones, esto hasta donde se pueda hacer sin miedo a perder votos (que le pregunten al Sr. Lois Castrillo cuando se peatonalizó Calvario y Pza Independencia, PP y PSOE juraron que lo anularían cuando llegaran al poder). En Vigo a pocas cosas bien hechas y tenemos que ser mas bien críticos que lame-traserillos (no alude ni a Ud. ni a nadie en particular)
Yo la verdad creía que eran para poner algo bonito. Estatuas, fuentes, placas.
Leer libros es muy importante; muy muy importante. No solo de ficción, también libros que nos ayudan a entender la realidad, los posibles futuros y los cuestionables presentes. Hoy os traemos las 100 sugerencias de alguien muy especial, Noam Chomsky, que nos traen desde la web no oficial The Noam Chomsky Reading List
https://muhimu.es/economia/100-libros-chomsky/
La historia de España decimonónica no pude ventilarse diciendo que los liberales estuvieron demasiado influencidos por Inglaterra y que no supieron hacer de España una potencia industrial autosuficiente, o cosas por el estilo. Los políticos liberales solo son uno de los muchos condicionantes que tuvo España en el siglo XIX, no puede derivar todo de una vaga adscripción ideológica al liberalismo de los políticos que tuvieron las riendas del gobierno de la nación.
España no contaba con carbón mineral en suficiente cuantía y calidad para poder tener una industrialización temprana, este hecho tumba toda posibilidad de tal cosa en realidad, además la dependencia de la Gran Bretaña es natural teniendo en cuenta su total preponderancia en los mares, y en aquellos en los que España tenía su salida natural. Esto abunda en las causas por las que España no entro en la primera revolución industrial, sin la plataforma continental de su Imperio, es decir, sin mercados, España se veía subordinada e incluso subyugada a Inglaterra, impidiendo la generación y acumulación de capital necesarias para su industrialización.
Del continente la influencia Franco-germana también fue notable, no creo que pueda decirse que fue un siglo inglés en realidad, ni tampoco que fuera tan malo para España, fue lo que tuvo que ser, después de Trafalgar bastante se hizo. Lo cierto es que se abre y se cierra con dos catástofres, eso sí. De ambas, fue mucho mayor la primera, aunque tuviera menor efecto moral que la pérdida de las últimas posesiones de ultramar.
Marañón tuvo que arrepentirse de muchas tonterías y, en efecto, se arrepintió. Sus análisis son tópicos y de muy bajo nivel. Decía Vidarte que era un masón de los más secretos, como Romanones.
Quien había modernizado rápidamente a España había sido la dictadura de Primo de Rivera. Pero a aquellos botarates les dio por no enterarse y por atribuirse a sí mismos lo que no les correspondía en absoluto. Luego llegó “la mentira, la estupidez y la canallería”.
El testimonio de Marañon habría que contrastarlo con el de Alcala Zamora y el Conde de Romanones. Salvo que lo haya hecho Arrarás no creo que nadie haya juntado los tres testimonios. Y esos minutos de la caida de la monarquia si que son trascendentales.
Si que se arrepintió Marañon de su participación en el nacimiento de la República. Hasta Alfonso Guerra ha reconocido que no es partidario del Frente Popular de febrero del 36, él se identifica con el primer gobierno republicano.
Si es una contradicción de Marañon reconocer que después de la primera guerra mundial España prosperó económicamente dando pie a una burguesia comerciante nueva y a continuación criticar a Primo de Rivera. No soy la persona adecuada para detectar los puntos flojos del discurso del Marañon político. Lo que si sé es que para muchos historiadores de izquierda el enfoque de Marañon político tampoco les cuadra en su visión de los hechos. Hay bastante más pero se tarda bastante en pasar los articulos a texto.
El artículo de D.Pio se refiere a “errores de detalle y de enfoque”. Ya se han anticipado algunos a entrar en errores de enfoque, incluso escatológicamente, que se reservaron para el siguiente artículo.
Como decía Camilo José Cela, un “cagapoquito” tiene el problema de que quisiera que fuese más, pero si es mucho, es el Cólico Miserere. Es evidente que hay quien culpa a Alemania de todo y eso, aunque no sea cierto, no se puede discutir, es una opinión personal, pero la “coprologia” no es el mejor medio de aproximarse a los hechos históricos. Ahí va un mapa desde el s, IV que se puede ampliar para ver el origen del Sacro Imperio Romano Germánico. Si eso no evidencia nada, será porque nos quieren arrastrar, a todos, al mundo de heces de alguno. Yo no sé si se ha oído hablar de Carlos Martel, pero, ese, tampoco es mi problema.
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Austrasia
Mapa que muestra la situación de Austrasia y Neustria.
Austrasia (en francés Austrasie, y en alemán Austrasien) es el nombre con el que se conoce la parte nororiental del reino Franco durante el periodo de los reyes merovingios, en contraposición a Neustria, que era la parte noroccidental.
Clodoveo I el Grande, rey de los francos, dispuso que su reino fuese dividido entre sus hijos a su muerte en 511: Neustria para Clotario, Austrasia para Teodorico, Orleans para Clodomiro, y París para Childeberto. Desde este momento hasta la reunificación del reino por Pipino el Breve a mediados del siglo VIII, Austrasia fue durante la mayor parte del tiempo un reino independiente con capital en Metz.
Austrasia estaba formada por territorios del este de la actual Francia, oeste de Alemania, Bélgica y los Países Bajos. De forma aproximada comprendía las cuencas de los ríos Rin, Mosay Mosela. Además de Metz incluía localidades como Reims (que sirvió de capital para algunos reyes de Austrasia), Colonia o Tréveris. Su influencia se prolongaba hacia el este llegando a Turingia y Baviera.
Desde la creación del reino en 511, Austrasia estuvo constantemente envuelta en disputas con su vecina Neustria. Estas disputas alcanzaron su clímax con las guerras que enfrentaron a la reina Brunegilda de Austrasia y la reina Fredegunda. En 613, una rebelión de la nobleza contra Brunegilda depuso a la reina y la entregó, junto con el reino, al rey Clotario II de Neustria, que reunificó ambos reinos y creó un Reino Franco unido gobernado desde París.
Con el debilitamiento de la influencia real en Austrasia, el puesto de Mayordomo de Palacio se convirtió en el auténtico poder fáctico del reino y se tornó hereditario dentro de la familia carolingia. Tras la deposición del último rey merovingio por los carolingios, Austrasia no volvió a formar un reino aparte. Bajo los sucesores de Carlomagno recibía el nombre de Austrasia la parte oriental del Imperio, la futura Alemania.
Índice
MonarcasEditar
Duques y Reyes de AustrasiaEditar
¿?? – 448: Clodoveo el Ripuario
448 – 483: Childeberto
483 – 509: Sigiberto
509 – 509: Cloderico el Parásito
509 – 511: Clodoveo I
511 – 534: Teodorico I de Austrasia
534 – 548: Teodeberto I
548 – 555: Teodebaldo
555 – 561: Clotario I
561 – 575: Sigeberto I
575 – 596: Childeberto II
596 – 613: Teodeberto II
613 – 615: Brunegilda
615 – 623: Clotario III
623 – 638: Dagoberto I
638 – 656: Sigeberto III
656 – 662: Childeberto
662 – 675: Childerico II
676 – 679: Dagoberto II
678 – 691: Teoderico III
691 – 695: Clodoveo III
695 – 711: Childeberto III
711 – 715: Dagoberto III
715 – 717: Carlos Martel
717 – 719: Clotario IV
719 – 720: Carlos Martel
720 – 737: Teodorico IV
737 – 743: Carlos Martel
743 – 751: Childerico III (también rey de Neustria)
Mayordomos de AustrasiaEditar
¿?? – 548: Parthemius
¿?? – ¿??: ¿??
576 – 581: Gogo
581 – ???: Wandalenus
??? – ???: ???
595 – ???: Protadus
¿?? – 600: Claudius
600 – ???: Gundulf
¿?? – 612: Landerich
612 – 613: Warnachar
613 – 616: Rado
616 – 623: Hugo Chulus
623 – 629: Pipino de Landen
629 – 639: Ansegisel
639 – ???: Pipino de Landen (segunda vez)
¿?? – 642: Otto
642 – 656: Grimoaldo el Viejo
¿?? – ¿??: ¿??
662 – 675: Wulfoaldo
675 – 675: Leudesius
675 – 679: Wulfoaldo (segunda vez)
679 – 714: Pipino de Heristal
¿?? – ¿??: ¿??
716 – 741: Carlos Martel
741 – 747: Carlomán
747 – 751: Pipino el Breve
En 751 Pipino el Breve se proclamó rey y derrocó al último rey merovingio, estableciendo la dinastía carolingia. Desaparece el cargo de Mayordomo de Palacio, que antes ostentaba.
Véase tambiénEditar
Neustria
Enlaces externosEditar
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre mapas de Austrasia. Commons
Última edición hace 2 años por Lizzyxiqita
Vuelve a errar AsierC que me parece un tanto anglománo. Alemania, la que él tanto critica, tampoco tenía carbón ni accesos a materias primas, copadas por el imperio británico y francés, para su incipiente e innovador mercado interior industrial que superó rápidamente al del resto de Europa. Lo mismo que España pero más acuciante. Un liberal como Fernández Balbuena critica duramente los gobiernos liberales, los mismos a los que absuelve AsierC. Y los critica porque según Balbuena fueron radicales y contrarios. ala voluntad de los españoles. Los españoles quedaron fuertemente imputados por mal guerra de la Independencia. Se suponía que las tropas napoleónicas traían los nuevos aires de libertad de Europa pero en cambio trajeron guerra, destrucción, miseria, crímenes, violadciones, destrucción, etc…..El pueblo español, recalca Fernández Balbuena, iba en contra de las ideas liberales que estaban empeñadas en imitar al Imperio Británico sin conocer muy bien lo que era la propia España. De esas lluvias liberales vinieron los lodos posteriores.
El profesor Velarde en 100 años de historia económica de España, menciona el comentario de uno de nuestros políticos que venía a decir: ¿Cómo vamos a tener una industria propia como la tienen otros países europeos si para fabricar una silla en España los clavos vienen de Francia, la tela de Inglaterra y la madera de Italia? Es decir, España carecía de diversidad industrial, y dependía de la compra de bienes materiales y manufacturados del exterior. Alemania, no. Salvo por las materias primas, realizó una conversión de su economía basada en la simbiosis entre la universidad y la industria y se impuso en varios campos de la industria como la química, la óptica, etc….Cuando estalló la IGM, Alemania suministraba equipos de alta tecnología a los que iban a ser sus enemigos, incluída Inglaterra. A Rusia, por ejemplo, la suministraba los equipos ópticos esenciales para la artillería. Varios expertos que superan el típica teoría de culpar a Alemania por todo, vienen a decir que Inglaterra buscó casi más la guerra contra Alemania que la propia Alemania. En 1910, por ejemplo, por cada barco que construía Alemania, Inglaterra construía 10. Era la política que llevaba el Almirantazgo. Alemania negoció con Inglaterra pero esta se opuso de forma inmisericorede lo que obligó a Alemania a no construir más barcos. Detalles como estos dan una visión muy diferente a la que algunos pretenden ofrecer.
Otro detalle sobre Alemania, mientras que en Alemania a finales del XIX y principios del XX se graduaban 3.000 ingenieros al año, en Inglaterra sólo 300.
Alemania un buen ejemplo que ejemplifica la diferencia de eficacia entre luteranos y cristianos. Para que después digan que la religión no influye en el devenir histórico…..
https://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_educativo_de_Alemania
La era prusiana (1814-1871)
Escuela en el siglo XVIII.
El luteranismo ha tenido a lo largo de la historia alemana una gran influencia tanto en la cultura como en la educación. Martín Lutero era partidario de la educación obligatoria y a través suyo esta se expandió a lo largo del país. Durante el siglo XVIII, el Reino de Prusia fue uno de los primeros del mundo en introducir la educación primaria obligatoria y gratuita. Esta consistía en ocho años de Volksschule y proveía a los menores no solo de conocimientos académicos básicos (lectura, escritura y aritmética), sino también de una educación muy estricta basada en la disciplina, ética y obediencia. Los hijos de la aristocracia continuaban después de la Volksschule con la educación secundaria en una escuela privada. El resto de la población no tenía acceso a la educación secundaria.
En 1810, después de las Guerras Napoleónicas, Prusia introdujo un certificado estatal para ser profesor, el cual sirvió para mejorar considerablemente la calidad de la educación. El Abitur fue introducido en 1788 e implementado en todas las escuelas secundarias prusianas en 1812 y en el resto de Alemania en 1871.
Imperio Alemán (1871-1918)
Alumnos del 1.er grado en una escuela de Leipzig en 1910.
Durante el Imperio alemán el sistema escolar se centralizó para poder establecer estándares en el sistema educativo. Con este fin se crearon cuatro clases de escuelas:
Gymnasium clásico de nueve años (latín, griego y una lengua moderna)
Realgymnasium de nueve años (matemáticas, ciencias naturales, latín y lenguas modernas)
Oberrealschule de nueve años (ciencias, matemáticas y lenguas modernas)
Realschule de seis años (que no permitía la entrada a la universidad y más bien preparaba a los alumnos para una formación profesional técnica).
Al comienzo del siglo XX estos cuatro tipos de escuelas alcanzaron el mismo rango y privilegio, aunque no el mismo prestigio. En 1872 el Estado prusiano fundó las primeras escuelas secundarias para mujeres.
República de Weimar (1919-1933) hasta el presente
Aula escolar en 1930.
Luego de la Primera Guerra Mundial, la República de Weimar estableció una educación primaria gratuita y universal (Grundschule). La mayoría de los alumnos continuaba en esta institución durante otros cuatro años y los que podían pagar una pensión iban a una escuela intermedia, llamada Mittelschule que tenía un currículo más exigente. Para entrar en una escuela secundaria, era preciso pasar un riguroso examen después del cuarto grado.
Durante la dictadura nazi (1933-1945), la ideología nacional socialista se incorporó a la educación escolar, pero el sistema permaneció igual.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados se preocuparon de eliminar la ideología nazi del currículo escolar e instalaron sistemas educativos en sus respectivas zonas que reflejaban sus propias ideas políticas. En la constitución de 1949 (Grundgesetz), el Estado Alemán garantiza que los Länder tengan la soberanía sobre el sistema educativo. Por esta razón es aún hoy complicado para las familias que se mudan de un estado federado a otro.
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